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ANTES DE EMPEZAR, SABÍAS QUE Es muy impreciso todo cuanto rodea la vida y obra de Shakespeare. Hay muy
pocas certezas y de difícil comprobación. Todo a su alrededor es bastante misterioso.
ACTO PRIMERO
ESCENA I
Desdémona y Otelo se han casado en secreto .Rodrigo ama a Desdémona y está despechado por su
matrimonio con Otelo. El alférez Yago odia a Otelo y a Cassio porque no obtuvo el ascenso de cargo que
esperaba.
RODRIGO: ¡Basta, Yago! ¡El moro, recién casado con Desdémona! No puedo creer que tú supieras y no me
hubieras dicho nada...
YAGO. : ¡Pero si no sabía!
RODRIGO: ¿Qué no sentías odio por él?
YAGO: ¡Y créeme que lo odio! Tres coroneles fueron a pedirle que me hiciera su teniente, que me subiera de
rango. Pero Otelo el moro, inflado de orgullo, rechazó la demanda con gesto ampuloso: «ya he elegido a mi
oficial». ¿Y a quién eligió como su teniente? A Miguel Cassio.
RODRIGO: ¿Y entonces por qué sigues a sus órdenes?
YAGO: Tengo mis razones Rodrigo, yo tengo mis razones. Yo sirvo al moro, sólo porque así me sirvo. Sólo
porque así me sirve. Yo voy a tomarme mi revancha, Rodrigo… Yo no soy lo que parezco…
RODRIGO: (indica) ¡Ésta es la casa de Desdémona!¿Porque teníamos que venir hasta aquí?
YAGO: Llama a su padre. Despiértalo. Entrégale al moro, acúsalo. Cuéntale que su hija se casó con un
extranjero. ¡Ladrones, Brabancio! ¡Ladrones!¡Acaban de robarle, señor! Acaban de robarle lo más sagrado, la
mitad más pura de su alma, la sangre más pura de su pura sangre. ¡Levántese rápido! ¡Corra a llamar a sus
vecinos y amigos, porque, si no, el diablo lo va a hacer abuelo!
(Aparece Brabancio.)
BRABANCIO: Te voy a matar, Rodrigo.
RODRIGO: Máteme si quiere, señor. Pero antes déjeme decirle algo: sólo dígame que usted sabía. Que usted
sabía que su hija se había casado con Otelo, Si, con el general Otelo, un negro sin patria y sin hogar.
BRABANCIO: Iré a despertar a mi hija, Rodrigo. Para taparte la boca para siempre. Luego, te meteré en la
cárcel.
YAGO: Adiós, Rodrigo, voy a reunirme con Otelo. Izaré frente a él la bandera falsa de mi afecto y mi
obediencia.
COLEGIO DIOCESANO OBISPO LABBE
“EDUCAR EN CRISTO PARA UNA VIDA EJEMPLAR”
Unidad Técnico Pedagógica – 2014
Profesora: Camila A. Navarro P.
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
PRIMER ACTO
ESCENA III Es la Cámara del Consejo, en el Palacio de Gobierno.
DUX: Una negra nube se cierne sobre el cielo de Venecia.
SECRETARIA: Ciento cuarenta naves de los turcos se dirigen hacia Rodas.
DUX: No lo creo, Senador. Chipre es el objetivo del Turco.
SECRETARIA: Los reportes señalan a Rodas, señor.
(Entran Brabancio, Otelo, Yago, Rodrigo y oficiales)
OTELO: Les contaré qué pócimas, qué engaños, qué mágicos poderes usé para seducir a su hija… Dux, quisiera
pedirle que envíe a buscar a Desdémona, al Hotel Nube, para que sea ella misma, en primera persona, la que
complete mi relato.
DUX: Autorizo. El Dux chasquea los dedos y salen dos oficiales a buscar a Desdémona.
OTELO: Si al cabo de lo dicho me encuentran culpable, no se contenten con retirarme la confianza y despojarme
de mi cargo. Hagan rodar mi cabeza sobre el suelo.
