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Títulos de renta fija y de renta variable financiera

Cuando se habla de renta fija y renta variable, generalmente se hace


referencia a la renta que generan los activos financieros o títulos valores
(acciones, bonos, letras, etc.); sin embargo, estos términos en realidad
se aplican a la renta generada por cualquier tipo de inversión (incluyendo
los sistemas de ahorro).

La renta fija se da en las inversiones en donde se conoce de antemano


(o al menos en un nivel de predicción aceptable) cuáles serán los flujos
de renta que generarán (los cuales no necesariamente tienen que ser
constantes o regulares).

Ejemplo de inversiones de renta fija son los activos financieros o títulos


valores tales como los bonos, las obligaciones, las letras, y los pagarés;
los bienes raíces en alquiler, y los sistemas de ahorros tales como los
depósitos a plazo y las cuentas de ahorro.
Por lo general, las inversiones de renta fija generan una menor
rentabilidad que las inversiones de renta variable, pero presentan un
menor riesgo. Generalmente, estas inversiones se realizan a largo plazo.

Por otro lado, la renta variable se da en las inversiones en donde no se


conoce de antemano cuáles serán los flujos de renta que generarán (los
cuáles incluso pueden llegar a ser negativos), pues éstos dependen de
diversos factores tales como el despeño de una empresa, el
comportamiento del mercado, la evolución de la economía, etc.
Conceptos primordiales de teorías y gerencia de carteras
El origen de los conceptos de la teoria de cartera data de un artículo
escrito en 1952 por Harry Markowitz. En él, Markowitz asocia riesgo y
rendimiento e introduce conceptos como rendimientos esperados y
medidas de dispersión en la distribución de los mismos, así como la
covarianza entre los rendimientos esperados de dos títulos. A
continuación, a partir de estos elementos, este autor señala cómo se
producen primeramente combinaciones posibles y combinaciones
eficaces de riesgo y rendimiento y, finalmente, cómo se genera un
conjunto de carteras eficientes de inversión y, entreéstas, una cartera
óptima. Principalmente, Mar kowitz muestra cómo puede reducirse eI
riesgototal de una cartera de inversión combinando acti-vos financieros
cuyos rendimientos no se vean afectados de la misma manera por los
factores queproducen variaciones en los mismos.
Elementos determinantes del rendimiento

Tasas de Interes
Las tasas de interés son el precio del dinero. Si una persona, empresa o
gobierno requiere de dinero para adquirir bienes o financiar sus
operaciones, y solicita un préstamo, el interés que se pague sobre el
dinero solicitado será el costó que tendrá que pagar por ese servicio.
Como en cualquier producto, se cumple la ley de la oferta y la demanda:
mientras sea más fácil conseguir dinero (mayor oferta, mayor liquidez), la
tasa de interés será más baja. Por el contrario, si no hay suficiente dinero
para prestar, la tasa será más alta.

¿Cómo influyen las tasas de interés en la economía?

Tasas de interés bajas ayudan al crecimiento de la economía, ya que


facilitan el consumo y por tanto la demanda de productos. Mientras más
productos se consuman, más crecimiento económico. El lado negativo es
que este consumo tiene tendencias inflacionarias.

Los bancos centrales de cada país, utilizan las tasas de interés


principalmente para frenar la inflación, aumentando la tasa para frenar el
consumo, o disminuyéndola ante una posible recesión.deudas. Pero al
disminuir el consumo también se frena el crecimiento económico.

Otra tasa de interés que se utiliza como indicador macroeconómico es la


TIIE (Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio), la cual surgió en marzo
de 1995 como necesidad de tener una referencia diaria de la Tasa Base
de Financiamiento. Los bancos la utilizan como tasa de interés base para
aumentarle su margen de intermediación.

Tasas de Beneficio
Beneficio expresado como una proporción del «valor en libros» de los
activos de capital.

Relación entre las ganancias producidas por determinado negocio o


proyecto de inversión, y el capital total invertido en él.

