Casos clínicos d� Neuralterapia
Dr. Julio C. Payán de La Roche
Primer caso
Paciente de 38 años de edad, sin hijos, que únicamente
relataba historia de diverticulosis desde hacia diez años.
En 1 978 durante 1 8 meses utilizó la T de cobre como anti­
conceptivo. En diciembre de 1 9 8 1 presentó cistitis y un
Papanícolau I I I ; la biopsia de cervix fue informada como
negativa. La paciente continuó con cistitis y el 12 de ene­
ro de 1 983 presentaba un Papanicolau I I I B ; la biopsia fue
valorada como carcinoma intrapitelial de cérvix (cáncer
in situ).
A la paciente le recomendaron una histerectomía.
Llega a la consulta el 3 1 de enero de 1 984. Por no tener
aún hijos desea cOnservar su útero y, lógicamente, no
acepta una propuesta de conización por los problemas de
esterilidad que conlleva. Se trata de una paciente delgada,
muy nerviosa, con sudoración en manos y con un examen
físico general dentro de la normalidad. Su presión arterial
es de 1 20/80, el pulso de 90/min. y pesa 50 kg.-
En esta paciente se evaluó el efecto Kirlian principal­
mente en el cuarto dedo de la mano derecha (Fig . l A) . Se
observa un vacío de energía en la cara interna de ese dedo
(degeneración de órgano según VOLL) , y también un
vacío menor en la cara externa de ese mismo dedo (meri­
diano endocrino). A la EA V había caídas de la aguja en
estos dos puntos y en puntos de medición y control del in­
testino grueso del lado izquierdo . Con la prueba de ten­
sión muscular se comprobó pérdida de fuerza en hipo­
gastrio , en colon descendente y en timo . Este último dato
se encuentra en gran parte de la población . Según el Dr.
John Diamond (Kinesiología del comportamiento , Infor­
me preliminar) una forma de activar las defensas es dan­
do unos golpes en el manubrio del esternón. Al hacer esto
encontramos (fig . l B) cambios en la imagen de Kirlian del
cuarto dedo de la mano derecha; se observa un mejora­
miento en la energía de la degeneración de órganos. No se
aprecian cambios al dermatrón ni tampoco hay cambios
en el test de tensión muscular. o sea, mejora la en,rgía
Kirlian y no así la EAV ni la prueba muscular . Esto es un
dato importante, pues he observado que el espectro Kir­
lian es muy útil como pronóstico. Cuando hay un pacien­
te muy enfermo pero •con su energía Kirlian equilibrada o
que se equilibra en las primeras pruebas, puedo estar casi
seguro de que la evolución va a ser satisfactoria. En cam­
bio, cuando la energía Kirlian está ausente o no cambia
en nada con medidas terapéuticas adecuadas, el pronósti­
co es sombrío. Al día siguiente, en este paciente observa­
mos (fig. l C) que en el mismo dedo , el cuarto de la mano
derecha, aparece una imagen semejante a la l A; es decir,
el efecto de golpes en el manubrio del esternón fue pasa­
jero. La paciente había utilizado durante muchos años y
por rutina ropa intefior de color roj o . Aquí recordamos
por homeopatía que el rojo es un color sifilítico, agresi­
vo . Comprobé que con la ropa roja o el ver el color rojo,
era mayor la pérdida en la fuerza de tensión muscular .
Decidí entonces tomar otra fotografía Kirlian de la pa­
ciente sin ropa interior y apareció entonces (fig . 1 D) un
cambio en la fotografía: hay mejoría de la energía Kirlian
en degeneración de órganos, dato que no se aprecia al
. dermatrón. Es importante este hallazgo y hay que comen­
tarlo . Hay muchas cosas que inciden en el hombre actual:
las ondas de la radio, de la TV, de la luz eléctrica; la con­
taminación por los ruidos, por la alimentación, por los
recuerdos negativos , por las frustraciones diarias, por las
vibraciones o frecuencias de colores en nuestros tapetes o
en las paredes; la situación geológica de nuestra vivienda,
el material de ellas, el material de nuestros vestidos, etc .
Estas sobrecargadas son inevitables; pero ante un pacien­
te crónico y con un diagnóstico como el presente debemos
tratar de evitar las que más lo lesionen. En esta señora el
color rojo constante de su ropa interior era una sobrecar­
ga (el color es una frecuencia que está directamente sobre
un órgano). El Dr. Dairo Melo tiene datos importantes a
este respecto y a él agradezco algunos informes.
