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Morón Usandivaras, Mariana (2017).

“Las relaciones interclausales en la zona adverbial: la


relación centro-periferia. El caso de las causales”. Bortolón, Mariela et al. (eds). Aportes a la
Lingüística Cognitiva, pp. 239-254. ISBN: 978-987-707-031-6.

Las relaciones interclausales en la zona adverbial: la relación centro-


periferia. El caso de las causales
Mariana Morón Usandivaras
Universidad de Buenos Aires
marmoronu@gmail.com

Resumen
Las dificultades para describir la relación pragmática, semántica y sintáctica entre cláusulas
en la zona adverbial, particularmente en las llamadas adverbiales impropias, no ha permitido
que los gramáticos de la lengua española acuerden entre sí en qué casos hay coordinación y
en cuáles hay subordinación. En un intento por resolver esta discusión, algunos estudiosos
han considerado una tercera relación: la interordinación (Cf. Rojo, 1978; Narbona Jiménez,
1990; Moya, 1999, 2002). En el marco propuesto por Borzi (1995, 2001), el presente trabajo
propone un nuevo tipo de relación entre los conectados de períodos adverbiales causales: la
relación de centro-periferia, que se presenta como superadora de los esquemas anteriores
puesto que es concebida como el resultado de los grados de coherencia/continuidad discursiva
existente entre cláusulas.
El análisis cualitativo y cuantitativo de las cláusulas causales −relevadas en varias obras de
J.B. Alberdi− en relación con los siguientes parámetros: a) Distribución de la información
entre las cláusulas, b) Continuidad tópica entre los conectados, c) Continuidad tópica hacia la
derecha en el discurso, d) Tipos de causa, e) Posición de las cláusulas y f) Iconicidad del
orden de las cláusulas respecto del orden de los hechos, permite dar cuenta de las
características de la relación centro-periferia y de su pertinencia para describir las relaciones
entre los conectados de períodos adverbiales causales.
Palabras Clave: relaciones interclausales, cláusulas causales, centro-periferia, cláusulas
adverbiales.

INTRODUCCIÓN
Ante los problemas que presenta el estudio de las relaciones interclausales en la zona
adverbial, específicamente en las cláusulas denominadas adverbiales impropias (Cf. NGRAE,
2009), y ante la falta de acuerdo entre los gramáticos para establecer una relación sintáctica en
las cláusulas causales, este trabajo propone una nueva relación pragmática, semántica y
sintáctica en los conectados de un período causal: la relación centro-periferia. Esta propuesta
espera dar una respuesta, dado que la relación centro-periferia es concebida como el resultado
de los grados de coherencia/continuidad discursiva existente entre cláusulas (Borzi, 2001).
El grado de coherencia discursiva se mide a partir del análisis cuantitativo de
1
parámetros cualitativos como la distribución de la información entre las cláusulas,
continuidad tópica entre los conectados, continuidad tópica a la derecha en el discurso, tipos
de causa, posición de las cláusulas, iconicidad del orden de las cláusulas respecto del orden de
los eventos, presencia de pausa previa al conector, entre muchos otros.
El presente trabajo propone un estudio de las cláusulas causales a partir del análisis de
los conectores porque y como con sentido causal en el discurso alberdiano en base a cinco
parámetros: a) Distribución de la información entre las cláusulas, b) Continuidad tópica hacia
la derecha en el discurso, c) Tipos de Causa, d) Posición de las cláusulas y e) Iconicidad del
orden de las cláusulas respecto del orden de los eventos.

