Está en la página 1de 17

RE¢ST|GLICHPRESEN7ANUNDIAGN0ST|C0AGUD0YPR0'V0CAD0R IERESP0NDEESTASPREGUNTASDESDEUN

ÁNGUL0N0C0NVENC|0NAL,EÁELQUE EC0N0MÍAYLAP0LÍ;T|
CAS0ND0SELEMENT0SINSEPARABLESENLARECETADEL _.
1R0LL0.C0NUNAMEÍCLADEAGILIDADPER|0DÍSTICAYRIG0RACAD ÉMIC0AND[EA#
TRAMPASALDESARR0LL0PERUAN0YREFLEX|0NAMS0BRE0UÉN0ST0CAHÁÜ{R
PARASAL|RDEELLAS.

ILAGRO DE-LA EC0N0l\Jó PEi


QUEAMENAZANNUES:TR0P

neta

Sexta trampa
Las debilidades del Estado
Paraun ontsiAer bicioso, astuto y populm no sería difícil convencer
.\/ a la población de que 1os órganos legislativo y judicial no son poderes sino
debilidades del
Estado. Los peruanos estamos entre los que me-
- - nos confiamos en el Poder Judicial y en el Congreso en América Latina
—durante 1a década dorada, ocho de cada cliez peruanos consistente- " '-
mente cÍijeron
descontar del Congreso y el Poder Judicial“.

' ’“ La historia reciente del Perú marcada por el autogolpe de


Fu-
- jimori y la de sus pa1ses vecinos sugiere que no somos irimuries al "

autoritarismo, todo lo contrario. El apoyo a la democracia en el Peru


— es precario: en los últimos diez años el porcentaje de peruanos que
: ¡

- ^’' prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno ha


fluctua-
" “ do entre 40 % y 60 %, y el nivel de satisfacción con la democracia
.‹ es el tercero más bajo de la región, después de México y Honduras.

En los ülrimos veinte los, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argeri-


- tiva han pasado de ser regímenes plenarriente democráticos a ser en

J 66 Latinobarómetro 2013.

tivo y una oposición sin capacidad de fiscalizar y cuente de oportp \


nidades para alternar en el poder.
-.
'
como Ecuador antes de Correa' no tiene un movimiento indigenista
fuerte aí mismo tiempo que excluido como el de Evo en Bolivia, ni tiene en duopolio
bipartidista
desacreditado por la corrupción como
El argumento de las personas que niegan la posibilidad de qtt2 el que
enfrentó Chávez
en Venezuela; pero sí está acechado por las

el Peru tenga un retroceso democrático es que el país ha cambiado ' desde los
aííos noventa,
además de que no nos parecemos a rlues- tros vecinos autoritarios. Es verdad,
el país dra
cambiado, y cada una de las naciones mencionadas tenía taras o deficiencias
que el Peru no
posee, pero ese argumento ignora que para que las insti- tuciones democráticas
perduren y
prosperen hay muchas cosas que tienen que ocurrir, y solo basta que algunas de
ellas fallen para
que
la democracia corra el riesgo de quebrarse. Esas fallas pueden no
ser las mismas en cada país o en cada momento en la historia de un *1 país. Por
ejemplo, hace
cuarenta anos las democracias eran tumba-
das por un golpe sólido y grande dado por un grupo militar, mente identificable;
hoy, una
democracia puede ser gradualmente debilitada por el efecto combinado de varios
golpes pequeños que
pueden venir de distintos frentes".
"
Esto es lo que podríamos llamar el Efecto Anna Karenina’8: todas
las democracias exitosas son iguales, pero las fallidas lo son cada una
/. otras trampas identificadas en los capítulos previos: informalidad,
incapacidad del
Estado para proveer seguridad y debilidad del siste- ma de partidos, que en
conjunto pueden
conducir a la población a poner a un populista autoritario en la presidencia.

Líaeas de def-ensa

Una de las pocas cosas comunes que tienen los casos de decaden- cia democrática es
que las primeras
líneas de defensa, el Congreso y Poder Judicial, son incapaces de contener el
desborde de un man-
datario que quiere concentrar poder. Ambas instituciones generan fuerza a
través de su
legitimidad entre la ciudadanía, sin la cual son
ligeras, y no pueden frenar a un gobernante codicioso.

