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EL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN

Se requieren ocho pasos para realizar el Proceso de Comunicación


efectivamente, sin importar si éste se realiza utilizando el habla, señales
manuales, imágenes ilustradas o cualquier otro medio de comunicación o tipo
de lenguaje. Estos pasos son:

1. Desarrollo de una idea.- Este primer paso es el que le da sentido a la


comunicación, puesto que primero se debe reflexionar y desarrollar la idea
que se desea transmitir con determinada intención, si esto no existiera la
comunicación no tendría caso.

2. Codificación.- El segundo paso consiste en codificar o cifrar el mensaje,


es decir, ponerlo en un código común para emisor y receptor: palabras (de un
idioma común), gráficas u otros símbolos conocidos por ambos
interlocutores. En este momento se elige también el tipo de lenguaje que se
utilizará: oral, escrito, gráfico, mímico, etc. y el formato específico: oficio,
circular, memorándum, póster, folleto, llamada telefónica, dibujo, video, etc.

3. Transmisión.- Una vez desarrollado y elaborado el mensaje, se


transmite en el lenguaje, formato y código seleccionado, enviándolo a través
de un Canal o vehículo de transmisión, eligiendo el canal más adecuado, que
no tenga barreras y previniendo o controlando las interferencias.

4. Recepción.- El paso anterior permite a otra persona recibir el mensaje a


través de un Canal de recepción; los canales naturales de recepción son los
órganos de los sentidos: vista, oído, olfato, tacto y gusto. Entre más órganos
sensoriales intervengan en la recepción, mejor se recibirá el mensaje, pero
esto no es una garantía; el receptor debe estar dispuesto a recibir el
mensaje, para que éste llegue más fácilmente. Si el receptor no funciona
bien, o pone una barrera mental, el mensaje se pierde.

5. Descifrado o Decodificación.- En este paso del proceso el receptor


descifra el mensaje, lo decodifica e interpreta, logrando crear o más bien
reconstruir una idea del mensaje. Si esa idea es equivalente a lo que
transmitió el emisor se puede lograr la comprensión del mismo.

6. Aceptación.- Una vez que el mensaje ha sido recibido, descifrado e


interpretado, entonces viene la oportunidad de aceptarlo o rechazarlo, lo cual
constituye el sexto paso. La aceptación es una decisión personal que admite
grados y depende de la forma en que fue percibido el mensaje, la apreciación
que se hace de su exactitud, la opinión previa o prejuicio que se tenga sobre
el mismo, la autoridad del emisor y las propias creencias y valores del
receptor y sus implicaciones. Si el mensaje es aceptado, entonces se logra
el efecto deseado y el verdadero establecimiento de la comunicación.

7. Uso.- Este es el paso decisivo de acción, la reacción que se logra en el


receptor y el uso que él le da a la información contenida en el mensaje
recibido.

8. Retroalimentación.- La retroalimentación es el paso final que cierra el


circuito con la respuesta del receptor, que en este momento toma el papel de
emisor, estableciendo así una interacción bilateral: la Comunicación en Dos
Direcciones. Si la retroalimentación no se diera, entonces la comunicación no
se estableció plenamente y sólo se quedó a nivel unilateral como
información. Retroalimentación es el término que se utiliza precisamente para
llamar a la información recurrente o información de regreso, y es muy
necesaria porque es la que indica al emisor si el mensaje fue recibido, si fue
bien interpretado, si se aceptó y utilizó. Cuando la comunicación es completa,
ambos interlocutores estarán más satisfechos, se evitará la frustración y se
podrá acordar mejor la relación personal o laboral que se tenga, mejorando
consecuentemente los resultados de la relación.

La comunicación requiere un clima de confianza, y es muy importante no


defraudar a los demás para que una buena comunicación se pueda dar, ya
sea en el terreno personal o profesional.

NIVELES DE LA COMUNICACIÓN

Existen algunos niveles de la comunicación que conviene destacar para su


fácil comprensión:

Nivel intrapersonal: es aquella comunicación que llevamos con nosotros


mismos, intervienen solamente el pensamiento y el lenguaje, como por
ejemplo, cuando nos lenvantamos y nos decimos a nosotros mismos "¿cómo
me voy a vestir para ir a mi trabajo?", o bien, cuando tenemos algún
problema con alguien y nos decimos! ”Pero le voy a decir tal cosa!".
Nivel interpersonal: no es otra cosa que aquel acto comunicativo que se
pone en práctica entre dos a más personas.

Nivel grupal: se refiere a grupos más o menos considerables de quince a


veinte personas como máximo.

Nivel masivo: es como su nombre lo dice la que se da en grandes masas,


muestra de ello la que circula a través de los medios electrónicos de
comunicación.

Barreras que obstaculizan la buena comunicación

Existen otros factores muy importantes que debemos de conocer para poder
llevar a la práctica una buena comunicación y son las siguientes barreras:

Barrera psicológica: es aquella en la que interviene la actitud por parte del


emisor o receptor, y todo depende de que sea positiva o negativa para que
se pueda llevar de manera correcta de tal forma que convenga a todas las
partes.

Barrera semántica: (la semántica estudia el sentido de las palabras) no es


otra cosa que poner en práctica el código que debe ser comprensible entre
las partes que intervienen en el proceso, así, si hablo inglés me comunicaré
en esa lengua, si soy sordomudo lo haré por medio del código de las
señales. El mal hábito en la escritura es también parte de esta barrera.

Barreras ambientales: no es otra cosa que las condiciones del lugar en el


que se lleve a cabo la comunicación, por ejemplo, la sala de la casa es fría o
caliente.