BRABANCIO: ¡No lo dudes!
DUX: (con un gesto, calla a Brabancio). Escucho.
OTELO: Su padre, señores, que destemplado esta noche me insulta y pide a gritos mi cabeza, su padre, digo, me
quería mucho… Era habitual que me invitara a su casa, donde se solazaba, una y otra vez, interrogándome sobre
la accidentada historia de mi vida. Todo le interesaba: cada batalla, cada asedio, cada una de las desarregladas
suertes que me tocó enfrentar. Una tarde llegué y Brabancio no estaba. Por primera vez, Desdémona dispuso de
todo el tiempo del mundo para conversar conmigo. Le conté de todas las veces que escapé por un pelo de la
muerte apasionada que me celaba. Cuando intentaron envenenarme en la campaña del Líbano. Cuando fui
hecho prisionero y vendido como esclavo a los egipcios. No le ahorré detalle de las miserias de la guerra. Cuando
terminé de hablar, me pareció que era la primera vez que contaba parte de mi vida. Nos miramos largo rato en
silencio. El amor que nos había tomado por asalto. Ésa es, señores, la única brujería que he empleado.
BRABANCIO: Sólo una cosa, mi Dux. Ya que mi hija está aquí presente autoríceme a preguntarle a ella si fue con
su voluntad y libremente que se entregó en brazos del moro.
DUX: Autorizo.
BRABANCIO: Acérquese, se lo suplico, hermosa joven. ¿Puede señalar, entre todos los presentes, a quién debe
usted la mayor obediencia?
DESDÉMONA: Mi noble padre, reconozco, entre los presentes, una obediencia dividida. A usted le estoy obligada
por vida y educación. Nací su hija y así he crecido, profesándole respeto incondicional de padre. Pero en esta sala
también está mi esposo. Y la misma obediencia que en otro tiempo a usted le declaró mi madre, prefiriéndolo
entonces a su propio padre, ahora reconozco y declaro yo hacía Otelo, mi bien amado.
BRABANCIO: ¡Suficiente! No tengo más preguntas no tengo nada más que hablar. Hija mía, tu escapada a
escondidas, como un ladrón en la noche, me enseñó que no hay dolor más agudo que la traición recibida de
quien más queremos.
DUX: Permítame reflexionar, noble Brabancio, aportando visiones que traigan paz.
BRABANCIO: Con todo respeto, mi buen Dux, y agradeciéndole de corazón sus sabios refranes, le rogaría que
pasáramos, sin más, a los asuntos de Estado.
DUX: Sin embargo, Brabancio…
BRABANCIO: Insisto.
DUX: Hecho. (a los Senadores) Reporte.
OFICIAL: (cuadrándose) Los turcos se dirigen hacia Chipre.
COLEGIO DIOCESANO OBISPO LABBE
“EDUCAR EN CRISTO PARA UNA VIDA EJEMPLAR”
Unidad Técnico Pedagógica – 2014
Profesora: Camila A. Navarro P.
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
DUX: Lo dije… Otelo, los turcos navegan rumbo a Chipre con la más poderosa flota que jamás les hayamos visto
y Tú Otelo, tú serás quien comande nuestro ejército y nos conduzca a la victoria.
OTELO: Siempre los he servido con arrojo, nobles señores y no será ésta la excepción. Ahí me quieren, ahí
estaré. Se va llevándose a Desdémona.
BRABANCIO: Mírala con atención, moro, si tienes ojos para ver. Ha engañado a su padre. Bien puede engañarte
a ti.
OTELO: Pongo mis manos al fuego, señor.
BRABANCIO: Lleva entonces ungüento para las quemaduras. Lo vas a necesitar.
PRIMER ACTO
ESCENA IV
Se apaga el Salón del Consejo y se ilumina un farol en la calle, al tiempo que suena a todo volumen la sirena de
un barco.
(Yago y Rodrigo conversan)
RODRIGO: ¿Viste eso, Yago?