Asimismo, en todos los casos recientes eri la región en los que un gobernante ha
debilitado la
democracia y acumulado poder
excesivo, su modus operandi ha seguido un patrón similar para

a su manera. Es decir, cada democracia falla por sus propias trampas.

' 67 Al fallecido politólogo argentino Guillermo


O'Donnell se le
atribuye haberse referido
por primera vez a esto al menciona los «mil golpes» que pueden resquebrajar
una democracia
moderna.
'ü/ - reducir a los otros órganos del Estado. Así, el líder autoritario es
elegido tras
enarbolar un discurso populista y antisisterria que lo enfrenta a los
políticos
tradicionales y a 1os poderes fácticos (el empresariado, el sistema
financiero
internacional, la Iglesia, etc.),

--
68 Parafraseando a León Tolstoi, que inicia así su novela Anna
Karenina: «To-
das las familias felices son iguales, 1as infelices lo son cada una a
su manera».
'

120
además de ofrecer reformar el Estado para ponerlo al servicio del
pueblo y no de las élites.

121

¿Es creíble que los congresistas y jueces peruanos puedan movi-” lizar a la opinión
pública a su
favor al punto de hacer que la gente tome la calle para protestar y defenderlos,
cuando casi nadie
confía en ellos? Tendrían la misma capacidad de convocatoria que la de "
un lobo tratando de convencer a las ovejas de que marchen para -
defenderlo. A esto se suma que en el Perú la tasa de reelección de %
congresistas es baja,
por lo que en cada periodo la mayoría de legisla- - dores son nuevos, inexpertos
y carentes de
maíia para enfrentar a un Ejecutivo agreslvO. lo encontramos nada que lleve a
pensar que en
' el Perú el Congreso y el Poder Judicial podrían defenderse con éxito
de un Presidente autoritario.
-
q. El argumento de que Humala no ha concentrado poder porque no lo han
dejado confunde
causa con efecto, como el nitro que se pregunta cómo es posible que se diga que
las hormigas son
traba-
“ jadoras s“L están en todos los pícnics. Si Humala no gobernó como
- un autoritario quizá fue porque no quiso o no supo cómo hacerlo, no porque el
sistema no se
lo permitió. Para entender mejor lo que ocurrió hay que observar sus acciones, las
cuales no dan
señal de mo- tivaciones autorirarias. Humala hizo casi todo lo contrario al modus
operandi del populista autoritmio descrito líneas arriba. lo mantu- vo una
retórica
confrontacional (salvo al final de su gobierno), no in- tentó ganar más
congresistas (los perdió),
abandonó en la camp a la propuesta de cambiar la Constitución, no ha hecho en
uso popu-

BTiixxsala, el xnal ejemplo

Si es tan fácil ser un gobernante autoritario, ¿por qué Humala no


- lista de 1os recursos fiscales (por el contrario, la inversión pública en
su gobierno ha
sido baja) y ha sido respetuoso de la independencia
_ del Poder Judicial —por ejemplo, en el fallo contra su hermano An-

lo logró? Aunque durante la campana de 2011 existían grandes - %q dudas


sobre la vocación
democrática de Humala, lo cierto es que
una vez en la presidencia no ha intentado ni una sola maniobra ' ' para
acumular más
poder. Todo lo contrario, desde el anuncio ’.
de quién sería su primer ministro de Economía hasta su retro- ceso en la
estatización de
la refinería La Pampilla, Humala ha cedido frente a prácticamente todas las
demandas de
quienes se opusieron a él en la campana. Tanto ha aceptado el Gobierno
las exigencias de
sus rivales que el politólogo Alberto Vergara se pregunta si hay algún otro
gobernante
latinoamericano que haya
cedido más'o.

7O Vergara 2014.

124
tauro. Ya sea por bienintencionado o por inepto, Humala no intentó aplicar la
receta para
concentrar poder. Las élites peruanas parecen haber olvidado cómo maniobra
alguien que
verdaderamente tiene intenciones y posibilidades de atacar al sistema.

125
contribuyeron con sus propue t&S efl asuntos tin específicos como
sector forestal, sistema electoral y relación Ejecutivo-Legislativo.

