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¿Qué es el leasing financiero?

El leasing financiero es una operación de financiamiento, mediante la cual una


institución financiera adquiere un bien, que previamente ha seleccionado quien
solicita la realización de la operación y que el banco entrega a esta persona,
bien sea natural o jurídica, para que lo use a cambio de un canon con opción
de transferencia (posibilidad de adquisición) de este activo al final del pago,
aunque al final esta persona puede optar por no comprarlo y este bien seguirá
siendo de la institución financiera. 

Aquí, el arrendador (entidad financiera) es el dueño legal del activo durante la


duración del contrato, mientras que el locatario se beneficia de la vida
económica del activo y asume las responsabilidades derivadas de la tenencia
del mismo y las que se hayan pactado inicialmente en el contrato (e.g.
mantenimientos, seguros, entre otros).

Al final de la operación, que generalmente comprende un periodo igual a la vida


útil del activo, el locatario tiene la potestad de ejercer una “opción de
adquisición” sobre el mismo bien a un precio pactado desde el inicio –
generalmente a su favor y que no es superior al 30% del valor comercial del
bien– o restituirlo (devolverlo) a la entidad financiera.

Por lo general, mediante leasing financiero se financia la adquisición de activos


especializados, pues este mecanismo de financiación se ajusta más fácilmente
a las características financieras y al modelo de negocio de cada cliente, lo cual
permite que el banco o la compañía de financiamiento comercial conceda
plazos de financiación más extensos.

¿Cómo funciona el leasing financiero en un


banco?

El canon de arrendamiento está compuesto por:

 Capital: El cual se calcula dividiendo el valor del desembolsado menos la


opción de compra sobre el número de Cánones del leasing

 Intereses: Se calculan a la tasa estipulada según la amortización, sobre


el saldo a capital de la obligación (la opción de compra hace parte del
saldo de la obligación).
¿Qué es el factoring?

El Factoring es una alternativa financiera que permite a las


empresas obtener anticipadamente el valor de sus facturas por cobrar,
mediante la venta de estas a una entidad financiera. Las empresas consiguen
liquidez por adelantado, y la entidad financiera se cobra con un porcentaje de
descuento de la factura.[1]

En otras palabras, el Factoring es un servicio financiero que presta el “Factor”,


consistente en la compra de las facturas que se encuentran sujetas a un plazo
para su cobro. Las empresas, en vez de esperar a que se cumpla el plazo para
poder cobrar sus facturas, pueden venderlas al Factor para que este se ocupe
de su cobro al respectivo deudor, una vez vencido el plazo.

Ejemplo de una operación de Factoring

Una empresa tiene la costumbre de vender sus prendas de vestir a un almacén


y recibir el pago de $10’000,000 pesos cada 90 días. En lugar de esperar los
90 días para obtener su pago, la empresa textil puede recibir anticipadamente
el valor de esta factura. Para ello, la empresa vende su factura a una entidad
de Factoring que, por ejemplo, a cambio de un porcentaje de descuento del
3%, le entrega la suma de $9’700,000 pesos. Aunque la empresa no obtuvo el
valor total de la factura, consiguió liquidez casi inmediata y por adelantado. Una
vez trascurran los 90 días, la entidad de Factoring, que es el nuevo titular de la
factura, cobrará al almacén los $10’000,000 de pesos, logrando una
rentabilidad de $300,000 pesos.

Actores en el Factoring

Factor

El factor o cesionario es la entidad financiera que compra las facturas por


cobrar, a cambio de un porcentaje de descuento. Este actor se ocupa de la
compra de las facturas, y del cobro de las mismas a sus deudores. Los bancos
son las principales entidades financieras que realizan esta actividad. No
obstante, este servicio también puede ser prestado por las Corporaciones
Financieras,[2] las Compañías de Financiamiento,[3] cooperativas de ahorro y
crédito, las secciones de ahorro y crédito de las cooperativas multiactivas o
integrales, bajo la inspección vigilancia y control de la Superintendencia de la
Economía Solidaria. Adicionalmente, pueden adelantar esta operación las
sociedades comerciales cuyo objeto social sea el factoring y se encuentren
bajo la inspección, vigilancia y control de la Superintendencia de Sociedades. 
El factor se encuentra sometido a la vigilancia de la Superintendencia de
Sociedades, cuando cumplan con ciertas características. 

El Factor realiza la compra de unas facturas cuyos plazos y condiciones ya han


sido pactados previamente por el Cliente y el deudor. Generalmente, los plazos
para cobrar las facturas se pactan en 30, 60 o 90 días.

Cliente

El cliente o cedente es la persona natural o jurídica que se encuentra


interesada en obtener liquidez a través de la negociación de sus facturas, para
lo cual realiza la venta de sus facturas por cobrar al Factor o entidad financiera.
Esta operación supone, naturalmente, la cesión de los créditos o derechos que
tiene frente a terceros.

Deudor

El deudor es aquella persona natural o jurídica que tiene la obligación de pagar


al acreedor el monto de dinero estipulado en la factura. Cuando el Cliente
vende sus facturas por cobrar al Factor o entidad financiera, esta se convierte
en el nuevo acreedor, por lo que el deudor deberá pagarle a este último el valor
total de las mismas, al momento de su vencimiento. Vale aclarar que el deudor
no es propiamente un actor en la operación de Factoring, toda vez que las
partes del contrato de factoring son el Factor y el Cliente.

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