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Revchilanestv49n01 06-1
Revchilanestv49n01 06-1
cl
Bloqueos de tronco
Truncal blocks
Sebastián Layera MD.1, Daniela Bravo MD.1, Julián Aliste MD.1
Abstract
Truncal blocks have recently been positioned as an alternative to neuraxial Key words:
analgesia. The injection of local anesthetics in interfascial planes was initially Nerve block,
guided by anatomical references, to later evolve towards a more selective ad- regional anesthesia,
ministration when guided by ultrasound. Successful execution of truncal blocks local anesthetics,
requires detailed knowledge of the chest and abdominal walls anatomy. The fascia
same logic allows us to understand its potential benefits concerning periope-
rative analgesia, as well as its limitations and therapeutic margins. Secondary
to a growing interest in less invasive techniques and analgesic techniques with
a more favorable risk-benefit profile, the available evidence in this field is in
continuous development. Thus, in the present review, the technical aspects of
these blocks will be evaluated, emphasizing the sonoanatomy, and assessing
the best evidence to support the use of each technique.
Término Mesh: nerve block, regional anesthesia, local anesthetics, fascia.
Resumen
Los bloqueos de tronco se han posicionado recientemente como una alter- Palabras clave:
nativa frente a la analgesia neuroaxial. La inyección de anestésicos locales en Bloqueos regionales,
planos interfasciales inicialmente fue guiado por referencias anatómicas, para anatomía regional,
posteriormente evolucionar hacia una administración más selectiva al ser guia- anestesia local,
da por el ultrasonido. La ejecución exitosa de los bloqueos de tronco requiere fascia
un conocimiento detallado de la anatomía de las paredes del tórax y abdomen.
Esta misma lógica nos permite entender sus potenciales beneficios en rela-
ción con la analgesia perioperatoria, como también sus limitaciones y margen
terapéutico. La evidencia disponible está en continuo desarrollo, dado el cre-
ciente interés que concitan técnicas menos invasivas y con un perfil de riesgo-
beneficio potencialmente más favorable. En la presente revisión se evaluarán
los aspectos técnicos de cada bloqueo, poniendo énfasis en la sonoanatomía, y
evaluando la mejor evidencia que sustente el uso de cada técnica.
1
Departamento de Anestesiología y Medicina Perioperatoria, Universidad de Chile.
ORCID
https://orcid.org/0000-0001-5690-9609
Correspondencia:
Sebastián Layera
Email: sebastianlayera@gmail.com
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l uso de una técnica neuroaxial para el manejo torácicos se denominan nervios intercostales, debido
del dolor postoperatorio, tanto en cirugía torá- a su recorrido en el espacio intercostal. Cada nervio
cica como abdominal mayor, constituye un pilar (excepto T1 que contribuye a la inervación de la ex-
fundamental en nuestra práctica clínica como aneste- tremidad superior) a nivel de la línea axilar media da
siólogos. Sin embargo, el bloqueo epidural torácico un ramo cutáneo lateral que atraviesa los músculos
está considerado como uno de los procedimientos intercostales, dividiéndose a su vez en un ramo ante-
con mayor dificultad técnica[1], tiene una alta tasa rior y posterior que inervan la piel de la pared torácica
de falla primaria en centros docentes[2] y se asocia a antero-lateral. El ramo cutáneo anterior corresponde
diversas complicaciones derivadas del procedimiento al ramo terminal de los nervios intercostales segun-
(ej. punción dural accidental, hematoma o infección do al sexto y emerge entre los músculos intercostales
epidural) y de los fármacos que se utilizan en forma cerca del borde lateral del esternón, dando un ramo
continua (ej. hipotensión, náusea y vómitos, retención medial y otro lateral que inervan la piel de la línea
urinaria). media torácica.