A esta paciente se le recomendó, además de una dieta
adecuada, evitar el color roj o . Iniciamos la terapia neural
descubriendo una cicatriz en tobillo derecho (un pequeño
accidente de niña), polos amigdalares . Frankenhauser co­
mo segmento y tiroides1 como aplicación justificada por
el nerviosismo y la sudoración de las manos (P . Dosch ,
Tercer Congreso Latinoamericano de Medicina Biológi­
ca, Popayán, Colombia, 1 979) . Doce días después regre­
só la paciente a la consult�. Se sentía muy bien desde el
punto de vista anímico, había presentado distensiones ab­
dominales y exceso de flatos . Aquí quiero recordar que
en la historia estaba el dato de diverticulosis de intestino
grueso; así que el organismo estaba presentando su recu­
peración de memoria desde el punto de vista bio­
cibernético, evidenciando el campo interferente según el
razonamiento neural terapéutico . A la EAV no había
caída de la aguja en puntos de endocrino ni en puntos de
degeneración de órganos , pero sí en puntos de int�stino
grueso. A la Kirlian aún se veían vacíos en el cuarto dedo
derecho. Por problemas técnicos no se pudieron tomar
fotografías ese día. Lógicamente, a la paciente en esta se­
sión se le aplicó segmento de abdomen, un troncal simpá­
tico abdominal derecho y se le repitió el Frankenhauser1 •
Veinte días después se toma un biopsia de cérvix de
cuatro cuadrantes que informa de displasia epitelial mo­
derada. No había caídas al dermatrón y a la Kirlian se
veía un lleno de energía. Un mes después regresa a la con­
sulta un poco desorientada, pues el médico que le había
hecho el diagnóstico de cáncer in situ le deéía que
requería necesariamente la histerectomía a 'pesar del últi­
mo examen patológico . Tomé una fotografía Kirlian (fig .
l E) en donde se aprecia el halo energético completo.
(comparar con la l A) en el cuarto dedo de la mano de-
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 Figura l A Figura lB
recha, lo cual indica una recuperación energética que de
acuerdo con la EAV y con los datos patológicos no deja­
ban duda de la recuperación de la enferma. Se tomó una
nueva biopsia que se envió para que fuera procesada en el
mismo laboratorio. Su informe fue de «displasia epitelial
leva focal» ; o sea, que la evolución era más que favo­
rable. En esta ocasión, buscando puntos fríos encontré
un punto en codo derecho y allí se aplicó terapia neural.
La paciente continuó en control de citologías que infor­
maban de I l . El último control, del 3 de enero de 1 984
decía: «Papanicolau I l , no se observan células de tipo ne­
oplásico» .
Segundo caso
Paciente varón , de 62 años. Consulta el 14 de di­
ciembre de 1 983 por dolor a nivel del ciático derecho que
se irradia por cara posterior de miembro inferior. La
sintomatología se había iniciado diez días antes produ­
ciendo incapacidad para la marcha. Como antecedentes
quirúrgicos relataba un apendicectomía en 1 940. En-la ni­
ñez padeció neumonía; a los 22 años paludismo y una in­
fección venérea en la misma época. Al examen físico se
apreciaba intenso dolor a la extensión del miembro infe­
rior derecho e incapacidad para la marcha. Había recibi­
do relajantes musculares, analgésicos y vitamina B sin re­
sultados positivos. A la EAV se apreciaba una caída de
90/70 en el punto de medición del colon ascendente. No
había caída de la aguja en punto de medición del sistema
lumbo-sacro (Vol!). En la fotografía Kirlian (fig. 2A) se
observa falta de energía en el intestino grueso, lado radial
del segundo dedo derecho, y un halo débil en la parte cu­
bital del mismo (sistema nervioso de Voll) . El paciente
presentaba un poco de dolor en flanco derecho e hipo­
condrio del mismo lado . Con estos hallazgos, y con crite­
rio neural térapéutico , se le aplicó un segmento de abdo­
men y un troncal simpatico abdominal derecho 1 • Después
de la aplicación desapareció completamente el dolor, el
paciente pudo vestirse por sus propios medios e incluso
atarse los zapatos, lo cual no podía hacer antes. Al der­
matrón se apreció el intestino grueso en 60, sin caída, y a
la Kirlian se vio aparecer un halo completo en el segundo
dedo derecho (fig. 2B) . Se presentó una reacción en se-
34 - Natura Medicatrix. In vierno 1985 (n. o 8)
Figura l C Figura l D
gundos y la sintomatología no ha vuelto a aparecer por
ahora, tres meses después. Se visualizó este resultado a la
Kirlian así como al dermatrón; lo que es importante, uni­
dos a la completa mej oría del paciente; pues de nada sir­
ven hermosas descripciones energéticas que no se corro­
boren en el cuadro clínico del enfermo .
