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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARMEN

Licenciatura en Medicina
PROFESOR TITULAR: Dra. Pamela del Jesús Jimenez Vallejo
CURSO: Geriatría
ALUMNO: Luciano Magaña Jimenez MATRICULA: 161003 FECHA: 01/Oct/2021

REPORTE.
Perla en el abordaje del adulto mayor que llega al servicio de urgencias.
Los ancianos utilizan mucho y de forma adecuada los servicios de urgencias (SU). No existen evidencias que
demuestren la efectividad de un modelo concreto de valoración geriátrica (VG) aplicado en los SU. Sin embargo,
la VG en los SU debería utilizarse adecuándola al entorno y con unos objetivos claros que permitan realizar un
diagnóstico multidimensional y establecer prioridades terapéuticas. La VG aporta beneficios en la continuidad
de cuidados por parte de la atención primaria cuando los ancianos son dados de alta de un SU.
Perlas del delirium intrahospitalario
El delirium es reconocido como un problema de alta relevancia, especialmente en personas mayores, desde el
servicio de urgencia y durante toda la estadía hospitalaria. Se asocia a mayor riesgo de morbilidad, dependencia
funcional, deterioro cognitivo y mortalidad, además de una mayor estadía hospitalaria y costos.
Abatimiento funcional durante la hospitalización temprana
El deterioro funcional hospitalario se caracteriza por la pérdida de, al menos, una de las actividades básicas de
la vida diaria con respecto a la funcionalidad previa al inicio de la enfermedad aguda. Tiene factores de riesgo
asociados que son modificables durante la hospitalización y de ahí la importancia de la identificación temprana
y la intervención oportuna.
Perlas de la nutrición del adulto mayor hospitalizado
El estado nutricional del anciano durante la hospitalización casi siempre empeora, a pesar de los esfuerzos de
proveer una adecuada cantidad de proteínas y calorías. La prevalencia de la malnutrición proteico-calórica se
incrementa con la edad situándose entre el 30 al 70% durante la hospitalización. En los pacientes hospitalizados
adultos mayores el GEB se podrá calcular de la siguiente manera: a) IMC <21=21.4kcal/kg por día. b) IMC
>21=18.4kcal/kg por día. En el anciano hospitalizado el requerimiento energético para el soporte nutricional
podrá calcularse de manera rápida al proporcionar de 24 a 28kcal/kg por día.
Efectos secundarios y conciliación de medicamentos
La conciliación de la medicación es un proceso formal en el cual los profesionales en salud, junto con el
paciente y con el apoyo de diversas herramientas tecnológicas, se aseguran que toda la información acerca de
los diferentes medicamentos que el paciente utiliza en el tratamiento de su patología será transmitida con
precisión cuando este es transferido, ya sea a un nivel de atención distinto o dentro del mismo nivel de
atención con el fin de identificar discrepancias en la medicación que pueden generar efectos adversos o
consecuencias importantes en la salud del paciente.
Los eventos adversos asociados a medicamentos son una categoría que agrupa aquellas situaciones negativas
que experimentan los pacientes hospitalizados relacionados con los tratamientos farmacológicos utilizados
para tratar la o las patologías que padecen, como por ejemplo: efectos secundarios (aquellas reacciones que
no son el efecto farmacológico deseado, que son resultado directo de las características de la molécula del
fármaco), reacciones adversas (efectos nocivos y no deseados a las dosis habituales ), omisiones involuntarias
de tratamientos necesarios o duplicación de los mismos que puede llevar a sobredosificación o interacciones
entre distintos medicamentos. Todos estos casos pueden causar daño al paciente.
Transición hospital-casa/residencia
La transición del cuidado hospitalario al cuidado de Casa/residencia es un momento emocional, en especial
porque la familia se enfrenta a la realidad de la enfermedad o diagnóstico que limita la vida de su ser querido.
Una vez que el paciente es dado de alta, la familia cambia a "un nuevo modo de vida normal" que supone cuidar
del ser querido en casa, una tarea para la cual no suelen tener preparación. Pero ayudamos a los pacientes y
familiares en esta transición al ofrecer un equipo de especialistas en hospicio a su disposición para guiarlos y
apoyarlos en cada etapa del proceso.
Perlas en el abordaje del paciente onco-geriatrico
Cada vez es mayor el número de ancianos con diagnóstico de cáncer que acuden a las consultas de Oncología