"

El documento llevó el esperanzac(or


título de «Carta de
Navega-
ción», y fue entregado a Alejandro Toledo en un acto formal poco antes de que
asuma la
presidencia. Pasó sii gobierno, y la mayoría de

12?

011 ta Humala, pero en el chino hubo varias otras propuestas de reforma. El


Instituto Apoyo
trabajó una sesuda Agenda park la Pri-. '
indispensable contar con lo que llaman «superburocracias». Eso es lo que Daron
Acemoglu y James
Robinson llamar la hipótesis de la
mera Década con grupos de trabajo reunidos en torno a propuestas %-* -
ignorancia en su
libro Nnrqné ocninn lot nnciouei⁷°, que le atribuye acerca de salud, corrupción,
educación y
reforma del Poder judicial, -‘(_ — las causas del subdesarrollo a la
ignorancia o
incompetencia de los entre otros varios temas. Agenda Perú planteó también
reformas en -
líderes gubernamentales. Lo único que habría que hacer, según ese
varias áreas, y desde el Estado fueron creados el Consejo Nacional de ‹°/
razonamiento,
es poner tecnócratas eficientes a cargo y dejar que
Competitividad y el dentro Nacional de Planeamiento Estratégico, ” '
diseiíen e
implementen buenas políticas públicas. Por el contrario, que hicieron también sus
respectivos
planes. Además, los economis- -• nosotros no creemos eri la
hipótesis de la
ignorancia, y pensamos tas y ministros del gobierno nacionalista Piero Ghezzi y
José Gallar-
'*-/ -°- que quienes la esgrimen no han respondido una pregunta previa:
do publicaron
también sus propuestas para el crecimiento de largo ’' -/› ¿por qué los
políticos no
llenar el Estado de buenos tecnócratas? plazo en un libro muy comentado.
De modo que
en los últimos O mejor año: ¿por qué incluso cuando
excepcionalmente reclutas
quince aíios, buenas propuestas es lo que menos ha faltado. La gran '\
a uno para
lidera un ministerio o agencia estatal no suele llegar pregunta es por qué
no se
implementan. \'- /' c° muy lejos»
(solo basta ver los
resultados de los tímidos intentos de
- reforma del régimen laboral juvenil o del régimen prev'1siona1 para
Varias de 1as personas que nos hicieron comentarios a este libro “ - .--
independientes de
los ministros de Economía Alonso Segura y Luis cuando era solo un manuscrito nos
sugirieron
incluir propuestas de " '“' Miguel Castilla, respectivamente, durante el
gobierno
nacionalista). reforma: cómo aumentar la productividad, cómo eliminar la infor-

malidad qué hacer con la inseguridad ciudadana, cómo mejorar la


descentralización, etc. lo lo
hemos hecho porque creemos que no necesitamos más propuestas, y si hubiésemos
incluído alguna no
te- ' nemos duda de que sufriría el mismo destino que las mencionadas
' líneas arriba.

lucha gente inteligente y que ha invertido tiempo en pensar- lo cree que la


respuesta a la
pregunta de por qué no se implemen- ta las reformas es que no hay buenos gerentes
en el Estado,
que la mediocridad de los políticos sin ideas y burócratas incompetentes que
son los que
copan los cargos públicos es lo que impide

!!' 130
Acemoglo y Robinson explican que el principal obstácu.lo para el desarrollo no
es la ignorancia
o incompetencia de los políticos. Sus políticas públicas deficientes y sus
torpezas no ocurren
por falta de conocimiento o incapacidad, sino porque no le rindes cuentas a nadie.
Es un problema
institucional. Las reglas de juego bajo las que funcionar los políticos no los
castigar si no
usan los recursos del Estado con honradez para construir capacidades de
gestión estatal a
través del reclutarriiento y retención de buenos profesionales y el

71 Ghezzi y Gallardo 20 l3.


72 Acemoglu y Robinson 2012.
131

diseno de procesos eficientes de gestión pública. Y tampOCO lOS pre- miau si lo


hacen, por cierto.
' quien así los premiará con el acceso temporal al poder, el objetivo máximo
del juego
político.

