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le Este material es de uso |, exclusivamente didactic Veen ee eae) Pe eeyie cee noveduc ugar dun mode den = juego desde a perspectva det wood Victor Pavia, eta); coordnada por Vitor Pavia trace por Pablo Balaton a ed -Buanos ‘ios Cone da Pubbeaccnos Eaveatiae y Natoral Didécton, 2008 fap: z2c18 om. Ian 097-509-187. 4. suego-Eoueacon Vitor Pavi, coord 1. eoanos, Pablo, us. 00 37133 Correccién de estilo: Susana Pardo Disefo y diagramaciéin: Patricia Leguizamdn lstraciones: Pablo Bolavios - Ana Duleo Diseho de tapa: Anata Kaplan 1 edicién, abril de 2006 © Ediciones Novedades Educativas del Centro de Publicaciones Educativas y Material Didactico SRL. Av. Corrientes 4345 (C1195AAC) Buenos Aires - Argentina Tel.: (54 11) 4867-2020 - Fax: (54 11) 4867-0220 E-mail: contacto@noveduc.com - www.novedue.com Ediciones Novedades Educativas de México S.A. de C.V. Cerrada del Relox #20 - Colonia Chimalistac, San Angel México D.F. - Mexico - C.P. 01070 Tel Fax: (52 55) 55 50 97 28 / 55 50 97 64 E-mail: novemex@infosel net mx - novemex@noveduc.com ISBN-10: 987-598-157-8 ISBN-13: 978-987-538-157-5 ‘Queda hecho ol depésito que establece la Ley 11.729, Impreso en Argentina - Printed in Argentina No se permit a rproduccén pail o oa ol aazonamionto, lagu, imacibn do entero, en cuiquer fom 9 por cuslauer media, sea etectonco o macarice, medart {otocopins,cighlzacgn valoe métosos, sn el perso provi y oserto del eat Su infaccon e porada por las eyes 11.723 ¥ 25446 Indice Protocos TTRES REFLEXIONES INICIALES QUE SON MAS QUE UN PROLOGO Entre el canto rodado y la rueda, Sergio Centurién 9 Una idea global en una aldea global, Cecilio Castro Gonzilez um. 12 Un modo que nos involucre, Luis Felipe Brito Soto 23 PRIMERA PARTE CONFIDENCIAS SOBRE EL JUEGO QUE AQUI INTERESA + Capinuto 1 El juego que interesa, Victor Pavia Caviruto 2 El uso del lenguaje en el juego, ivana Rivero nu. Cavirero 3 La construcci6n de una instancia de juego. Una pizca de S.AL. en el universo lidico, Leonardo Diaz + Capiruvo 4 El juego cooperativo en la escuela, Corlos Veldzquez Callado Caviruo 5 Breve sinopsis de términos recurrentes, Daniel Devito. ‘SEGUNDA PARTE PROPUESTAS PRACTICAS SOBRE FL JUEGO QUE AQUI INTERESA, RECREACION DE TEXTOS De teorias y de prcticas. El juego desde el punto de vista del jugador, Victor Pavia 103 Epitoco Algunas reflexiones finales que son mas que un eptlogo, Patricia Sorlé 137 El juego que interesa Victor Pavia “Hija: Papd éson serias estas conversaciones? Padre: Por cierto que si No son una especie de juego que td juegas ‘conmigo? Padre: iNo lo quiera Dios! Pero son una especie de Juego al que jugamos juntos. Hija: TEntonces no son serios!” Bateson (1985) Un juego de palabras con la palabra juego 1n*Reflexiones acerca del sentido de las palabras’, Borges cita a No- valis para comentar que las palabras portan, junto a su significado Particular, otros connotativos y otros enteramente arbitrarios. Com- pleta la observacién con un recordatorio de su propia cosecha: “existe, pues, la significacién usual, la etimolégica, y 1a figurada 0 insinuadora de ambiente. La primera suele prevalecer en la conversaci6n con extra- fos, la segunda es alarde ocasional de escritores y la tercera es costum- bre de haraganes para pensar’: ' Como tantos otros, el término “juego” es ejemplo palmario de tales vaivenes semanticos y quiz4 deba su éxito de difusion a su misma polisemia. Claro que, si bien los lingiistas reco- rnocen a la polisemia como una caracteristica universal comin a muchos términos actualmente en uso, la frondosidad de significados atribuidos a "juego" ha logrado convertitlo ~a pesar de su sonido frecuente y cotidia- ‘no- en una expresidn extremadamente imprecisa. Es de los posibles ma- los entendidos que tal caracteristica puede provocar en un texto como éste, de lo que tendriamos que estar advertidos a partir de aqui. En espanol, la palabra “juego” indica tanto unién y movimiento (inclu- s0 cuando las uniones de ciertas piezas mecdnicas muestran algun ni- [Lesger de un modo tadico A re K vel de desgaste se dice que tienen “juego”), como un conjunto de ele- mentos que combinan entre si (un “juego” de cubiertos o de muebles); Un artefacto o instalacién (los “juegos” infantiles de las plazas); una 2c- tividad espectfica (“juegos’ de ingenio, en cuyo caso el término opera como sustantivo) y una accién (yo juego mi carta, en