Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología (2017) 37, 53---55
Revista de
LOGOPEDIA, FONIATRÍA y AUDIOLOGÍA
www.elsevier.es/logopedia
EDITORIAL
Funciones ejecutivas y trastornos del lenguaje:
Implicaciones para la evaluación y la intervención
Executive Functions and Language Disorders: Implications for Evaluation
and Intervention
Es una buena idea pensar en el lenguaje en términos
de mecanismos cerebrales, deletrear el lenguaje en el
lenguaje de las neuronas
(Pulvermüller, 2003).
Los avances teóricos y tecnológicos experimentados por
las neurociencias en los últimos años han dado lugar al esta-
blecimiento de un axioma científico que pocos dudan, el
cerebro humano está constituido por redes neuronales muy
profusas que representan el asiento neural del funciona-
miento cognitivo. El consenso científico es menor cuando
se pretende identificar el sistema neural responsable último
de una actividad cognitiva concreta (Heeger, 2017). En este
contexto se sitúa el estudio de las bases biológicas del len-
guaje.
El lenguaje representa una cualidad específicamente
humana, nuestras habilidades lingüísticas nos hacen úni-
cos en la escala filogenética. Su adquisición y desarrollo
suponen un punto de inflexión en el desarrollo cognitivo.
De nuestras habilidades lingüísticas dependen la capaci-
dad de comunicarnos y por extensión, nuestras habilidades
sociales. Del mismo modo, nuestra capacidad de razona-
miento abstracto, de memoria e incluso nuestro cociente
intelectual están fuertemente determinados por nuestro
nivel de lenguaje. La situación descrita pone de mani-
fiesto que el lenguaje es ‘‘algo más que una función
cognitiva’’, nos ayuda a conformarnos como seres huma-
nos permitiendo la interacción social. Expresado en sentido
patológico, la no adquisición o pérdida de esta función
tiene un efecto devastador no solo en el rendimiento
cognitivo general sino en la capacidad de adaptación al
ambiente.
La adecuada ejecución del lenguaje depende de la inte-
gridad anatómica y funcional de un conjunto de estructuras
cerebrales tanto corticales como subcorticales profusa-
mente conectadas, por lo que sería más adecuado hablar
de redes neuronales que codifican lenguaje. Probablemente
http://dx.doi.org/10.1016/j.rlfa.2017.04.001
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esta situación esté vinculada con la naturaleza multicompo-
nencial de esta función. En términos generales, se asocia
a la encrucijada temporo-parieto-occipital izquierda con
los aspectos comprensivos del lenguaje y al giro frontal
inferior izquierdo con la producción verbal. Junto a estas
grandes regiones, hemos de contemplar la participación de
otras estructuras frontales fundamentalmente en el proce-
samiento de verbos y al fascículo arqueado como vínculo
entre las áreas posteriores y anteriores que codifican el len-
guaje. Las alteraciones del lenguaje encontradas en algunos
pacientes suelen ser compatibles con las lesiones, en mayor
o menor medida, de las regiones citadas. Sin embargo,
hay al menos una condición en la que se objetivan déficits
lingüísticos en el contexto de un funcionamiento cerebral
normalizado, nos referimos al Trastorno Específico del Len-
guaje (TEL). En efecto, la definición clásica del TEL plantea
que su fisiopatología no es atribuible a alteraciones anato-
mofucionales cerebrales.
Pero la situación está cambiando. Dos grandes líneas
de investigación se están desarrollando de forma paralela
conducentes al estudio de las bases biológicas de las alte-
raciones del lenguaje. Con el advenimiento de las técnicas
de imagen cerebral, estudios recientes muestran que niños
con alteraciones del habla tienen anomalías estructurales
y funcionales en la circunvolución supramarginal izquierda
junto a déficits funcionales en regiones cerebelosas pos-
teriores bilaterales, regiones críticas para la integración
sensitivo-motora. Así mismo, en niños con perturbaciones
del lenguaje se han identificado alteraciones funcionales
del fascículo arqueado izquierdo, red neural que conecta de
forma bidireccional al área de Wernicke, especializada en
la compresión del lenguaje y al área de Broca responsable
de la producción lingüística (Morgan, Bonthrone y Liégeois,
2016).
Por otra parte, la inexistencia de un marcador bioló-
gico inequívoco del TEL está dando lugar al estudio de
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los endofenotipos, características biológicas que median
entre el genotipo y el fenotipo, de esta población como
posible identificador diagnóstico. Un conjunto de funcio-
nes endofenotípicas que se consideran nucleares para la
adecuada ejecución del lenguaje son las funciones ejecu-
tivas (FE). Desde la Neuropsicología se definen las FE como
el conjunto de habilidades mentales que nos posibilitan el
establecimiento de metas y objetivos, la planificación e
implementación de los pasos necesarios para alcanzarlos,
maximizando el rendimiento. Representan funciones cog-
nitivas de alto nivel reguladas por la corteza prefrontal
y las conexiones cortico-corticales y cortico-subcorticales
que esta estructura establece. Se suele asumir, no sin dis-
cusión que son funciones ejecutivas: la atención (alerta,
cambio atencional, atención espacial, atención sostenida y
control de interferencia), la memoria de trabajo, la pla-
nificación, la integración temporal, la toma de decisiones
y el control inhibitorio (Delgado-Mejía y Etchepareborda,
2013).
