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I'Uni.

ICACJONES l>EL SEMINARIO DE DERt<CBO I'OLITICO


Ut: t..~ UNIYERSIOAO .DS B.-\RC ELONA, !L~JO 1.A 011\&CClON UEt.
l,ror. lt. Jim,t n r.z d P. Pargn
DEMOS fl/B L IOTECJ. VE CTENCU POLi1' TC.l
TítuLo. y.:c:bliaad:o.s-:
l. C:~rges Bu.rdeau
La dunoaada (2,• edición>
¡s 2. Waltc:r 'Ihelme.r
HIJitot la d.e las idc:a:s politlc:as (2.• edlclún)
3. lU.aurice Duvergcr
}
~létodos d~t la.s ciencias sociales (4.• edición) .\JAU nT CE DUVERGER
1í ;6. Karl M~ rx .. Friedrich Engels-..-
Revoludón en Espaiía (Agotada. Reimpresa on ''ArJ~l Quincena!H)
S. WUUnm Ebenstein
n Lus b mos politlcos con·fem porá neos
o <Comunismo, lasci$TtlO, capitalismo, socialiiU'I"'o)
6. Maurlee Duvérger
u
ti
lnsUtudones politlcas y derecho c:on~Htn clonnl ($.• 4Hilción tQ~J.
m ente r cíu.ndida) MÉTODOS
p 7, J obn K enneth Galbraith
S
1 8.
f..n ecooomía y el arte de la eont.rov~r$ IA
HY&h Thomas
DE LAS
r El Sl.stcma establecido
9. Henry C. Wallich
El co•te de l3 Ubc.'r1ad
CIEN CIAS SOCIALES
10. Fran ~lJ Pcrroux
E:tooomia y sociedad
f 11. R. J. En~nck
e P.lcologia de la dc:cisiitn politJta
li JZ. Jcan Mtynaud PRÓI.OCO DC:
! Problerl1as ideológicos d el s lzlo X.."X ENIUOUF: TIER.'IO G..I{,VÁ'l
<El dt1tino de las idcolcghs y TP.cnocnci• y I>OifdC1l)
l' 13. Otorges Lalranc
Rbtud a de lns doctrinas socinlt.s en la Eu r~pa cunU:mpo.rfuica
14. Jacques Lamb<rl
Amvr íca lo.tlna <2.• edición)
CE11tructuras sodale's e instituciones póHticasl
l S. MAurl<:o Duverv.t.•r
lncruduccJón a la pol.ítica (3.• erlidón )
lC, K{lr) LotwenstC'i.n
T<:orla de la Constitución (2.~ Widón>
l? SAlvador Gtner
flh toria d('l pcnsamlc•nto socia)
16. Mou rl~:c Duverger
Ll de:mocrrt('la sin el p ueblo
19. Anc!rt: Ha wioo.J
Dtrtcho c:onstituC"Ioo.al e: lnstitueiont'~ polídt n.s
20. ft.laurlce Duvergl•r
La.• dos ('a taS d e Occidente
21. Jo:,e de: E j"tcban y o tros t:rm UKihL ARIF.I
O.Sa rroll() po)jtieo y Co nstitQdón tsl)a.ñol:. lt \rt(t. .v, \. r~\Ro\G..~~ \lt:.'\:IC:O
PRóLOGO
ET estudio de lu~ problemas concernientes al método ha
estado casi siempre condicionado por preocupaciones mela·
e físk-as. En genera.! la metodología se estudiaba en dos ni·
veles: el nivel filosófico, con el consiguiente fundamento
metafísico, y el nivel especializado en cuanto el método .ra
una técnica para simplificar y hacer más efica?. el control de
un ~ector de la naturaleza. La conexión entre ambos niveles
es un problema constante, pues el tratamiento de uu sec·
tor de la naturale-.w para etmtrolarlo mejor no exige funda.
mentas metafí~icos. No 'obstante, la metodología general
parte de ese supuesto. El método, por consiguiente, es bien
una cuestión metnfisic-a, bien una cuestión técnica o instru·
mento de control. La idea fundamentaL en el primer caso,
.está en la admisión de dos realidades distintas pero canee·
tadas, de tal modo c¡ue el prncesn de una se reileja en el
proceso de otra. Admitida esta dualidad y conexión resulta
que la rectitud en el orden del pensamiento expresa la rec·
titud en el orden de la realidad extramental. Este criterio
es f1.1lldamentulmente un criterio aristotélico que implic~.
1%! ('\t!C!illl: JIIIUO & 19il.f
a) una duaJjdnd sin la cual no es posible el conocimiento,
Y b) •ma sincronlzac..i6n entre ambos elementos de la duali·
dad. La mente sigue tiO proceso cuyo orden intrluscco coin-
~111'1 !or¡;ll: 8. '!'O. IRI l9!1
Cide con el orden do la realidad extramental. Por ('OmiguJen·
ISSI'- t.: J4! 11~~ 3 te, las investigacion~s lógicas son investigaciones ontológicas
Yel orden del pensamiento y el orden del mundo coinciden.
La reacción contra este criterio ha sido muy tardla. Hay
1~1 1 0 S.Cb. y !LJul Hr.oL. S. A hostilidad, que procede de la falacia de la experiencia In-
C,.,CI• .t'e ('atdi. l l.: ~_.es, de l.Jo:t.:«:al th-~·

7
terna y de la herencia cultural, a admitir qu~ la id~. de tor pensará que la reacción contra este punto de vista me-
annonla en la dualidad de lus elementcJS ep1stemolog1cos tafísico es mu)' antigua, pues pr9ccde del Renacimiento. Sin
no tiene más valor qu" el de una hipótesis cada ve-< menos embargo no es as!. La investigación c.le c;u>\etcr experimen-
útil. No se trata d,; admitir lo contrario, hipótesis '{lerfcc· tal y la reacción antüuistotélica del Rcnncirníento no supo-
tu mente aceptable, sino dl:l eludir .l?s inconv~nicntes dogmá- nen la mph~ra del prejuicio de la annuníu, .<ino la indepen-
ticos y limitadores de la oonc~pc10n metafi:¡c;l del m6todo. dencia, en el orden p ráctico, del investigador re>pecto de
La lógica, incluyendo ill lógica roatematJca, ha .t~mdo este prejuicio. El hecho de q ue Descart~s no encontrara una
que admitir que la armenia entre la estn1ctura del <llscurso hipótesis admisible (es decir, que no fuera un argumento
lógico y la estructura de los hOC:bos del muml~ y su proceso que exigiera otro argumento para resolver una contradic-
uo es una armonía preestabl..c1da, m determmada p~r ~~ ción implícit-.¡, como en el caso de los csplritus animales)
t~.rcera realidad, ni ~-ompnesta de continuo por un pnoClplo que resolviera el problema de la rdaci(m entre res extensa
trasrendental. !\o es necesario, si siquiera conveniente, par- y res cogllan$ emí a la base de la elusión de los supuestos
tir de la hip{1tcsis de armonía. Es mejor partir ~e _la hipó· metafísicos en el Diacurso del método. Se trata, sin embar-
tesis armonizable. La estructura del proceso log1co Y el go, tan sólo de· una clusión. El prejuicio de armonía está
orden de sus elementos es armonizable con los hechos del eluclido, pero está.
mundv. El prejuicio "nm>onfa" produce errores t~n burdos . Para excluir el prejuicio de armonín y evítar, por cousi-
como el de aquel sabio que viendo la luz de la hntemu de gu•ento, la p~rt•ubación que produce la hipótesis superflua
mlster Pickwik y recibiendo el puñetazo de Sam Suwyet en de las realidades que >e cvrrespondcu necesariamente, es
t-ondicioncs de observación ínadect1adas, indujo unu .e~'':· m~ester que la noción de método se desprenda de cual-
pleja teoría sobre nuevos fenómenos luminosos; ~1 pre¡wCJ.<> qtuer connótación metañsifa. Desdo ciertos niveles esto re-
de armonía le llevó a suponer que el proceso log•co de d~­ solta extremadamente difícil. Es un hecho que la filosofía
vacíón analltica eriaía le~• correspondientes hechos. Son tn· de 1~ ciencia recae en esta limitación continuamente pre-
finitos Jos intcleduale< que caen en este engaño. Hay cierta guntandnse por la legalidad de las relaciones entre los he-
clase de hechos, Jos hechos históricos, que admiten esta fa- chos, en general, y la especulación tc6riro 'ie:mtífica. Se dice.
lacia, sin c¡ue los resultados perturben el orden do pro~"' pot ejemplo, que las leyes flsicas "explican" la naturaleza.
acumulativo de nuevos conocimien tos. Adm1t1da In mvas16n A veces, de modo más torpe, que "descubren" la naturaleza.
ele los árabes en España, algo semejante a las vaclluc:ioncs de Do modo más sutil q ue se yuxtaponen, como llna red, a los
la linterna de rníslcr Pickwik, se derivan cic•-tas cc¡nsc- hec~os atómicos- expresión de Wittgenstein - y les dan
cucncias que exigen ciertos l1ecbos que se. encu~ntra~ ~coe­ ~eoodo. La verdad es que estas e.xplicacioncs no interesan.
•ariamente. En este L-aso el prejuicio de armoma es util. Es cbo ba,..,n más que <vmplicar las cosas, <.'Omo c..'mndo San-
parte del propio método históri<-o. Si.n embargo, "? el ~11111po ] o se empellaba en que eran molinos y no gigantes. De.<de
de las ciencias naturales este prejuicio ha detc:-n>do el P~ e P!!"to, de vista de una metodología critica no hay uhc-
ceso acumnlativo do conocimientos. La teoría de los cuatro ':]'Os · Solo hay hechos del conodmiento metodológico, es
humores ba obstaculi.ado el desarrollo de la medicina ac- h:"' hay h,e~hos fisicos, he<:~~ químicos, hechos lú.>'!6ricos,
tuando desde el prejuicio urmonia. Supongo que algún lec- hos teolo¡¡¡cos, hechos poettcos. Claro que la definición

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v el tratamiento de un hecho qufmico es m uy distinta de un del conocimie.nto ~~e~tffico y lo.< hechos perceptibles; scim.
hecho poético, pero metodológicamente no..hay becl1os, en plemente los Identifico en cuanto n stt trata miento metod(l·
general, salvo que se trate de una e•peculac1on ~losóflca em- lógico; En términos generales, este criterio debe servimos
peñada en reflexionar sobre los hechos y aun IL" babrfa q~e d~ gma para construir cualquier método que pretenda ser
discutir si los llamados hechos en general, no son propia- cten~co. Un hc~ho es, un hecho ele conocimiento, si se me
mente hechos filosóScos. Este criterio excluye la dualidad permite esta ten;m_nolog¡a, cuando la.< relaciones exac/M entre
metafísica. !,os hechos físicos $on la ffsica, es decir, aparecen los conceptos log¡co-temátkvs son extensibles a los hechos
como entidades detcrminad~s según las propiedaues que la percepti?Ies, sin prcocup:lmos de que haya 0 no una nrmonín
teorla ffsica elige, clasifica, estructura, etc. S11pongo que a1- estable_ctda para justificar la extensión. El crecimiento 0 de-
guien me dirá: "Poro esto mismo bace el historiador". D e ~mlento de. una poblaCión es susceptible de este tra.
ninguna manera. El historiador ere;- q ue s~ mHodo uesca_n~a inm1ent~, tamb1én las alterucioncs en el consumo 0 en Ja
en que, incuestionablementc, los arabes ¡nvad1eron Espana producctón, pero no veo medio de apli<'a r el criterio de
y que no se puede cambiar este hecho por mucho _'l\'e. la es- la abstracción exteru.iva a un motín o a una revolución. Des-
tructura del ('Ooocitniento cambie. El hecho h.1stónco es do luego ~o no puedo percibir un motín o un jaleo en un par.
mucbo menos un hecho d e conocimiento que el hecho ffsico. lamen~o; mcluso puedo, es probable, recibir una pedrada
0
Por esta razón la historia tiene una estructura escasamente un JDSulto. Es factible aplicar un método rii!UI'oso a Jos
cientffiea, en el sentido de que admite la existencia constante fenómenos biológicos que en el lenguaje no cie~tffico diría~
de muchas fnterpretacione• simultáneas. Cuando un hecho :;,os yroducidos po~ la ped1·ada. Pero el insulto no es sus-
es más un hecho de conocimiento, es menos histórico y m ás ptible de convertirse e.n un hecho de conocimiento cientí-
"científico'". Para un cientíSco el Sol e.~ un hecho histórico, fico, por mucho que nos duela.
ondas y corpúsculos son hechos físicos. P udiera muy bien rn~le Plirtlce que lo anterior explica, a cualquier lect01·
ocurrir que en un futuro más o meno.~ lejano el Sol no fuer.~ del aname~te inf?rmado de los problemas de la estTuctura
un hecho histórico, sino un hecho literario. A. mi juicio, la ex- e pcnsam1ento ctentffico, que la .<nciologia está, en general,
presión más clara de lo que llamo hecho de "';,nocfmie~~o, n~ 1a ~ase de .l~s _saberes de. sentido comÚJl, y que por aho1·a
la ofrece el método de Whitehead llamado la abstrace•on ~te posibilidad de sahr de este nivel. He empleado la
extensíva».
"'"'res,'
·;·r on •en genera¡• porque algunos sectores se tratan
A. mi juicio - y digo a mi juicio porque dudo mu· ~•ent16camentc por la aplicación del criterio estadístico y
cho que el propio Whitehead aceptara la explic~~~n - , por. la reduOcion
ló · d e Ciertos
· 1lechos perceptibles a concept<><
Whitehead tropez(l, q uizá sin pensarlo, con el prc¡u'c1o <.le tr~:-matemáti~s. Pero se progresa muy poco. Quizá se
armonía, cuando intentó quo los hechos lógicos-matem~ticos P · ce con la <hficultad de un leng~•aje cuvas connotaciones
se extendiesen a los hechos perceptible.•. Se encontró con son totalmcnt
.. e m· t mtivas,
· ·
como ocurre por ·
e¡·emplo con la
los distintos niveles de hechos a los q ue no podía aplicar ol eJtpres¡on • 1 'ó .. • n
la d(fl revo UCl n ' o crisis " otras semejantes, pero
criterio de armonía y se limitó a aplicar el mismo método n en cu~u~~d mayor ~stá ~n el prejuicio de armonía, segú; ,
unos .v otros, haciendo caso omiso de cualquier problema ti o lo <Jue percibimos se puede expresar correla-
metafísico que se refiere ¡¡ la rclucióu entre la estructura Yarncnte Y con exactitud por la ra7.ón discurriendo lógica·

10 11
\

mente. Esto es inexacto; no hay medio de formular exac-


tamente, dando un valor cienti6co a la palabra "exacto'",
qué es un rapto colecti\'o.
E l libro que sigue, bien pensado y construido, expresa
con probidad el rudimentario nivel de los métodos cientl-
Jk,ls en sociología, politica y disciplinas aRnes. Después d e ,".Lu.~ ckncins . ideoi6Uicas, mornles y
leerlo el lector está en condiciones de preguntarse si pueden púlthcfl.s $On, después tiC todo ciet\clas
c~lmd l3s otras-, c·on la pctjueñ~ diftr<:-u·
o no lu.s disciplinas que investigan los fenómenos poHticos y <.'u ~ gue aqucllos que nu..oca les ha.n
sodalcs, seguir el <-:uninO seguro de la ciencia. ;r:¡•drodo ..táir de t•n bu•n• fe p<"lSUII-
l os de sa~rJa'i f)tlP. .se creeu <·n e.~f!"'do
En todo caso, almque lá respuesta sea en un tanto por de pronullCJarsc sobre tllns.n
ciento muy elevado negativa, no debe descorazonarse el es·
tudiuso <le sociología. Los n1étodos empíricos s<m la base de DI!s·!'\!'1·1· n~ TR..o,cr
Elcmi!':Ht}l d..e ickologfa
una futura codific-oiCión preliminar de lo Mil y lo inútiL y la Primom Par<e (1801)
suma de las experiencias de Jos rc.sultados obtenidos por las
aproximacíoncs da base cmpirica pueden coincidir en una
metodología crítica. tstc '" un avuncc considerable y el co- la s~:;;c~bro¡¡~f~:~ció !?rimero. con el título da Méthodes d(!
tniC1l7.0 de un L-amino que ha~tll ahora no se ha segu ido. liceociatuJ:n be;:,h~uddel~~taSr~c a los programas de la
Precisamente lo que falta a las ciencias sociales en su nivel listas no se de·aron n - e · }n embargo, los especia-
actual es una critica de los métodos que hast.1 ahora se han d_c un manual ]de infct~~~~·aPI~~~tán~ose de que _se ~ataba
seguido. Es urgente, cada día má.•. que dispongamos de un Clales en general'. E! decreto <10 écrucas de las etenc.as so-
balance- seguro do qué es metodológicamcnta aprovechable permite intitularlo con prop"ed 110 d~ ag_osto de 1960 nos
y de qué no lo cs. Quizá no sea exacto h ablar de métodos, a la obra ma ·or id d ' u< ' y, a mismo tiempo, dar
sino de procedimientos, y una gran parte de los procedi- de refcr~se 2ólo ~n a '/eu~sto <¡uc_la intr.oduceión, en veo:
polll:it-a- una . e las cienctas soc~ales - la ciencia
mientos que hasta ahora se utilizan son rigurosamente inc- más 'tiJ · nos Propor~ona 11na ,·isi6n de <-onjuoto tanto
Jlc;lccs. La metodología l"rÍtica que todos esperaiiK>s ha de u cuanto 1a creaente espcci 1. . • . ,
empe1.ar c:on libros <1ue ofrezcan una visión de conjunto como la interdependencia de tod· 1 d~ ~C!on t1cnde a diluir
el contrario hemos procu adas as ¡IS·cdtplmas. Nosotros, por
éste, que me honro en p resentar, l"U)'O autor ofrece, por Sll r·•os capttulos
, ' especlahn r t o 1no o VI aria . , mod ili can d o va-
mucho saber y merecido prestigio, las maxlmas garantías. ci6n docume~tal en e e que conCierno a la observu-
l"inalrncote el nu~·~ltlque trata _de la. metodologia general.
Enrique Tu:..KSO c .~L\'Á~ vactón del ~nteoido. tulo tambtéo correxpondc a una reno-

Pl"i11ceton, 1962
ced~:PJ;fl~t _que este man~al sen\ más justamente mere-
- og10 que a su pnmera edición dedicó cierto so-
l Ct, H. )f.r.Nt>U.~ P.~tu (ronruiu ' ' • .-u.:__, •
""""'""""· !960. ftl.r. 1-'IS.

