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S A N P E D R OD E C A R D E Ñ A

Y LAHISTORIA HEROICA D E LC I D
I

La posibilidad de que leyendasmonásticaso cultos asocia-


dos con los sepulcrosde personajesfamososenterradosen mo-
nasteriose iglesiasjugaranun papelen la creaciónde la épicaes-
pañola meüeval ha sido, por regla general,decididamentere-
chazadapor los críticos españoles.Como Menéndez Pidal ha
"la
reafirmadorecientemente fl946l, inspiraciónde los canta-
res es caballeresca, juglaresca,no clerical,contre
no eclesiástica;
1oque pretendeBédier para la épicafrancesa".lAlgunos medie-
valistas pueden inclinarsepor reconsiderarlo probable de la
rígida separaciónentrevida laica y vida eclesiástica implícita en
esaobservación,en términos referentesa la sociedadespañola
medieval anterior al siglo xIII, pero el juicio de tan categórica
conclusiónde fuentetan autorizadano puedehacersea la ligera,
annquetoda una seriede estudiososextranjerosde la épicaespa-
ñola, como W. J. Entwistle,FerrucioBlasi,GuerrieriCrocetti,
E. Merimée y E. R. Curtius hayandudado,desdeluegoen rela-
ción con poemasdeterminados,de que pueda realmentedes-
certarse de modo tan decidido la posibilidad de influencias
dericales.
.&. Ocurre ciertamenteque muchosde los poemasépicoscaste-
,1t
q llanos que tratan de asuntoshistóricosde los siglosx y xt pare-
cen tener, desdefechasinciertas,algún que otro tipo de relación
t con los monasteriosbenedictinosde Castilla la Vieja. Así, por
ejemplo,la figura central del Cantardel Re1Don Sancboestaba
"San j,rl
Original titulado Pedro de Cardeña and thc History of ¡he Qid", MAe,
enterradaen San Salvador de Oña, y sabemosque r¡n resumen
XXVII (19t8), pp. I7-79. t

ri:¿i
"LA SAN PEDRO N¡ CEN¡TÑE 7'
74 TEMAS DE cELEsrNA"

de los hechos básicos de la traición familiar que causó su rnuerte dericaleslas que dieron lugar a esosPoemasepicosy no vice-
y que constituye el tema del poema épico en torno a Sancho II,
,r.rr". Értot. como estáconsabido,sólo seconservanen la forma
aparecíainscrito en el epitafio latino que había entonces sobre su en que fueron prosificadospor los cronistas.No podemosdecir
tumba. Existen, ¿demás, pruebas bastante conduyentes acerca en qué medidalos prosificadoreseliminabande sustextos deta-
de la existencia de un Carnen de morte Sanctii regis que trataba lles áe referenciasmonásticascuandolos acortaban,aunquehay
de esoshechos, escrito en Oña, alrededor de cien años antes de pruebasfidedignasde que a vecestalesdetallesse eliminaban.'
las primeras huellas seguras del poema épico vernáculo que he- En el casode un solo poema,elPoenadeMio Cid,parece
mos encontrado.2 El poema sobre La Condesatraidora prepara que existelo mínimo necesarioParauna investigacióneficazdel
el terreno para una explicación ficticia de la fundación del mo- problema.Tenemosen estaobra un texto bastantecompletoen
nasterio de Oña por el conde Sancho García y da, además, un iu original forma poética.Tenemostambién,del siglo xru al si-
relato fabuloso de las circunstancias en que encontró su muerte glo xvttt, una referenciabien documentadadel culto en torno a
el conde Garcí Fernández.enterrado en San Pedro de Cardeña. la tumba del Cid en SanPedro de Cardeña,situadoa unosocho
Lo verdadero de la historia de la decapitación de los siete Infan- kilómetros al estede Burgos. Tenemosaccesoademás,por su
tes de Salas por Almanzor -base del poema épico llamado de uso en Ia PrimeraCrónicaGeneral,a un curioso fragmento de
los SieteInfantu de Lara- fue ilustrado, al menos a partir del si- historia pseudocidianaescrita en Cardeña en relacióncon este
glo xnr, en la iglesia parroquial de Salas de los Infantes, por la culto tal como existíaen el siglo xu. El objeto del presentear-
