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DOCENTE:

MARCO ANTONIO SOLIS ZAVALA

ALUMNA:
GEORGINA VILLEGAS BAUTISTA

NUM. DE CONTROL:
LT219T0221

“ESTRUCTURA CELULAR”
20/10/2021
ESTRUCTURA CELULAR
La célula es una estructura constituida por tres elementos
básicos: membrana plasmática, citoplasma y material genético (ADN).
Las células tienen la capacidad de realizar las tres funciones vitales:
nutrición, relación y reproducción (ver t13).
 La forma de las células está determinada básicamente por su
función. La forma puede variar en función de la ausencia de pared
celular rígida, de las tensiones de uniones a células contiguas, de la
viscosidad del citosol, de fenómenos osmóticos y de tipo de
citoesqueleto interno.
 El tamaño de las células es también extremadamente variable. Los
factores que limitan su tamaño son la capacidad de captación de
nutrientes del medio que les rodea y la capacidad funcional del
núcleo.
Cuando una célula aumenta de tamaño, aumenta mucho más su
volumen (V) que su superficie (S) (debido a que V = 4/3pr3 mientras
que S = 4/3pr2). Esto implica que la relación superficie/volumen
disminuye, lo que es un gran inconveniente para la célula ya que la
entrada de nutrientes está en función de su superficie y no del
volumen. Por este motivo, la mayoría de las células maduras son
aplanadas, prismáticas e irregulares, y pocas son esféricas, de forma
que así mantienen la relación superficie/volumen constante. El
aumento de volumen de la célula nunca va acompañado del aumento
de volumen del núcleo, ni de su dotación cromosomas
ESTRUCTURA DE LAS CELULAS
La estructura común a todas las células comprende la membrana
plasmática, el citoplasma y el material genético o ADN.
 Membrana plasmática: constituida por una bicapa lipídica en la que
están englobadas ciertas proteínas. Los lípidos hacen de barrera
aislante entre el medio acuoso interno y el medio acuoso externo.
 El citoplasma: abarca el medio líquido, o citosol, y el morfoplasma
(nombre que recibe una serie de estructuras denominadas
orgánulos celulares).
 El material genético: constituido por una o varias moléculas de
ADN. Según esté o no rodeado por una membrana, formando el
núcleo, se diferencian dos tipos de células: las procariotas (sin
núcleo) y las eucariotas (con núcleo).
Las células eucariotas, además de la estructura básica de la célula
(membrana, citoplasma y material genético) presentan una serie de
estructuras fundamentales para sus funciones vitales (ver t27 y
t28):
 El sistema endomembranoso: es el conjunto de estructuras
membranosas (orgánulos) intercomunicadas que pueden ocupar
casi la totalidad del citoplasma.
 Orgánulos transductores de energía: son las mitocondrias y los
cloroplastos. Su función es la producción de energía a partir de la
oxidación de la materia orgánica (mitocondrias) o de energía
luminosa (cloroplastos).
 Estructuras carentes de membranas: están también en el
citoplasma y son los ribosomas, cuya función es sintetizar
proteínas; y el citoesqueleto, que da dureza, elasticidad y forma a
las células, además de permitir el movimiento de las moléculas y
orgánulos en el citoplasma.
 El núcleo: mantiene protegido al material genético y permite que las
funciones de transcripción y traducción se produzcan de modo
independiente en el espacio y en el tiempo.
En el exterior de la membrana plasmática de la célula procariota (ver
t40) se encuentra la pared celular, que protege a la célula de los
cambios externos. El interior celular es mucho más sencillo que en las
eucariotas; en el citoplasma se encuentran los ribosomas,
prácticamente con la misma función y estructura que las eucariotas
pero con un coeficiente de sedimentación menor. También se
encuentran los mesosomas, que son invaginaciones de la membrana.
No hay, por tanto, citoesqueleto ni sistema endomembranoso. El
material genético es una molécula de ADN circular que está
condensada en una región denominada nucleoide. No está dentro de
un núcleo con membrana y no se distinguen nucleolos
SUSTACIAS ERGASTICAS
Las sustancias ergásticas son productos metabólicos secundarios de
las células vegetales y de hongos. También reciben el nombre de
sustancias no protoplasmáticas y pueden llegar a ser sustancias de
reserva, secretoras o de desechos. Por lo general son poco activas en
la célula pero en ocasiones presentan mayor actividad biológica. Estas
sustancias son bastante diversas y algunas son comunes en las
células vegetales, pueden ser sustancias orgánicas o inorgánicas; las
más conocidas son los cristales, gotas de aceites, resinas, taninos y
otras. Se encuentran principalmente en las vacuolas, pared celular y el
protoplasma.
La palabra ergástica es un adjetivo que proviene del griego ergon, que
significa trabajo. Según algunos autores este término comenzó a ser
usado en botánica cerca de 1869, sin embargo estudios con biolitos
(cuerpos mineralizados producto de sustancias ergásticas) mencionan
el término antes de la fecha indicada.
Clasificación
No existe una clasificación científica definida o estandarizada, sin
embargo, algunos botánicos coinciden en clasificar las sustancias
ergásticas en tres grupos: de reserva, secretoras y de desecho.
-Sustancias ergásticas de reserva
Las sustancias de reservas o inclusiones, son aquellas sustancias
osmóticamente inertes en la célula vegetal y que sirven como
potencial fuente de alimento (de carbono y energía). Las dividimos en
tres tipos: grasas y aceites, compuestos nitrogenados y carbohidratos
-Sustancias ergásticas secretoras
Los metabolitos ergásticos secretores no son sustancias alimenticias
de la célula, pero sí son muy útiles para la planta, incluso algunos de
ellos son esenciales para la producción de alimento. Los pigmentos
fotosintéticos como la clorofila, xantofila (luteína) y la carotina, así
como algunas enzimas, por ejemplo, son sustancias ergásticas
secretoras.
-Sustancias ergásticas de desecho
Existe una increíble cantidad de sustancias de desecho que producen
las plantas. Estos organismos, a diferencia de los animales, no tienen
órganos especializados para la excreción, por lo cual principalmente
depositan los desechos en los tejidos, pero también presentan
mecanismos que les permiten deshacerse de ellos. Algunas
sustancias ergásticas de desechos son los alcaloides, los taninos,
látex, aceites esenciales, cristales de oxalato de calcio, cristales de
carbonato de calcio, cuerpos de sílice, ácido tartárico, ácido cítrico,
entre otros. Algunos autores expresan que estas sustancias no le
brindan beneficio alguno a la planta. Sin embargo los taninos y
alcaloides, entre otras sustancias, producen mal sabor en algunos
frutos y otras estructuras de la planta para repeler a posibles
consumidores. Otras sustancias pueden ser tóxicas o tener
propiedades antifúngicas que protegen a la planta contra ataques de
estos y de otros microorganismos. También vale la pena destacar que
algunas especies de plantas reutilizan los cristales de calcio y cuando
estos se encuentran en grandes cantidades en el tejido también
terminan por ser desagradables para algunos herbívoros, sirviendo así
como mecanismos de defensa para la planta.