)2 .. 13
dólogo, c~iimaudo que ~grach" a él el espíritu cicntllico nuevos métodos de propa anda
realíz11rá inmcr~sos progresos en las ciencias sociales" y que hombres pueden ,.a camb~r la ~tren~adramicolo de los
acudiendo a él los estudiantes e investigadores "ya no po· profundamente cÓmo la utilizac·ó" ;¡e 1ra del mundo tan
Sin embar o n 1 n e a e nergla nuclear
drán alegar ning¡lna excusa por limitarse a descripciones de la nnl'ti~ ' .o son posiblcm
. ente más que la última fas~
aproximativas o literarias""· r .. 1 ca mcoosClenlc en la 0 1 bl
t.sta es, en todo caso, su finalidad p rincipal, así como .la ser manipulados por sus j~fcs porq~~e igos pue os pueden
1
mos de fa manipulación. El desarroll dnor~n _.os ~ecan!S·
de medir el alcance exacto do las nuevas técnicas de invcs·
ligación sociológica, descubiertas hace algunas déc.~das y permite entrever la posibilidad de U:a e l.a. c1enc1a ~octal
que eu su n'ayoria no han dado por ahora rnás q ue cléhiles ~n la que los hnm bres dejarán de ser política co_nsClenle,
resultados, en maniResla desproporción con los esfuerzos manos de sus dirige ntes. Es de csp cosas,) ofib¡etos, en
será falsa esta fórmula de erar r¡ue a n un d fa
llevados a cabo. Esto no justifica, $'n emhargo, que s" las verdadera· "Gobem h Maqulavelo, por desgracia aún
ignore o desprecie, pero no hay q <~o exagerar su alcance · ar es ncer creer~.
actual. Hay que moderar el entosiasmo que suscita su ioge·
niosidad y tener en cuenta Sll carácter primitivo. :.1aurice D UVERGER
Lu sociología, l a más joven de las disciplinas cicntUicas,
se encuentra ~ún poco desarrollada en muCho> aspectos. Se
podía sonreír cuando, n fines del 'iglo pasado, las extravagan-
tes mú.quinas de volar construidas tras largos años de esfuer-
zos y con grandes gastos conseguían elevarse penosamente
a.lgunos centímetros antes de estrellarse, o. máS a mentido
todavía, se destrozaban sin haber j10dido abandonar el sue-
lo. Pero sin ellas no habría hoy aviones a reacción. Y no
tenían derecho a sonreír Jos apegados a los métodos anti-
guos. a los procedimientos cUISicos qne habrían condenado
a la humanidad a ir siempre 11 pie.
Por otra parte, no hay duda de que las sociedades huma-
nas no se suíetan por C<Jntpleto al análisis eicntíllco. Hay con
toda probabiltdad un misterio del hombre que no podrá. ja·
más ser enteramente penetrado, y sobre cr cual los poetas
proy~ctan más luz q tte los t~cnicos. Pero muchos pseudo-
misterios no son más l¡uc sombras producidas por nuestra
ignorancia. En vastas extensiones del universo social la in-
vestigación científica lleva <'Onsigo la posibilidad de transfor-
maciones cnnsiderables. E l siglo xx no es sólo el siglo del
átomo : también es el siglo de las 6encias sociales. Los

14
I:\TRODUCCIO~

LAS CIENCIAS SOCIALES

Hoy d ía, las ciencias sociales ecouocen aplicaciones a\m


más importantes que las de la fisica n uclear. La propaganda
de los estados totuliturios, la publicidad romcrcial de Jos pnl·
ses "capitalistas", la guerra revolucionaria y la "acción pSi·
cológicu.", las "rtllaciones públicas'', son técnicas q ue, rnnchu
más que la fisión del átomo, han !ransforn,ado la vida de
los hombres de nuestro tiempo.
Sin embargo, existe a este respecto cierta <'<.mtradicci(m
entre la teoría y la práctica. En la actualidad, y en el cam·
po de las ciencias flslcas, los progresos de la segunda deri·
van de Jos progresos efectuados por la primera, mienllas
que ep las ciencia.< sociales, por el contrario, la práctica pa·
rece hoy más avanzada que la teoría. El contraste entre
la importancia de sus aplicaciones y el estado anárquico de
sus principios es bastante notable. Los sociólogos no están
de acuerdo ni siquiera sobre las definiciones elementales,
los . conceptos básicos ni las da.<ilicaciones fundamcota)t!$;
cada uno de ellos habla su propio lenguaje, lo que difícil·
mente les permite entenderse con los demás. Nn hay d\IUIL
eJ.\. que esto explica eJ retrüSO de las ciencias sociales resrect<l
de las ciencias flslcus, en las que también hubo una epvc·o.
en que la procti<-~ precedía a la teoría, antes de invertirse
estos términos.
Por esta ra7ÁÍn, lus ciencias soG'iales fi~urnn en ciertos
aspectos como poco desarrolladas a pesar <le la importanci•l
de sus modernas aplicaciones. Esta situación e.• probable-
mente provisional, pero como e:óste y pare<:e que va a durar
algún tiempo, es preciso tenerla en <"Uenta. Es particular·
17
'
mente indispensable realizar un esfuer;zo para d;fin.ir las a discusiones aceren de la noe~on de los "fenómenos so-
ciencias sociales antes de pasar al estud1o de sus teen•cn.s y ciales", no hay duda que éstas resultan mM concrcht<, pues
métodos de investigación, pero este esfuer<o es mu)' dtf~cü, se refieren a cada uno ele los caracteres de los fenómenos.
pues es necesario evitar, so penn de aumentar la confusiÓn,
núadir nuevas definiciones, nuevos conceptos o n~1evas. cJa. § l. EL DESARJIOLLO RlSTÓR!CO DO: us (3t,..CIAS SOCI.,L>:';
sülcacloues, a las definiciones, conceptos y clas¡RcaciOlles
existentes. Por el contrario, hay que buscar todo lo que sea No: ~imitaremos a w\3 visión esquemátka y superficial
común :.\ éstas. cuyo um~-o fin es arudar a comprender la• dificultuiles que
In de6nidóu de los fení.mcnos sociales entruüa en la actu3·
lidad. En este punto nos encontramos con dos hcchos ful1·
<.lamentalcs: 1-• En primer lugar, la primitiva confusión,
que perduró varios siglos, entre el punto de -..ista científico
La noción de ciencia social objetivo y el punto ele vistu moral o metafísico; 2.• En s~­
!,'\lndo lugar, la reciente tendencia a la desmembración en
A primera vista, la noción de cien<.ia social parece fácil múltiples disciplinas part.icularcs, a la S\JstitucUJO de la
de delinir Las ciencias sociales estudian el hombre que v1ve ciencia SO<:iul por las ciencias sociales. Estas referencias n<l$
e~ socied~d, el "animal político" de Aristóteles, ana~aodo permiten delimitar, en genc.ral, tr._, grandes periodos; p~ro
los grupos humanos, las colectivi?ades, las comurudodcs~ su separación no es absoluta y no es posible asignar una fe.
"Pero, eu realidnd, iue]uso la noctoll de grupo h.um~~o e, cba exactu al paso de unn a otro, que se ef~ctúa casi insemi·
difícil de precisar; uno sitnple nglomcrución ele mdlvtduos hlemente.
_ por ejemplo: la gente que hace c-ola a. la puerta de 110
cine- no constituye una verdadera colectivtdad (pero pue- A) l.<J primítivo conf!lsión entre ciencia social
de llegar a s~do). Además, Liecir por un" parte que y fil<lSofia social
las cicodas sociales estudian "al honibrc que vwe e~ so-
<.iedad" y, por otra, que analizan "los grupos humano~ , O? En un primer momento se pretendió u"tenninar las re-
es afirmar la misma cosn; ambas expr~siones no son smbrn· gl:u de lu organizadón social tal como debe ser, má< que
mas, sino que en el primer ~-aso se pone el acento sobre analizar uicha orguÍiizaci6n tal como es. Es decir, se hacía
los miembros del .rrupo y en el segundo sobre la comun!- ciencia social mas <¡ue filosofía social, aditud que persistió
da(L De hecho, la~ ciencias sociales se ~ncuentran tod.a"a durante siglos y .que aún hoy !'o ha desaparecido por com-
divididas por graves conflictos c¡ue concterucn a su m1smo pleto. Hasta el stglu J>'v¡n e l numero de autores en 'lue prc·
objeto y noción. . .. , domina el punto de vista cieutiOco sobr~ el fllosólico e~
Con el fin <.le evitar estos confbctos y una dcRoi;t.on par- lnruno. Después sufre gran. aumento basta que, a ¡)artir
cial, abordaremos el problema de un !"od? genetico .. En del siglo lOX, la proporción tiende a invcrUrse y ~1 punto
primer Juaar trazaremos el desarrollo lmtó~tco .d e las Cien· de Vista clcntí6co empieza a predominar.
cías sociales; eUo nos permitirá situar las discUSiones a~ca a) Los c•R.<CIEIIE.~ CE.'>EMLEs IJEL nniono.- Para in-
de su objeto y noción. Después tratare~os de ue6mr .l?s vestig.ar los prindplos d~ una o_rgauizaei6n ideal, hay qu"
caracteres generales de Jos fenómcMS soc¡alcs. La. defin!cJOn c~tudiar necesar1amente el I uncmnnmiento de la organiza.
de las ciencias sociales como ·' den<.ias de Jos fenumenos so- C!Ón •oda] c.xistentt~; por esta causa Jos Rlósofos soeia)es ha·
ciales" es la más general y la mfts neutra, y aunque da lugar <:Jan ciencia social.

lS :1,9
1.• El predominio del punto de olsta filosófico Y. mo- filósofo, y el razonamiento abstracto constituye su ins-
ral.- La ciencia social, en su estado prumh vo, y al •gua) tnw,en to fundamental de an,\lisis. Cierto también '1"~
que el metal se halla mezcla~o coll; In ganga, ·~ encuentra Aristóteles posee un notable talento de observador y q ue su
inme.r.m en una se.rio de consideraciOnes nonnati\·as, de ca- reflexión fUosófica se basa en e.\iensas y variadas investi-
rácter moral o filosófico. La p1trte de observadoues cicnti· gaciones <'Oncrctas; sabido es que escribió una serie de rncr
!leas respecto de las con~ideracione.s normativas, es rnnyor r1ografía.s sobre las Constituciones de 158 ciudades griegas
o menor según los autor~.s; la ganga es más o menos rka. y extranjeras, de la.• que sólo una ba llegado a nuestros dlas
Siempre v en todo c-.1so, predomina el punto de \'ista norma- (1.4 Constitución de )\leM.S). Pero a pesar de ello, el des-
tivo, q\tc.'oricnt-a la actividad de l iovestigudor o incluso d!ri¡¡c arrollo intelectual de Aristóteles es ante todo Alósofo y
su inVC-"tigación. Las primeras teorías cientiJlcas son, pur J~> su metafísica se halla en la base de S\1 t'Orll'cpción de la so-
tanto, reflejo de doctrinas metaffsicas y morales y do poS!· ciedad, que esencinlmcntc refleja. l'or otro lado, en Platón
cioncs npriorista.s. hallamos un • esfuer¿o para tratar científicamente los hechos
2." LA importancia de /JL~ obsenx.tcio~tes rec?g~dos. ­ oconórnicos y sociales" (L. Robin) y tiene conciencia, P.,, .
A pe.<at de todo. la aportación dc este penodo ptumtivo al pecinlmcnte, de la importancia de las condiciones geográ-
desarrollo de lu.~ ciencias sociales es importante. Muchos de lic:ts, dem<>b.-r.tficas y económicas de la vida social. Incluso
estos autores poseen un agud11 sentido de la observación Y puclriamos descubrif en é l el esbo>.o de la teoría de la lucha
se esfut'rz.an en aplicarlo. El ambiente normativo y mela- de clases cuando escribe: "Una ciudad si~mpre comprende
fhico no impide el análisis preciso de las realidades ni el dos al menos, que están en guenu cntre sf: la de lo.• ricos
descnvulvimiento del método compamtivo; Aristóteles pue- y la do los pobres".' -
de ser modelo de ello. Casi siempre se pueden distinguir 2.• J-:n la. Edad Media, la filosofía social viene " ser el
dos temperamentos intelectuales: uoo que se lnc~a .a la rcSejo de la religión cristiana y d., su moral. Los métodos
reflexión sobre los hechos ya conoc•dos, y otro mas •nch- escolásticos, por otra parte, acentúan la tendencia al pre-
nado hacia la investigación de hechos nuevos. E n el caso dominio u el razonamiento deductivo sobre la observación
del pcrfodo consider.tao la tcndcncia &losófica favorece los de los hechos. La grandiosa síntesis de Santo Tomás de
priutcros, pero sin ahogar completamente Jos segund~. l'ur Aquino tiene la amplitud de la de !'latón, ~ro la oricnt11-
otra pnrtc la abundatlte cosecha de observaci<lllcs "'~' reco- ci6n propiamente científica de la inve.,i:igaci6n social tiende
gidas, a ~1enudo tiene rn:ís valor que la.' teorías generales má.~ bien a d isminuir. No obstante, los principios btísicos del
legadas por los autores d~ ~te primer período, las cuales, cristianismo. y especialmente los dogmas del pecado ori-
al interponer un cuadro artific:•al entre el observador y la rea- ginal y de la redención, ccmduccn a una concepti6n histó-
lidad, han constituido frecuentes obstáculos p ;ua el desa· ti~a de la sodedacl, cuyu.< pr!mcrus huellas aparecen en la
rrollo de las ciencias sociales. Cuulad de Oros de San Agustm. Por otra parte. el Trai# de
b) LAs E't'APAS FVJ';oA.\IENTALES.- )(os limitaremos a la premiere inventlon de.r monnniu (13i0). do Nicole Oresme,
recordar alauoos jalones fundamentales. Señalemos, por una constin•ye el primer ejemplo de ohra experimental, al mis·
parte, la c:O"'nc,ión con las doctrinas metafísicas y, por otra, mo tiempo q ue el nac.i micnto de una ciencia social parli·
fa oposición c-J.si permanente entre los dos tempcr.!mcntos cular: la economía política.
de investigador: filósofos y ob$ervadores. 3:• El Renacimiento 11 la. Reforma, que transforman el
l." En In A ntigiietlud, cstu oposición se encuentra en-
-
umbtente intelectual con los graneles viajes transoceánicos,
carnada en la dualidad clásica Platón-Aristóteles, si bien
es predso no exagerarla. Cierto: Platón e.< esencialmente

