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LA OBRA DE DIOS EN NOSOTROS

Filipenses 1:1-11
¿Recuerdas cuando conociste a Cristo? Quizás fue hace muchos años. Quizás fue hace poco. Quizás no has dado
tu vida a Cristo y debes hacerlo hoy. Cuando conocemos a Cristo nuestra vida es cambiada internamente o
espiritualmente. Dios nos da su paz, su perdón y la vida eterna. Así comienza esta nueva vida. Pero es solo el
comienzo. De aquí en adelante vamos creciendo en nuestra fe en Cristo. Hay un compañerismo (unión) entre el
Señor y nosotros.

Después de más de 10 años de ser seguidor de Cristo ha habido muchos cambios en mi vida. Ha habido muchas
luchas y sigo aprendiendo lo que es seguirle, obedecerle y amarle. La obra de Dios en mi continúa en mi vida. Y
continuará en tu vida también. De esto se trata esta sección en Filipenses 1.

Filipenses fue escrito a la iglesia que Pablo fundó en su segundo viaje misionero (mirar Hechos 16:11-40) entre
los años 60-63 d.C. durante su tiempo de prisión en Roma. La carta está dirigida a todos los “santos “por virtud
de su relación con Cristo lo cual incluye el liderato que debe pastorear la iglesia (Fil. 1:1-2). Pablo se introduce
como “siervo” junto con Timoteo. Pablo sabe que solo Cristo es Señor y él es siervo haciendo Su voluntad.

Es una carta muy personal, quizás la más personal de todas las que escribió Pablo. Es una carta Cristo-céntrica
(“Cristo” aparece 29 veces – e.g. Fil.1:13, 14, 26, 29; 2:1, 5, 19, 24, 29; 3:1, 4, 9, 14; 4:1, 4, 6-7, 10, 13, 17, 21) Es
una carta que nos enseña: cómo vivir con gozo, pensar como Cristo. cómo ser colaboradores en el evangelio
con nuestra vida. El libro de Filipenses nos enseña mucho de cómo debemos vivir como creyentes tanto dentro
como fuera de la iglesia. ¡Nos va a retar mucho! ¡Así que prepárate para obedecer!

Hay varias razones por las cuales escribió esta carta:

1. Para animarlos a recibir a Epafrodito que había llevado un regalo a Pablo de parte de la iglesia. El se enfermó en el
transcurso y demoró mucho más volver a Filipo. Fil. 2:25-30 (Philippians 2)
Phil. 2:25-30
2. Agradecer a la iglesia por su ayuda económico que le habían brindado. Fil. 1:5; 4:15, 2 Cor. 8:1 (Phil. 1:5; 4:15)
3. Animar a la iglesia a la unidad en Cristo. Dos mujeres de la iglesia, Evodia y Síntique tenían problemas y estaban
causando falta de unidad en la Iglesia. Fil. 4:2 (Phil. 4:2)
4. Advertirles sobre los falsos maestros que infiltran la iglesia. Fil. 3:2 (Phil. 3:2)

*Creo que esta es una obra excelente, pero esta no se compara a la obra que Dios ha comenzado en tu vida. A
Dios le costó su Hijo Unigénito para salvarte. Él dio lo más preciado. Pero no solo te salvo de la condenación
eterna, sino que ha comenzado a hacer la obra de Él en tu vida y mi vida. Y esta obra no solo es para tu beneficio
exclusivo sino para el beneficio de la comunidad de creyentes, la Iglesia de Cristo. Pero también es beneficio
para aquellos que todavía no lo conocen. Todo esto tiene un valor eterno porque considera y valora el destino
eterno de cada persona.

En esta mañana queremos aprender cómo Dios está haciendo su obra espiritual en nosotros. ¿Qué significa
que “Él está haciendo la obra” en nosotros? ¿Cómo lo está haciendo la obra en nosotros? Pablo a través de su
relación con la iglesia en Filipos nos muestra como el Señor lo estaba haciendo en ellos y como lo hace en
nosotros.