1 Las relaciones sintácticas


En el marco propuesto por Borzi (1995, 2001), sostenemos que las conexiones
adverbiales tienen, en principio, carácter discursivo y las relaciones sintácticas entre las
cláusulas son el resultado de los grados de coherencia existentes entre estas. También
postulamos que las relaciones pragmáticas, semánticas y sintácticas reflejan la continuidad del
discurso entre cláusulas.
Borzi (2001, 2010) reconoce tres tipos de relaciones pragmáticas, semánticas y
sintácticas interclausales que van de un mayor grado de imbricación entre las cláusulas a uno
menor. Hipotéticamente ubicadas en un continuum en forma de ojiva, en el extremo izquierdo
se encuentra la subordinación de actante, en el otro extremo la subordinación de actante
(2001) que luego se resignifica en la relación centro-periferia (Borzi, 2010) y en el centro, en
la zona donde confluyen ambos arcos, la coordinación. En términos situacionales, la
subordinación de actante es utilizada por los hablantes para referirse a eventos no simétricos
donde lo importante es un evento, no la secuencia; el evento de una de las cláusulas es parte
del evento de la otra y el orden de las cláusulas refleja relativamente el orden de los hechos
designados. La información vieja está en la cláusula introducida por un encabezador y ésta es
la cláusula que se describe como ‘subordinada’. La información nueva está en la cláusula que
se describe como ‘principal’. Por su parte, los hablantes utilizan la coordinación para designar
hechos simétricos, donde lo importante son los eventos en sí y además la secuencia. El orden
de las cláusulas es icónico respecto del orden de los hechos designados y en ambas cláusulas
se presenta información nueva. Las cláusulas presentan continuidad tópica relativa, identidad
o alta conexión entre los eventos, y ambas pertenecen a una misma función retórica. Y, en el
otro extremo de la ojiva, el hablante usa la subordinación retórico cuando lo más importante
no son los eventos sino la función que el hablante establece entre las cláusulas que designan

2
eventos en el discurso. El objetivo del hablante es presentar dos cláusulas con distinto
objetivo comunicativo o distinta función retórica. El orden de las cláusulas no refleja
necesariamente el orden de los hechos designados.
La subordinación retórica se resignifica en la relación centro-periferia, porque el
análisis de los parámetros cualitativos y cuantitativo no permite considerar que exista una
relación de subordinación en casos como las cláusulas causales, consecutivas o concesivas,
como se demostrará en el análisis propuesto de las cláusulas causales.
La relación centro-periferia es una relación discursiva que establece el hablante entre
dos eventos; uno de los eventos funciona discursivamente como el centro de la oración y el
otro como la periferia. La cláusula centro presenta discursivamente la información central, la
información que el hablante destaca o pone en foco. La cláusula periferia introduce
información, generalmente conocida o presentada como conocida, que funciona
discursivamente como marco o punto de apoyo de la información central. No quiere decir que
la cláusula periferia sea prescindible sino que el foco está en la cláusula que presenta la
información central. Ambas son importantes para los fines discursivos del hablante.1

2 Las cláusulas causales


Las dificultades para describir la relación sintáctica en las cláusulas causales no ha
permitido que los gramáticos acuerden entre sí en qué casos hay coordinación y en cuáles hay
subordinación. En un intento por resolver esta discusión, algunos gramáticos como Rojo
(1978, §7.2) han considerado una tercera relación: la interordinación y Lapesa (1978), por su
parte, propone la noción de co-subordinación.
En la línea de la GRAE (1931), Di Tullio (1997) y Seco (1999) han considerado que
las causales pueden ser coordinadas o subordinadas dependiendo del conector que las
introduzca. Así serán coordinadas las introducidas por que, pues, pues que, porque, puesto
que y supuesto y subordinadas las encabezadas por porque, de que, ya que, como y como que.
Por su parte, Gili Gaya (2000 [1943]), propone que todas las causales son subordinadas,
postura que siguen el Esbozo (Real Academia Española, 1973), Kovacci (1990), Alarcos
Llorach (1994), Galán Rodríguez (2000 [1999]), Gutiérrez Ordóñez (2000), NGLE (2009),
aunque estos autores no coinciden en si la subordinación es adverbial como propone Alarcos
Llorach, por ejemplo, o sustantiva, como sostiene Gili Gaya. En oposición a estos últimos
lingüistas, López García (1994) atribuye a todas las causales una relación de coordinación.
Si bien Lapesa acepta que algunas cláusulas causales establecen una relación de
subordinación (El suelo está mojado porque ha llovido), para otros períodos causales agrega