YAGO: Anda a dormir.
RODRIGO: Ella lo adora… Voy a ahogarme. Voy a ir al Puente de los Descalzos, a lanzarme a las aguas del Gran
Canal.
YAGO: No seas imbécil…
RODRIGO: Imbécil es vivir cuando la vida es un tormento. Sé que es una vergüenza estar enamorado a este nivel,
pero no puedo evitarlo.
YAGO: ¿Qué no puedes evitarlo? ¡Un pepino! Ser de tal o cual manera depende de nosotros. Nuestro cuerpo es
un jardín y nuestra voluntad, la jardinera.
Ya sea plantando ortigas o sembrando lechugas, plantando hisopo y arrancando tomillo, llenándolo de una
especie de hierba o de muchas distintas, dejándolo yermo por desidia o cultivándolo con celo, el poder y
autoridad para cambiarlo está en la voluntad. Por supuesto que puedes evitarlo. CON VOLUNTAD.
RODRIGO: No sé, no sé…
YAGO: Pon voluntad.
RODRIGO: No sé…
YAGO: ¡Sé hombre, Rodrigo! ¡Entero, completo, de pie! Ahogarte… habrase visto tamaña estupidez…Justo ahora,
cuando todo está en movimiento y nada ocupa aún su lugar definitivo. Justo cuando gira y gira la rueda de la
fortuna y todo aún podría pasar…Justo ahora quieres bajarte, por favor…
RODRIGO: No sé, no sé… YAGO:
¡YO SÍ SÉ, Rodrigo! Y te lo voy a decir, paso a paso… Echa dinero en tu bolsa, mucho, porque lo vas a necesitar,
ponte una barba postiza para que nadie te reconozca y síguenos a la guerra. Las cosas van a cambiar.
RODRIGO: No sé, no sé…
SEGUNDO ACTO
ESCENA I
Fuerte Famagusta. Gran algarabía. Todos celebran. Cassio y Montano se encuentran entre lo que celebran.
Entran Desdémona, Emilia, Yago y Rodrigo.
DESDÉMONA: (se acerca a abrazar a Cassio) ¡Cassio mi querido amigo Cassio! Se acabó la guerra! ¡Quiso
el destino ahorrarnos un largo camino de sangre!
CASSIO: (abrazándola) ¡Quiso el destino enviarnos a Otelo, mi señora! ¡Afortunado Chipre y la misma
Venecia de contar con su valor! ¡Qué hermosa está usted! ¡Más juvenil y reluciente, aún después de largas
horas de viaje! ¡Venga conmigo! (hablándole a Montano) ella es Desdémona, la recién desposada de
Otelo, mi general.
MONTANO: ¡No tenía idea, mi señora! Y bendigo al cielo. Bendigo la hermosa justicia con que premia a
Otelo, el duro, el infatigable. (besa su mano) Considéreme suyo. Incondicionalmente y para siempre,
hermosa Desdémona.
CASSIO: (a Desdémona) El Gobernador de Chipre, mi señora.
DESDÉMONA: Considéreme honrada de conocer su isla.
MONTANO: Déjenos manifestar en su persona nuestra enorme gratitud por Otelo.
DESDÉMONA. : Le ruego que no lo haga. No me cabe mérito alguno en las proezas de mi esposo.
YAGO: (cuadrándose) ¡Alférez, Yago, Gobernador! A su entero servicio.
MONTANO: (dándole la mano) Bienvenido, alférez, bienvenido! ¡Bienvenido sea todo lo que proviene, se
relaciona o huela remotamente a Otelo, halcón, ángel custodio de las costas de Chipre!
YAGO: Ella es Emilia, mi mujer, asistenta personal de mi señora, Desdémona.
MONTANO. : Bienvenida, Emilia.
EMILIA: Gracias, señor.
CASSIO: ¡Bienvenidos, bienvenidos! (abraza a Rodrigo).
