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el día pesadamente respira dejando uvas carcomidas por la soledad. Es esta aldea de sal la
que brilla sola en su frente, luz de tibia sangre inverosímil. La música de sus huesos roe mis
pesados falanges; oh divina calamidad de los sueños, alces nocturnos que abren huecos de
sombra en el amor, en el paisaje salado de los fondos marinos. El espacio es una incansable
langosta que despide centellas y humos exactos de realidad.
Hace tiempo conocí a un lobo
que no sabía aullar
pero como era un niño triste
le enseñé cómo hacerlo
SAÚL HERNÁNDEZ
Soundtrack
es tarde para descolgar tus ojos de entre los cables pelados de una ciudadela ofrendada al
caos
entre el hormigón sueños callados descascarados
esquinas de dopamina y afiches art pop
la calle va ácida
vacía apenas el roce de maniquíes huidos de vitrinas sin sentido
guiados por electrones y algo de perturbadora psicosis
las huellas perdurables se reparten como volantes con indiferencia
por muchachitos adictos al hip hop a la hierba a la caricia urbana
a las deidades muertas en los polos sin marca de las multitudes
las botellas vacías del gran sueño son vendidas a cinco por un sol
las viejas estrellas de rock´n roll no se resignan a la prisión de un cd
las putas echan sus aromas de tibia noche a la calle donde el incienso
de los cristos anónimos se confunde con el humo de las frituras y el olorcito de los
emolientes
de todo se ofrece en las veredas desde carteras calientitas y celulares hasta soles
inalámbricos y sonrisas en stickers para disimular tanta mierda
escogí sentarme a tu lado piedra mía, y esperar así que alguien en su desesperación me
confunda contigo
escogí bajo tierra germinar los ojos,
nadie busca bajo el agua sus orígenes bajo lodos sumerios su nombre
pero debo retornar a la niebla al antes al estado larvario oh hacia la amada piedra no tallada
jamás arrebatada por voliciones eléctricas
hoy abrí los ojos bajo la piel de la noche
pero esta noche como inmemorial ídolo exige su pago y nada vivo hay a mi alrededor
la única nostalgia de mi cuerpo es tu cuerpo que se alzaba como un tibio sol cada mañana
y las lentas cenizas que desde mi se impregnaban al papel
a qué cielo inclinarme y reclamar tus bellos senos y la savia salvaje que brotaba de tu boca
pero aquí un artificio de espinas domina el altar
como un helado pensamiento subo por tus piernas hasta el desorden de este amor tan
animal
germino sin lluvia por todo tu cuerpo
tus raíces voraces buscan algo de luz bajo mi piel
a ti te ofrezco la estalactita rumiante la angustia de mis huesos por esconderse bajo tierra
la
memoria del sol de todos los días
a ti el carbono simétrico de mis calles y la sucia intimidad de mis espigas
a ti el salitre de mi orilla
el óxido de mi boca y las sales imperfectas de mi ropa seca
en pira silenciosa sobre la silla
a ti
el jadeo ebrio de mi sintaxis
el capullo de mi lengua inerte en tu pezón de cera
trepada en nuestra última noche abarcando toda mi memoria te espero
con la vulva despierta como único farol de mi ciudad
la encendida aldaba de todas mis puertas
porque Siberia nos trae avispas de hielo que no pueden entenderse con los espejos
que duplican sus silencios y no sus cuerpos
río silencioso donde dejamos los dedos como marcas para no perdernos en el olvido
peces de insomnio que arden en el silencio total de tus ojos
es que mi ciudad no tiene una calle donde la soledad sea cierta donde las lágrimas no te
asalten en sus veredas ofreciéndote parte de tu nefasta historia en kilos
mis pechos son la prensa de uvas ciertas
en la plaza solitaria de un raro recuerdo un mimo dramatiza el retorno de las palabras
mientras el suicidio se oculta en el silencio de un templo
la gente pasa
los bellos adolescentes postergan su suicidio y desmadejan las nubes a gritos
sus manos son devueltas
es tan patético decir algo entre cables y artificios
lejano queda el ídolo en el templo secreto de tu fiebre
ahora sabes
cada hoja seca es una huella en tu rostro que nos deja el otoño
he muerto de amor sólo para saber que todo es inútil salvo el silencio