Empieza a ser importante el número de publicaciones
que identifican déficits en el funcionamiento ejecutivo en la
población con TEL. En un estudio de metaanálisis de Pauls y
Archibal (2016) se puso de manifiesto que los niños con TEL
rinden peor que los de desarrollo típico en tareas de inhibi-
ción y flexibilidad cognitiva. En la misma línea Kapa y Plante
(2015) identifican déficits en memoria de trabajo, atención
sostenida, inhibición y cambio atencional en esta pobla-
ción. En nuestra propia investigación, hemos obtenido datos
que apuntan a déficits en estas funciones en TEL (Acosta,
Ramírez y Hernández, 2017) que revierten tras dos años de
intervención.
Del mismo modo, la relación entre funciones ejecutivas
y lenguaje se ve enriquecida por los estudios neuropsico-
lógicos que encuentran un mejor rendimiento ejecutivo en
personas bilingües; por trabajos neuroanatómicos que iden-
tifican diferencias estructurales cerebrales entre bilingües
y monolingües en áreas frontoparietales tradicionalmente
asociadas con el control cognitivo y el funcionamiento eje-
cutivo; por estudios de conectividad estructural utilizando
la tractografía (DTI) en los que se ha objetivado un mayor
grado de conectividad en redes corticales frontoparietales
en personas bilingües. Estas redes incluyen regiones fron-
tales dorsolaterales y frontales inferiores, junto a áreas
de la circunvolución parietal inferior. Todas estas estruc-
turas se ha vinculado con el funcionamiento ejecutivo,
la atención y el control cognitivo, y por estudios funcio-
nales mediante la resonancia magnética funcional en los
que se encuentran que los bilingües activan con mayor
intensidad el cortex prefrontal dorsolateral y el cortex
frontal inferior en tareas de juicio semántico que los mono-
lingües. Esta región es considerada el asiento neuronal
de las funciones ejecutivas (Wong, Yin y Beth O’Brien,
2016).
Aunque se acepta la relación entre las funciones eje-
cutivas y los trastornos del lenguaje, sin embargo, pocos
estudios han considerado los múltiples componentes de
la función ejecutiva simultáneamente y aún menos han
examinado la relación subyacente entre los déficits de
la función ejecutiva y la alteración en la adquisición de
lenguaje. Consideramos que para entender completamente
la naturaleza de los déficits de la función ejecutiva en los
trastornos del lenguaje, el campo debe formular y probar
EDITORIAL
modelos de desarrollo de funciones ejecutivas y explorar la
naturaleza de la relación entre función ejecutiva y lenguaje.
En resumen, es interesante considerar la función eje-
cutiva entre los niños con problemas de lenguaje debido
a la relación bidireccional entre estas habilidades cogniti-
vas y el desarrollo del lenguaje. Por ejemplo, el lenguaje
en forma de discurso autodirigido o internalizado es una
estrategia eficaz para mediar las respuestas en las tareas
de la función ejecutiva. Cuando se anima al alumnado de
Educación Infantil a producir lenguaje relevante durante las
tareas de la función ejecutiva, el rendimiento mejora. Del
mismo modo, cuando a los adultos y a los niños mayores se
les impide utilizar el lenguaje mediante la supresión articu-
latoria, el rendimiento de la función ejecutiva disminuye.
En la dirección opuesta, las capacidades de las funciones
ejecutivas de los individuos predicen su éxito en el apren-
dizaje de vocabulario nuevo e interpretación de oraciones
ambiguas. Además, las personas con deterioro de la fun-
ción ejecutiva debido a un trastorno del desarrollo (p.ej.,
trastorno por déficit de atención con hiperactividad) o al
envejecimiento, han reducido las habilidades del lenguaje.
Los niños con TEL presentan un caso fascinante porque su
lenguaje desordenado puede conducir a déficit de la fun-
ción ejecutiva, o viceversa, puede ser el resultado de los
déficits subyacentes de la función ejecutiva (Kapa y Plante,
2015).
Por lo tanto, la evaluación de las funciones ejecutivas
en niños, adolescentes y adultos que muestren problemas
de lenguaje nos permitirá una mejor caracterización de su
trastorno y nos situará en una posición privilegiada para
el diseño e implementación de programas de intervención
válidos y eficaces. De forma general, podemos decir que la
intervención neuropsicológica se sustenta en una propiedad
intrínseca del cerebro, su plasticidad. Si tomamos en consi-
deración que tanto el lenguaje como las funciones ejecutivas
se desarrollan de forma paralela en la infancia, momento
en el que además la plasticidad cerebral es máxima, está
en poder de los profesores, logopedas y neuropsicólogos
infantiles llevar a cabo una intervención del lenguaje y de
las funciones ejecutivas fundamentada en el conocimiento
científico existente.
Referencias
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Pauls, L. J. y Archibal, L. M. (2016). Executive func-
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EDITORIAL
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Wong, B., Yin, B. y Beth O’Brien, B. (2016). Neurolinguis-
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Sergio Hernández Expósito
Facultad de Ciencias de la Salud. Sección de Psicología y
Logopedia, Universidad de La Laguna
Correo electrónico: sexposit@ull.es