Barreras fisiológica: es la que se refiere meramente a los problemas de tipo


físico, como son un dolor, de pierna, de cabeza, poca visión, sordera, poca
capacidad para hablar, entre otras

Barrera administrativa: son todos aquellos malos hábitos comunicativos


que se suscitan las empresas.

Áreas de aplicación

Podríamos decir que la comunicación es la madre de todas las ciencias,


debido a la aplicación que tiene en la vida diaria de todo individuo; así,
vemos su intervención en las relaciones interpersonales, en la industria, en
las artes, en el medio artístico, en la política, en la religión y por supuesto en
los medios de comunicación masiva.

LA COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA

La comunicación oral se produce por el canal auditivo y es la forma de


expresión más común del ser humano, sin embargo la comunicación escrita
se realiza a través del canal visual, y transmite mediante la lectura una
información más precisa que la que se produce oralmente.

En una cadena hablada el receptor percibe los sonidos en palabras y


oraciones, en muchas ocasiones sabe cuándo empieza la conversación pero
no cuándo termina. En cambio en un texto escrito el receptor percibe el texto
en su totalidad y esto le permite calcular el tiempo de su lectura.

En la comunicación oral la conversación es espontánea, el emisor no tiene


tiempo para pensar lo que está diciendo, y una vez dicha no puede borrarla,
ya que elabora y emite el mensaje de forma simultánea.

En la comunicación escrita, el emisor tiene tiempo de sobra para meditar


sobre lo que está escribiendo, puede corregir o rectificar, leer, borrar y volver
a escribir antes de que el mensaje llegue al receptor. A su vez, el receptor
puede elegir los tiempos que se tomará para leer el texto, puede volver a él
cuantas veces quiera y puede ratificar o rectificar la comprensión del mismo.

La comunicación escrita es duradera, ya que las letras se inscriben en


soportes materiales que permanecen en el tiempo. La comunicación oral es
efímera, no sólo porque el sonido es perceptible en forma momentánea y
luego desaparece, sino también porque la memoria de los receptores y aun
de los emisores es incapaz de recordar todo lo hablado.

La comunicación verbal se apoya en gran número de códigos verbales como


la entonación de la voz, los gestos, los movimientos corporales, la
vestimenta, etcétera, mientras que las comunicaciones escritas no los utilizan
y deben desarrollar recursos lingüísticos para trasmitir estos significados.

Finalmente, la comunicación oral está acompañada por los contextos


extraverbales necesarios para su comprensión: la situación comunicativa, las
características del emisor y del receptor, el momento y el lugar en que se
produce, etc., las cuales no necesitan ser explicitadas.

En cambio, los textos escritos suelen ser autónomos de los contextos


específicos en que se encuentra el autor en el momento de escribirlos y el
lector en el momento de leerlos. Si es necesario para la comprensión textual,
los autores de textos escritos deben crear verbalmente los contextos para
que el lector pueda ubicarse.

Mientras que en la comunicación oral reconocemos rasgos del hablante por


su uso de la lengua, de dónde es, a qué grupo social pertenece, el nivel
cultural…En la comunicación escrita hay una tendencia a eliminar las
variantes lingüísticas regionales y los registros familiar y coloquial, y a utilizar
el registro estándar de la lengua.

En resumen podemos establecer que el lenguaje oral tiene un uso más


coloquial del lenguaje, cargado de connotaciones regionales, sociales etc en
oposición al escrito, usado en un contexto más formal y para temas
específicos.

En las producciones escritas el nivel de coherencia es mayor, se organiza la


información distinguiendo el tema principal de los secundarios, se evitan las
repeticiones y las incongruencias, además responden a ciertas estructuras
según las intenciones del autor.

Por lo contrario cuando hablamos se producen cambios de temas, pausas,


repeticiones, incoherencias…En los textos orales, los elementos supra-
segmentales adquieren un papel relevante, elementos tales como la
entonación, el acento, el ritmo, los gestos, la visión aportan información a la
conversación.Algunos elementos gramaticales, como los pronombres,
refieren directamente a un objeto extralingüístico (en una charla, pueden
utilizarse palabras o expresiones tales como “aquí”, ”lo vi salir”, “ahora te
traigo el libro”, sin haber mencionado previamente el lugar, el nombre de la
persona o el momento).

En los textos escritos la conexión siempre está dada por elementos gráficos
(signos de puntuación) y gramaticales, conectores lógicos y semánticos,
pronominalizaciones, sinónimos, etc. Estos elementos lingüísticos siempre
están referidos a palabras ya mencionadas en el mismo texto.
Si tenemos en cuenta el léxico, las siguientes diferencias pueden ser
mencionadas:

El lenguaje oral permite el uso de:

- palabras hiperónimas con función de comodines (palabras como “cosa”,


“désto”, “ecir” son utilizadas para reemplazar nombres de cosas, ideas,
personas, lugares o cuestiones generales que aparecen en la conversación)
y por lo tanto, es infrecuente el uso de vocablos con significados específicos;

- tics lingüísticos y muletillas (“o sea”, “bueno”, “¿si?”) con función de


enlaces, aunque no concuerden con la conexión lógica;

- onomatopeyas, frases hechas y refranes;

- la repetición léxica.El lenguaje escrito presenta mayor densidad léxica y


conceptual, y se caracteriza por:

- eliminar elementos lingüísticos que no tengan un contenido semántico


específico (muletillas);

- eliminar repeticiones léxicas mediante el uso de sinónimos;

- utilizar los vocablos en su acepción semántica más formal y precis

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