Con el propósito de tener alternativas a la analge- Los nervios intercostales de T6 a T11 tienen un
sia epidural torácica (AET) han surgido recientemente trayecto inicialmente intercostal, sin embargo, en su
una amplia variedad de técnicas de anestesia regio- trayecto hacia la línea media envían ramos hacia la
nal, cuyo objetivo primario es alejarse del neuroeje pared abdominal, por lo cual reciben el nombre de
para evitar las complicaciones ya descritas, intentan- nervios tóracoabdominales[5]. Son responsables de
do al mismo tiempo lograr una adecuada analgesia la inervación de los músculos de la pared abdominal
postoperatoria. anterior, además de proveer la sensibilidad cutánea
Los bloqueos de tronco tienen como característica bajo el reborde costal entre la apófisis xifoides y el
común la búsqueda de espacios anatómicos interfas- ombligo. El nervio subcostal (T12) no tiene trayecto
ciales o subfasciales, que permitan la administración intercostal, y transcurre entre los músculos de la pa-
de anestésicos locales, lo que muchas veces debe ser red abdominal, inervando músculos y la piel sobre la
en grandes volúmenes, con el objetivo de bloquear sínfisis del pubis.
nervios periféricos por difusión del fármaco dentro de Los nervios ilioinguinal e iliohipogástrico, origina-
dicho espacio. De esta lógica se desprenden algunos dos en T12-L1 y L1 respectivamente, son ramas ter-
de sus riesgos y limitaciones, toda vez que existe un minales del plexo lumbar, no obstante, contribuyen
mayor riesgo de toxicidad sistémica por anestésicos en la inervación de la pared abdominal inferior y de
locales por la masa de droga requerida (ej. bloqueos la zona inguinal. Además de la inervación cutánea y
bilaterales, amplias áreas de absorción)[3], además de muscular contribuyen en la sensibilidad del peritoneo
la inherente dificultad procedimental para ubicar con parietal.
precisión espacios anatómicos virtuales. Los nervios que contribuyen a la inervación de la
El conocimiento de la inervación de la pared torá- pared abdominal anterior (tóraco-abdominales, sub-
cica y abdominal, y su exploración en tiempo real con costales y primer lumbar) tienen un recorrido común
el ultrasonido (US), han permitido durante las últimas en el plano intermuscular entre el músculo transver-
décadas el desarrollo de nuevas técnicas de anestesia so del abdomen (MTA) y el músculo oblicuo interno
regional, además del refinamiento de otras que ini- (MOI), plano conocido como TAP en inglés (Figura
cialmente fueron efectuadas por referencias anatómi- 2). El lugar exacto donde cada nervio ingresa al TAP
cas. determina en parte la ubicación óptima para lograr
su bloqueo exitoso. Los nervios de T6 a T9 ingresan
al TAP medial a la línea axilar anterior, mientras los
Inervación del tronco nervios de T10 a L1 lo hacen desde una posición más
lateral[6].
La inervación de la pared del tronco depende fun- Estudios anatómicos cadavéricos han demostrado
damentalmente de los nervios torácicos espinales. que no existe una disposición metamérica estricta de
Éstos se dividen en un ramo posterior y anterior lue- inervación, ya que los nervios se ramifican y comu-
go de su emergencia del agujero intervertebral[4]. El nican entre sí en diferentes niveles. Así, los nervios
ramo posterior inerva músculos, articulaciones y piel segmentarios de T9 a L1 forman a nivel de la rama
de la parte dorsal del tórax y abdomen, mientras el ascendente de la arteria circunfleja ilíaca profunda un
ramo anterior inerva la contraparte ventral, incluyen- plexo longitudinal con disposición craneo-caudal, el
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cual se ha denominado ´plexo del TAP´. Posteriormen- tronco descritos a la fecha, en los cuales se dispone de
te, los mismos nervios contribuyen a la formación del evidencia proveniente de estudios clínicos randomiza-
´plexo de la vaina de los rectos´, con similar dirección dos de revistas con revisión de pares. Las conclusiones
y en relación directa a la arteria epigástrica inferior obtenidas sólo harán mención a la mejor evidencia
profunda. Esto explica en parte la naturaleza multi- existente a la fecha, obviando las series y reportes de
segmentaria de la inervación de la pared abdominal y casos, con la meta de realizar un análisis objetivo de
la línea media (T6-L1)[6]. los beneficios y limitaciones de cada técnica descrita.
