Está en la página 1de 12

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA DE MEDICINA
CATEDRA DE FARMACOLOGIA

PSICOFÁRMACOS HIPNÓTICOS

ALUMNOS

Araújo de Oliveira, Anna Flávia Lima de Melo, Marília Gabriela

Araújo de Oliveira, Paulo Victor Lima Nobre, Leticia

De Siqueira da S. Rabuske, Jaqueline F. Pacheco de Oliveira, Yara Augusta

Leite de Oliveira, Jefferson Luiz Primo de Oliveira, Bruna

Ciudad del Este – Paraguay

2021
ÍNDICE

1. Introducción ....................................................................................................................................... 3
2. Psicofármacos Hipnóticos ............................................................................................................. 4
2.1. Características farmacológicas ........................................................................................ 4
2.1.1. Efectos..................................................................................................................................... 4
2.1.2. Riesgos ................................................................................................................................... 5
2.2. Principales medicamentos................................................................................................. 6
2.2.1. Benzodiazepinas................................................................................................................... 6
2.2.2. Análogos benzodiazepínicos (fármacos Z) ................................................................... 7
2.2.3. Antagonistas de los receptores de orexina................................................................... 7
2.2.4. Barbituricos ........................................................................................................................... 7
2.2.5. Quinazolinonas ..................................................................................................................... 8
2.2.6. Anestesicos ........................................................................................................................... 8
2.2.7. Cannabinoides ...................................................................................................................... 8
2.2.8. Melatonina .............................................................................................................................. 9
2.3. Caso Clínico ........................................................................................................................... 9
2.3.1. Características del paciente .............................................................................................. 9
2.3.2. Síntomas ................................................................................................................................. 9
2.3.3. Diagnostico ............................................................................................................................ 9
2.3.4. Farmacología (dosis – posología).................................................................................. 10
2.3.5. Justificación de la farmacología .................................................................................... 10
3. Conclusión ....................................................................................................................................... 11
4. Bibliografía ....................................................................................................................................... 12
1. Introducción

El uso de psicofármacos en el tratamiento de los trastornos mentales, a partir de la


década de 1950, cambió radicalmente la falta de perspectivas que hasta entonces
prevalecía en el campo de la psiquiatría y la salud mental, provocando una amplia
reformulación de las concepciones y prácticas actuales, de tal manera que en la
actualidad, conocer los medicamentos existentes, las evidencias que sustentan su uso,
son fundamentales para un trabajo eficaz en estas áreas, incluso para aquellos
profesionales que prefieren dedicarse a la práctica psicoterapéutica. La decisión de
utilizar o no un psicotrópico depende, sobre todo, del diagnóstico del paciente, incluidas
las posibles comorbilidades. Para muchos trastornos, los medicamentos son el
tratamiento preferido, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión grave o
los ataques de pánico. En otros, como fobias específicas, trastornos de la personalidad,
problemas situacionales, las psicoterapias pueden ser la primera opción. En muchas
situaciones, lo ideal podría ser una combinación de ambos métodos. En situaciones
prácticas, el clínico intentará elegir, entre los fármacos que tiene eficacia comprobada
mediante estudios, teniendo en cuenta, además del diagnóstico, el perfil de síntomas, la
respuesta en usos anteriores, la edad, la presencia de problemas físicos, uso de otros
fármacos que puedan interactuar, etc. Una vez elegido el fármaco, el clínico elaborará
un plan de tratamiento que incluye la fase aguda, el mantenimiento y las medidas para
prevenir la recaída. También debes tener en cuenta las dosis que utilizarás en cada una
de estas fases, el tiempo necesario y los criterios en los que te basarás para concluir
sobre la efectividad o no del fármaco, así como la opción de asociar o no otras
estrategias terapéuticas. Al redactar el plan de tratamiento, es importante que el clínico
explique el tratamiento y sane todas las dudas del paciente. Aclarando siempre cuanto
la efectividad y plazo del tratamiento además de los efectos secundarios. Siendo esto
de gran importancia para la adherencia al tratamiento. En este capítulo se presentan los
principales psicofármacos en uso en la actualidad, sus indicaciones y
contraindicaciones; efectos secundarios y mecanismos de acción, ofreciendo pautas
para su uso en las situaciones clínicas más comunes.
2. Psicofármacos Hipnóticos

2.1. Características farmacológicas

Los fármacos hipnóticos se caracterizan por generar efectos como la somnolencia y


colaborar con el inicio y mantenimiento del sueño. Dentro de este último grupo se
pueden clasificar algunos antidepresivos, barbitúricos y benzodiacepinas (BZP).

