Está en la página 1de 20

Informe de lectura

Música Jesuita en Chile en los siglos XVII y XVIII: primera aproximación – Víctor Rondón

3. Música Jesuita en Chile


Este capítulo parte dando directrices por donde se puede dividir la actividad en el periodo de las
misiones jesuitas, en las que se considera su grado de acceso y distancia respecto a la metrópoli. De
lo anterior se enumeran seis: la primera se refiere a la actividad propia de la ciudad, la que se orientó
directamente a españoles (y secundariamente al resto de la población: indios, negros y mestizos);
la segunda que se orienta a chacras suburbanas, a una o dos leguas de distancia alrededor de las
ciudades orientadas a indios, negros y españoles; la tercera realizada por poblados y estancias entre
La Concepción y Coquimbo, orientadas a españoles, negros e indios, a diez, veinte o treinta leguas
de las ciudades las que demoran en llegar después de dos o tres meses en las que se podían padecer
diversas incomodidades; la cuarta está orientada a las misiones en la Araucanía las que exceden en
rigor y peligros, en los que se pasa se pasa la totalidad del año, exceptuando ciertos días en los que
volvían a sus casas para cumplir con los ejercicios espirituales impuestos por la orden, los que
estaban orientados a los colonos españoles con sus familias, soldados e indios de servicio; la quinta
clase son las misiones del archipiélago de Chiloé; la última corresponde a aquellos intentos
esporádicos de evangelizar a los naturales alejados, fuera del dominio colonial hispano, entre los
que se encuentran los chonos que habitan el sur y el este de Chiloé.

Luego sigue adentrándose en las practicas musicales, siguiendo la línea de las seis divisiones
anteriores, parte haciendo hincapié al motivo principal de la venida de la Compañía de Jesús a
América: la evangelización, de este modo podemos entender que su actividad principalmente
estuvo ligada a catequizar de lo cual se sirvieron de la música como apoyo para esta labor. En
relación con la primera podemos ver que aquellos Jesuitas que trabajaron principalmente en las
ciudades y en las chacras suburbanas, no tuvieron un trabajo muy distinto al de las catedrales,
aunque de manera un poco más autónoma. Luego con la tercera, cuarta y quinta clase, se aprecia
que los principales lugares en los que se asentaron fueron Concepción, La Imperial, Valdivia y
Villarrica, Los Confines, Osorno, Cañete y Castro (en esta ultima el articulo destaca que estuvo
íntegra en manos de la orden de los jesuitas). Uno de los puntos que determino la labor misional de
los Jesuitas fueron las vicisitudes bélicas entre españoles y mapuches, siendo los jesuitas siempre
estando por el cese de la esclavitud. Entre los primeros intentos de evangelización nos encontramos
con el italiano O. Vecchi que narra la cantidad de “infieles” convertidos y que se les ha instruido en
las oraciones básicas, el catecismo y cantos de doctrina en su lengua. Hace la distinción que las
misiones entre los mapuches no fue tan fructífera como con los chilotes, debido a la dispersión del
primer grupo en áreas extensas y difíciles.

Luego comienza a narrar la misión en el territorio de Chiloé, en la que se puede destacar las
dificultades geográficas del archipiélago, en la que una sola misión tuvo que recorrer a todos los
isleños. Se narra que cuando los curas iban a visitar las capillas toda la congregación salía a recibirlos
en procesión junto con los santos y crucifijos, luego volvían nuevamente rumbo a la capilla cantando
a coro las oraciones. En este periodo se celebraban sacramentos, misas y se enseñaba el catecismo
junto con oraciones y cantos, se llevaba a cabo censos en los que se registraban los nacimientos y
las muertes del sector. Todo esto dejando en claro que muchas de las islas visitadas no tenían en
todo el año más actividad espiritual que la misión, aunque muchas de estas quedaban a cargo de
catequistas (llamados también fiscales) que el resto del año estaban encargados de seguir la
actividad de los curas: rezando con la comunidad, realizando bautismos y cosas así.

Después prosigue el texto destacando la música con su uso catequístico en estas misiones,
señalando obras lingüísticas de los misioneros Jesuitas como los padres Luis de Valdivia, Andrés
Febres y Bernardo de Havestadit. De estos se destaca su trabajo como Arte y gramática general de
la lengua que corre en todo Chile (de Luis de Valdivia) conteniendo el texto en mapuche de cuatro
canciones. Además, se destaca de traducciones de la doctrina cristiana y del catecismo. Todo esto
además de acompañarlo con la enseñanza de canciones relacionadas con la doctrina.

Finalmente se centra en los instrumentos musicales de las misiones jesuitas, de los que se destaca
por sobre todo la enseñanza del canto (teniendo presente todo el movimiento y viajes que tenían
que realizar), pero dentro de los instrumentos que movieron estas misiones se encuentras
aerófonos como flautas, trompetas y chirimas; en Chiloé encontramos cordófonos frotados como la
viola da gamba o el rabel y también presencia de campanas y órganos.

De todo este texto podemos centrarnos perfectamente en la tarea de los jesuitas, la evangelización,
la que en muchos sentidos no fue fácil, especialmente para aquellos que tuvieron que ejercer su
tarea en zonas tan australes como Chiloé o en territorios complejos como la Araucanía en medio de
las guerras entre españoles y mapuches. Aun así, el texto presenta que los métodos utilizados por
los jesuitas fueron adentrarse en las comunidades e ir conociendo y, de este modo, saber cómo ir
predicando su doctrina. El título del texto nos orienta hacia la música jesuita en Chile¸ de este modo
podemos ir comprendiendo que para la orden de los jesuitas el recurso que les colaboro con su
labor evangelizadora fue mediante el uso de la música, principalmente la enseñanza de canciones e
himnos, para de esta forma ir doctrinando a los habitante, quedando en claro el objetivo del texto.

También podría gustarte