Está en la página 1de 6

Comunidad Apostólica Hosanna

Redes de Discipulado
Lección del 15 al 21 de agosto de 2021
Apóstol Edwin Álvarez

FE EN MEDIO DE LA CRISIS II

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos
como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a
tus hermanos. El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino
también a la muerte. Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú
niegues tres veces que me conoces”. (Lucas 22:31-34)

ZARANDEADOS

Pedro experimentaba una crisis de tal magnitud, que el mismo no era consciente
de su dimensión. Aunque Pedro había sido advertido por el Señor Jesús de que
satanás le había pedido para ser zarandeado, Simón no les dio la importancia
debida a las palabras de su Maestro, por falta de discernimiento espiritual.

En nuestro estudio de la fe para la semana recién concluida iniciamos la


consideración de la “FE EN MEDIO DE LA CRISIS”.  A n de refrescar ideas,
recordamos que zarandear es mover una cosa en varias direcciones con rapidez y
energía, de manera que quien zarandea tiene el control sobre lo que es
zarandeado.

El propósito de satanás al solicitar permiso para zarandear a Pedro era debilitar


su fe. Seguidamente vimos que la fe verdadera discierne cuando Dios nos dice
algo muy importante y actúa en consecuencia. Vimos los siete casos de la Biblia,
incluido el de Simón, Simón, en los que Dios menciona dos veces el nombre de la
misma persona, indicando con ello la importancia superlativa de lo que le está
diciendo o/y de lo que Dios está haciendo con esa persona. Finalmente, vimos
que la fe reconoce contra quién es su batalla. “Satanás os ha pedido para
zarandearos”, nos indica claramente, en boca de Jesús, contra quien batallamos
en tiempos en los que estamos siendo zarandeados, esto es, tiempos de crisis,
mismos que pueden representar pruebas a nuestra fe.

fi

Esta semana continuaremos nuestro estudio de la FE EN MEDIO DE LA CRISIS


analizando el pasaje que fundamenta esta meditación enfocando la actitud de
Jesús.

LA FE AFECTA TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA.

“Yo he rogado por ti, que tu fe no falte”. Además de la oración, que es el tema
evidente en esta frase, subyace el tema de la fe. “Que tu fe no falte”.  Jesús revela
su concepto sobre el ataque de Satanás a Pedro indicando que el punto central
del con icto era la fe. El diablo, como Jesús, reconoce que la fe afecta todas las
áreas de la vida de un discípulo. Al atacar la fe, subsecuentemente, ataca el gozo,
la paz, la paciencia, la mansedumbre, la templanza y todas las virtudes de quienes
hemos entregado nuestra vida a Jesús. La crisis de Pedro, la que también
afectaba a todos los discípulos, era básicamente una crisis de fe.

Cuando estamos en tiempos de prueba o a icción la virtud primariamente


atacada es la fe, porque de ella dependen todas las demás. De manera que en
tiempos difíciles lo más importante es sostener, alimentar, alentar y levantar la fe.
Es entonces, cuando la acción de la Palabra de Dios, la fuente de la fe, el papel
de la oración y la gracia que imparte el Espíritu Santo son fundamentales para
resistir y gozarse aún en la tribulación, de manera que podamos alabar al Señor
con adamente.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. (Romanos 10:17)
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. (Romanos
8:26-27)
“De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo
que me pueda hacer el hombre”. (Hebreos 13:6)

Al citar Hebreos 13:6 quiero aprovechar la oportunidad para resaltar un principio


de estudio bíblico. Si leemos el versículo cinco comprendemos que Pablo el autor
de la Epístola a los Hebreos está citando promesas que Dios dio a su pueblo por
medio de Moisés, en Deuteronomio 31:6-8, y a Josué, en Josué 1:5. Para
fundamentar la solidez de su fe, razón por la cual dice: “por lo cual podemos
decir con adamente”. “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de
ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y
llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque

fi

fl

fi

fl

tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se
la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides”. (Deuteronomio 31:6-8) “Nadie te podrá hacer
frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré,
ni te desampararé”. (Josué 1:5)
Remarco, pues, la necesidad de sostener la fe en y por las promesas de la Palabra
de Dios, alentar la fe por medio de la oración e invocar a Dios el auxilio del
Espíritu Santo, Quien nos fortalece y nos guía a pedir como conviene. Amén

LA FE DETERMINA LOS RESULTADOS.

