Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Definición
Evolución histórica
La demanda de dinero
Enfoque clásico
El enfoque Keynesiano
El enfoque monetarista
La oferta de dinero
Cómo se mide la cantidad de dinero
El control de la oferta: los bancos centrales
El encaje
Los redescuentos
Balance del sistema financiero
El Multiplicador Monetario
Creación de dinero
Creación Primaria
Creación secundaria
Otra vez el multiplicador
La Política Monetaria
1
PRESENTACION UNIDAD 7
El primer gran tema es entender cómo y por qué demanda dinero el público,
para poder establecer cuál es la cantidad adecuada de dinero que necesita.
“Todo lo que consiga” o “Todo lo que me puedan dar” responderíamos si
nos preguntaran por nuestra demanda de dinero. Sin embargo, con toda la
importancia que le damos, el dinero no nos sirve para nada si no lo
cambiamos por bienes y servicios. Lo que realmente deseamos no es el
dinero, sino todo lo que podemos obtener a cambio suyo. Y cuando lo
recibimos, no tardamos mucho en comenzar a gastarlo. La demanda de
dinero es la cantidad de dinero que –en promedio- elegimos mantener como
tal, sin usarlo. Cómo se determina esa cantidad no es cuestión sencilla y los
economistas no terminan de ponerse del todo de acuerdo sobre la cuestión.
Veremos tres enfoques diferentes sobre el tema.
2
crean dinero. Son empresas privadas que crean un bien público. Por eso
están sometidos a tantas regulaciones. Pero para nuestro enfoque
macroeconómico sólo nos interesan grandes números y promedios: el
monto total de billetes y monedas en circulación, el total de depósitos, la
tasa de interés promedio del sistema, etc.
3
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA UNIDAD 7
4
DINERO
Definición
Aunque en sí no satisface ninguna necesidad, el dinero es considerado un
bien. Se trata de un bien muy particular que cumple tres funciones:
Medio de pago: el dinero es principalmente un facilitador del intercambio.
En ausencia de dinero, es necesario recurrir al trueque, donde se recibe un
bien a cambio de otro, pero en tal situación es necesario que coincidan las
necesidades de las dos personas, tanto en calidad como en cantidad para
que el intercambio sea posible. Recibir dinero por todo aquello que se vende
y utilizarlo luego para adquirir lo que se desea es un mecanismo mucho más
eficiente. Para ello, el bien utilizado como dinero tiene que tener
reconocimiento y aceptación generalizados.
Reserva de valor: el dinero permite conservar el poder adquisitivo a lo
largo del tiempo. No muchos bienes tienen la característica de ser
imperecederos; de conservar sus condiciones más allá del paso del tiempo o
de las modas. El dinero permite el consumo intertemporal. Esto significa
que consumimos hoy en base a los recursos que generamos en períodos
anteriores.
Unidad de cuenta: expresar el valor de los bienes en dinero facilita los
cálculos y transparenta el mercado.