Prescrito y utilizado adecuadamente, un psicofármaco permite atenuar o eliminar


diversas formas de sufrimiento psíquico: ansiedad, depresión, enfermedad maníaco
depresiva, trastornos delirantes. Un psicofármaco debe ser prescrito por un médico.

Un gran número de personas utilizan, con o sin prescripción, medicamentos para


afrontar los trastornos provocados por sus dificultades cotidianas.

Del mismo modo que en el caso del alcohol o del tabaco, un consumo excesivo de
psicofármacos por parte del padre/madre puede influir negativamente sobre los
consumos de los/as hijos/as.

Asociar este tipo de medicamentos a otras sustancias psicoactivas conlleva


importantes riesgos, sobre todo porque los efectos de ciertas interacciones no son
totalmente conocidos. La mezcla con alcohol, por ejemplo, potencia o anula los efectos
de cada una de las sustancias absorbidas.

2.1.1. Efectos

Los efectos de un psicofármaco difieren según la categoría a la que pertenecen:

 Tranquilizantes o ansiolíticos: disminuyen la angustia y las manifestaciones de


ansiedad (insomnio, tensión muscular...)
 Somníferos o hipnóticos: destinados a provocar y/o mantener el sueño; pueden
disminuir el estado de alerta mientras se está despierto.
 Neurolépticos o antipsicóticos: son fármacos usados en psiquiatría, sobre todo para
el tratamiento de las psicosis. No tienen riesgo de dependencia.
 Antidepresivos: indicados en el tratamiento de las depresiones, cuyos síntomas son:
disminución acentuada del interés o del placer de vivir, trastornos del sueño,
agitación o apatía, sensación de fatiga o pérdida de energía inexplicables,
sentimiento de desvalorización o de culpabilidad excesiva, disminución de la aptitud
para pensar y de concentrarse. Pueden ocasionar efectos indeseables, como
pérdida de la vigilancia, somnolencia, excitación... No producen dependencia física.

Las benzodiacepinas, ansiolíticos o hipnóticos, son psicofármacos prescritos para


calmar las manifestaciones de angustia o ansiedad, por sus cualidades sedantes y para
facilitar la relajación muscular. Pueden ocasionar pérdida de la memoria respecto a los
hechos recientes, disminución del estado de alerta, somnolencia, disminución de los
reflejos.

2.1.2. Riesgos

Las benzodiacepinas pueden generar dependencia física y psíquica, favorecidas por


la duración del tratamiento, la dosis administrada, los antecedentes de otras
dependencias y la asociación con el alcohol (aumenta su efecto sedante).La
dependencia física y psíquica se traduce, cuando se interrumpe bruscamente el
tratamiento, en un fenómeno de privación, siendo los principales síntomas de
abstinencia el insomnio, los dolores musculares, la ansiedad, la irritabilidad y la
agitación. La retirada progresiva del fármaco evita estos trastornos.

Aunque algunos fármacos psicoactivos no generan dependencia física, sí pueden


producir dependencia psíquica, dependiendo de cada individuo y cada sustancia.
Cuando se altera o aumenta el consumo de un psicofármaco al margen de la
prescripción médica, puede aparecer una situación de dependencia psicofarmacológica.
Aquí se incluyen: psicotrópicos, opiáceos, barbitúricos, anfetaminas, benzodiacepinas.

Existen tres tipos de dependencia psicofarmacológica:

1. Dependencia psicofarmacológica: concierne a todo tipo de fármacos, siendo


frecuentes las asociaciones de distintos medicamentos. Esta práctica de consumo
se asimila a la dependencia, ya que la vida del usuario se centra en su consumo.
Alternancia entre momentos de consumo controlado y momentos de consumo
excesivo.
2. Dependencia psicofarmacológica entre drogodependientes: los psicofármacos
aportan sensaciones nuevas o modulan los efectos sedantes o excitantes de las
sustancias psicoactivas consumidas por otros motivos.
3. Dependencia psicofarmacológica desconocida: los fármacos se toman generalmente
tras una prescripción médica y, si se mantienen las dificultades o aparecen nuevos
síntomas, puede instalarse una escalada medicamentosa. En esta conducta es
difícil distinguir la dependencia física y/o psíquica, del miedo al síntoma y del deseo
del medicamento.
2.2. Principales medicamentos

A continuación describiremos los grupos de medicamentos hipnóticos más comunes


en el presente y en la segunda mitad del siglo XX. Aunque hoy en día los análogos
benzodiazepínicos son el tratamiento farmacológico de elección para el insomnio, en
algunos lugares se siguen utilizando hipnóticos clásicos como las benzodiazepinas y los
barbitúricos.