En todos los países del mundo, los políticos implementan ini- '
Sin embargo,
una vez alcanzado el poder, la tentación de usarlo
ciativas torpes o contraproducentes, pero solo en los pises con up '‘‘
para quedarse o
favorecer intereses particulares es muy alta. Por eso
sistema político disfuncional estas malas decisiones son persistentes - °.1
necesitamos
un sistema judicial independiente y eficaz, que asegure
y se corrigen tarde, mal o nunca. Los limeiíos deberíamos recordar •,
la igualdad de
todos los peruanos ante la ley, que defienda al ciuda-

esto todos los días cuando salimos a la calle y comprobamos que a _


dano del intento de cualquier autoridad de vulnerar sus derechos y
pesar de que existen varias propuestas de reforma del transporte aún -—
que vigile con
celo protector que nadie se valga de los bienes públi-

no se corrige el caos que se formó con la liberalización del transporte publico


llevada a cabo
durante el gobierno de Fujimori.

El calarnitoso estado de la educación y salud publicas son el re- ' sultado de


décadas de
persistencia de malas decisiones que no se 1 corrigen no por falta de
ideas, sino por
ausencia de incentivos. Y la - - misma razón explica por qué seguimos
atrapados en la trampa
de la -
cos para lograr beneficios privados. Solo así los ciudadanos podemos
- seguir siendo el centro de las políticas públicas incluso cuando no es época
electoral.

Frente a estas dos carencias fund entales los peruanos hemos sido indolentes.

baja productividad a pesar de que hay muchísimas propuestas inteli- - -


gentes acerca de qué
hacer para superarla. ‘

Los políticos no se esfuerzan por poner al Estado al servicio del ciudadano y


aumentar su
bienestar a tzaué:s de buenas políticas pú- blicas porque los ciudad os no
tenemos mecanismos
eficientes para presionarlos y exigirlo, mecanismos que consisten, primero, en
parti- dos políticos
sólidos y estables, regidos por una democracia interna, que representen a un sector
importante del
electorado y establezcan vínculos orgánicos con la sociedad civil qu.e les otorguen
legitimidad y
relevancia. Como explicamos en el capítulo 4, solo así es posible que los
partidos se esfuerces
seri ente por cultivar la preferencia de sus votantes en el tiempo, que
mantengan consistencia
en sus po- líticas y logren resultados de gobierno relevantes para el ciudadano,

132
Gracias a que vivimos una de las inflaciones más altas en la his- toria mundial
aprendimos a exigir
un Banco Central independiente y competente y políticas macroeconómicas prudentes.
Gracias tam-
bién a que una serie de videos pusieron en evidencia cómo el régi- men de Fujimori
prostituyó a la
prensa y la puso a su servicio hemos aprendido a defender la libertad de prensa.

Pero hemos confundido eso con institucionalidad. En lugar de en sistema de


partidos que organice,
priorice y canalice nuestras de- mandas, tenemos a un gremio empresmial que
presiona al Gobierno
cada vez que da la menor seíial de que podría desviarse de la ortodo- xia
económica. En lugar de un
sistema judicial operativo, defende- rnos de los medios de comunicación para
investigar, hacer
denuncias y mover a la ciudadanía contra atropellos a sus derechos. Chos son

sustitutos extremadamente deficientes y limitados, parches con los que


esperamos sostener
instituciones frágiles e incompletas.

Si los empresarios tienen los incentivos si son tan poderosos como para
empujar al
Gobierno a emprender reformas en otras áreas, ni los medios tienen los
recursos, los
incentivos ni el control ciudadano como para ser los únicos defensores de nuestros
derechos.

Prácticamente dependemos de la Confiep, KJ Comercio, La Re- pública y RPP para


que los políticos
construyan biirocracias compe- tentes y pongan en marcha políticas públicas que nos
conduzcan al
desarrollo económico. Solo cuando se desnuda esta realidad se puede entender lo
vacía que es
nuestra expectativa de progreso si no hace- mos cada al respecto. El Perú está
calato, y no hemos
querido verlo.

¿fJué mos espera?

Si nuestra instituciona1ic(ad chicha no ha colapsado ha sido gracias al crecimiento


económico
acelerado que vivimos entre 2003 y 2013, pero en el nuevo entorno global, que
navegamos sin
factores ex- ternos que nos impulsen, sin viento a favor, se puede desbaratar si
caemos en las
trampas descritas a lo largo de este libro.