Evolución histórica
Seguramente los primeros intercambios de mercadería se realizaron
mediante trueque. Las dificultades ya comentadas de este mecanismo
llevaron a que algún bien de conocimiento y aceptación general fuera
utilizado como dinero. Trigo, maíz, ganado, tabaco, cacao fueron utilizados
como dinero en la antigüedad. Pero, más allá de su uso como moneda,
estos bienes mantenían su uso original. Por eso se los engloba bajo la
categoría de “dinero mercancía”. Las dificultades de transporte,
conservación y subdivisión –sólo imaginemos utilizar como unidad
monetaria una vaca- rápidamente pusieron en evidencia las ventajas de los
metales. Oro, plata y bronce comenzaron a ser utilizados como medio de
pago. A fin de evitar discusiones acerca de cuánto peso de determinado
5
metal valía una vaca o un trozo de tela, comenzaron a acuñarse monedas:
pequeños trozos de metal de peso parejo y por lo tanto valor claramente
establecido. Rápidamente las autoridades políticas comprendieron el poder
detrás del dinero y comenzaron a, por decirlo de algún modo, ofrecer el
servicio de acuñación. Los reyes fundían el metal saqueado en sus guerras
de conquista y acuñaban monedas con su efigie. De algún modo, ese sello
garantizaba la autenticidad del metal y el peso de la moneda. En algún
momento, la tecnología de acuñación permitió que las monedas tuvieran
sus bordes acanalados, de modo de poner en evidencia si alguien las había
limado con el objeto de sustraerles parte de su peso en oro o plata en
pequeñas proporciones. Aún hoy la mayoría de nuestras monedas tienen
ese borde acanalado. La facultad de acuñar moneda era una de las
prerrogativas de los señores feudales. La falsificación era considerada como
una forma de traición, ya que emitir moneda era una de las condiciones que
definía la soberanía de un reino. Si el valor que se estampaba en la moneda
era levemente superior al valor intrínseco de la pieza de metal había una
ganancia para el gobernante. Esta ganancia –que en realidad constituye una
especie de estafa- se denomina aún hoy señoreaje.
Hasta aquí, el dinero que se conocía era dinero con valor intrínseco.
¿Qué significa esto? Que la moneda de oro, o plata representa un valor que
además tiene el metal en sí. Como dijimos, el hecho de que estuviera
acuñado ofrecía cierta garantía de peso y calidad, pero el valor estaba en el
propio material.
6
Ahora bien, el oro, además de valioso e inalterable es un elemento muy
pesado, por lo que su manejo y traslado se hace dificultoso. Además, basta
con imaginar los peligros que representaría un viaje de una ciudad a otra en
la antigüedad, para comprender que en la edad media comenzara a
generalizarse la entrega de certificados emitidos por los banqueros de la
época, que garantizaban que quien los portaba era poseedor de una suma
de metálico guardada en su tesoro. Paulatinamente, esta función comienza
a ser tomada por los reyes y luego por los estados modernos. La
característica central de un billete bancario es que su valor intrínseco (el
valor del papel sobre el que está impreso) es prácticamente nulo. Su valor
es únicamente un valor de representación. Se lo conoce como dinero
fiduciario, aludiendo a que quienes lo reciben y utilizan, confían en que ese
billete representa un valor respaldado por cierta cantidad de metal precioso.
De hecho durante el siglo XIX y parte del XX, en lo que se conoce como la
vigencia del patrón oro, las monedas estaban efectivamente respaldadas
por una cantidad de metálico depositado en el banco central. Bajo un
sistema de Caja de conversión como el que rigió en nuestro país al principio
del siglo XX, cualquier persona podía presentarse ante la ventanilla
correspondiente de lo que sería el banco central de la época y entregando
un billete, reclamar que se le pagara en moneda de oro o plata el
equivalente. La crisis de 1929 terminó con el patrón oro, en la medida en
que los estados no estaban dispuestos a desprenderse de todo el respaldo
en oro que seguramente se les reclamaría ante una incertidumbre tan
generalizada. Solo los Estados Unidos, que emergieron de la Segunda
Guerra Mundial como poseedores del sesenta por ciento de las reservas
mundiales de oro, continuaron planteando que el dólar era convertible en
oro. Finalmente, en 1971 también dicha moneda perdió esa condición.
7
estados. Pero lo que fundamentalmente sostiene hoy una moneda, es la
confianza del público en que será universalmente aceptada. También está
de por medio el convencimiento de que el estado que la emite es solvente y
puede cumplir sus compromisos sin recurrir a la emisión sin respaldo, lo que
depreciaría dicha moneda. ¿Qué significa esto? La cuestión se remonta a la
antigüedad: la emisión de dinero fiduciario siempre estuvo sometida al
riesgo de que, en un momento de necesidad, el rey o el gobierno decidieran
imprimir unos billetes “por encima” del metálico que realmente existía en
sus bóvedas. Cuando ocurre esto, hay un monto del dinero en circulación
que excede al que correspondería a la riqueza real que genera esa
economía. En términos del flujo circular del ingreso, por dar un ejemplo, el
circuito real tiene valor 100, pero en el circuito monetario hay billetes por
200. Esta “abundancia” de billetes rápidamente se traduce en una mayor
demanda de bienes y servicios que no puede ser atendida por la economía
real. El resultado es el aumento generalizado de los precios: la inflación.