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una nueva relación: la co-subordinación (Ha llovido, porque el suelo está mojado). Es decir,
las dos cláusulas están subordinadas a un verbo de lengua implícito (Digo que ha llovido
porque el suelo está mojado), en el que una cláusula funciona como objeto directo y otra
como circunstancial de causa de ese verbo de lengua. Sin embargo, no explica cuál es la
relación que se establece entre la cláusula causal y la otra cláusula del período.
La propuesta de Rojo (1978), que va más allá de la dicotomía
coordinación/subordinación, sostiene que la relación entre los conectados de un período
causal es de bipolaridad o interordinación entre dos elementos, en otras palabras, en una es
una relación exocéntrica entre dos elementos que se presuponen mutuamente porque “es
forzoso que se dé la cláusula que expresa la causa y, a su lado, la cláusula que indica el efecto,
el hecho causado. Si no se dan ambas, no hay expresión de causalidad” (Rojo, 1978, p.104).
Coincidimos con Rojo en que las cláusulas causales presentan una relación de
interdependencia, pero consideramos que, desde el punto de vista del discuro, ambos
conectados no se encuentran al mismo nivel como indica la bipolaridad, sino que uno
introduce información central, información que el hablante focaliza de acuerdo a sus
intenciones comunicativas, mientras el otro introduce información periférica que sirve como
marco o punto de apoyo de la central.

3 Cuerpo de datos y metodología


El cuerpo de datos está formado por 866 períodos causales introducidos por los
conectores porque y como relevados en las siguientes obras de Alberdi:
• Edición crítico-genética de De la anarquía y sus dos causas principales, del
gobierno y sus dos elementos necesarios en la Republica Argentina con
motivo de su reorganizacion por Buenos Aires, realizada por mí.
• Edición crítico-genética de El crimen de la guerra, realizada por la Dra. Élida
Lois.
• Fragmento preliminar al estudio del derecho,
• Bases y punto de partida para la organizacion política de la República
Argentina,
• Sistema económico y rentístico para la Confederacion Argentina segun sus
Constitución de 1853,
• Elementos del derecho público provincial argentino,
• De la integridad nacional de la República Argentina, bajo todos sus sistemas
de gobierno, á propósito de sus tratados domésticos con Buenos Aires,
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• Peregrinación de Luz del Día,
• La república argentina consolidada en 1880 con la ciudad de Buenos Aires
por capital.
Se aplicó una metodología cualitativa y cuantitativa en base a los siguientes
parámetros: a) Distribución de la información entre las cláusulas, b) Continuidad tópica hacia
la derecha en el discurso, c) Tipos de Causa, d) Posición de las cláusulas y e) Iconicidad del
orden de las cláusulas respecto del orden de los eventos.

4 Análisis
En primer lugar, se analizarán dos ejemplos (uno de porque y otro de como) en
función de los parámetros cualitativos explicados en el apartado anterior y luego se expondrán
los resultados cuantitativos obtenidos en el análisis. Si bien el presente trabajo no tiene como
objetivo comparar los contextos de uso de los conectores porque vs. como, cada cuadro
estadístico presentará los resultados parciales de cada conector y luego la sumatoria de ambos
conectores.
En (1) se analiza el período causal compuesto por las cláusulas (11) y (12) encabezada
por el conector porque.

(1) [La politica esterior como instrumento de organizacion en el Plata, no tiene mas
que un inconveniente y es, que es un instrumento que la Nacion, es decir, las
Provincias no entienden ni saben manejar. Es decir, que la Nacion no sabe manejar el
unico instrumento que puede darle la solucion del gobierno que necesita.]a [No lo
entienden]1 [PORQUE nunca lo han manejado]2
[En vez de manejarla por si, han encargado de su manejo á la provincia de BsAs., es
decir, á la provincia interesada en impedir que la Nacion se encargue de su propio
gobierno: -asi se ha servido de ella misma para mantener desorganizadas á sus
comitentes[?] como medio de perpetuar la procuracion lucrativa.]b (3ºBorrador de De
la anarquía, folio 06).2