1. SU OBRA SE PERFECCIONA EN NUESTRA VIDA CUANDO CONOCEMOS A CRISTO. VV. 1-6

A. La Gracia y la Paz de Dios v. 2


“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”

Pablo comienza con una bendición que la “gracia y paz… de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” sea sobre
la iglesia. Todos los que hemos creído en Cristo como nuestro Señor y Salvador hemos experimentado su gracia
(Efe. 2:8-9) y su paz de parte de Dios y de nuestro Señor Jesucristo (Rom. 5:1).

La gracia (el favor inmerecido de Dios) y paz ambas vienen de Dios y son parte de nuestro crecimiento
espiritual. A medida que vivimos en obediencia a Dios crecemos en su gracia, las características o evidencia de
que hemos creído en Él. Si tu vida no demuestra evidencia de la gracia de Dios es quizás porque no eres
creyente en Cristo. Cuando creemos en Cristo la evidencia de la gracia de Dios es evidente. Muestra nuestro
amor a Dios. Su paz viene a medida que seguimos confiando y dependiendo en Él cada momento de nuestra
vida. Esta gracia y paz se muestra en nuestra relación unos con otros. Así comienza la obra de Dios en
nosotros.

B. La oración vv. 3-4

La oración (peticiones a favor de ellos) es parte fundamental de la obra de Dios en nosotros para nuestro
crecimiento hasta llegar a la perfección eterna.

Pablo al orar por la iglesia en Filipos ora “siempre” y “en todas sus oraciones”. No es algo esporádico. Pablo
estaba comprometido a orar por toda la iglesia y la manera de orar nos enseña aún más. No sabemos cuándo
tiempo oraba, pero nos da una idea de que Pablo era un hombre de oración. Y no solo oraba por una iglesia,
oraba por varias. Mirar Rom. 1:9; Ep. 3:14; Col. 1:3; 1 Th.. 1:2
No solo esto, sino que lo hacía cada vez que oraba. ¿Cómo oraba?

1. Oraba con gratitud v. 3

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros”

Pablo ora dando gracias al recordarse de ellos. La memoria que tenía de ellos cuando creyeron en Cristo diez
años atrás era buena y oraba dando gracias a Dios por ellos. ¡Qué hermoso que Pablo recuerda ese día cuando
escucharon la verdad de Cristo y decidieron seguirle!

Es así que yo debo orar por ustedes y ustedes por mí. Si no puedes dar gracias por la persona que oras, algo
anda mal en tu vida.

2. Oraba con gozo v. 4

“siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros”

Orar con gozo es muy diferente a orar con alegría. “Gozo” viene de la palabra “chara” o “jará” como se
pronuncia en español. Su derivado es de la palabra “charis” que significa gracia. Gozo no es felicidad la cual está
basada en circunstancias y es subjetiva.

El gozo es fruto de la gracia de Dios y del Espíritu Santo. No está basado en las circunstancias sino en nuestra
posición en Cristo como Hijos de Dios. El gozo de Dios está basado en la seguridad y confianza (fe) en Dios. Pablo
oraba por todos los de la iglesia con este gozo. Así igual debemos “rogar” en oración unos por otros. Quizás
digas que Pablo era el “apóstol” y fundador de la iglesia así que no aplica a ti individualmente. Eso es trabajo del
pastor. Pablo está enseñándoles con su ejemplo y va a también instruirles a través de esta carta.

C. Certeza en la buena obra de Dios v. 6


“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo”

Pablo estaba convencido, seguro, confiado de la “buena obra” que Dios había comenzado en la iglesia de Filipos
sería perfeccionada hasta “el día de Jesucristo.”

¿Qué es esa buena obra que Dios ha comenzado en nosotros como iglesia?