Coyuntura económica
El término 'coyuntura' se utiliza en Economía para describir la situación
presente y las perspectivas de corto plazo de un determinado fenómeno
económico. En su versión más extendida se refiere a la actividad
económica en general, pero también se puede aplicar a los precios
(coyuntura de la inflación), al mercado de trabajo (coyuntura laboral), a
un sector de actividad en concreto (coyuntura industrial), etc. Los
objetivos del análisis de la coyuntura son: - Caracterizar la evolución
reciente del fenómeno en cuestión. - Diagnosticar su situación actual. -
Predecir su evolución a corto plazo, evaluando los errores cometidos por
las predicciones anteriormente realizadas, y valorando en qué medida la
nueva información recabada ha modificado las expectativas de futuro. El
análisis comienza recogiendo los datos más recientes de todos los
indicadores económicos potencialmente utilizables, así como cualquier
información de tipo cualitativo que pueda contribuir a mejorar el
diagnóstico. Estos datos normalmente incorporan componentes
irrelevantes para el análisis económico, como la estacionalidad o la
influencia de acontecimientos extraordinarios, de modo que es necesario
aplicar diversas técnicas estadísticas para depurarlos. A continuación, la
información depurada se organiza y analiza en el contexto de un marco
general que da coherencia al conjunto. Dicho marco se construye con los
esquemas conceptuales de la Teoría Económica, que permiten entender
cómo se genera una realidad económica, y a partir de este entendimiento
valorar su situación actual. Por último, se obtienen predicciones para el
futuro más inmediato combinando los esquemas teóricos con
procedimientos estadísticos y econométricos. Estas predicciones, que
reflejan las perspectivas de evolución a corto plazo, permiten detectar los
problemas latentes y proponer posibles soluciones.

Inflación
La inflación, en economía, es el aumento generalizado y sostenido de los
precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un
período de tiempo, generalmente un año. Cuando el nivel general de
precios sube, cada unidad de moneda alcanza para comprar menos
bienes y servicios. Es decir, que la inflación refleja la disminución del
poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio
interno de intercambio y unidad de medida de una economía. Una
medida frecuente de la inflación es el índice de precios, que corresponde
al porcentaje anualizado de la variación general de precios en el tiempo
(el más común es el índice de precios al consumo).
Elementos fundamentales de la toma de decisión

El principal dilema en el momento de tomar una decisión de inversión, la


cual puede ser ubicada en cualquier tipo de situación cotidiana, desde la
compra de una prenda de vestir hasta una inversión en mercados de
capitales, se asocia con el riesgo, es bien conocido que a mayor riesgo
mayor rendimiento, sin embargo existen parámetros que pueden ser
evaluados para establecer dicha esta relación de riesgo – rendimiento.
Las decisiones de riesgo se basan en la percepción y tolerancia al riesgo
de cada individuo y son tan personales como la misma forma de vestir.

De igual manera las organizaciones, independientemente de su


actividad, su lugar de procedencia o su estatus con respecto a la
competencia, toma decisiones con incertidumbre acerca de su
comportamiento en el futuro, ya que existen factores que no se pueden
predecir con exactitud, pudiendo enumerarse algunas tales como el
comportamiento de las ventas pronosticadas, aceptación de un nuevo
producto por los consumidores, cambios en las condiciones económicas
y políticas de un país, entre otras.

Aún cuando dichas organizaciones, desarrollan modelos estadísticos,


con el objeto de pronosticar variables tanto económicas, como políticas y
sociales, se tiene la incapacidad de conocer de manera certera los
resultados en potencia.

Actitud frente al riesgo


"Aversión al Riesgo"; término que se conceptualiza como "La actitud
hacia el riesgo en la que se exige un rendimiento más alto por aceptar un
riesgo mayor". Lo que nos permite entender que al aceptar inversiones
riesgosas, se espera un rendimiento que justifique el riesgo adicional que
lleva implícito; es en este punto donde nos encontramos la aversión al
riesgo dentro del campo de las Finanzas

"Indiferencia al Riesgo" de un administrador, propietario o inversionista se


basa en que al aumentar el riesgo, no es requerido ningún aumento en el
rendimiento.

