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CURSO: CICLO: III

SECCIÓN: D
TURNO: NOCHE

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2017059336

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INTRODUCCIÓN

INTRODUCCION

El presente trabajo académico, trata sobre las Instituciones de Justiniano, aún muy
importante en nuestra época, que constituye un texto de Ley que ha sido promulgada por
el legislador y muy particularmente, es un libro elemental ya que Justiniano envió a
componerlo con la finalidad que fuera un texto legislativo unitario que reflejase la realidad
jurídica del momento y que al mismo tiempo fuera un argumento en continua adaptación.

Esta obra forma parte del Corpus Iuris Civilis, coleccionado a partir de las fuentes clásicas
del derecho romano por mandato de Justiniano a principios del siglo VI de nuestra era.
Éste había ordenado la compilación impulsado por el ideal clasicista de recuperar la
unidad perdida del recientemente invadido Imperio Romano, pero, sobre todo, por una
consciente utilización del riquísimo patrimonio antiguo, útil para crear su propio
ordenamiento jurídico y para ejercer una administración adecuada del imperio.

El propósito de la composición de las Instituciones era que sirvieran también como libro a
los estudiantes de derecho de aquella época, por lo cual concentraba los elementos de
las instituciones jurídicas diseminadas a lo largo de todo el Corpus, tal como ocurriría
después en los diferentes centros de estudios del derecho.

Las Instituciones contienen, pues, una serie de principios jurídicos que


independientemente de la historia de la transmisión del corpus Iuris, tanto en Oriente
como en Occidente, desde la época de la conquista romana estuvieron siempre
presentes, a manera de esencia, en la realidad cotidiana de los diversos territorios que
llegaron luego a conformar los diferentes países europeos.

A esto hay que agregar un factor muy importante, más significativo incluso que el del
plano académico: la existencia de estas mismas categorías jurídicas en el mundo
práctico, preservadas durante siglos, como un sustrato, en la vida cotidiana de los
diferentes territorios que habían conformado el imperio romano. Es decir, hay una base
que sirve de sustento para el impulso académico de preservar las antiguas fuentes del
derecho romano, impulso en que se advierte siempre una intención de continuidad y
unificación a la vez. Por esto, con la obra de Imperio y las que le sucedieron en la misma
línea de tomar el Corpus Iuris como objeto de estudio, no estamos ante un fenómeno de
generación espontánea, sino que siempre existieron conexiones con las etapas
inmediatamente anteriores, las cuales se conectan sucesivamente hasta retroceder a la
propia época de formación del Corpus luris en el siglo V.

Como estudiante de derecho, Considero que se debe reconocer el aporte del Derecho
Romano a la configuración actual del derecho peruano reviste una gran importancia, en
vista que permite identificar los ejes fundamentales de nuestro sistema jurídico. Esta
contribución, debido a su importante aporte en la evolución de la tradición jurídica
romano-germánica, debe ser tomada en cuenta en la actualidad, en vista que a través de
la enseñanza del Derecho Romano, se puede lograr un aprendizaje significativo del
Derecho.

DESARROLLO

Las Instituciones de Justiniano son una obra didáctica y fue dividido en cuatro libros, el
primero consideraba, nociones generales sobre justicia, derecho y sobre gentes, el
segundo, sobre las cosas manera de adquirirlas, testamentos legados y fideicomisos; el
tercero, de las sucesiones intestadas y de las obligaciones que nacen de los contratos; el
cuarto de la obligaciones que nacen de los delitos, de las acciones y de los demás medios
legales de hacer valer los propios derechos.

En este trabajo académico, efectuaré un resumen de lo más resaltante de cada uno de los
libros de las Instituciones de Justiniano; en el libro I, se considera la distinción entre el
derecho natural, el de gentes y el civil; la división entre derecho civil escrito y no escrito;
las clases de derecho escrito; el derecho no escrito; y los objetos de que se ocupa el
derecho privado.

Al referirse a las leyes morales, el único ser que se halla sometido a ellas, el único ser
capaz de derecho es el hombre, inteligente y libre; y las leyes físicas, también
comprenden, no sólo al hombre y al irracional, sino a todos los seres, cuatro diferencias
señala Justiniano entre el derecho civil y el de gentes: su naturaleza, su aplicación, su
nombre y su estabilidad.
Respecto a su naturaleza, civil es el Derecho que cada pueblo establece para sí; de
gentes, el que la razón natural establece entre todos los hombres. No quiere decir con
esto que las reglas del derecho civil no estén fundadas en la razón, sino que, dentro de
los principios de justicia, cada pueblo crea instituciones especiales adecuadas a su
carácter y demás circunstancias; y por eso cambian notablemente de pueblo a pueblo, al
paso que las instituciones de derecho de gentes son las mismas, con pequeña variación,
en todos los pueblos.
Finalmente, la estabilidad de ambos derechos no puede ser una misma. Los preceptos
inspirados directamente por la razón, una misma siempre, han de ser inmutables como
ésta; pero los que la humanidad ha establecido acomodándose a las exigencias de cada
pueblo, o por consideraciones de utilidad, son tan variables como las causas que han
determinado su adopción.

En el Libro II de las Instituciones de Justiniano, se dedica al estudio de la institución de


herederos, trata: la noción e importancia de la institución de heredero y sus condiciones;
quiénes no podían ser herederos; los efectos de la institución a favor de un esclavo; qué
porción de herencia corresponde a cada uno de los instituidos según su llamamiento; las
modificaciones que realizan y sus efectos respectivos.