La compleja inervación del tronco determina un
gran desafío para el uso sistemático de nuevas téc-
nicas de anestesia regional. Es también la explicación Bloqueos PECS y del plano del serrato
del efecto parcial de muchos bloqueos, y especial-
mente de aquellos que no logran bloquear los nervios Descrita inicialmente por Blanco en 2011[7], esta
espinales en su origen o en su trayecto. Esto se hace técnica guiada por US fue concebida como una alter-
presente particularmente en cirugías que involucran nativa a la analgesia peridural y el bloqueo paraverte-
línea media torácica o abdominal. bral (BPV) en cirugía mamaria.
A continuación, se analizarán los bloqueos de En su descripción original el bloqueo PECS I tiene
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como objetivo administrar anestésico local (AL) entre minó PECS II y consiste en un bloqueo con 2 sitios de
los músculos pectoral mayor (MPM) y pectoral menor inyección mediante una sola punción. En la primera
(MPm) (Figura 1, 3A y 3B). El volumen sugerido para inyección se administran 10 ml de AL en el plano in-
el bloqueo son 0,4 ml/kg de levobupivacaína 0,25%, terfascial entre el MPM y el MPm. En la segunda, se
con lo cual el autor reportó mínimo uso de opioides inyectan 20 ml de AL en el plano entre el MPm y el
posterior a cirugía mamaria, con resultados especial- músculo serrato anterior (MSA) a nivel de la 2da y 3ra
mente favorables en caso de prótesis o expansores costilla (Figura 1, 3A y 3B). En esta ubicación el me-
mamarios[7]. El alivio del espasmo muscular se ha canismo analgésico estaría dado por el bloqueo del
planteado como mecanismo analgésico, dado que los ramo cutáneo lateral de los nervios intercostales (T2 a
nervios pectorales sólo tendrían función motora. Sin T6), así como también de los nervios torácico largo y
embargo, a la fecha no existe evidencia que respalde toracodorsal[9].
esta teoría[8]. El bloqueo del plano del serrato (BPS) fue el últi-
Posteriormente, el mismo autor presentó una mo- mo replanteamiento de los bloqueos PECS, buscando
dificación de la técnica, buscando una mejor cober- un bloqueo más selectivo de los nervios intercostales
tura analgésica en procedimientos más invasivos de para lograr analgesia de la pared torácica antero-la-
mama y que incluyeran la axila. Esta técnica se deno- teral. En esta variación se ubica el transductor en un
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plano sagital a nivel medio-clavicular. Una vez identi- te su uso como técnica analgésica.
ficada la 2da costilla se desplaza el transductor hacia la El bloqueo PECS II ha sido comparado en ECRs
línea axilar media sobre la 5ta costilla, en esa ubicación contra analgesia sistémica y BPV con favorables resul-
se observa de superficial a profundo los músculos la- tados. Un metaanálisis reciente analizó 13 ECRs y un
tísimo del dorso y MSA (Figura 1, 3C y 3D). La in- total de 815 pacientes[13], logrando demostrar que
yección de AL puede realizarse tanto superficial como el bloqueo PECS II se asocia con un menor consumo
profundo al MSA, no obstante, en la serie de pacien- de opioides y menor dolor postoperatorio en las pri-
tes original se describe mayor duración y extensión meras 24 horas comparado con analgesia sistémica.
del bloqueo sensitivo con una inyección superficial al En comparación con el BPV, el bloqueo PECS II pre-
MSA[10]. El mecanismo analgésico también apunta senta similar consumo de opioides y control del dolor
a bloquear la rama lateral de los nervios intercostales postoperatorio. Lamentablemente, la magnitud de la
en una ubicación más cercana a su emergencia. Com- diferencia entre ambas comparaciones parece poco
parte la limitación de los bloqueos PECS de no cubrir significativa clínicamente.
