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En esta jornada del DOMUND vamos recordar a todos los misioneros que, repartidos por el mundo

entero, son signo del amor de Dios a los hombres, especialmente a los más pobres; ellos son "misio-
neros de la misericordia".

La pobreza en el mundo
En esta actividad se trata de que los alumnos adquieran algunos conocimientos sobre la distribución de
las riquezas en el planeta y la situación de pobreza de muchas naciones.
El índice de desarrollo humano (IDH) es una medida comparativa de la esperanza de vida, la alfabeti-
zación, la educación y el nivel de vida correspondiente a países de todo el mundo. Se utiliza para dis-
tinguir si un país es desarrollado, en desarrollo o subdesarrollado, y también para medir el impacto de
las políticas económicas sobre la calidad de vida.

Distribución por tramos


basada en la del «Informe
de Desarrollo Humano 2014»
Los pobres de hoy
El reparto de la pobreza es escandalosamente desigual, y este es uno de los principales problemas de
la humanidad, porque un 20% de países, los ricos, tienen el 80% de las riquezas. Por el contrario, un
20%, los más pobres, solo disponen del 1,4% de las riquezas del planeta.

Los pobres no se encuentran solo en los países empobrecidos. Podemos poner rostro concreto a los
pobres de hoy, que no son únicamente los que no tienen dinero. La globalización ha hecho surgir nue-
vos rostros de los pobres: emigrantes, sin-tierra y refugiados; víctimas de la violencia, del tráfico de
personas y desaparecidos; enfermos de sida y de enfermedades endémicas; víctimas de la prostitu-
ción, la pornografía, la violencia en el trabajo, el trabajo infantil, el maltrato a mujeres; víctimas de
la exclusión, del "analfabetismo digital", parados, personas sin hogar, pueblos indígenas...

Ante la globalización de la pobreza, aparece en nuestro tiempo la "globalización de la indife-


rencia", como nos dice el papa Francisco; esa indiferencia ¿nos ha secado las lágrimas? ¿Soy
capaz de pasar al lado de un pobre y no sentir nada, o mirar para otro lado? Ante la pobreza
y el sufrimiento, tenemos que mantener viva una compasión que nos mueva a todos para ven-
cer los abismos de amor, los vacíos de bien y de vida: ¿qué estoy dispuesto a hacer yo?

El Mensaje del Papa con motivo del DOMUND 2015 señala "quiénes son los
destinatarios privilegiados del anuncio evangélico": "La respuesta es clara y la
encontramos en el mismo Evangelio: los pobres, los pequeños, los enfermos,
aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen
cómo pagarte (cf. Lc 14,13-14). La evangelización, dirigida preferentemente a
ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer: «Existe un vínculo
inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos»
(Evangelii gaudium, 48)".

A pesar de la claridad de estas palabras, el mismo Francisco ha


advertido: "Algunas personas no se entregan a la misión, pues
creen que nada puede cambiar y entonces para ellos es inútil
esforzarse. Piensan así: «¿Para qué me voy a privar de mis
comodidades y placeres, si no voy a ver ningún resultado

Guion de clase (ESO) / Domund 2015


importante?». Con esta actitud se vuelve imposible ser misioneros. Tal actitud es precisamente una
excusa maligna para quedarse encerrados en la comodidad" (Evangelii gaudium, 275).

¿Estoy de acuerdo con estas palabras del Papa? ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros
para llevar a los demás un poco de amor? ¿Conozco el testimonio de algún misionero que con
su vida haya hecho propia la bienaventuranza "bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia"?

Misioneros, testigos de la misericordia de Dios


Los misioneros son aquellos que, en la Iglesia "en salida", saben adelantarse, salir al encuentro, bus-
car a los lejanos e ir a los cruces de los caminos para mostrarles a Dios. Viven un deseo inagotable
de brindar misericordia, porque se saben amados inmensamente por Dios Padre. Han sido capaces de
vencer el egoísmo que encierra en la comodidad, la flojera, la tristeza insatisfecha y el vacío egoísta,
e ir allí donde las personas sufren.
En el mapa anterior podemos situar ahora algunos de los 13.000 misioneros españoles que están mos-
trando, con su vida, el rostro misericordioso de Dios Padre. Por ejemplo:

AMÉRICA ÁFRICA
En Perú, 912 misioneros. En R. D. del Congo, 154 misioneros.
En Venezuela, 905 misioneros. En Mozambique, 113 misioneros.
En Bolivia, 355 misioneros. En Sudán, 9 misioneros.
ASIA
En India, 93 misioneros.
En Tailandia, 19 misioneros.
EUROPA DEL ESTE En Corea del Sur, 18 misioneros.
En Rusia, 20 misioneros. OCEANÍA
En Rumanía, 17 misioneros. En Australia, 23 misioneros.
En Ucrania, 14 misioneros. En Papúa Nueva Guinea, 2 misioneros.

Son los "misioneros de la misericordia", que llevan el amor de Dios a los más necesitados; son el
rostro vivo del amor, el cuidado y la ternura de Dios Padre, especialmente con los más pobres.

Buscar información, por grupos o equipos de trabajo, sobre la tarea que realizan estos misio-
neros en los lugares de destino.

Presentar a la clase un país, con sus datos geográficos, económicos y de desarrollo, junto con
la labor evangelizadora y de promoción humana de algún misionero.

Obras Misionales Pontificias


Conclusión
Pronto, el 8 de diciembre, dará comienzo el Año Jubilar de la Misericordia. Francisco nos invita a
celebrar este año de gracia para reconocer que Dios ha venido a nuestro encuentro en Jesucristo. Él
es el rostro de la misericordia del Padre. Vivir esta gracia nos llama a ser, también nosotros mismos,
signo para los hombres del amor de Dios Padre.
El Papa señala el camino: "Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre
las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del
Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina" (Misericordiae vultus, 15).

Con el testimonio de los misioneros que hemos conocido, ¿qué podemos hacer para vivir algu-
na de las obras de misericordia de las que habla el Papa?

Durante la celebración del DOMUND, ¿cómo podemos ayudar a quienes están entregando su
vida con los más pobres?

Oremos con esta plegaria:

Padre bueno, Dios rico en misericordia,


concédenos la gracia de seguir el camino
de los misioneros y misioneras.

Ellos nos enseñan a ser Iglesia "en salida",


a vencer la comodidad y el miedo,
a tomar la iniciativa, movidos por el Espíritu;
a salir al encuentro del otro para mostrarle
esa infinita misericordia de tu corazón
que ellos mismos han conocido.

Entregados a Ti en el servicio a los pobres,


muestran las puertas siempre abiertas de la Iglesia:
el lugar de la misericordia gratuita,
donde cada persona puede sentirse acogida, amada,
alegre por el perdón y alentada a vivir
según la vida buena del Evangelio.

Señor, que aprendamos de estos hermanos nuestros


a ser "discípulos misioneros",
testigos convincentes de tu misericordia.

Pepita Cordovilla. Misionera del Amor de Dios

Guion de clase (ESO) / Domund 2015 Obras Misionales Pontificias

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