¡‘ La trampa del falso milagro nos hace ser


complacientes y sub-
estimas nuestros riesgos y carencias, pues vemos en el a ance de la década dorada
la prueba de
que el país está bien encaminado. Así, no nos dedicamos a corregir con urgencia
nuestros problemas
políticos, cuya solución es la que nos llevará a implementar las reformas para
crecer Z % o más de
forma sostenida.

-/ ‘/.

'

-‹
La trampa de la baja productividad se combina con la trampa de la informalidad para
frustrar las
expectativas de progreso de la gran mayoría de peruanos que han sido marginados de
las
oportunidades de mejora material, situación que en el nuevo entorno se hará más
aguda. Ambas
trampas hacen que el electorado sea impaciente, que no quiera esperar a la
resolución de problemas
complejos y más bien sea más receptivo a propuestas clientelistas o populistas que
prome- ten un
alivio rápido.

"- La trampa de la incapacidad del Estado para imponer segu- ridad


aumenta la
desesperación de un grupo grande de personas que se sienten desprotegidas y
vulnerables frente a
la c(elincuen- cia y el crecimiento de actividades ilícitas, y también permite la
infiltración
en el Estado de intereses oscuros, que merman aún
-‘ más sus capacidades.

" Estas tres últimas trampas en conjunto además hacen que sea
más difícil
gobernar el país, pueden generar un aumento en las pro- testas por parte de una
población
descontada, que exige soluciones, y terminar en más y mayores conflictos.

Las tropas de la debilidad de los partidos y de la ilegitimidad de los poderes del


Estado abren el
espacio para que la frustración y sentimiento de abandono sean aprovechados por
políticos corruptos
dispuestos a prometer lo que sea con tal de llegar al poder, y una vez en él lo
utilizan para
beneficio propio. Eso debilita aún más la capacidad de respuesta del Estado, e
incluso puede
llevar a que el próximo presidente del Perú sea alguien cuyo objetivo principal
sea concentrar
poder y asegurar su perm encia en él.

135

De seguir en el rumbo actual, vemos tres escenarios posibles pára %


como parece
serlo el exministro del Interior Daniel Urresti que las elecciones de 2016 y
los próximos
cinco aíios. En el más opti- ‹% Ñ/= una vez alcanza el poder comienza a usar
los recursos del
Estado para mista, el candidato que captura el voto producto de la frustración,
inflar
su aprobación y a maniobrar contra los débiles contrapesos clientelista y
populista 11
émoslo voto antisistema comete de- '•. % -; que lo enfrentan. Fasarl
os cinco años
en la incertidurribre de si masiados errores, la oposición no se fragmenta, los
cancfidatos que lo
-‘' } grará atornillarse en la presidencia, dando por descontado que en
enfrentan
conducen buenas campaíias y el gremio empresarial y } el camino la
economía y las
instituciones sufrirán mucho, y nuestro medios lograr alertar a la población de los
peligros de
retroceder. Qi ' '“ ' retroceso como país será cosa segura.
pasar a segunda vuelta dos c didatos que no representan un peligro
institucional. Sin embargo,
el nuevo gobernante enfrenta el desafío de hacer reformas con un Congreso mediocre
y corrupto,
gobiernos

subnacionales incapaces y poco cooperativos, y una población muy descontada, que no


cree en sus
promesas de mejora. El resultado es que flotamos durante cinco aíios, con
avances pequeíios,
ninguna reforma relevante, crecimiento mediocre y sin perspectivas de mejo-

) _.
A pesar de lo que decimos líneas arriba no somos pesimistas. Más bien somos
optimistas
porque creemos que no es tarde para sacar al Perú de estas trampas y evitar
fracasar en su
aspiración de desarrollarse económicamente, pero todo depende de los ciudadanos. Si
usted ha

ra, rogando que en las elecciones del bicentenario no salga elegido


un antisistema.
En el escenario conservador, el voto antisistema es importante y el país se
divide, como en
las elecciones de 2011. El candidato tisistema pierde, pero el nuevo gobernante
encuentra una
nación demasiado polarizada, impaciente y conflictiva, que lo pone a la de- fensiva
desde que asume
la presidencia. Para mantener la paz social es necesario que cancele proyectos de
inversión y que
ponga en mar- cha políticas populistas. El país retrocede un poco, la economía se
hace más
ineficiente, menos productiva, no hay visos de mejora y, al acercarnos al
bicentenario, más bien se
hace difícil que no demos un
salto grande hacia atrás con la elección de un antisistema.