El primer parámetro a analizar es la distribución de la información. Podría


considerarse que la información nueva se encuentra en la cláusula causal en el adverbio
nunca. Tanto (11) como (12) presentan información que ha sido mencionada recientemente en
el discurso. En (11) no entienden (en subrayado entrecortado) está expresado tal cual en la
primera oración de (1a) en subrayado entrecortado también. El pronombre acusativo lo de (11)
retoma instrumento, un instrumento y unico instrumento de (1a), todos en subrayado doble.
Asimismo, la desinencia verbal en tercera persona del plural tanto de (11) como de (12)
retoman la Nacion y las Provincias de (1a), todos con subrayado punteado. Es decir, toda la
información de (11) es conocida por haber sido mencionada en el discurso inmediatamente
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anterior. La información conocida de (12) se encuentra también en el pronombre objetivo lo
(en subrayado doble) que retoma la misma información del pronombre lo de (11). Por su parte,
manejado y manejar de (1a) (ambos en subrayado simple) comparten la misma raíz y el
mismo significado. Como se dijo al comienzo del párrafo, lo nuevo está en el adverbio nunca
y en el tiempo del verbo. En (1a) se expone que las provincias no manejan la política exterior
en el momento de la enunciación, pero recién en (12) se agrega que antes tampoco la
manejaron, NUNCA la manejaron. En conclusión, en el período causal de (1) uno de los
conectados (11) introduce la información conocida y el otro (12) la nueva.
En cuanto a la continuidad tópica a la derecha en el discurso, la información que
persiste en (1b) es la presentada por (12), puesto que el infinitivo manejar y en el sustantivo
manejo comparten la raíz léxica de manejado (todos en subrayado simple). También se
retoma el designado de lo (subrayado doble) en el pronombre la y en el posesivo su (también
en subrayado doble). No olvidemos que el designado de lo es “la política exterior” y “ese
instrumento”. La variación en el género de los pronombres responde al hecho de que el
ejemplo analizado pertenece a un borrador, no a una versión final corregida normativamente
para ser impresa. Por otro lado, el designado de la desinencia de tercera persona del plural del
verbo de (12) persiste en el por si de (1b), ambos en subrayado punteado. Esto indica que la
información que está focalizada es la que el escritor retoma a la derecha en su discurso y que,
en este caso, coincide con la información nueva. Esto es coherente con la expectativa más
generalizada del hablante: posición uno, información conocida y temática en tanto que la
posición pospuesta se asocia con información nueva (remática) y focalizada.
Entre los tipos de causa propuestos, el período causal de (1) manifestaría “opinión +
causa” (Cf. explicación de la Tabla 3). La intervención del hablante es notoria puesto que la
consecuencia (no entienden la política exterior), entendida en un sentido amplio, es una
opinión del hablante, no solo la conceptualización de un hecho. Por su parte, la cláusula
causal designa un hecho determinado y que efectivamente ha ocurrido (las provincias no han
manejado la política exterior en ningún momento). El escritor conceptualiza dos eventos
diferentes y los interrelaciona. La relación causa-consecuencia es una relación discursiva que
establece el escritor y que necesita de dos eventos: uno que funcione como causa y otro como
su consecuencia.
A continuación analizamos el período causal (21) y (22) en el que la causa está
introducida por el conector como.

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(2) Despues de capital y tesoro no le falta al Congreso, para ser un poder en realidad,
sinó el brazo de un ejecutivo nacional que reduzca á verdad práctica sus leyes. Si lo
tuviese, no le faltarian á la Nacion la capital y el tesoro de que está desposeida. [Es
porque no lo tiene que se lo desempeña, por encargo, el Gobernador poseedor de la
capital y del tesoro de la Nacion, es decir, el Gobernador de Buenos Aires.]a [Y
COMO él los posee á título de Gobernador de la Provincia, y no de encargado del
ejecutivo nacional,]1 [el Congreso debe esperar que el ejecutivo de que dispone á
préstamo podrá ejecutar todas sus leyes, menos las que recaigan sobre el tesoro, sobre
el crédito público, sobre la aduana, sobre las tarifas, y sobre todo cuanto concierne á la
ciudad y provincia en que esta hospedado.]2 [El Congreso legisla en toda la Nacion,
excepto en el terreno en que pisa, al revés de todos los Congresos federales, que no
tienen mas territorio propio y directo que el de la ciudad de su instalacion]b (DLA:
78).