cuyo caso el tér- mino opera como verbo). En inglés (por evocar ejemplos de otro idio- ma) hay dos palabras que invocan sendas representaciones de juego. “Play”, que se usa preferentemente para sefialar una actividad cuyo ob- jetivo es la diversién o el entretenimiento, vinculandola incluso con la creacién (to play an instrument) y “game’, que evoca una imagen més acotada, atento a que se usa preferentemente para sefialar una compe- tencia reglada, una contienda, un partido. Otros términos como “gam bol’, “rolic’ “romp”, remiten a travesear, juguetear, retozar. Mientras que palabras como ‘jocus” y mas recientemente “paidia” y “ludus” suelen ser utilizadas para diferenciar no sélo tipos de juego sino, segin la pro- puesta de Caillois (1958), “maneras de jugar”. Para palpar el verdadero espesor de ese universo de significados, hay que considerar también la forma directa y la forma indirecta o figurada. Por ejemplo: si alguien dice: “Maria juega en la vereda”, puede asegu: rar que lo dice en sentido directo, ya que “eso” que esta haciendo Ma tia en la vereda es efectivamente un juego. Pero si dice: “Maria juega en 1a bolsa de valores”, puede asegurat que lo dice en sentido figurado, ya que la actividad bursatil no es precisamente un juego. (iCémo si esta blecer el limite taxativo entre lo que es y no es juego fuera una tarea sencilla!). Claro que el sentido figurado no habita sdlo en los rincones del lenguaje comun. Las analogias con el juego son también cada ver mas populares en el ambito de las ciencias sociales, desde Huizinga y su Homo Ludens hasta Von Neumann y su Teoria de los Juegos.* En direccién contraria a la del sentido figurado (que lleva las interpre taciones del juego hasta territorios insospechados), representaciones hay que proven imagenes sumamente restringidas. Si alguien, al ver ‘ocupado a un/a ninio/a con papeles, pinceles y témperas, le preguntara a su padre o madre qué esta haciendo el hijo/a en ese momento, es probable que la respuesta esténdar sea: “est jugando". Pero si quien opera papeles, témperas y pinceles es la propia madre o padre, la res: puesta probable sea: "estoy pintando’. Esta, la que dice (por mencionat) sélo un ejemplo) que los nifios juegan y los adultos pintan, es una repre-! sentacién consolidada, tan vigente como restringida. Aun cuando los/as! nifios/as suelen diferenciar bien pintar de jugar (Reyes Navia, Lozano &! Pacheco, 2000) y son muchos adultos que sienten que juegan cuanda| $9, Eljuego que interesa con un pincel en la mano, se lanzan a explorar formas y colores. El te- ma es contar con indicadores que permitan determinar cuando un par- ‘wilo y un adulto estén haciendo la misma “cosa” y bajo qué condici nes esa “cosa” puede ser llamada juego. Un ovillo de supuestos y teorias sobre el juego Los interrogantes del apartado anterior nos colocan frente al vasto te- tritorio donde retoza un problema de muy vieja data: las dificultades pa- ‘a encontrar una respuesta univoca a la pregunta “qué cosa es juego", dado el heterogéneo surtido de teorias que trajina el campo. Teorias que, justo es decitlo, configuran objetos diferentes recurriendo al mis- mo término. Ya Huizinga (1938), a quien no se puede dejar de citar cuando se habla de juego, instal6, desde su tesis mas famosa: Homo Ludens, el supuesto de que las teorias sobre el juego son tan diferentes que no logran excluirse entre si, Otto autor clasico, Caillois (1958), ex- pres6 su sensacién de que tan dispares teorias “parecen no estar ha- blando de la misma cosa”. Mientras que, més recientemente, Elkonin (1980) desliz6 la posibilidad de que juego no es “un concepto cienti o en sentido estricto” y Sutton Smith (1996) acepté que en la Asocia- ion para el Estudio del Juego, que él preside, se discute “interminable- mente" la distincién entre “juegos, pasatiempos y deportes’. Como jue- go se define tanto el escondite como el poquer, las mufiecas como el ajedrez; con la misma palabra se evoca la sencillez de las figu- fitas como la majestuosidad del espectéculo olimpico, la candi dez de las rondas y el dramati mo de la ruleta rusa, el movi- mmiento sin sentido del bebe y el frio célculo del financista. keison (1993) sugiere que es Un error aspirar a que juego de- fina un tipo homogéneo de activi dades. Tanto es asi que, parafra- seando a Wittgenstein (1988), es posible decir que algunas de esas oe Jugar de un modo ladlco actividades sélo tienen entre si