La mujer en las poblaciones
mam COMIÓ partir del trabajo que realizo
A -como mujer- con mujeres
Jak pobladoras, considero que no
han ocurrido cambios signifi-
cativos que modifiquen cua-
litativamente la condición de margl-
nalidad de éstas. De hecho en el plano
social sus condiciones materiales de
vida han experimentado sólo una leve
mejoría; su vida matrimonial y fami-
liar continúa siendo sofocante para
un número Importante de ellas: su
vida sexual y su maternidad es vivida
muchas veces parcialmente, debido a
los condicionantes culturales negati-
vos que aún permanecen.
En el planojuridlco, han recupera-
do algunos derechos perdidos en años
anteriores, pero falla aún dar pasos
significativos en relación al status de
la mujer dentro de nuestra conviven-
cia nacional, en relación a su materni-
dad, a las garantías y derechos labo-
rales, y a sus garantías y derechos
matrimoniales y familiares.
De todos modos cabe destacar que
hoy día -más que en el pasado- se
escuchan voces de muchas mujeres
que reclaman de su situación. Este
reclamo lo hacemos en forma más
madura, más consciente, con pro-
puestas constructivas, con mayor co-
nocimiento de las modificaciones so-
ciales necesarias para mejorar real-
mente su situación
en estos diferentes
planos. Esto sin
duda es positivo
para la mujer, por
que si su «grito» no
es revanchlsta -
pero sí denuncian-
te- será tomado con
mayor seriedad por
la sociedad y se lle-
varán a cabo, más
fácilmente, los
cambios concretos
y necesarios para
permitir una mejo-
ría sustancial en su
condición actual.
M.tcxena Cómelo
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Algunos problemas más urgentes
En el caso de la mujer pobladora el
problema mas urgente consiste en
poder mejorar integramente su cali-
dad de vida y !a de su grupo familiar,
en alcanzar mejores niveles de educa-
ción, formación y capacitación, en te-
ner mayores espacios formales de par-
tí cipacIon en la gestión del poder local,
y en una mayor Injerencia en la deter-
minación de las políticas familiares,
habitaclonales y educacionales.
Urgen soluciones a los problemas
que vive en el plano sexual; por lo
general, el hombre «usa. a su antojo el
cuerpo de la mujer (a veces sin tener
mucha conciencia de ello). De hecho,
la frigidez es común en las mujeres
pobladoras y, lamentablemente, mu-
chas de las relaciones sexuales se
parecen más a «masturbaciones
masculinas» que a «coitos de una pa-
reja».
Lo anterior se observa de manera
sutil en los medios de comunicación -
donde las mujeres experimentamos
las mayores inconsecuencias ante los
mensajes de felicidad asociados a
determinados tipos de características
de mujeres- y en el comportamiento
social cotidiano en donde seguimos
siendo una pieza aún no considerada
cabalmente en este rompecabezas.
¿Qué hacer para integrar a la
mujer al desarrollo del país?
Asimismo, es necesario que la
mujer pueda incorporarse plena e ín-
tegramente al mundo laboral median-
te una legislación particular, apropiada
a su condición de mujer, esposa, ma-
dre y trabajadora. El aporte femenino
en este ámbito es muy importante, y
no se puede prescindir de él, porque si
no corremos el peligro de vivir para
siempre en una sociedad estructurada
•en forma masculina», donde predo-
mina lo racional y lo objetivo, la lógica
y la competencia, y no lo afectivo y lo
subjetivo, la gratuidad y el compartir.
MENSAJE W 4 U . NOVIEMBRE (992
 ...es necesario Desde la pespectlva de la mujer
pobladora -y de la mujer en general-
que la mujer las principales modificaciones via-
bles están en la educación. Resulta
pueda imprescindible que se eduque para
incorporarse el iser mujer» y para el «ser hombre»,
y que la educación sexual se
plena e enmarque dentro de esta concepción
íntegramente al más amplia de afectividad y sexua-
lidad. Lo ideal sena comenzar desde
mundo laboral la Infancia, comprendiendo las dife-
rencias, entre hombre y mujer, a
mediante una nivel biológico, de rasgos sicológicos
legislación y también de las semejanzas sobre
todo en el plano espiritual.
particular, Es necesario -por lo menos en el
apropiada a su lugar donde trabajo, en la Comuna
de la Plntana- hacer tomar mayor
condición de conciencia a las mismas mujeres, de
la Importancia del rol femenino en
mujer, esposa, nuestra sociedad, no por revan-
madre y chfsmo contra el hombre sino para
ser reconocida por él y por todos. Hay que favorecer un ambiente en el cual las mujeres
trabajadora. Para esto, resulta central Incorporar
se atrevan a usar su propio lenguaje
al hombre en esta toma de concien- Considero que hay que favorecer
cia (ej: talleres de pareja, no sólo de un ambiente social en el cual la mujer
mujeres), lo que ayudará a que el pobladora, y todas las mujeres, nos
hombre también reconozca la plena atrevamos a usar nuestro propio len-
dignidad de la mujer. Asi en lugar de guaje, nuestros propios modos de re-
competir, mujeres y hombres pueden lacionarnos. Lograremos así que esto
redescubrlrsu complementación, su sea valorado por nosotras mismas y
unidad, como seres a imagen y se- por las demás personas, y podremos
mejanza de Dios, y compartir. Des- entonces actuar sin complejos, sin
cubriendo cada uno su originalidad resentimientos, sin tener que «mascu-
personal, se enriquece el diálogo linlzamos» para ser escuchadas, es
entre ambos y logran una verdadera decir, comunicarnos, siendo nosotras
relación de comunión y ayuda mu- mismas, desde nuestro ser propio ori-
tua. ginal. •

MENSAJE W 414, NOVIEMBRE 1992 531