exhibición de sus cráneos como reliquias, mientras que los mo- tículo es estudiarel culto medievalen torno al Cid en Cardeña
nasteriosde San Pedro de A¡lanza y San Millán de la Cogolla tanto en susaspectoshistóricoscomo en susasPectos literarios-
mostraban ambos a los visitantes tumbas que se afirmaba conte- tema qu€ no hi despertadogran interésenre los críticosmoder-
nían los siete cuerposdecapitadosde los Infantes y los restosde ,ror-, y, alahn de eseestuüo, investigarla afirmación{e que
otros personajesque aparecenen esepoema épico. Respecto al el culto esirrelevantepará la crítica del Poema.Vistas las fuertes
Romanqdel Infann García, un epitafio latino perteneciente a lo pasionesque essabidodespiertanlas discusiones sobrelos oríge-
que se afirmaba ser la tumba de García, en León, de la segunda nes de la épicaespañola,creo convenienteanticiParmis conclu-
mitad del siglo xr, recogía los hechos básicosdel asesinatodel sionesdedarandoen estelugar que las páginasque van a conti-
personaje del modo en que se referían en el poema épico. Una nuaciónno representanun intento de mostrar de modo alguno
tumba rival de Oña, probablemente más antigua, daba una ver- quela tesisde Bédier seaaplicableúPoemadeMio Cid. Tienen
sión diferente del asesinato del joven príncipe en León. Alusio- una finalidad más modesta:la de sugerir que el Poemacaste-
nes pasajeras en rutinarios documentos administrativos a alg¡r- llano, en la forma en que ha llegadoa nosotros,mr¡estraposible-
nos de estos hechos muestran que impresionaban a la imagina- me¡rtemás indicios de la influenciade las leyendascidianasde
ción y afectaban a las emociones de clérigos y otras personas le- Cardeña que los que admiten las teorías aceptadas.
tradas lo mismo que a genres del pueblo.
Debe admitirse, sin embargo, que nada de nuestra informa-
ción sobre los poemas mencionados está lo suficientemente bien
documentado, ni histórica ni cronológicamente, como para ofre-
cernos alguna prueba de que fueran las leyendas monásticas o

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76 TEMAS DE CELESTINA
$ sAN PEDRo o¡ canonñ¡ 77
.).
II
+ fl lTr T

El culto de Cardeña se basabaen un hecho histórico seguro: !

Una versión perdida, escrita,de las leyendasde Cardeña so-


el cuerpo del Cid, muefto en Valencia en iulio de 1099, eitaba
bre el Cid fue usada por los compiladores de la Primera Crónica
sin ninguna duda enterrado en el -on"tt.iio. Al abandonar Va-
Generalpara redactar el texto de los capítulos 947-962 de esta
lencia Alfonso VI, en mayo de I 102, el c¿dáver fue exhumado
obra. Entwistle dedujo que el título por la que la conocían los
de la catedral -donde había sido enterrado en el verano de
compiladores aparecíaen la frase inicial del capítulo 961; era:
1099- y transportado a Castilla. Allí la r.iuda del héroe, acom-
Estoria del noble uarón el Qid Rry Díalel Camfeador, señorqae
pañada por los seguidores de éste que todavía vivían, lo llevó
para darle nueva sepultura,a Cardeña. De acuerdo con la cos- fuí de Vdhncia.6 Esto resulta plausible. Por brevedad, en el pre-
sente artículo me referiré a ella denominándola Estoria del Cid.
tumbre medieval, Doña Jimena ofreció con esa ocasión al mo-
La obra fue escrita con seguridad en relación con el culto de
nasterio,en beneficio del alma del difunto, muchos donos.aAun_
Cardeña. Debo añadir que, aunque aquí sólo me ocuparé de lo
una afirmación básica del culto de Cardeña era que el Ci.d
_qu€ contenido en los dieciséiscapítulos de laPrimera Crónica General
había ordenado que inmediatamenrese le diera sepulturaallí, se
señaladosmás arriba, ,ro .r.o que sea del todo segruo, de ningún
verá que ello no pudo ser así.
