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IX OLIMPIADAS FILOSÓFICAS – UPTC 2021

Democracia, justicia social y felicidad.

Modalidad de participación Ponencia

Título del trabajo Ser feliz

Nombre del estudiante María Paula Vásquez Pinzón

Grado Once

Trabajo orientado por los profesores Oscar Javier Puerto Uribe


Alyson Natalia Vásquez Solano

Institución Educativa Colegio La presentación

Ciudad Duitama

Año 2021
Ponencia

Ser feliz

María Paula Vásquez Pinzón

Once

Oscar Javier Puerto Uribe

Alyson Natalia Vásquez Solano

Colegio La presentación

Duitama

2021
Ser Feliz

Resumen

Colombia se ha convertido en escenario de corrupción y desigualdad. Estudiantes,


mujeres, líderes sociales, se ven amenazados por ser, simplemente, ellos mismos. Y aún
desde espacios de privilegio, en relativa seguridad, se respira intranquilidad. La presente
ponencia analiza las posibilidades de una felicidad completa bajo estas circunstancias,
estudiando, primero, unas cuantas nociones que suelen asociarse al término. Se detiene en
los muchos obstáculos para alcanzarla. Se alimenta de una elocuente cita respecto a
Aristóteles, para terminar con una sugerencia al lector.

Palabras Clave:

Democracia, justicia social, felicidad, libertad, autoridad

Abstract

Colombia has become a scenery of corruption and inequality. Students, women, social
leaders, are threatened by simply being themselves. And even from privileged spaces, in
relative safety, there is uneasiness. This presentation analyzes the possibilities of
complete happiness under these circumstances, studying, first, a few notions that are
usually associated with the word. It stares at the many obstacles to achieve complete
happiness. Builds over an excellent quote about Aristotle, ending with a suggestion to the
reader.

Keywords:

Democracy, social justice, happiness, freedom, authority.


Como miembros de la sociedad estamos sometidos tanto a la ley, como a las
circunstancias. Según la Constitución política, Colombia es “un estado social de derecho
[...] fundado en el respeto de la dignidad humana [...] y en la prevalencia del interés
general” (1991, art.1). Sin embargo, parece que solo está escrito. En abril del 2021, la
“Ley de solidaridad sostenible” impulsada por el gobierno desató largas manifestaciones
¿La razón? Afectaba a la clase media y baja, jóvenes, trabajadores y población vulnerable.
Era todo menos una mejora al sistema económico. Injusticias sociales como esta hacen
tambalear la balanza en la que ponemos la propia felicidad, hacen cuestionarse, cuán libre
puede ser dicha felicidad. En el presente escrito se comenzará con una breve
caracterización de la felicidad desde tres criterios. Se observará, luego, el problema
central de la supervivencia y la cotidianidad para alcanzar la felicidad. Acto seguido, se
defenderá la idea de que la felicidad es alcanzable, partiendo de un análisis de Aristóteles.
Por último, se ofrecerá una recomendación al lector.

La felicidad no puede percibirse, es intangible. Pero no es infinita. La felicidad no es


concedida por la mera existencia, y sí acaba siempre llegada la muerte. Es1, además,
susceptible a la constante búsqueda de sentido de nuestra razón. Las preguntas que surgen
de la consciencia de la propia mortalidad, imponen fines sobre nuestra felicidad. Todo
ello nos lleva a otra cuestión: Si se persiguieran trofeos iguales, los caminos serían los
mismos. Pero, las personas en su búsqueda ponen su felicidad en el poder, la riqueza, el
consumismo, el dar y recibir, etc. Y la diferencia en los objetivos puede explicarse sólo
en la subjetividad. El tiempo forja pensamientos, personalidades e ideales individuales
que influyen en nuestra toma de decisiones.

Cada persona ha de satisfacer sus necesidades básicas, como son la salud, alimentación,
descanso y refugio. Estas y muchas más son el principio de la supervivencia.
Supervivencia que influye, necesariamente, en la felicidad individual. La mayoría de ellas,
en teoría, son garantizadas por el estado2. Pero con ese mismo estado, fruto de la
convivencia, vienen nuevos límites para la felicidad. En primer lugar, la cotidianidad, en
la que se olvidan los deseos individuales. Las ambiciones se modelan según los requisitos
impuestos. La identidad de los ciudadanos se transforma hasta que no se reconocen entre
ellos mismos. Por otra parte, las injusticias sociales, que pintan de inalcanzable una

1. Felicidad
2. Gracias al gasto público
felicidad completa.
Porque si se es feliz en un mundo justo, el bien general prevalece sobre el individual.
Pero si se es feliz en un mundo injusto, se es feliz a pesar del gobierno que
instrumentaliza a su pueblo para el bien de unos pocos. ¿Cómo es feliz el prototipo de
ciudadano?

