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Almohadón de plumas.

Trata de una pareja que estaba constituida por Alicia y Jordán. Alicia era una
dama introvertida, amable y bastante simpática; Jordán, que era un hombre terco
y de mal carácter.
Las ilusiones de Alicia se desvanecían lentamente por culpa de la reacción de su
esposo; los sueños de niña respecto a cómo podría ser un matrimonio fueron
mostrados por la verdad. Alicia temía a Jordán por lo malhumorado que volvía
constantemente del trabajo, además lo amaba y quería continuar con él. Jordán,
por su lado, además amaba a Alicia con locura, aun cuando en ocasiones costaba
creerlo ya que jamás se lo mencionaba.
Durante 3 meses su matrimonio fue feliz, aun cuando Alicia quería que Jordán
tuviera un mejor carácter y la expresase sus sentimientos más constantemente.
El hogar donde convivían inició a transformarse en una expansión de lo cual Alicia
sentía en verdad, los muros no estaban agrietadas, eran bastante frías, y al
atravesar las habitaciones retumbaba un eco que hacía parecer que la vivienda
estaba abandonada.
La vida matrimonial era decepcionante para Alicia, solía pasarse los días
durmiendo hasta que Jordán llegaba de laborar. Dormía en una cama donde
secundaba su cabeza en un imponente almohadón de plumas, a gusto y suave;
adelgazó mucho debido y todos los días empeoraba más y más.
Para animarla, Jordán la llevó al jardín, Alicia observaba con la mirada perdida, a
medida que Jordán intentaba consolarla sin triunfo. Al tener un gesto dulce con
ella, Alicia rompió a llorar desconsoladamente y cada vez lloraba más.
A partir de aquel momento que estuvo fuera de la cama, Alicia enfermó, Jordán
llamó a un doctor, que le envió reposo hasta hallar la razón de su patología,
debido a que no comprendía porque perdía tanto peso si comía bien y estaba
sana. Pero ella siempre estaba recostada en el almohadón de plumas, empeoraba
por instantes y el doctor, con la creencia de que tenía que ver con anemia, perdió
toda esperanza.
Con el paso del tiempo no muy largo Alicia falleció; cuando se llevaron su cadáver,
la sirvienta de la vivienda limpió su habitación, se percató de que el almohadón de
plumas poseía manchas de sangre, así como algo extraño en la parte en la que
Alicia había estado secundando su cabeza, y llamó a Jordán. Así descubrieron
que dentro del almohadón había un parásito aterrador, de aspecto monstruoso,
que había estado succionando la sangre de Alicia a lo largo de todo este tiempo,
hasta matarla.
Esta historia nos cuenta cómo un amor mal expresado nos puede quitar las ganas
de vivir; cuenta la que dos adolescentes enamorados que querían amarse, pero no
sabían cómo. Esto se ver en la vivienda, pero terminaba siendo gélido y
silencioso. Lo mismo pasa con el amor entre Alicia y Jordán.
El monstruoso parásito era una metáfora de cómo una interacción en la que no se
muestra amor ni aprecio nos puede llegar a matar. Comprobando cuando Jordán
acaricia la cabeza de Alicia y ésta rompe a llorar, se entiende como: debido a que
es donde el bicho ha estado succionando, o ya que la muestra de afecto de
Jordán es tan repentina y extraña que Alicia cede frente a los sentimientos.
Alicia se deja llevar por una patología que la está matando, porque ella ya estaba
muerta por dentro, solo se aferraba a su marido. El doctor no encontró cura para
su patología porque era emocional; Alicia no deseaba vivir, no batalla contra su
creciente patología porque se convirtió en una dama encerrada en sí misma que
es dependiente de su esposo.
El almohadón de plumas es una triste historia sobre el deceso, pero por dentro, es
decir, del alma, cuando una persona que no posee fuerzas para vivir y se
convierte en un huésped. Igual que el parásito succionaba la sangre de Alicia, su
matrimonio le quitaba sus sueños y su felicidad.

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