En (2), la información conocida se encuentra en la cláusula antepuesta encabezada por


el conector como, es decir, en (21). En primer lugar, el sujeto de la causal de (21) él retoma el
designado de Gobernador de (2a), ambos en subrayado simple. En segundo lugar, el
pronombre acusativo los de (21) tiene el mismo designado de la capital y el tesoro de la
Nacion de (2a) (subrayado punteado). Por su parte el verbo posee de (21) comparte la misma
raíz semántica que poseedor de (2a), ambos con subrayado entrecortado. Y, por último,
Gobernador de la Provincia de (21) y Gobernador de Buenos Aires de (2a) (subrayado doble)
manifiestan identidad de designado. Es decir, la información de (21) es conocida por haber
sido mencionada en el discurso previo. A diferencia de (21), (22) presenta información nueva
para el lector que luego es retomada a la derecha en el discurso. Así, el nominal El Congreso
de (22) persiste en (2b) como puede verse en el subrayado grueso entrecortado. Por otro lado,
el designado de la ciudad y provincia en que esta hospedado de (22) es el mismo de terreno
en que pisa de (2b) (subrayado ondulado). Como en (1), en (2) también se cumple la
expectativa del lector de información conocida en la cláusula antepuesta e información nueva,
focalizada y que persiste a la derecha en la cláusula pospuesta.
En cuanto al tipo de causa, (2) manifiesta Causa + Resultado; los hechos designados
por las cláusulas respetan el orden icónico temporal en el que se han producido; se presenta,
entonces, la causa en primer lugar y el resultado a continuación. En este caso, la causa (Mitre
es Gobernador) es un hecho histórico, objetivo, que además entabla una relación de
consecuencia con el resultado (el Congreso debe esperar). En otras palabras, en (2) las
cláusulas respetan el orden temporal de los eventos. Primero se presenta la causa (21) y en
segunda posición la consecuencia (22). El hablante, en el período causal (en negrita) cuenta lo
que sucede en este momento en la República Argentina. La causal expone la causa (El
Gobernador de Buenos Aires posee el tesoro y la capital de la Nación) que permite la

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existencia de un determinado estado de cosas (El Congreso debe esperar que el Gobernador
de Buenos Aires ejecute sus leyes). Recordemos brevemente que la victoria bonaerense sobre
Urquiza en la batalla de Pavón ha dejado el poder político y económico en manos del
Gobernador de Buenos Aires. El Congreso Nacional es un huésped de Buenos Aires que
carece de poder para sancionar leyes porque carece de un presidente con la autoridad de
hacerlas valer. En otras palabras, no puede promover ninguna ley que le quite el poder a
Buenos Aires y distribuya de manera equitativa el tesoro nacional que, en ese momento,
Buenos Aires utiliza para su propio beneficio, sin importarle las condiciones financieras en las
que se encuentran las otras provincias argentinas, y no tiene interés en cambiar la situación.
A continuación, observaremos los resultados del análisis cuantitativo de las cláusulas
causales bajo estudio. La Tabla 1 presenta los resultados de la medición de los conectores
como y porque en relación con el parámetro de distribución de la información.

Tabla 1. Distribución de la información

Información Información = información en


Total
Conocida nueva ambas cláusulas

218 11 0 229
COMO
95,20% 4,80% 0,00% 100,00%
308 325 4 637
PORQUE
48,35% 51,02% 0,63% 100,00%
526 336 4 866
Total
60,74% 38,80% 0,46% 100,00%

En esta tabla se han analizado tres variables: a) información conocida, es decir, en el


período causal la cláusula que encabeza el conector introduce información conocida mientras
la otra cláusula la información nueva; b) información nueva, o sea, en el período causal la
cláusula que introduce el conector presenta información nueva y la otra cláusula la
información conocida y c) mismo tipo de información en ambas cláusulas, en otras palabras,
ambos conectados del período causal presentan información conocida o ambos, información
nueva.
En el caso de como, el 95,20% de las cláusulas encabezadas por este conector
presentan información conocida, marcando una preferencia de este conector por ella; solo un
4,80% introduce información nueva y no hay períodos causales en los que ambos conectados
tengan el mismo tipo de información. A diferencia de como, porque no manifiesta diferencias