la rama anterior terminal del nervio intercostal, por lo El BPS ha sido evaluado en ECRs para cirugía ma-
cual sólo se espera un bloqueo de la pared torácica maria y torácica. En comparación con analgesia sisté-
antero-lateral sin cubrir la línea media, la región ma- mica Mazzinari et al., demostraron que el BPS dismi-
maria medial y la región torácica posterior medial. nuye el consumo de morfina en las primeras 24 horas
Durante los últimos años ha aumentado el núme- en cirugía mamaria oncológica[14]. No obstante, en
ro de estudios controlados randomizados (ECR), fun- el mismo grupo objetivo Gupta et al., evidenciaron la
damentalmente en cirugía mamaria, que comparan superioridad del BPV sobre el BPS en cuanto a consu-
el uso de los bloqueos PECS y BPS contra otras estra- mo de morfina postoperatorio y tiempo a primera so-
tegias analgésicas, permitiendo un análisis basado en licitud de analgesia[15]. En cirugía torácica abierta el
evidencia de mejor calidad. efecto del BPS fue inferior en lograr disminución de la
En el caso del bloqueo PECS I existe un ECR com- presión arterial en comparación con AET[16]. Aparen-
parando este bloqueo contra placebo en cirugía de temente, el efecto del BPS es superior a la analgesia
mama oncológica (mastectomía y tumorectomía), en sistémica en cirugía videotoracoscópica en términos
el cual no se demostró diferencia en el dolor en la de calidad de recuperación (score QoR-40) y requeri-
unidad de recuperación a los 30 minutos[11]. La com- miento intraoperatorio de remifentanilo[17],[18].
paración entre PECS I y PECS II en otro ECR evidenció
la inferioridad del primero en cuanto a duración de Bloqueo del plano del músculo erector de la
analgesia en mastectomía radical[12]. En suma, el columna
bloqueo PECS I aislado no tiene evidencia que susten- El bloqueo del plano del músculo erector de la
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columna (en inglés ESPB) es una técnica recientemen- uso de opioides durante las primeras 24 horas compa-
te descrita por Forero et al., en 2016[19]. El objetivo rado con analgesia sistémica[22],[23]. Sin embargo,
consiste en inyectar en un plano profundo al músculo en el mismo grupo de pacientes, otro ECR demostró
erector de la columna y superficial al extremo lateral la superioridad del bloqueo PECS II sobre el ESPB en
de la apófisis transversa, posicionando el transductor cuanto a consumo de opioides y dolor postoperato-
lineal en posición parasagital (Figuras 1 y 4). En la pri- rio[24]. En cirugía plástica mamaria otro estudio de-
mera descripción se inyectó AL a nivel de T5 (20 ml de mostró que el ESPB es superior a la anestesia tumes-
bupivacaína 0,25%) logrando bloqueo sensitivo entre cente para cirugía de reducción mamaria[25].
T2 y T9 además de disminución significativa del dolor En cirugía videotoracoscópica ha sido comparado
neuropático[19]. contra analgesia sistémica y BPS. En ambos casos el
Durante los años siguientes se generó un gran ESPB fue superior en cuanto a consumo de opioides y
interés en este bloqueo, apareciendo múltiples repor- dolor postoperatorio[26],[27].
tes de su uso como técnica analgésica y anestésica Para cirugía abdominal el ESPB se ha utilizado
en diversas cirugías. Los ECRs disponibles hasta el en colecistectomía laparoscópica, siendo compara-
momento han analizado su uso en cirugía cardíaca, do contra analgesia sistémica con resultados favora-
torácica video-asistida, mamaria, de columna lumbar bles[28], y contra bloqueo TAP subcostal. Comparado
y abdominal laparoscópica[20]-[30]. contra este último un ECR mostró superioridad del
En cirugía cardíaca, un ECR comparó el ESPB en ESPB en consumo de analgésicos y dolor postopera-
bolo más infusión continua realizado a nivel de T6 torio[29], mientras que Tulgar et al., no encontraron
contra bloqueo epidural en C7-T1, demostrando diferencias entre ambos[30].