En el escenario pesimista, el candidato antisistema alcanza 1a


presidencia. Este puede ser un populista de izquierda o de derecha
“ llegado hasta acá y al menos hemos logrado ser bzarle la duda acerca '
“ de que
alguno de los males descritos puede jugamos en contra, ya es
_ suficiente para hacer algo al respecto. Si e1 país ha alcarizado este punto
es porque
nosotros, los ciudadanos, lo hemos permitido, lo cual signi-
' '' fica que tenemos la capacidad de cambiar el rumbo.

Para conseguirlo tenemos que lograr un shock institucional, como lo ha


llamado el politólogo
Carlos Meléndez, enfocado en una reforma del sistema de partidos (a través de
las mejoras en
la Ley de Partidos Políticos y la legislación electoral) y de las instituciones
judiciales (Poder
Judicial y Ministerio Público).

lo v os a ser inconsistentes y hacer una nueva propuesta de re- forma. Estas


ya existen. En
2012 Fernando Tuesta7’ publicó un informe

73 Tuesta 2012.

137

que daba cuenta de las propuestas de cambio a la Ley de Partidos Po{¡ ' -
tidos de verdadero alc ce nacional (que no solo participen en las

ticos hechas por un grupo de trabajo formado por congresistas de


os ,q
elecciones presidenciales, sino que también sean muy activos en la

los partidos relevantes y enriquecido con aportes de reuniones llevado °’


política regional y local) y estables eri el tiempo (con una representa-

a cabo en varias ciudades del Perú y un seminario internacional sobró - “"


'% CiÓn congresal que no se pulverice en cada elección y con capacidad

fin ci ento de partidos. Sus recomendaciones son en esencia 1ntty ’ /‘ -°


similares a las que hace el politólogo Martíntanakaen su libro De o-
<< !o +Jn @oWJ&i⁷‘, publicado en 2005. Desde fines de 2014 el Jurád %
Nacional de Elecciones ya está impulsandoalgunos c bios electorales. ‘
Lo Sismo ocurre con la reforma del Poder Judicial y el Viniste-
RÍO Público. En 2003 el Congreso aprobó la creación de una comi- ' -
-% pza colocar candidatos regularmente en elecciones subnacionaíes).
Deben también evitar la multiplicación de organizaciones indivi- fi.
dualistas y localistas.

' Lo segundo es la representatividad de esos partidos. Para que no í-


sean capturados
por intereses particulares tienen que implementar mecanismos efectivos de
democracia interna que
faciliten la renova-

sión especial para la reforma del sistema de justicia (Ceriajus), for-


mada por 16 especialistas y representantes de todas 1as instituciones
do '. ción de líderes y los mantengan en sintonía con las necesidades del
segmento del
electorado cuyo apoyo quieren cultivar. El funciona-

jurídicas del país, que en 200d presentó un plan integral con 170 -/
proyectos de mejora. Muy poco es lo que se implementó a pesar de ‘‘ “ que estos
proyectos ya
contaban con el consenso de buena parte de
miento de estos mecanismos tiene que ser auditado por entidades confiables. Solo
partidos
estables, de gran alcance, y representativos
- pueden ser buenos vehículos para canalizar demandas ciudadanas

1os expertos e involucrados. Al mismo tiempo, habido muchas pro-


puestas y experiencias de reforma en la región, exitosas y fallidas, de las cuales
se pueden
extraer lecciones.

Si bien no tiene sentido volver a hacer una propuesta, sí es im- port te


especificar qué es lo
que deberíamos exigir como objetivos del shock institucional. Creemos que las
reformas deberían
aspirar a
10 £ar cuatro cambios fundamentales para tener instituciones políti- cas y
judiciales conducentes
al desarrollo.

Lo primero es el fortalecimiento y concentración de los partidos políticos. Las


reglas de
juego deben premiar la formación de par-

74 Tanaka 2005.

138
' .’
- . . .
as en po iticas publLCas que generen bienestar.

