Sin ti

Alcé mis cejas y me encogí de hombros.

-¡Qué gracioso! ¡Justo eso estaba pensando

lo mismo!

A diferencia de mí, Rebeca tenía talento para

seducir a los hombres. Pero mi talento era
irritarla hasta el límite. Al ver cómo trataba a
su hija, Camlla me miró furiosa.

-Parece que la señorita Arias ha aprendido a

llevar un aire de seguridad, como toda una
verdadera Arias.

Respondí con una risita.

-Estoy segura de que la señorita Villa

también tiene tanta seguridad corno yo.

-Deja de echarte flores. Solo eres una

pueblerina que tuvo la suerte suficiente

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para que una familia prominente la adoptara.
¿De verdad crees que eres capaz de tomar el
nombre de la familia?

«Vaya. La boca de esta perra es única».

Sonreí y dije con indiferencia:

-Tienes razón. Nací siendo una pueblerina y

siempre seré una. Así mismo, una mujer sin
dignidad también siempre será la misma sin
importar lo rica que se convierta. ¿No es así,
señorita Ortega?

La expresión de Camila se puso seria y no

pudo aguantarlo más.

-Cuida tus palabras, señorita Arias.

Le seguí el juego y asentí en acuerdo. En ese

momento apareció Silvia, quien apenas había
salído del café. Al notar

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eso, fijé mi mirada en el vientre de Rebeca y
levanté mi voz.

-Escuché que mi esposo Álvaro es el padre

de tu bebé. ¿Es cierto eso, señorita Villa?

-No es asunto tuyo. -Su rostro estaba lleno

de incomodidad-. Por supuesto que es hijo
de Álvaro. ¡No te atrevas a hacerle nada a mi
bebé!

-¿Qué más puedo hacer?

Lo que dijo era tan ridículo que no podía dejar

de sonreír. Cuando Silvia caminó hacia
nosotras, continué:

-Álvaro me dijo que nunca tuvo intimidad

física contigo en. Exactamente, ¿cómo
quedaste embarazada? ¿Acaso disparó su
salsa de bebé hacia tu vientre desde lejos? -
dije con un guiño. La expresión de
 Sin ti
Rebeca se volvió asesina.

-¿A qué te refieres? ¿Intentas decir que ni

siquiera sé quién es el padre de mi bebé?

-¡Estoy segura de que sabes quién es!

Su expresión de pánico me hizo creer lo que

Jonathan me había dicho antes. Sonreí y
continué:

-Es por eso que espero que puedas dejar a

Álvaro en paz y dejar de usarlo como chivo
expiatorio. ¿Deberíamos hacer una prueba de
paternidad para descubrir quién es el padre?
Quiero decir, en realidad no me interesa tener
un bebé con alguien más, pero ya que la
reputación de los Ayala y los Arias están en
juego, es mejor estar seguros.

Mientras
,
Silvia se acercaba, me giré y le
sonre1.
 Sin ti
¿Qué opinas, tía SIivia?

Silvia se quedó perpleja y sus ojos se fijaron

en el vientre de Rebeca de Inmediato. Para
disminuir la tensión, observó a Rebeca y dijo
en un tono gentil:

-¿Deberíamos hacer una cita para la prueba?

Solo necesitamos saber si el bebé pertenece
a la familia Ayala. Después de todo,
necesitamos proteger la reputación de
nuestra familia.

Rebeca se sorprendió pues no se esperaba

que yo hiciera esto. En ese momento, estaba
sin palabras.

-Debes confiar en mí, tía Silvia. Además,

hacer la prueba durante el embarazo puede
provocar un aborto. ¿Estás dispuesta a
arriesgar la vida de un miembro de la familía
Ayala? Además, es obvio que Sarnara está

!!l.._qa_~ Nove_land~
 Sin ti
tratando de hacernos discutir porque quiere
vengarse de mí.

-¿Vengarme? ¿De qué? -dije mientras reía.

- Por matar a tu bebé ... - dijo Rebeca por

accidente. Camila levantó su voz de inmediato
y la detuvo.

- ¡Rebeca!