que ambos alcanzan igual control del dolor durante El mecanismo por el cual el ESPB ejerce su efecto
las primeras 12 horas, sin embargo, los pacientes del todavía se encuentra en discusión. Los estudios ca-
grupo ESPB mostraron menores cifras de dolor a las davéricos reportados a la fecha son contradictorios;
24, 36 y 48 horas[20]. El estudio carece de registro clí- mientras Ivanusic et al.[31] y Aponte et al.[32], no lo-
nico y no es ciego, por lo cual sus conclusiones deben graron demostrar difusión significativa del inyectado
ser analizadas con cautela. Un segundo ECR evaluó hacia el espacio paravertebral (EPV) o el ramo ventral,
el ESPB contra analgesia sistémica, demostrando que existen otros autores que sí han demostrado difusión
durante las primeras 12 horas el primero es más efec- a EPV e incluso al espacio epidural[33],[34]. Los ECR
tivo en el control del dolor postoperatorio, no obstan- analizados tampoco permiten aclarar esta disyuntiva,
te, se utilizaron dosis de AL en el límite del máximo ya que en ninguno se reporta la evaluación del blo-
sugerido (3 mg/kg de ropivacaína al 0,375%)[21]. queo sensitivo. Considerando además que el volumen
En cirugía mamaria oncológica 2 ECRs han confir- y masa de droga de anestésicos locales inyectados es
mado que el uso de ESPB se relaciona con un menor considerablemente alto en algunos ECRs, el efecto
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analgésico mediado por absorción sistémica tampoco El bloqueo TAP guiado por US fue descrito en
puede ser soslayado. 2007 por Hebbard[37], con el objetivo de mejorar
La evidencia acumulada a la fecha permite esta- la precisión de la técnica táctil y aumentar su rendi-
blecer el uso del ESPB como un complemento a la miento en pacientes obesos o adultos mayores. El
analgesia multimodal en las cirugías descritas previa- transductor lineal debe ubicarse en una orientación
mente, teniendo a su favor su menor incidencia de transversal sobre la pared abdominal a nivel de la lí-
complicaciones y efectos adversos, además de la me- nea medio axilar, entre el reborde costal y la cresta
nor dificultad técnica reportada. Su rol como alterna- ilíaca. Este abordaje se ha denominado TAP lateral,
tiva equivalente a las técnicas neuroaxiales y paraver- y la aguja se dirige de anterior a posterior en plano
tebral no tiene aún respaldo anatómico ni clínico en con el US, teniendo como objetivo la inyección de AL
la literatura. entre el MTA y el MOI (Figura 5A y 5B). Estudios clí-
nicos y cadavéricos posteriormente demostraron que
Bloqueo del plano del músculo transverso del la distribución de AL que se logra con este abordaje
abdomen suele cubrir solamente los dermatomas de T10 a L1 y
El bloqueo del plano del músculo transverso del no cubre necesariamente la línea media[38]. Esto se
abdomen (TAP) es una denominación que actualmen- explica porque los nervios tóraco-abdominales de T6
te incluye varios abordajes de un mismo plano inter- a T9 entran al plano del TAP medial al sitio de inyec-
fascial. El objetivo final es la inyección de anestésico ción, además de la naturaleza multisegmentaria de
local en el plano superficial al MTA[3]. El resultado la inervación de la línea media[6]. Por esta razón, se
esperado es el bloqueo de los nervios tóraco-abdomi- considera que este abordaje es útil para cirugías que
nales y los nervios ilioinguinal e iliohipogástrico (Figu- involucren la pared abdominal anterior infraumbilical.
