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CAPITULO IV
EL DILEMA DE LA "CUNA ESPLÉNDIDA": NATURAL EZA
Y TERRITORIO EN LA CONSTRUCCIÓN .DE BRASIL*
Uno de los geógrafos brasileños más iníluycntcs de linnJcs del siglo XX, Milton
San1os, insistía en la necesidad de elaborar "una lt:orla de Brasll a partir del
terrilorio" 1• El reco11ocimien10 de la imponancia de ese desafio intelectu(il.
además de abli1· can1inos de diálogo fecundo entre la his1otia ambien tal, la
geografia histódca y otras disciplinas, nos conduce a uno de los aspectos cen-
trales de la presencia de Brasil en el escenario internacional contemporánc.'O.
En el con1ex10 his16tico de la difusión del concepto de países emergentes
y del surgin1iento, en el 2001, de la idea de los países BRlCS (Brasil, Rusia,
India y China), la dimensión terrilotial ha ido gnnando importancia en la
imagen global de los países. No es una cru;ualidad que los cuau·o pahes men-
cionados en e l acrónimo posean grundcs territorios y, en difcrcnLcs esca las,
grandes poblaciones. En los casos de Clúna e lndla, el tamaño de las pobla-
ciones suele verse, desde una perspectiva de corto plazo, como una ventaja
para el crecimiento económico. En los casos de Rusia y Bras il, pese a que las
poblaciones son de un tamaño consider.ible, lo que pesa más a nivel geopolí-
tico es la rnagni tud de sus teni torios. El espacio nacional de estos países pre-
senLa vastas áreas poco pobladas, aunque 1-elativiu,1ente bien integradas poi·
n1eclio de sistemas de comunicación y u-ansportes. La densidad poblacionaJ
103
104 HISTORIAS DE PAfSES, REGIONES Y PAISAJES
n. • 68 (201O): 95.
• Thereza Santos e Joao Ci\mar:1. ect._, Ceo Brasil 2002: Per:,pectivas do Meio Ambie,rte 1w
Sra.sil (Urasllia: IBAMA. 2002), 32; Oli,·ler Da!xne e Fn'!delic Lououh. Atlas ,/u Bris,I (Porfs: Au-
lr<'ment, 2013). 38.
EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA"... 105
biomas. Es claro que esta división no puede ser asumida de manera rfgida y
absoluta, en parte porque el mundo biofrsico vlvc cu pet111anen1c transfor-
mación. Cada bioma es un complejo de ecosistemas difercn1es que tienen un
grado considerable de afinidad. Tambitn hay muchas áreas de transición en-
tre lo~ biomas, con mosaicos compuestos por distintos tipos de vegetación.
Para realizar análisis a escala regional es necesario cen1rari.e en los ecosiste-
mas locales y sus combinaciones de manera más detallada y concreta. Sin
en1bu1·go, desde el punto de vlsi.n de un análisis histórico del país como un
todo, la clusi6cación en l>eis biomas es bastante 1·evcladora. El actual territo-
rio brasileño, en la parle norte y en el eje norcstesur del litoral ailántico, es-
taba n1arcado. en e l mo111ento de lo llegada de los coloni;,.adores europeos en
el -'iglo XVI, por dos con1plcjos mognfficos de selvas tropico lcs continuas: la
selva an1a1.ónica (originalmente con cerca de 4 millones de km 2 , si conside-
n1mos solo las partes que hoy conforman Brasil) y la mata atlántica (origi-
nalmente con cerca de 1,3 n1i1Jones de km 2). Entre esos dos complejos
sclválicos existfa11 grandes extensiones de diferentes tJpos de sabana, espe-
cialmente el cerrado con sus árboles retorc idos y sucios ácidos (cerca de 2
millones de kn1 2); la caa,inga. sen1iárida con áreas sujetas a sequías pciiódi-
cas (cerca de 840 000 km 2); y el pantanal, con sus extensos humedales y
abundante vída anin1al (cerca de 150 000 kn1 2). Al extremo sur, íinalmcnte,
los cerca de 176 000 km 2 que corresponden a la pru1e brasilerla de los pas1i-
lales de la pampa, que también se extienden por Argentina y Uruguay. Cabe
destocar el liLoral con ti11uo de más de 8000 kilómetros de bancos de arena,
n,o.nglarcs y 01ras íorn1aciones costeras 5.
