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BOLILLA 8

Punto 1
Tratado de Pilas y Benegas. Tendencias organizativas y federativas de las provincias
Tratado de Pilar: Firmado el 23 de febrero de 1820, en la capilla del Pilar, entre los gobernadores
Sarratea de Buenos Aires, Ramírez de Entre Ríos y Estanislao López de Santa Fe, c0n el fin de
terminar la guerra suscitada entre dichas provincias, proveer a la seguridad ulterior de ellas y
concretar sus fuerzas y recursos en un Gobierno federal. Ratificaba que las provincias firmantes
estaban a favor del sistema federal, convocaba a un Congreso a los sesenta días para fija
definitivamente el sistema a seguir, sometiéndose a sus deliberaciones. Se concertaba la paz entre
las provincias contratantes, lo que contribuyó a dar las bases de nuestro federalismo. Se disponía la
libre navegación destinada a salvar las dificultades que la guerra civil produjo en las provincias y a
evitar toda incursión portuguesa en las aguas de los Ríos Paraná y Uruguay. Se establece el libre
comercio de armas y municiones de guerra entre las provincias federadas y el canje de prisioneros
pertenecientes a los Estados en guerra. Es la obra institucional de los pueblos litorales, asentando
los principios básicos sobre los que habrá de organizarse políticamente la nación. Es el pacto de
unión sobre el que habrán de consolidarse las autonomías provinciales, del cual surgirán de una
manera absoluta y definitiva los principios de federalismo y nacionalidad; es el punto de partida de
la unificación nacional bajo la forma federal, inicia la histórica política de pactos. Este pacto fue el
basamento federal de la Constitución Nacional, y primer pacto preexistente a que se refiere su
preámbulo. Acontecimiento institucional más importante después de la revolución e independencia
argentinas.
Tratado de Benegas: El brigadier López triunfa sobre las fuerzas de Dorrego, seguidamente ofrece
la paz a Buenos Aires, que decide aceptarla. Con ese fin designan sus representantes, Buenos Aires
a Patrón y Andrade, Santa Fe a Larrechea y Seguí; quienes reunidos en la estancia de Tiburcio
Benegas, firman el Tratado de Benegas el 24 de noviembre de 1820. Establecía la paz entre Buenos
Aires y Santa Fe; la convocatoria de un Congreso que se reuniría en Córdoba; libre comercio de
armas y municiones de guerra entre las partes contratantes y la libertad de prisioneros de guerra;
Córdoba queda en carácter de garante de su cumplimiento como mediadora. Este pacto reafirmó el
espíritu federal del Pacto de Pilar, trajo paz con Buenos Aires y logró reafirmas económicamente a
Santa Fe, mediante una indemnización otorgada por hacendados de Buenos Aires.

Punto 2
Congreso de Córdoba 1821. Bustos y su gravitación política. Tratado del cuadrilátero.
Finalidad y contenido
En lo sucesivo a la batalla de Cepeda, Bustos trataba de convocar a un congreso general, la firma
del tratado de Benegas entre Buenos Aires y Santa Fe, satisfacía sus aspiraciones al conseguir que
el congreso fijara su lugar de residencia; en calidad de mediador y fiador del pacto podía imponer
condiciones. Reunidos en la ciudad mediterránea los diputados no conseguían instalar el congreso,
diluyéndose en sesiones preparatorias. Buenos Aires ejerció su influencia sobre Salta, Mendoza y
Catamarca a fin de persuadirles de la inoportunidad de la convención. Bustos, luchó por lograr la
apertura de la convención. Buenos Aires se retira, y la división queda planteada; problemas de toda
índole acuciaban a los diputados provincianos. Así, queda fracasado el congreso de Córdoba, Sólo
llegó a tratar un intrascendente proyecto, presentado por Rivadavia para dilatar la apertura, sobre
intercambio provincial de la correspondencia postal. Luego de estos acontecimientos, convocados
los representantes de las cuatro provincias litorales, se reúnen en la ciudad capital de Santa Fe,
concurren De la Cruz por Buenos Aires, Seguí por Santa Fe, Calderón por Entre Ríos, y Goytía por
Corrientes. Establecía la paz en el litoral, la libertad e independencia de las provincias
consignatarias, reconociendo la autonomía de cada una de las provincias consignatarias. El sistema
económico- rentístico reservaba a Buenos Aires la Aduana del puerto único, y el control de los ríos
interiores; con esto se imponía a las demás provincias la servidumbre económica que implica la
subordinación política. Se expresaba el sentimiento de las provincias de luchar contra todo ataque
extranjero a la soberanía nacional. Trataba sobre los problemas de límites entre Corrientes y Entre
Ríos. Examina los casos en que las provincias contratantes se vean atacadas por otras. Establece el
libre comercio marítimo en todos los destinos de buques nacionales no pudiendo ser privados de sus
derechos. En caso de oportunidad de instalación de un Congreso las provincias debían realizar las
invitaciones correspondientes. El territorio de Misiones quedaba libre para formar su gobierno y
reclamar la protección de cualquiera de las provincias contratantes. Disponía sobre la ratificación
del tratado por parte de las provincias firmantes. Este tratado selló la paz entre las provincias
litorales, pero no fue expresión de federalismo, al no alterar el sistema económico rentístico
enriqueciendo a Buenos Aires, en mengua de las economías del interior.