ra 2). El abordaje subcostal guiado por US fue descrito
La primera descripción del bloqueo TAP corres- en 2008 también por Hebbard[39], su objetivo pri-
ponde a una técnica guiada por referencias anatómi- mordial es lograr analgesia de la pared abdominal
cas y pérdida de resistencia[35]. El punto de inyección supraumbilical. El transductor se ubica en posición
sugerido inicialmente por Rafi fue el triángulo de Petit paralela al reborde costal. La aguja se inserta desde
de la pared abdominal, ubicado anterior a la inserción el apéndice xifoides de cefálico a caudal y de medial
del músculo latísimo del dorso sobre la cresta ilíaca. hacia lateral, teniendo como punto objetivo el plano
O`Donnell en 2006 modificó la técnica describiendo entre el músculo RA y el TA (Figura 5C y 5D). En com-
el “doble pop”, que consistía en avanzar la aguja de paración con TAP lateral, su contraparte subcostal lo-
bloqueo profundo a la fascia del músculo oblicuo ex- graría bloquear más dermatomas (3 vs 4) y alcanzar
terno (MOE), y posteriormente atravesando la fascia un bloqueo sensitivo más alto (T8 vs T10)[40].
del MOI para inyectar el AL superficial al MTA[36]. Finalmente, Carney et al., describieron el aborda-
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je posterior guiado por US basado en la descripción nica recomendada para cirugía inguinal tanto en ni-
del Dr. Rafael Blanco, ubicando el punto de inyección ños como adultos. Su limitación son aquellas cirugías
en la intersección del músculo cuadrado lumbar y los que requieren analgesia visceral o que comprometen
músculos abdominales laterales (MOE, MOI y MTA), territorio sensitivo del nervio génitofemoral.
superficial a la fascia transversalis. En dicho estudio Se han descrito varias técnicas guiadas por re-
realizado en voluntarios se observó mediante imáge- ferencias anatómicas, tomando como referencia un
nes con resonancia nuclear magnética difusión del AL punto medial e inferior a la espina ilíaca anterosupe-
hacia el espacio paravertebral entre T5 y T10, además rior (EIAS) y buscando como objetivo el plano entre el
de ausencia de contraste en el plano del TAP[41]. Este MOI y el MTA. La técnica considera uno o dos “pops”
abordaje es muy similar en su extensión del bloqueo al atravesar la aguja los planos musculares y fasciales.
sensitivo (T5-L1) a la técnica de Rafi, además de com- Dado que la tasa de falla es entre un 20-40%, es difí-
partir la ubicación anatómica del sitio de inyección cil recomendar una técnica específica al respecto[3].
con el bloqueo del cuadrado lumbar lateral, el cual Existen dos abordajes con US. El primero implica
será analizado más adelante. ubicar el transductor medial a la EIAS en un plano
La evidencia demuestra en un meta-análisis re- oblicuo en dirección al ombligo. En dicha posición
ciente que el bloqueo TAP guiado por US confiere un ambos nervios (Ilioinguinal e Iliohipogástrico) suelen
beneficio analgésico modesto, referido a una dismi- encontrarse entre el MOI y MTA (MOE se observa
nución del consumo de morfina a las 6 y 24 horas como aponeurosis a este nivel), o bien superficiales
postoperatorias, en cirugía abdominal con laparoto- al MOI. El otro abordaje consiste en ubicar el trans-
mía, laparoscopía o cesárea[42]. En cirugía pediátri- ductor superior y posterior a la EIAS, logrando una
ca también existe evidencia de beneficio analgésico, imagen similar al TAP lateral, compartiendo el mismo
pero sólo en el período perioperatorio precoz (6-8 punto objetivo de inyección. Si no se identifican los
horas). nervios, es posible lograr un bloqueo satisfactorio con
En la mayoría de los escenarios clínicos donde se 0,1-0-2 ml/kg en el plano descrito[3] (Figura 6).
ha intentado utilizar el bloqueo TAP (cirugía abdo-
minal abierta, digestiva laparoscópica, ginecológica, Bloqueo de la vaina de los rectos
urológica) su beneficio ha sido leve o moderado, en El objetivo del bloqueo de la vaina de los rectos
ocasiones no logrando superar la estrategia de anal- (BVR) es administrar AL bilateralmente en el plano en-
gesia multimodal, o bien siendo inferior a técnicas tre el músculo recto del abdomen y la hoja posterior
como la analgesia epidural torácica[3]. Entre las razo- de la vaina de los rectos. Esto puede lograrse median-
nes que explican este fenómeno se encuentran: he- te referencias anatómicas y sensación táctil, guiado
terogeneidad en los abordajes utilizados, efectividad por US, o bien realizado directamente en el campo
variable de la técnica, necesidad de bloqueo bilateral quirúrgico por el cirujano. En la técnica ecoguiada el
en cirugías de línea media y ausencia de analgesia vis- transductor debe situarse en posición transversal so-
ceral. bre la línea media del abdomen, superior al ombligo.