Para cualquier neuralterapeuta cada fenómeno o reac­
ción en segundos revive la emoción de F. Huneke y hace
vibrar la aguja neural. En este caso vibró hasta la cámara
Kirlian.
COMENTARIOS FINALES
En el primer caso se apreciaron discrepancias entre los
hallazgos a la EA V, el test muscular y la fotografía
Kirlian, pero se observó cómo la terapia neural equilibró
estos parámetros y se obtuvo la curación clínica. En el se­
gundo caso aparece un fenómeno en segundos que tam­
bién se aprecia en la EAV y en la Kirlian . En lo observado
hasta ahora la terapia neural es una excelente equilibra­
dora de diferentes manifestaciones energéticas , como lo
enunciaba al comienzo de este trabajo.
Los estudiosos del hombre han especificado y de­
mostrado que el ser humano está rodeado de un campo
electromagnético físico y que en parte podría correspon­
der al bioplasma de la Kirlian . En este existen frecuencias
de tipo ultravioleta que se repiten al rodear la célula y que
le permiten a ésta comunicarse con su microuniverso . To­
das esas energías que rodean e interpretan al hombre
tendrían, según los entendidos , vértices de entrada a tra­
vés de los Chakras que a su vez se somatizarían , según los
mismos entendidos, a través del sistema neurovegetativo
y más específicamente desde el punto de vista histológico
funcional a través del sistema neurovegetativo básico
descrito por Pischinger. De esta forma la terapia neural
actúa en la mismísima entrada de energías del hombre y
por esta razón se explicaría su acción sobre los diferentes
niveles energéticos.
Ejercer la terapia neural no es fácil. El ver al paciente
desde un punto de vista dinámico, fluyente; el captar sus
campos de interferencia y el entender su forma de acción ,
requiere una constante dinámica de renovación mental .
También representa un verdadero compromiso con el pa-
 Figura lE Figura 2A
ciente, pues se corren riesgos al introducir una aguja en
su organismo (pero muchos menos que en una cirugía o
en una biopsia, o en un procedimiento de canalizar una
simple vena) . Pero sus resultados justifican todas las mo­
lestias que nos tomemos .
Quiero insistir en que el manejar distintas manifesta­
ciones de energía debemoscser amplios en nuestras vi­
siones terapéuticas; no hay panaceas, no hay omnipoten­
tes ni curalotodos, ni fórmulas mágicas; tampoco deben
haber posiciones rígidas, ni ortodoxias en la heterodoxia
en que nos han situado . En el paciente y en el médico
tienen que conjugarse diversas formas de abordaje; desde
la ortodoxa universitaria a las diferentes heterodoxias co­
mo la terapia neural , la homeopatía, la acupuntura, la
auriculomedicina, la electroacupuntura, la cromoterapia,
el naturismo, etc . ; todas ellas tienen un lugar. Como se ve
estamos embarcados en una medicina que afortunada­
mente no tiene orillas.
Figura 2B
Es importante recalcar que al colocar las aplicaciones
neuralterapéuticas las energías o frecuencias del paciente
cambian y él requiere de un tiempo para procesar esos
cambios y esos impulsos que podríamos llamar «etapa de
reacondicionamiento a una nueva situación energética » .
Si s e d a durante este tiempo u n impulso inadecuado ,
puede presentarse una pérdida del primero o una sobrees­
timulación que lleve a una parálisis o a una hiporreac­
ción . En caso de estímulos repetitivos estos deben ser
muy bien evaluados.
Esperamos complementar poco a poco estas observa­
ciones de manifestaciones de energía y de acción sobre
ellas en busca de mejores resultados terapéuticas . El ca­
mino por recorrer es largo .
( 1 ) Esta terminología corresponde a la técnica de aplicación de la
neuralterapia, que puede ser motivo de otro artículo.
- Dirección del autor: J . C . Payan de la Roche. e/. Carrera, l l .
8N5 l , AA I 72 1 , Popayán (Colombia).
Natura Medicatrix. Invierno 1985 (n. 0 8) - 35