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A LA DERIVA…

POR: CARLOS DANIEL

¨Que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la
patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el
gobierno y olvidado para siempre¨.

De García Márquez mucho se sabe, de sus múltiples galardones, de su amada Mercedes o de


Macondo y los Buendía, pero antes de ser un escritor famoso y reconocido internacionalmente
por novelas que conjugaban fantasía y realidad, esas que conquistaron la literatura del mundo en
1982, el nobel exploraba otras alternativas en sus producciones escritas, sumido un poco en el
rechazo hacia el gobierno de Rojas Pinilla y con la oportunidad de llegar a cada rincón de Colombia
a través del periódico el Espectador, nace esta obra maestra.

El Relato de un náufrago es una novela, basada en un hecho real ocurrido en el año 1955, este no
fue un libro escrito como tal, es un reportaje periodístico, en donde nos narra la historia de la
desaparición en el mar de ocho tripulantes del destructor Caldas, perteneciente a la marina de
Colombia. Los tripulantes habían caído al mar después de una tormenta y fueron dados por
muertos. Pero, diez días más tarde, apareció Luis Alejandro Velasco, que pasó todo ese tiempo en
una balsa sin casi comer ni beber. Relato de un náufrago está escrito en primera persona y la razón
de esto fue que se trató de contar la verdad de su protagonista, a manera, además es una manera
de llegar más a los lectores, no es lo mismo que te cuente la historia un tercero que no la persona
que ha sufrido todo aquello narrado.

Si el desarrollo de la historia es interesante, también lo es su final. Cuando, después de diez días a


la deriva, la balsa arribó a la costa colombiana y Velasco vio tierra, aún tuvo que alcanzar la playa a
nado para no estrellarse contra unos acantilados; tuvo que luchar contra las olas que le devolvían
al mar, tuvo que contar su historia a campesinos desconfiados que no conocían la noticia del
naufragio, y durante dos días soportó que le trasladaran en una hamaca como una atracción de
feria por territorios agrestes, hasta que por fin le vio un médico y le permitió comer normalmente.
Condecorado primero por el presidente de la República y caído luego en desgracia tras revelar la
verdad a El Espectador, hizo bastante dinero con la publicidad, se arruinó y acabó trabajando
como oficinista en una empresa de autobuses.

Este es un libro totalmente recomendable, no es el García Márquez que mucha gente conoce, el
que habla de cosas espirituales, desde su realismo mágico. Es un relato sincero, directo y real de
una situación poco común para ser basada en un hecho real. Me pareció interesante leerlo y
conocer a ese García Márquez joven que con este texto se ganó el exilio... pero quizá también
popularidad.

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