Los escenarios clínicos donde su uso tiene eviden- En dicha ubicación se identifica la línea alba. Luego se
cia clínica de un beneficio significativo son: apendi- desplaza el transductor hacia lateral hasta encontrar
cectomía abierta (TAP lateral o posterior), cesárea en el borde lateral del músculo RA y su vaina. La aguja
caso de contraindicación para morfina intratecal o debe dirigirse desde lateral a medial en plano con el
indicación de anestesia general (TAP lateral o poste- US hasta un punto entre el RA y la hoja posterior de la
rior), cirugía colorrectal abierta si existe contraindica- vaina (Figuras 2 y 6). El volumen de AL recomendado
ción para analgesia epidural (TAP lateral o subcostal es entre 0,1-0,2 ml/kg (15-20 ml por lado en adultos).
continuo)[38]. El BVR puede ser de utilidad en cirugías que involu-
En general, se sugiere el uso de concentraciones cren una incisión en línea media, cirugía umbilical y
de bupivacaína entre 0,2% a 0,25%, con un volu- laparoscópica.
men mínimo de 15 ml por cada lado. Es necesario Su beneficio analgésico es también moderado, ya
cautelar no exceder dosis tóxicas en caso de bloqueo que al ser un bloqueo somático carece de analgesia
bilateral, considerar el uso epinefrina y siempre mo- visceral. El análisis de la evidencia acumulada mues-
nitorizar clínicamente por al menos 40 minutos post tra que existe un leve beneficio al comparar el BVR
bloqueo[38]. contra infiltración local, más aún cuando los estudios
analizados no utilizan analgesia multimodal adecua-
Bloqueo nervios Ilioinguinal e Iliohipogástrico da[3]. El uso de catéteres para analgesia continua
El bloqueo Iliohipogástrico-Ilioinguinal es una téc- parece ser una alternativa promisoria para cirugía
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abdominal mayor abierta, no obstante, a la fecha no lumbar (MCL). Este último tiene una ubicación clave
existen ECR que comparen el BVR contra una técnica en la pared muscular posterior, en íntima relación con
neuroaxial. los nervios de la pared abdominal y rodeado por la
lámina anterior y media de la fascia tóraco-lumbar. En
función del sitio específico de inyección en relación al
Bloqueo del cuadrado lumbar MCL se han descrito una serie de abordajes, los cuales
determinan efectos clínicos disímiles, por lo cual su
El bloqueo del cuadrado lumbar (BCL) se origina análisis necesariamente debe ser diferenciado.
como una modificación del bloqueo TAP guiado por La nomenclatura más aceptada e intuitiva ha clasi-
referencias anatómicas, buscando utilizar como herra- ficado al BCL como lateral, posterior o anterior, según
mienta el US para dirigir la inyección de AL en un pla- cual sea la ubicación final de la aguja en relación al
no profundo al MOI y adyacente al músculo cuadrado MCL[43]. El abordaje lateral corresponde a la prime-
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ra descripción del bloqueo (BCL tipo 1)[44], ubican- en las primeras 24 horas[51], aunque recientemente
do el transductor en una posición transversal al nivel Fujimoto et al., reportó que el uso de BCL no tiene di-
de la cresta ilíaca y cercano a la línea axilar posterior. ferencia en la calidad de recuperación versus analge-
El punto objetivo de inyección es el borde lateral del sia sistémica[52]. Para cirugía laparoscopia colorrectal
MCL, profundo al MOI y al MTA. La aguja se inserta tampoco ha sido superior a placebo[53], ni al uso de
en plano desde anterolateral a posteromedial (Figura infusión continua con lidocaína[54]. En cirugía uroló-
2, 7A y 7B). El abordaje posterior (BCL tipo 2) es una gica existe un beneficio en disminuir el dolor y uso de
inyección sobre la superficie posterior del MCL, pro- opioides en nefrectomía laparoscópica y nefrolitoto-
fundo al músculo latísimo del dorso y la lámina media mía percutánea[55],[56]. El uso de BCL en colecistec-
de la fascia toracolumbar. La dirección de la aguja tomía laparoscópica también ha sido evaluado contra
es la misma que en el abordaje lateral, sólo que con placebo, aunque sin analgesia multimodal adecua-
menor inclinación y buscando una distribución del AL da, logrando mejor analgesia entre las 6 y 24 horas
hacia la superficie dorsal del MCL (Figura 2, 7A y 7B) postoperatorias[57].