Una economía con un proceso inflacionario persistente tiene una moneda
débil. La capacidad del Estado nacional para manejar las variables
económicas y mantener cierto nivel de crecimiento de largo plazo es la
variable que hoy determina el valor de un dólar, un euro o un peso.
Cuando el autor era niño, billetes como éste eran los que circulaban, denominados en
“pesos moneda nacional”, que luego serían sustituidos por “pesos ley 18.188”, “pesos”
a secas, “pesos argentinos”, “australes”, “pesos convertibles” y finalmente nuestro
peso actual.
Nótese que el texto dice “El Banco Central de la República Argentina pagará al portador
y a la vista Cien pesos”. Aunque en esta época el dinero ya era exclusivamente
fiduciario, esa fórmula –que luego se retiró justamente por no tener ya sentido- había
quedado como una formalidad. Es interesante porque alude a que el papel no vale nada
en sí, sino porque contra su presentación (como si fuera un pagaré) el Banco Central
debería entregarnos un valor equivalente a cien pesos. Podría decirse que el dinero es
un “vale” o “pagaré” que pasa de mano en mano sin que nunca se cobre 8
efectivamente.
El billete de cincuenta pesos “convertibles de curso legal”. Justamente hablamos del
valor del dinero basado en la confianza del público. Aún hoy se piensa que durante la
convertibilidad los particulares podían concurrir al Banco Central y obtener cincuenta
dólares a cambio de uno como el de la figura. Esto jamás fue cierto. Sólo las
instituciones financieras podían canjear sus tenencias de pesos por dólares. Sin
embargo, muchos argentinos vivían esos días despreocupadamente, convencidos de
que “un peso es lo mismo que un dólar”.
La demanda de dinero
Habiendo establecido que a pesar de tener características muy particulares,
el dinero es un bien, debe estar claro que existen una demanda y una oferta
de dinero que determinan un equilibrio. A partir de ese equilibrio surge un
precio, que es la tasa de interés. Como la Inversión depende de esa
variable, la tasa de interés es el vínculo entre la economía real y la
economía monetaria, que hasta aquí parecían no tener contacto. La
demanda de dinero es uno de los principales temas de controversia de las
distintas escuelas económicas. A continuación veremos los enfoques,
clásico, keynesiano y monetarista sobre el tema:
Enfoque clásico
La teoría clásica de la demanda de dinero gira alrededor del papel de la
moneda como medio de cambio. Para intentar entender por qué la gente
quiere mantener en su poder cierta cantidad de dinero, los clásicos se
concentraron en explicar la demanda de dinero para comprar los nuevos
bienes y servicios que genera la economía período a período. Esta teoría de
la demanda de dinero para transacciones se conoce como “teoría
9
cuantitativa del dinero”. Los primeros desarrollos pertenecen a Irving
Fisher y son de 1911.
MxV= PxT
Donde
M es la cantidad nominal de dinero.
V es la velocidad de circulación del dinero
P representa el nivel general de precios de la economía
T representa la cantidad de transacciones que realiza la economía durante
determinado período.
En realidad, esta formulación es una identidad contable que nos dice que la
cantidad nominal de dinero, multiplicada por el promedio de veces que las
personas usan dinero para comprar bienes y servicios (M x V), debe ser
igual al valor nominal de los bienes y servicios que dichas personas
compran con dinero (P x T).
MxV= PxY
10
Los clásicos sostenían que la velocidad de circulación estaba relacionada con
características estructurales de la sociedad y por lo tanto era prácticamente
constante (las estadísticas confirman esto, aunque sólo para esa época).