cierto rasgo de familia, que apenas alcan- za para otorgarles un grado de contingente y arbitrario parentesco. Ras- {go que, como si no estuviera ya suficientemente enmarafiado el tertito- rio a explorar, en algunos casos remite @ la forma (vale decir, ala estruc- tura de la actividad) y:en otros al modo (vale deci, a la actitud del suje- to). Con-fusién de perspectivas que contribuye a desdibujar aGn més las ya de por silimitadas definiciones de juego hasta ahora disponibles. Quienes nos dedicamos al tema hemos aprendido, a fuerza de fraca- 05, que estudiar el juego es como estudiar -se ha dicho con frecuen ia los secretos de un ovillo de lana: a medida que se lo desenreda pa ra penetrar sus secretos; el objeto se va disolviendo hasta quedar a so: las con la lana, lo que equivale a decir: con los jugadores. Con los jugo dores y el sentido que éstos le adjudican a una accién identificada por construccién hist6rica, social y cultural, con el nombre genérico de jue: go. Lo que habilita a pensar que, para avanzar en la busqueda de une definicién de juego que combine rasgos de forma y modo, la perspecti- va de un jugador situado (social, cultural e histéricamente) es condicién, indisputable. Mientras que la interpretacién de un observador indiferen- te a ella es disposicién imputable. | Forma y modo del juego que aqui interesa Reiteramos lo ya dicho en paginas precedentes: el término “juego” pue de indicar muchas cosas y tal frondosidad semantica provoca no pocos alos entendidos; como “juego” se puede descrbir tanto una accién (en teste caso el término opera como verbo: "yo juego"), como una activided, Un artefacto o una instalacién (en este caso opera como sustantivo). ¥ aun si acordésemos hablar de “juegos” slo para sefialar ciertas y determina das actividades (los juegos infantiles, por ejemplo), éstas configuran un universo tan heterogéneo que no tienen en comiin mas que ciertos rasgos que denuncian algin grado de contingente y arbitrario parentesco. Por lo tanto, consideramos conveniente intentar precisar a qué estamos hacien: do referencia concretamente cuando desde estas paginas decimos juego, En primer lugar, advertimos que el juego que aqui analizamos lejos e 18 de representar la totalidad del universo lidico. Muy por el contrario Configura un conglomerado restringido cuya caracteristice principal pue de ser sintetizada de la siguiente manera: implica algin grado de cor promiso corporal, con un componente de actuacién en el contexto del 4, Eijuego que interesa regla. Componente que, sin llevarlos plenamente hasta la categoria de “juego simbélico”, honra la idea vigotskiana de nifio como “pequefio ac- tor y dramaturgo" (Baquero, 2001) de un “juego protagonizado” (Elko- nin, 1989), en donde la fantasta no es una caracteristica particular sino Su rasgo esencial. Juegos en los cuales cuerpo y movimiento devienen protagonistas esenciales de una situacién claramente identificada por los jugadores como fictcia que habilita @ disfrutar del “fingir auténticamen- te’; dado que alli se acta creativamente de acuerdo con lo esperado, en tanto la accion sigue reglas mas o menos explicitas que configuran (a la ver que son configuradas por) un acto recreativo de sesgo autotélico. En segundo lugar, si decimos “cuerpo y movimiento’, “contexto de reglas” “fingimiento auténtico’, “sesgo autotélico’, es porque estamos interesa- dos tanto en una forma de juego como en un modo particular de jugar- lo, Forma y modo constituyen dos variables fundamentales para coi render el juego que aqui interesa: la “forma” pertenece al orden esti to de la actividad (el término “juego” como sustantivo: el juego, los jue- 05), mientras que “modo” pertenece al orden estricto del sujeto (vincu- lado con el uso de la palabra “juego” como verbo conjugado: yo juego). Como forma interpretamos la apariencia singular de un juego especi- fico. Su configuraci6n general. Lo que lo expresa como totalidad organi zada y empuja a los jugadores a respetar determinados requisitos de Presentacidn y desarrollo (en sentido directo, formalidades). Requisitos nada pueriles, ya que reafirman el sentido propio de un juego determi nado (su estructura profunda y menos explicita) y las reglas basicas co secuentes (su estructura externa y mas explicita). Sin perjuicio de mil tiplesvariaciones y/o adaptaciones, es la forma lo que identifica diferen-

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