Es necesario resaltar el peso de esa realidad territorial c.:n la formación
objetiva y subjetivo de Brasil co1no país. El himno nacional, cuya leu-a fue
esc1iLa en 1906, lo enaltece por estar "yaciendo e1crnan1en1e en una cuna es-
pl~ndida" y por ser "giganlc por la propia nalurnleza". Es claro que la idea de
gigante por la propia naLur:ile1.a es solo una herramienta ideológica. Brasil,
con10 todos los países, es una construcción social. Sin embargo, es i111port.an-
le caracterizar el espacio conlinent.ul con el que interactuó dicha construc-
ción. Y también algunos elementos históricos particulorcs de esa construcción
en el con1ex10 de los nuevo-' paíse5 formados a partir del desmoronamiento
de los imperios coloniales europeos en el continente americano: ( 1) Al con-
trario de lo que sucedió con los países hispanoamericanos, Brasil logró in-
cluir en LUla única inslitucionalidad política. a partir del s iglo x1x, las vatias
regiones que componían la Amética portuguesa; (2) A diferencia de los Esta-
dos Unidos, Brasil no requirió expand irse a iravés de negociaciones o con-
quistas militares para obtener un territorio enorme. Heredó polfticamenle,
• Anlonio Robe,~ do Moracs, Gco¡,rafia Hlstflricn do Brasil (S!lo Paulo: Annoblumc, 2011 ). 77
EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA"... 107
'"Po,"t,s indígena, lsolndo; e d.- recente c-<>ntam•, Funda~n Noc,orwl do Indio, Mlnis1ério
d:1 Justi,a, consuhaclo e.l 8 de octubre del 2017, http://www.íunaJ,gov.br/index,phplnossa_s-acoes/
povos-indlgcnas-isolndos-c-de-rcecntc-contoto.
• Antonio Roben de Momcs, Gt:ogrnfia Hhtórico do Bmsll (S<io Pauto: Annnblume, 20 11). 87.
108 HISTORIAS DE PAfSES, REGIONES Y PAISAJES
libres para ocuparlas de manera informal. Así, además de las sociedades in-
dígenas, íue forn1ándosc una población mestiza y relativamente autónomo
en los sertóes que convivía íntimamente con la diversidad del mundo natural.
Algunas palabras como caipiras (que significa habilantcs de los bosques, y se
detiva de la palabra tupi-guaraní cad, que significa bosques), comeni.aron a
ser usadas para <lenon1inar a esas poblaciones, frecuentemente despreciadas
por las élites urbnnas y por las nulorldades polilicas9• Ahora bien, es esencial
recordar que la dualidad sertaolcivilización no puede entenderlle de manero
Jigida. El concepto de sertües no era u11iforn1e ni se refería a lugares clara-
mente definidos en el ,napa del país. Los sertoes, en tanto áreas poco ocupa-
das por la "civilización" de predominio eu1'0peo, ~e podf::in situar en un::i
vadedad de lugares, inclusive en la proxjmidad ele las ciudacle:.. Por otra par-
te, la densidad socioeconómica de los espacios considerados civilizndos po-
día variar mucho: desde la~ ciudades 1nás grandes y cercanas al litoral,
donde las Formas culturales de origen europeo ~e hacían más visibles, h::ista
los haciendas ganaderas y pequei'lo; pueblos del inh:ríor que, desde el punto
de vista del litoral. muchas veces también eran consideradas senane;o.s. Ade-
más, los diferen tes h::ibitantcs de los seni'íes no se cncontr::iban totalmente
ais lados, establecían conlactos e intercambios entre si y con las áreas de ma-
yor densid::id de "civili7.ación" 1º.