Por otro lado entendían que el producto siempre estaba sobre el nivel de
pleno empleo (esto significa que se producía sobre la frontera de
posibilidades de producción), ya que todo lo que se produce, se demanda. 1
De modo que con V e Y constantes, lo único que puede ocurrir si se da un
aumento en la cantidad de dinero disponible en la economía, es que los
precios aumenten en la misma proporción.
Md = k x PxY
Aunque visto desde nuestra época parezca más o menos lo mismo que lo
anterior, el avance de Marshall y Pigou consistió en establecer la existencia
de una demanda de dinero como una función algebraica: M d depende del
1
Todavía se aceptaba como válida la Ley de Say que se resume como “la oferta crea su propia
demanda”. Si PBI = Y, un mayor producto significa que hay más ingresos para gastar.
Entonces efectivamente se compra toda la producción. El desempleo en el mercado de trabajo
no existe porque si hay exceso de trabajadores, el salario baja y ese mercado se ajusta vía
precio. Recién con la crisis de 1929 quedaría en evidencia que podía haber crisis de
sobreproducción y desempleo.
11
ingreso nominal. Si la demanda de dinero de un individuo es proporcional a
su ingreso nominal, también será cierto a nivel agregado.
Md = M
de modo que
M= k x PxY
por lo tanto
M x 1/ k = PxY =MxV
donde 1/ k =V
12
argumentaban que aunque no lo fuera, con tal de que se pudiera predecir o
estimar su valor con cierta exactitud, podrían preverse los movimientos en
el nivel de precios en el corto plazo. En la actualidad, se cree que el
concepto puede llegar a ser válido sólo cuando nos referimos al largo plazo.
El enfoque Keynesiano
Así como los clásicos se centraban en el dinero en su función de medio de
cambio, Keynes resaltó su papel como reserva de valor. Contrariamente a lo
que pensaban los clásicos, que venían sosteniendo hacía un siglo la ley de
Say, no necesariamente todos los bienes producidos son vendidos. El
público podría preferir mantener cierto efectivo (mantener “la liquidez”).
Keynes denominaba a la demanda de dinero “demanda por liquidez”. ¿Por
qué demandaba dinero el público? Por tres motivos:
-Transacciones.
-Precaución.
-Especulación.
13
El tercer motivo requiere cierto análisis previo. Como modelo, Keynes
plantea que los individuos pueden mantener su riqueza bajo dos formas: el
dinero, que se utiliza para transacciones y no reporta ningún interés y los
bonos, títulos de deuda que pagan un interés. Para simplificar suponemos
que estos títulos o bonos tienen una renta fija. Supongamos que otro
particular o el estado nos propone el siguiente negocio: nos entrega un
título o pagaré a cambio de 100 pesos y dentro de un año, contra la
devolución del título, nos devolverá 120 pesos. Aunque en ningún lugar se
mencione, aquí hay implícita una tasa de interés anual de 20 por ciento. Si
entrego un capital y espero un año, obtendré el capital inicial más un veinte
por ciento.
14
pagado 109 y recibirá 120. Percibirá un interés de un poco más de 10
por ciento.
Cuando el título tiene una renta fija –paga una cantidad pre establecida al
vencimiento- su valor de adquisición –su precio- está inversamente
relacionado con el interés que paga. A mayor precio, menor interés y
viceversa. Este es el tipo de bonos que utilizó Keynes (y utilizaremos
nosotros) en su modelo.
Demanda de dinero
keynesiana: a menor
tasa de interés,
mayor demanda y
viceversa.