1. Su obra en mi es iniciada por Cristo.

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra”

Dios comenzó una “nueva obra” en nosotros su iglesia el momento en que creímos en nuestro Señor Jesucristo
como nuestro Salvador. Esta obra es una completa transformación. 1 Pedro 1:23 dice que fuimos nacido de
nuevo por medio de una “semilla incorruptible”. Esto quiere decir que nuestra nueva vida en Cristo es
permanente. Esta vida va progresivamente creciendo y perfeccionándose hasta la venida de Cristo. Dios es fiel, y
terminará lo que comenzó en nosotros. ¡Seremos una iglesia perfecta!

¡Qué diferente somos nosotros! Comenzamos, pero no queremos terminar o queremos terminar a nuestra
manera.

2. Su obra en mi es perfeccionada en Cristo

“La perfeccionará hasta el día de Jesucristo”

Ha este proceso de perfección le llamamos santificación. Significa que Dios nos está enseñando como iglesia a
ser cada vez más como Cristo dejando la pasada manera de vivir. Es un proceso que toma toda la vida o hasta
que Cristo venga. No es un proceso fácil ya que el pecado con sus hábitos, costumbres, actitudes, y acciones
están arraigados en nuestro ser. Debemos entender que nuestra santificación o falta de ella nos afecta a todos.
Cuando vivimos vidas santas y agradable a Dios nos afecta a todos. Y cuando no vivimos en santidad también
nos afecta. Esto implica que debemos corregirnos unos a otros para ayudarnos a dejar que el Señor siga
haciendo la obra en nosotros. Ciertamente este es mi trabajo, pero también es tu trabajo.

El hecho que es progresivo no debe ser excusa para seguir en nuestras necedades, seguir estancados en
nuestro pecado. Debemos de crecer y madurar en todas nuestras áreas. Miraremos mucho más en este libro
sobre cómo se lleva a cabo esto en nuestras vidas y como esto nos ayuda en nuestro llamado se ser y hacer
discípulos de Cristo.

Pablo a través de su relación con la iglesia en Filipos nos muestra como el Señor está haciendo la obra en ellos y
como lo hace en nosotros. Hasta aquí hemos visto que Dios lo comienza su obra en las personas cuando
conocen a Jesucristo. Este proceso dura toda la vida. Hay dos maneras más.

2. SU OBRA NOS INVOLUCRA A PARTICIPAR EN EL EVANGELIO. VV.7-8

Pablo usa la palabra “koinonia” que se traduce “compañerismo” en español para hablar de como la obra de Dios
envuelve una participación mutua o compañerismo mutuo. Este compañerismo que tiene su base en nuestra
unión en Cristo (desde que creímos) es más que disfrutar tiempo juntos con personas que nos quieren o ser
amigos en Cristo. Es más que tener un tiempo de comida compartida, visitas, afecto mutuo de amistad. Este
compañerismo que nos ayudará llevar a cabo la obra de Dios en nosotros envuelve más que esto.

A. Compañerismo en el evangelio Fil. 1:5, 7; 4:15


Pablo expresa el gozo que es orar por los Filipenses y lo que justamente siente (con su ejemplo está mostrando
la actitud que ellos deben tener unos con otros) porque les tiene en su corazón, en sus prisiones “y en la defensa
y confirmación del evangelio”. Todos ellos son “participantes” o compañeros de la gracia desde el primer día en
que creyeron en Cristo. 

¿Qué quiere decir esto? Primero, que la iglesia de Filipos entendió la misión de compartir las Buenas Nuevas
de Salvación a todas las naciones desde su nacimiento. ¿No debe ser esto así en cada iglesia, pero
especialmente la nuestra?

Segundo, no solo lo entendían, sino que ayudaron a Pablo dándole el apoyo espiritual y moral y con la ayuda
económica. Fue la iglesia que fue más constante en apoyarlo a través de su ministerio (Fil. 4:15). Todos nosotros
en esta iglesia debemos apoyar en todas formas lo que estamos llevando a cabo aquí en la Nueva Jerusalén
(esto quiere decir que entendemos que es nuestra misión y que estamos comprometidos a ella). 