MONTANO: ¡Bienvenidos! (abraza a Yago).¡Bienvenidos, bienvenidos!
Todos se ríen. Cassio abraza a Desdémona por el lado, con un brazo, jugando a inmovilizarla
YAGO: (en Off) Se los dije, se los dije. Cassio disfrutando de la alegre complicidad y la confianza de
Desdémona. ¿A qué distancia están el amor de la amistad? ¿Se parecen? ¿acaso se alimentan, el uno
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“EDUCAR EN CRISTO PARA UNA VIDA EJEMPLAR”
Unidad Técnico Pedagógica – 2014
Profesora: Camila A. Navarro P.
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
del otro? ¿Qué tan cerca se verán, en la aterrada mirada del Moro? Ésa será tu pesadilla, Otelo.
Infierno en la Tierra. Yo me ocuparé de confundirlo todo.
(Entra Otelo)
OTELO: ¡¿Acaso no merezco un abrazo y un beso de mi bienamada esposa?! ¡Triunfamos, amor!
¡Triunfamos y estamos vivos!
DESDÉMONA: ¡ESTAMOS VIVOS, AMOR! (sale)
OTELO,- ¡Estamos vivos, amor! ¡Ven a darme un abrazo! ¡Ojala estemos vivos por mucho tiempo!
¡Ojala sean muchos y largos los años en que disfrute yo de tu compañía!
DESDÉMONA,- ¡Así va a ser, amor! ¡El cielo está con nosotros!
OTELO.- ¡Ven acá!
DESDÉMONA.- Dichosa yo de tener tus brazos que me protegen.
OTELO.- Dichoso yo, Desdémona, de tener los tuyos que me acaricien.
YAGO - (en off) Todo es amor entre los amantes… Solo yo, sin embargo, alcanzo a divisar la grieta. La
fisura por la que todo se desplomará.
OTELO.- ¡Yago, ¿estás ahí?!
YAGO- ¡Atento y vigilante, mi señor!
OTELO- ¡Trae mis cosas de la bahía! ¡Quiero desembarcar!
YAGO.- ¡Así lo haré!
OTELO.- ¡Nos vemos en la ciudad!
TODOS. : ¡Nos vemos allá, Otelo!
Todos salen.
SEGUNDO ACTO
ESCENA IV
(Rodrigo y Yago se las han arreglado para armar una pelea en medio de una fiesta con el fin de
desacreditar a Cassio frente a Otelo)Brutales ruidos de pelea afuera.Vidrios quebrados, sillas rotas,
gritos.
Entra Rodrigo huyendo de Cassio.
RODRIGO : (aterrado) ¡Retiro lo dicho! ¡Retiro lo dicho!
CASSIO: ¡¿Adornarán las baldosas del Hotel Caterina los sesos desparramados de un perro chipriota?!
RODRIGO: (aterrado) ¡No me haga nada, señor! ¡Se lo suplico!
CASSIO: ¡CONTÉSTAME! ¡¿Adornarán o no adornarán las baldosas?!
RODRIGO: ¡NO ADORNARÁN, señor! ¡No adornarán las baldosas!
CASSIO: Difiero.
YAGO: Déjalo ir, Cassio.
CASSIO: Yo creo que sí adornarán.
MONTANO: (inmovilizando a Cassio, por la espalda) ¡Suéltelo, oficial!
CASSIO: (sin ver quién es) ¡Suéltame tú!
COLEGIO DIOCESANO OBISPO LABBE
“EDUCAR EN CRISTO PARA UNA VIDA EJEMPLAR”
Unidad Técnico Pedagógica – 2014
Profesora: Camila A. Navarro P.
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
TERCER ACTO
ESCENA V
Se ilumina Otelo.
OTELO: Me lo imaginaba.
EMILIA: Tengo que decírselo a mi señora.
OTELO: Difícil, Emilia.
EMILIA: (dirigiéndose a la cama) Eran muy amigos, mi señor… Tiene que saberlo. Llega a la cama.