Md = f ( i ; Y )
Md
15
i
Md
El enfoque monetarista
Durante los años 50, 60 y principios de los 70, enfoque Keynesiano estaba
en auge. Los gobiernos intervenían activamente en la economía utilizando
todas las herramientas de política fiscal. Esta intervención avanzaba incluso
en terrenos sociales como asegurar la estabilidad y las mejores condiciones
de vida de los trabajadores, incurriendo si era necesario en déficit
presupuestario para financiar programas sociales. Debido a esto esa época
es conocida como la del “Estado del bienestar”. Sin embargo las economías
enfrentaban simultáneamente el fenómeno de la inflación creciente. En ese
marco Milton Friedman revaloriza la teoría clásica.
∏ = ∆% M - ∆% PBI
La oferta de dinero
Ya sabemos cómo determinar las necesidades del público respecto a las
tenencias de dinero, expresadas mediante la demanda. Para completar un
16
mercado monetario, debemos incluir una oferta. Cuando hablábamos de
variables de stock y flujo, nos referíamos a la “cantidad de dinero” como
una variable stock: aunque diariamente puede variar, la cantidad de dinero
que hay a cada momento en la economía es una cantidad mensurable y
determinada que “alguien” ha emitido para que el público pueda realizar
transacciones. Esa cantidad es la oferta monetaria. La oferta monetaria es
un monto cuyo crecimiento o disminución es producto de decisiones que
toman tanto el gobierno como el sector privado. No depende de la tasa de
interés ni del nivel de ingreso de la economía. Es perfectamente inelástica.
De este modo nuestro mercado de dinero queda conformado de la siguiente
manera:
i
M
i1
Md = f ( i ; Y )
Md, M
17
desplaza hacia la derecha y como la oferta permanece constante, la tasa de
interés sube.
El encaje
El principal negocio de un banco comercial es tomar el ahorro del público y
transformarlo en préstamos. Por disponer de sus fondos, paga a los
ahorristas una tasa de interés (la tasa pasiva) y aplica a sus deudores por
préstamos una tasa más elevada (la tasa activa). La diferencia entre ambas
tasas (spread) es el ingreso bruto del banco. Una gran proporción de los
depósitos son a la vista, es decir, su titular puede requerirlos en su totalidad
en cualquier momento. También hay depósitos a plazo fijo, pero
generalmente por períodos de tiempo inferiores al repago de los montos
otorgados en préstamo. El banco comercial no puede prestar todos los
fondos que recibe, sino que tiene que mantener una reserva para afrontar
la eventualidad de retiros de efectivo que no lleguen a ser cubiertos por
nuevos depósitos de particulares. Está claro que aún el banco más solvente
del mundo quebraría si todos sus depositantes se presentaran
19
simultáneamente a demandar sus fondos, pero algo parecido a esto ocurre
únicamente en medio de un pánico o corrida bancaria. Para los momentos
de “normalidad” es suficiente mantener una reserva “técnica” que se calcula
en base a los montos y plazos de depósitos y préstamos. Más allá de que
por prudencia los bancos comerciales mantendrían de cualquier modo una
reserva, el banco central la exige, fijando un porcentaje de los depósitos
que no puede ser prestado. Esa reserva o “encaje”, que es dinero que no
puede ser prestado y no es circulante, también constituye un pasivo para el
banco central.
Los redescuentos
Si finalmente el pánico llega y un banco se ve en dificultades para cubrir
todos los retiros de sus clientes (o incluso en casos mucho menos graves) el
banco central puede asistirlo mediante la entrega transitoria de fondos (un
préstamo) con garantía real. Esos préstamos son un activo para el banco
central (el banco comercial tiene una deuda) y se denominan
genéricamente redescuentos.
20
OFERTA MONETARIA
BASE MONETARIA
Circulante
Encajes Depósitos
Reservas Circulante en
Internacionales poder del público Préstamos Depósitos
BASE
MONETARIA
El Multiplicador Monetario
En el apartado anterior vimos que existe una relación entre oferta y base
monetarias. El circulante es una parte de ambas. Pero, ¿Qué relación existe
exactamente? Para saberlo es necesario un poco de álgebra:
BM = C + R
Por su parte, la oferta monetaria se compone del circulante más los
depósitos.
