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Tipos de maltrato

En el último año, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún


tipo de abuso en entornos comunitarios.

Las tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones como residencias de
ancianos y centros de atención de larga duración: dos de cada tres trabajadores de estas
instituciones indican haber infligido malos tratos en el último año.

El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y consecuencias
psicológicas prolongadas.

Se prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población en muchos países.

La población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900 millones en 2015
a unos 2000 millones en 2050.

El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento
a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una
relación basada en la confianza. Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos
humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones
económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la
falta de respeto.

Magnitud del problema

El maltrato a personas mayores es un problema importante de salud pública. Según un estudio


de 2017 basado en la mejor evidencia disponible de 52 investigaciones realizadas en 28 países
de diversas regiones, incluidos 12 países de ingresos bajos y medianos, durante el último año
el 15,7% de las personas de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato (1).

Probablemente este porcentaje representa una subestimación, ya que solo se denuncia uno de
cada 24 casos de maltrato a personas mayores, en parte porque estas últimas a menudo
tienen miedo de notificar el maltrato a sus familiares, a sus amigos o a las autoridades. Por
consiguiente, es probable que se subestimen las tasas de prevalencia. Aunque los datos
rigurosos son limitados, el estudio proporciona, sobre la base de todas las investigaciones
disponibles, estimaciones de prevalencia del número de personas mayores afectadas por los
diferentes tipos de maltrato.

Los datos sobre el alcance del problema en instituciones como hospitales, residencias de
ancianos y otros centros de atención de larga duración son escasos. Sin embargo, las revisiones
sistemáticas y meta análisis de estudios recientes sobre el maltrato a personas mayores en
entornos tanto institucionales como comunitarios, basados en las denuncias presentadas por
las propias personas mayores, indican que las tasas de maltrato son mucho más altas en las
instituciones que en los entornos comunitarios
Las estimaciones del maltrato a personas mayores y sus subtipos en las instituciones se
establecieron partir de todos los estudios en los que figuraban datos proporcionados tanto por
los trabajadores de las instituciones como por las propias personas mayores y sus
representantes. Se analizaron conjuntamente un total de nueve estudios de seis países
basados en las notificaciones de comisión de malos tratos realizadas por trabajadores. Según
estas estimaciones, el 64,2% de los trabajadores infligió alguna forma de maltrato en el último
año. Las estimaciones de los diferentes subtipos de maltrato a personas mayores notificadas
por los propios trabajadores y los residentes mayores evidencian similitudes en la magnitud
del problema.

EL MALTRATO FÍSICO

ocurre cuando alguien ocasiona algún daño corporal a la persona mayor al golpearla,
empujarla o abofetearla. También puede ocurrir cuando se sujeta contra su voluntad, como
encerrarla en una habitación o atarla a un mueble.

EL MALTRATO EMOCIONAL,

a veces llamado maltrato psicológico, puede ocurrir cuando la persona que cuida a una
persona mayor le dice palabras hirientes o humillantes, le grita, la amenaza o la ignora
repetidamente. Otra forma de maltrato emocional es cuando se le impide a esa persona ver a
familiares y amigos cercanos.

LA NEGLIGENCIA

ocurre cuando la persona que cuida a alguien mayor no responde a sus necesidades, ya sean
físicas, emocionales o sociales. O bien, si no le da sus alimentos, medicamentos o impide su
acceso a atención médica.

EL ABANDONO

ocurre cuando se deja sola a una persona mayor que necesita cuidados, sin hacer arreglos para
que alguien atienda a sus necesidades.

EL ABUSO SEXUAL

ocurre cuando el cuidador de una persona mayor la obliga a presenciar o ser parte de actos
sexuales.

EL ABUSO FINANCIERO

ocurre cuando alguien se roba el dinero o las pertenencias de una persona mayor. Esto puede
incluir la falsificación de cheques, el cobro de la pensión o jubilación o de los beneficios del
Seguro Social, o bien, el uso de las tarjetas de crédito y las cuentas bancarias de otra persona
sin su permiso. Esto también incluye el cambio de nombre en un testamento, una cuenta
bancaria, una póliza de seguro de vida o el título de una casa sin el permiso adecuado.

Prevalencia general

El maltrato de las personas mayores puede conllevar lesiones físicas –desde rasguños y
moratones menores a fracturas óseas y lesiones craneales que pueden provocar
discapacidades– y secuelas psicológicas graves, a veces de larga duración, en particular
depresión y ansiedad. Para las personas mayores las consecuencias del maltrato pueden ser
especialmente graves porque sus huesos pueden ser más frágiles y la convalecencia más larga.
Incluso lesiones relativamente menores pueden provocar daños graves y permanentes, o la
muerte. Un estudio de seguimiento durante 13 años reveló que los ancianos víctimas de
maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que aquellos que no refieren
maltrato.

A nivel mundial, se prevé que el número de casos de maltrato a personas mayores aumente,
ya que muchos países tienen poblaciones que envejecen rápidamente y cuyas necesidades tal
vez no se satisfagan plenamente debido a la escasez de recursos. Se prevé que para el año
2050 la población mundial de personas con 60 años y más se habrá duplicado con creces,
pasando de 900 millones en 2015 a aproximadamente 2 000 millones, y que la gran mayoría de
las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos. Si la proporción de
personas mayores que son víctimas de maltrato se mantiene constante, el número de víctimas
aumentará rápidamente debido al envejecimiento de la población y llegará a 320 millones de
aquí a 2050.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de que una persona mayor sufra
malos tratos se sitúan en el ámbito individual, relacional, comunitario y sociocultural.

