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Fueros de Valencia

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Códice de los Furs de València del Palacio de Cervelló, 1329.


Los Fueros de Valencia (Furs de València en valenciano), o Fueros de la Ciudad y
Reino de Valencia son el conjunto de leyes que rigieron el Reino de Valencia desde
1261, cuando Jaime I, el fundador del reino, los juró y promulgó en una reunión de
las Cortes del Reino de Valencia el mismo año, hasta 1707, en que fueron abolidos
por el Decreto de Nueva Planta, en el contexto de la Guerra de Sucesión.

Índice
1 Historia
1.1 Origen: la Costum de Valencia
1.2 Extensión a todo el reino: los Furs
1.3 El conflicto de 1333
1.4 Guerra de Sucesión, Decretos de Nueva Planta y abolición de los fueros
2 Características propias de los Fueros y sus implicaciones
3 Cargos e instituciones forales
4 Ediciones Facsímil
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Historia
Origen: la Costum de Valencia
Artículo principal: Costum de Valencia
Su primera redacción se sitúa en la primavera de 1239, al año siguiente de la
conquista de Valencia, por iniciativa del propio rey Jaime I, y recibe el nombre de
Costum ('Costumbre'). Fue redactada inicialmente en latín y al principio se aplicó
únicamente a la ciudad de Valencia.1 Hay quien denomina "Costum" a la normativa
jurídica valenciana antes de 1261, fecha en que Jaime I la jura con la denominación
de "Furs", sin embargo la documentación conservada demuestra que con anterioridad a
esa fecha se la denomina indistintamente con las formas "fueros", "costumbres" e
incluso alguna más.2

Con la promulgación de la Costum por Jaime I en 1239 se sancionaba la existencia


legal del nuevo reino con un marco jurídico y legislativo propio, poniendo fin así
a la diversidad de fueros y costums de los primeros años de la conquista. Los
señores aragoneses aplicaban en sus nuevos dominios valencianos el Fuero de
Zaragoza —el propio Jaime I lo aplicó a la primera ciudad que conquistó, Burriana-,
mientras que las órdenes militares preferían la Costum de Lleida y los mudéjares se
regían por la ley islámica.3

Según otras fuentes[cita requerida], el primer costum fue promulgado por Jaime I el
21 de marzo de 1238, en Játiva, confiriendo jueces civiles y criminales, así como
la Cambra dels Jurats de València, ('Cámara de los jurados de Valencia') a la
ciudad. El 21 de mayo de 1239 aparece el primer privilegio en el que se habla del
curia de València, en el que se le da un lugar para su tribunal. El 29 de diciembre
de 1239 concede Jaime I a Valencia el Justicia.

"El texto de la Costum, redactado en latín, aprovechaba elementos del derecho local
catalán (la Costum de Lérida), de derecho feudal (los Usatges de Barcelona y el
Liber Iudiciorum) y, sobre todo, del derecho romano (el Corpus iuris civilis),
exhumado por las juristas de la época, particularmente los de Bolonia, y mucho más
favorable al monarca". Como el nuevo código consagraba el poder de la Corona
apoyada y las aspiraciones de las nuevas élites de las ciudades en detrimento de la
preponderancia tradicional de la nobleza, ésta se opuso a la aplicación del Costum
de Valencia a todo el reino defendiendo la aplicación de los fueros aragoneses —el
propio rey los aplicó a las nuevas poblaciones de Vinaroz y Villafamés.3

Extensión a todo el reino: los Furs


Al parecer fue en 1251 cuando, inspirado por el nombre de los Fueros de Aragón,
compilados cuatro años antes, se comenzó a mencionar a los costums valencianos como
fueros, después de la orden real de recoger todas las normas que habían sido
promulgadas en los primeros años de la Valencia cristiana. En aquel año Jaime I
ordenó que los jueces se atuviesen a los "fueros".

Por otro lado, durante un tiempo las "costums" dependían de la voluntad del rey que
las había promulgado, y por lo tanto podían ser revocadas por este. La ciudad de
Valencia y algunas villas trataron de obtener su irrevocabilidad, por lo que se
solicitó que el rey jurase los fueros. Esto sucedió finalmente el 7 de abril de
1261. Jaime I juró en Valencia, ante las Cortes del Reino de Valencia, los fueros
de Valencia. Cuatro días más tarde promulgó un privilegio al nuevo reino, según el
cual, todos los sucesores del monarca también tenían que jurarlos en Valencia antes
de cumplido el mes de su reinado. Esta supeditación del rey a los Fueros supuso la
constitución del Reino de Valencia como estado soberano. El texto de los fueros se
conservó en un registro redactado por el escribano Boronat de Pña.

