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CUATRO PASOS PARA RESTAURAR LA COMUNIÓN CON DIOS

2 Crónicas 7:13-14

Introducción:

Es triste ver cuando alguien se aleja de los caminos de Dios. La paz que algún día tuvo, ahora se
ha convertido en amargura. El gozo en tristeza. La abundancia en escasez. El canto en lloro. Y lo
bueno en malo. Cuando alguien peca contra Dios pierde la comunión con El. Por consiguiente, el
pecador se convierte en enemigo de Dios. Por cuanto se vuelve enemigo, Dios le cierra las
ventanas de sus bendiciones. Mi querido amigo, es triste estar fuera de la comunión con Dios
después de haberle conocido. La vida no tiene sentido sin El. Puedes comer la mejor comida pero
no le sentirás sabor porque tu espíritu no está en paz. Sin embargo, nunca es tarde para regresar a
Cristo. El siempre está esperando que regreses. Ahora bien, hay cuatro pasos que un pecador debe
tomar para restaurar esa comunión perdida.

1. Humillarse.

Dios le dijo a Salomón: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren,
y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2 Cro. 7:14). Humillarse delante de Dios y de su palabra
significa reconocer la propia pobreza espiritual. El pueblo de Dios debe reconocer sus fracasos,
expresar arrepentimiento por su pecado y renovar su compromiso ha hacer la voluntad de Dios. Lo
que Dios quiere de un pecador no son obras ni sacrificios. Oiga lo que Dios quiere de un pecador.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás
tú, oh Dios (Sal. 51:17).

2. Orar. El pueblo de Dios debe clamar a El desesperado por misericordia, y debe depender
completamente de El. Cuando Jonás llegó a dar en la panza del gran pez por haber desobedecido
la palabra de Dios; después que vio que su vida estaba en peligro mortal; empezó a clamar a Dios
con todas las fuerzas de su corazón diciendo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y El me oyó;
desde el Seol clamé, y mi voz oíste (Jon. 2:2). Mi querido amigo, no importa en que situación te
encuentres, Dios te escucha. Jonás estaba en el lugar menos indicado; pero desde allí Dios lo
escuchó.

3. Buscar el rostro de Dios. El pueblo de Dios debe volverse diligentemente a Dios con todo el
corazón y anhelar su presencia, y no simplemente tratar de escapar de los problemas.

La Biblia dice: Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente (1 Cro. 16:11). En
otra parte dice: Buscadme y viviréis (Amos 5:4).
4. Convertirse de sus malos caminos. El pueblo de Dios debe arrepentirse genuina-mente
apartándose del pecado. También debe renunciar a todas las cosas del mundo y acercarse a Cristo.
Convertirse significa dar la espalda a lo que te ataba al mundo y volver a Dios. El arrepentimiento
no basta para restaurar la comunión con Dios. Es necesario convertirse a Dios después de
arrepentirse. Por eso Pedro dijo: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados; para que vengan de la presencia del señor tiempos de refrigerio (Hech. 3:19).

Conclusión:

Cuando se cumplen las cuatro condiciones de Dios para la restauración de un pecador; entonces
Dios lo atenderá; y no solo le perdonará sus pecados sino que sanará su tierra.

Muchos están enfermos, otros tienen problemas porque no han confesado sus pecados a Dios.
Dios no puede ayudarlos mientras no se arrepientan.

Confía en Cristo y El tendrá cuidado de ti. Si los problemas te cansan, ven a El en oración y el
Espíritu Santo te dará nuevas fuerzas.

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