Para las élites pollticas y los autores intelectuales del proceso de cons-
trucción del Estado nacional - iniciado con un regimen monárquico vigente
en tre 1822 y 1889. con Río de Janeiro corno su capital-, rnnntenc.r e l domi-
nio fom1al de esos senoes era un imperativo. Estos eran vistos como tenito-
rios culturalmente "vacíos•, levemente ocupados por poblaciones atrasadas
e ignor.:tn tes. Pero la 111agnitud de lo; espncios y la opulencía de su naturale-
7..a silvcstl'e generabnn un potencial indiscutible para su futuro pobla1nien10
v aprovechamiento econó1nico 11 . De hecho, el concepto nctual de "fondos
territoriales" indica c;c doble significado: e~-pacio~ geográficos en el fondo o
detrás de los territorios ocupados y. también, íondos de riqueza para ser con-
sumidos paulatina,ncnte. Las élites locales ubicadas en el contexto de las
manchas de ocupación ya existentes, velnn ~1 los ~ertoes adynccntes como es-
pacios para la expansión hori1.on1al de la economla, que adcn,ás cumplían l::i
Función de atenuar lo~ contlictos por In tierra y asociados a las herencias de
las familias de los propietarios rurales. Pard una economía que mnntuvo casi
sien1pre el modelo técnico rudimentario y ecológicamente destructivo here-
dado del peiiodo colon ial. y q ue logró poca intensificación productiva a tra-
vés de innovaciones tecnológicas, era esencial el crecimiento horizontal por
• Durcy Ríbeiro, O 1><1w1 bra;ddm: A (on11ar611 e o sentido do 810,i/ (Silo Puulo: Cmnp11nbl.1
das l..el ras. 1995). cap, 4.
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EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA"... 109
1972), I, 47, diodo por Cid Valle, lli.<011hos U1ulos Campc,,: Na111re:.a 7rovlcal. lmngem Nacional
, ld,111/,lade Brasil,iro (Rfo de Janeiro: Scnnl, 2005), 156.
11 O HISTORIAS DE PAfSES, REGIONES Y PAISAJES
que el EsLado en consu1.1cción, a lo largo de l siglo xLx, tenía una base fiscal
muy limitada, especialmente por la ausencia del cobro de impues10s directos
sobre las propiedades rura les que consti1uían el eje de l::i producción de ri-
queza 14• Era un Estado con poca capacidad de inLervención concreta en la
vida sociocconómica de las regiones. El 1nan1enimien10 del orden social, que
reproducía en cierta medida un n1otlelo que ya existía en el período colonial,
se daba a Lravés de pactos informales enll'e el Estado cen tral y las él.ltes re-
gionales. A can1bio de cierta autonon1ía y de privilegios, es tas últ imas acep-
taban la instilucional.ldad unificada del país y mantenían el 01·den en los
espacios de dominio local.
El Estado cen tral -además del asumir el costo b6sico del poder judicial
y de las fuerzas armadas, entre otros-- fue especialn1cnte decisivo en el pla-
no de lo que se podria llnmar culturo política. Por ejemplo, patrocinó e l !ns•
titulo Histódco y Geográfico Brasileño, Fundado en 1838, qi1e desanvlló la
narraúva de una continuidad histórica de Brasil y de la legitirnidad de su
don1inio terrilorial. En la segunda mitad del siglo XIX, con una mayor estabi-
lidad, el régimen monárquico promovió la producción de cartografías más
precisas y detalladas, para efectos diplo,nóti cos, didácticos o prácticos. Al
mismo tiempo, en diferenles momenlos, estimuló la elaboración de produc-
ciones artística.~ y literarias que buscaban inculcar en las élites regionales un
sentin1ien10 de pertenencia nacional. La dimensión ambiental estaba muy
presente en ese movin1iento. La 1;quew natural apareció como te1na u orna-
mentación en In literatura, en las artes pl6sLicas, en las ciencias, en la mu-
seografía y en la íconografia oficial del poder, entl'e otros. Se vo lvieron
comunes las imágenes del imperio adornadas con planLas y producLos tropi-
cales, tanto en materia les impresos co1no en objetos. Los mui.eoi. procuraron
enfatizar la diversidad de la fauna y nora, difundiendo la idea de una natura-
leza espectacular, pintoresca y de valor científico universal. Los stands brasi-