21
M=C+D
Las reservas de los bancos podemos definirlas como una proporción r de los
depósitos, que es justamente la tasa de encaje. También definimos la
relación entre el circulante y los depósitos como e, coeficiente de efectivo
en poder del público. El coeficiente e, que es el porcentaje de los
depósitos en relación al circulante, indica la preferencia de las familias por
mantener dinero en efectivo en lugar de depósitos en el sistema bancario.
R C
R = rD =r =e
D D
Ahora, dividimos las dos primeras expresiones
M C+D
=
BM C+R
C+D C D
M + e+1
= D = D D
=
BM C+R C R e+r
+
D D D
22
M e+1
=
BM e+r
La oferta monetaria, es igual a la base multiplicada por el multiplicador
e+1
M = x BM
e+r
Creación de dinero
Para regular la cantidad de dinero existente en la economía, el banco
central debe crear o absorber dinero del circuito económico. Esa creación o
absorción puede darse de dos maneras: a través de la acción directa del
banco central o mediante los bancos comerciales. La creación llevada a cabo
directamente por el banco central se conoce como creación primaria de
dinero, mientras que la que resulta del accionar de la banca comercial se
denomina creación secundaria.
Creación Primaria
Para crear dinero directamente, el banco central debe incrementar su pasivo
(que es donde está el circulante en poder del público). Como todo aumento
del pasivo debe llevar aparejado su correspondiente incremento en el
activo, la emisión (creación) monetaria se logra aumentando alguna de las
tenencias de las que el banco dispone en el activo. De este modo, para
aumentar la oferta monetaria, el banco central debe adquirir reservas
internacionales o títulos públicos. Ese aumento del activo se verá
compensado por el aumento del pasivo al que equivalen los billetes que
entregará a cambio de tales divisas o títulos públicos. En particular, las
23
compras o ventas de títulos por parte del banco central reciben el nombre
de operaciones de mercado abierto.
24
Si el efecto deseado es la reducción de la cantidad de dinero, es el
circulante el que debe ingresar al tesoro del banco central (y por lo tanto
deja de circular, reduciendo el pasivo) y para ello deben venderse reservas
o títulos.
Creación secundaria
La creación secundaria de dinero es la que se produce a través del sistema
de depósitos y préstamos de los bancos comerciales. Habíamos dicho que
aún la definición más estricta de dinero incluye a los depósitos a la vista (en
cuenta corriente). El sistema financiero es el ámbito en el cual opera el
mecanismo multiplicador que lleva a que una base monetaria relativamente
más pequeña, resulte en una cantidad de dinero mayor. El funcionamiento
de este mecanismo puede verse en el siguiente esquema:
Carolina
deposita los $ 12.80
64. El banco C
reserva 12,80 $ 51.20
y le presta
51,20 a Dante.
Dante se
queda con D
los 51,20
25
?
A B C D
$ 100 $ 80 $ 64 $ 51.20
$ 295,20!!
26
e+1
M = x BM
e+r
<r
> multiplicador
<e
>r
< multiplicador
>e
La Política Monetaria
2
Evidentemente, el hecho de que en su momento se dispusiera en nuestro país que los
sueldos se depositarían en cajas de ahorro especiales creadas al efecto, hizo mucho por
disminuir el monto en efectivo que en promedio se mantenía en la economía.
27
Así como vimos en la unidad anterior que el gobierno tenía a su disposición
la política fiscal para influir sobre la demanda agregada y de ese modo
sobre el nivel de producto e ingreso de equilibrio, también las autoridades
pueden utilizar los instrumentos que hemos mencionado en este capítulo y
que constituyen la política monetaria.
POLITICA MONETARIA
EXPANSIVA M i I DA Y
CONTRACTIVA M i I DA Y
28
Compra de divisas
Compra de Títulos
Reducción de la tasa de encaje M
Otorgamiento de redescuentos
Venta de divisas
Venta de Títulos
Aumento de la tasa de encaje M
Recupero de redescuentos
29