Médica. El proceso del envejecimiento y la gran variabilidad existente en la población geriátrica implican que,
para hacer un abordaje adecuado del paciente, se deba considerar la edad fisiológica del anciano, y no su edad
biológica. Para ello, es preciso hacer una evaluación somera, específica e individualizada a cada uno de los
ancianos con diagnóstico de cáncer que acudan a nuestra consulta. La valoración geriátrica integral (VGI) es la
herramienta clave que permite evaluarlos de forma adecuada, e incluso orienta la toma de decisiones
"personalizada" en los ancianos con diagnóstico de cáncer. Dado que la VGI consume mucho tiempo en la
consulta diaria, se están desarrollando distintas herramientas de cribado que permitan acortar la atención al
paciente, al seleccionar aquellos ancianos que deban someterse a una VGI y aquellos en los que esta no sea
necesaria. Se han publicado distintos modelos de VGI en la Oncogeriatría y se han desarrollado distintas
herramientas de cribado de fragilidad; los más conocidos son el cuestionario Vulnerable Elders Survey-13 (VES-
13) y el cuestionario G-8. En este artículo se hace una revisión acerca de la evidencia científica existente en
cuanto a la atención y valoración del anciano oncológico, así como los distintos parámetros de los que se
disponen para la toma de decisiones definitiva. Dichos datos reflejan el papel de la Oncogeriatría como la vía
para ofrecer una atención global óptima a este grupo poblacional.
Alteraciones del sueño durante la hospitalización
l sueño es un proceso fisiológico esencial y que está relacionado directamente con la calidad de vida y sensación
de bienestar de las personas. Un tercio de nuestra vida está dedicada al sueño y pese a que su función primaria
sigue sin ser completamente comprendida, es conocido que un adulto requiere un mínimo de siete horas de
sueño continuo para mantener una homeostasis fisiológica y un comportamiento normal. Los trastornos del
sueño en el paciente adulto mayor hospitalizado han suscitado un creciente interés, ya que pueden aumentar
el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y psiquiátricas, aumentan los costos en atención de salud
y disminuyen el rendimiento cognitivo. En los hospitales el sueño se ve interrumpido por muchos factores: desde
el mero extrañamiento del entorno, pasando por habitaciones compartidas y ruidosas, los horarios
intempestivos de pruebas y medicación o la iluminación artificial continua.
Valoración preoperatoria en geriatría.
El envejecimiento de la población ha generado la necesidad de adecuar la valoración preoperatoria para el grupo
de los adultos mayores, ya que además de las alteraciones fisiológicas consecuencia del envejecimiento, se
añade la elevada comorbilidad y la presencia de síndromes geriátricos que deben considerarse para la
estimación del riesgo quirúrgico, con el objetivo de disminuir complicaciones postoperatorias y favorecer la
reintegración a su medio social en el menor tiempo posible y con el mayor grado de independencia.
La valoración preoperatoria identificará en la anamnesis todas las comorbilidades y síndromes geriátricos que
pueden impactar en el periodo perioperatorio. Deben solicitarse los estudios de laboratorio y gabinete
indispensables para medir la severidad de enfermedades conocidas o establecer un nivel basal prequirúrgico, y
de ninguna manera la edad justifica indicar pruebas extensas.
Como en el adulto joven, la enfermedad cardiovascular es la comorbilidad más prevalente y es primordial su
adecuada cuantificación. Un punto importante que determinar es el riesgo de desarrollar insuficiencia renal
aguda y se debe enfatizar en las medidas preventivas para limitar esta complicación. Una condición asociada a
la enfermedad cardiovascular es el uso de antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes orales cuyo empleo
no debe retrasar los procedimientos quirúrgicos, por lo que su correcto empleo mejorará el desenlace
posoperatorio.
Finalmente, el riesgo geriátrico debe orientarse a una adecuada evaluación nutricional para la instauración
temprana de alimentación adecuada. Debemos determinar el estado basal de la funcionalidad para el inicio de
rehabilitación temprana. La evaluación neuropsicológica debe incluir la identificación de factores de riesgo
para delirium, presencia de depresión, deterioro cognitivo y alteraciones en el patrón de sueño. También es
primordial identificar al adulto mayor con fragilidad, así como evaluar y limitar la polifarmacia.

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