del amor sólo aprendí a desnudarme como los árboles de un otoño inventado
en la locura
del amor sólo aprendí a no regatear nada a los atardeceres inciertos
a podarme las dudas mientras la cama reclamaba mi ausencia
o quizás el olvido no dejaba espacio para que estemos solos
ábrete conchatumadreputamierdaputa
ábrete paso entre la asfixia de mis órganos
entre abrazos y cavernas donde el feto de un desierto
se humedece y sonríe
racimos de sol caídos en el desván donde el polvo
y los gusanos no dejan de horadar tu santo nombre
somos cadáveres de una melancólica utopía
sucios garbanzos de fuego en la fría sopa de la memoria
tienes que andar de revés para que nadie siga tus pasos
en esas latitudes la soberbia es una contracción muscular
frase amputada
a cada lengua su clavo de silencio a cada grito su propio cauce de sangre
cuando las obreras del silencio terminan la obra todo está perdido
nadie la reconoció
cuando paseaba desnuda por mi ciudad
dejando estatuas de música en las esquinas
la llamaban Alice
y su corazón avanzaba como una herida
de luz en la noche
ínsula griega
vengo de ese extraño reino donde la palabra es un ilegal que vende drogas
en mi sueño
la música es un leopardo que devora
antílopes de madera ciervos de agua
inasibles mujeres de hierba
el mundo pupila
una mujer fuma mi corazón sobre la hierba que palpita
de adormidera
tus dedos conocen el ritmo de mis cerraduras
c´est
beau
Paris!
sobre
tu mano
ya no tengo orillas
la ciudad ladra
y su partitura es un pez ciego
que viene desde el olvido
no temas
el amor dejó de ser un arma biológica
la ciudad desolada por arcángeles de acero,
cuando llegue te contaré la historia de todas mis heridas
que asesiné sin piedad
sol trepanado
quién diseñó la ciudad, ciego reptil de acero y hormigón que sigue mi rastro,
mis andrajos de cantor ambulante seducido por la noche,
mientras me echo el primer trago la fresca mirada de una muchacha se desvía hacia mí
y empiezo a cantar
escribiría
si podara mis manos mi lengua si cercenara mi cabeza tal vez
la transparencia de DIOS
( llamo Dios a la música que irradia tu cuerpo)
me haga visible
la flor del olvido
presente enfermo
pesadilla
espiga
se desmorona
la música
arcana-lengua
un espejo de amapolas
eres Alice
tu sombra es el límite
tu interior avanza
hacia la piedra
la luna se posa sobre el canto de un poeta ciego
el Universo se conglomera en este pasadizo sin luz
el tiempo aletea en una jaula
para descomponerte libero otra música
péndulo inestable
atravesé la flor
Dios acecha desde un rincón de mi carne
músculo de grafito
alambique de espuma
sonrisa-campanario
vine desde lo que no es permitido conocer
estoy loco
estoy salvado
todo se destruye
nada se conserva
sólo existe la continuidad de las formas
la sustancia es la forma
mi única pregunta es el suicidio
cáscara asteroide
efigie de salitre
arena irresistible
marea de nácares ósteos
mi pelambre mi figura es un fondo negro
donde a picotazos haces estrellas
fosforescencias fósiles
féretros cristalinos
lengua-caverna
he infectado la realidad
algas-piratas
piedras egipcias
mi dolor-piano calla
mi esqueleto brilla
cannabis teje siluetas verdes
estalactitas
Estigias voraces
labio-caracol
música-parthenos
ala monótona
viento-arpía
muralla esquizoide
entre esos cuerpos late un reloj
mi lengua con su plumaje de aceros
círculos bicéfalos
las flores son tus cerraduras
brújula hermafrodita
áulica
tu polvo engranaje
a mí tu lengua atlante
galaxia cero
herido reloj
vivir pétalo en tí
dáctila
se precipita todo el presente hacia una lengua
retorno incierto
el amor irradia fósiles inconcebibles
ya somos una planta
no tenemos espacio en esta tiniebla
precipitaciones marismales
cofres-erizos
cactus salítreos y cementerios de ámbar-oruga
líneas con paréntesis
agujeros de polvo en las zonas-tortugas
cubren la no-mención de esta
ciudadela
tengo a un fauno a mi lado
a lo mejor es el humo
mi extravío es infinito
(entenderían las rosas que el infinito cabe perfectamente en una palabra)
necrópolis abiótica
música-espejo
sombra ofidio
el universo cae vencido hacia tu párpado
cordilleras inversas
amor-plasma
que un orgasmo sea nuestro límite