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UNIVERSIDAD NACIONAL AMAZONICA DE MADRE

DE DIOS
FACULTAD DE EDUCACION
CARRERA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

RESUMEN DEL MITO DE LA CAVERNA Y VIRTUDES


CARDINALES
TRABAJO PRESENTADO POR:
FARFAN CONDORI, Katerine nelly
DOCENTE:
Dr. FRETEL QUIROZ, Nicolás
Magno
ASIGNATURA:
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA EN
SALUD
CICLO: IX

Puerto Maldonado – Perú

2020-II
El Mito De La Caverna
Platón (428 a. de C.-347 a. de C.) también usa esta alegoría para explicar
cómo es para el filósofo y maestro guiar a las
personas al conocimiento (educación),
intentando liberarlas de las ataduras de la
realidad de la caverna. Según este filósofo, la
gente llega a sentirse cómoda en su ignorancia
y puede oponerse, incluso violentamente, a
quienes intentan ayudarles a cambiar.
En el mito de la caverna es un diálogo escrito
por Platón, en el que su maestro Sócrates y su
hermano Glaucón hablan sobre cómo afecta el
conocimiento y la educación filosófica a la sociedad y los individuos.
En este diálogo, Sócrates pide a Glaucón que imagine a un grupo de
prisioneros que se encuentran encadenados desde su infancia detrás de
un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado del
muro, y los prisioneros ven las sombras proyectadas por objetos que se
encuentran sobre este muro, los cuales son manipulados por otras
personas que pasan por detrás.
Sócrates dice a Glaucón que los
prisioneros creen que aquello que
observan es el mundo real, sin
darse cuenta de que son solo las
apariencias de las sombras de esos
objetos.
Más adelante, uno de los
prisioneros consigue liberarse de
sus cadenas y comienza a
ascender. Este observa la luz del
fuego más allá del muro, cuyo
resplandor le ciega y casi le hace
volver a la oscuridad.
Poco a poco, el hombre liberado se acostumbra a la luz del fuego y, con
cierta dificultad, decide avanzar. Sócrates propone que este es un primer
paso en la adquisición de conocimiento. Después, el hombre sale al
exterior, en donde observa primero los reflejos y sombras de las cosas y
las personas, para luego verlas directamente.
Finalmente, el hombre observa a las estrellas, a la luna y al sol. Sócrates
sugiere que el hombre aquí razona de forma tal que concibe a ese mundo
exterior (mundo de las ideas), como un mundo superior. El hombre,
entonces, regresa para compartir esto con los prisioneros en la caverna,
ya que siente que debe ayudarles a ascender al mundo real.
Cuando regresa a la
caverna por los otros
prisioneros, el hombre no
puede ver bien, porque se
ha acostumbrado a la luz
exterior. Los prisioneros
piensan que el viaje le ha
dañado y no desean
acompañarle fuera. Platón,
a través de Sócrates,
afirma que estos
prisioneros harían lo
posible por evitar dicha
travesía, llegando a matar
incluso a quien se atreviera
a intentar liberarlos.
Cuando regresa a la caverna por los otros prisioneros, el hombre no
puede ver bien, porque se ha acostumbrado a la luz exterior. Los
prisioneros piensan que el viaje le ha dañado y no desean acompañarle
fuera. Platón, a través de Sócrates, afirma que estos prisioneros harían lo
posible por evitar dicha travesía, llegando a matar incluso a quien se
atreviera a intentar liberarlos.
ANALISIS
El mito de la caverna es una alegoría que abarca varios elementos que
comporta la teoría de las ideas de Platón y un análisis dividido en 3
dimensiones:
 la dimensión antropológica (naturaleza humana),
 la dimensión ontológica (del ser) y epistemológica (del
conocimiento) y,
 la dimensión moral (valorización de la sociedad) y política (forma
de gobernar).
La teoría de las ideas de Platón se basa en dos conceptos contrapuestos:
 El mundo sensible, cuya experiencia se vive mediante los sentidos.
Son múltiples, corruptibles y mutables.
 El mundo inteligible o el mundo de las ideas, cuya experiencia es
cosechada mediante el conocimiento, la realidad y el sentido de la
vida. Siendo únicas, eternas e inmutables.
Virtudes cardinales
Llamadas también virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones
estables, perfecciones habituales
del entendimiento y de la
voluntad que regulan nuestros
actos, ordenan nuestras pasiones
y guían nuestra conducta según
la razón y la fe. Proporcionan
facilidad, dominio propio y gozo
para llevar una vida moralmente
buena, el hombre virtuoso es el
que práctica libremente el bien.
Según esto, las virtudes llegan a
formar en el hombre como una
segunda naturaleza.
Sócrates nos dice que la virtud
nos permitirá resolver las mejores
calificaciones y con ella
podremos distinguir entre el final,
el mal, el bien y lo irrespetuoso.
También dice que la virtud se puede alcanzar por medio de la educación
fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida cotidiana.

1.- Prudencia: Templanza, cautela moderación


La persona prudente actúa de acuerdo a lo qué es mejor en cada
situación con la finalidad de conseguir un resultado deseado, de acuerdo
a las circunstancias que rodean a ese hecho concreto al cual se enfrenta.
La virtud cardinal de la prudencia nos humaniza.
2.- Justicia: En este caso utilizaré la definición de Ulpiano
La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que
le corresponde.
Lo importante en este caso es saber qué es lo que corresponde a cada
uno y tener la suficiente capacidad para juzgar cada caso de manera
prudente.
Tener clara esta virtud es muy importante, sobre todo en un país dónde
parece que brilla por su ausencia, ausencia que causa un mal social que
va creciendo como bola de nieve y que acabar con él parece cada día
más difícil.
Ser justos depende de nuestra capacidad para juzgar la realidad y
juzgarnos a nosotros mismos (qué es lo más difícil). ¿Cómo voy a juzgar
el acto de alguien más si no procedo con justicia ante mis propios actos?
Es fácil ver el error en los demás, pero cuando llega el momento de
enfrentarnos con nuestros propios errores el auto ocultamiento del ego
nos quita imparcialidad.
3.- Fortaleza: Virtud cardinal que consiste en vencer el temor y huir de la
temeridad.
Vencer el temor y sobreponernos a todo aquello que nos sobrepasa
nos permite volvernos mejores personas.La vida no es fácil, nunca lo
ha sido ni lo será. Sin embargo, la diferencia entre enfrentarla con vigor y
con alegría o con derrota y pesar es determinante. Somos dueños de
nuestra propia vida, frente al destino no podemos hacer absolutamente
nada; frente a lo que es inevitable no queda más que la aceptación. Sin
embargo, si podemos decidir cómo lo enfrentamos. Con qué actitud
esperamos el golpe del destino. Para eso se requiere fortaleza.
4.- Templanza: Una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en
moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la
razón.
Me parece que esta es la virtud qué más brilla por su ausencia en la
sociedad actual, el “mundo” actual nos grita lo contrario: ¡consume,
consume a los demás, sus vidas, sus tiempos, gasta, gasta!
Qué falta hace la templanza hoy en día, qué falta hace la moderación en
el gasto público pero también en el gasto privado y personal.

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