Silvia debió escuchar lo que Rebeca dijo pues

era evidente que se sorprendió al escuchar su
repentina confesión. Sin embargo, decidió
quedarse en silencio. Para desviar la atención
de todos, Camila me miró y preguntó:

-¿Qué te hizo pensar que el bebé de Rebeca

no es de Álvaro? Y, ¿por qué no podemos
hacer la prueba después de que nazca el
bebé? -Después, se giró hacia Sllvla y dijo-.
Si insistes en
 Sin ti
hacerlo, bien, cooperaremos. Pero dlesde ese
momento, cortaremos lazos con la familia
Ayala y criaremos el bebé por nuestra cuenta,
incluso, si los resultados prueban que el bebé
es de Alvairo.

Silvia frunció el ceño, pero no supo cómo

reaccionar ante esa amenaza. Luego, puso
una sonrisa en su rostro y dijo:

-Creo que, deberíamos hablar con Alvaro

primero. Además, él ya está casado, así que
yo no soy la mejor persona para tomar
decisiones: por él.

«Bien jugado, tía Silvia.

, Al darle la
responsabilidad a Alvaro, ya no tienes que
preocuparte por ofender a nadie».

La expresión de Camila cambió. Tomó a

Rebeca por la muñeca y se retiró, frustrada.
Por otro lado, Silvia me miró

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 Sin ti
de forma hosca de la cuál yo desconocía el
motivo. De todos modos, no me importó.
«Veamos que pasa en el futuro».

Alrededor de las ,6 p.m., recibí una llamada de

Álvaro.

-¿Sí?

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 Sin ti
-iNo has salido de trabajar? -dijo en un tono
tranquilo y sin emociones. No deliberé sobre
la pregunta y solo gruñí en respuesta. Observé
el reloj de forma casual y vi que ya eran las 6
p.m., lo cual indicaba el fin de un día de
trabajo.
-Hoy tengo que trabajar horas extras. Qué
sucede?

Tenía que ir a Ciudad Jal dia siguiente y

necesitaba confirmar que todo estaba en
orden. Luego de ordenar los documentos en
mi escritorio, anoté algunas de las cosas que
necesitaba llevar. La otra línea del teléfono
estaba en completo silencio y pensé que
Alvaro ya había colgado. Toqué la pantalla y
mostraba que la llamada seguía. Por ello, no
pude evitar decir:

-Tal vez legue tarde...

Antes de que pudiera terminar de

 in
Sin ti
hablar, vi a un hombre alto en la entrada. Me
quedé atónita y pregunté:

-iLos empleados del Corporativo Buenrostro

no te detuvieron?

El levantó sus cejas y terminó la llamada.

Después, caminó hacia mi escritorio y dijo:

-El trabajo ya terminó, así que tengo

permitido recogerte.
«Permitido? No estoy muy segura de ello».

El observó el trabajo que estaba haciendo en

ese momento y dijo:

-Deberías comer antes de continuar con eso.

Al principio pensé en terminar antes de

regresar a casa pues no me quedaba

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 Jin t
Sin ti
mucho trabajo. Sin embargo, ahora parecía
innecesario. Guardé mis cosas y me levanté.

-Seguiré trabajando en casa. iVámonos!

Había muchas personas en la oficina, así que

era inevitable que algunos reconocieran a
Alvaro. Era obvio lo que estaban pensando.

Como era de esperarse, cuando salimos de la

oficina había muchas personas en las
escaleras observándolo y susurrando.

-iNo es el presidente del Corporativo Ayala?

Lo vi en los titulares hace unos meses. Fue
cuando anunció que la sede central del
Corporativo Ayala se movería a Ciudad K para
futuro desarrollo.
 tn
Sin ti
Si, también lo vi. jEs mucho más guapo en
persona que en televisión!

-Es un hormbre tan misterioso y encantador.

Pero por qué está con la sefñorita Arias?

-Escuché que vino a recogerla.

-iNo estaba comprometido con Rebeca hace

dos meses? Por qué está con la señorita
Arias ahora?

-iQulén sabe? Nunca podemos saber el tipo

de vida que tienen los ricos. Además, solo la
familia Montenegro está insistiendo con el
compromiso de Álvaro y la señorita Villa. El
nunca ha respondido a ello. Creo que a laa
mujer de la familia Montenegro le gusta el
sefor Ayala, pero él no le corresponde sus
sentimientos.