Individuales

Entre los riesgos del ámbito individual se incluyen la mala salud física y mental de la víctima y
los trastornos mentales y abuso del alcohol y las sustancias psicotrópicas en el caso del
agresor. Entre otros factores individuales que pueden incrementar el riesgo de malos tratos se
incluyen el sexo de la víctima y el hecho de compartir vivienda. Si bien los varones de edad
corren el mismo riesgo de sufrir malos tratos que las mujeres, en algunas culturas en las que
las mujeres tienen una condición social inferior, las mujeres de edad tienen mayor riesgo de
negligencia y abuso económico (como apoderarse de sus propiedades) cuando enviudan. Las
mujeres pueden también correr un mayor riesgo de sufrir formas más persistentes y graves de
maltrato y lesiones.

Relacionales

Compartir la vivienda es un factor de riesgo para el maltrato de las personas mayores. Está por
determinar aún si son los cónyuges o los hijos adultos de las personas mayores quienes más
probabilidades tienen de perpetrar los malos tratos. Cuando el agresor depende de la persona
mayor (a menudo económicamente) también es mayor el riesgo de malos tratos. En algunos
casos, si hay antecedentes de relaciones familiares disfuncionales la situación puede empeorar
debido al estrés cuando aumenta la dependencia de la persona mayor. Finalmente, con la
incorporación de las mujeres al mundo laboral y la reducción del tiempo que tienen disponible,
atender a los parientes mayores puede pasar a ser una carga más pesada que incrementa el
riesgo de maltrato.

Comunitarios

El aislamiento social de los cuidadores y de las personas mayores, y la consiguiente falta de


apoyo social, es un importante factor de riesgo para el maltrato de las personas mayores por
parte de sus cuidadores. Muchas personas mayores están aisladas por la pérdida de
capacidades físicas o mentales, o por la pérdida de amigos y familiares.
Socioculturales

Entre los factores socioculturales que pueden afectar al riesgo de maltrato de las personas
mayores se incluyen los siguientes:

estereotipos basados en la edad según los cuales las personas mayores son representadas
como frágiles, débiles y dependientes;

la representación de las personas mayores como frágiles, débiles y dependientes;

el debilitamiento de los vínculos entre las generaciones de una misma familia;

los sistemas sucesorios y de derechos de tierras, que afectan a la distribución del poder y de
los bienes materiales en las familias;

la migración de las parejas jóvenes, que dejan a los padres ancianos solos en sociedades en las
que tradicionalmente los hijos se han ocupado de cuidar a las personas mayores;

la falta de fondos para pagar los cuidados.

En los establecimientos institucionales, es más probable que se produzca maltrato si:

los niveles de la atención sanitaria, los servicios sociales y los centros asistenciales para las
personas mayores no son adecuados;

el personal está mal formado y remunerado, y soporta una carga de trabajo excesiva;

el entorno físico es deficiente;

las normas favorecen más los intereses del centro institucional que los de los residentes.

Prevención

Son muchas las estrategias que se han aplicado para prevenir el maltrato de las personas
mayores, adoptar medidas para combatirlo y mitigar sus consecuencias. Entre las
intervenciones que se han puesto en práctica –principalmente en los países de ingresos altos–
para prevenir el maltrato cabe citar las siguientes:

A nivel mundial, se sabe demasiado poco sobre el maltrato de las personas mayores y sobre su
prevención, especialmente en los países en desarrollo. La magnitud y naturaleza del problema
apenas empieza a perfilarse, muchos factores de riesgo siguen poniéndose en entredicho, y las
consecuencias y los datos sobre lo que funciona para prevenir el maltrato de las personas
mayores son limitados.

Respuesta de la OMS

En mayo de 2016, la Asamblea de la Salud aprobó una Estrategia y plan de acción mundiales
sobre el envejecimiento y la salud en que se ofrecen orientaciones para llevar a cabo una
acción coordinada en los países contra el maltrato a las personas mayores, en consonancia con
los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Con arreglo a la Estrategia mundial, la OMS y sus asociados colaboran para prevenir el
maltrato a las personas mayores mediante iniciativas que ayudan a identificar, cuantificar y
responder al problema, las cuales consisten, entre otras cosas, en:

generar evidencia sobre el alcance y los tipos de maltrato a personas mayores en diferentes
entornos (para comprender la magnitud y la naturaleza del problema a nivel mundial),
particularmente en países de ingresos bajos y medianos de Asia Sudoriental, Oriente Medio y
África respecto de los cuales existen pocos datos;

recopilar pruebas y elaborar orientaciones para los Estados Miembros y todos los sectores
pertinentes con el fin de prevenir el maltrato a personas mayores y reforzar sus respuestas al
respecto;

difundir información a los países y prestar apoyo a las iniciativas nacionales para prevenir el
maltrato de las personas mayores;

colaborar con organismos y organizaciones internacionales para impedir que el problema


vaya a más en el ámbito mundial.

Bibliografía

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse

https://www.nia.nih.gov/espanol/abuso-personas-mayores

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