Así como la desheredación, objeto del Título anterior, era formalidad que sólo debieron
llenar determinados testadores, y según las épocas, la obligación de instituir heredero
alcanzó a todo testador y en todos los tiempos. Sin la institución de heredero no había
testamento. De otra parte, si el heredero no aceptaba la herencia, perdía toda su fuerza el
testamento y todos los codicilos otorgados con posterioridad.
Dada la importancia que tuvo el heredero, no debemos extrañar las numerosas
disposiciones legales que para su institución figuran en el Derecho romano acerca del
instituyente, del acto, del lugar, de la forma y del llamamiento a la herencia: unas de ellas,
fundadas en principios racionales, que se conservaron siempre.

En el Libro III de las Instituciones de Justiniano, se trata todo lo relativo a las obligaciones,
se analiza en primer lugar la naturaleza y efecto; qué obligaciones son materia de este
Título; las clases de obligaciones; cómo debe cumplirse; la responsabilidad del que no
cumple la obligación y las fuentes de estas. Además, se estudia la naturaleza de la
convención, sus requisitos y consecuencias de faltar alguno de ellos; la historia de las
obligaciones convencionales, la división de las mismas en pactos y contratos; se estudia
la clasificación de los pactos y la de los contratos; los medios para asegurar el
cumplimiento de las convenciones; los efectos de las convenciones respecto a los
interesados, y a sus acreedores y a terceras personas.

En el derecho real aparece completamente sometido al hombre el ser físico, destituido de


inteligencia y libertad. En la obligación, el individuo que resulta obligado conserva su
carácter sustantivo, y sólo tiene la necesidad moral y legal de cumplir un deber.

En la definición que hemos examinado se describe lo que la obligación es respecto al


obligado, sin hacer mérito de la persona en cuyo favor existe. Sin duda Justiniano quiso
abrazar en ella toda clase de obligaciones, aun aquellas en que no existe un acreedor
determinado. Pero aunque la definición comprenda todo género de obligaciones, no se
propone el Emperador ocuparse de las que tenemos como miembros de un Estado.

En este concepto, obligación es la relación jurídica que, mediante determinados hechos,


se establece entre dos personas, de las cuales una está sujeta a cierta prestación en
favor de la otra.
El IV libro se refiere a las acciones, consideraba dos clases, acciones reales y personales.
Es acción personal aquella con la que demandamos al que le está obligado en virtud de un
contrato o como consecuencia de un delito; es decir, cuando pretendemos que debe dar,
hacer o prestar. Una acción es real cuando afirmamos o bien que es nuestra una cosa
corporal o que nos compete un derecho, tal como el de usar o usar y disfrutar.

La acción de ley por apuesta solemne tenía carácter general, y por ello era la que se
ejercitaba siempre que la ley no hubiese previsto otra expresamente. Esta acción era de
resultados tan aleatorios como lo es actualmente la acción por cierta cantidad de dinero,
debido a la apuesta procesal, con la que se pone en peligro el demandado si niega
temerariamente, y a la contra-apuesta, con la que se arriesga el actor si reclama algo que
no le es debido.

Así, pues, el vencido perdía a título de pena el importe de la apuesta, que tenía que ceder al
erario público, y para asegurar este resultado se presentaban garantes, tipos de garantías
reales y personales al pretor; de modo distinto a como se hace actualmente, en que el
importe de la apuesta o contra-apuesta procesal según los casos pasa al vencedor.
CONCLUSION

Como estudiante de derecho puedo deducir, que la obra de Justiniano ha sido apreciada
de diferentes maneras, pero para hacer un juicio hay que tener presente el fin que se
proponía alcanzar.
Justiniano ha querido extraer de todas las fuentes, y crear según la necesidad reglas de
derecho en relación con la civilización y las costumbres de su tiempo. En este punto de
vista es justo reconocer que Justiniano es el autor de excelentes reformas.

Históricamente su obra se aprecia porque mientras el tiempo y la barbarie aniquilaban


poco a poco la obra de los jurisconsultos romanos, los trabajos legislativos de Justiniano,
como en toda obra humana, cabe el elogio y cabe la censura. Pero él haber emprendido
semejante trabajo en una época de decadencia, y haberla llevado a su fin completo, es
indicio de una inteligencia, y una voluntad no comunes. Tal monumento basta de una
inteligencia, y una voluntad extraordinaria, basta para la gloria de Justiniano, que ordenó
su edificación y para Triboniano que lo dirigió.

En la actualidad la enseñanza de las Instituciones de Justinianeo, permite cumplir con dos


funciones importantes: construir conocimientos que permitan establecer la continuidad del
derecho en la tradición jurídica romano germánica y poder realizar una crítica del derecho
positivo vigente, de modo que se pueda mejorar el derecho peruano actual.

En un contexto mundial y nacional cambiante, el estudiante de Derecho requiere conocer


el tronco jurídico común del cual surgió el ordenamiento vigente, construir sus
conocimientos jurídicos con herramientas eficaces y evaluar las normas vigentes, de
modo que pueda dar aportes para la mejora del derecho peruano.

Referencias

Archi, Gualberto, "Giustiniano legislatore", en Labeo 16, 1970, pp. 379-382.

BARRIENTOS GRAND6N, Javier, La culturajurídica en Nueva España, México,

Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1993.

Derecho romano, Felipe Serafini, páginas 68 - 69.

Gayo-Instituciones-Libro-4-

Teófilo y Doroteo—Las-Instituciones-de-Justiniano (del latin Institutas, 533).533

 Aurelia Vargas Valencia. Las Instituciones de Justiniano en Nueva España. UNAM,


2001p.18
Digesta Iustiniani", en Corpus Iuris Civilis, Theodor Mommsen (ed.), Dublín, Weidmannos,
1963, vol. 1.

1849 palabras

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