20 21
que dan n conocer socil·dudes u ucvas, favorecen natural· físico; la elaboradón de este t'Onccpto de leyes sociales
mente las tendcnchl? experimentales. El Príncipe, de Ma· constiluyc un progreso decisivo, pues la ciencia tiene pre-
quiavelo (15.~2), y La Rt!¡>l'lblica, de Jean J:!odin (1577), sou, ds¡uncnte por fin 1a investigación de dichas leyes por me·
de hecho, más realistas que 6.Jósnfm. En la misma época todos experimentales.
nace en Ital<a, con el nombre de "estadístku#, una ciencia La aportación del siglo xvut es, pues, muy importante.
descriptiva del Estado, precedente de nue<tru :t(-tu!!I ciencia A pesar de ello continúa rredmninando la tendencia 6losú·
política (véase especialmente el trabajo de Sanso,ino Del !lea. y la idea de ley soda y la noción de una ciencia social
¡;overno del regni e repubb/lclw anliclw et mocleme, 1567). auttÍnoma no son aceptadas todai'Ía do un modo general, )'
Autoine d(l Montchrétien. p1oblim, eu 1615, el primer Trai/6 cql')servan un canÍ<:ter excepcional. En el siglo xox, [lOr el
de l'éccmomic: politique (se trata de una obl'U más bien pnlc· contrario se Jas va considerando progresivmneule como nor-
tica que científica). Por otra parte, los primeros relatos de males. Los autores del siglo xvni, por otro lado, no 1oablan
los viajero.< exóticos aportan nuevos mat~riales de observa. deümitado daramente el terreno de la ciencia social ni de-
ción y despiertan la mriosidud por lo cnntTCto. finido su objeto t'Oil precisión. A e.<te rcspa-to,_la aportación
A pesar do todo, la tendencia general sigue siendo más de Auguste Comte es considerable. La de Karl ~larx. en
filosófica que científica, sí bien el contenido de esta filosofía otro a>pecto, no resulta menor: el establecimiento del m·
social evolucion:l v la religión cri~iiana deja dt' constitnio· rácter objetivo y el cnráct"r relativo de los fenómenos socia·
su única base. En la segunda mitad del si¡¡lo xv1 y e-n ol xvu les resulta esencial plll'a constituir la sodulogía cnrno ciencia.
aparece con Ceutilis, Altusio, Crocio y Pufendorf la teorí~ a ) LA APORTACJÓS oEL SIGLO xvm. - En el siglo xvm
del "derecho natural" y uua filosofía social juridíca. Lockc continúa predominando la tcndeuda u estudiar los hecho;
desarrolla sobre estas bases la dtK:trina del liberalismo po- sodales desde el án!:'1lu filosólit-o, in\lestigando más bien lo
litieo (1'ruité du gouoemcment civil, 16S9). El Léviatiwu que deben ser las snt'iedade< humanas que lo que son.
{1651) do Tlobbes, por el contrario, en el que la parte de Esta tenden<'ia inspirn u na d~< las m!ls grandes nbras de la
observación émpírica es mayor, desarro)ht nua GJowfín m;h época, el Ct)lltrato st)t:ia! (176'2) de Rousseau, el cual declara
bien autoritaria. expresamente: «Yo hns"' 'el derecho y la razón, y no d1scuto
los hechos". Con tinúa figurando en la base de los h:abajos
de aquellos que precisamente se hariun llamar "filósofos": ·
B) Los •igiN "''lll y XIX: la constitución de una ciencia Voltuire, ~laoly, 1)1Iolbach, Did<'rot y los Enciclopedistas.
social autc51ioma Incluso permanece subyac.,nte en los escritos de Montes ·
quieu.
Antes del sigló xvrn, las obras en que predomine el punto 1.• EL d(,sCntJolvlmi<mto de 11~~ obws fwuladtM en la
de vista clentifico, en qne t<l p unto de vi<lll filosófico esté obseruaci611. - El espfl'!tu de la.< leyes. " " ~bsta~t•, p1oe<l~<
excluido o sen muv redutido. son raras; 1-la<¡uiavelo, Bodin, considerarse como el primer tratado ele soc10logoa po11tica;
1\icole Oresm•. ~!Óntchréticn figuran como precu=res. Cun la concepción de las leres socia le$ y la c·lara aflnnación:
el siglo X\'Dr, por el contTario, este tipo de obras se hace má> • Aquí se dice lo que ~. y no lo que debe ser", delatan ""''
frecuente y aparece la idet\ de una rigurosa separación entr<' firme voluntad de ob., en·ación cientiOcu. Dejando aparte
la ciencia y tu filosofía. Por otra parte, naco tumbién la icl<'>l El espíritu de las lcyc.v, el desarrollo ele la.' ciencias sociales
do que los fenómenos sociul es poseen un carúdcr ele regu. objetivas se efc,ctúa en tres direccione~ p rincipales: J .• En
laridad y que por Jo lllnto ~stán sometidos u leyes M tur:\· la de la economia política, que la escuela francesa de los
les má~ o menos análogas a las que gobiernan el universo 6.siócratas primer<), y la escuela ingle.o¡u do Adarn Smith des·
22 23
re~-prit /llllll<lÍII, li94); y leyes análogas a las del u uivcrsu
pués, ~-onstltuycn t'Orno cicnda antónonm: 2.' En la_ de la
estadi•tica matemática, que sirve de !>ase a 10!' prameros físico. Esta última dirección parece haber sido la predomi-
trabajoS demogr'.úicos (Graunt. 1662; Halley, 169~; Depar- nante desde el origen, predominio que se afunará en el
cicux, 1746; Moheau, 1778), y 3.• En la del estudio compa- siglo :me.
rativo de los diferente. puehlos, basado en IOl' rcla~os de b) LA APORTACIÓS DE Aucusn: Comr. (1798-1853). - Se
los viajeros y exploradore.'; citemos a . t!tulu de e¡cmplo considera a Auguste Comte mmo el fundador de la sociolo-
¡;esprit des 1,sages et coutu71111$ cle.s rlifferents pcuples .d~ gía; sin embargo, su aportación a la elahnradón de la idea
Jean Démeunier (1778) y la.~ M<~urs ~es sauwge.• amcn- ile ciencia social es menos imp ortante de lo que se <-ree.
quain.s comparées aux mceurs de-< prem1ers temps, ~el_ Padre 1.• La incenci61~ del térmirw <SOciología•.- En la ac-
Lafila\1 (1724). Así pues, el primer rasgo car~eter!stK'O del tualidad, los t-érminos "sociolt)gía" y "ciencias sociales" Sl>n
siglo xv•u es la multiplicación de las obras de caracter p:n· casi equivalcntés, con lns reservas que estudiuremns más ude ..
pi,u nenttl científico, en las que la parte Alos6flcü es reduct<hl lante (vtasc pág. 64). Ln pnlnhra "sociología", que St! hn
¡ El , ido impouicnoo pr?¡¡resh~atnente, fue inven!.ada ¡>or Augu~­
0 no existe.
2." La e1o1Joracicin <k la ithw de ley soci~ . - ' S~ll,':'~l- te Comte. En el s•glo XVIII se hahlaba de c1euc•a nuevn .
do, y más importante, reside en la pr~gresava ;-laborac!nn Esta fóm1ula, \ltilJzada primero por J. B. Vico en su im·
de la idea d e que los hechos sedales estan s<>Jne!•dos a c•7;· portante obra Pr!ncipes <rune science llOUVelle (1725, 1730,
tas leyes : "leyes físicas reJa tivas a la s~ci~dad con~o d1¡o lí44), fue adoptada por a lgunos de los 6si6cratas, especial·
Dupont de Nemonrs (1168}. Antes qu~ el, Montesq~•eu Idas mente por Dupont de Ncmours (1768), y más adelante por
había dcr.nido como "relaciones necesarias que dC!lvan e los discípulos de Saint-Simon. Lo; Enciclopedistas utiliza·
la naturale-r.a de las cosas» (1748}. . . ron la e.')Jresión "ciencia del hombre", que fue adoptada
El concepto de leyes sociales se fue de.ohgando progrc;s•· por los "ideólogOl'" (Dc.<tutt de Tracy, etc.), por fisiólogos y
vameote del de un orden providen<;i~l del "'~1 no senao médicos (Cabanls, "Siehat, Burdin) v después por el propio
má.< que la expresión; resulta sintomatico. por ~~e~plo, _qne Henri . de Saint-Simon en "' .\·(émoire •-ur le science dt>
uno de los funcL!dores de la estadísti;a. el alemau Sussm.leh, rhamme (1813), si hien este último .• e indina después por el
interprete las regularidades demográJicas ~~~~> el efecto. de téonino "física social" (que ya se halla en Hobb~s) y al que
]a voluntad divina, y que ~·lercicr de J.n R1v~ere transc~.h~, se adhirió primero Auguste Comte.
<-orno epígta fe de su Ordre naturel el cssen!lel tÚ!-~ socwtes Es a partir del t01110 JV de su Cours de philosophie po·
poliliquc.• ()767), una frase de Ma1cbnl.nche sobre la s:•be- sitlve (1839). en la lección 47.•, que da a la nueva ciencia el
rauía del Orden eterno. Pero el problenla da .sahe~ cu~I es nombre de "soclologin", a :Gn de evitar las confusiones con
d fundamcnlt) de las leves sociales, si la l!rOVidt!nCI~ ~·vma las "viciosas tentutivas ue apropindón" de las que huhíu
0
la "nnturale'La de las 'cosas", pertenece a hl m~tafiSica_; In sido objeto el término "física social" por parte del matemá·
ciencia se linlita a comprobar la existencia do rcg•_•lar,da: bco belga Quctelet, que In aplicaba al estudio estadístico
des"', de ''rdaciones necesarias". Por utra p,ute, <l~scr~aremn., de los fenómenos mor.!les (L'ftommc ~-t le c/Gveloppement
que. desde su aparición. d concepto de l~ycs_socanles s.e _d_es· de ses faculté, o E3Wi de r•hysique socia/e, l $:35).
arrolló en trc.• direcciones diferentes: lc)•S estad1sticas, ,__ 2.• La dcllmltacl6n tlel objeto de las ciencias sacia-
dimanantes de\ cálctl\0 de probahilidad~S (creadO por B¡r· ""· - El mérito de Auguste Comtc no se limita, cvidcntc-
nouil1i <¡,uc en 1713 formula la c-élebre ·¡~y de los gran es
númcr~s ); leyes históricas, que expresan el d.-..arrollo ?e Ja ~;mte, a haber dado oombre a la ciencia social. Su aporta-
cton fundamental consiste en haber delimitado su objeto ~·
humanidad (Condorcet. Tableou historiquc des ¡>rogres e

