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miseriasHuí a una ciudad interior

luces de esperanza en la noche


largas rutas en sombra y silencio
Fría inmensidad cruel y veloz
Deseaba sueños y estrellas
solo hay fantasmas y voces perdidas.
Andrajos en el viento.

Barcos

Los buques de la noche


Sin destino ni puerto
Solo resistiendo la furia del infinito
Timonel y capitán
En la tormenta, ego y voluntad.
Largos años creciendo como árboles.
Un par de secretos
Nos guían fielmente
Artilugios y magias
Palabras y sortilegios
Despliego mis velas en la noche
Estaré sola con las estrellas,
O sin ellas.
El oleaje se lleva las ausencias
No habrá puerto
He dejado el miedo en la bodega
Y lo bebo cada tanto
Solo espero el céfiro que me lleve lejos
y no regresar.

La araña

En las blancas cortinas,


Mis sueños tejen,
Una vida fugaz.
Frágil mariposa roja,
En la red de la araña.
Un buque silencioso,
En el crepúsculo.
Un fuego para beber
Despacio.

Verano
En las paredes sopla,
El fresco silencio de la tarde,
Humedad de un recuerdo,
Que nunca termina de aclararse.
Música de los árboles.
Oro que anima las horas.
Incandescente en las nubes,
Lluvia que lava mi cuerpo,
Y muestra los signos de mi amor.
.

La casa

Colmada de viento,
De voces y silencios,
Corredores y puertas llevan,
Hacia una habitación,
Que vive en el pasado.
Y en la noche.
Crece como un árbol,
Frutos de recuerdos,
Flores de alegrías,
Semillas para el destino.
Fértiles sombras de musgo,
En el jardín de la terraza
Las paredes marcadas por lluvias, sueños,
Blanqueadas por el sol sin tiempo
Libros y cuadros son guardianes,
De antiguos espíritus familiares,
No hay lugar para la soledad.

De la frágil vigilia

Mecanismos y engranajes,
De hábitos y cifras

Corriente que me arrastra,


Al teatro de las cosas quietas.

Trama sutil y fatal, irresistible.


Blancas arañas en la sombra,
La trampa que acecha.
La maravilla que se aleja.

El sueño dorado,
Que olvido.

Otoño

Correr tras de ti todo el día,


Pasión que me atormentas
Huyendo de la tensión
Pesada del mundo
Y caer en tu lecho
De espíritus y especias
Juntar impulso para seguir
El camino que encuentro a mis pasos
Oh, Bendito Diablo que
Habitas en mi pecho
Solo tu me sacias
Sueño que me despiertas.

De la fragil vigilia

El ritual oscuro del firmamento


El vinum sabbati del ágape
El humo embriagante de las sumidades floridas
El añejo licor de cereales
La danza en el círculo de fuego
Las armas del arte que florecen en mis manos
Las puertas al averno lleno de tesoros
Los frutos de las profundidades que añoro
Las luces de las aguas calmas
La lluvia que fertiliza mis sueños
Símbolos del agreste brillo del alma
Vigilias frágiles como sueños esquivos
Unos cuantos mundos permitidos
Amores como estrellas fugaces
El inesperado destino

Noche urbana
Cae la noche en su desvelo,
Huye la sordidez y la vulgaridad del mundo,
Bajo el manto de joyas engarzadas
Todo el esplendor de ideas y discursos vuelve al sueño,
Las cosas abandonadas e inútiles reviven.
Máquinas, muebles,calles, recuerdan..
Dioses, mortales y quimeras,
No resisten el secreto de su presencia.
Corredores urbanos, plácidos de sombras,
Son pasajes secretos hacia un interior.
Cada sonido minucioso,
Oculta un sendero a un jardín oculto.

Busqueda

Quiero retener las palabras,


Que se me escapan,
Por las puertas abiertas de los días,
Y regresan de noche.
Armar la red de sílabas y cifras,
Que atrape ángeles,
aferrarme a las alas y a las nubes.
Que mi hogar sea el firmamento,
Y el viento el sagrado encuentro.
Dejar el cuerpo atrás,
Por las ciudades perdidas.
Lobos que corren, por una luna .
Pero el bosque es la inmensidad,
Jamás se llega al centro.
Cada latido me lleva a las profundidades sin fin,
Busco ese corazón ardiente,
Que me acompañe,
Por el pasaje del matorral espinoso.
En el sueño alguien escuchará mi canto,
Y aullará conmigo.

Sin sueño

Profano la madrugada con mi vigilia química.


Mis pasos se pierden en la ciudad fantasma, calles hacia el frágil destino.
En la prisión del cuerpo, espíritus se revelan.

La noche, que oculta la huella de la trama.


Telón oscuro de las marionetas domésticas, me desvela,
Ya no hay sueño. Solo el laberinto de mi carne.

Vigilia química

Las primeras luces


De la cacería del alba
Desnudan las miserias del mundo.

Encuentros y ausencias
Forman el tejido siniestro
Del clorhidrato.

Las sirenas que pueblan la ciudad


Me atraen hacia las sombras.
Escucho de lejos esa,

Farsa dulce del canto gregario,


El único orgullo del becerro,
Que sigue la manada.

Veo el amanecer enjaulado, escapa


Atravesando las multitudes,
Hacia una victoria solitaria.

Regreso

Mis tacos se clavan


En las calles abandonadas
Al toque de queda de la soledad
Solo el firmamento me cobija
En esas luces lejanas
Que reducen la importancia del mundo
Almas que vagan en sueños
La adorada inconsciencia
Del laberinto urbano
Tan sensual, tan irresistible.
Libres sombras, lo pueblan,
Todos buscamos un fuego.
De regreso, o solo un gesto.

La caida, dulce agonía del destierro


Exilio en el vacuo mundo
De jornadas prisioneras
Esperando la vuelta a casa

La noche sabe dónde esta cada uno


Ofrece sus secretos
LoAl que se olvida de si
Al que olvida este mundo
Ella le ofrece otros
Al que se refugia en su manto
De lágrimas infinitas
Ella envía a sus emisarios
Con obsequios de misterio
Afanes de pródigos milagros
La libertad del sueño.

Paseo nocturno

Noche tesoro
De ausencias
Frío y lejanías
La soledad con su manto
de luces callejeras
Atravieso una ciudad vacia
Un hilado de sombras
Encaje bordado de sueños
El paredón infinito
Los perros, los camiones
Cruzan la frontera invisible
Las frágiles realidades diurnas
Se desvanecen, paso a paso
Ni yo misma me encuentro.

Nocturna

Puede ser la última noche,


Si, la delicia de la última
Noche en soledad,
Sin ti, sin palabras, sin ti,
Solo una verdad presente,
La inmensidad real,
Aquello que fue antes de mi
Y que será después de mi
La verdad.
El jardín, donde somos,
Solo flores de estación,
Que luego de muchos siglos,
Volvemos a florecer.
Un agua negra, que tarda milenios
En cristalizar,
Y reflejar la luz de las estrellas,
El reflejo de lo invisible.

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