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¿QUÉ SON LAS AURORAS BOREALES?

Las auroras boreales nos han cautivado desde el inicio de los tiempos. A lo largo de la historia, los
humanos, inmersos en la naturaleza de la Tierra y en la oscuridad de la noche, han mirado al cielo
fascinados en busca de las iridiscentes franjas de luz verde, roja, amarilla, rosa, morada y blanca dando
vueltas por el cielo.

Hemos atribuido la formación de las auroras a los dioses, a los espíritus y a las criaturas mágicas. Pero
ahora sabemos que son el resultado del choque de partículas cargadas de energía del espacio y del sol
contra el campo magnético de la Tierra. Estas partículas dejan a nuestro astro en un estado de olas
continuas conocido como viento solar y, a su vez, se emiten desde su superficie durante las
fulguraciones solares. Al impactar con el campo magnético de nuestro planeta, las partículas cargadas
salen hacia la atmósfera (entre unos 95 km y 400 km por encima de nosotros), donde se produce una
llamativa variedad de colores y formas.

Las auroras suelen aparecer primero en forma de arco que se extiende por el cielo de este a oeste. Más
entrada la noche, se pueden transformar en serpentinas onduladas, en globos palpitantes, en una
corona de rayos que aparece en un punto del cielo o en zonas de luz dispersas. El hecho que la
apariencia de las auroras pueda cambiar tanto en solo una noche es lo que las hace más fascinantes.

Aurora polar. Luminosidad que se produce a gran altitud, y generalmente por encima de los 60° de
latitud, aunque también se observa en otras zonas. Según se produzca en el hemisferio norte o sur, se
denomina «aurora boreal» (‘norte’) o «aurora austral» (‘sur’). El término «aurora polar» se aplica en
ambos casos.

Las manifestaciones luminosas llamadas auroras se producen muchas veces en fase con los ciclos de las
manchas solares. Suelen producirse en las regiones polares cuando partículas cargadas provenientes del
Sol interactúan con los gases de la atmósfera terrestre. Las moléculas excitadas de gas despiden
radiación visible (o luz), a menudo en la zona roja y verde del espectro.

Descripción

La aurora consiste en manchas y columnas luminosas rápidamente cambiantes, de varias tonalidades.


Los fenómenos de aurora extensos están acompañados por perturbaciones en el magnetismo terrestre
e interferencias con las transmisiones de radio, teléfono y telégrafos. Los periodos de máxima y mínima
intensidad de las auroras coinciden casi exactamente con los del ciclo de manchas solares, que dura 11
años.

Formación
Los estudios realizados durante el Año Geofísico Internacional (1957-1958) indican que el brillo auroral
se desencadena cuando el viento solar, que recorre todo el Sistema Solar, se ve reforzado por partículas
subatómicas de alta energía procedentes de las manchas solares. Los electrones y protones penetran en
la magnetosfera terrestre y entran en la zona inferior de los cinturones de radiación de Van Allen,
sobrecargándolos. Los electrones y protones sobrantes se descargan a la atmósfera en zonas centradas
en los polos magnéticos norte y sur, que se extienden unos 20° de latitud. Estas partículas colisionan con
las moléculas de gas de la atmósfera, excitándolas y produciendo luminiscencia, es decir, emisión de luz
visible.

Tipos de aurora

La aurora adopta una inmensa variedad de formas, entre ellas las siguientes: el arco auroral, un arco
luminoso que cruza el meridiano magnético; la banda auroral, que suele ser más ancha y mucho más
irregular que el arco; los filamentos y luces ondulantes perpendiculares al arco o a la banda; la corona,
un círculo luminoso cercano al cenit; las nubes aurorales, masas nebulosas difusas que pueden aparecer
en cualquier parte del cielo; el brillo auroral, un fenómeno luminoso situado a gran altura sobre el
horizonte, con filamentos que convergen hacia el cenit; cortinas, abanicos, llamas o luces ondulantes de
distintas formas. También se han observado auroras en las atmósferas de otros planetas, en particular
de Júpiter.

¿Por qué las auroras sólo se producen en las regiones polares?

Las auroras no solo se producen en el hemisferio norte, sino que también aparecen en el sur, son las
llamadas auroras australes. El hecho de que haya menos asentamientos humanos en el Polo Sur hace
que sean más famosas y más fáciles de ver las primeras, pero este fenómeno se produce por igual en
ambos polos.

Esto ocurre porque el campo magnético de la Tierra es más débil en las regiones polares. Sin embargo, si
la actividad solar es lo suficientemente intensa pueden llegar a verse en latitudes más bajas. En España,
por ejemplo, está documentada una aurora boreal en enero de 1938, aunque en su día fue confundida
con bombardeos durante la Guerra Civil.

En la imagen, Spitsbergen, en Noruega.

¿Son todas las auroras de color verde?

La respuesta es que no. Los colores se producen por la interacción de las partículas del viento solar con
los átomos y moléculas presentes en nuestra atmósfera. El color verde se debe a la excitación del
oxígeno, responsable también de los tonos amarillentos. El nitrógeno produce la luz azulada y en ciertas
ocasiones los púrpuras y rojizos que rodean los bordes más bajos de las auroras y de las zonas más
curvadas.

En la imagen, una aurora boreal en las Islas Lofoten, Noruega.

¿Es verdad que las auroras emiten sonidos?


Si, así lo demostraron en 2012 investigadores finlandeses. El sonido que emite una aurora boreal es
similar al chasquido de la electricidad estática o al del caminar sobre las hojas secas. Estos sonidos no
son audibles por los seres humanos ya que se producen lejos de la superficie terrestre a unos 70
kilómetros de altura sobre nuestros pies.

¿Dónde es mejor verlas?

Al contrario de lo que se cree el Polo Norte no es el mejor lugar. Los mejores sitios son aquellos que se
encuentran cerca del círculo polar ártico pues el campo magnético de la Tierra desvía las partículas
solares, de modo que no interaccionan con nuestra atmósfera justo en el polo sino en latitudes
alrededor de los 60 o 70 grados norte.

En la imagen, una aurora boreal en Yellowknife, al noroeste de Canadá. El norte de Canadá, de los países
escandinavos, de Rusia, Alaska y Groenlandia están ubicados en el Círculo Polar Ártico.

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