Alvaro y yo escuchamos muchos

 n
Sin t
rumores mientras salíamos del Corporativo
Buenrostro. Por fin hubo silencio de nuevo
cuando subimos al auto. Álvaro prendió el
motor, después me miró y ordenóo

-iPonte el cinturón de seguridad!

Mientras manejaba, saqué mi teléfono y le

mandé un mensaje a Marco preguntándole a
qué hora el vuelo de mañana.
-iLos empleados en la oficina te molestan?

Me sorprendió la pregunta de Älvaro. Sacudi

la cabeza y dije:

-No. Qué sucede?

El apretó sus labios y continuó:

-iEscuchas rumores a menudo?

 Sin ti
Si-contesté en voz baja.
Marco había respondido mis mensajes y me
envió la hora del vuelo. También me recordó
traer todas las cosas necesarias. Cuando dejé
mi teléfono, descubrí a Alvaro mirándome con
el ceño fruncido y no tuve otra opclón más
que darle explicaciones.

-Marco me nombró directora de proyecto del

Corporativo Buenrostro desde el principio. No
es un puesto tan alto, pero solo he trabajado
para el Corporativo Ayala por un par de afios e
incluso me despidieron. Es de esperarse que
los empleados hablen de mí.

Cuando entré a la empresa, a menudo

escuchaba que yo era la amante de Marco. A
decir verdad, sí era cierto que entré a la
empresa con su ayuda. Lo único que
necesitaba hacer ahora era
 Sin t

cumplir con mis deberes y hacer un buen

trabajo. De lo contrario, los demás me
considerarían como alguien que consiguió el
empleo a través de contactos. Alvaro no
dlijo nada más y se dirigió directo al chalé.
Aunque no ningún otro comentario, una
hizo
mirada sombría apreció en sus ojos. Después,
mencionó a Silvia.

-iLa tia Silvia te habló de otras cosas?

Sacudi mi cabeza y dije

-Solo me habló de Rebeca. Probablemente

no quiere que el bebé de la familia Ayala
quede abandonado.

Él se burló con frialdad y dijo:

-LCrees que ese bebé es mio?

-iNo lo es?-pregunté de vuelta con mis

cejas alzadas.
 Sin ti

El pausó por un momento y después me miró

con seriedad.

-iMe creerías si te digo que no?

Asenti y respondi:

-No tengo razones para dudar de ti.

El se quedó aturdido por un momento.

Después, se rio y dijo con alivio:

-El bebé no es mío y nunca me casaré con

ella. En cuanto al compromiso, desde el
principio nunca ful parte de la discusión. La
razón por la que no lo negué en público y no
dejé en vergüenza a Rebeca fue simplemente
por Pablo.

Sonrei al escuchar eso. Fruncí mis labios, miré

por la ventana y me quedé en silencio. Al
verme sonriendo sin decir nada, pensó que
aun no le creía,
 n
Sin ti
así que insistió.

-Samara, nunca la he tocado.

Al notar su expresión seria, asentí y aseguré

-Lo sé. No tienes que seguir explicándolo.

El auto
se detuvo con un chillido en el chalé.
Alvaro solo tomó mi brazo y preguntó:

-Te uniste al Corporativo Buenrostro para

hacerte cargo del yecto de lA porque
quieres oponerte a la familia Montenegro
usando a los Buenrostro?

No quise negarlo y asent.

-Quétiene de maBo eso?

El apretó sus labios con frustracióny

 n t
Sin ti
dijo:
-Por qué demonios querrías pedir ayuda a
Marco en lugar de pedirme a mí?

Le lancé una mirada intensa, tomé un respiro

profundo y pregunt:
-iAcaso el bebé es solo mío?

Alvaro se quedó aturdido y se mantuvo en

silencio brevemente. Me observó y dijo:

-En cuanto al bebé, me aseguraré de que

Camila pague el precio. No te atrevas a
arriesgarte.
CAPÍTULO 255
CAPÍTULO 256
CAPÍTULO 257
CAPÍTULO 258
CAPÍTULO 259
CAPÍTULO 260
CAPÍTULO 261
CAPÍTULO 262
CAPÍTULO 263
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CAPÍTULO 279
CAPÍTULO 280