El nal de un tiempo de crisis sea este un periodo de prueba, de ataque o de


confusión espiritual, será determinado por la fe o la ausencia de esta. Mis pupilas
espirituales son tan atraídas por un luminoso, y a la vez oscuro detalle:  la triple
referencia que hace Lucas a satanás en el capítulo 22 de su evangelio. “Y entró
Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce”.
(Lucas 22:3) “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo”. (22:31) “Habiendo estado con vosotros cada día en el
templo, no extendisteis las manos contra mí; más esta es vuestra hora, y la potestad de la
tinieblas”. (22:53)

La primera referencia tiene que ver con el momento en que satanás entró en el
corazón de Judas.
La segunda referencia es el material de nuestro estudio, cuando satanás pide a
Pedro para zarandearlo.
La tercera referencia a satanás recoge las palabras que Jesús expresa cuando ha
sido arrestado en Getsemaní. “La hora y la potestad de las tinieblas” se re ere al
ataque directo de satanás a la vida de nuestro Salvador.

Hagamos una confrontación didáctica entre la actitud de Judas y la de Pedro,


ambos en un tiempo de crisis y ambos bajo el asedio de satanás. Judas vendió su
Maestro, en tanto que Pedro negó a su Señor. El nal de ambos demuestra
claramente como la fe es el factor clave para determinar el resultado. “Entonces
Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las
treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he
pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros?
¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”. (Mateo
27:3-5)

fi

fi

fi

El arrepentimiento de Judas por haber vendido al Señor fue ante sí mismo, no


ante Dios. Judas estaba arrepentido únicamente en el sentido de qué su acción
no logró el propósito que él deseaba. A Judas le faltó el arrepentimiento sincero
por haber actuado en contra de la voluntad de Dios.

En Judas prevalece el espíritu de Caín, quien aun cuando ofreció ofrendas a Dios,
presentó frutos de la tierra, y no una ofrenda con derramamiento de sangre,
como Dios lo había establecido. Así como la ofrenda de Caín carecía de fe en lo
establecido por Dios, el arrepentimiento de Judas carecía de fe en la capacidad
divina de perdonar. La ausencia de fe en la actitud de Judas determinó su
resultado.  Dos mil años después de aquel suceso, nos duele todavía recordar
que, con una actitud diferente, una actitud de fe, el nal de Judas habría sido
otro.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad”. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y
si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. (1ª
Juan 1:9, 2:1)

Sin duda alguna Judas conocía estas Escrituras:


“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño”. (Salmos 32:1-2)
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana”. (Isaías 1:18)
“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su
heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá
a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo
del mar todos nuestros pecados”. (Miqueas 7:18-19)
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a
Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado”. (Salmos 32:5)

Qué desastroso el nal de Judas, habiendo tenido acceso al perdón, si se hubiera


arrepentido con fe. De ninguna manera el pecado de Judas fue mayor que el de
Pedro. Ante Dios todos somos pecadores y uno solo de nuestros pecados basta
para enviarnos al in erno. La capacidad de levantarse y aceptar el perdón de Dios
reside en la fe.

Por el contrario, Pedro lloró amargamente después de haber negado que era
discípulo de Jesús. Esta negación fue obra del zarandeo de satanás, tanto como
la traición de Judas. La diferencia en el nal de Pedro en relación con Judas está

fi
fi

fi

fi

en el arrepentimiento que acepta por fe la Palabra de Dios. Las mismas Escrituras


que Judas conocía sobre el perdón, puesto que son parte del Antiguo
Testamento, eran las mismas Escrituras que conocía Pedro. Evidentemente, más
allá de su depresión por su fracaso, Pedro se levanta aceptando el perdón de
Dios por la fe.