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importantes entre la información conocida (48,35%) e información nueva (51,02%), puesto
que los porcentajes son bastantes similares. También el conector porque se diferencia de
como en que un 0,46% de la totalidad de casos ambas cláusulas del período introducen el
mismo tipo de información. Si bien estos resultados muestran una diferencia entre ambos
conectores en los contextos preferidos de uso de cada uno de ellos en cuanto a la distribución
de la información, lo que se quiere rescatar en este momento es que los conectados de un
período causal tienden a presentar un desequilibrio informacional entre sí, es decir, mientras
un conectado introduce información conocida, el otro conectado información nueva. Si
sumamos los porcentajes de los períodos causales en los que como y porque presentan
diferentes tipo de información en cada conectado (60,74% + 38,80%), un 99,54% de los casos
analizados presenta desequilibrio informacional contra un 0,46% de períodos causales con el
mismo tipo de información. Lo que permite concluir que los períodos causales prefieren
contextos de desequilibrio informacional donde uno de los conectados presenta la información
conocida y el otro introduce la nueva.
En la tabla 2 se presentan los resultados del análisis cuantitativo de los conectores bajo
estudio en relación con el parámetro de continuidad tópica a la derecha en el discurso. En las
filas se encuentran las frecuencias observadas de como y porque respectivamente. En la
primera columna están las frecuencias observadas de los casos en los que la causal no
manifiesta continuidad tópica a la derecha en el discurso y en la segunda los casos en los que
sí hay continuidad tópica a la derecha.
Este criterio permite distinguir entre información central o focalizada e información
periférica. La presencia de continuidad tópica a la derecha de la causal es un índice de que la
información que introduce la causal es importante discursivamente. Es central para el discurso
que le sigue. Por el contrario, la ausencia de continuidad tópica hacia la derecha de la causal
indica que la información que introduce es periférica porque vuelve hacia atrás.

Tabla 2. Continuidad tópica a la derecha


Sí No Total
207 22 229
COMO
90,39% 9,61% 100,00%
151 486 637
PORQUE
23,70% 76,30% 100,00%
358 508 866
Total
41,34% 58,66% 100,00%

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Si se considera que las cláusulas de como introducen elementos conocidos por
hablante y oyente que pueden haber sido mencionados recientemente en el discurso o que
están en el conocimiento compartido se concluye rápidamente que esas cláusulas son
temáticas en su conjunto y, como miembros de un período, la cláusula consecuencia que las
sigue será la información remática, nueva o importante para el discurso. Es de esperar
entonces que en estos períodos con como, que están en un 100% de los casos en cláusula
antepuesta, los elementos del período que se retoman en el discurso que sigue provengan no
de la cláusula con como sino de la cláusula consecuencia que además ocupa la posición final.
En otras palabras, las cláusulas causales con como tienden a retomar información que se
encuentra en las cláusulas previas, por lo tanto, no suelen presentar continuidad tópica a la
derecha en el discurso como se observa en la tabla 2; el 90,39% de los casos las cláusulas de
como no manifiestan continuidad tópica a la derecha en el discurso. En esto se diferenciarían
de las causales de porque que manifiestan una marcada tendencia a mantener la continuidad
tópica a la derecha (76,30% de los casos analizados). El hablante elige utilizar una causal con
porque cuando introduce información importante que luego retoma a la derecha en el
discurso. Esto permite distinguir entre los usos de como como tematizador que introduce
información discursivamente periférica y los de porque como focalizador que introduce
infromación central desde el punto de vista discursivo. Esto permite concluir que la
información focalizada o importante discursivamente se encuentra en uno de los conectados
del período, preferentemente el segundo, mientras el otro conectado presenta información
periférica. Por lo tanto, no habría bipolaridad (Rojo, 1978) en el sentido en que ambos polos
no se encuentran al mismo nivel; hay uno que introduce información relevante que luego se
retoma a la derecha en el discurso y que el hablante elige focalizar conforme al contexto y a
su intención comunicativa. Tampoco habría subordinación, puesto que la causa y la
consecuencia se presuponen mutuamente. No puede haber causa sin consecuencia y viceversa.
En la tabla 3 se presentan los resultados del análisis cuantitativo de los conectores
como y porque con respecto a los tipos de causa. En la clasificación de los tipos de causa
utilizada en nuestro análisis, se han considerado tres parámetros en combinación: (a) género
discursivo del fragmento: [+ narrativo] o [+ argumentativo]; (b) la relación de la situación
designada con los hechos y (c) la intervención del hablante en el discurso.
En cuanto a la relación de la situación designada con los hechos, se ha considerado el
valor [+/- real] de los eventos. Si bien toda designación de un hecho o una situación es una
conceptualización del hablante, puede considerarse que hay una gradación en la relación que