24
.1 ·mera vez. tma de firucwn · " prccisa •. las creencias mctafísit'as (religiosas, filosóficas o po!Jticas)
haber dado do e la, P,0 r P';f, .. org.a'nic.~" es la cicnci" del de sus autores. Hu y que hacer notar, no , obstante, qu~
oara e1 1a JSica 1 . Comtc crevó posible resolver ~1a contradicci6n elaborando,
Puesto qu~ ~ . ' ·a~·· debe ser la ciencia de a especie
iudhiduo, la ftSIC3. sOCI . • ·nmensu y et~rna unidad so- sobre las bases de S\1 sociología, una moral y religión posi-
hwnana, que consut~IYC una . 1 •ia c'Om r~ode do:< part..s: tMt.s; esta ilusión, <1!mpartida más ad<.>lantc por algu.n~s
'
cial~. Esta físi~a socuü, 0 S<t"~~ :mat~mico de la socie-
la Estática socJal, q':e. es e es : "e., :oerimeotal v racional,
disdpulos de Durkheim, constilu}'C lo que a vece.< se cali·
.fica de • sudologismo ...
dad (" cJ estudio poSitiVO, a Ja Vt~~S <¡U e Jas clh cr>3S parteS e) LA APORT.\CIÓI': !>E .10.nL \hnx (1818-188!3). - L11
de las acciones_ Y r~a~100 ": ~~u;~,ente Llnns sohrc otras). aportación d• Augustc Gomt·e fue recogida irunediatamen·
del sistema sOCial ;-¡creen e o~ l sla' ll. "'' lo CJilC la r,,iol<>g"' te: Emile Durkbcim y los sociólogos de fines del siKIO "'"
. • . • ·oc¡al <¡uc es .1 a e
)' h• J)10nJOI<• .s r • E t'•·ca es e 1 es l 11w •·0 ,'',el ore1on·• 1a n·,_
• v principios del x.x su frieron su influencia. La aportación de
es a lll unaton11a: ~d -s ~~ reso (~n el sentido <1<' <lesarrollu :Karl Marx, por el eo11tral'io, fue largo tiempo olvidada en
nú1niea, el eSl\1d1o e1 P g · d - sin ' nielo de valor). La los medios cicntfficos 11 causa de su contexto político. La
v LlO de ~crfeccionatniento, es ..ecJr,
•·~lebrc .. cy e¡ 6 1os. tre··.'\ estados resume
j.·' ).)inílmic~\ socjal:
. d··'
influencia polftiea d(\ Marx s~ hizo t~oia; dc;sdc la .<egundü
w d h ' • · · nente
SUCCSlVai . .
,, ti''•
•~
ves
'
c-» es- mitad deJ siglo XIX, p~rO Sil mHuencta eten.lífka no ••ll]le'lÓ
la humanidad e cna p~sar t fi -~0 y del ~stado positivo. a desarrollars.,, ror lo rnenus de forma duecta,_ y unnquc
• · del .estauo
tarlo t~o1og•eo,
me a S'-
.• d 1 áctn positícil tic tU CIMeras
¡ · · con anterioridad f11~ru ¡lerceptible de un modo t.hfuso. hnsl•l
3." l..a llfirmacwn Í cru ~sidera que h\ uportacitio meUiados del siglo xx.
sociales. -l'ur lo genera c:,c t coconsiste en haber afirmado 1.• La ohjeti~idad de las ciencias soc:ales. - Augustc
fundamental de·tiAngudste 1 m. e et'as S<~,·
e as t..'len
al~ es d~cir, en
·"" ...,~. Comte crela que "todo el mecanismo social se basa eu las
opiniones~. y daba a la sociología un carácter .•ubj_ctivo.
~~~;t=~~~o.,.dell,;ith-amente de.la:tmourap·t:~ ~;'\:'~:.: La primera aportació:l fundamental de ~larx t'OnstStc ID\'Cr-
"' - completamente exac ' , 1
Hsica.. •,.,stod no
¡. e, d e "l ey soc>·a]" el siglo
·dca l<'''"
hah1a pan- sameote, en liabcr plant~do las h-.tses de uua ciencia social
boraCIOn e ~ -1 · · d esta separacm · •0 - En cst•
· " c:uc•ti'·on, totalmente ob¡'cti\'a al nOrmar c¡ne las r•laciooes jurídic-.ts,
tea do ya el pnnc>p•o e · • .d 1 d hccl•o ele haber las formas po lticas y la anatomía de la sociedad dimanan
.¡ mérito de Auguste ~o~n~e ::s~...~e~ efectuado el primer de la iniracstruetnrn ('t<mómicu y del estado de las "fuer7.tts
sisteo1atizado dicho pnncJ[>'0 •· ' productivas". Se pne<le dismtir el carácter pr<'cminente atri-
buido a los fenómenu~ económicos, que posiblemente no es
análisis co01plcto. . 1 .-<J..\r uc d padre de \H so-
J)i;ho .esto, no hay qb~s~~~~ ]a\ieuclu soclnl positivu, ni general ni ahsolnhl, pero no hay que olvidar, por otra
ciolo¡pa, s¡d lncn puso¡· 1.~. )' ·'o la moral 110 consiguió librnne po.rte, que Marx jaml1s pretendió que 1<1 influencia de la
·"ada e 1a. met<1 1stc~
<1E!Sl,.., 'fi
· u~CouScit!OteH)(mtc
' • ¡· ·t· .
(}\.liSO lffil m "'base~; ete)nómicet .$Ohr~ las ..supcrestructüras" fuera de san·
de sus _crcetl~laS filoso .cas. .,;, condición funt!anwn- tido {mico, sino que, por e l contrario. aArmó siempre que la
la ciencw soc•al al estud•o de lo '\uepew no pnd(> cvit'lr que superesl;ucturo. ejerce su acción sobre la base y q "" sus
tal para que realmeo~e s~a cte~e~~scos sobre el .. dcher ser .. reladoncs son recíprocas. Sea lo que fuere, •sta concep-
S\IS sentimientos, uspmlctnncs . ' . s -aolllisis científicos. De ción materialista tiene el mérito de haher introducido "la
aparf'Cicran inconscientemente l'tl su 1 ,.,e· . . ':Onlusiún idea de que la vida social no dehe explicarse por la COil·
·~ formas mt~\'a." a ' J•' "'
este mo:<l<> ;ea[l'"sf'o frn \l chus sociólogos, por no decir <-cpción que de ella tienen sus participantes, sino por cati!•IS
entre c1COC1:l Y oso a. : u 1\o"uste <.:orote. Muchas son profundas que t-~capan a la conciencia·. como decía l)urk-
todos, siguieron las h~P.Ilas ~'? " n realidad reHejan lieim, quien, uunqu<' totalmente opuesto al marxismo, s~
las obras en aparene~a positivas, que e
27
2.6
El marxismo ron.<tituyc el . .
perc-o1taba de que ello ~ra ~-ondición fundamental para que plicación de los fenómenos ~~j s~tem~ completo de ex-
Con anterioridad, sólo se ltabí~a es, pnm~ co.mogonía.
1
3
como la de Montes nieu ar· n elab~rado Stntesi< parciales,
la socioloa!a llegara a •er una dcncia •
Más aaelante volveremos a hallar este problema, que da
lugar a numerosas dificultades, ya que las mncepciones que Adan1 Smith para ')los h~ch~ los rc&un.encs políticos o la de
de la vida social se forman los que en ella participan ejercen mar, por otra parte uc nin s econurmcos. Es posible afir.
capital infiuen cia sobre aqu.Un. consmuyeudo en cierto sustituir la de Ma•; qpltes ·. guna otra cosmogonht hu podido
. ~~.s cmas e aborados
··' mnguno de Jos ·· ·t 1
modo fenómenos objctiV\lS. Aquí nos limitamos a constatar d es d e entonces pt"Jsee un carác1. 1.
la importancia de la npc¡rlnción marxista en cuanto a la ob· solo hu cons~·do· rebasar el ?n l~n t'Ompleto . .· . y ni uno
jetividud de las ciencias socio!es. · escuela cienti ca
La •~a ¡
S.arti
c:u1ar
(cf ~ tbtto ·
. restnngtdo
· mfra pag. 375).
de una
2.• El carácter evolutivo de los fenómenO$ socio/e$.- uwuenc a e la cosmog · .
Otra aportación fundamental concierne al carácter relativo
y evolutivo de los fenómenos sedales. Cierto es que Augu•·
te Comte, Condorcct y muchos otros habían concebido la
derablc. En determinados
de referencia, incluso a Jos ~-to.
re.< e insufidencias s·
•:e
uma max:osta es pues consi-
de hase, de sistema
•b a en can y señalan sus erro-
idea de evolución, cuyos primeros r.1Sl!;OS ¡;>ueden apreciarse mente más fecttnd·a m em largo, esta lnlluenda es posible-
. ' par.1 os nu marx· l
incluso en San Agustin; pero esta evo1ucion de la sociedad prop•os marxistas. El carácter . t< as que para los
humana se imaginaba entonces como una especie de de.<arrn· llevado a estos últimos a . ti!' completo ele su doctrina ha
llo de un mismo organismo funda~tental, a trt:vés del ~·ual la pios de Marx. el mzona n; out \zar, pn~iendo de los princi-
untnraleza del hombre permnnee111. estable. No se crelll que
pudiera variar en su estructura esencial, sino sólo Oorcc.,r,
1
tigaeión expcrirnental, ir~~';.~ ~c~uetJvo, más que la inves-
en un ambiente dogmático· de 'n o una nueva escol~stica
uno de los más graneles fu~dad este dnCJdo, ~os disdpulos de
en cierto modo.
Enlazando en cierta mancr-.1 eon la vieja filosofla de He- vuelto.paradójicamente a la rir::i~· e lu c-~~ncta soct~l han
ráclito, ~tan cree, por el contrario, que la pretendida na- y Slosoffa. P a confus>on entre t1encia
tural= del hombre es resultado de la historia y que varia
como la historia misma. No se desenvuelve siguiendo un
desarrollo unilateral, sino según un proce<C dialéctico. Los C) El siglo xx: la desmembraci611 de la Ct<'ncia
. social
cuadros sociales, los sistemas jurídicos, el arte, la mor-di, la
religión, la psicolo_gia, las costumbres y los <:omportamicn- . En la nctualidad ya no s h· bl b d
tos. las ideas, la filosofía, cte.. son elementos ligados a una smgular, sino d" /(l.\' cicnci:s a ~ a e lo ciencia social, en
infraestructura socio-económica esenciabnente fábil. n cau· tnás se cunsldcrn la so . 1 , sociales, en plural. Cada vez
sa, a l mistno tiempo, de Stt propio desarrollo y de las reac- do síntesi• clAJlO• • , lcto ogta t'OlliO liiHl ~!spccie de cienc¡'o
b · · '' •· mmac a sociolom ¡ ' · "
ciones de la supcrestruehua. Por esta razón, todos lns nr las diversas socioloa'as .,_.a.gcuera' q ue viene a cu-
y los socio'logos f ,, ~ particulares. Aucruste Comt·c
elementos de la realidad social son relativos: unos respecto r~ncescs ue fin d ¡ · 1 "' '
de otros y todos respecto de la historia. 1e D~klteim, eran t'Ontrarios aes e J:g o x~x, especialmen-
3.• LA elaboraci6n de la primera teoría genero! de las a UIUdad de la dencia social. Kcst¡ M sperstón y afirmaban
ciencias socio/es. - K o ~cmns dejar de seü:ilar una tcr~-e­ han sido seguidos. ar 1 ar.< también. Pero no
ra aportadón de Marx al desarrollo de las ciencia.< sociales. a) Los .t:Sn.'E
~...-u..- El dcsarroll
S,...__
d 1 .· · ~o
RZOS: A FAVOR DY. I.A 1,;N1l)
ne LA CtL-.;CtA
no data d ~1 siglo• ~-x ".· e as ctencias 5~.~·1· u1P
-' particulares
. . .. smo que. l:'n ~ie-rt"s aspE:'t:tos. C'!i ante-

29
2S
rior incluso a la scpc~ración cntrc h1s dencius sociales y la de conjunto de la sociedad. El propio Henri de Saint-Simon.
filosofla. considerando q uo "la historia es "'"1 física social" (1823), la
1.• Las ¡1rimero' ciendas sociales particul<!r(•s del ·~­ reint.,gmba en la ciencia ~ocia! global.
olo )¡VI ( } . - ;'<!ien\ta.< )a CÍt!UCÍ!\ Social general pennauec¡a Karl Mar.x aRrma, más claruuiCJlte todavía hl nnidad de
aominada por c<msidcraciones metaHsiCAS y morales, sobre la ciencia social. La sociología mar>tista se h..;;a en la estTe-
la base del método experimental se e<.mstituyeron algunas cha in!erdepcndencia de totfos los fenómenos sociales; según
disciplinas .partic-ulares. , ,. • ella, nmguno de los fenómenos puede ser ,-álidamentc ana]¡.
Tal fue el caso de ht economm politica. Como ya bemo• zado con exclusi6u de los demás. No hay duda de que e l
dicho el Traité de l'incentic>n <les monrwies de Nicnlc Ores- carácter fundamental :.\tribuido a los fenómenos económicos,
rnc c¿nstituyc unll ele las [lrhnoras obras hasadas e!' la ob- ~u~ constituyen la "hase" mientras que los demás het·hos se
scn·ación. En el .<i!!lo l<'·m, lo; fisióeratas, y dcspue.< Aclam Sttuan en la superestructura, parece permitir el desarrollo ais.
Smiú> constítuven l a econom¡u pnlitka c-omo ciencia autó· lado de la ec'Ooomía política. Pero las supcre.<tructuras obra"
noma,' daramed.te clesJ;gada de la f,losofía. Análogo .e~ el sobre la base de forma que )(>S hec:hos económicos sufren
caso de la <l~morrrafht: desde el siglo xvm lo; matematic-oo; profundam.,Dtc la inBueneia de los demás elementos de la
clesnrrollan los m":!tndo; estadísticos y lns aplican al cstudiCI r~alidad social, y por. ello la econom!a politien nn puede ser
de lu pohladim, ~speciulmen~e a In n~.ortalidad (~;aunt,. 166-2: wslada de la soCJolog>a. Por lo que a la historia se refiere, e.<
Ilallcv 169"2) v si bien el termino dcmografta no fue u1- la misma realidad sochll, en su movimiento dialéctico, en sn
>'Cntado bnst~ -18~5, por Achille Cnillard, el objeto y m6- perpetuo de,·enir, fuera dPl cual ella no existe. La integra-
todus de la disciplina e~sllan ya a 6nes del siglo ;xvtu. Por Ción total de la historia en la sociolo¡.¡ía es un principio fun-
su parte, la sudolugía de lu historia (o filosof!a de la histo- damental del marxismo. '
ria), es decir, el estudio ele las leyes del desarrollo de lus /¡) LA AC'tVAI. MOL.J1PI.I<:ACIÓ~ DE I.AS D!SC!l'LINAS PAn·
acontecimientos humanos. tuvo un uotable. pr~cursor, álnlqn<.' 'nCULAnr,~. - Los pre<.-edcnt..s esfutr«>·• no tuvieron éxito.
sin gran influencia directa, Cll la persona del lilósofo árabe La ciencia social sa ha desmembrado en disciplinas particu-
Abcnjaldún (1332-1406); en el siglo xvru, J. B. Vico fonnola lares cada .vez más numerosas: etnografía, psk-olo~ía social,
]u ley del etcroo retorno de tres edadc.s: la edad diviua, la nntropo1~'8'~· "<:<>nom¡~, ~emogr~fia, ecología. hngüísticcl,
edad heroica y la edad humana. La sociología ele la historia, soctolowa Jllrldica, CJeoc'la polltica, ele. Mas adelante
aunque menos avanzada <¡uc la eco~on:zia política y 1~ de- intcnt-~remos tlc6nh· cada nna ile ellas (pág. 56).
mografía, oo deja por ello de constittnrse como dJsctplnJ;> 1.• La nccesiclad ele una cspcciali::aci6n.- Sin em-
separada. . • bargo, es preciso entenderse acerca de esta desmembra-
2.• J..as reacciones de los ftmdadores dR- la sóctologw. ción. ta compl<'jitlud ele los hecbo< sociales y la dh·er.oidad
en el si u lo XIX. - En el siglo JOX, los fundadores de la so- de la.~ técnk-as empl<'.adas para observarlos exigen 1ma cspe-
ciolo¡,ria"'reaccionarán decididamente contra esta ~l~visi6n de Cinli7.adón. No existe, hoy día, ningún sodóJooo cap:-t~ dt'"
las ciencias sociale.<. Aug\1stc Cornte aArma, cntic-ando 1<~ aban.-ar e) C'ODjuntO de la realidad socia{, a m'enos <Jite lo
economía p<>lltica, que "Ios ff'nómenos sociales son profun- haga de segu!lda mano, es decir, basándose en los reml-
damente conexos" y que todo estudio de una c-ategoría par- tados ~o las investigaciones especializadas. Así pues, es
ticular resulta e.<téril. llazard. discípulo de Saint-Sirnon, habht necesano, por la f11en'a de los hechos, separar las diversas
formulado idénticas criticas al clcsarr<>Uo separado de 1:~ ramas de la ciencia social. lncluso en Jos palies marxistas,
economía polltic-~. que él atribuía a Aclam Smitll, mientrn; en los que la preocupación por la nJúdad es muy "rande,
que los fisiócratas enlazaban su sistema con una conccpc•ór. hay economistas. historiadores, clemógrafos, etc., e:? decir,
30 31
sabios especializados en un >CCtor de ~a inv~tigación social. conoce poco, basándose en aquél, que conoce mejor. ~o
Pero el economista, el historiador, el demo~fo, etc., ~o
deberían perder de vista el conjunto ?e los fcnomcnos soaa·
eabe duila de r¡ue las secciones de sociolosía e:<isten desde
hace largo tiempo en algunas universidades extranjeras, es·
les y ~u conexión, y cuando profundt7.an en ~~. campo de S\1 pccialmcntc americanas, pero muy frecuentemente se hallan
especialidad deberían conservar la preocupac•on por los ne- en conflicto c:<m las secciones vecinas (como por ejemplo
xos ~ntrc é.>ta y Jos demás elementos de la vida social. En la ciench• política o la psicología) de tul modo que también
la práctica, esto no se realiza sil~ clificultad~s, porque el es· ellas no desarrollan sino un aspecto d., lns ciencias sociales
pcdalista en una rama do las. t'ICDOJas socJales es un mero y no ponen remedio a su dcsmem brución.
aAcionado respecto ele las domas. , . • 4.• Las rilcienlcs •·eacci.ones contra 1a dcsmembraciárl
2.• La a•••encia d<1 una teona ge:teral. de _la~ t:ienc•a.s de las cienclar sociales.- 1'\o obstante, comienza a dibu·
8 ociales. - En la U. H. S. S. y en los paiSes sm:1ah!tas, la u m· ¡arse cierta reacción contra este desmembramiento. La CO·
dad ele t-onjunto queda asegurada por la adhesion de todos ne.x:ión entre los fenómenos sociales y la onidad profunda
Jos especialistas a la cosmngonfa marxista, ..es ele~, por ·~· de la <~encía que los estudia no han sido jamás puestos en
creencia en una misma Slosof!a de hase. S• uo e:n~tcn una duda, y por ello se ha procurado buscar remeclin a la mul-
adhesión 1' una creencia ele este tipo, es mudl~ mas clif!~il tiplicidad ele dmclpUnas particulares. Un primer método po·
mantener 'la unidad do la cioncia sodal a ~a ves d~ las In· drfa ser se¡,'11ir la vía inclicada por el prupío Augustc Comte,
dispensables especializaciones. _En i?S pa1scs nCC1dcntales que consideraba t-omo un remedio la formación de "espe·
esta unidad de base está Ütlstnnda. No eXISte nna cosmogo- cialistas do generalidades". Ln sodología general, esforzán·
nía com(m generalmente aceptada que sir-.:a de nexo a todos claSe en sil)teti:a~r los remltadi>S cito las ciencias sociales
los especialistas; éstos, faltos ~e una t~ona de ~-onjunto, se cspeciali-<adas, trabaja en este sentido. ).1ás adelante vcrc·
ven obligados a elaborar leonas parc1alcs en. el mur~~>. de mos que tropieza con grande.' dificultades. El segundo mé·
t"llda disciplina particular. Do este modo se p•erdc de v1sta todo podría ser la cclifkaci(m ele \IDa doctrina general
la conexión entre todos los fenómenos soc1~e~. . . comúnmente aceptada, una ('OSmogonía qn~ fuera suscepti-
3.• EL ais/Llmiento de las dioersas dise~plrnas_ umcerslla- ble de proporcionar a lllS sabios de Út'<.ideote el mismo
rias. - El aislamiento de las disciplinas univers•taria;< Y _la cuadro de referendas y la misma filo~ofla de base <JUe a
diversidad de formación de los especialistas de las ~enet~ los sabios marsistus. Por el momento, muchos son los que
sociales han a o-ra vado cstn tendencia a la separaCión. Se desean una obra de este género, pero nadie todavía la \'e
llega a las cien~ias sociales por diversos ::am_i~os, casi tod~s surgir en el horizonte.
especializados, en el esq\lemá de _o:.,ga~ac~?n do _la~ u m· El tercer m~todo, utilizando cada vcz más, <'msiste en
versidades, facultades, CentroS de mvCSti!¡aCmll, etc., eS el;-· nacer coluhnrar en investigaciones comunes a especialistas
cir partiendo ele la historia, de la geografw, de la *'?Oilomm de e~da disciplina social particular; las Jnvestigaciuoes "in·
poÍítica, del derecho, ele !a estaelísti':', ~e la filosof1A, de. 1:1 terdiseipliuarias"" están cada vez más de moda, al igual que
etnografía, ele la psicolog•a. de la pst'lm~trJa, ~~ la mediCI- los contactos regulares entre sabios de difereutcs especia-
na, ele. En Francia, J,X'r ejemplo, ningun. s~Cl.ologo posee lidades, con el /In ele t1lnfontrar sus forma.' de abordar los
hoy dia una fonnacion propiamente soc¡olog.L"Il; ~ta se problemas y >Vs t"ndusiooes. La credente unidad de las
halla siempre sobreañadida a una distinta fonna<:~on ~e técnicas de hl\'estigación empleadas por las diversas disd·
base. Por ello, cada uno tiene la tcodenc1a a ~stud~ar mas Plina.s, empuj3 en el mismo sentido; resulta notable que la
particularmente el sector social para el que esta me¡?r prc- ma)·oría de los manuales anglosaj<mes de metodología se
p~rado mental y témicamente, y a estudiar los demas, que tefi(>ran a los mtltodos de las c·icncins sudHles " uo n los

32
sinki, 19\)l. - Sobre Dutliuo: R. Cu,.wvnu: ]ean Bodln aut®r dt• lo
de una de ellas (el pres('.nte libr~ sigue ~ste .eJelllpl?), Y es Rép~blíqltrJ, P~rís. 1914; J. ~·fOIU!AU•T\t\IH~I ., } ( l(lt) 8oi1'n t:.t le drolt
asi porque, cada ve:r. más, las d 1versas cienCiaS ubb.zan .lo~ 1?!_Jbi1C compare ~Or'lil .\C$ t(:ppQrt.1 ar.~c la pl1ílosopltie dv Jllll.si-Oirc, 1033;
mismos procedimientos d" anáUsis. Parece ser c¡ue, en c1er· E. F't1ST1 \Volt.blld und Staat.o.idee 1>1'1 l ean Bodin, !chile 1930. - Sn·
tos aspectos, la rus.. de desmembración . de las ciencia~ bre Hoboes, J. VLU,\1'011X, Ln cité de Hnhbes. tiltcrlc Je ff:tot tola·
sociales comienza a ser superada y que se hcnd~ a una reJa. litairt, 1935; L. srn.,us, lfobbe.. polit!Cill philosophy, l..<mdn."<, l !Y.lll.
Sobre L..or.:ke: Cu. n..,nLDE, Lod w, ff!l thér;ries politiq1~t.t, 1907. - Se.....
tiva reuniAcación; pero es prc.-ciso no disimular las dificultad•' hre Crocio, Pa1fcmlorf, etc.• cf.: H. Nf~.nm, J. 8 .4.$Dlt\'A!'>'T, Avn11 . y
y lus límites de tul empresa, no por ello 111e11os 1nd•spen· otro:1, Lo.t fondatcurs du d roit fnfenwttonol. 1904.
s<>ble. Sobre .,r.l siglo, ~vw d. : C. ~~XIXSOX, Í..rs rclariortN Je; coyago au
..'(Vlll~ :;·lec.le r!t 1ttVOlution de-& 1dcc!, 1112.5: P. H.U.<\JU), Lu t.Tbw de tu
Se puede hall3r un buen resumen rld conjunto df" 1~ hi.~rb ,1,. conMCJtnce curapé?tmc, 1935· 1947, 5 vob.: D. ~tonM:T, Le:s 11~inr1
las tk'lK.iaS socia1ts: en A. Cu\'UU"-1\ Manuel de J.OCiulogac# t. l. inldlutu~ll~ J~ lo rér:(llution fronrai.u', 1933; R DEI\.,.\111Ít. ) .•]. Ruu.r..
3. • f'tl., u~S8., p.á~. J-06, cotl abtmdante. biblio6-núín y c¡\le ha ~do cm. !c.
sea1J et &eren~ pof_itlque de. s.c:n lt'mpt, 19.50; R. lllDIJrr, Les ,wien·
pJi¡o¡mnnl(! utili7;ado. No:t rem'itimus tamhién a J. 'fout~I~~u (}·, ~tro"} CC$ ,wcrule:~ ilans l F.nr.r¡cWpcdtr, 19~3. -Suhm ~tnnt<'.squieu véa,,.
Hiswlrt: d.es idi cs poUtfques, 2 \•uls., JQ?9. ~ara ":' nn:~h:1s JTia'l d:~· J. Dv.r)ttr.v, Mon~e~quft'u, fhommtJ et l'awvre, 194.f;J y Mont4-$qufeu ct
:trrollndo véase F. ZNM>:tl!Cla, Culturr1l ~c:renc1es; tltcír orrgm anrl dct:l· u, .t mditlon pob~1quc onglalse 1m Froncc: lr.t !fuumw; tl6 /'Esprit drr1
lopmcnt, Urbana (lll.) 1952; F. N. Hcx:11~. n~e deuclopnumt sociolo· ot ~· 1009; E._ CARC"S;S?t'<=NF:., Mo11IC$Qvlt•I i't le proMI?mc cLG ln Cons·
€&· N'ut'va York. 1936; F.. BocMU)uS, Tlat1 deoclopment oJ.wci_a tl1ought, tr~ti~n franpnse ~u X~.Ul" $~!~ 19!!7; S. Con--"~ Mtm:~uiev e la
3.• <'<~.. 1-"' Angel"'- !9:>5; H. E. a.._""" y H. 8u~•, Soci~l tlwught "'"""' del/o <OCJttd, 1 ur!u, l;¡¡;;j; la obr• colectivo editada ..,~ •1
from lore to scim•cc 2 vols., 2.* ed., Xue•-n 'Yo:k, 1952: !;'· 1:;, ~.\l'L~.U. b•c~teoario del &plrltu de lot L '!ftl: La pensfe politlquc et oon.stl.
t\ñ iJHr<•duction M tÍ1c hi.vtory oj .vocioloK~· Ch1cago, 191,, y H::~.tmt((J( tutr(mncll~ de Montc.tqulcu, 1952, y r l opúsculo de J. 5-TARODI':'SKJ,
$()CiOitJB!I· Nueva Yurk, 1948; A. \ V•• s~tALLl Or1¡tf1'1$ df SOCI(Jlo~y. Mantesqt11cu par luJ.m~m.,, JS.l):6.
Chicago, 1924. - A:.( co~;no c:l p<~~ueoo re:uunen de G. BotrTHV'-'L. ...Sobre: A. Comtt:, d .: J. L ...cno•x, T_,a ~odologie d'th~uste Cdmt.c,
Hi.'i.tOirc de la sociologic, 1951. • 195~; H. Gotl!tmn, Ltl jeunt:.\Ne tl'Aug_IHtG Comtc el lo ormafian du
Véause ~ialmc:ute, comu lectura; inter-csantt.s MJb:e el pen.otlu po~~tlolsmc, 3 vols., 1033-1941; T. C""""""' ür Id pdiüqu-.
primlti•o, para la t\ntlgüedo~' L. lloac;, Ploton n la $CI!"<e .soool<. d'A. Comte, 1913; l . Lr.n·Bemu., l.o philosophic J'Auf!;usts C&m·
HM~; E. H.U:tKt:R, Tite poiific. ~ltought ot Plato and An.slo!~· Lon· t~ 1900. - S-obre tl m"OOsmo~ vé:an$e la.1 obras de H. Lz:ti.n,'nE, I.,.
dres 1906 v Tilo Po/ltics of Ar.rtotf<, Ox!ord, 1946 (ITadue<:Jon y C<l· matirlal{$J,Ht dialectit¡tw, 1939: Pour connoitr€J la pe1u~e rle 1\nrl Marx
nacJ\ti\rlo};' ~·1. P ruíLOT, La Politiqutt d'Arist~te, 1950 (inlro'!l.!cc;!<'nl ~ 2.• <'~ .• 1956; Pour connaitrc la. pcns~(J t:lc Léninc, 19~R¡ Ma1:c (Í!H8:
c~mnenttlriu)¡ \V, \V. l ..utCER, AristotclP..s, Bcrlin, 1923 {tmtluCCIOJl mgJ~.. 1883), Gioeb~a, 1947: Le m(lrxismc, 1~52 (breve rc¡¡umen); J. H. CAJ,.•
'>:t t.'On el títu1o de Arhtotle: fundomenu of hi.r dt.'Veloprrlcnt, Oxford , vu,~ Lt1 pcmrec de Korl o\Jarx,. 1956; 1'. Uigo, Matxi.mJt~. t't humcmism,c:,
~• <-d., 1950); R. \\"r.u., Ar.swts .et l'hU~re (t~si~ l<:tras), .l?fiO. - Par~ 1954! J. !\!A~L, Vcuz c-s.sois wr l<~ marrihtre, 1~; H. AM\'~. lA
b. t:dad Medi;~: H. ARQtULn:nE, L dugwtrnmnc f)(Jidlque. 1931 i nurrnmac, _!956; .~t. Kt.t"DEL, Kcrt Marx: t.uai de biogrophie intell~c­
J. FI(;()l>, 1'/le politlcaltUp<CIS of r\ut:ustin's Cityof,Co<!: f.tmclre•: 1921: t~elle, 195t; .~. COR-"'\.'1 Korl l!arz rl Frú:Jrich Engeb, 2 vols. apare-
B. lh'>L"~'""-Gos.5.-:r.t~, Lo doctrine polltique ele samt 1/JQmas d Agu1n CidOS en 1955-1958 (la ohm crmstitufrú unil bibliograffn patah:fa Uc
190X; E. finiDP.&Y, l.a théorié de la monnoie rm X I V• liCGlf;; N . reS· ~-~Or$ auturcs; en h actu:tlídnd se halln c·n 1844}; etc-. La mejor ex 1..
"'"· Plij09. • el h1 h' dctun ~d pt:n.5ami<:nto tnnrxist\1 ~r uno de sus fundadores <.'s Ja nhra
tra los ~glos:
1 xv1 ) x-...,_r cf.: !'. M\o!S~ARP, L cssor e la p l osop u· ~F. l::.~rau.s, M. E . Oilhri71g huulf:Wtr\'Cia $Cir.mcc (1877·1878) ftradnc.
politi~u• '"' XVI• Jiiclc, !9.16; J. W . .~. A hitt~ry o( P?litlc• ' , •ces. de E. JlmT"'"'"• 2.• ed., !91!0}, llamad• d Anti-Dilhrin¡:·
tlwugllt In ti••ruto-mil• century, l<>odr.,., 192R; H. SWE, HiltOtre dr., v~ tnmbién las ¡h.;gtnM escogidi'ls dt X;ul ~tan por 1-J. l.F:i:avn~
idü1 politiqueos en F'ra11Cc ou XVII• •iicle, 1920; etc. - Sobre Ma· Y n, CIM'r.R.'IA'< (193>lf y las d• l.l. Rtoen (!948).
qufavclu, debe 1c('r5e nntc todo l:t obrltn nu coofunnlst:1 d<.· C. Mom.."t'=.
Jftu/Mú.:d 195H (C1uh frao~is tlu Ltvrc) y F.. BAIU.,.(;ou, Mut;l!íaurl § 2. Los CAMCTERES DE t.OS FENÓ,rE.'<OS SOCIALES
p¡u /rtl·unlme, 1957 : IM ubras cl!l.'iit.•at son ]as de Cw. BcNOlSI', t e ,fll(t•
chitwélisme, 3 vots., !00'7-19$-6 y A. RtO:.\UDE;·, Macllio.:.el: étude t1 llls· La definición más nc.-utra de las ciendus sociales, la qu~
tcirr de$ doctrina pulftlques, 2.• ed., 1955: cf.: también L. '\'O'> ~h'· neno~ conflictos l~óriros impli~a, es la que a.firma c¡ue aqné-
Jt.-.1 T, Mochiavtlll$ Stdot.sgedcmkt', H:t.db, l~.l): V L. ""~'no:-:s, DA.-.. as tienen por ob¡cto el ('Stud1o de los fenmncnos sodales.
RUrl t:Om .lfen'iclt<'n (m ¡Jo/i:i..clu!n n~nke N rccdo .\ lacluovclltt, llL·l·

34 35
Se trata de una especie de t;mtología, pues así todo consiste El iniciador de la teoría organici.<ta, el filósofo inglés
en definir los caracteres de dic-hos fenómenos. Desde que Heroert Spenccr (1820-1903), no la pre.<entaba de forma tan
Auguste Comte intentó determinar claramente el objeto y absoluta, sino ~ue únicamente prel.,ndla dernostrar que las
campo de la sociología, la ~-uestión ha suscitado numerosas leyes de evolu~ón de los organismos biológicos pueden apli-
controversias, no desaparecidas totalmente en la nctualidad, c-.lrSe a las soeteclades humanas (aumento de volumen <'re-
si bien hoy parecen existir algunas buses sobre lus que llegar ciente integración, paso do lo homogéneo a lo heterogéneo
a un acuerdo. Se admite que los fenómenos sociales son: etcéter~~- S~s discípu~os jlcvaron más lejos esta nna logía: ei
1.•, colectivos; 2~•, objeti\'os; s.o, generales; 4!', positi\1os. ru•o Li!fcnficld estud16 la sociedad humana cnmo organis-
