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(1969-2800 a.c.

) Salto en el tiempo

Todo los documentales, películas y series que pude ver con mi abuelo, mi gran
maestro cinéfilo, no pudieron prepararme para lo que vendría, estaba presentando mi
tesis doctoral para finalizar 5 años de mucho estudio y concentración sin perderme del
objetivo principal, tener la profesión que soñaba desde que tenía 11 años.
Desde temprana edad había imaginado con ser una bibliotecaria, pero no
cualquier bibliotecaria sino una especializada en historia antigua de Egipto en sus
albores de su conocimiento. Una vez obtenido el doctorado solo quedaba pensar que
dirección debería tomar, entonces fui a hacer una visita a la sala de colecciones de la
Biblioteca de mi facultad y una vez allí, ojeando los libros me encontré con la colección
de un profesor que había estudiado historia antigua en la ciudad de La Plata.
El profesor fue a realizar un postgrado en la Universidad de El Cairo,
especializándose en las divinidades más antiguas de la cultura egipcia, seguí revisando
la colección me llamo mucho la atención un símbolo que brillaba por un haz de luz que
entraba por una grieta entre las estanterías de libros antiguos, al tocarlo sentí el
relieve suave como terciopelo, era un tallo largo con una flor en la parte superior que
no supe identificar, por debajo de la flor un arco hacia abajo como protegiendo el tallo
o lo que estuviera por debajo y en el medio del tallo un pequeño circulo vacío y de él
salían siete puntas; en ese momento no supe su significado pero investigando durante
un mes todo el material encontré que dicho símbolo representaba a la diosa Seshat,
que había sido una de las primeras deidades de la cultura egipcia patrona de la
sabiduría, la escritura y los libros pero fue traicionada, reemplazada y olvidada por el
dios Toth y su templo destruido por los seguidores del Dios Toth. Continuando
analizando el texto del libro encontré varias fotografías supuesto templo y unos mapas
que describían su ubicación cerca de la ciudad de Tinis al norte del rio Nilo. Entonces
fue en ese momento cuando se me ocurrió la loca idea de realizar un viaje de
exploración y búsqueda a la tierra de los Faraones. Prepare todo lo necesario, compre
un boleto de ida a Egipto, una vez en el aeropuerto de El Cairo me hospede en una
especie de hostería y fui a recorrer la ciudad en busca de un guía que conociera muy
bien esa zona.
Encontré a un hombre mayor de barba blanca y turbante que se negaba a
llevarme porque en ese lugar no había nada solo arena, lo poco que quedaba de unas
ruinas abandonadas y tormentas de mas arena, pero insistí tanto y por supuesto rogué
para que me ayudara apoyado con todos los ahorros de mi vida. Emprendimos el viaje
montado en camellos de una joroba que en realidad me entere mucho mas tarde que
son dromedarios. Al llegar al lugar solo había algunas columnas y otras rocas semi
enterradas que parecían haber formado parte de lo que seria una pared del templo,
nos quedamos a dormir en el lugar porque ya era tarde para regresar a la ciudad,
acampamos e hicimos una fogata el guía me convido un pedazo de carne dura y no
quise preguntar su origen, yo no hablaba mucho su lengua pero con mi super
diccionario de árabe-español traduciendo a los ponchazos pude entender algo de lo
que decía y el guía menciono algo de que el lugar estaba maldito al igual que la diosa
olvidada y que no quiso mencionar por miedo a ser castigado por los otros dioses. Al
amanecer después de desayunar algo tuve un par de horas antes de retomar el regreso
de examinar las ruinas y con una copia del plano que saque del libro encontré una
columna tapada a medias por la arena y excavando bastante encontré lo que seria una
enorme superficie con unos grabados y uno de ellos tenía símbolos iguales al del libro
que examine, pude descifrar una especie de advertencia como que, “todo aquel que
pronunciase el nombre prohibido seria castigado con el eterno destierro del alma”, en
ese momento, pensé en voz alta, “que ridículo, mira que por pronunciar el nombre se
Seshat uno va a…..y en ese momento sentí que mi cuerpo flotaba, me sentía muy
liviana después vi una luz cegadora cerré los ojos y cuando los abrí de nuevo me
encontraba en un lugar con mucha gente yendo y viniendo, algunos con unas ropas
clásicas de Egipto les gritaban a un grupo de personas de un aspecto desalineado con
ropas rotas y viejas. No entendía lo que decían entonces se acerco uno de esos
personajes altos y bien vestido con una especie de pollera blanca muy bien cuidada y
en sus brazos tenían brazaletes de oro y empuñando una especie de lanza, me llevaron
a la fuerza a un lugar como un palacio con mucho lujo y creo que me preguntaban algo
que no entendí, solo pronuncie en su idioma que era cuidadora de libros y que escribía
entendía los jeroglíficos, me soltaron de golpe, se acerco una mujer con una voz mas
suave y buenos modales y me llevo a una habitación en donde había cuatro mujeres
alrededor de una especie de bañera, una vez que estuviera presentable me guiaron
fuera del templo y me llevaron a otro edificio me presentaron con alguien que parecía
importante y me indicaron que me tenía que quedar ahí para que me educaran.
Pasaron los años fui aceptada en su sociedad y me dediqué a escribir y cuidar
de los documentos de lo que parecía ser una enorme biblioteca antigua. Pero un día
estaba acomodando unos papiros que eran propiedad del faraón, que me pareció raro
que estuvieran ahí y que me los dieran para organizarlos, hice lo que me pidieron y los
lleve a un lugar en donde había varios objetos de oro acomodados en una especie de
estantería en ella había una tabla dividida en cuadrados pequeños toda era de oro y
tenía unos símbolos, logre leer Seshat en uno de los cuadrados y al tocarla apareció
una luz cegadora, cerré de forma automática los ojos y cuando los volví a abrir estaba
en un lugar distinto pero familiar, seguro que era una biblioteca yo estaba vestida
como una egipcia y los demás con otro tipo de ropas mas modernas, cuando alguien
me hablo:

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