leños en lru. exposiciones internacionales se focalizaban en la rique7..a de la;,
sdvas, en conjunto con los productos artesanales indígenas, buscando esLi-
mular -recurri.:ndo al exow.mo- la udmiració11 cultural y el interés econó-
mico de los e.x tranjeros15,
Sin embargo, la mayor parte de los p1'0Cesos sociales y de las dinómicns
de territoriali7.ación regional que sucedían en el espacio brasileño no esta-
ban bajo el conllvl o incluso bajo la capacidad de fiscal izac ión e interven-
ción del Estado nacional. De cualquie1· modo, es con base en la geografía de
esos procesos y dinámicas regionales, desarrollados a partir de movin1ientos
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EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA"... 115
Una consecuenc ia ecológica notable de esa concentración de la ganade-
r-fa en las sabanas del interior fue la lendencia hacia la seporación espacial
cn1re la agricul turn y la ganadería, lo que d ificulló la difusión de los cultivos
mixtos y del abono de los suelos con estiércol animal. La ganadería extensi-
va. ade1nás, generó vados problemas ambientales. como s ucedió en el caso
de la degrddación de los pastos naturales por e l uso recurrente del fuego y de
la compactación de lo;, suelos por el sobrepastoreo 26 •
Otro patrón macro de ocupación de la tierm -que generó procesos de
construcción territorial con poca densidad poblacional, pese a que íueron
geográficamente extensos- fue la extracción directa de con1ponen tes de la
ílora y la fauna. Este tí po de actividad se 1nanifestó en varios bioma~. La ca-
cería con fines comerciales. una activid¡1d aún muy poco estudiada. estimuló
el avance sobre diíerentes regiones de la mota atlán tica en el paso del siglo
x1x al xx. En las primeras décadas del siglo xx. por ejemplo. centenas de mi-
llares de plu1nru. y pieles de aves fuero n expo nadns para adornar sombreros
y ropa. Una red inten1acional de hon,bres de ciencia se cslableció para pre-
sionar por el con1rol de esa aclividadn. Por su parte, la extracción de recur-
sos de la ílor.1 logró est i n1u lar procesos más pcrmanent es de territorial ización.
Un ejemplo significativo fue la extracción comercial de las reservas de hierba
mate en los bosquci. del sur y del suroc~tc, a partir de 1880. con mano de
obra de indios y n1cstJzos, que pern1itió a algunas grandes compai1Cas esta-
blecer control sobre ampl ios tc1Titoriosl8•
S in embargo. eJ caso n1ás cxtraord inalio de extractivismo vegetal que al-
canzó una escala sin igual, fue el boo,11 de la extracción de cauc ho en la
A1nazonla entre 1850 y 1915. Un nuevo sistema de interacciones socioam-
bientales surgió en la región norte de Brasil cuando e l caucho extraldo de los
árboles de la especie Hevea brasiliensis con1enz6 a utilizarse en procesos de
industrialización fuera de Brasil, especialmen te en la fabricación de ncu n1ú-
ticos para la emergente induslda a utomovilística. Ln economía hasta en to n-
ces existente, conccnt.rad a e n los mtírgencs de los grande~ nos, se basaba en
el extJ-activismo de la flora y de la fauna. en la pesca y en el cuJLivo comercial
de ti lgunos productos agrícolas, especialm ente de l c:ic:io. El nuevo sistemo
conectó extensas :ireas d el interior de la selva. divididos en dominios priva-
dos dcnon1inndos seringais, con sectores de punta del capitalismo global
•• Warren Oean, llli1/1 Broadcu nnd Firebmnd, cnp. 5; Roben \Vilcox, "The l..aw oí 1he Lros1
l:.ffort: Cau le RnnchiJ,g and t he Environment in t he Su\'onna QÍ Mnto Gros-so. Bruzíl, 1900·
1980", E,wíro111rw11ral H,stor:,•. 4, n• 3 (1999): 338-368
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Bro,1/, l92ó-/9-15 (Belo I loriwnie: Editora da llf'M().20 10).
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,110,foses flore,wls: C11/111m<. ecologlns, as 1rm15(on11n('(ks ltis16ricas da Marn Atlltmlc'll. l'<b. Ologo
C.'lbml y Ann Busu1man1e (Curiliba: Pdsmns, 20 l6).