EMILIA: (abrazándola y llorando) ¡Mi señora! ¡No puede ser! ¡Mi señora! ¡Ella no le hizo mal a nadie! ¡Mi
señora! ¡No puede ser!
OTELO: Te equivocas: ella me engañaba ella era infiel.
EMILIA: ¡Tú fuiste, moro enfermo y estúpido! ¡Te convenciste de que eran ciertas todas las basuras que
alguien te inventó!
OTELO: Pregúntale a tu marido.
EMILIA: ¿¿A mi marido??
OTELO: Él lo sabía.
EMILIA: ¿Fue Yago quien te dijo que ella te era infiel? Eres un imbécil…Emilia toma una pistola y le
apunta a Otelo.
EMILIA:(gritando para afuera) ¡¡SOCORROOO!! ¡¡AYUDA!!
Entra Yago corriendo, pistola en mano.
YAGO: (apuntándole a Emilia) ¡EMILIA, BAJA ESA ARMA!
EMILIA: (sin bajarla) ¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme? ¿Matar a tu mujer?
YAGO: ¡¿Qué estás haciendo?!
EMILIA: A ver si eres tan hombre Yago, este mentiroso dice que tú le contaste que su mujer lo engañaba.
YAGO: ¡¿Baja el arma Emilia?!
EMILIA.: Habla mierda, ¿le dijiste que ella lo engañaba?
YAGO: Sí.
EMILIA: ¿Tú la viste?
YAGO: Sí con Cassio y ahora, ¡cállate!
OTELO: Emilia, Yo lo vi. Desdémona le regaló un pañuelo de seda verde y amarillo a Cassio. Yo lo vi, yo vi
a Cassio con el pañuelo que con tanto amor yo había entregado a mi mujer.
EMILIA: Dios mío, dios mío…
YAGO: Cállate Emilia
EMILIA: Eres un general idiota.Ese pañuelo lo encontré yo y se lo pasé a mi amado esposo porque él me
dijo que estaba melancólico y que el pañuelo le recordaba a su patria... a su madre... a su tierra...
YAGO: Maldita
EMILIA: Tú se lo diste a Cassio.Tú eres quien ha llenado de negros pensamientos la cabeza de este
patético general.
YAGO: traidora.
EMILIA: Estúpido asesino.Que hacía un idiota como usted con una mujer tan maravillosa.
Yago descarga su arma sobre Emilia.
Silencio.
Otelo descarga un tiro sobre Yago.
Silencio.
COLEGIO DIOCESANO OBISPO LABBE
“EDUCAR EN CRISTO PARA UNA VIDA EJEMPLAR”
Unidad Técnico Pedagógica – 2014
Profesora: Camila A. Navarro P.
Asignatura: Lenguaje y Comunicación
ACTO V
ESCENA VI
Entra Montano con dos guardias.
MONTANO: General, el teniente Cassio ha sido asesinado.
OTELO: Yo ordené que lo mataran.
MONTANO: Una prostituta afirma que vio a Yago matar al teniente, General. Tú mataste al teniente
Cassio.
YAGO: No pregunten más, lo que saben es lo que saben. Desde ahora no diré ni una sola palabra más.
MONTANO: Otelo, (descubriendo el cadáver de Emilia y Desdémona). ¿Podría explicar usted que ha
sucedido aquí?
OTELO: Todo esto es muy triste gobernador.
MONTANO: Usted Otelo, queda despojado de su cargo y poder.
OTELO: Sólo les pido que digan la verdad.
MONTANO: Y cual sería esa verdad.
OTELO: Que nunca fui grande. Que yo maté a Desdémona. Y que fui un imbécil por hacerlo.
Que traicioné la confianza de quien más quería. Y que fui violento hasta la locura, porque no podía
soportar la sola idea de no contar con su amor .Y que me arrepentí, pero ya era tarde. Y que morí sin
haberme perdonado.
MONTANO: Entregue sus armas, Otelo.
Otelo se suicida.
Silencio.
FIN