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Nicol Alejandra Camargo Cano 1193142

Artículo 86 ARTÍCULO 86º—Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar


ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y
sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de
sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten
vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.
La protección consistirá en una orden para que aquél respecto de quien se solicita la
tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento,
podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la
Corte Constitucional para su eventual revisión. Esta acción sólo procederá cuando
el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquélla se
utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. En ningún
caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución.
La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra
particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta
afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante
se halle en estado de subordinación o indefensión.

Acción de tutela 20191215

Comentario.
El derecho a la protesta no es un derecho más, sino uno de especial relevancia
dentro de cualquier ordenamiento constitucional: se trata de un derecho que nos
ayuda a mantener vivos los restantes derechos. Sin un robusto derecho a la
protesta, todos los demás derechos quedan bajo amenaza, puestos en riesgo. Por
ello resulta sensato designar al derecho a la protesta como “el primer derecho”.

Frente a esas situaciones de conflicto entre derechos, no nos queda más que seguir
razonando. Necesitamos, sin duda, hacer el máximo esfuerzo por acomodar todos
los derechos en tensión entre sí, pero debemos aceptar a la vez que, de forma
habitual, el conflicto de derechos se resuelve recortando algunos de los derechos en
juego.

Hay quienes dirán, como han dicho jueces y políticos en sus peores días, que la
protesta debe limitarse, ya sea para resguardar la democracia, ya sea porque la
democracia se ejerce a través del voto. A ellos habrá que preguntarles, en primer
lugar, en qué idea de democracia están pensando (¿democracia limitada al ejercicio
periódico del voto?). Y enseguida ayudarles a advertir que es al revés de lo que
sugieren: porque pocas cosas nos importan más que la democracia, es que
exigimos el máximo respeto frente a las opiniones de quienes disienten con
nosotros.

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