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Juramento del Monte Sacro

El Juramento del Monte Sacro es una promesa anunciada por el


Libertador Simón Bolívar, cuyo objetivo fue enfatizar su profundo compromiso
personal con la causa independentista hispanoamericana y que tuvo lugar durante
su visita a la ciudad de Roma, Italia. El juramento -presenciado por Simón
Rodríguez, su maestro y mentor años atrás en Caracas- muestra la faceta
ilustrada y romántica de Bolívar, imbuido en un idealismo juvenil (tenía 22 años
cuando lo realizó) y decepcionado por los avatares de su vida: luego del
fallecimiento de María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, su esposa, en 1803,
juró el 15 de agosto en la colina de Monte Sacro, para consagrar su vida a la
liberación del continente latinoamericano.1
Sobre la fecha tuvo lugar este evento existe amplio consenso y documentación
que permite asegurar que fue el 15 de agosto de 1805. Sin embargo, la exactitud
tanto del lugar como de las palabras pronunciadas por el Libertador en dicha
ocasión son aún materia de controversia para sus historiógrafos y estudiosos. Por
anotaciones personales de Simón Rodríguez se sabe que fue una de las tantas
colinas que conforman el paisaje de la capital italiana, la cual él mismo describe
como el Monte Sacro, aseveración refrendada por buena parte de los expertos en
el tema, como Joaquín Díaz González. Otras fuentes aseguran que podría haber
sido el Monte Palatino, de mayor altura;2 Caracciolo Parra Pérez —un gran
estudioso de la vida y obra de Bolívar— fue de la opinión que el suceso haya
ocurrido en el Monte Aventino, tal vez por su mayor significación histórica.
Sin embargo, historiadores como Vicente Lecuna llegaron incluso a poner en duda
que Bolívar haya realmente pronunciado el juramento que se le atribuye,2 cuya
versión que ha recibido más amplia difusión reza:
"¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi
honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma,
hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder
español!"
Independientemente del estilo o forma, la veracidad de este hecho histórico está
documentada de primera fuente, en primer lugar por una carta fechada el 19 de
enero de 1824 en Pativilca, Perú, enviada por el mismo Bolívar a su maestro
Rodríguez, con motivo de saludarlo al saber su retorno a Sudamérica, en la cual el
Libertador se refiere a este hecho, aunque sin ahondar en detalles exactos2 y por
otra parte, de un extracto de la conversación sostenida entre un Simón Rodríguez
ya anciano y el doctor Manuel Uribe Ángel en Quito, en 1850, que fue recogida por
el escritor Fabio Lozano y Lozano en el libro "Maestro del Libertador", publicado
en París, en 1913.3 Del sentido del juramento se desprende que el futuro
Libertador quería conferir a sus palabras el concepto de las ideas de libertad,
igualdad y fraternidad aprendidas de la Ilustración, toda vez que la contemplación
del paisaje repleto de ruinas de lo que fue el Imperio Romano le hizo evocar la
tiranía y opresión que caracterizaron a varios de sus gobernantes.

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