modo, que el uso del texto de la Estoria no empiece hasta el ca-
La siguiente referencia a la tumba del Cid en Cardeña apa_
pítulo 947 de la Primera Crónica General. Debe considerarsela
rece unos cien años más tarde ; una versión del Liber Regun (de
posibiüdad de que algunas o todas las partes de la crónica deri-
alrededor de l]2:0) cierra una nota sobre el Cid con la,
"Murio ialabias vadas de fuentesárabes,o que a menudo se dice que se basanen
mio Cid el Campiador en el mes de Mayo [d]e h era
una refundición del poema, fueran tomadas también, en reali-
ll32l. Dios aya su almi: et aduxeronlo ,u, u"rá[os dalla de
dad, de la Estoria de Cardeña. No obstante, aquí no pueden exa-
Valencia, et soterraronlo en S. Pedro de Cardeña cerca de Bur-
minarse las pruebas a favor y en contra de esa posibilidad.
gos".t El comenrario es significativo. La fecha de la muerte del
La Estoria, en cualquier caso, presraba especial atención al
Cid dada por la Historia Roderici, probablemente exacta, ha
modo en que murió el Cid y a la historia de su cuerpo rras su
sido sustitüda por una que concuerda con el poema de Mio Cid
muerte. El relato puede dividirse así: l) el envío al Cid a Valen-
y las leyendasde Cardeña, que en esrepunto coinciden. El "Sultán
.con cia de una embajada del de Persia"; 2) la aparición de
I:ib:: tampoco parece sabir nada de ia primera sepultura
+sguln San Pedro al Cid en una visión, para profetizar la muerte del
de Valencia, y deja implícito que la de Cardeña siguió inmedia-
héroe antes de pasadostreinta días; 3) un relato detallado de la
tamente a la muerre del héroe.Alrededor de 1220 hay, pues,in_
muerte del Cid, referido casi por entero en términos hagiográfi-
dicios de que ya elflado a circular un relato iege.rdario
!a!ía cos; 4) la victoria del ejército del Cid sobre Búcar, con la ayuda
sobre la muefte del Cid, ielacionado con Cardeña.
de Santiago Matamoros y de una huestecelestial; f ) el traslado
del cuerpo del Cid de Valencia a Castilla y los curiososprepara-
tivos para su colocaciónen la iglesia del monasterio de Cardeña;
6) los diversos hechos mágicos o milagrosos ocurridos subsi-
guientemente en Cardeña y la sepultura final del cuerpo del Cid
"LA
78 TEMAS DE cELESTTNA 79
sAN PEDRo p¡ cnnoEñR

allí, de modo normal, pasados diez años. dad del cuerpo del Cid, y dicho episodio es introducido con ese
El relato de esoshechos por la Estoria (suponemossiempre tinico objeto. Una embaiada medieval presuponía la entrega de
que la Primera Crónica General la seguía con exactitud) es algo regalos. Éttt.. los llevados a Valencia por los Persasestán la mi-
confuso. En la narración juega un papel importante la tradición rri y el bálsamo,usadosen Oriente, como el texto expü"¿,.Para
hagiográfica,pero el tono poco convincentede gran parte de di- "los
untar cuerpos de los omes onrrados quando mueren" (Pd-
cho relato no deriva tanto del uso de la hagiografía que se hace mera Crónica General, cap. 947). El Cid, informado por San Pe-
en é1,ni de su consideracióndel Cid casi como un santo, como
dro de su muerte inminente, se PrePara no ingiriendo nada du-
de sus ingenuos intentos de dar explicacionesracionalesde los
rante una semana, exceptuando la mirra y el bálsamo Persas,to-
hechos milagrosos que presenta en relación con el héroe. Este "una
mados con agua, se expüca, en copa de oro en que el
deseode racionalizartal material sugiere quela Estoria pudo ser
beuie". Tenemos, pues, ahí, un caso de autoembalsamamiento,
escrita como intento de defender contra la crítica las leyendas ,i práctica consideradaevidentementeoriental; tras la muerte del
orales que circulan en Cardeña en relación con el culto al Cid
Cid, d. acuerdo con el uso occidental, su cuerPofue untado con