PARED CELULAR
La pared celular es una estructura que rodea y protege a ciertos tipos
de células en la naturaleza, como a las vegetales, a las fúngicas (de
los hongos) y a las bacterianas. Algunos autores consideran que la
pared celular es una matriz extracelular especializada, pues está
alrededor de toda la membrana plasmática; mientras que otros la
contemplan como un orgánulo más, con tareas o funciones muy
particulares.
La pared celular es uno de los caracteres más utilizados para distinguir
entre tipos de células, principalmente entre células animales -que no
tienen pared celular- y células vegetales.
En todas las células que la poseen, la pared celular suele ser una
estructura dinámica, relativamente flexible y plástica, pues se adapta
frente a los cambios de tamaño que tienen lugar durante el crecimiento
celular.
La síntesis de la pared celular es un proceso fundamental y está
sumamente regulado en todos los tipos de células.
Entre algunas de las funciones principales de la pared celular
destacan la viabilidad celular, la morfogénesis y, cuando es el caso, la
patogénesis (como para algunos hongos y bacterias, por ejemplo).
SUS FUNCIONES SON:
Integridad estructural y forma
La pared celular representa un importante soporte estructural para las
células que la poseen, especialmente cuando nos referimos a las
células vegetales.
Estructura de la pared celular
Aunque sus funciones son equivalentes, la estructura de las paredes
celulares de plantas, bacterias y hongos son muy diferentes entre sí
Pared de las células vegetales
Las células vegetales tienen paredes celulares compuestas
de celulosa, que es un polisacárido formado por residuos de glucosa
unidos entre sí a través de enlaces glucosídicos de tipo β-1,4. La
celulosa es el polímero más abundante sobre la tierra y cada cadena
puede contener más de 10.000 residuos de glucosa.
Las cadenas lineales de celulosa forman unas microfibrillas de 3
nanómetros de diámetro al agruparse paralelamente en grupos de 36
cadenas, las cuales se forman en el medio extracelular (matriz
extracelular). Estas microfibrillas tienen longitudes variables.
En la matriz extracelular, las microfibrillas de celulosa se ensamblan
para formar una compleja red con otros dos polisacáridos
llamados hemicelulosa y pectina.
Existen diferentes tipos de hemicelulosas, pero generalmente son
polisacáridos muy ramificados que se unen por puentes de hidrógeno
a las microfibrillas de celulosa, estabilizándolas para formar fibras más
gruesas que son más resistentes desde el punto de vista mecánico.
Las pectinas forman una matriz con aspecto gelatinoso, también compuesto por
polisacáridos ramificados formados por residuos cargados negativamente (como el
ácido glucurónico).
Las paredes vegetales también están estabilizadas y en constante interacción con
gran cantidad de glicoproteínas.
Además, los componentes de la pared interactúan con distintos componentes del
citoesqueleto, principalmente con los microtúbulos subyacentes, que determinan la
dirección del crecimiento de la pared durante el desarrollo celular.
Pared de las células fúngicas
Las células fúngicas, como las de la levadura
unicelular Saccharomyces cerevisiae, tienen paredes celulares
compuestas de polisacáridos, pero a diferencia de las plantas, el
polisacárido de los hongos se conoce como quitina.
La quitina consiste en cadenas lineales de residuos de N-
acetilglucosamina unidos también por enlaces glucosídicos de tipo β-
1,4. Este polisacárido también es el que forma los exoesqueletos que
protegen a algunos animales invertebrados como los insectos y
crustáceos (cangrejos y camarones, por ejemplo).
También contiene glucanos unidos por enlaces de tipo β-1,3 y una
gran cantidad de glicoproteínas asociadas.