En Pedro actúa el espíritu de Abel, quien, como Caín, ofreció igualmente


ofrendas a Dios, pero siguiendo el precepto de la Palabra divina, “sin
derramamiento de sangre no se hace remisión”. (Hebreos 9:22) Espero que mi
limitado Español me haya ayudado a comunicar que la fe determinará el
resultado nal de nuestro proceso. En el con icto espiritual no valen ni
conocimientos humanos, ni armas naturales, ni recursos terrenales. En tiempos de
crisis nos levantamos por fe. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. (1ª Juan 5:4)

LA FE SE FORTALECE EN LA ORACIÓN.

“Yo he rogado por ti, que tu fe no falte “. Volvemos a la declaración de Jesús ante la
crisis de Pedro y descubrimos el papel que tiene la oración para sostener la fe en
tiempos difíciles. Después de anunciar el ataque de satanás sobre todos sus
discípulos, y declarar la negación de Pedro, Jesús se dirigió a Getsemaní con los
tres discípulos de su círculo más íntimo, Pedro, Juan y Jacobo, con el propósito
de orar intensamente.  Jesús era plenamente consciente de la magnitud de la
crisis espiritual que se estaba viviendo, crisis por la que Él mismo atravesaba: “mi
alma está muy triste, hasta la muerte”. Jesús encontró en la oración el refugio para
la terrible tormenta espiritual que atravesaba, y a la vez presentó a sus discípulos
de rodillas en el altar. Nuestras versiones traducen “yo he rogado por ti“, para
conservar el orden gramatical, siendo que se está dirigiendo a Pedro, pero en el
original griego de Lucas la expresión literal dice: “yo he rogado por vosotros”,
expresión que incluye a todos sus apóstoles. En realidad, Jesús no oró
únicamente por Pedro, Jesús oró por todos los discípulos que le acompañaron en
la última cena.

La oración fortalece la fe porque el fundamento para orar es la Palabra de Dios.


Dios no escuchará ni una sola vocal en oración, que esté fuera de la revelación
divina contenida en Su Santa Palabra. Sin embargo, Dios si está atento al clamor
de los suyos cuando oramos sustentados en lo que establece la Palabra de Dios.

La oración fortalece la fe porque genera el ambiente en donde se mueve el


Espíritu Santo. Vuelvo a citar Romanos 8:26-27 “Y de igual manera el Espíritu nos

fi

fl

ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que
escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos”.
“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”. (Hechos 4:31)

Son muchas las referencias bíblicas en el Nuevo Testamento de la unión espiritual


indisoluble que hay entre la oración y el Espíritu Santo, y como la oración activa el
ministerio del Paracleto Divino.

En sus duras pruebas David se fortaleció en fe orando. Jesús se fortaleció en fe


orando en Getsemaní, de donde salió para enfrentar su destino en la cruz.
Amados(as): La fe se fortalece en la oración. Sencillamente, orar y orar. Ora, ora,
ora y no te canses de orar. “Orad sin cesar”. (1ª Tesalonicenses 5:17)

Oro que esta enseñanza nos sirva para asimilar que la fe afecta todos los aspectos
de nuestra vida, que la fe determina el resultado nal de todo proceso y que la fe
se fortalece en la oración. Amén

Aplicación personal:

¿Con qué aspecto de esta lección te identi cas más?


_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

¿Qué áreas de tu vida están siendo afectadas en esta época?


_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

¿Por qué el resultado nal de Judas y Pedro fue tan diferente, si ambos pecaron?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

¿Cómo de nes tu vida de oración?


_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

fi

fi

fi
fi

También podría gustarte