Tercero, estaban activamente envueltos no solo defendiendo el evangelio que Pablo predicaba, sino que lo
estaban viviendo y compartiendo. Ellos también estaban teniendo los mismos conflictos que Pablo tenía por
compartir el evangelio. Phil. 1:30

¡Esto es compañerismo en el evangelio! No era simplemente ayudar a Pablo orando por él y brindándole ayuda
económica. Ellos estaban viviendo lo que Pablo les había compartido. Esto es lo que debe ser el caso en nuestra
iglesia. Todos estamos unidos en la misión de ser y hacer discípulos. No es solo el trabajo del pastor o líderes . El
enfoque no es tampoco en nuestras necesidades como consumidores. Cuando comenzamos a ver lo no nos
dan o hacen las personas de la iglesia para o por nosotros perdemos el propósito por el cual Dios formó la
iglesia. Existimos para compartir el evangelio con otros a través de toda nuestra vida. La expresión verbal y el
modelo de vida son indispensables para llevarlo a cabo. Esto hacía la Iglesia de Filipos.

Esto hacía que Pablo expresara aún más su amor hacia ellos:

“Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.” v. 8

Este amor no era superficial sino profundo arraigado en el evangelio de Cristo. Hoy día el amor entre nosotros
es superficial. Amamos porque nos aman o cuando demuestran amor. Amamos porque queremos ser amados.
Amamos porque queremos recibir algo. No amamos porque nos une el propósito que tenemos de vivir y
compartir el evangelio con todo el mundo. Necesitamos amarnos con el “entrañable amor de Jesucristo”.
¡Señor enséñanos a amar así! 

Dios quiere usarnos para ser “luminares en el mundo” que resplandecemos en una “generación maligna.” (Fil.
2:15) La obra de Dios en nosotros no solo envuelve entender y estar persuadido que Dios está llevando a cabo la
perfección en nuestra vida, sino que vivimos en misión para compartir con otros el evangelio.

¡Esta es la clase de compañerismo que necesitamos y que Dios nos manda a tener en Cristo! El resultado será
que el amor de Dios rebosará entre nosotros.

B. Compañerismo en el Espíritu – Fil. 2:1-2

Esta relación de colaboración en el evangelio es obra del Espíritu Santo. Cuando no sucede es porque estamos
viviendo de acuerdo a nuestros deseos. Pero cuando sucede es porque nos estamos sometiendo al Espíritu
Santo.
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si
algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo
amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.”

El compañerismo en el evangelio es una unión que viene a través del Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo que nos
guía, nos da poder y nos usa al compartir con otros y nos une en un mismo sentir. Esto se puede destruir con la
desunión y falta de armonía. Esto comenzaba a suceder en Filipos y Pablo tiene que mencionarles por nombre
en la carta que debía ser leída a todos. Debemos someternos al Espíritu Santo de Dios para tener compañerismo
en el evangelio.

Además, debemos tener,

C. Compañerismo en el sufrimiento de Cristo  Fil. 3:10

“a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser


semejante a él en su muerte”

Cuando compartimos el evangelio a través de nuestras vidas diarias en todo lugar, y alumbramos con nuestras
vidas las vidas de aquellos que no conocen a Cristo podemos esperar sufrimiento. Cuando, como iglesia estamos
envueltos en esta misión compartimos el fruto de ver a personas conocer a Cristo. Compartimos el fruto de ver
personas crecer en Cristo, pero también compartimos nuestro sufrir en Cristo. No pensemos que estaremos en
este mundo sin experimentar pruebas, luchas y aun sufrimiento. Esto no es bíblico. Y no pensemos tampoco
que el sufrimiento viene por experiencias difíciles. Los sufrimientos de Pablo fueron por causa del evangelio y
venían de personas que le tenían envidia o aun querían matarlo por hablar en contra de la religión judía.
Habrá personas que te odiarán y te harán sufrir porque vives para Cristo.

Es a través del sufrimiento que conocemos más a Cristo. Es a través del sufrimiento que crecemos más en
Cristo. Y en ese sufrimiento no solo tenemos comunión o compañerismo con Cristo sino unos con otros.

¿Cómo funciona esto prácticamente? 