allí centrado. ir
los mismos productos. A los que en el siglo xut leían el relato se
La característicacenral de la Estoria es su afirmación de l
les invitaba a .t..t que esamedidas dejaban fuera de toda duda
que, tras la muerte, el cuerpo del Cid se había conservado ran lo que había de seguir; para remacharla cuestiónse invocaba la
perfectamentey con un aspectotan vivo que Alfonso VI no ha- autóridad de Alfonso VI. Cuando el rey había visto el cuerPo
bía querido permitir que se le diera sepulturanormalmente. En
del Cid con el aspectode vivo con que maravillosamentese ha-
vez de ello, junto al altar de San Pedro en la iglcsia del monaste-
bía conservado,primero se había quedado atónito, pero al serle
rio, se había colocado, a la derecha,el famoso escañode marfil "non
explicados los hechos, declara la Estoria, lo touo por grant
que el Cid había conseguidoen batalla conrra Búcar, y sobre él mirauilla, ca bien oyera dezir que en tierra de Egipto le fazien
se había coiocado el cuerpo en posición sentada,totalmente a la assy a los reyes" (Primera Cróiica General, cap. 9f 9).7
vista del público. Así había quedado durante diez años. Unido a Entre los otros regalos ofrecidos por los persas estaba un
esa tradición hay un intento de dar a enrender,a través de un
maravilloso juego de ajedrez. En el siglo xul todavía se ense-
testamentoficticio, dado oralmenre por elCidin articulo mortis,
ñaba en Caideña a los visitantes esa reliquia; así lo explica la
que el abandono de Valencia había sido ordenado por su con- Primera Crónica General (cap. 947), aPartándosede su línea
quistador antes de su muerte y que éstehabía dispuestopersonal- principal, en términos que indican que debemosentenderque no
mente que su cuerpo fuera llevado inmediatamente a Cardeña
ie conservabaya ningún otro de los regalosPersas.Claramente,
para recibir sepultura allí. el autor de la Estoria hacía referencia al juego de ajedrez para
La incorruptibilidad del cuerpo como señalde perfecciónde
dar una prueba visual de la verdad del episodio de la embajada.
la vida de un difunto es, desdeluego, un Lugarcomún de la ha-
La inhabitualmente particularizada referencia a la copa usada
giografía,y las crónicasmedievalesregistran orros casosen qr¡e
por el Cid para administrarseel bálsamo y la mirra trasluce la
personajessecularesobtenían eseprivilegio rras su muerte (casos posibilidad d. qu. en dicho siglo también se conservaraentre las
así son los de Carlomagno y, en el siglo xv, Don Enrique el Na-
ieliqüas o ,upulrr", reliquiasáel Cid en Cardeña un cáliz o una
vegante).Pero la Estoria usa el largo episodio de la supuestaem-
"Persia" - de oro.
copa
bajada de para explicar racionalmentela incorruptibili- En la explicaciónque encontrabanpara el embalsamamiento
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:i.,'

"LA
80 TEMAs DE CELESTINA" SAN PEDRO O¡ CRNO¡ÑE 8I

del Cid, desacostumbradamenteeficaz, la Estoria o las leyendas riencia dispuestopara la lucha,sehabíautilizado un complicado
orales que representabaplanteaban ineludiblemente r¡na cuestión sistemade planclas amoldadas,cuerdas,tela de color y perga-
"Sultán
que difícilmente podían evitar. ¿Quién era el de Persia" mino. Aun así el texto duda en afirmar que esosmedioshicieran
que tenía una relación amistosa con el conquistador cristiano de posibleque el Cid tomara parte efedivamenteen el combate.Se
Valencia? Para tratar de eso se introducía en el relato (cap. le retira en la oscuridadpor el camino de Valencia a Castilla,
948) un resumen en castellano de una larga discusión ficticia en mientrassussoldados,ayudadospor Santiagoy su huesteceles-
árabe entre el principal de los emisarios persas y el almojarife tial, luchan contra Búcar, con el éxito profaizado.