Pero estos términos no tienen todavía d mismo Sib'nificado ~o ;eal , y el belga De; C:recf la c-•.lificó de "hiperorgani•mo".
para todos. Sm embargo, e l orgamc1smo ha s1do progresivamente aban-
donado. El hecho de que los individuos humanos estén do-
tados de conciencia, establece \1na difer..m:ia fundamental
A) El carácter cclectioo: ·,-o,wnitommo" y "psicologi.•mo" e~tre ellos )' _1~ cél~las de los organinnos biol6gicos que im-
pide una as1m1lat,on dema>iado absoluta. La imag<'n que
Las ciencias sociales estudian los grupos humanos, las figura en la cu lnerta de la primera ccliciún d el Léoirrthar¡
colectividades: el hecho social es, unte todo, un hecho eo- d~ 1-Iobbes - un monstruo formado por la yuxtaposición de
l~ctivo, es decir, un hecho común a varios individuos. Pero m¡Jlares ele hombres aglomerados- no es más 'lliC una
toda colectividad es un conjunto de reladones entre indi- imagen, y el organismo es ~ólo una metáfora.
viduos y, en ddlnitiva, las acciones colectivas son p"nsadas . 2.• La "ontología. de la comunidad•. - De Hnbhes. pre-
y llevadas a t·abo por unos hombres. De ahí la oposición exis- c~sumente, y más aún de Hegel y S\1 teoria del Estado, de-
ten!~, desde el origen do la sociolo¡¡la, entre dos tendencia.<: ttva una se~unda. teiJdenda comunitftriu, que a veces ha sido
la primem acentúa el carácter colectivo y considera a lus caü6eada de "ontología de la comunidad", eu la c¡ue no se
b'TUpos como realidades propias y distintas de los iodividnus compara el grupo humano a un organismo biológico, sino
que los componen; la segunda, por el <'O ntrario, insiste en el que, por e l contrario, se afirma q ue uno y otro se hallan
hecho ele que son éstos 'los <¡uc piensan y actúan, y reduce separados por diferencias esenciales. El grupo humano es
lo colectivo a lo iulerindividuaL una realidad espiritual, no una realidad orgánica. Pero no
a) L.s ·r&,l>D<cus co~nn;nAntA.~. -Son ar¡ueuas que en P?r ello deja ele ('Ollstituir la rcaJ;dad fundamental: el indi-
la relación "individuo-grupo~ acentúan el segundo término. V!du!' no existe v('rdaderamcnte más que por él, en él y a
El grupo constlt1.1yc la realidad fundamental, mientras que Iraves de él. Como dice el filósofo alemán Otto Spano: ''El
e l ú1dividno no es sino una realidad en cierto modu ·' ac- hombre es, antes de su entrada en la ("munidad nura vir·
rivada#. ' lt~a~!dad, y sólo en la comunidad e.<pirih wl desmT;llla su in-
1.• El organicismo es la primera y más absoluta forma d1v•duálidad y Stl e.<encia moral". En Al~mania hay diversas
histórica de ~ta tendencia. en la que la.< socicdnde< huma- escuelas qu~ siguen e~>tl tendencia. y Sf' pueden dtar entre
nas son asimiludas a lns organismos biológicos. Como es sa- ellas, adema.< d., Spann, la d" In ..psicología de los pueblos"
bido, did10s organismos están formados por conjuntos do fttndada en 1859 por i\.f. Lazarus y H. Stcinbal, c¡u• ven en e l
células. D e igual modo, los hombre.< constituyen las células pueblo (Volk) uua realidad colectiva ele naturaleza cspi-
del organismo sociaL y en las sociedades, al igual que en los rttu~l. u.n "esplritu del todo .., del que el cspiritu individ ual
seres 'ivos, lo esencial es el propio organi•mo y no las célu- nr es m:" qu~ un producto; Citemos también a Oswnld Spen-
las que lo componen. g er. mas filosofo que snc16logo y más teórico poHtko que

37
'
filósofo. E n vísperas de la subida al roder del nacion.a l-so- tnmiento exterior de los individuos según el método llamado
cialis1no y dUiante su reinndo, se d10 toda \lOa seno. de "beháviorista•·.
pseudosabios que vulgarizaron, con m3yor o menor a"cr- e) Los ESfV¡¡nzos n•: CO:<CJUACIÓN. -Es preciso cittn·
to, ideas de este género. dos grandes tentativas de <"Onciliación: la del marxismo r 1..
b) LAs TV-""DEI'ICIAS l>stcoLOCrsr.<s. - Jnvcrsam~ote, ~tros de Durkhcim. El problema ha perdido, en la aclltalidad,
sociólogos consideran que los ~;.rrupos, l~s comun~dades, o~ gran parte do su d~treza, y la mayoria do !os sociólogos pro-
tienen por sí mismas realid~d algu~·~· smo que solo consti· curan evttnr los excesos tanto del comunrtarismo como del
tuyen fom>as de relaciones n1tcrindtV1duales. , psit.'Ologismot sin <JUe, por olra pal'tc, hayan rea1mentfl <.:cm ..
1.• lA economía politica clásica, tal como se desarrollu >eguido determinar <"OD claridad la naturolle7~1 del carácter
a partir de Adam Smith, y del~ escuela de Manch~ter, cons- colectivo de los hechos sociales.
tituye la primera forma de pstcolog!Srno. Al con¡unto ~o la 1.• El marxismo. - Algunos cunsideran al marxismo
vida económica se la concibo bajo la forma de relaciOnes como una doctriml comunitarista que hunde al indi\id1t0 en
establecidas entre individuos, los cuales, por otra parte•. no lll colectivo. Al afirmar que el hombre es producto de la
son considerados en su realida~ <"(>Ucreta - lo c;tuc hubtera historia, c¡ue O<l existe una "naturaleza humana" fija, que
obligado a considerar su ioserclon en un detc~mado gmpo las ideas, sentimientos y representaciones son reflejo de las
social - , sino como seres ab.<tra<'tos, esquema~dos ~r. el condiciones socio-económicas y de las !ucl7.as productivas.
famoso homo .~conomic:us. Por lo tanto, 1~. ctcnCia ~cononucll no cabe la menor duda de que el marlri<mo confiere n la
clásica consistía, más que en In ohservactotl expcnmental. d<> •~•lectividad la preeminencia sobre el individuo. Por otra
los hechos, en razonar a partir de los elementos de la pstco parte, la teoría de las clase,~ hace de los grupo' las r~ulida­
logia de dicho /¡omo ceconomicus. éles fundamentales. Sin embargo, el marxismo no deja, por
Ú lA infer¡¡slcologío y lo psicología s~al..- E~tre lo;. otro lado, de insistir sobre la esencial importancia d~l hom-
sodólogos propiamente dicho.<, la tendencia ~stcologista c.•- bre, "el capital más precioso". El hombre es produdo de la
tu vo representada primeramente por Gabncl . de Tarde historia, rnas lu historia es también producto del hombre:
(1843-1904) c¡uit!n , cmno reacci(>n cout:a el c~rg;!~tcJsmo, afi~; el hombro hace su propia historia. El individuo queda deter-
mó que la sociología debía ser una ps;cologrn mtermentnl , minado por las condiciones socio-econ6micus, pero al tener
que él llamaba una "interpsicología'·.. G.abriel de T arde tuvo conciencia de esta detcrminudóu p uede nchJar sobre ella~.
poco éxito en Francia (dond.~ pre(lomm~> la escnel~d~ pnrk- Incluso la idea de que las tfcuieas de producción y las
beim constituida en reaccJon contra el), pero c¡ercto gran fuerzas productivas son el motor del d.,.urrollo social, con-
infl\1 ~ncia en lo; palses anglosujmJcs, especialmente en los duce, en cierto sentido, a clur preeminencia al hombre, in-
E stnclos Unidos, y pn.:dc ser cons1derado como d p~dre de ventor, trabajador, técnico, en la evolucic'm colectiva. E l
In actual psicololtla social. Al igual que él. _el ~ugles M':_c ' papel del hombre en el marxismo no puede compararse a l
Dou all (1Sil-l~S). el americano F. H . G1ddmgs (185;:¡- de la célula do un organismo biológico ni al de un clemcuto
1931, y, sobre todo, la escuela "rclaci~nista"" de C!ü~~o, re: de una entidad comunitaria. En realidad, el marxismo cous-
dnccn el grupo a las redpro<iiS relac10nes. ~utre ~dmduos. ti.tuyc la primera tentativa de conciliación entre las tendcn-
No obstante, los autores ingleses y amencnoos d1fi~rcn ue Clas comunitarias y p sicologistas, inclinándose, uo obstante,
Tarde en euant11 al método empleado para el estudio ~~ ln hacia las primeras más que hacia las scgundns.
psicología de las relaciones interind.ividu~les. Tarde u t•h~­ 2.• Ernile Durkheim (1858-1911) y la ··conciencia co-
ba fundamentalmente la introspeccion, rmentras que los ps•- lectiva~. -La tcnt-.1tiva de ~larx no era consciente; se pre-
<-ólogos anglosajones, por el contrario, estudian el cornpor- OCUpaba muy poco de las tesis dt" los sociólogos organicistas

38 39
'
o psicologistas, que, por ott;a parte, ~on '"~ ge~eral pos~er~!ues ~e conciencia que sólo puede reflt~jarsc en los individuos
a su obra. La c.-élebre teona de la Cl>IlCtencm colectiva el<.' pero níngú_n individuo ha vivido suJo desde su naeimiento, ;
Emile Durkheim, por el contrario, mnstituye \tn esfuerzo toda su ¡:mcología queda marcadn por su inserción en ).., co-
voluntario parn conciliar los puntos de vista opuestos de le<-tívfdad.
Spenc<.'r y Tarde. '"~o <-ube la menor duda de qu~ n~ puede La fenomenología y la Jilosofla exístencialista facilitaron
producirse nada colectiv<~ ~~ no cxfste~1 unas conct~nc1as P.ar- esta tovolución haciendo comprender que cada coneiencia
ticulares. Pero e•ta condic10n nceesuna no es suActente, smo no se conceptuaba por separado y t¡ue !a conciencia del !/O
q ue es preciso, además, que dichas <'Onciencías estén aso~ia· no es separable de la conciencia del tú y de la conciencia del
da<, combinada.<, y <~>mbinadas de cierta manera: la v¡da ll?·rotros: "Yo no ~omo conciencia de lo que soy como ser
social resulta de esta <'Ombinación", t:Scribe DuTkheim en Le~ ~1slado: ~fe e~nmento. en la comunie-.tdón" (K. Jaspers):
regles de la méthode sodologique. Pero añade que la con- Yo ~o su<1a~ como cmto corporal" ~1. Dufrenne). Entre
ciencio\ colectiva es " llD ser psíquico, si se quiere, P.er<) ''7' ctenc"ls s<.>cmles y la psicología individual (e incluso IR
constituye una individualidad psiquic" de mt nuevo gene· lnolo_gla, en ,c1er.tns aspectos) cx.istc una diferencia de puntos
ro'". Y más adelante: "El grupo pienstl, siente y actúa d_e un de VtSla, mas hten que de dominios. Las primeras estudian
modo distinto de <~ímo Jo harían sus miembros si estu•..,eron Jos fenómenos humanos desde el ángulo colectivo: las se-
aislados, y por ello, sí se parte de estos últimos, no s;rá po- gundas, desde el ángulo individuaL Pero se trata de los mis-
sible comprender Mda de, lo que oc:ur~e ~n el grupo ·. . mo~ fenómenos; e l <-arácter colectivo e-;, más uue elemento
D e hecho, la concepcion durkh~ilman" de lu con~1enc•a mtrinseco a un fenÍJmeno, un punto de vista. •
colectiva es indeterminada: considerada en tm sent1do, se
convierte en una especie de "alma social" .Y se cae en ~1 B) El carácter ob¡etiw: el problema de las r¡:¡Jresentacionc~
comunitarismo; considerada en el otro sent1do, no es ms• colectir:a.r
que el producto do una cooperación •ntre las concienda.<
individuales, con lo <tuc de nuevo caemc.~ ~~ el psic~logismo. A propósito <.le! carácter objetivo de los hechos social~s
Durkhcim intentó mAntenerse en un termmo mecho, como surg1eron anúlogus Clmtrovcrslas, pero que frecuentemente
lo tlemuc.<tra este pasaje fundamental: "La sociedad, al mis· se 1nezclaban con las concemlcntcs al car~clcr colectiv(>.
mn tiempo que e.< trascendente respecto a nosotros, es i~ma­ ~urkheim prescribe, <~n sus Rcgl<~s de la mithode socio/o·
nentc y la sentimos como tal. Est' en nosotros al nmmo glque; q~c los hechos sociales deben ser tratados ~comu
tiempo q ue nos excede, porqne no puede 'ivir más que en cosas . !::so no presenta dilk-ultud alguna para algunos de
nosolTos y por nosotros. O, mejor aún, ella somos nosotros, e!los, que son. dixectamente objetivos; peto para la may()·
en cierto sentido". , ~a, qu ... coi~Stlll•YC!l representaciones colectivas, fenómenos
3.• La posición actual. - Esta última fórmt1la expr.,sa e. C<~tlC1enc1a, su tratamiento como ''cosas" suscita diversas
claramente la ambigüedad fundamental del c-.1ráctcr rolec- ob JCC1ones.
tívo de los fenómenos sociales. !..u discusión acerca de las ) a) L..s DOs CATEConÍAs DI: I'I':I<Ó.\It:'<OS SOCIAU:S. - Todos
tesis de D urkbcim, que llegú a ser muy viva, se ha aplacado ~ hechos sociales. como todos los fenómenos físicos. bioló-
en la actualidad, y no {'Or la victoria de uno de los comba- ¡pEos, ete., snn fenómenos de conciencia, reprosentáciones.
tientes, sino por su recíproca lasitud. De hecho se ha renun- sO:· I1lu11do es mi represcnlaeión." Pero, entre los hechos
ciado a ddiinitar la frontera entre lo individual y lo colec- d •aJes, algunos son sólo represcntationes y nn e.xisten fuern
tivo, porque se ha hecho e.•idente que ni lo uno ni Jo otrn t~:s con<:!cncias; otru.., por el contrario, poseen una e.xi<-
exbteo separad amente: todo el he<:l1o coleetivn es un hecho a extenor a hs conciencias y son tambiill algo más que

4() • 41
repr...sentacloncs. Estos últimos ~ueden ser calificados como
hechos "materialmente objetivos .
~~militantes, los procedimientos de afiliación, los programa•
e~ectorales, ~1 <-.mtenido de su prensa y los discursos de sus
1.• Los hechos materialmente objeti~os.- Son los _que p~l~entanos, etc:, elementos todos ellos materinh:nente
constituyen para diversas disciplinas sociales, los ob¡etos o~¡etl\'os. Pero la 1magen que del partido se forman sus
fundameo~les de la observación. Para la detn ografia, P_Ot nufmbros, sus adversarios o los indiferentes; los motivos
ejemplo, el problema ~e la objeth;~ad de los hecl1os soc:a- por los q~c se pertenece a él o se le es hosW, son elementos
les no se plantea: el numero de habttantes, la edad, el sexo, ~Uf constituyen representaciones colectivas, que no soo ob-
los caracteres morfológicos son unos fenómenos tan oh1et1· lqt\va~ o, c~1ao~o menos, no lo son del mismo modo.
vos como los estudiados por el Hsico o el biólogo (d., no . !As1 p ues, CXJstco tres clases de terrenos de estudio de las
obstante, pág. 61). De igual modo que par;t el eco~om~>ta. !o oenc1as s~iales: el primero comprende tÍnicamente los he-
son las cifrus de los salarios y de lo; pre<.10S, la d1stribuc10n chos matenalmente objetivos; el segundo, los hechos mate-
do las materias pdmas, la estn1ctura de la pro:luc~lbn, las rialnlente_objetivos y, a la vez, los hechos con carácter de re-
condiciones de trabajo, etc. O como p;ml el lmtonaclor lo rrcsentac!Ones <'Ol~ctivus, Y el tercero comprende ÚlliC3IOente
os tal acontecimiento, tal batalla, determinado tratado de os hechos '-on caracter de representaciones colectivas (como
alianza la decisión tomada por tm jefe de Estado. O como el ~s~udio de la opin~ón pública, de las creencias polJticas v
para el politicólogo detenninada estructura gubemame~tal. rchg¡osas, ct.e.). En la práctica, si dejamos aparte la dcmÓ-
determinada forma de organi7.ar unas elecciones, detcrmma- grafla y la cJcnetn económica, las ciencias sociales so ocupan
do mecanismo de control jurisdlcdonal. d~t~nmna~a estruc· más de las representaciones <'lllo<~tivas que de los hechos
tum de partido o ¡,<ntpo de presión, detennmado SJstem~ d~ rnnterialmeote objetivos.
financiamiento de Jos gastos p úblicos. O como Rara el ~nrm· b) Et. ES"n>"DlO Oll]EIJYO DE LAS REP!lES.tr."TACtos~::s co-
nalista u nn distribucl6n determioada d e In delincu_encta ¡u- IE.CIWAS.- ¿Cómo escapar al peligro ele la subjetividad en
veuü 0 el desarrollo de un concreto tipo de ~nfracc16n .o de- e) estudiO de las rerrcsentaciODC$ coJectivas, si éstas !lO tie-
terminado método de represión penal, e~c. Un ¡::ran numero nen otro sostén rea que las conciencias individuales? Prcci-
de fenómenos estudiados por las cienc•as soetales poseen, sam:nte para "'~lar .esta dificultad, D urkhcim elaboró su
pues, tm carácter materialmente obj~tivo. .. .· leona de la conc1en<1á colectiva. E n la actualidad se busca
2.• La.~ representc•~-;olle$ colectwas.- Sm embargo, s• la Suluei6n por otros caminos; y sin habel"la ha llado por com-
consideramos más atentamente los ejemplos p;ccedcntes ve- plc~o so ha llegado a introducir cierta objetividad en el es-
remos cómo confunden dos distintas categonas de hechos. Indio de las .rcpres;ntaciones role<;tivas, a tratarlas parcial-
u nos son completos por si mismos, y el ol:iserva?or en.cuen- mente como cosas .
tra en ellos todos los elementos de su observact(lll. As• ocu·
rre con las cifras de población, con el montante de los sala·
, 1.: Las teoríCls de w.. Dilthey sobre la "compreMián ¡11 •
terna. de los heclws socwles. - La subjetividad de las re-
rios y de los precios, ~-on la• estadlmc:as elec:torales o penal~. prcsentacio~es. ~lectiva. reside en el hecho de que perte-
Los otros, en cambio, no expresan mas q11e un aspecto de l.t necen a lá mtim1dad do la conciencia individual a l interior
realidad, aspecto q ue sólo p!lsce el ca~tk-tcr do una re_pre- dj c-.1d~ incliviuuo. Si se p re tendo estudiarlas ta~bién desde
sentación de un fenómeno de conciencia y cuya objehvtdad ~ lnt~nor,_ se uhliza nn método subjetivo. Tal es la técnica
es más discutible. Supongamos, por ejemplo, que ~e deba c la mtrospceción en psicología individual o en sociología
estudiar un partido político. Resulta posible anahzar· su~ · e1 método prcwnizado por algunos filósofos' alemanes des~
c~tatutos oficiales, su estm ctura rcu~ los mecamsmos d? no~: ~uós de "'ilhclm _Dilt_h cy (1833-1011), quien oponía de mu-
brarniento de los dirl~entcs, el numero do sus parttdar¡os era radtcal lus c1enc•as de la naturaleza y las d encias del

43
set\tp•eñocn e~ esta cuestión un papel importante: unos v otras
espíritu, a la< que pertenecen las cienc-ias sociales. "Los. he- ma• o menos basados en la intn>spección cleÍ indi·
chos sociales, escribe Dilth<:)'• no son co"!prenstbles, Sl ~1 )' conservan un carltct~r subjetivo. el cual
puede decirse, desde dentro . Por e;ta razon seria necesar;~o
omplear, para anali7~trlos, un m6todo totalmente dtfere~I\C
es
~IriUa.rgcJ, C]Ueda limi_tado Cuando )u enC1.1CSla general:
do que SI S~ analiza Ja opiniÓn ele.> una SOJa
del de las ciencias físicas, basado en una espectc de mt\tic-tón medio de la mteroiew, se cue de lleno en la
directa, de comunión ¡ná.< o menos afectiva: ''La uatural91.u sn!Jiclliv<irlnd pel'O, _mverS{liDCUtl?', SÍ Se-!. cOmparan )as i.nler·
tlOS la explicamos; la vidtt del ahmt la cmnprendemos", Lu• de oum~rnsus personas a fin d., dl!dudr los elementos
concepciones de Dilthey han ejercido gran influencia en lu <'Oint\nes (~ue,_ por otra parte, son los únicos en reHcjar el
sociología v la filosofía alemanas. Toda una serie de htjos éatáciblet? e:t~vo de las representaciones), se vuelve en par-
e.•pirituales continúa rcivíndieándolas, pero pritctícll.ll\enté te, a ob¡etivtdad. '
hun sido abandonadas por la mayoría de los sociólogos con· Un problem~ distinto es el de la subjetividad del obser·
temporáneos. . . ... . . v!;dor: el cu~l hende a mezclar la iotwei6n y la "<ilmpren-
2.• L<>s proceclmuentos ele ~nah•!s ~b¡el•_vo de lll$ w~c- $l?n ~ntcroa _de D1lthey con la observación propiamente
scntaciones colectkas. - La ps"-olog1a md~'"dual ha podtd~ dt~h•: Esta dificultad ~ene solución. pues, como veremos
constituirse corno ciencia porque hace ya tiempo que ~11pcro mas aclela_nte, c.usten diversos procedimientos matemáticos
la fase subjetiva, al limitar la introspección y d :málisis in- que permt ten controlar la objetividad de los indaaaclore'
ten~o de las conciencia.<, sustitt•yéndolos, de tm lado. pnr ~n los son.cit'OS do o¡>ini6n, la ele los analistas en los :Studi~s
el estudio ele las bases 6siológicas y biológicas de lo~ fcnó· o conte~_Hio. cte. (el:, p:\gs. 191 y 247), Mns a pesar d e ello,
meno; psicolúgicos y, de otm, ~or_l~ obscrvació~ de lo~ com· nc¡ es pustble suprtmtr totalmente la subjetividad.
portnmientos externos de los tndtvtdnos. El 111etodo . beha·
,·iorista'' especialmente (que analiz·~ los co~po~tamte~tos)
se ha ido aener.:ilizando cuda VI'Z mas. ¡~, ctenctas >OCtales C) El carácter general y su relati•itlacl
han seguido su ejemplo y, en la actualidad, utilizan o~mc­
ro~c¡s procedimientos behaviorh1as, que poseen un earader ·¿Qué es todo lo que no es eterno?"; ·ya nunca mits
objetivo. Sin embargo, utilizan también otra' técnicas que tendremos el alma de esta noche". Estos dos versos medt· .
les son propias, basadas en el hecho ile que las rcpre.ent•· ctes b , u
lll • expresan con_ a~tante claridad el desgarrón e.xperi-
cioncs colec-tivas se matúRestan cxtenorroentc, no sólo por la enta.,do por las e.enCJas sodales en esta cuestión. De un
comportamientos individtcales, sino también por cumporta- do 11() existe más ciencia c1ue la de Jo general" y po
•ni<mtos y actihtdcs colectivas. Lu opiniúu pública, por ejem· o.tra ~arte, todo hecho social es un lcechc¡ h1t111ano, fe'ch~do ~
plo. puede ser e3tudiada n través de ln prensa, de los "r~mr~· ·- ~<a o, c¡ue expresa un mo~nento pllrtic\tlur de la historiá.
res", de los Jebates parlncncntanos, a traves de la. radtorh- caráct~r general de los fcnómenc>S sociales se opone Jo
f usibn, del cinc, etc., medios todos ellos Je expreswn colee· que Jl:<>dttamO$ rlenomioar "la objeción de la historicidad"
tiva, de rcpresentacione.< colec-tivas. que tatnhién son hechos ~~ó sm ser una objeción decisiva, nor cuanto el car.k-te;
materialmente objetivos. _neo no es realmente opuesto al <meter general. cxpre-
;-lo obstante, las ciencias sociales no han renWJciado por ~.k' embargo, una verdad que un pnedP desconocerse: el
completo al análisis directo de las conciencias individuales a ter gener~l d~ los hechos sociales "-' •ólo relativo.
como tampoco lo ha hecho la ¡>sicología (la• técnicas del es ) LA OB.JECIO>~ n>: L .\ m sroBJcmAll.- En primer lu ar
psicoanálisis lo httn, por el contrario, renovado). El estudio refutada por lu tlistindón establccid3 entre ln "aconte~o-
de los doc-umentos personales, y aún más las intar<>ie<os, de-
45
1
nal" y lo ''instilucioual", También lo "acontecionnl" pule\~ sociales que en los hechos biológicos y ffsicos;
ser, por su parle, objetn de estudios general~s.
1.• La tlistin!:ión entre lo •acontecional• y lo •inslitu- ¡;Iás'\~sue"'trata, a fill de cuentas, de nnu diferencia de grado
1 de naturaleza.
cionol•. - Fue formulada por primera vez en 1894 p<ir el lieriiol¡h parle, Incluso la sing~•lari~lad ~~e _los "acontecí-
historiador Paul Lacombc; tuvo nn grnn éxito y, en la actua- !I es en muchos aspectos discutible. No existe ni un
lidad, muchos historiadores franct5cs reivindican la bi¡toria en el que no.-sea posible distinguir una parte indi·
instill.Icional. Uno de ellos, Fcmand Rraudel, distingue lres una f>a~te s~cml, !'"a parte de contingencia y una
"estratos" en la historia: ·r:n la superficie existe nna hi?IOria oa11e1,ae rcgu andad , decia, en una controversia <'On Paul
acontedonal, que se inscribe en un tiempo breve: el una LacOi~lbe, el economista Fran~ois Sintiand. A<¡ué l manifcs-
mkrohistoria. H•leia la mitad se encuentra una historia co- su parte, a propósito de las batallas de Pavía y
yuntural, CJUC sigue un ritmo rrui.t; amplio y más lento; lhnstt1 ttocomv que nl!,''\mos de sus aspectos "denotaban un sistema
el presente ha sido estudiada sobre el plano ele la vida ma una táctiell , UDas prácticas y costumbres guc-
!erial, de los ciclos o de Jos interdclos económicos ... ~hh quc es po.<ihle hallar en muchos otrOs combates de
allá de este rcdtado dt! la <-oyuntura, la histol'in estruc· 1~ éP¡Oca ". Tvdo acontccimicntoo histórico es una combina-
hiral o de larga duración abarca siglos culeros: se encuentra CIÓn ~o elementos que pueden hallarse de nuevo en otros
~~~ el limite ~ntre .,[ movimiento y la lnrnoviliclad y, por su> nconlecimientos: lo singular es la c-omhinaci6u, no los ele-
,'3Jo~ fijados desde antiguo, parece s"r invariable re,-pcctn men.tos eomponentcs. Pero incluso las diversas combinacioi1es
de otras historias que transcurren más vivamente y se con- re--.tlm1das pueden ser reducida$ a determinados tipos, que
suman de uu modo más 1·ápiclo y que, ul fin y al cabo, vienen ppseen un earáctcr generul.
a gravitar a su alrcd~dor"_ De esta manera, "la historia no b) LA RELAn:''ll>AD n"'· CAR..Í.C'fER Cm-'EIIAL. - A pesar ele
"-' solmnentc lo diferente, lo singular, lo inédito-lo que lodo, ~o ~. pos1blc des~;war completamente la objeción
nn se ver{t dos vec.:es''. Yor ]o ulcnns c·n Jo que se- rcfl~re de 1~ h1sto~ICidad. Los soc:Iologos eontcmporáneos, por el con-
n Jos dos últimos ~s'lratos, no existe contradicción alg•ut~ trur;o, cstan gcner.Ilmente de acuerdo en reconocer <¡ne Jos
entre la generalidad y la historicidad. A través de los ciclos fenomenos socmlcs son h_echos históricos, y que este rasgo
1 .. COYilnlural~s" y de ]a.s cstmctur.lS de larga duración, los
hechos histórico-sociales son suficientemente gcneralc; parn
de sn nntu~al~za es eseucial; Mas no les parece g no se halle
c.n (-ontradiCC1Ón c-on el car-..ctex general, al cual consideran
ser objeto de un <1llálisis sociológico. Simplemente relativo.
2.• El corcícler general y los cacontecimietJtos•. - Hay 1.• La 110cián de •morco hi.vtáríco•. - La aeneralidad
que hn<-er notar ante todo, qtle los a(·ontecimientos pueden 1as regularidades, no son v-álidas má.s qu" en un m~rcn hist6ri:
ser objeto de cvtejos y comparaciones qu" introducen, en co determinado y no es posible transferirlas directamente de
la sin),'Hlariclad, un derto caráet~r general. Los hechos Ilsi- ~~~ marco a otro distinto. La misma noción de "marco hís-
cos y lJiológic:os pnsecn, en el fondo, cierto carácter singular, ~or.~::o· ~esulta .diflef.l ~? prec!,s•r;. Lo~ conceptos de "cnlll.I-
ya que las "coo<li6oncs de temperatura o presión" nuoc« as Y ~lVIh<aCIOncs , cpuc:as y penodos" lo expr1~san bas.
son lu.s mismas. Propiamente hablando, nn Jiay una eneiml !:ante bJCD, pero de manera imprec-isa. Ya hemos visto. por
q ue sea igual a ntrn encina, ni un perro q\Ie se parezca a Otra parte, cómo algu nos historiadores, Fernand .Br~u<lel
otro perro. La generalidad derh·a, no de la naturaleza de Ja-; entre ellos, proponían distinguir entr~ marcos históricos ·a
cn,-as, sino dQ una actitud del cspfritu. de lu operación inte; ;'ór:to pl:v.o, que serían los ciclos de covuntura, y mar<-os his-
lectunl, llamada abstracción. No hay duda de que la singu- h ribos u Ja..go pla7.(), de canicter scclÍlar y pl\ll'isecular. De
laridad es más acentuada, In individualidad má< rica, en los ec o, la duración de cada ''marco histórlcÓ" e• muy ,·ariable