Si esto no es parte natural de tu diario vivir te estás perdiendo de la obra que Dios quiere hacer en tu vida.
¡Quizás por eso te sientes apático a la obra de Dios en ti ¡Quizás por esto te sientes aburrido, deprimido,
cansado, lejos, enojado y tienes un espíritu de crítica! ¡No estás viviendo el plan de Dios para tu vida!

Recuerda que el enfoque de estos momentos es tener comunión en lo que Dios está haciendo a través del
evangelio en tu vida y en mi vida. ¡No es para quejarnos, para buscar nuestros intereses personales o para
criticarnos! Esto es exactamente lo que Pablo corrige a la iglesia de Filipo a NO hacer.

La obra de perfección comienza cuando conocemos a Cristo, sigue desarrollándose a través de nuestra
participación en vivir y comunicar el evangelio, pero también

3. SU OBRA NOS ENVUELVE EN AMOR QUE PRODUCE UN CARÁCTER ESPIRITUAL VV. 9-11

Para que la obra de Dios sea una realidad en nuestras vidas, deber haber crecimiento en nuestro desarrollo
espiritual. Entiendo que hay muchos que son parte de nuestra iglesia que viene de lugares diferentes y de
iglesias diferentes. Sin embargo, tu deseo debe ser el crecer en Cristo. Tu deseo debe ser que haga la obra en
tu vida y tu vida produzca carácter espiritual.  Estoy convencido que Dios te trajo a ti y a mi aquí. Pero también
creo que no te trajo para que te estaciones en tu vida espiritual. Tampoco te trajo para que andes a toda
velocidad causando choques y daños. Té trajo para que crezcas espiritualmente. Si este no es tu deseo quizás
estés en la iglesia equivocada. 

La clave para el carácter espiritual es el amor de Jesucristo. Miremos que Pablo ha dicho que ama a los
Filipenses con el entrañable amor de Jesucristo en el versículo 8 y ahora en el versículo 9 ora para que ellos
tengan ese amor en abundancia.

A. Basado en entendimiento y discernimiento v. 9

“Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento”

Pablo ora que el amor de los Filipenses “abunde más y más”. Pero este amor no es un amor superficial ni
emocional ni subjetivo. Es un amor basado en “ciencia y en todo conocimiento”. La palabra “ciencia” significa
“entendimiento” o el hecho de entender o saber algo. La palabra “conocimiento” se puede traducir como
“discernimiento” y da a entender lo que es bueno y malo.

El amor que debemos tener unos a otros y en cual debemos crecer es un amor basado no en emociones o
percepciones que tenemos. Nuestro amor debe estar basado en el entendimiento y el conocimiento de lo
bueno y malo basado en la Palabra de Dios. El amor no es amor ciego, un amor que no tiene base en la verdad
de Dios.

Recordemos que nuestro entendimiento y conocimiento está afectado por el pecado y muchas veces vamos a
equivocarnos en lo que nosotros pensamos que es amar y es por esto que debemos guiarnos por la Palabra de
Dios.  

B. Teniendo como resultado v. 10-11a

1. la comprobación de lo mejor v. 10a

“para que aprobéis lo mejor”

Cuando amamos con el amor de Dios basado en su verdad podemos experimentar lo mejor de Dios. La razón
porque no experimentamos las mejores cosas de Dios es porque seguimos aferrados a nuestra manera de
amar. Solo el amor de Cristo nos da esa libertad para experimentar lo mejor de Dios en nuestras vidas. Si sigues
aferrado a tu camino no experimentarás lo mejor de Dios.

2. Pureza en nuestra vida v. 10b

“a fin de que seáis sinceros”

Cuando nuestro amor está basado en el entendimiento y conocimiento de Dios basado en su Palabra nuestro
carácter será puro. La idea de la palabra “sincero” es la de la luz que muestra la realidad. Porque la Palabra de
Dios sacará a luz lo que no es amor. Esto producirá en nosotros carácter que evidentemente mostrará
sinceridad, algo que no tiene contaminación, que es puro. 

