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La vida de Donald Woods Winnicott.

Donald Woods Winnicott nació en Plymouth, puerto del sudoeste de gran Bretaña.
Sus padres son protestantes y él es el único varon de la familia pues tiene dos
hermanas mayores.

Según cuenta winnicott, el padre, a raíz de haberle oído pronunciar unas


palabrotas, lo ingresa como pupilo en Cambridge. Allí comenzara sus estudios en
medicina.

Leyendo un libro de Freud, tiene la intuición de que el psicoanálisis es el camino


que ha estado buscando. Su consultorio pediátrico se transformara gradualmente
en consultorio de psiquiatría infantil. En 1935, winnicott es ya un psicoanalista
calificado de la sociedad británica de psicoanálisis. Entre 1935 y 1940 realiza una
supervisión con Melanie Klein. Hacia la misma época Melanie Klein le pide que
tome en análisis a su hijo Eric.
En 1940, winnicott inicia un segundo análisis, de 10 años con Joan Rivere. Para
situar el lugar de D. W. Winnicott en la sociedad Britanica de psicoanálisis,
conviene recordad que desde los años cuarenta en adelante, esta sociedad es
sede de contiendas particularmente violentas. Estas contiendas desembocan, en
1946, en el establecimiento de dos programas de formación. Hay dos grupos
antagónicos, los anafreudianos (alumnos de anna Freud) y los kleinianos, más
cierto número de analistas que se niegan a enrolarse en uno u otro partido y que
se agrupan bajo la denominación de middle group. En este middle group
encuentra su lugar Winnicott.

Winnicott ocupa diferentes puestos importantes en el seno de la sociedad británica


de psicoanálisis. En especial, en su presidente de 1955 a 1959 y de 1965 a 1968.
A lo largo de toda su carrera, winnicott es repetidamente invitado a dar
conferencias ante públicos diversos compuestos por médicos, asistentes sociales,
enseñantes.
Se encuentra aun en plena actividad cuando una enfermedad pulmonar y cardiaca
le causa la muerte, en 1971.
La obra de D. W. Winnicott.

A lo largo de su obra, Winnicott hace hincapié en la influencia del medio sobre el


desarrollo psíquico del ser humano. Para Winnicott, como para todos los autores
que investigan su evolución, el ser humano lleva en si una tendencia innata a
desarrollarse y unificarse. La expresión “proceso madurativo” se aplica, en el plano
psíquico, a la formación y evolución del yo, del ello y del superyó.
En el entorno, sin embargo, representado por la madre o por un sustituto, el que
permitirá o entorpecerá el libre despliegue de estos procesos. En función de este
hilo conductor, definido por la interacción entre en entorno y el desarrollo psíquico
del ser humano, consideraremos seguidamente los dos primeros periodos de la
vida. Primeramente el periodo inicial, del nacimiento a los 6 meses, en que el niño
se encuentra en un estado de dependencia absoluta respecto del entorno, es
decir, de la madre. Luego, el segundo periodo, de los 6 meses a los 2 años, en
que se encuentra, por el contrario, en un estado de dependencia relativa.

Periodo de dependencia absoluta.

Tomemos el primer punto: evolución psíquica del ser humano durante el periodo
de dependencia absoluta.
El bebe depende enteramente del mundo que la madre le ofrece, pero lo más
importante y lo que está en la base de la teoría de Winnicott es el hecho de que el
bebe desconoce su estado de dependencia. En el espíritu del bebe, él y su
entorno son una misma cosa.

Las tres funciones maternas.

En los comienzos de la vida, las necesidades del lactante son de orden corporal,
pero también existen necesidades ligadas al desarrollo psíquico del yo. La
adaptación de la madre a estas necesidades del bebe se concreta por el
cumplimiento de tres funciones maternas:

 La presentación del objeto.


 El holding.
 El handling.

El ejemplo mas llamativo de la función materna, es el de presentación del objeto,


es la presentación del pecho o del biberón. Este ofrecimiento se inicia con lo que
Winnicott denomina primera comida teórica, que es también una primera comida
real.
La segunda función de la madre corresponde al holding, es decir, mantenimiento.
La madre protege al bebe de los peligros físicos, tiene en consideración su
sensibilidad cutánea, auditiva, visual, su sensibilidad a la caída, su ignorancia
respecto de la realidad exterior. Con los cuidados cotidianos, instala una rutina, en
forma de secuencias repetitivas.

La tercera función de la madre se ejerce a través del handling, es decir, la


manipulación del bebe en la presentación de cuidados. La madre cambia al bebe,
lo baña, lo acuna, etc. El ejercicio de esta tercera función de la madre es
necesario para el bienestar físico del niño, quien se experimenta poco a poco
viviendo en un cuerpo y realizando así una unión entre su vida psíquica y éste.

La madre suficientemente buena.

La madre que durante los primeros meses de la vida de su hijo se identifica


estrechamente con éste, adaptándose a la perfección, en teoría, a sus
necesidades, es calificada por Winnicott de madre suficientemente buena.

La madre suficientemente buena permite que el bebe desarrolle una vida psíquica
y física apoyada en sus tendencias innatas.

El verdadero self.

Lo que va a ocuparnos de inmediato es el verdadero self. Según Winnicott, el


verdadero self es la persona que es yo y solamente yo; dicho en otros términos, la
persona que se construye fundamentalmente a partir del ejercicio de sus
tendencias innatas.

La madre insuficientemente buena.

Puede corresponder a una madre real o a una situación. En ciertos casos, la


expresión madre insuficientemente buena no se refiere al comportamiento de una
madre real, sino una situación en la que son varias las personas que prodigan los
cuidados al niño.
Trastornos psíquicos originados durante el periodo de dependencia absoluta.
Orientaciones terapéuticas.

Los defectos de adaptación provocan carencias en la satisfacción de las


necesidades y entorpecen el despliegue de los procesos vitales. Cuando el bebe
se encuentra privado de una madre como esta, la maduración del yo no puede
efectuarse y el desarrollo de sus principales funciones se desbloquea o
distorsiona.

Durante este periodo, cabe concebir al pequeño como un ser inmaduro que se
halla todo el tiempo al borde de una angustia inimaginable, impensable. Cuando la
madre no cumple su función del sostén del yo, lo que surge es esta angustia
impensable, portadora entonces de una amenaza de anonadamiento cuyas
principales variantes se exponen a continuación:

 Fragmentarse.
 Vivir una impresión de caída sin fin.
 Sentirse elevado a cumbres infinitas. Carecer de relación con el propio
cuerpo y, por ultimo, de orientación espacio- temporal.

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