El privilegio otorgado por Jaime I por el que el rey quedaba obligado por él y por
sus descendientes a jurar los Furs de Valencia inmediatamente después de iniciar su
reinado, y a convocar Corts en el plazo de un mes se debió a la necesidad de dinero
que tenía el rey, cantidad que fue sufragada en su mayoría por la ciudad de
Valencia.1 La cantidad que recibió el rey fue de 48.000 sueldos reunidos y donados
por la ciudad de Valencia, los sitios y villas de la Huerta de Valencia que
pertenecían a clérigos y nobles y las villas de Castellón de la Plana, Villafamés,
Onda, Liria, Corbera, Cullera y Gandía.

En esas primeras Cortes del Reino de Valencia celebradas en 1261 —a las que al
parecer no asistieron las villas reales más importantes del reino en aquella época,
como eran Morella, Burriana, Morverdre (Sagunto), Alcira y Játiva—, el rey Jaime I
extendió la Costum de Valencia, denominada a partir de entonces Furs de València, a
todo el reino. En estas Cortes, el texto legal era traducido al romance
(valenciano),45 con el fin de facilitar su comprensión, y cambiaba su denominación
original de Costum, propia de la tradición catalana, por la de Furs, más próxima a
la terminología aragonesa. Ello se debía posiblemente a la voluntad contrarrestar
la influencia de los Fueros de Aragón, compilados en 1247 en Huesca, que amenazaba
con extenderse a las poblaciones valencianas regidas por los diversos fueros
aragoneses. De hecho, buena parte de la nobleza continuaba aferrada a la vigencia
del derecho aragonés y se oponía firmemente a la extensión territorial del código
valenciano. A pesar de las resistencias nobiliarias, los Furs de Valencia, fijados
definitivamente en 1271, acabarían extendiéndose por todo el reino.6

En el año 1263 los fueros aragoneses regían en Cirat, en Morella, en Vallibona, en


Vinaroz, Bojar y Fredes, en Villanueva de Alcolea, la Mola Escabirosa, Corachá, la
Peña del Arañonal, en Castell de Cabres, Castellfort, Burriana, Benicarló,
Almazora, Salsadella y Ludiente, Benasal, Albocácer, Catí, y Riu de Truites (actual
Villafranca del Cid).

Y en ese mismo año los Costums de Lérida regían en Cálig, Cervera del Maestre,
Rosell y San Mateo, Villafamés, Vinaroz y Cabanes. Y los de Barcelona regían en
Castell de Chivert, Moncada y Beniacaldim de Almenara.

El ordenamiento jurídico valenciano se completaba con los privilegis


('privilegios'), promulgados directamente por el soberano por propia iniciativa o
por petición de parte, y por los actes de cort ('actos de corte'), que eran
acuerdos alcanzados en las Corts entre la Corona y uno o dos de los braços —no con
los tres, cuyos acuerdos constituían los Furs propiamente dichos—.7
También se incorpora a esta legislación, (o al menos no se deroga) un tribunal de
origen romano y consolidado por los musulmanes, el Tribunal de las Aguas de
Valencia.

En 1271 el rey se obligó a no modificar los Furs en el futuro sin el consentimiento


de las Corts, con lo quedó sancionado que las leyes del Reino de Valencia eran el
resultado del acuerdo entre el rey y las élites del reino representadas en las
Corts, y no podían ser revocadas sin el consentimiento de las dos partes. Se daba
así nacimiento al pactismo, que también caracterizó las relaciones entre el
soberano y sus vasallos en el resto de estados de la Corona de Aragón, incluso
después de su unión dinástica con la Corona de Castilla, lo que dio nacimiento a la
Monarquía Hispánica.7

Como muestra de interés de Jaime I en los fueros, en 1270 Jaime I volvió a ordenar
a los jueces que no se atuviesen a los decretos sino a los fueros. En 1271 volvió a
confirmar los fueros intentando dejar clara su voluntad de consolidación del nuevo
régimen. También a los que se adhiriesen el rey les condonaría algunas deudas
pendientes.