Y en el caso de la "Aceptación del Riesgo", en cuanto aumenta el nivel


de riesgo se disminuye el nivel de rendimiento esperado. Pero es notable
que las empresas aceptarán los riesgos hasta donde sus administradores
se sientan tranquilos, en relación con el rendimiento que se espera.
Estrategia de portafolio management

La gestión de riesgos es uno de los aspectos más importantes a la hora


de alcanzar los objetivos deseados con una cartera de inversiones.

Poner el foco únicamente en el retorno puede ser un grave error que


termine perjudicándolo con el paso de los años, generando incluso
menores ganancias que las que obtienen quienes lo saben administrar
correctamente.

Un ejemplo de esto es la utilización de órdenes de stop loss que pueden


ser tanto para limitar las pérdidas como para asegurar parte de las
ganancias.

Este instrumento es el que determina que una posición va a ser resuelta


si los precios caen o suben a determinado nivel.

Éstas pueden dejarse colocadas de antemano en plataformas de trading


para ejecutarse automáticamente sin la necesidad de que el inversor
deba monitorear activamente las cotizaciones.

Es una idea muy interesante la de definir de antemano el riesgo que se


está dispuesto a asumir en cada posición.

De esta manera, se es consciente de las posibles pérdidas a las que está


expuesto el portafolio y se evita el escenario en el cual los mercados se
mueven en contra del inversor y no cuenta con un plan para reaccionar
ante la situación, uno de los peores errores que suelen cometerse en
períodos de caídas de las Bolsas.

Por otro lado, al colocar órdenes de stop loss se corre el riesgo de que la
acción caiga hasta ese nivel y, luego, comience un camino ascendente,
algo que suele fastidiar a los inversores.

Pero nada impide volver a entrar a la posición si los precios reaccionan al


alza.

Su uso, como cualquier otro sistema de gestión de riesgos, tiene sus


costos además de beneficios, pero no por eso deja de ser una estrategia
adecuada para muchos, tanto expertos como novatos.
Otra posibilidad es cubrir las posiciones compradas mediante ventas de
otras en CFDs, o contratos a futuro.

Muchos inversores de mediano o largo plazo buscan evitar vender sus


acciones cuando los mercados se vuelven adversos, ya que si una
operación era conveniente a un determinado precio, a uno más bajo será
más conveniente aún.

Esto se da, especialmente, cuando la decisión de compra se toma en


base a factores de análisis fundamental y con un objetivo de mediano o
largo plazo.

Estos instrumentos tienen muchas ventajas a la hora de funcionar como


cobertura del portafolio ya que es sencillo operar con ellos a la baja.

Además, proveen un alto grado de apalancamiento, con lo cual se puede


acceder a esta cobertura con un monto de capital relativamente bajo, lo
que, en definitiva, reduce su costo.

Tanto los CFDs como los contratos a futuro muchas veces replican los
movimientos de los índices, algo que es conveniente cuando se busca
protegerse de las caídas del mercado en general y no de algún activo en
particular.

Diversificación
La diversificación del portafolio también funciona como herramienta para
gestionar los riesgos, ya que reduce la volatilidad cuando se eligen
instrumentos que aporten un abanico de alternativas.

Por ejemplo, si los mercados están cayendo en base a problemas


crediticios en Europa y es probable que baje el precio de las acciones,
algunos activos de refugio como los bonos del Tesoro de los Estados
Unidos probablemente subirán de precio.

Así, cuando el inversor incluye ambas clases de activos en su portafolio,


las pérdidas de uno tienden a ser compensadas por las subidas del otro.
Esto ayuda a brindar estabilidad y solidez a la performance de la cartera
en su conjunto.