47
1
y, por otro lado, puede u~gar a disminuir, pues el tiempo tnl.> haber pasado sucesivamente por el estado teológico
histórico y el tiempo sociológico no tienen el cnráctcr¡'lijo estado metafísico. En el lenguaje actual, el ténnino es
del tiempo cronolt.gico. C eorgcs Cun~tch habla d., la "plura- ~D''!"'lllO'O casi en el mismo sentido: Ja ciencia es positiva
lid~.d de tlc~pos sociales" ~ ~~gunos e~snyistas han defcrito poir¡¡utc estudia lo que es, no lo que debe ser. La diStinción
la ucelcrac¡on de la lustona ; en la epoca contempo¡¡anea, positivo y de !o no positivo es la del ser y del deber
al ser los cambios más rápidos, las "épocas" sedan más cor- la noción de fen6meuo positivo se opone la de " valor'',
tas. Sea lo que fuere, no resulta muy difícil descubrir a lo LA XOCIÓ~ DE v.u.oa.- La noción de valor implica
largo de la historln cierto u(,mero de épocas o civili7.a~iones at;top,oión de una postura frente a las categorías del bieu
dP rasgos claramente caracteriT.ados, que no sólo están•lilui- y mul, de lo justo y de lo injusto, de Jo beJlu y de lo feo,
taclas en el tiempo, sino también en el espacio. J.a sociedad de bueno y de Jo malo, de lo agradable y de lo desagrada-
occidental eu la F:dacl M odia, la Europa del siglo xvm, las ble, de lo útil y ele lo iuútil. Algunos fenómenos sociales son,
actuales sociedades industriales del Occidente, t-onstituyen d!!sde este pnnto de vista, "neutros"; rnuchus personas, por
cjern¡>los de conjuntos relativamente homogéne<l• {ver pá- ejemplu, son indiferentes a las emigraciones estacionales de
gina 99). los nómadas del Atlas Medio o a la decadencia de la.< es-
2.• La relat.ividad respecto ck los •marcos histór·icos•. tructuras tribiulcs del África negra, otc. Pero f«u<Ímcnos que
La generalidad y la regularidad de los fenómenos sociales para determinadas personas son neutros, son " valorados" por
no tienen valide:< más que para cada uno de estos conjuntos otras; <le esta manera, numerosos franceses no ~'Onccden nin-
de estos "marc'O" históricos". Las leyes sociológicas, hls es- guna importancia a los privilegios de los destiladores de
tructuras, las tipol;1gías y las clasificaciones no tienen un aguardiente, mientras que muchos otr<>s están violentamen-
alcance absoluto: no son totalmente gene<ales; sólo lo son te en "pro" o e n "contra" de ello. De hecho, se advierte
parcialmente. en el interior del "rna¡·co" histórico e n ya rea- que son pocos los fcnórucnos svt'iales realmente neutros p ara
lidad e'l'resan. De este modo, todo análi>is de ciencia social tc~o;; Ir•• Clicrnbros del grupo ronsiderado: " n su mayoría
es relativo a cierto momento de la duración histórica de un son valorados de algún modo, varianc!11 tanto los grados como
determinado tipo de país. No dudamos, a. priori, de la posi- las fonnas de dicha valoración.
bilidad de una sociología general aplit-able a todas las épo- 1.• Las ¡erarquím; de wl.ores. - Algunas <le h>s eategc¡-
cas y a todos los paises, p.,ro, a lo que parece, también ell:< r!as de valoración enumerada• tienen más "valor~ que otras;
tendría un carácter relativo. M.ás que un esqu~ma de tipos os posible jerarqLúzurlas. ~:n muchas civilizaciones, por
inmutables. expresión de uua "naturale-La" humana o social. ejemplo, se admite que el bien y d m<\1, lo justo y lo injusto. 1
cuyo fondo sería idéntico siempre y en todas partes, t~msti­ son valores superiores a lo útil )' lo inútil, a lo ab'Y"~dablc y
tuiría, ~~.igual que las teorías d" la rclatividaa pura e l mli- lo dest\gradable. Por otra parte, esta jerarqula d., valores
"·er):o f¡saco, un sistema de hans-posición de los fenc)mcnos varia según los grupos sociales y dentro de un mismo grupo 1
de u~a éeoca a los de otra, una cspcdp de du,·~ general según los individuos, y es particulannente interesante eshi-
(el. pag. 91). diar, desde este puntu d e vista, la posición ele la relación
"bello-feo" en la escala ele valores. Los moralistas, c¡ue colo. 1
D) El Gtlrácter positi~o: el problema rle IM valores can en el primer lugar de la escala la rclat'ión "hien-mal",
reprochaban a los materialistas que llagan lo mismo con la
En el lenguaje rlc AU!,'ll<te Cowte. "positivo" se opone · relación "útil-inútil", y a los hedonistas, que den preferen-
a la \'C7. a religioso r a metafísico. El "estado positivo" "" el Cia a la relación "agradable-desagradable". Levantax la es-
tercero que alcanzn la hm'J)anidad ("n su progresivo d<.. sarro- cala do valores de !os diversos grupos sociales y de la.• difc-