[44]. El abordaje anterior (BCL tipo 3) inicialmente fue El volumen de anestésico local sugerido varía en-
descrito como BCL transmuscular, ya que tiene como tre los distintos autores y reportes, que van desde 0,2
objetivo el plano entre el músculo psoas y el MCL, ml/kg hasta 30 ml de AL por lado. Se han utilizado
atravesando este último de posterior a anterior para concentraciones de bupivacaína y levobupivacaína de
depositar el AL en la superficie ventral del músculo 0,125%-0,5%[46]. Es necesario siempre considerar el
(Figura 2)[45]. Este abordaje requiere posicionar al riesgo de toxicidad sistémica, especialmente en caso
paciente en decúbito lateral y se sugiere utilizar un de bloqueos bilaterales, y adoptar precauciones simi-
transductor convexo de baja frecuencia, ya que se re- lares a las descritas previamente (uso de epinefrina y
quiere visualizar estructuras más profundas (Figura 7C monitorización clínica). Además del riesgo obvio de
y 7D). lesionar estructuras intraabdominales profundas, es
El BCL logra consistentemente bloqueo sensitivo importante asumir que el BCL ha sido considerado un
desde T12-L2 (nervios subcostales, ilioinguinal e ilio- bloqueo profundo, por lo cual tiene un riesgo de san-
hipogástrico) independiente del abordaje, ya que el grado que amerita tomar precauciones equiparables
trayecto de los nervios transcurre anterior a la super- a un bloqueo neuroaxial.
ficie ventral del MCL. La distribución del AL hacia el
espacio paravertebral torácico tiene evidencia contra-
dictoria proveniente de estudios cadavéricos y clíni- Conclusiones
cos, sin embargo, se acepta que podría existir difusión
del fármaco inyectado hacia dicho espacio y que el Los bloqueos de tronco constituyen un avance
nivel cefálico de distribución sería función del nivel significativo como alternativa a la técnica neuroaxial.
vertebral donde se realice el bloqueo[46]. La ventaja La evolución desde bloqueos de campo hasta técnicas
que supone la difusión del anestésico hacia el espacio de mayor selectividad ha permitido limitar la masa de
paravertebral es lograr analgesia visceral, aspecto que anestésicos locales utilizados, manteniendo un ade-
diferenciaría al BCL de otros bloqueos de tronco. cuado efecto analgésico. El interés actual en el estu-
Aún existe escasa evidencia proveniente de ECRs dio de los bloqueos de tronco será fundamental para
en relación con este bloqueo. En cesárea electiva se esclarecer las indicaciones de cada técnica basado en
ha estudiado con resultados favorables en cuanto a la mejor evidencia. La comparación de los bloqueos
disminución del consumo de opioides y dolor posto- de tronco contra los estándares analgésicos, especial-
peratorio versus placebo y TAP[47],[48], no obstante, mente en cirugía abierta y con adecuada analgesia
dicha ventaja desaparece al comparar con morfina multimodal, sigue siendo una tarea pendiente, que
intratecal[49],[50]. En cirugía laparoscópica ginecoló- por ahora no permite establecer una equivalencia con
gica ha demostrado disminuir el dolor postoperatorio las técnicas convencionales.
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