Riesgo y rendimiento en la cartera de activos


Si tratamos de comparar diferentes inversiones en otros tantos activos
financieros deberemos estimar, de la forma más aproximada posible, el
rendimiento esperado de cada uno de ellos.

Si nos encontramos en un ambiente de certeza, el rendimiento que


esperamos obtener para cada activo coincidirá con el que realmente
obtendremos y, por lo tanto, aquél título que proporcione la mayor
ganancia esperada será el elegido.

Por desgracia, la existencia del riesgo implica que el rendimiento de la


inversión raramente coincidirá con su valor esperado. Todos los activos
financieros cotizados en el mercado de valores están sujetos a un riesgo;
claro que a diferentes tipos de activos corresponderán diferentes tipos de
riesgo. Sin embargo, el efecto del riesgo, sea cuál sea su tipo, es
siempre el mismo, los rendimientos obtenidos en la actualidad serán
diferentes de los esperados por el inversor en el momento en que
adquirió el activo.

Así que el inversor necesita poder cuantificar para cada activo tanto el
rendimiento incierto corno el nivel de dicha incertidumbre, antes de tomar
una decisión sobre la inversión a efectuar. Una vez realizado lo anterior,
según sea su actitud hacia las diferentes combinaciones rendimiento-
riesgo, elegirá aquélla que mejor se adapte a sus deseos.
Cálculos y medición

El rendimiento del título i durante un período de tiempo t, vendrá definido


por la siguiente expresión:

Donde Pit indica el precio del activo financiero i al final del período t; Pt-1
es el precio del activo al comienzo del período t; Rit el rendimiento del
título i en el período t; y dit el dividendo recibido durante el período.
El rendimiento de un activo financiero si es calculado ex-post (Rit), será
conocido con certeza, lo que no ocurrirá si se obtiene ex-ante (Eit)
debido, a la ya comentada, aparición del riesgo, el cual se refleja en la
variabilidad de los rendimientos esperados.

Así que para cuantificar el rendimiento de un título en condiciones de


incertidumbre tendremos que echar mano de las probabilidades, ya sean
éstas objetivas o subjetivas.

Una vez que disponemos de la distribución de probabilidad de los


posibles rendimientos de un título determinado, calcularemos su valor
esperado utilizando la esperanza matemática o media:
La diversificación

Hemos visto que la expresión general del riesgo total de una cartera de valores
según el modelo diagonal de Sharpe es igual a:

Ahora concentrémonos en la expresión del riesgo específico:

e imaginémonos que invertimos por igual nuestro presupuesto de inversión en


1.000 activos diferentes. Como vamos a invertir la misma cantidad en cada activo
dedicaremos un Xi = 1/1.000 de nuestro dinero a cada uno de ellos.

Observe que en la expresión anterior Xi está elevada al cuadrado lo que significa


que, sacando factor común, la suma de las varianzas de los errores de los mil
activos estará multiplicada por 0,000001 haciendo casi despreciable el resultado
final. Si aumentamos a 10.000 activos el resultado será aún más pequeño. Así
que concluyamos, si n tiende a infinito Xi tiende a valer cero, lo mismo que el
riesgo específico.

Matemáticamente expresado y suponiendo que todas las Xi son iguales a X e


igual a su vez a 1/n (n es el número de activos), el riesgo específico quedaría así:

Riesgo Especifico

donde K es el valor de la suma de los riesgos específicos de los n valores


medidos por la varianza. Si n ! ! el riesgo específico ! 0.

En la figura 11 se puede observar esto mismo. En ella se ha representado el valor


del riesgo total de una cartera formada por n activos con idénticas ponderaciones
(1/n). Conforme aumentamos el número de activos (es decir, aumentamos la
diversificación), el riesgo total va descendiendo hasta alcanzar un valor
determinado, por debajo del que es imposible reducir el riesgo mediante
diversificación. Este valor del riesgo que es imposible de reducir mediante la
diversificación se denomina riesgo sistemático o riesgo de mercado.
 

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