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establecen esas conceptualizaciones con la realidad. En lo que respecta a la intervención del
hablante en el discurso, la escala se ha realizado en relación con el valor [+/- opinión], es
decir, si el evento es una opinión del hablante o un hecho histórico. Como puede observarse,
los dos parámetros se encuentran estrechamente relacionados.
La presencia del hablante también se manifiesta en la manera de presentar los eventos.
Cuando el orden de las cláusulas respeta la iconicidad de los hechos designados y el contexto
es más narrativo, pareciera que la voz del hablante se diluye tras los hechos y que la
presentación de esos hechos es más objetiva; por el contrario, cuando el orden de las cláusulas
rompe con la iconicidad, la intervención del hablante se evidencia con mayor claridad, puesto
que es el hablante el que elige conceptualizar dos hechos y establecer una relación entre ellos.
Es la inter-relación entre estos parámetros la que establece la escala. Hipotéticamente
ubicadas en un continuum, en un extremo se encuentran los períodos causales en contextos
narrativos en los que se presentan hechos históricos u objetivos mientras que, en el opuesto,
están aquellos períodos causales que se hallan en contextos argumentativos caracterizados
porque ambas cláusulas introducen una opinión, un deseo o una orden del hablante. Los siete
tipos de causa encontrados en el corpus, se presentan respetando la linealidad de este
continuum: 1. Causa + Resultado, 2. Motivo + Resultado, 3. Consecuencia + Causa, 4.
Opinión + Causa, 5. Opinión/Conclusión + Razón, 6. Consecuencia de acción + Razón y 7.
Exhortación/Conclusión + Razón Final (Cf. Morón Usandivaras, 2015).

Tabla 3. Tipos de causa


Cons. de Exhort. +
Causa + Motivo + Consec. + Opinión + Conclusión
acción + Razón Total
resultado Resultado Causa Causa + Razón
Razón final
152 77 0 0 0 0 0 229
COMO
66,38% 36,62% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 0,00% 26,44%
0 0 106 340 162 22 7 637
PORQUE
0,00% 0,00% 16,54% 53,38% 25,43% 3,45% 1,10% 73,56%
152 77 106 340 162 22 7 866
Total
17,50% 8,89% 12,24% 39,26% 18,71% 2,54% 0,81% 100,00%

En la tabla 3, se observa claramente que como y porque no presentan los mismos tipos
de causa. Como se utiliza en contextos (más) narrativos en tanto porque en contextos (más)
argumentativos. Sin embargo, más allá de las diferencias, lo relevante es que los períodos
causales manifiestan la relación entre dos eventos diferentes marcada por el signo +. La
cláusula causal conceptualiza un evento que funciona como la causa, motivo o razón mientras