Un hecho muy importante para la consolidación de los fueros fue el decreto que
Pedro III, hijo de Jaime I, jurara también los fueros en 1277, en su coronación.
Pero tuvo un impacto importante el hecho de que Pedro fuese excomulgado por el
Papa, hecho que apareja la potestad de los reinos de romper el tributo de
vasallaje. Eso fue aprovechado por Cataluña y Aragón, pero especialmente por
Valencia, para reforzar sus fueros y privilegios. De hecho, a partir de 1283, en
virtud del Privilegium Magnum, el rey no podía imponer nuevos impuestos sin la
aprobación de las cortes. Además, en Valencia le fue otorgada la potestad de
nombrar cónsules.

El año 1283 el rey Pedro III autoriza la instalación del Consulado del Mar de
Valencia, que fue el primero de España.

Con el tiempo, a pesar de la oposición de parte de la nobleza a los fueros de


Valencia y ante el riesgo de que el resto del territorio se pudiesen aplicar los
fueros de Aragón, la corona y las Cortes Valencianas fueron consolidando poco a
poco los fueros de Valencia, como normas para todo el territorio del Reino de
Valencia. De hecho, en las Cortes Valencianas de 1329 fue cuando Burriana y
Villarreal aceptaron los fueros de Valencia y se incorporaron a las Cortes
Valencianas. Hasta aquel momento habían estado sometidas a los fueros aragoneses.

El conflicto de 1333
En 1333 el rey Alfonso IV de Aragón, bajo la influencia de su segunda mujer,
Leonor, donó los señoríos de Játiva, Alcira, Morvedre (Sagunto), Alicante, Morella,
Castellón de la Plana y Burriana al infante Fernando, (hijo de Leonor). Esto
infringía una promesa hecha ante las Cortes en los años 1329 y 1330. Esto provocó
un enfrentamiento entre una porción de la nobleza que daba apoyo a la medida y otra
porción junto con el pueblo llano que reaccionaron contra ella y en favor y defensa
de los fueros. El jefe del jurado de Valencia, Francisco de Vinatea, se entrevistó
repetidas veces con el rey y con Leonor hasta que consiguió la anulación de la
donación, con la consecuente irritación de Leonor, pero dando fin al conflicto y a
los disturbios civiles que estaba provocando.

Guerra de Sucesión, Decretos de Nueva Planta y abolición de los fueros


Artículo principal: Guerra de Sucesión Española en el Reino de Valencia
Tras su victoria sobre el Archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión
Española, el primer rey borbón de España, Felipe V, promulgó los Decretos de Nueva
Planta que pusieron fin a todo el sistema legislativo y político valenciano. Según
estos decretos, los funcionarios eran nombrados por el rey y el valenciano fue
prohibido como lengua de la administración, de la enseñanza y de la predicación.
[cita requerida]

Considerando haber perdido los Reinos de Aragón y de Valencia, y todos sus


habitadores por el rebelión que cometieron, [...] y tocándome el dominio absoluto
de los referidos reinos [...], pues a la circunstancia de ser comprendidos en los
demás que tan legítimamente poseo en esta Monarquía, se añade ahora la del justo
derecho de la conquista que de ellos han hecho últimamente mis Armas con el motivo
de su rebelión;[...] He juzgado conveniente (así por esto como por mi deseo de
reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos,
costumbres y Tribunales, gobernándose igualmente todos por las leyes de Castilla
tan loables y plausibles en todo el Universo) abolir y derogar enteramente, como
desde luego doy por abolidos y derogados, todos los referidos fueros, privilegios,
práctica y costumbre hasta aquí observadas en los referidos reinos de Aragón y
Valencia; siendo mi voluntad, que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al
uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella y en sus
Tribunales sin diferencia alguna en nada [...]
Extracto del Decreto de abolición de los fueros de Aragón y Valencia
Características propias de los Fueros y sus implicaciones
Las circunstancias propias del reino de Valencia obligaron a ciertas
características especiales de los fueros. El ajuste étnico (cristianos, musulmanes
y judíos) dio lugar a problemas de estructuración jurídica. Esto, sumado a los
intereses del rey de restar poder a la nobleza feudal hizo que la nueva legislación
valenciana estableciese unas fórmulas predemocráticas, con una juridicidad
romanista dentro de un poder real prevalente. Esto contrastaba con las viejas
estructuras feudales de los otros reinos y condados de la corona. Al contrario que
en otros reinos de la Corona de Aragón y del resto de la península, los ciudadanos
del Reino de Valencia estaban libres de la arbitrariedad de los señores. El ius
soli se impuso sobre el ius sanguinis por primera vez en los reinos de la
península.