Es importante tener en cuenta que no todos estos fármacos se utilizan para tratar el
insomnio, sino que algunos de ellos son medicamentos muy potentes y específicos para
el manejo de otras alteraciones. Incluimos estos casos en el listado a causa de la
significación de los efectos hipnóticos asociados a su consumo o de su relevancia en la
historia de los somníferos.

2.2.1. Benzodiazepinas

Estos fármacos son los más utilizados como hipnóticos. Presentan un bajo riesgo de
letalidad en sobredosis y efectos adversos leves en dosis habituales, especialmente las
variantes de vida corta. Sin embargo, el consumo a largo plazo de estos medicamentos
conlleva riesgo de dependencia y de síndrome de abstinencia, ya que actúa de modo
similar al alcohol, e igual que éste acaba alterando el sueño.

La absorción en el tubo digestivo y el pasaje a la circulación de manera veloz está


relacionada con un comienzo rápido de la acción hipnótica. Esto es así, ya que una vez
que la molécula llega a la sangre, el pasaje hasta el SNC a través de la barrera
hematoencefálica es rápido porque las benzodiazepinas son altamente liposolubles. Es
necesaria una concentración de la droga en el plasma que sea suficiente como para
producir un pico que sobrepase el umbral del sueño y provoque el adormecimiento.

El uso de las benzodiazepinas como hipnóticos se encuentra en declive desde los


años 90, época en que se desarrollaron los análogos benzodiazepínicos, a los que nos
referiremos en el apartado siguiente. Actualmente los fármacos de esta clase se utilizan
sobre todo para tratar síntomas de ansiedad y de abstinencia de alcohol durante
periodos breves de tiempo.

2.2.2. Análogos benzodiazepínicos (fármacos Z)

Los análogos benzodiazepínicos son fármacos con propiedades muy similares a las
de las benzodiazepinas, si bien no pueden ser clasificados en dicho grupo por tener una
estructura química distinta. En los últimos años se han convertido en los hipnóticos más
utilizados en muchos lugares del mundo dado que se les ha atribuido una alta
seguridad.

En esta categoría destacan principalmente tres medicamentos: el zolpidem, el


zaleplon y la eszopiclona. Otro de los fármacos Z más conocidos, la zopiclona, ha sido
retirado en algunos países a causa de sus efectos secundarios, que por otra parte no
son muy distintos de los de las benzodiazepinas.

2.2.3. Antagonistas de los receptores de orexina

Diversos medicamentos recientes tienen efectos antagónicos en los receptores del


neuropéptido llamado orexina o hipocretina, que se asocia con la alerta y con la vigilia,
así como con el apetito. El grado de efectividad de estos fármacos aún está por valorar,
si bien se ha aprobado el uso del Suvorexant y la investigación en torno al Lemborexant
es prometedora.

2.2.4. Barbituricos

Los barbitúricos eran los medicamentos más comúnmente utilizados para tratar el
insomnio hasta la aparición de las benzodiazepinas, que provocan menos efectos
secundarios. En la actualidad distintos tipos de barbitúricos se usan como anestésicos
quirúrgicos y como anticonvulsivos en casos de epilepsia, pero su aplicación como
hipnóticos se ha vuelto muy inusual.

El consumo continuado de estos fármacos conlleva un elevado riesgo de


dependencia física y psicológica, que a su vez explica el intenso síndrome de
abstinencia asociado a los barbitúricos. Otro factor que contribuyó a la pérdida de
popularidad de estos medicamentos fue el preocupante número de suicidios debidos a
sobredosis.

2.2.5. Quinazolinonas

Las quinazolinonas son compuestos químicos con propiedades médicas diversas:


pueden tener efectos antiinflamatorios, analgésicos, antibacterianos, antifúngicos y
anticonvulsivos. Además se han investigado las propiedades anticancerígenas de
algunas quinazolinonas, como el Idelalisib, si bien estos estudios se han abandonado a
causa de los efectos secundarios.

En las décadas de 1960 y 1970 fue muy popular la Metacualona, más conocida por
su nombre comercial “Quaalude”. Este fármaco hipnótico era muy utilizado como droga
recreativa durante esta época, especialmente en los clubs nocturnos.

2.2.6. Anestesicos

Los medicamentos que se usan como anestésicos frecuentemente son considerados


miembros de la misma categoría que los hipnóticos y los sedantes. Dentro de este
grupo encontramos el propofol, el etomidato y la ketamina; los dos primeros se
administran con frecuencia a personas, mientras que la ketamina es más utilizada en la
medicina veterinaria.