Pared de las células bacterianas


La pared celular bacteriana está formada principalmente por un
complejo molecular llamado peptidoglicano.
El peptidoglicano está compuesto de cadenas lineales de
polisacáridos unidos covalentemente entre sí a través de “puentes” de
fragmentos peptídicos (de aminoácidos) cortos.
Las cadenas de polisacáridos en el peptidoglicano están hechas de
residuos alternados de N-acetilglucosamina (NAG, del inglés N-
acetylglucosamine) y ácido N-acetilmurámico (NAM, del inglés N-
acetylmuramic acid), los cuales están unidos entre sí por enlaces
glucosídicos de tipo β-1,4.
Los péptidos que unen y estabilizan las cadenas de polisacáridos
generalmente están formados por 4 aminoácidos (son tetrapéptidos)
cuya identidad varía de una especie bacteriana a otra.

MEMBRANA CELULAR
durante mucho tiempo se consideró a la membrana celular como una
estructura inerte, si acaso con poros más o menos específicos para la
entrada y la salida por mecanismos poco claros de los diferentes
materiales que la célula debe captar o expulsar al medio en que se
encuentra. En la actualidad, este concepto ha cambiado (véase el
capítulo I) y el modelo es el de una estructura fundamental, constituida
por fosfolípidos, en la cual se encuentran embebidas otras numerosas
moléculas, principalmente proteínas, que tienen diferentes actividades.
La mayor parte de las células mantiene en su citoplasma una
composición y, casi siempre, una concentración de sustancias
disueltas notablemente diferente del medio que las rodea; aun en las
células de los animales superiores, que viven en un ambiente
prácticamente invariable, la composición del citoplasma celular es muy
diferente de la del medio que lo rodea. Es relativamente sencillo
explicar el hecho de que la membrana de la célula impida la salida o la
entrada de las moléculas de gran tamaño, como las proteínas, los
ácidos nucleicos o los polisacáridos; y también se puede explicar que
las moléculas polares o cargadas deban mantenerse de un lado o del
otro de la membrana. Esta situación requiere mecanismos especiales
que muevan sustancias de un lado al otro de la membrana, pero que
al mismo tiempo puedan distinguir entre unas y otras; por otra parte,
no es raro encontrar moléculas o iones que se transportan en las
membranas, del lado en donde se encuentran en menor
concentración, hacia aquel en que ésta es mayor. Son estos
movimientos a través de las membranas lo que se conoce con el
nombre de transporte.