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la otra cláusula del período da cuenta de otro evento que funciona como su consecuencia,
resultado o conclusión.
No se presentan tablas con el resultado cuantitativo de los parámetros de posición de
las cláusulas e iconicidad del orden de las cláusulas respecto del orden de los eventos, puesto
que como se encuentra en el 100% de los casos en posición antepuesta y, por lo tanto, respeta
la iconicidad del orden de los eventos (26,44% de la totalidad de los períodos causales bajo
estudio) y porque se encuentra en el 100% de los casos en posición pospuesta y, en
consecuencia, rompe la iconicidad del orden temporal en el que se producen los eventos
(73,56% de la totalidad de cláusulas causales analizadas). La alta frecuencia de uso del
porque manifiesta una preferencia de las cláusulas causales a aparecer en posición pospuesta
que es coherente con la alta participación o intervención del hablante en este tipo de cláusulas
puesto que la relación causal entre dos eventos es discursiva, es elegida por el hablante de
acuerdo a sus fines comunicativos.3
En resumen, los períodos causales introducidos por porque y como en el discurso
alberdiano manifiestan:
a. Desequilibrio informacional, es decir, uno de los conectados presenta la información
conocida y el otro, la nueva. La información que persiste a la derecha preferentemente
es la que encabeza la cláusula causal (58,66% de la totalidad de los casos bajo estudio)
y la que el hablante focaliza.
b. Desequilibrio retórico: la causa es una función retórica diferente del
resultado/consecuencia. El hablante presenta dos eventos con distintos objetivos
comunicativos..
c. Designados diferentes en cada conectado: un constituyente no es parte del otro. Origen
(causa) y Destino (consecuencia) se definen contrastivamente, como se observa en el
análisis de los tipos de causa. Lo más importante no son los eventos sino la función
que el hablante establece entre las cláusulas que designan eventos en el discurso.
d. Predominio de la ruptura de la iconicidad de las cláusulas respecto de los eventos
(73,56% de la totalidad de períodos causales analizados). En otras palabras, el orden
de las cláusulas no refleja necesariamente el orden de los hechos designados.

CONCLUSIONES
La relación pragmática, semántica y sintáctica que se establece entre los conectados de
un período causal es la de centro-periferia, que se define por las siguientes características:
• Presentar dos cláusulas en relación de interdependencia. Es decir, que se
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conceptualizan dos eventos diferentes y es el hablante el que establece una relación
entre ellos (no hay causa sin consecuencia), lo que permite diferenciarla de la
subordinación de actante donde un evento es parte del otro, del denominado principal.
• Los conectados tienen diferentes funciones retóricas; el hablante elige presentar un
evento como causa y al otro como su consecuencia. Causa y consecuencia son dos
funciones retóricas diferentes.4
• Los conectados presentan desequilibro informacional, hay una cláusula que tiene
información temática y otra cláusula que tiene información remática, lo que la
diferencia de la coordinación, que se caracteriza por el equilibrio en todos los niveles.
En la distribución de la información todos los conectados por una relación de
coordinación presentan información temática y remática.
• La focalización de un conectado sobre otro. Este aspecto la diferencia de la
bipolaridad, en la que los conectados en relación de interordinación se encuentran al
mismo nivel. En la relación centro-periferia el hablante elige presentar una cláusula
como el centro discursivo de su mensaje y la otra como la periferia.
• El conector siempre encabeza la cláusula que introduce y forma grupo fónico con
ella, es decir, no puede haber pausa entre el conector y su cláusula.

En conclusión, la relación centro-periferia se distingue de la subordinación en que


presenta dos eventos distintos y en que ninguno de ellos forma parte del otro. A diferencia de
la coordinación, presenta alto desequilibrio informacional y retórico. Si bien las cláusulas
causales presentan una relación de interdependencia entre los conectados como propone Rojo
(1978) para las oraciones bipolares, la relación centro-periferia da cuenta de la intención
comunicativa del hablante de focalizar la información de una cláusula sobre la de la otra.

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NOTAS
1
La relación centro-periferia presenta puntos de contacto con la noción de subordinación núcleo-satélite
propuesta por Matthiessen y Thompson (1988) desde una perspectiva discursiva. La diferencia está en que en la
relación centro-periferia no hay subordinación entre los conectados sino interdependencia.
2
Para citar los ejemplos se utilizó la nomenclatura que figura en la edición crítico-genética de De la anarquía y
sus dos causas principales que he realizado (2016).
3
Esto no quiere decir que no existan relaciones causales entre dos hechos en el mundo externo como se ha
comprobado en las ciencias naturales, por ejemplo. Sin embargo es el hablante el que conceptualiza esos dos
eventos y elige ponerlos en relación o poner en evidencia una relación causal “pre-existente” de acuerdo a sus
fines comunicativos. La causa no existe por sí misma.
4
En consecuencia, los períodos consecutivos que también establecen una relación semántica de causa-
consecuencia entre dos eventos tendrían una relación de centro-periferia. Considerando los estudios de Miñones
(2003, 2012) sobre cláusulas concesivas y adversativas, podrían incluirse dentro de la relación centro-periferia
puesto que los períodos concesivos y adversativos presentan dos eventos en una relación de contraste.

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