(recaudador de impuestos) moro del Cid. El emisario explicaba Sobrela fechade composiciónde la Estoriasepuedepropo-
que las fuerzas de la primera cruzada acababan de tomar Antio- ner un terninus afite qüem, pues los capítulos de la Primera
quía y amenazaban en esemomento a la misma Jerusalén.El sul- CrónicaGeneralque la utüzan fueron posiblementeredactados
tán, temeroso de que el Cid pudiera unirse a los cruzados, espe- alrededorde 1260. Un posibleterminas postqaempuedededu-
raba que la embajada le asegurara su amistad. Esta información cirsedel hechode que el texto de la crónicaobservaque,tras el
histórica concuerda bastante bien con lo ocurrido efectivamente abandonode Valencia,la ciudad quedóen manosde los moros
en Palestina en los meses finales de la vida del Cid, aunque la hastasu reconquista por Jaimeel Conquistador(cap. 9t7). Si
Estoria está muy mal informada sobre los soberanosmusulmanes estaobservaciónfue copiadade la Estoria, estaúltima debió ser
"Sultán
de que se trataba. El de Persia" puede ser una designa- compuesta después de 1238. Puedemuy bien ser,sin embargo,
ción incorrecta del sultán Seldjuk, o bien, dado que evidente- un comentariodel compilador alfonsí.Todo lo más que pode-
mente Persia y Egipto se confunden, puede resultar que se re- mos conduir esque la Estoria, en la forma en que la ,¿sala Pri-
fiere a la dinastía fatimita de Egipto. Todo el episodio ilustra los mera CrónicaGeneral,fue escritaen algrín momento de la pri-
peligros de intentar racionalizar hechos milagrosos. Se retrata meramitad del siglo xrn, probablementeen susúltimasdécadas.
aquí al Cid, héroe cristiano, sin ningún conocimiento o interés La Estoria,o por 1omenosla versiónde elia utilizadapor la
por la primera cruzada. Se le muestra muy contento al recibir las crónica,estabacompuestaen lenguavernácula.8 Casi con seguri-
lisonjas del sultán musulmán. Rinde excesivos honores al en- dad estabaescritaen prosa,puespretendíaseruna traducciónde
viado de éste, sin justificación demasiado válida. un relato original árabeacercade los rftimos días del Cid y de
La voluntad de la E*oria de expücar lo milagroso en térmi- los hechosocurridostras su muefte, La crónicase refierea ese
nos racionales también complica el relato de la segunda batalla "Abenalfarax".e
relato como obra de un tal Añade queAbenal-
contra Búcar, totalmente ficticia, que tiene lugar después de la
"Alhuacaxí".
farax erasobrino del antiguo alfaquíde Valencia,
muefte del Cid, según la predicción de San Pedro. El apóstol Abul-Walid al-Waqa3ifue un personajehistórico. Los his-
"por
había prometido al héroe que ganaría la b¿talla la reueren- toriadoresárabesdicen de él que fue la personaa la que los va-
gia que tu siempre feziste en la mi iglesia del monesterio de Sant lencianospidieron que entablaranegociaciones para la rendición
Pedro de Cardenna" (Primera Crónica General, cap. 9I2). En de su ciudadal Cid en 1094. En premioa su actuación,el an-
lugar de aceptar simplemente el hecho de que el Cid, aunque ciano y derrotistaalfaquí fue nombradopor el Cid cadi de Va-
muerto, acudiera al combate montado en Babieca, la Estoria in- lencia,aunquepronto, desilusionado, se retiró a Denia, que se-
tenta tratar la cuestión de un modo realista. Lo hace descri- guíabajo dominio moro, muriendoallí de viejo. No puedehaber
biendo cómo, para mantener al Cid derecho en la silla y en apa- verdad alguna en la afirmación de la Estoria de que se hubiera
82 "r¡ sAN PEDRo o¡ c¡no¡ñ¡ 83
TEMASDE c¡lrsrlNe"

convertido al cristianismo y le hubieran dado el nombre de demostró hace tiempo que los compiladores de la Prinera
"Gil" "Díaz"', Crtínica General no poseían una versión en árabe de Ibn Alqama,
y el apellido por el Cid. Igualmente_fabuloso,
desde luego, es lo que cuenta de que residiera durante muchos sino que usaban una traducción ya hecha.ll En las circunstancias
años en Cardeña, como principal persona al cuidado de la del momento, parece plausible suponer que hubieran obtenido
tumba del Cid y guardián del caballo del fallecido héroe, Ba- esa traducción, al igual que la propia Estoria, de San Pedro de
Dleca. Cardeña. Tal hipótesis explicaría aIa vez cómo la Estoria había
"Abenalfarax" liegado a tener conocimiento de los asuntos valencianos y por
De se dice que era sobrino de al-Waqa3i
porque la Estoria tenía que ser atribuida a un autor árabe que-es- qué pretendía ser ella misma traducción de un original árabe.