SISTEMA DE MEMBRANAS

Existen también sistemas especiales de reconocimiento, que permiten


la agregación de las células que son semejantes. Inclusive las
esponjas, organismos primitivos, tienen sistemas de reconocimiento
que permiten la adhesión de células de la misma especie, y que
impiden la adhesión entre diferentes especies.
En algunas membranas se localizan funciones más especializadas,
como la
movilidad de las amibas y otros protozoarios con movimiento
amiboide; las mismas células musculares deben establecer contactos
entre los materiales contráctiles del interior y la membrana, para
producir efectivamente la contracción o acortamiento de la fibra. En
otras células, la membrana elimina al exterior o toma de él sustancias,
mediante la formación de vesículas que se producen al englobarlas.
La fagocitosis y la exocitosis son ejemplos de este fenómeno; en la
primera, la membrana envuelve a una partícula o grupo de ellas, se
cierra luego a su derredor, y forma finalmente una vesícula que se
desprende de la membrana y pasa al citoplasma, convirtiéndose en
una vacuola digestiva mediante la interacción de esa vesícula con un
lisosoma
LOS ORGANELOS CELULARES
Dentro de esta denominación se incluye una serie de grandes
formaciones intracelulares, como las mitocondrias, el retículo
endoplásmico, o hasta el núcleo mismo; casi todos ellos representan
de alguna forma estructuras en las que, o bien una membrana es la
base, o al menos es componente principal de ellas.
Algunos han definido con claridad su papel funcional dentro de la
célula, mientras que otros apenas empiezan a conocer su significado
fisiológico. De cualquier manera, el conocimiento actual de cada una
de estas formaciones celulares es suficiente para tener una idea de la
organización funcional que existe dentro de las células.
RETICULO ENDOPLASMATICO
La expresión más patente del sistema membranoso interno que
caracteriza a la célula eucariota es el retículo endoplasmático. Se trata
de una red tridimensional de cavidades limitadas por membranas que
se extiende por todo el citoplasma Estas cavidades presentan formas
muy variadas (cisternas aplanadas, vesículas globulares
y túbulos sinuosos) y están todas ellas interconectadas dando lugar a
un compartimento subcelular único, la luz del retículo endoplasmático,
separado del hialoplasma por la membrana del retículo
endoplasmático. Una porción especializada de este sistema
membranoso constituye la envoltura nuclear, que limita al núcleo y lo
separa del citoplasma; la cavidad interna de dicha envoltura se
continúa con la luz del retículo endoplasmático. Se distinguen dos
tipos, o mejor dos zonas del retículo endoplasmático: el retículo
endoplasmático rugoso, que posee ribosomas adheridos a la cara
externa de sus membranas, y el retículo endoplasmático rugoso, que
carece de ellos. El retículo endoplasmático desempeña una gran
variedad de funciones celulares. Las proteínas sintetizadas en los
ribosomas del retículo endoplasmático rugoso pasan a continuación a
la cavidad interior del mismo, o bien quedan ancladas en sus
membranas, para ser distribuidas seguidamente a distintos lugares de
la célula o al medio extracelular dentro de pequeñas vesículas
membranosas. La unión de estas proteínas a oligosacáridos
(glicosilación) para formar glucoproteínas también comienza en el
retículo endoplasmático rugoso para finalizar más tarde en el aparato
de Golgi. En el retículo endoplasmático liso se sintetizan los
fosfolípidos y el colesterol, que luego se incorporarán a las
membranas de diferentes orgánulos o a la membrana plasmática;
también en él se eliminan sustancias que puedan resultar tóxicas para
la célula.

