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Dardos de fuego

 
Efesios 6:16 Y sobre todo, armaos con el escudo de la fe con que podréis apagar
todos los dardos de fuego del maligno.
Se nos revela en este texto bíblico que todo aquel que haya creído el sacrificio perfecto de
Cristo debe estar preparado para recibir los dardos de fuego de satanás.
 
¿Qué son los dardos de fuego? La definición es: flechas encendidas que pueden lastimar
de dos formas al enemigo; son doblemente mortales, pueden quemar y matar al mismo
tiempo. Pablo utiliza el término dardos de fuego para dejar saber la peligrosidad y
describir el bombardeo de pensamientos continuos que ocurren en nuestra mente que nos
desvían de los propósitos de Dios. Estos pensamientos pueden ser pensamientos para
hacer el mal. Pueden ser pensamientos de enojo, pensamientos de impotencia,
desánimo, culpa, incredulidad, temor, duda y nuestros propios deseos carnales.
 
Las batalla que enfrentamos nosotros los cristianos no son batallas físicas son batallas
que ocurren en nuestra mente. En nuestra mente pecaminosa constantemente nos
cuestionamos el por qué de las cosas, razonamos y determinamos lo que es mejor para
nosotros de acuerdo a nuestro conocimiento. Los ataques de satanás van a ser mayores
para todo aquel cristiano que quiera cumplir con la voluntad de Dios.
Desde el momento en que venimos a los pies de Cristo se desata una guerra espiritual
pues el enemigo perdió un alma que de seguro iba a ser condenada a morir en el infierno
y ahora vivirá eternamente con Cristo y no va a estar tranquilo, hará todo lo posible por
hacernos caer.
Estos dardos de fuego; estos pensamientos que nos desvían de los propósitos de Dios
están en nuestra mente constantemente y son mayores aun cuando pasamos por
momentos de crisis.
Algunos tipos de dardos que el enemigo puede arrojar son:

1. La Duda
La Duda es lo opuesto a la fe; por supuesto que sin fe no podemos agradar a Dios, y
cuando la duda entra en nuestras vidas, ya no estamos caminando en fe, como
consecuencia no agradamos a Dios. Cuando viene la duda, el enemigo logra su propósito
y nos saca del plan de Dios. Siempre de lo que dudas, es aquello que Dios ha planeado
hacer. En nuestra mente pecaminosa se crean dudas de que Dios no pueda darnos o que
no podamos lograr lo que hemos pedido.

2. El Temor
Otro dardo es El Temor. El temor es lo contrario a la confianza en Dios. En nuestra mente
comienza el temor y llegan pensamientos como ¡No podre! , No puedo lograrlo, No tengo
fuerzas. El temor nos paraliza y nos impide hacer aquello que Dios nos ha llamado a
hacer.
En 2da Timoteo 1:7 dice “Porque no nos has dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio”.
Claramente este texto bíblico nos revela que Dios nos ha dotado de dominio propio para
desechar los temores al fracaso.

3. La enfermedad y los problemas económicos son momentos de crisis más


comunes que nos llevan a dudar y temer sobre las promesas de Dios de tener cuidado
de nosotros.
Nos enfermamos o nos quedamos sin empleo y comenzamos a dudar de que Dios tenga
el poder de sanarnos y que será nuestro proveedor. El enemigo conoce que esta es
nuestra mayor debilidad y nos ataca por este punto y nos quiere hacer ver que Dios no
está cumpliendo con sus promesas para así lograr desviar nuestra fe y apartarnos de
nuestra comunión con Dios.

4. La Culpabilidad
La guerra espiritual del creyente es con él mismo, día a día debe luchar con los
sentimientos de culpa, constantemente el enemigo está enviando dardos a su mente que
le impiden sentirse digno del perdón que ya recibió. El sentirnos condenados cuando
cometemos un pecado e indignos de perdón de Dios es una mentira que el enemigo
quiere que creamos. Dios sabe que somos pecadores y su misericordia se renueva cada
día; debemos creer que no hay ninguna condenación, para aquellos que están en Cristo,
cuando nos arrepentimos de corazón por nuestros pecados.
La palabra dice que nuestros pecados fueron arrojados al fondo del mar, que por amor
perdonó nuestras rebeliones y nunca se acordará de nuestros pecados. Entonces ¿por
qué le creemos a satanás que solo quiere confundirnos?

5. El Desánimo
Muchos creyentes cuando vienen las pruebas, vienen las luchas, la enfermedad, los
problemas familiares, los problemas económicos, etc. empiezan a perder la fuerza
espiritualmente porque se enfocan en la prueba y quitan su mirada de Dios. Son estos
momentos los que el enemigo utiliza para bombardearnos con pensamientos como: ¿por
qué Dios no te ayuda a conseguir trabajo?; ¿por qué Dios no te sana? Lo que muchas
veces nos lleva a desanimarnos y pensar dejar de servirle al Señor.

6. Pensamientos Malos
Estos pensamientos son los más comunes en nuestra mente y sabemos que son malos;
son dardos que envía el enemigo para hacernos caer en tentación, provienen de nuestra
naturaleza carnal y son aquellos como la bebida, las drogas, la infidelidad, la
pornografía, , la envidia, el deseo de venganza, falta de perdón, murmuración mentiras
engaños todas aquellas áreas en las que somos débiles y que nos alejan de la voluntad
de Dios.
En 1 Juan 2:16 porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, los deseos
de los ojos y la soberbia de la vida- no proviene del Padre sino del mundo.
O sea, cualquier cosa que te lleve a los deseos de la carne son dardos de fuego y
provienen de satanás. Estas áreas de nuestra vida debemos entregárselas a Dios todos
los días, reconocer que necesitamos que nos de fortaleza para no ceder a la tentación.
Cuando lleguen estos pensamientos a nuestra mente debemos llevarlos cautivos a la
obediencia en Cristo Jesús y recordar que el poder de Dios se perfecciona en nuestra
debilidad.

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