cribiera tras la muerre del ríltimo. Debe observarse,sin .*bargo, Para el lector moderno parecealgo increíbleque la narración an-
que Ia Primera Crónica General no sólo atribuye a "Abenalfarax" ticidiana y anticristiana de Ibn Alqama pudiera atribuírseleal
la parte de su material que deriva de la Estoiia, sino que le cree mismo autor que la Estoria del Ci¿, pero los compiladores de la
autor de la auténtica historia original árabe de la conquista de crónica alfonsi no dan muestra alguna de preocupaciónpor ese
Valencia por el Cid, que utiliza muy abundanremenretesde el problema, lo que puede quizá indicar la autoridad que tenían en
capítulo 877.to El veidadero autor de esta última obra era el la época de Alfonso X las versionesde Cardeña de la historia
h i s t o r i a d o r v a l e n c i a n oI b n A l q a m a , m u e r r o e n l l 1 6 . , ¡ D e del Cid.
"Abenalfarax"
dónde sale ?
Como en lo referenteal al-Waq ali,la Egoria, al atribuir su
propia autoría y la de la Historia ae Ib" Alqama a "Abenalfa- IV
rax , muestra conocer la política valencianade la rftima década
del siglo xr. Ibn-al-Faraj, que es con seguridad la persona a que ¿Cuálfue la historiade las leyendas
de Cardeñasobreel
se hace referencia,había sido un partidario del Cidque había ic- Cid antes de que la Estoria les diera forma escrita?Con estopa-
tuado como representantede este riltimo en la ciudid en el pe- samos a un terreno de investigación en que las soluciones casi
ríodo de sumisión a él que había precedido a la conquista. ño nunca pueden ser más que hipotéticas. En cierta medida, las
apareceen la historia de las letras de Andalucía, y, poilo que sa- leyendas dependían evidentemente de obietos conservadosen
bemos, no estaba emparentado con al-Waqali, pero su elección Cardeña; ello queda bastante daro por .i t.rto de la Primera
como autor de una supuestahistoria árabe escritápara exaltar al Crtínica General. Además, recordando las especialescircunstan-
Cid era verosímil. La Estoria muesrra una vez mái tener conoci- cias en que se había dado al Cid nueva sepultura dentro del re-
miento de los asuntos valencianoscuando, al dar cuenta de la cinto del monasterio al igual que determinadas costumbres me-
persa, inrroduce un personaje que dice que es el almo- dievales relacionadascon el entierro de personajesimportantes,
9m!aja-d1
del Cid en la ciudad. También'es un personajehistórico,
iarife'Udays, se puede distinguir un posible origen factual de gran parte del
Ibn nombrado por el Cid nuÍrtf de Valencia material no hagiográfico de dichas leyendas.