Lo tercero es mejorar la calidad de los jueces y fiscales por medio de una carrera
judicial
meritocrática, que premie a quienes se desem- peíían con independencia y eficacia,
y sancione de
forma expeditiva a los que no, además de que permita reclutar a personas competen-
tes, honradas y
con vocación de servicio.
Finalmente, dotar de transparencia a 1as instituciones judiciales (Poder Judicial,
Ministerio
Publico y Consejo Nacional de la Ma- gistratura) para que su trabajo sea
siempre visible
al ciudadano y le rindo cuentas a la sociedad civil. Muchas veces se confunde,
la independencia
con la ausencia de rendición de cuentas. La inde- pendencia es un medio para
que las
instituciones judiciales logren el

139

fin de garantizar los derechos de los ciudadanos y su igualdad ante‘


la ley, no una cortina para ocultarse de la vigilancia de la sociedad. ‘
La sociedad civil debe poder tener acceso fácil a toda la información -
relevante para evaluar el trabajo de jueces, fiscales y magistrados del
ciudadanos en general no lograremos prₑsionar ₐ́ los políticos park qu.e lo
implementen. El rol
de cada uno es crítico en esto.
-.
Los empresarios tienen que dejar de darle la espalda a los proble-
Consejo Nacional de la Magistratura.
‘'?
mas institucionales del país.

Desde inicios de la c(écada de 2000 ha habido intentos de lograr


El politólogo Steven Levitsky’5 ha sugerido que la élite empresa-
avances que conduzcan a estos objetivos, por ejemplo, con la Ley ‘' “
rial y económica
en el Peru ha estado acostumbrada a proteger sus

de Partidos Políticos de 2003 y la Ley de Carrera Judicial de 2009, pero en la


mayoría de los
casos y ciertamente en estos dos ejem- plos las leyes han diluido el
espíritu de las
reformas al eliminar o
modificar las disposiciones que las hacían efectivas.
'.

También ha habido intentos aislados de hacer cambios especí- ficos, como las
discusiones que
resurgeri cada cierto tiempo sobre
intereses sin necesitar de un partido político de derecha democrática ' fuerte.
Desde Fujimori
que aplicó la política de shock a contra- corriente de todo su discurso
populista de
campaña— hasta Hu- mala que a ultimo momento c bió su gran transformación
por
la inofensiva hoja de ruta ningun gobierno ha representado una
amenaza seria a los intereses empresariales. Por esta razón y 1a creen- cia
equivocada de que la
política no afecta a la economía, el sector

la bicameralidad, la eliminación del voto preferencial, la no reelec-


ción de autoridades subnacioriales y la curul vacía (las dos últimas aprobadas
por el Congreso a
inicios de 2015). Pero estos cambios solos, si no son parte de una reforma
integral, no solo no
lograría avances, sino quizá causarían retrocesos. Sin partidos fuertes, por
ejemplo, la no
reelección de autoridades puede castigar a los polí- ticos competentes que sí
se esfuerzan por
hacer un buen gobierno local y desincentivarlos a que participen en política,
mientras que
seguirá alentando a los políticos cuya aspiración es abusar del poder mientras
dure, eri lugar de
reelegirse (que parece ser 1o que ya ocurre dada 1a bajísima tasa de reelección).

Para efectiv ente impulsar y exigir una reforma integral, este shock
institucional requiere
una movilización potente de la sociedad civil. Sin la participación activa de
empresarios, medios
de prensa y

! ' 140
' empresarial no ha visto la necesidad de invertir en el fortalecimiento de la

institucionalidad en el Perú.

De otro lado, organizaciones fund entales para conducir el es- fuerzo


ciudadano de
consolidación institucional como Transparen- cia, Ciudadanos al Día o Proética,
entre otras, han
sido descuidadas por la élite económica, al punto al que algunas incluso han
tenido serios apuros
financieros para costear sus actividades más básicas.