Esta población estaba además en una fase de mutua adaptación étnica (el poble
ajusdadis que menciona Eiximenis). Esto configuró poco a poco en la ciudad de
Valencia un régimen político urbano, de ciudad-estado, mercantil, artesanal y
mesocrática, comparable al de otras ciudades mediterráneas (Venecia, Génova, etc.)
que estaban también en efervescencia. Las facilidades económico-comerciales
atrajeron inmigrantes en busca de una mejor calidad de vida, y Valencia entró en
una fase de expansión económica y cultural, el siglo de oro valenciano, que le
llevaría a un florecimiento político, literario y artístico anterior al Siglo de
Oro español.

El rey Jaime I ordenó la traducción de la primitiva versión de la Costum, que se


hallaba escrita en lengua latina (y que muy pocos leían y comprendían), tal como lo
estaban la práctica totalidad de los textos legislativos de la época, fuesen de
contenido breve o extenso, al romancio, es decir, la lengua vulgar propia de la
mayoría de sus usuarios valencianos. La traducción fue llevada a cabo por tres
juristas al servicio del concejo municipal de la ciudad de Valencia. La traducción
del manuscrito (actualmente perdido) del monasterio de Benifaçà fechado el 31 de
marzo de 1261, siete días antes de que fueran aprobados en Cortes, tiene como
colofón el siguiente texto:8
"Guillelmus et Vitales, illorum Bernardusque soláis traslaverunt hos foros et
redigerunt IN LINGUAM PLANAM LEGALITER ATQUE ROMANAM, et dominus rex laudavit,
jurandosque ratisfi cavit. Mille ducenties decies sex primo sub anno, et sub
kalendis aprilis mensis, iste liber est scriptum. Jacobus sit benedictus".
"Guillermo y Vidal, y el compañero de ambos Bernardo, tradujeron estos fueros y los
pusieron legalmente en lengua llana y romana, y el señor rey los alabó y con
juramento los ratificó: el año mil doscientos primero sobre diez veces seis (1261,
el día antes de las calendas del mes de abril (31 de marzo) este libro fue
concluido de escribir. Don Jaime sea bendecido"
Los fueros establecieron también los límites del reino, hasta 1304 delimitado por
el tratado de Almizra de 1244, a la línea Biar-Busot y a partir de esa fecha, en
virtud del tratado de Torrella incorporaría Orihuela Guardamar, Elche, Santa Pola y
Novelda. Este territorio era el ámbito de aplicación de la ley valenciana que
estipulaba además sobre la moneda, las medidas, volúmenes y pesos así como la
redacción y datación unificada de los documentos públicos.

Cargos e instituciones forales


Artículo principal: Instituciones del Reino de Valencia
Diputación General del Reino de Valencia
Lugarteniente General del Reino de Valencia o Virrey de Valencia.
Gobernaciones del Reino de Valencia
Cortes del Reino de Valencia
Batle General del Reino de Valencia.
Mestre Racional del Reino de Valencia
Audiencia de Valencia
Junta de Electos de los Estamentos
Justicia (cargo foral de Valencia)
Jurat en Cap (Cargo foral)
Jurado (cargo foral de Valencia)
Racional (Reino de Valencia)
Mustaçaf (Cargo foral)
Consejo General (Reino de Valencia)
Tribunal de las Aguas de Valencia
Ediciones Facsímil
Dada la importancia de la obra, existen ediciones facsimilares, la última de ellas
vio la luz en octubre del 2006, y fue editada por la empresa Valenciana Ceremonial
Ediciones SL., sobre el original custodiado por el ayuntamiento de Valencia. La
obra está acompañada por un importante trabajo de investigación a cargo de
numerosos catedráticos de la Universidad de Valencia, cada uno de ellos doctor en
su disciplina.

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