Aristóteles plasma su pensamiento respecto a la felicidad en varios libros de la Ética a


Nicómaco. Jean Paul Margot, (2007), licenciado en Filosofía y director de asuntos
culturales en la Alianza Colombo Francesa de Bogotá, resume sus disertaciones
hábilmente en una cita3: “La felicidad señala la perfecta satisfacción [...]”. En efecto,
existe satisfacción en los excesos como insatisfacción en no hacer lo que se desea. Pero,
sólo el justo medio entre los placeres mundanos y la completa abstinencia puede
constituir una felicidad duradera. “La felicidad señala [...] la plenitud del hombre que ha
alcanzado el completo desarrollo de su ser verdadero”. Una meta como esta solo es
posible para aquel que ha tomado partido de su propia vida. Además, para Aristóteles,
según Jean Paul, tendría que desarrollarse “en plena conformidad consigo mismo y con el
orden del cosmos” ¿Cómo se obtiene esa conformidad consigo mismo? A lo mejor
generando un cambio para el futuro, aportando algo propio en todo lo que se hace ¿Cómo,
entonces, se actúa de acuerdo al orden del cosmos? Al ser consciente, por ejemplo, de
que vivir en este mundo no es tan fácil como parece, reconociendo las circunstancias que
están fuera del control individual, y al plantearse objetivos realistas.

Margot afirma que la felicidad, para Aristóteles, “es a la vez el fin supremo y el sentido
de la existencia humana [...] (un fruto) que se independiza del tiempo cuando se alcanza”.
Si algo es el fin supremo y el sentido de la existencia, entonces, no se puede renunciar a
ese algo. Ahora bien, sólo es posible ser feliz si hay voluntad de existir. Por lo tanto, es
imperativo contar con dicha voluntad, y no solucionar la infelicidad con la inexistencia.
Margot finaliza proclamando que, desde la visión aristotélica, la felicidad “no es un don
gratuito”, lo que es cierto, pues el desarrollo del ser verdadero requiere compromiso; y sí
“es el fruto de toda una vida moral”. Quizá la mejor forma de llevar esa vida moral, es el
hacerse responsable de las propias decisiones y aceptar sus consecuencias.

Esta ponencia comienza preguntándose si la felicidad es alcanzable. Cuestiona qué clase


de felicidad, si alguna, es posible ¿Será una enteramente libre o una apresada por la moral?

4. Felicidad
¿Será asequible a aquellos rodeados por innumerables injusticias? Para responder, se
repasan unas cuantas ideas previas. Se exponen, luego, obstáculos para la felicidad. Y se
desglosa una visión de la Ética a Nicómaco, para apoyar una perspectiva optimista del
asunto. Para la suerte del lector, la evaluación de las adversidades le resultará más curiosa
que desalentadora. Pues, ni las necesidades básicas, ni la opresión social, ni la
satisfacción imperfecta, ni la cotidianidad, ni los abusos del poder, podrán erradicar del
todo su anhelo de una felicidad completa. Como tampoco, el no conseguir todos sus
objetivos, le condenaría a una vida infeliz. A decir verdad, dicen más de la felicidad sus
deseos, que los objetos que desea. Un mismo objeto provoca a unos emoción y a otra
angustia. La felicidad tiene mucho que ver con la identidad. Por ello, la voluntad como el
conocimiento de sí mismo son indispensables para alcanzarla. En palabras de Jean Paul
Margot, “La felicidad señala [...] la plenitud del hombre que ha alcanzado el completo
desarrollo de su ser verdadero”.

Siendo la intangible felicidad tan subjetiva, se podría pensar que sólo se llega a reconocer
la propia4. Sin embargo, se puede percibir las emociones del otro mediante la empatía.
Según el Diccionario Filosófico de Centeno, la empatía es “La identificación mental y
sobre todo afectiva de un sujeto con el estado anímico del otro”. En otras palabras,
empatizar es ponerse en los zapatos del otro. Hacerlo es lo que permite apreciar la
injusticia, tanto siendo víctima, como siendo espectador. La mente humana no es una
burbuja que resista sobre sí el peso del cosmos. Presenciar violaciones de derechos
humanos, evidentemente, socava el bienestar emocional de una persona. Pero, a pesar de
lo no utópico de la sociedad y de lo finito de la existencia, en la ponencia aún se declara
la felicidad como alcanzable. Incluso se sugiere eludir las adversidades viviendo el
presente, en una búsqueda del justo medio; y afrontar la mortalidad con planes realistas
para alcanzar los deseos realmente propios.

3. La felicidad señala la perfecta satisfacción, la plenitud del hombre que ha alcanzado el


completo desarrollo de su ser verdadero, en plena conformidad consigo mismo y con el
orden del cosmos. La felicidad, que es a la vez el fin supremo y el sentido de la existencia
humana, no es un don gratuito; es el fruto de toda una vida moral, que se independiza del
tiempo cuando se alcanza. (Jean Paul Margot, 2007, p. 60)
Referencias Bibliográficas

De Colombia, C. P. (1991). Constitución política de Colombia. Bogotá, Colombia: Leyer,


1.

Margot, J. P. (2007). La felicidad. Praxis filosófica, (25), 55-80.

Centeno, S. (2019). Empatía. En Diccionario filosófico de Centeno. Recuperado el 25 de


septiembre, 2021, en https://sites.google.com/site/diccionariodecenteno/e/empatia

4. Felicidad

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