Esta situación debe cambiar. Los empresarios tienen que to- mar el liderazgo y
contribuir con
orgₐ́nÍzₐ́ciones que fortalezcan la capacidad de la sociedad civil para influir en
las reglas de
juego políticas, lo que requiere no solo hacer aportes monetarios, sino

75 Levitsky 2012.

141

%
participar en el debate y la conducción de estos esfuerzos, y hacer -%
.. . . ’ '*•
suya la agenda del cambio institucional. Los pronunciamiₑntO
públicos de los gremios de empresas, de los líderes del sector piie @q vado, no
deberían
limitarse solo a asuntos económicos o sectorÍá-
les, como ha s'ido el caso en los ultimos aíios, sino tomar la baturá
y ponér en agenda la reforma institucional porque no solo es bud- »-ü

! ¿w Todos deberíamos comenzo a presionar al Ejecutivo, a congre-


. . .
sÍstás y candidatos para comprometerlos con el shock institucional.
Si Es necesario, todos podemos salir a la calle a exigir que los pOlíticos
gobiernen para
procurar el bienestar ciudadano como
- prioridad e irriplemeriten reformas que impulsen nuestro desarro-
llo Económico. Desde las marchas por la paz en Colombia en 2013
.
va per se: es indispensable para el desarrollo económico. En
esá
?p.
hástalas protestas estudiantiles en Chile durante 2011 y eri Brasil en

dirección, temas clave como el nombramiento de los magistrados del Consejo


Nacional de la
Magistratura el ente ericargádo de ”
2013, hay muestras de que no necesitamos organizaciones complejas ni comenzar con
actos
multitudinarios. Los peruanos recientemente
nombrar y remover jueces y fiscales deberían estar en los pri- - °.-
lo hicimos
también con las movilizaciones contra la «repartija» de

iríamos lugares de agenda de los grerriios.

Por su parte, los medios de prensa tienen que darle mucho más
importancia a la discusión sobre reformas institucionales. Temas cla-
ve como la Ley de Carrera Judicial o las propuestas del Jurado la- ” "
cargos eri el Congreso, y muchos los atrás nos organizarnos para
/- Ü. salir a las calles y obligar al expresidente Fujimori a convocar elec-
ciones. Si los
ciudadanos podemos salir a marchar para rechazar a la
«telev'isión basura», ¿por qué no podemos hacerlo contra las institu-
“ ciones bamba?
cional de Elecciones han sido mu.y poco cubiertas por los medios de ‘“ '- % -
lo solo
podemos, sino que tenemos que hacernos escuchar y

prensa más importantes. En una sociedad con ausencia de líderes y organizaciones


de base vigorosas
y confiables, el ro1 de los medios se ' vuelve crítico en la promoción del
debate y la
formación de cruda- danía. Los medios tienen que desarrollar competenc'1as internas
para
-r exigir a los políticos una agenda de reformas institucionales que '
cambien las
reglas de juego bajo las que operan. Solo necesitamos '.‘ que un grupo inicial
de personas
preocupadas por su país comience a encender la chispa. Cualquiera de nosotros puede
estar en ese
gru-
reportar con conocimiento, profundidad y precisión sobre los pro- -
po. De esta manera
los ciudadanos podemos empoderar a organiza-

blemas políticos y judiciales, y su impacto sobre el ciudadano, con


e1 fin de alertarlo sobre propuestas engaíiosas y reformas sin dientes.

Finalmente los ciudadanos podemos apuntalar este esfuerzo de


‘‘ ciones nuevas o actuales de la sociedad civil para que nos sirvan de
lat OflTla para impulso el stock institucional. Es imprescindible
‘— que logremos que esto se convierta en el tema central de las próximas
e1ecc‘1ones.
manera simple y efectiva. Hoy cualquiera puede crear un hashtag “!-
ingenioso y echar a anda unacorriente de opinión favorable a estos ‘- .
Lo
que requerirnos es un frente común de ciudadanos, medios y
temas eri redes sociales. Cualquiera puede escribir al Twitter de un

empresarios para exigir y comprometer a los políticos a que prioricen


candidato y preguntarle cuál es su propuesta de reforma judicial o
’\ el
shock institucional, abran la discusión, convoquen a los mejores
del Ministerio Público.

expertos e implementen las medidas necesarias.

Vencer nuestra apatía es lo único que necesitamos para convc

con nosotros adentro. Vestir al Perú para que pueda desarrollarse una tarea que nos
involucra a
todos.

Epilogo
La ficción que IlO querefIlOS
convertir en realidad

También podría gustarte