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Índice
1 Historia
1.1 Origen: la Costum de Valencia
1.2 Extensión a todo el reino: los Furs
1.3 El conflicto de 1333
1.4 Guerra de Sucesión, Decretos de Nueva Planta y abolición de los fueros
2 Características propias de los Fueros y sus implicaciones
3 Cargos e instituciones forales
4 Ediciones Facsímil
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Historia
Origen: la Costum de Valencia
Artículo principal: Costum de Valencia
Su primera redacción se sitúa en la primavera de 1239, al año siguiente de la
conquista de Valencia, por iniciativa del propio rey Jaime I, y recibe el nombre de
Costum ('Costumbre'). Fue redactada inicialmente en latín y al principio se aplicó
únicamente a la ciudad de Valencia.1 Hay quien denomina "Costum" a la normativa
jurídica valenciana antes de 1261, fecha en que Jaime I la jura con la denominación
de "Furs", sin embargo la documentación conservada demuestra que con anterioridad a
esa fecha se la denomina indistintamente con las formas "fueros", "costumbres" e
incluso alguna más.2
Según otras fuentes[cita requerida], el primer costum fue promulgado por Jaime I el
21 de marzo de 1238, en Játiva, confiriendo jueces civiles y criminales, así como
la Cambra dels Jurats de València, ('Cámara de los jurados de Valencia') a la
ciudad. El 21 de mayo de 1239 aparece el primer privilegio en el que se habla del
curia de València, en el que se le da un lugar para su tribunal. El 29 de diciembre
de 1239 concede Jaime I a Valencia el Justicia.
"El texto de la Costum, redactado en latín, aprovechaba elementos del derecho local
catalán (la Costum de Lérida), de derecho feudal (los Usatges de Barcelona y el
Liber Iudiciorum) y, sobre todo, del derecho romano (el Corpus iuris civilis),
exhumado por las juristas de la época, particularmente los de Bolonia, y mucho más
favorable al monarca". Como el nuevo código consagraba el poder de la Corona
apoyada y las aspiraciones de las nuevas élites de las ciudades en detrimento de la
preponderancia tradicional de la nobleza, ésta se opuso a la aplicación del Costum
de Valencia a todo el reino defendiendo la aplicación de los fueros aragoneses —el
propio rey los aplicó a las nuevas poblaciones de Vinaroz y Villafamés.3
Por otro lado, durante un tiempo las "costums" dependían de la voluntad del rey que
las había promulgado, y por lo tanto podían ser revocadas por este. La ciudad de
Valencia y algunas villas trataron de obtener su irrevocabilidad, por lo que se
solicitó que el rey jurase los fueros. Esto sucedió finalmente el 7 de abril de
1261. Jaime I juró en Valencia, ante las Cortes del Reino de Valencia, los fueros
de Valencia. Cuatro días más tarde promulgó un privilegio al nuevo reino, según el
cual, todos los sucesores del monarca también tenían que jurarlos en Valencia antes
de cumplido el mes de su reinado. Esta supeditación del rey a los Fueros supuso la
constitución del Reino de Valencia como estado soberano. El texto de los fueros se
conservó en un registro redactado por el escribano Boronat de Pña.
El privilegio otorgado por Jaime I por el que el rey quedaba obligado por él y por
sus descendientes a jurar los Furs de Valencia inmediatamente después de iniciar su
reinado, y a convocar Corts en el plazo de un mes se debió a la necesidad de dinero
que tenía el rey, cantidad que fue sufragada en su mayoría por la ciudad de
Valencia.1 La cantidad que recibió el rey fue de 48.000 sueldos reunidos y donados
por la ciudad de Valencia, los sitios y villas de la Huerta de Valencia que
pertenecían a clérigos y nobles y las villas de Castellón de la Plana, Villafamés,
Onda, Liria, Corbera, Cullera y Gandía.