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rentes "épo<';l.S" o · civilizaciones" constituye un importante J·~~:~~6n v •ancionadas por el sentimiento de culpabilidad
campo de estudio para las ciencias sociale.>. (1 ' ta religión ejerce gmn inRueucia en su d efinición
y ~Elnlc iCé<IOI .ICC.pto
2.• EL carácter no positivo de los juicios de color. -
De este modo, "valorar" ttn hecho consiste en realizar sobre ) "ciencia normativa" SC expli_ca po: el ¡;>res_ti-
él una apreciación, un juicio, colod.ndolo en uno de los 'pla- gio \:tuo la pal¡Lhra cier~cio posee en los mechos nmvcwtano<
tillos de las diferente.s balnnzns que acabamos de definir e in\clectuG l cs. .En la actuali:Jad, t~>~a discipl~na q uiere eali~
Ousto o injusto, h ien o rnnl, ~te.). Lo fundamental de i este ficar¡;c1 de científica; resulta smtomataco, por e¡emplo, que las
jtlicfo es q ue el criterio sobre e l cual se basa no es pos(tiw; Facultades de Letn•s ha)•an adopt<ldo en ~"!.a nci_a, desde l!;l~.
un Juicio de valor no se emite en función de la realidad tle el n~nnl>re de "F acuitad es de Letral y CJClWltlS humanas .
lo que es, sino en funci<\n de una determinada concep~ión De i~wl modo, los juristas califlcan su disciplina de ''ciencia
del deber ser. Para ciertas categorías de valor la cosa M del <lerccho", auoqne se ven obligados a ba<-er constar <¡~e
está tan clara : para lo útil y lo inútil, lo agradable y lo el objeto dd derecho ~ muy diferc~t" del ~e. las . dcmas
desagradable, por ejemplo, pueden existir uno.• <-riterios <'icncias sociale;; de aht la <-alillcac160 de CienCi a nor-
objetivos; en este sentido no son c-.1tegorias d e valor {aun- mativa".
que los criterios en función de los cuales se aprecia, en um• 2.• El carácter contradictorio ele lo noción de ~cíencin
sociedad determinada, lo. Mil y lo inútil, Jo agrada~le y lo nornwlit,;a".- La noción de dtncia normativa se basa e n
de,ugrac.lable, no son ob¡etiVOs). Pma otras categonas, por un equivoco. Por u na pa rte, es posible estudiar las re_glas
el contrario, no existe ningún criterio objetivo; prccisnmtmtc morales y las reglas de d erecho como feu6men~s s?cmle;;
p~ra la' categorías de vaTor fundamentales: justo e injusto, an.ílogos a Jos dtmuls, siil preocuparse de su valor 1J1tnnseco,
Enen y maL Es pos1ble dcc•r cuáles son en tma sociedad deter- sin pretende-r conocer si verdadcram~nt.(~ son hucnas .o rna·
minada, los criterios de lo justo y lo injusto, del bien y del las justa~ e) injustas. sino intentnndo umcamente pr ec1SU1' su
mal; pero. lue~o se ~omprue~a que estos criterios varían m~o d~ elaboraciÓn, grado de aplicaciún, evoluci6n, etc.,
sc¡¡un sOCJedaaes y epocas, sm que nada permita afirmar en euyo caso se hace ciencia ~ial pu;ith«. !Oste e.s,_ just:'·
cua)c; son los ,·crdadcros. De esta maner.t, sólo un juiciu mente el objeto de la sociolo!na tnorul )' el de la SOCiolog•a
a priori, basado en unas cr~nclas, en una adhesión del co- juridi~.t. :\las, por otra p arte, ~ pos~ble también adoptar una
ro7.ón y del espíritt1, permite definir lo que es el "deber ser". determinada postura frente a su <'<lract~r bueno o mal?, !usto
b) L A IJJS'f!I<CJÓI< E:<T~t: CIENCIAS NOR\t\ 11\'AS Y CID'CLIS o injt•~to, en función de u n co~ccpto de ,·:•lor a prrnr!•. en
I'OSITIVAS. - E;'ta distinción se hulla muy extendida entre los cuyo caso se htte<' tr<tbajo de Glosofo, rnorahsta o •nctafJSJco,
juristas y moralista~. quienes pr~cisamente consideran sus pero nn trabajo cientifico. U na empresa de este hpo es, per-
discip linas como ci~ncittS normütivt\s. fectamente admisible : el clcrc•cho, la mora l, la filosoha, la
1.• Las ciencias normntioas: moral y dc:rechn. - Exi~tcn metafísica. son discipHnas dentíficns. Lns .. ciencias norma·
dos ciencias normativas fundamentales : la moral y el derecho. tiva.~"' no existen : súfo hay cienchts positivas.
Una y otra estudian las reglas (las "normas") que deben ob- e) E 1. ESTVJ>JO pos rnvo uE ws v~ <.OREs. - S~l embar-
servarse en la '1da social, disthlguiéudose así de las úemú' )\0, no r~mlta posible que las cicncitlS sul'iales de¡en de es-
ciencias sociales, las cuales aoali7.an cómo se desarrollt1 ~~~ tudiar los valores. En pr;mer lugar, porque <".1St todos los
la práctica dicha vida. La dhtinción entre ambas se baso fenómenos sociales son valores en mayor o menor grado.
en el origen de las regla• y en >'U sanción: las rea las de dere- En segundo lugar, porque la V'.Jloraclón les <'Onll:'e •. por !~­
cho se e.•tahlec:en y sandumln por la autoridad pÍ.blic.1, mien- gla general, su significado es~ncial. Luego,_ la s•gm~cacJOn
trAs qut! las reglas mon1les sou inmanentes a la cont:i~ncfu quo mi grupo social atrib uye a \!11 detcrmu1ado fenomeno,

