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1. Introducción. Antecedentes
Mientras que en la prenda[1] el deudor tiene que ser desposeído del objeto que sirve como
garantía, en la hipoteca los bienes permanecen en posesión del deudor. Para ser válida, la
hipoteca debe estar registrada. Al igual que con la prenda, la hipoteca solo se puede ejecutar
después del plazo de cumplimiento de la obligación, aunque la ley permite en ciertos casos que se
pueda adelantar su ejecución hipotecaria. (Soares, Crispim, Fernandes y Alves, 2017, p. 158)
De acuerdo a una doctrina peruana, la hipoteca es un derecho real constituido sobre el inmueble
de un deudor o de un tercero, en seguridad del cumplimiento de una obligación asumida por el
primero, que sin desposeer al constituyente permite, en caso de incumplimiento de la obligación
garantizada, la realización pública del bien, satisfaciéndose con su precio en forma preferencial a
quien la tenga registrada. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p. 605)
Según otra doctrina nacional, la hipoteca es un derecho real que recae en inmuebles
singularizados, los que continúan en poder del deudor o constituyente, para garantía del
cumplimiento de una obligación, quedando facultado el acreedor para realizar el valor del
inmueble y pagarse preferentemente. (Vásquez Torres, 2007, p. 39)
3. Características de la hipoteca
La hipoteca está alineada al lado de la prenda en la categoría de garantías que someten un bien al
pago de una deuda. Con exclusividad, agrega Lafayette. Y sin desposesión completa, agregan De
Page y los hermanos Mazeaud. El objeto de la hipoteca es el bien inmueble, constituido por
convención o instituido por la ley, del cual se promoverá su inscripción y, como resultado, se
erigirá como derecho real, oponible a erga omnes y generando para el acreedor el poder de
ejecutar el bien hipotecado para satisfacer su crédito con su venta en subasta pública. Como un
derecho inmobiliario, la hipoteca en sí misma ha sido clasificada y considerada como bien
inmueble. (Da Silva Pereira, 2014, p. 311)
En nuestro derecho nacional el pacto comisorio es nulo (art. 1111 del CC). Estas tres primeras
características se desprenden de la definición de hipoteca contenida en el art. 1097 del CC.
3.4. Indivisibilidad
Mientras no esté liquidada, la hipoteca subsiste en su totalidad sobre todos los bienes registrados,
incluso si se produce un pago parcial: Hypotheca est tota in toto et tota in qualibet parte (Código
Justiniano, Liv. 8, T. 27, § 6).
Este carácter de la hipoteca, que no es su esencia, sino una creación de la ley, puede eliminarse
convencionalmente, cuando se estipula que la solutio parcial libera algunos de los bienes
hipotecados, especialmente si son diversos y autónomos como unidades económicas.
La hipoteca, como garantía, no puede nacer o sobrevivir sin un crédito; si falta este o se invalida,
no existe el crédito; si el crédito se extingue, cancela o resuelve, la garantía hipotecaria
desaparece. (Da Silva Pereira, 2014, pp. 312)
Esta última característica de la hipoteca está contenida en la definición del art. 1097 del C.
4. Conclusiones
Entendemos por hipoteca a aquel derecho real de garantía, indivisible, accesorio, constituido por
escritura pública, que recae sobre un bien inmueble, sin desposesión de este, con el propósito de
asegurar el cumplimiento de la obligación propia o de un tercero. Teniendo el acreedor
hipotecario, en caso de incumplimiento, la posibilidad de la venta del bien para satisfacer su
crédito.
Sus características son: derecho real, bien puede ser del deudor o un tercero, sin desplazamiento
del bien, indivisible, accesorio.
5. Bibliografía
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max (2011). Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Derechos
Reales. Tomo III. Lima: Normas Legales.
DA SILVA PEREIRA, Cario Mário (2014). Instituições de Direito Civil. Direitos Reais. Volúmen IV, Rio
de Janeiro: Forense.
SOARES, António; CRISPIM, Julio; FERNANDES, Liberal y ALVES, Tómas (2017). Lições de Direitos
Reais Timor-Leste. Faculdade de Direito da Universidade do Porto, Centro de Investigação Jurídico-
Económica, Universidade Nacional Timor Lorosae.
[2] Artículo 145.- El acto jurídico puede ser realizado mediante representante, salvo disposición
contraria de la ley. La facultad de representación la otorga el interesado o la confiere la ley.