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EL DERECHO EN LA MEDICINA.

Es innegable que el derecho, en cuanto regulador de la conducta humana, extiende su influencia


sobre toda acción que la desarrolle, de la que la médica no es la excepción.
La actividad de los galenos, como toda otra profesión, es también objeto de regulación jurídica.
Ahí mismo, alejados de toda especulación filosófica, también encontramos reflejada la cuestión
entre el ser y el deber ser, entre lo que es y lo que debería ser. El derecho, en cuanto regulador de
normas de conducta -dijimos- abre su abanico sobre todas las situaciones en donde haya hombres
interactuando; y la actividad médica –En cuanto producto humano- es tanto cuanto mas un
ámbito propicio para la generación de las relaciones que, naturalmente, deben ser entonces
reguladas.
Porque el derecho no sólo se encuentra en los tribunales y con los abogados. Es algo que se
expande como creación social para regular la interactividad entre los hombres como potencial –Y
casi excluyente- solucionador de conflictos.
Y el ejercicio de la medicina -en cuanto a las relaciones humanas que de ella derivan- está
regulado (o debe estarlo) por normas. Y así la razón de su estudio.
Aún sin indagar profundamente, encontraremos puntos esclarecedores sobre la importancia del
planteo. No es antojadiza, como se verá, la afirmación de que el derecho está presente en toda la
actividad (Desde el diagnóstico hasta la intervención quirúrgica y el post operatorio, desde la
primera consulta del paciente hasta aún después de su recuperación).
En la materia médica, por su integralidad de objeto, se presentan con gran asiduidad situaciones,
hechos y actos que tienen efectos jurídicos; que pueden crear, modificar o extinguir derechos y
obligaciones entre sus distintos actores (A manera de ejemplo podemos mencionar: entre el
médico y el paciente, entre éstos y la clínica donde concurre el primero y atiende el segundo,
entre el médico y las obras sociales, y la relación con las farmacias, droguerías y centros de
estudios complementarios, entre cada uno de ellos y el Estado, etc.).
Saber diagnosticar y, en su caso, prever o solucionar determinados conflictos sociales, es parte
de la rama que nos ocupa en este tramo enseñar.
Además de los conceptos básicos del derecho y sus principios -que por su generalidad son
plenamente aplicables a cualquier ámbito- también se debe indagar respecto de los marcos
tradicionales, propios y específicos de la materia médica, porque la regulación de los distintos
aspectos de lo sanitario implica un sinnúmero de relaciones que se crean en el ámbito de la

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medicina que hace necesario abrevar en casi todas las ramas del derecho para su tratamiento, por
ejemplo: a) Derecho Civil en lo que se refiere a la responsabilidad en general y, en especial, la de
la experticia médica, y a cuestiones tan sensibles como el consentimiento informado, las
directivas anticipadas, trasplantes, etc.; b) Derecho Comercial, por los inevitables vínculos que en
la profesión se entablan (contratos comerciales, sociedades, uso de licencias, know how, etc.); c)
Derecho Tributario, con relación al tratamiento de las normas impositivas vigentes en tanto
actividad profesional; d) Legislación laboral, respecto de las eventuales relaciones de
dependencia; e) Legislación internacional; indispensable por la actual situación del mundo
“globalizado”; f) Derecho Penal, que contiene normas exclusivamente dirigidas a la praxis
médica.
Todo ello es fruto de que nuestro sistema jurídico no ha receptado adecuadamente en una correcta
organización toda la profusa normativa que regula la actividad. La falta de codificación de las
normas “médicas” es un tropiezo. Ello, de por sí, provoca una falta de sistematización de la
materia que, sin embargo, y dado por la importancia creciente arrastrada por la explosiva
vorágine de su desarrollo actual, advierte el nacimiento de características propias que al momento
nos hace hablar de una nueva rama del derecho: El Derecho Médico, Sanitario o de la Salud.
En definitiva, lo expuesto sirve no sólo para introducir la discusión sobre la importancia del
derecho en la medicina, sino también para resaltar la imperiosa necesidad de establecer pautas
jurídicas reguladoras de la totalidad del fenómeno sanitario, diferenciados de los derechos
tradicionales.-

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