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El problema de la religión

AFIRMAR que la religión es la principal causa de las guerras


es como decir que si no hubiera religión apenas habría conflictos
bélicos. Pero ¿es así? ¿Podríamos acabar con las guerras con
tan solo eliminar la religión? Independientemente de la respuesta,
un hecho es innegable: la religión no ha unido a los seres
humanos. Veamos algunas de las razones para hacer tal
afirmación.
Divididos por la religión
La religión divide a la familia humana. De hecho, algunas de
las grandes religiones mantienen una rivalidad permanente. ¿Hay
alguna razón para pensar que budistas, cristianos, hindúes, judíos
y musulmanes podrán coexistir en paz alguna vez?
Otra triste realidad es la fragmentación existente en el seno de
estas religiones principales. Por ejemplo, según cálculos, la
cristiandad está fragmentada en más de treinta mil
denominaciones. Y dentro del islam también hay divisiones
debido a creencias contrapuestas. Según una agencia de noticias
del Oriente Medio, el islamista Mohsen Hojjat reconoció hace
poco que “la desunión entre los musulmanes es la raíz de los
problemas del mundo islámico”. Otras religiones influyentes, como
el budismo, el hinduismo y el judaísmo, están igualmente
divididas en muchas sectas antagónicas.
La religión en la política
En casi todo aspecto de la vida está presente la religión.
Según la revista The Economist, “los creyentes expresan cada
vez con más libertad sus ideas religiosas en todos los campos,
incluso en el comercial. La religión se ha infiltrado hasta en la
economía”. Esto divide a la gente en vez de unirla. Pero una
influencia más negativa tiene que ver con la injerencia de la
religión en la política, algo que viene de antiguo.
En un informe que citamos en el artículo anterior, un equipo de
historiadores señaló que “es más probable que la religión sea una
fuerza para la guerra cuando el Estado mantiene fuertes alianzas
con ella”. Y la realidad innegable es que la religión ha estado, y
está hasta la fecha, estrechamente vinculada a entidades
políticas y militares.
Una mezcla explosiva
En muchos países, las religiones mayoritarias se han
convertido en símbolos de identidad racial y patriótica, con lo que
es casi imposible distinguir entre odio nacionalista, prejuicio racial,
rivalidad étnica y enemistad religiosa. Esta mezcla explosiva
contiene todos los ingredientes para destrozar a nuestro mundo.
Lo paradójico es que gran parte de las religiones dicen
representar al Dios de la Biblia, al Creador. ¿Sería lógico que un
Dios todopoderoso y omnisapiente que ama a sus criaturas
tuviera algo que ver con las religiones sangrientas y divisivas?
[Ilustración de la página 6]
Miles de testigos de Jehová han sido encarcelados por
mantenerse neutrales

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