116 HISTORIAS DE PAfSES, REGIONES Y PAISAJES
(asunto que también aborda el capitulo de Claudia Leal). Este flujo se realiza-
ba a través de una c.idena de intercambios -en rea lidad, una cadena de deu-
das- que pasaba por compañías internacionales de navegación, casas de
comercio exterior en las capitales, agentes comerciales locales que penetra-
ban en los ríos intercambiando caucho por bienes de consumo, propietarios
de los seringais (los seringalistas), sus íuncionarios y, en el c~labón final de la
cadena, los Lrnbajadores extractores de caucho o seri11g11eiros, diseminado~
por la selva sin p1·otccción legal y fuertemente explotados por los patrones
que pagaban muy poco por el caucho extrafdo19.
En la enorme región amazónica, la población que había sido incorpora-
da a los espocios de dominio eurodescendien1e desde el período colonial era
pequeña. En el c iclo de la extracción del caucho, s in en1bargo, la región reci-
bió una fuerte ola de inmigración de trabajadores pobres, especialmente de
las regiones sujetas a sequías pcdódicas de la caatingll del noreste. También
confluyeron hacia la Amazonía proíesionales y aventureros de varios países.
En 1900, la pobltición oficial de los estados que concentraban la explotación
del caucho - Pará, Amazonas y Acre- estaba en el rango de 1,2 millones de
personas. No obstante, todo ese proceso no generó mayor dcforcs1::ición. La
extracción de caucho no rcqueria la ta la de árboles. Al contrario, para que
durara un tiempo con¡,iderablc, la extracción diada del látex exigía el mante-
nimiento no solo de los árboles de caucho sino tan1bién de los paisajes bos-
cosos que les daban soporte ecológico. La conservación era un requerimiento
de la economí::i. Aún más, con el decaim iento del sistema durante la segunda
década del siglo xx -en función de la creciente hcgcmo,,ra n,undial del cau-
cho proveniente de los plantaciones del sureste asiático- las consecuencias
ambientales se diluyeron todavía n1ál;. A inicios de la década de 1970, cuan-
do con,enzó un ciclo de intensa deforestación, la selva amazónica brasileña
todavía tenía cerca del 99 % de su cobertura originaP0•
La población brasileña creció diez veces entre 1900 y 2000 (cuando alcanzó
los 170 mi llones de pcrson::15). Pero la gran aceleración se dio a partir de 1950.
En ese arlo la población era de 51,9 millones de personas, con una expectati-
va de vida de 43 años, 50,6 % de tasa de analfabetismo y 36,2 % de tasa de
urbani7.ación. Si comparan,os estos porcentajes con los mismos indicadores
en el 2010, podemos percibir la dimensión de la rransfo1mación: 199 millones
,. •Nan-cn Ocon, Bn,:.,I ami 1/re S1111¡:¡;le (or R11bl>er (Cambridge: C<11nbrid~~ Unhcrsll\ P,-c.s,
1987): Barbara \Vein;,1ein, n1t•Amnw11 R11bbcr 8oo111, 1850-1920 (Palo Alto: Swnford Un,,ersity
Pre..._,, 1983).
,. Jo,é Augi1sto Páduo. •stoslera, llis1ória e Conju111ura nn Análbc da Quesillo Amo,..onica",
Histón'a, Cié.ucia.s, Satidt - Mongulnhos. n. • VI, Suplcmcntot 2000,
EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA"... 117
de habitantes, expectativa de vida de 73.4 años. 9,02 % de tasa de analfabe-
tismo y 84,3 % de w·banización31 .
Hasta mediados del sig lo x,x, Brasil era en gran parte una cx1ens ión del
modelo de sociedad establecido en el siglo XIX, incluso si consideramos que
la historia es sic1npre un juego de ¡,crmanencias y canlbios. Es verdad que
ocu rrieron transío rmaciones 1·clevantes. La monarquía terminó en 1889,
dando lugar a u na república federalista que refor1.ó el poder de las oligar-
qufas loca les. Pero la producción agropecuarin continuó siendo la base eco-
nómica de esas oligan¡u.ía.s, y su eje la cxpor111ción de café. En las grandes
propiedades los esclavos fueron sustituidos por trabajadores muy pobres y
práctica1nente excluidos de las estructuras fonno les de educación. Por otro
lado, se dio un cierto crecimiento lLrba1lO, evidenciando problemas de salud
pública generados por el ensanchamiento de ciudades sin salubridad nde-
cuada, conlo lo muestra el capítulo de Lise Sedre:,; y Regina Horta Du:ute.