Punto 3
Congreso de Buenos Aires de 1824. Ley Fundamental. Ley de Presidencia. Debates. Elección
de Rivadavia. Ley Capital
El 6 de Diciembre de 1814, el presidente del congreso Castro, procedió a la instalación del cuerpo.
En la sesión inaugural y posteriores reuniones se debatió sobre el reglamento que habría de adoptar
el cuerpo de deliberaciones, lo que provocó discusiones doctrinarias.
La primera medida de singular importancia aprobada por el congreso fue la sanción de la Ley
Fundamental, proyecto redactado por Acosta, diputado por Corrientes. Se trataba de un verdadero
pacto de provincias para la organización nacional cimentada en el respeto por las autonomías de las
mismas. En sus artículos dictaba, primero las provincias renuevan su pacto de unión para afianzar la
independencia nacional; el Congreso general de las Provincias Unidas del Río de la Plata, es y se
declara constituyente; las provincias en salvaguardia de su autonomía, hasta la promulgación de la
constitución que organizaría el estado se regirían interinamente por sus propias instituciones; en lo
concerniente a los objetos de la independencia, integridad, seguridad, defensa y prosperidad
nacional, son del resorte privativo del Congreso general, expedirá progresivamente las
disposiciones que se hiciesen indispensables sobre dichos objetos; cada provincia se reserva el
derecho de aceptar o repudiar la Constitución en la forma que ellas acuerden, no será promulgada ni
establecida hasta que haya sido aceptada; la Ley fundamental sería comunicada a los gobiernos de
las Provincias Unidas por el presidente del Congreso. Significaba la existencia de las soberanías
particulares bajo el principio hegemónico e indestructible de la nación.
El conflicto surgido a raíz de la ocupación de la Banda Oriental, el manejo de las relaciones
exteriores y otros inconvenientes fueron concretando el anhelo de los unitarios de consolidar el
ejecutivo nacional permanente. La ley de presidencia es presentada a consideración de la asamblea.
Diputados unitarios argumentaban el proyecto, manifestando que la creación del Poder Ejecutivo
Nacional era urgente, siendo compatible su instalación en las circunstancias presentes y antes de
darse la Constitución. Los diputados federales, afirmaban que era inoportuno establecer un Poder
Ejecutivo, mucho menos previo a la sanción definitiva de la Constitución y estando ausentes la
mayoría de los diputados del interior, dado que se había aprobado la duplicación del número de los
representantes aún no incorporados al Congreso. Fue aprobado finalmente el proyecto, se produce
el 8 de febrero de 1826 la elección y asunción de Rivadavia como presidente de la República.

En febrero el proyecto remitido por Rivadavia declarando la ciudad de Buenos Aires capital de la
República tuvo despacho favorable. Los defensores del proyecto planteaban que la república debe
tener capital en Buenos Aires, la cual debe ser permanente, estando bajo la inmediata y exclusiva
dirección del Presidente de la República. Opositores al proyecto consideraban que el mismo violaba
el pacto y la condición con que Buenos Aires entró a ser representada en el Congreso, refiriéndose a
la Ley Fundamental que aseguraba a las provincias el goce de sus instituciones hasta que fuera
sancionada la constitución nacional. Agotado el ferviente debate, en marzo de 1816 queda
sancionada la Ley Capital. Se ordenó a las instituciones y autoridades provinciales ponerse a
disposición del ministerio de gobierno.
Punto 4
Constitución de 1826. Organización e importancia. Se rechazo
Sancionada en Diciembre de 1826. La sección primera está destinada a la nación y su culto; la
segunda a la ciudadanía, estableciendo su modo de adquirirla y las condiciones en que se pierde; la
sección tercera, establece la forma representativa, republicana, consolidada en unidad de régimen,
división de poderes para el ejercicio de la soberanía; sección cuarta: poder Legislativo, compuesto
de dos cámaras, una de diputados formada por los representantes y otra formada por dos senadores
por cada provincia ; sección quinta: establece el Poder Ejecutivo unipersonal, bajo la denominación
Presidente de la República, elegido por elección indirecta; sección sexta: Poder Judicial, ejercido
por una Corte Suprema de Justicia, tribunales inferiores y demás juzgados establecidos por la ley;
sección séptima: administración provincial, un gobernador dependiente de la República, nombrado
por el presidente; sección octava: disposiciones garantes de las libertades individuales, como
igualdad ante la ley, libertad de prensa y pensamiento, etc.; sección novena: reforma de la
constitución; sección décima: destinada a la aceptación y observancia de la constitución. Fue el
documento más completo y elaborado, antecedente fundamental de la Constitución del 53. Recibió
un elocuente rechazo, producto arbitrario del teoricismo de los unitarios, inadecuado a las
condiciones políticas y sociales del país, repugnante a la voluntad de las provincias ya que
significaba la muerte de las instituciones provinciales, reducidas a entes de la administración
delegada, quedando los gobernadores bajo la inmediata dependencia del presidente de la República.

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