2.2.7. Cannabinoides

Los compuestos químicos derivados del cannabis, como el tetrahidrocannabinol y el


cannabidiol, se utilizan en ocasiones como psicofármacos a causa de sus propiedades
sedantes, hipnóticas y analgésicas. En los últimos años se han desarrollado
medicamentos a partir de la marihuana que comportan un riesgo de dependencia
relativamente bajo.

2.2.8. Melatonina

La melatonina es una hormona que interviene en la regulación de los ritmos


biológicos, especialmente en el ciclo sueño-vigilia. En la actualidad existen
medicamentos basados en la melatonina que se utilizan como tratamiento alternativo
para el insomnio; no obstante, y a pesar de la facilidad de acceso a estos productos,
deben usarse con prescripción médica. El tratamiento con melatonina tiene una latencia
de aproximadamente 15 días para ejercer su efecto.

2.3. Caso Clínico


2.3.1. Características del paciente

Paciente de 26 años con diagnóstico de trastorno bipolar, tratado con lamotrigina


300 mg. hasta hace 1 año y zolpidem 10 mg entre 5 a 10 comprimidos cada noche.

En dos oportunidades ha suspendido completamente la ingesta de zolpidem y al día


siguiente ha presentado crisis convulsivas tónico-clónicas generalizadas, con confusión
post ictal de varios minutos de duración.

2.3.2. Síntomas

Frecuentemente presenta confusión mental después de tomar zolpidem lo que la


lleva a repetir la dosis, por eso la cantidad de zolpidem que la paciente usa cada noche
es variable.

2.3.3. Diagnostico

Exámenes: resonancia magnética de cerebro, hemograma, perfil bioquímico,


electrolitos plasmáticos, niveles hormonales tiroídeos, normales. El EEG con privación
de sueño y solo 10 mg de zolpidem revela un ritmo de fondo normal y ocasionales
grafoelementos epileptogénicos bilaterales aislados.
2.3.4. Farmacología (dosis – posología)

Actualmente la paciente está con estrictas medidas de higiene de sueño, restricción


del tiempo en cama y reducción progresiva del zolpidem, sin haber presentado nuevas
crisis.

2.3.5. Justificación de la farmacología

Los receptores GABA-A tienen varias subunidades. La alfa-1 está involucrada en los
mecanismos del sueño y sería el lugar específico de acción del Zolpidem.

Las benzodiacepinas tienen una afinidad no selectiva por todas las subunidades.

Es posible que dosis altas de Zolpidem ocupen todas las subunidades de los
receptores GABA-A, de manera similar a las benzodiacepinas y, por lo tanto su
suspensión brusca produzca no solo insomnio sino que también ansiedad y crisis
epilépticas.
3. Conclusión

En cuanto a los fármacos presentados, las benzodiazepinas son los más elegidos
actualmente debido a su bajo riesgo de letalidad en sobredosis y efectos adversos
leves en dosis habituales, tornándola un fármaco más seguro para la hipnosis.

Tratándose de fármacos que deprimen el sistema nerviosos central es importante


tener en cuenta sus efectos adversos bien como la posibilitad de generar la tolerancia y
la dependencia del uso del fármaco y su posología.

Además del tratamiento farmacológico, es importante el clínico evaluar otras terapias


conjuntas y orientar para la higiene del sueño.
4. Bibliografía

Flórez, J.: FARMACOLOGÍA HUMANA. Elsevier Masson. 6° edición. 2014.

Goodman & Gilman: LAS BASES FARMACOLÓGICAS DE LA TERAPÉUTICA, Mac


Graw Hill. 12° edición. 2012.
Bertram G. Katzung, Anthony J. Trevor. FARMACOLOGIA BÁSICA E CLÍNICA. Mac
Graw Hill. 13° edición. 2017.

Concello da Coruña. Ayuntamiento de A Coruña. Drogas psicotropicas. Acceso en 11


de octubre de 2021. Disponible en:
https://www.coruna.gal/sites/Satellite?c=Page&cid=1242210786328&pagename=Corun
aSinDrogas/Page/Generico-Page-Generica#1238384319419

Échele la cabeza. Psicofármacos Hipnóticos y Sedantes. [Citado 2018 feb 5]. Acceso
en 11 de octubre de 2021. Disponible en:
https://www.echelecabeza.com/psicofarmacos-hipnoticos-y-sedantes/

Torres, Arturo. Psicología y Mente. Los fármacos hipnóticos más usados. Acceso en 11
de octubre de 2021. Disponible en:
https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/farmacos-hipnoticos

Castillo, José Luis. Crisis epilépticas post suspensión de Zolpidem. Rev. méd. Chile
vol.148 no.11 Santiago nov. 2020. Disponible en:
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
98872020001101695&lng=es&nrm=iso&tlng=es

También podría gustarte