La po lución comenzó a manifestarse con más nitidez, a través de las emisio-
nes de curUembres, mataderos y pequeñas indus11ias de alin1entación y ves-
tunrio32. La ind ustrialización avan76 lentamente, en parte debido n la poco
disponibilidad de reservas de carbón mineral. La producción nocional co-
men:,;ó a gnnnr alguno relevt,ncia solo a partir de la década de 1920, con base
en las reservas descubiertas en e l sur del país. La hidroelccuicidad t.ambién
avanzó muy despucio 1l.
De todas fonnas. la gran in1nigr..,ción y el inicio del crecimienlo urbnno-
indusuial ca talizaron procesos pollticos importantes. El deseo de mode1ni7.a-
ción tomó ft1c17.a en las nuevas clases medias urbanas. La vida intelectual y
cienUfica ganó nlayor intensidad, con innovaciones artísticas vibrantes y de-
bates p01í1icos que exponían el letargo de In republica oligárquica. Una revolu-
ción que ocurrió en 1930, con fuerte presencia mi litar, provocó una acción
más fuerlc del Eslndo nacional en favor del avnnce urbano-industrial. Las po-
líticas reformistas, sin embargo, evi ta,-on dL-snfiar de n1anern directa la con-
centJ11ción tenitorial v el poder de las é lites rurales. De iodos nlodos, el
manejo tl.!rri.torial fue un coo1pooente importante de las po!Ilicas de dcsarroUo
que se i1nple1nen1::11-fnn en las siguientes décadas, 1ales como: la promoción de
la medicina salubri;.ta (que venía avanzando desde finales del siglo x1x): el es-
tablccimicn lo de códigos legales de explotación de los bosques, aguas y o tros
recursos naturales a partir de 1934; la creación del Instituto Brasileño de
11 JBGE, Tendencias Demográficas ( Rlo de Janolro: JBGE, 200 1) e Smop.c do Ccn,o Demogn\-
firo (Rlo de Janeiro: tUCE, 2011 ),
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C111tino-
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■ Mala aNln11ca
hasla 1960
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t.aa éiOilS o,11rop1.<lldo1 e01nclctc,,
con u, di81rlbucill<l de la poblaeoón
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COllhl<a
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EL DILEMA DE LA "CUNA ESPL~NDIDA" ... 119
A pesar de que el concepto de antropización es discuLible -por invisibi-
U7..ar la presencia de indígenas y otras poblaci.ones nu-ales que manejaban
amplios Len·itorios y paisajes dejando huellas menos pronunciadas-, el
mapa de antropización de los biomas brasileños {figura 1v.1) proporciona
una buena indicación de las áreas en donde existía una n,ayor presencia de
la economía de mercado y del modelo convencional de progreso. E l bion,a
más modIJicado era la mata atlántica, cuya ocupación aumentó mucho du-
rante la primera m itad del siglo x:x. Se estin1n que entre 1910 y 1947 hubo
una deforestación de cerca de 336 000 km21 351. Las manchas de ocupación se
expandían y conectaban, mientras otras nuevas se iban formando. En la caa-
tínga y la pompa las an1 igua:. n1t1ncha:. de ocupación crecían gr.,cias a la ga-
nr,derfa. Pero el cerrado y ]¡1 selv.1 an1a.:ónica esLaban muy poco a 11Lropi1.:adas
en relación con su gran tamaño. A pesar de la abundante presenc ia de cco-
s istc111as nativos en el 1napa de 1960, la cconon1ía, que renovaba el modelo
predatorio heredado del pasado colonial. podla tener un poder destructor
fue11e sobre el mundo natural en las n1anchas de ocupación efectiva. En las
áreas agricolas -así como en a lgunas órea~ urbanas y fron teras industria les
morcadas por fe1,·ocnrrilcs y n1i11erla, cspecialmcn1e la siderúrgico de hien·o
en el sureste- las quemas y la lala desenfrenada de madera eran la regla,
bien fuera para construcción, para la obtención de leña o la producción de
carbón \·egetal.