RIBOSOMAS Y LISOSOMAS

Los ribosomas son orgánulos no membranarios que por su pequeño


tamaño (unos 30 nm) escapan a la observación mediante el
microscopio óptico pero resultan visibles al microscopio electrónico.
Más que como verdaderos orgánulos pueden ser considerados
como complejos supramoleculares formados por RNA y proteínas.
Cada ribosoma está formado por dos subunidades de diferente
tamaño que pueden asociarse y disociarse de modo reversible (Figura
11.15). La subunidad mayor está constituida por tres moléculas
de RNA ribosómico (uno de los cuatro tipos de RNA presentes en las
células) y 49 moléculas proteicas diferentes; las tres moléculas de
rRNA difieren en la longitud de su cadena polinucleotídica.
La subunidad menor contiene una sola molécula de rRNA y 33
moléculas proteicas. Los ribosomas están presentes en el hialoplasma
de todas las células eucariotas. Pueden encontrarse en estado libre,
formando asociaciones transitorias denominadas polisomas, o bien
adheridos a la cara externa de las membranas del retículo
endoplasmático rugoso. También aparecen ribosomas en el interior de
algunos orgánulos como mitocondrias y cloroplastos La función de los
ribosomas está relacionada con la síntesis de proteínas. Son el lugar
donde se lleva a cabo el ensamblaje ordenado de los aminoácidos que
integran las cadenas polipeptídicas. El papel concreto que juegan los
ribosomas en este proceso no es todavía bien conocido.

LISOSOMAS

Los lisosomas (del griego lysis = destrucción) son orgánulos


de membrana sencilla que albergan en su interior enzimas hidrolíticos.
Se trata de vesículas esféricas rodeadas de membrana con un
diámetro aproximado de 1 µm. Se originan a partir del aparato de
Golgi: algunas de las vesículas emitidas por la cara trans de este
orgánulo, tras un proceso de maduración, se transforman en
lisosomas. El contenido de los lisosomas es abundante en enzimas
hidrolíticos. Estos enzimas catalizan reacciones de hidrólisis, es decir,
reacciones en las que, mediante la intervención del agua, se rompen
determinados enlaces covalentes, en particular, aquellos que
mantienen unidos a los diferentes sillares estructurales que forman
parte de las macromoléculas (enlaces éster, peptídicos, glucosídicos,
etc.). Los enzimas hidrolíticos tienen un pH óptimo próximo a 5, más
ácido que el del hialoplasma (alrededor de 7), por ello, en la
membrana de los lisosomas existe una proteína transportadora que,
consumiendo energía procedente de la hidrólisis del ATP, bombea
iones hidrógeno desde el hialoplasma con el objeto de que en el
interior del lisosoma se alcance dicho pH óptimo. La razón de que los
enzimas hidrolíticos deban estar confinados dentro de los lisosomas
estriba en el peligro potencial que estos enzimas suponen para la
célula. De encontrarse libres en el hialoplasma podrían provocar la
degradación, por rotura de enlaces, de importantes estructuras
celulares, causando la muerte de la célula. De hecho, el mecanismo
que desencadena algunas graves enfermedades, como la gota o
la silicosis, es una liberación accidental de estos enzimas hidrolíticos
por rotura de la membrana de los lisosomas.
VACUOLAS
En las células eucariotas existen enclaves citoplasmáticos en los que
se acumulan diferentes tipos de sustancias. Si estos enclaves están
rodeados de membrana se denominan vacuolas, en caso
contrario, inclusiones.

Las vacuolas tienen su origen en la fusión de vesículas procedentes


del aparato de Golgi. Están presentes en todo tipo de células pero son
especialmente abundantes en las células vegetales, en las que
generalmente ocupan el 50% del volumen celular llegando en algunos
casos al 95%. Las vacuolas de las células vegetales acumulan en su
interior sustancias hidrosolubles que de no estar confinadas por una
membrana se dispersarían por todo el citoplasma. Entre estas
sustancias se encuentran productos de deshecho del metabolismo
celular, sustancias de reserva, pigmentos e incluso algunos alcaloides
venenosos que la planta utiliza para alejar a los depredadores. Las
vacuolas también ayudan a regular el equilibrio osmótico de las células
vegetales en las células animales también existen vacuolas; entre
ellas destacan las vacuolas pulsátiles que algunos protozoos que
viven en medios hipotónicos utilizan para bombear hacia el exterior el
exceso de agua.
Las inclusiones acumulan sustancias que por su escasa solubilidad en
agua no se dispersan fácilmente en el hialoplasma, por lo que no
resulta necesaria una membrana que las limite. Algunas inclusiones
presentes en las células animales son los gránulos de glucógeno de
las células hepáticas y las gotas de grasa típicas de las células del
tejido adiposo. En las células vegetales también existen inclusiones,
como las que acumulan aceites esenciales de naturaleza terpenoide
que desprenden aromas característicos.

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