Cuando “amamos” a otros y renegamos antes, durante o después no es el amor sincero de Dios.

Cuando amamos con el amor de Dios produce sinceridad, pureza, no pretendemos y nuestras motivaciones
hacia otros son correctas. No cuestionamos todo lo que otros hacen ni hacemos algo por ellos con duplicidad.
Esto no es amor, esto es lo opuesto. San Pablo nos dice en Romanos 12:9 “El amor sea sin fingimiento.
Aborreced lo malo, seguid lo bueno.”
Entendamos también que el texto no dice que debemos decirles a otros todo lo que pensamos usando el
pretexto de ser “sinceros”. Esto si ofende a la otra persona es pecado. Nuestras emociones deben sujetarse a
la Palabra de Dios y no darles rienda suelta.

Nos falta mucho en la Iglesia de Cristo hoy. El mundo es experto en identificar nuestras faltas y una de las más
prominentes es la falta de sinceridad. Ellos pueden ver lo que somos y lo que aparentamos ser. Cuando ven que
estos no concuerdan nos acusan con razón. La falta de sinceridad les repela de nosotros y perdemos nuestra
credibilidad.

3. Ser irreprensibles ante Dios v. 10c

“e irreprensibles para el día de Cristo”

La idea de “irreprensibles” es de no causar tropiezo (cf. 1 Cor. 10:31). Cuando amamos basado en el
conocimiento y discernimiento de Dios seremos personas que no causaremos que otros tropiecen .
Constantemente estaremos evaluando nuestro caminar conforme a lo que Dios dice, cuidando de que amemos
de acuerdo a su verdad. El amor tiene cuidado de que no hagamos a otros tropezar. 

Si hay algo en que fallamos y hemos fallado como iglesia es en esto. Esto ocasiona que creyentes tropiecen y no
quieran seguir a Cristo. La oración de Pablo es que tengamos un amor que nos lleve a ser irreprensibles, sin
tropiezo hasta el día que Cristo venga. La teología de Pablo que motiva a una vida que es digna del Señor la
presenta en sus escritos a la luz de la venida de Cristo. La oración es que cuando el día de Cristo venga pueda
ver nuestra fidelidad como comunidad (no personas individuales) de creyentes unida en Él.

4. Producir frutos de Justicia en Jesucristo v. 11a

“llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo”

Los frutos de vivir de acuerdo al amor de Dios basado en su verdad es la “justicia” que viene directamente de
nuestro Señor Jesucristo. Es porque permanecemos en Él que podemos producir fruto que es bueno, agradable
y justo delante de sus ojos. Estos frutos o fruto vienen del Espíritu Santo ( Gal. 5:22-23) y no de nuestros
esfuerzos. ¡Jamás produciremos frutos de justicia aparte de nuestra dependencia de Cristo! Es la obra de Dios en
nuestras vidas a través de Cristo que produce una vida con frutos de justicia. Permanecer arraigados en Cristo
produce fruto, comportamiento moralmente y espiritualmente agradable a Dios.

C. El fin de este amor. v. 11b

“para gloria y alabanza de Dios”

El propósito de la obra de Dios en nosotros no es para que nosotros nos sintamos orgullosos. Todo, todo lo que
resulta es “para gloria y alabanza de Dios”. Es la obra de Dios en nosotros y no nosotros en la obra de Dios.

Pablo termina su oración con mucho ánimo confiando en que Dios perfeccionará a cada creyente “para gloria
y alabanza de Dios”. Nosotros tenemos esa misma esperanza. Es tiempo de acercarnos a Dios y arraigarnos en
nuestro Señor Jesucristo para que Él haga su obra en nosotros. Él nos ofrece una manera excelente para vivir en
este mundo que Pablo dice es “perverso”. La mesa está puesta para ti y para mí como SU iglesia. Tú puedes
venir y comer de este banquete o puedes seguir comiendo la comida chatarra.

Junto con Pablo te invito a escojas el camino excelente y superior de Cristo. ¡Vivamos esto juntos como iglesia!

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