A su vez, a partir de la década de 1950 ya cs1aba en marcha el gran movi-
n1icnto de transfo1mación que moldeó el Brasil contempornnco: un procei;o
que modificó profundamente inn u merables paisajes 1uralcs y urbanos, pro-
duciendo una verdadera explosión de problemas ambicnrales. Para entender
su sentido deben considerarse una serie de factores. Las reforma:, e inversio-
nes realizadas desde 1930 conslruyeron algunos cin1ientos con10 el perfec-
ciona1nicnto de la máquina estatal. el avance en la industrialización de busc
y el crecimiento de la inf1-acstnJctura urbana. E l contexto internacional de la
posguerra -que n,nrcó el inicio de una "gran aceleración" planctaria 3~- fue
un (actor esencial. La abundancia de petróleo barato y fácilmente importa-
ble -asf co1no nucvus olns de consu,no a través de innovac iones tecnológi-
cas {nuto1nóviles, teléfonos, electroclon,ésticos, enu·e otros)- impulsaron a
cn1prcsns Lrnnsnacionnles agresivas n buscar nuevos mercados. El aumento
del crédito disponible a nivel internacional poLenció el ímpetu desan-olllsta
de muchos gobernantes, aun a costa <le un gran endeudamiento público. El
eslogan del presidente J uscelino Kubitscbek, quien goben16 Brasil entre 1955
y 1960, resume con perfección la seducción ideológica de la época: ¡Avanzar
cincuenta años en cinco! B1-nsil poseía recursos naturales, un mercado de
consun10 en crecimiento -especialmente en las ciudades-, abundante mano
de autopistas y los vehJcu los sobre ruedas tuvieron una clara prioridad, va-
Uéndose de la iLuportación de petróleo y desacLivando antiguos ferrocardlcs.
La agricultura pasó por una profunda conversión hacia grandes unida -
des de agronegocio basadas en el uso de máqujnas y agroquímicos. La au-
sencia de una refonna agr<1ria en la segunda mitad del siglo xx aniculó la
modernización L~cnica con la permanencia de una gran concentració n de
lien·a. En el 2012, J3,7 % de propiedades con más de 100 hectáreas concen-
traban 82,8 % del área total (¡de Lal forma que 225 propiedades con más de
100 000 hectáreas concen Lraba n 13,4 % del &ea totall). Todo esto acompa-
ñado de un omplio apoyo estatal en términos de crédito y asistencia técnica.
Por otro lado, la agricullura ían1ilit1r en pequeñas propiedades. contando
con poco apoyo. logró resistir y n1antenerse en diferentes regiones del paf~.
Según daros del 2006, esta ocupa el 24,3 % del área total desi-inadn a activi-
dades agropecualias y es la gran empleadora ele mano de obra en la agricul-
tu ra (74,4 o.4, de l Lota!) y una gran producLora de alimentos (70 o.4, de frijol
negro y 46 % de maíz, por ejemplo)".
En términos tcnitoriales, la expansión del agronegocio comcn:r,ó en la
región de la n1ata atlántica, e~timulada en parte por políticos de apoyo a los
agrocombu~;ibles, como en el caso del etanol. Pero su gran fron tera de ex-
pansión. o partir de 1980, ha sido el ceir..ido. con base en investigaciones
agronó1nicas que lograron modificar la acidez natural de sus suelos y pe1Tni-
tir un gran aumento en lo producción de soya, maíz y otros productos42. La
producción nociona l de grano:. creció de 17.2 millones de toneladas en 1960
a 206 millones en el 20 ¡ 41•'1. A pesar ele ser una agricultura mucho mós sofis-
ticada que en el pasado - inclusive con practicas innovadoras de conserva-
ción de los i;uelo~. como el llamado "planlfo directo en la paja"-su impacto
ambiental es enorme. Brasil se convirtió en el 1nayor consumidor m11ndial
de agrotóxicos, co n 936 000 toneladas en la zafra 20 10/201 J C4◄ 1.
En las últimas décadas del siglo XX ocurrió un enonne c:xodo rural. Gran
pane de la población rural pobre vivía en los an tiguos latifund ios, sin lftulos
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Amaionla y et cerrado
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