En todos estos casosla información utilizada se encuentra El tema central de las leyendasde Cardeña sobre el Cid era
en Ibn Alqama. No aparece en la Historia Roderici ni en nin- evidentemente el del maravilloso embalsamamiento de su cuerpo
guna otra fuente cristiana. Podemos concluir que el autor de la en Valencia. Detrás de él podía muy bien ser que estuviera pre-
Estoria tenía accesoa la obra de Ibn Alqama.'Menéndez pidal sente el recuerdo del estado del cadáver al llegar desdeValencia
"LA
84 TEMAS DE cELESTTNA" sAN PEDRo DE cARDEñA 8t

al monasteriocasi tres añosdespuésde la muerte.A finalesdel el gueseponíaun cuelpoen esperade inhumación.En el Roman
siglo x, con seguridad,en España-como en el resto de la Eu- d'Eneas(hacia I 160) t4 sehacealusióna un escañode marfil de
ropa medieval- sepracticabael embalsamamiento; en la tumba esaespecie.En elPoena de FernánGon4íle4el cuerpodel falle-
"vn
de la esposadel Cid, en el monasteriode SanJuan de la Peña, cido condede Tolosa secolocasobre escannosotyl mientre
había un epitafio con referenciasprecisasal embalsamamiento labrado" ganadoa Almanzor. El propio PoemadeMió Cid deja
del cuerpode Doña Jimena.Pero en la épocade la muerte del claro que los escañosde marfil tallados eran consideradospor
Cid el embalsamamiento cristiano era sin refinamientos.l2Lo los españoles medievalesobjetosen cuya elaboraciónlos anesa-
mejor quepodía hacerseeraponer sal dentro del cuerpo,r¡navez nos árabesse distinguíanparticulermente.Los cadávereseran
desvisceradoéste.Los resultadoseran de una eficaciatan limi- trasladadosliados a bancoso esceñosde estetipo a lomos de
tada que habitualmenteel cuerpose envolvíacerradoen la piel dos caballoso mulos.A la llegadaa la iglesiaen que habíande
de un animalhastasu trasladoo inhumación.Los superioresco- tenerlugar los ritos de sepultura,üchos cadáveres sedejabanso-
nocimientosde los anatomistasmoros y judíos pudieron muy bre el banco, puesla costumbrede utilizar para personajesim-
bien permitir que el embalsamientodel Cid en Valencia se lle- portantespesadosataúdesde piedra impedíacolocarlosen ellos
vara a cabo de un modo más perfeccionado,el cual, al llegar el antesde su inhumación.Cuando se trataba de funeralesde oer-
cuerpoa Cardeñaen I102, tras su exhumación y el largo reco- sonasde excepcionalimportanciael cuerpoembalsamado pódí"
rrido del traslado, pudo impresionara los monjes de allí. Las quedarexpuestoen la iglesiasobreel bancofunerarioduranteal-
doctrinascristianassobrela significaciónde la incorruptibilidad grín tiempo. Es, pues,muy probableque el cuerpodel Cid. em-
de los cuerposdebíanfacilitadesel ver en esehec-hoalgo más balsamado,antesde su inhumaciónen Cardeñaen I102, que-
significativo que la especialaptitud de un embalsamador valen- dara expuestosobresu escaño,paraveneracióndel público,en la
ciano.Esta hipótesistiene uno de susapoyosen la insistenciade iglesia del monasterio.En la transmisiónoral del recuerdode
la Estoria sobre el que los productosutilizadospara el embalsa- esehechono hacíafalta másquela sustitucióndel usomoftuorio
"escaño"
mamientodel Cid fueranorientales,aunque,en realidad,los alu- especializado de por su sentidomáshabitualparatener
didos, bálsamoy mirra, se sabecon seguridadque ya eranusa- al Cid sentadoen vez de vaciente.El cambiohabríasido facili-
dos regularmentepor los embalsamadores cristianosdesdela se- tado si, como esmuy probable,el propio escañoquedabaen ma-
gunda mitad del siglo xn.rl nos de los monjes.Un detalle de la Estoria apoya en algo esta
Graciasa su extraordinariaconservación,la momia del Cid explicación.LaPrinera CrtínicaGeneralobserva(cap. 9f 9) que
quedó durante diez años -segrín las referenciasde Cardeña- elescañoo siella, con el Cid sentadoencima,estabaa la derecha
"tabernáculo"
sentadadel modo que seha explicado,ante el altar mayor de la del altar mayor, bajo un de maderafabricadoes-
iglesia del monasterio,sobre el famoso escañode marfil obte- pecialmentepara estefin. Cuando el cuerpode una personaim-
nido por el Cid en lucha conrra los moros. Los hábitosfunera- portante tenía que trasladarsea una distanciaconsiderable,era
rios medievalespareceque también ofrecenun posible funda- habitual,.orno .rro.st.a el Ronax d' Éneas , erigir sobreel féretro,