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a una determinada institución, es un elemento fundamental quá más o menos explícitamente, hacen derivar de sus jui-
de dicho fenómeno o instii\K-ión, sin el etml es imposible cios de valor ciertas proposiciones <'ientlfieas. No cabl' la
comprenderlo<. Desde este punto de vista, la fórmula de menor duda de que la at-titud más leal consiste en, por tma
Durkhei!ll es falsa: los hechos sociales no Non "cosas". 1 parle, esfor?.urse por conseguir la máxima separación entre
1.• El principio: /rutar los oo/ores ct>ltl<> hecltos. ....J J,os Jos an'ilisis cienúficos y las posiciones normativas, y, por otra.
valores pueden estudiarse de fonna positiva considerándolos e.q>licar lealmente cuáles son estas última.<, en cierto modc
como hechos. En un gn1po social dado existe una determi- "anunciar los colores", u fin de que los ten-eros puedan tener
nada c-oncepción de lo justo y-de lo injusto, del bien y del en cuenta el inevitable "coeficiente de deformación personal"
mal, de lo bello y de lo feo; estas concepciones constit(,ye.n que afecta a todos los sociólogos.
hechos positivos, por c,umto expresan las creencias del grupo, Sobre los caracteres do )os fen<ímtoos: soclalc:s en ~cn~rtJJ c-1.
y e l observador uo ndupta, frente a ellas, una postura deter- E. i)vmnu:ut, l.u <i¡!,IU de 14 méti!M• «><iologique, 1.• cd., 1895;
minada. Merece citarse el ejemplo de la legftilllidad. En un 9.• cd., 1947, y Sociologí• kl philosophft, 2.' ed., 1951; G. Gunvrre><,
determinado ¡>aís y en un momento dado. existe, respecto Lo oocation uctuelle de la $O ciologi~. 2.' ed.> t. 1, 1957> )' Traité ele
•ociologíe, t. J, 1958, p:\gs. l-27 y 156-lH4.
de la forma y origen del poder, de la estntdura e investi- Sobre el carActcr t.'o1ectivo, cf.: a) sobrf! d org<lnlelsmu: H. Sr.:xcEn,
dura de los gObierno;, cierto conNtwsus, y es legítimo, en el /'rinclpe.s de ~ologic, trnd. fnmces3 1578-1Sí9. S vnls.; E. OoACosr-
sentido positi"' del ténniuo, el gobierno que se ajusta a este or., f.tude critlqu• .mr la .sociolcgie d·Herl1et1 Spenc~r. 1938; R. \Von.ws.
con.vertSus. 1)., este modo conce bida, la legitimiú.1d p uedu Orgrmiai..nne ct socMté~ Hi96~ ;\. EsPrilol'l, Des soci4tt., ur1imalcs, 1877;
ser objeto de auilisis cieutíGco. No obsr.utte, esto no impide 2.' ed., 1925; C. Bot"CLIÍ:, L•• proc<s d• 1<> sociologie biolo@lqu• en
Reo. phil.os., •brll 1901;- h) >obre l•s tc<is de la "ontolo.e;tn do la
que para un demócrata sólo sea legítimo el poder de origen comunídzd", el.: O. SP.'-'-~ GesellscluojW<}tre, Lelpzig. 1914: 3.• cd,
popular, pero una legitimidad do este tipo se basa en un 1931; O. SPES<iUt:H., Dr:r :;tCJat, 1933; - c) S<tbre las tcndc."!tCj¡¡s ~­
juicio de valclr, en una adhesión personal, y uo puede ser cologist\ls, vi:asé la bibliogratí.a de l<l p~. 103, con<.:crniente t1 h psko)o-
<>hj.,to de un análisis sociológico. gío. social;- d) robre Ja t..:uda ~1~ la • t..•onciellcia colectiva" de: Uurk-
ñt.lm, cf.: E. 01.'1\XiU:J.M, te SUICide, l81fí; m1ev~ t.:d.• 1930; LGt fm-
2.• La dificultad de aplictlc16n: el coeficiente de defor- mtl 4lénwntaírn de la vic rdigímzse, 1912; 3.' ed .. 19Sí; De la dici·
mación personal del sociólogo. -~o debe ocultarse que re- tion du trnrDil l0Cicl1 1893; 2..• ed.., 190'2; y la obra precit.\d;t~ Les
sulta asaz dificil ndoptnr esta acti tud positiva. El soc:iólogo rdglcs de Ú! méthode sociolof.!ique; R. l~ACOUBE, La methode ROcioW...
es hombre, y c'lrno tul dificilm~nte alcanza a separar su giquc de Durkhrtim~ 1920: C. Gvxwrn;H, Le 1>-robf.d"'e de la cortSr;ittncc
colecth.::e d.ans D•Jrkhcim, puhlicado en Etsai de sovJtJlo¡::ic_, < pág. l 15; -
actividad eientifica de sus dcmá.• <'Ompromisos humanos y e) sobr-e Ja sociología y fenomcno!ogf;:.. cf.: M~.~;Hl.E..'a.U·l'~"'n'. Le
de los juicios de valor que ellos implican. Además, 110 hay <Ci<na d11 fhomme et la ploénomoinologl•, 1960 (Ccnt..e de Doc. Uui-
que olvidar que al¡,•unos de sus juicios de valor anitnao Slt c'JCr.vft.• cic:lo..,tilado): M. D v"n:n<o"N.i:, Phlrwmértologit rt wc;iolo~i~, 1947.
:Iclividad cieutlfica. Incluso nosutros escribimos una vez qt•e YS\1 artic\1lo en Cohil:r.v fnt (l'rn. de $0Ciol., l 946. pág. 16).
' Sobre el c:Ará<'ter ohj(~t:ivo, cf.: J:::. Du.l\KIIEU.I, Rcpu1iotrttntion.-.
"si la ciencia politica nu tuviera por ohjeto hacer a los bom· indt~;iducUe& et ti:!prése.ntatior&.f coUectict.s, cu Sociologic et pllilosophic,
bres m:i.s libres, má.' fáciles. mús dueños de su destino, no 1~...4~ L. Livv-Ontm.., Le# fonc.tion.1 n:entda dan.r lC$ soclét~ infé-
merecería ni un solo minuto de ~.sfuerzo ". Resulta notable rl4:tlret, 1910, y lA rncntalfti primilic,... 192:2; ~r. HALDw-'QtS, L.cs
comprobar C1\mo los sociólogos que han nS.rmado con más r.ndte.s socicux rln la mémoiut, 1925; R. n.c.....C:DICT, Pattcns o/ (,,'1Jllurc.
fuerza el carácter positivo de sus investigaciones, como linstoü, 1934, trnd. fnmcesa. Hl50; J. M. TILA.~cnu•t.~. Psqchology aud
'''• toclal pattcms, I.ontlres. 1945; W. l. Tl!o,t.s, T/:e bellaoior pat-
Auguste Comte y Durkheim. en realidad a menudo me-~dao ter1ta and th~ litwtiotts$ 1927; Cn. Bw~·~ Lntroducttun O la psyi::ho·
su~ análisis cientlficos y sus propios juicios de valor. Tampoco ogle ~ollectioe. 19-28; J. Mc»-xrn<rr. Lc.t faits sociau.x ns .sont ptJ8 des
puede justiAcnrse la actitud de otros sociólogos, como Karl c.~O#fl$, 1946.-Sohre \V. Oilth~.·y. cl. \V. DILTMt:Y, Introductíon a
Marx y algunos especialista.< americanos contemporáneos, lctude d-t".S cJI:nt:tt.v huma(rtfJ,v, trad. frooccsa. 1942o H. A. HoDCI:s,
Wflhelm Diltllry: au iruroduction, l\uevn York. 1944; R. AMON, Es-
52 53
sai sur lc: thriorift de l'~4toíre d"'tS l'Allermrgnt t:Ort lf.'rtrpOrcrine, 19Sb plicifa de lo:s valoreo; c.h.·l ppo al que se p<:rtcUe«"~ h :::.ociologi:w. tlc
Sohrc el car.:í.cter o-ener:tl, cf. F. Bfl,..t1Df'-J.., TTI.vtoirv ct sociclogic '11 t)urkh~tm. que se decía objctivist?., t€rmin;,h:• pregon<~ndo la moral
G. GlfnVtTt:K, Tralt~ ~e sociolo~ft:, t. 1, págs. 8Z-07; F. Bn....l.iDEL, l li:t.. repuh}lco.nn: muchos s<Jciú1o¡::;,os americanos po$1Hvi~hts sou, il(l Ju:chu,
toire P.t sctcnOI~ :~oc:ialcs: lo lonxue tluréc, L·n A nnale.'l: P.conamle. So. los rn'ñs ctlusos defen!l urcs de In sQciedad nmcrkatu), Asirni:•mo :ot: ha
cfétés. Cloii(J,ation~ 195S, pág. 4; P. l..Acm!DE~ De l'hi.doire cor&Sldértt reprochado al positivi"nm el se.r inmoral, el nt~~ar Ja existencin c.lo lus
ctmun" scl("'nc:e, 1984; 2.~ t'd .• 1930; F. SDtl,\~'l>, Métlrotle laistorlqm· \"Bl orct, pont..-r a) mismo nivel e1 bien y el mal. cte.
á scl"""e IOclole, <'O la Roouc de <ynthere lai>torique, )900, pán. 1; Ningu.oa de estas critlr;ut c.~ deci~'\'lt. Ninguna h..'tcc scriamtnte
M. BLOCH, Mélir.r d'historien, 1949; L. FED\"lll!, Combat• paur 'i'hfs. di.«-ullblc cl posimismo. Coo.idcnu lo; ,.,.!or<.. e<>mo hecOO., <"011Side-
toírt?, 1953: H. J. ~r.umou, Dr lu c;ormaiss!lm:e llbtoriqu.e. 1954; ' ltt" rarlos rd:tU"os, es nn.a nC'Ut\1d ~ctodológ_ica •1uc no impi~r pu.. idonts
obr.ts ('itHdO.s en lt1s pá~. 102 y 171. - Sobre- l:a n:l:4lh·idad de ]o'\ f1·n(1. persott;llc:t, c.:ompro mt~n.~, adhesmncs. Pero ,. comprormso. In l4-dhe.
menos sr)c:h•lt:-s, d. L. ~"o:vnn, R.nbf!lai$ et le:t prOIII~olmes de l'incrr~yor~ .. si6n, ln nr.tihn] persoMI, J~rivan de un a~ to d<." voluutad que drs<:an:o~~
<=e <l-11 XVl" sltcle_, 194.,; E. Dvrl\o:-.-r1 De. n.ytht: dtt la croi.s<tcl(1¡ C'ludr· ·e n unn cu~cnd a extradt.•utíDcn: Ja ciencia no puede juz,gnr t:ntr<: d
de .S(Jcioloaio rcligier.mr., 1956: 4:tc. bjrn y el mal. No pocdc posar dt~ In que e-s :~ In q ue. cTebe str. Nu
REcrE.~ ~cctO!\"ES C(N1'JL\ ~<::L YOSlTMS~Io . - Siempre llQ hn. hay mós c-kncia q~•e la positiva. E l positfvh'fTio c.~ u1la condición
bido algultt:a q\re ha d~tido ti ("3r:'ic;ter ~L'Iilh-o dt 10\s dcncia.ot liOda· esencial de la cie.nci:~: aJ)4zltUlo seria ,"0}\'tr :t ~.,_mtergir Jas clrnc;b.$
lf'.s r ru, deounci~o d "dentlficfsmo soc::iOI~-o-: cf. a este n>specto: sociales en l;. infaocia.
F. YO!\ HAn::.:. Scíe11t~"'Ttte t' $cíence' MH.:itilét, 1953.- F.n la 1'\<.:tun ..
lid.-..~. pm:clc percibin;c en los Esta.d<ls Unidos cierta corriente :mtipO·
Sobre: el problema de los ''nlort.'5 en bs C'if:tu.:lru. social~ t..f. C. ~IYM­
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lat comn u.u hecho, cuntat!dO ~~ nllmcm de Jos que lo creen.. ). Cicrl<• 2 vob., ]936; :R. {.¡,: S!i::S"Nt:, Obstacle et t:alC!If, 1934, y Qu'e~t·C<J r¡uq
número tlc tspeci::lli~hts am~rfennos de dct:tcío. p<1Hticn se im:lhmn ltJ t;tJit tt r? {en el Bullct. efe ltt Soc. fr(lll f,. J(! ll/1ílos., $P.$iuu('S tlel 28 de
clelihcr~ulamente- h;~.ci:J )us ideales com;erv&tlo,·cs: cf., p<~r cjcmplC!. sbril y .26 de Dl::lvt> dé 191-5); t:. Dt:F.t>lU~IH., t:S(Jts~.vr~ d'unc p!lllo..•wp1li« ·
E. Voi!CEU."', The new sclttWC qf tJ(}/itics: an lntroducticm, Chic:•~o, dftM colcurs, 1939; D. PM\ODI, La concluito 1mmaine el les t:(llt'tm.·
1952.. el t."Ual preconi7..a la 'u~lta la de ciencia política a Ull<!S b:L~W"' idklts, 1939; R. Run:M, Le monde da caltut•, 19--1;8: : !os tr~hni•;s
politi¡:;n..tcul~s; en la misma linea. J.
H. H.A.Ll.Q\,..t:t~• .. TluJ marol dcl IXt CongrU intem. de Philos. (1937) y cle-1 111.. Con~rCt tkl S•J-
{oundation of demQCr!!ty, Chit.-ago, 19-54. En f'raucia, Betttaod d,.. cWI• philo•. de Longu< frunf. (19<17).
fo uvencl rcpr~;.·~(·uta est::1 t~ml<•ndu; cf. 13. n:: jOV\T:-.·n, Q~l·t<tst-cc (lu.- EL CAM.\CJ'E.R CO.\C:'ffi'O DE LOS l-~ESÓ\I ~)ol(h SOCIAL!:::-;. - Al descñ-
lo soienr.:t; ~litiqu.e:>, en F4:cl6rtHion, 1951. p. 24!1. ' bir los cnnu;tcrts funrl;,mc.:utales de lcl':'.o fenómenos social('~ nu hemos
Las cmfcas hcdms ~-:~l positivismo S(lll mu}' dlvt:r!:>:tS. Ert prfmer tenido en cut.·nta hl "<.'(1:ic.:dóa'·, que .f:. Durkl•dm ccns!dcmb~, c.:sen-
h.t_g:!r se insiste sobre 1~ ~ran Jmport::mc!a 1.h: los valores en b 'vidl\ ciat Esle témliuo impn:-c.:iso ~ult:1 n·nlJdndc:~ uluy dileumh.:ll', lales
politic-:t, pero los positivista... no la ban ne-g:!dn j1unó.s: ellos sólo prC'tc.·u· como la presión de b rno<la, el prestigio de los Htlc:re-s_, el pm..n Uc h\
den que los valon."S st.-an :tn!:IH:tadO$ de h!oa) fmtru. qut los clcmá..; fcnú tr.tdichío, ro autoridad dc.·l yyudantc, el poder dd guarda tic h~ pli-
ntellOS, fJUC st:m ~:ider:)d(b CODlO heChos (lo t."IJil 00 coru.istf" t'mit·.. sióu. c:tt.•. 1\o resulta: posible sintetizarlas el\ una mx.•ióo 6nic.1 >ÍU va·
mente E-n -,-ontar el n{Loncru ~e los que los erc.:cn"}. En wgttodo tupa , ciada de: todo c.-outeniCo. Put otra 3prte-, si bfcn muchos Ft.-nt'mw:nos
se h<tcc ubstrvnr que mucho.s t$lu<fio.s prctc:ntlltlamente pn.'5itivn..- ~l' ~alt.~ cntrañ:m wt eltmt.-ntu de ..cos:cciÓa··, no ut.'lllti?' Mi t.-on mu-
bas::1n en n:nlidnd so!m:- unM~reeucia en v:tlmc$ implícito!l; dtrmo:-.. chos ulru.); no es pt):.ibJe rctlucit los ff'.nÚ!'ncno.s de t.'<l'Operación lt fcnó-
a tlht1n de c·jemplo, los :mt'tlhis de Rnvrnond Arun S<lbre Jos postuladtt'l. rnfno~ ~le <'oaccic:m: Así puc.:~. uo. se. tr~ta ele \ID can!cter geoc~.a1. M~s
implieitu~ del marxismo (el "tit) de fa hist.orhl", d mr.si~nismo, rt<~.}. ndeilmh), a propn:nlo dtsl Ad('üCia polttlca y del t onccpto de 1;>utle1 .
T.!tmhJ ~u ~e ha dicho que la ne!Zativa a tornar posición fre-nte a In .. cxamJn¡uc.•mos el problem:\ de la co~cdt'm {cf. pág. 70).
,·alun-s ('()Mincc frcc:ue-nte-m~nte al oonfunni.11m(), n la i:le<:pbtcibn im· Snlm: ]a co::1ccióu soc-ldl d., además de Les r~glcs de: la m~tllode

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