En esas primeras Cortes del Reino de Valencia celebradas en 1261 —a las que al
parecer no asistieron las villas reales más importantes del reino en aquella época,
como eran Morella, Burriana, Morverdre (Sagunto), Alcira y Játiva—, el rey Jaime I
extendió la Costum de Valencia, denominada a partir de entonces Furs de València, a
todo el reino. En estas Cortes, el texto legal era traducido al romance
(valenciano),45 con el fin de facilitar su comprensión, y cambiaba su denominación
original de Costum, propia de la tradición catalana, por la de Furs, más próxima a
la terminología aragonesa. Ello se debía posiblemente a la voluntad contrarrestar
la influencia de los Fueros de Aragón, compilados en 1247 en Huesca, que amenazaba
con extenderse a las poblaciones valencianas regidas por los diversos fueros
aragoneses. De hecho, buena parte de la nobleza continuaba aferrada a la vigencia
del derecho aragonés y se oponía firmemente a la extensión territorial del código
valenciano. A pesar de las resistencias nobiliarias, los Furs de Valencia, fijados
definitivamente en 1271, acabarían extendiéndose por todo el reino.6
Y en ese mismo año los Costums de Lérida regían en Cálig, Cervera del Maestre,
Rosell y San Mateo, Villafamés, Vinaroz y Cabanes. Y los de Barcelona regían en
Castell de Chivert, Moncada y Beniacaldim de Almenara.
Como muestra de interés de Jaime I en los fueros, en 1270 Jaime I volvió a ordenar
a los jueces que no se atuviesen a los decretos sino a los fueros. En 1271 volvió a
confirmar los fueros intentando dejar clara su voluntad de consolidación del nuevo
régimen. También a los que se adhiriesen el rey les condonaría algunas deudas
pendientes.
Un hecho muy importante para la consolidación de los fueros fue el decreto que
Pedro III, hijo de Jaime I, jurara también los fueros en 1277, en su coronación.
Pero tuvo un impacto importante el hecho de que Pedro fuese excomulgado por el
Papa, hecho que apareja la potestad de los reinos de romper el tributo de
vasallaje. Eso fue aprovechado por Cataluña y Aragón, pero especialmente por
Valencia, para reforzar sus fueros y privilegios. De hecho, a partir de 1283, en
virtud del Privilegium Magnum, el rey no podía imponer nuevos impuestos sin la
aprobación de las cortes. Además, en Valencia le fue otorgada la potestad de
nombrar cónsules.
El año 1283 el rey Pedro III autoriza la instalación del Consulado del Mar de
Valencia, que fue el primero de España.
El conflicto de 1333
En 1333 el rey Alfonso IV de Aragón, bajo la influencia de su segunda mujer,
Leonor, donó los señoríos de Játiva, Alcira, Morvedre (Sagunto), Alicante, Morella,
Castellón de la Plana y Burriana al infante Fernando, (hijo de Leonor). Esto
infringía una promesa hecha ante las Cortes en los años 1329 y 1330. Esto provocó
un enfrentamiento entre una porción de la nobleza que daba apoyo a la medida y otra
porción junto con el pueblo llano que reaccionaron contra ella y en favor y defensa
de los fueros. El jefe del jurado de Valencia, Francisco de Vinatea, se entrevistó
repetidas veces con el rey y con Leonor hasta que consiguió la anulación de la
donación, con la consecuente irritación de Leonor, pero dando fin al conflicto y a
los disturbios civiles que estaba provocando.
Esta población estaba además en una fase de mutua adaptación étnica (el poble
ajusdadis que menciona Eiximenis). Esto configuró poco a poco en la ciudad de
Valencia un régimen político urbano, de ciudad-estado, mercantil, artesanal y
mesocrática, comparable al de otras ciudades mediterráneas (Venecia, Génova, etc.)
que estaban también en efervescencia. Las facilidades económico-comerciales
atrajeron inmigrantes en busca de una mejor calidad de vida, y Valencia entró en
una fase de expansión económica y cultural, el siglo de oro valenciano, que le
llevaría a un florecimiento político, literario y artístico anterior al Siglo de
Oro español.