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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA


“ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”
VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES
SECCIÓN DE HUMANIDADES
ASIGNATURA: CIUDADANIA Y PODER

LA SALUD COMO DERECHO Y COMO POLÍTICA PÚBLICA. ADEMÁS


DEL COVID-19… ¿QUÉ OTRAS COSAS SUCEDEN?

Autor

Cabrera Fernández, Jesús M.


C.I-V29.906.948

Puerto Ordaz, julio 2021

La salud mental es una parte importante de la definición de salud de la


Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta salud se refiere al estado positivo de
bienestar completa tanto psicofísica como social, así como a la ausencia de
enfermedad o dolencia como derechos inherentes a todos los seres humanos
(OMS, 1986, como se citó en Leka et al, 2004). Tal como Universal Declaration of
Human Rights (1948) establece, especialmente el artículo 25 que, apunta a dicho
bienestar prioridad en todos los ámbitos de la salud, donde es necesario identificar
los servicios, los trabajadores de la salud, los sistemas de información en salud,
medicamentos y vacunas, la tecnología, el liderazgo y el gobierno, además de los
sistemas de financiamiento.
Por consiguiente, como derecho humano básico, el derecho a la salud es un
elemento básico, pero se rige por la ley según los recursos económicos. El derecho
a la salud tiene tres significados según Franco-Giraldoa & Álvarez-Dardetb (2008):
a) Derechos básicos relacionados con la vida.
b) Apoyo basado en el acceso a los servicios.
c) La salud como derecho colectivo a la calidad de vida.
Además, el factor político y de salud promueve los derechos sociales más
allá de la aceptación de los derechos civiles y políticos y se basa en el hecho de
que “las diversas estructuras políticas de gobierno influyen en casi todos los
aspectos de la sociedad”, incluida la salud. Por otro lado, en un marco de derechos
humanos, la salud pública se basa en políticas públicas que apoyan la justicia social,
abordan los determinantes de la salud, se alcanzan a través de políticas de salud
complementarias o extrasanitarias.
Actualmente, en cuanto a la situación de política pública, la OMS y los
ministros europeos de sanidad aluden al impacto en la salud mental, dado que todo
el mundo se ve afectado por algún tipo de miedo a la infección por la COVID-19 y,
las consecuencias psicológicas de la cuarentena,el encierro, el desempleo, los
problemas económicos y la exclusión social, sumado a las disparidades económicas
y el aislamiento, el cierre de escuelas y trabajos son desastrosos (OMS et al, 2021,
como se citó en AFP, 2021). La acción ante el iminente componente clave de
nuestra salud, que requiere una acción ante eventos que amenazan la vida, el estrés
severo, los conflictos personales recurrentes o continuos requieren una seria
consideración pública y psiquiátrica (OMS, 2013). Además, que pueden afectar la
salud mental, especialmente para prevenir el sobrediagnóstico y la sobredosis.
Dado lo anterior, y además tal como concluyen Franco-Giraldoa & Álvarez-
Dardetb (2008), la salud es un tema importante en la agenda política como un tema
social, ya que puede redistribuir la riqueza a nivel mundial. La ciudadanía es una
herramienta importante para el cambio social y una herramienta poderosa para
desarrollar políticas públicas destinadas a mejorar la salud de las personas. Sin
embargo, se necesitan nuevas estrategias y enfoques para abordar los problemas
más importantes, como la protección de los derechos y la salud de los ciudadanos,
en situaciones generales y de falta de respuesta como la situación del COVID-19.
Esto es plausible en todo el mundo, pero para más evidencia tenemos el caso de la
situación de los venezolanos ante esta pandemia que, al cruzar ilegalmente la
frontera tienen acceso limitado a los servicios de salud, incluida la prevención y el
tratamiento de COVID-19, en tanto, la deportación, la violencia doméstica, las
dificultades para mantener y generar ingresos conducen a otros problemas sociales
y económicos (World Vision, 2021).
Además, entre las recomendaciones de la OMS a los países figuran el
fortalecimiento de los servicios de salud mental en general, la mejora del acceso a
la atención a través de la tecnología digital, el aumento de los servicios de apoyo
psicológico en las escuelas, las universidades, en el lugar de trabajo y para las
personas que trabajan en primera línea en la lucha contra el COVID-19.
Finalmente entonces, como Pereira Jardim & Heredia Martínez (2014)
aluden, los países en vías de desarrollo como Venezuela enfrentan serios
problemas con la calidad y efectividad de los servicios, particularmente en las áreas
de acceso a los servicios, calidad de la atención y salud pública, incluida la
promoción de la salud y las medidas preventivas y, adicionalmente el impacto del
bienestar metal, el estré y la ansiedad que la situación actual ha y está conllevando
por lo que se espera la calidad estrategica de lo por venir para sobre llevar la
realidad actual.
BIBLIOGRAFÍA

AFP. (22 de Julio de 2021). OMS advierte que salud mental de la población seguirá
afectada por la pandemia. PRIMICIA.
Franco-Giraldoa , Á., & Álvarez-Dardetb, C. (2008). Derechos humanos, una
oportunidad para las políticas. Universidad de Antioquia, Medellín Colombia:
Facultad Nacional de Salud Pública.
OMS. (2013). Plan De AccIón Sobre Salud Mental 2013-2020. Obtenido de
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/151028/A66_R8-sp.pdf
Pereira Jardim, L., & Heredia Martínez, H. (2014). CONJETURAS SOBRE EL
DERECHO SOCIAL Y LA SALUD EN VENEZUELA. Revista
Latinoamericana de Derecho Social, 6.
Universal Declaration of Human Rights. (1948). THE INTERNATIONAL BILL OF
HUMAN RIGHTS. Obtenido de
https://www.ohchr.org/Documents/Publications/Compilation1.1en.pdf
World Vision. (2021). Venezuela Crisis Response. Obtenido de
https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/Venezuela%20Crisis%
20SitRep_February%202021%20WEB.pdf

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