mento histórico para estaleyenda.En el idioma medievalla pa- para proteger el cuerpodel sol y la lluvia, un baldaquínde ma-
labra esc¿ñose referíaa un tabu¡eteo bancode suficientelongi- dera, cubierto con r¡natela. Un objeto de esetipo, usadoposi-
tud para que pudieransentarseen él variaspersonas.Pero ade- blementepara protegerel cadáverdel Cid en su traslado,de ha-
másteníaun uso funerarioespecial,para referirseal bancosobre berseconservadoen el monasterio,explicaríala introduccióndel
"Le
86 TEMAS DE c¡IESTINA"
sAN pEDRo DE CARDEñA 87
"tabernáculo"
en esta parte de las levendas del Cid. donde. aun-
blesy objetosde valor de toda especie.La Historia Rodericinos
que, desde luego ahoia innecesariamente, todavía servía para informa que, en el casodel Cid, las donacionesde Jimenaha-
proteSer su cuerPo. bían sido abundantes.Las leyendasinduidas enla Estoriahacen
En el siglo xrtr el centro del culto de Cardeña en torno al referenciaa varios objetospreciososde un modo que al menos
Cid era, claro está, la tumba situada frente al altar mayor en la deja ver la posibilidadde que estuvierano hubieranestadoen al-
que finalmente se había colocado el cuerpo, después de que,
grín momento entre los regalosofrecidospor Jimena. Hemos
como nos cuenta la Estoria, se le desprendiera la punta de la na-
visto que hay lugar para suponercon buenabaseque entreellos
riz, dándole un aspecto desagradable (Primera Crtínica General,
estuvieranun escañoy qüzá un baldaquínfunerario.Las preci-
cap. 961). Junto a la tumba del Cid había otra que se decía que
sasreferenciasde la Estoria a une copa de oro usadapor el Cid
era la de Jimena, pero es casi seguro que no lo era. El texto de
son significativas.Me pareceque deberíamosañaür ademáslas
algunos manuscritos de la crónica indica que, junto a la tumba
dos bujetaso polverasde plata que,segrínIa Estoria,habíancon-
de Babieca (el caballo del Cid), en el patio del monasterio tam-
"Gil tenido la mirra y el bálsamotraídos de Persia.Entre los tesoros
bién se enseñabauna que se asegurabaera la de Día2", na-
de las fundacionesreligiosasespañolas todavía sepuedenencon-
cido Abul-Walid al-Waqali. Esto explicaría el por qué Ia Esto-
trar a menudopequeñoscofresárabesde marfil y plata dorada,
ria presentasela insistencia de Gil Díaz por actuar de mozo de
usadosoriginariamentepara guardarperfumesy polvos.A prin-
caballos, cuidando a Babieca en Cardeña.l'
cipios del siglo xvru todavía se enseñabaen Cardeña entrelas
La leyenda de que Babieca estuviera enterrado en Cardeña
reliquiasdel Cid una caja así. Es más fácil entenderel peculiar
es posible que tuviera también un origen factual. Era un uso co-
relato del autoembalsamamiento del Cid con ungüentosorienta-
mún que los caballeros legaran su caballo de guerra al monaste-
les como intento de inventar una historia para reliquiaspreexis-
rio en que querían ser enterrados; se refieren casosen que se ha-
tentesque como resultadodel libre ejerciciode la fantasíade los
cían entrar en la iglesia caballos de guerra totalmente equipados
monjes.lT
para ofrecérselosen el presbiterio al sacerdote que oficiaba en un Él culto meüeval de Cardeñaen torno al Cid no era,desde
funeral.l6 Es, pues, muy posible que Jimena, siguiendo esta cos-
luego,nada rínico.En otros monasterioscastellanosqueposeían
tumbre, regalara al monasterio un caballo de guerra del Cid,
tumbas con significado histórico había cultos parecidos. El
aunque quizá entonces no llevara el nombre con que luego se le
Poemade Femán Gon4íleqda pruebasde la existenciaen Oña,
conoció en la historia heroica del personaje. en el siglo xrl, de un culto de esetipo en relacióncon la tumba
"Sultán
El juego de ajedrez,supuestoregalo del de Persia", del primer condede Castilla.En esemonasteriolos monjesense-
es la única reliquia transportable del Cid quelaPrimera Crónica que se
ñabanmmbién a los visitantesuna trínica ensangrentada
General garantiza con precisión que estaba en Cardeña en el si-
decíaerala quehabíallevado SancJroII el día de su asesinatoen
glo xm. No obstante, podemos estar bien segr¡rosde que al darle
Zamora,culminacióndel Cantardel RE Don Sancbo'La túnica
al héroe su nueva sepultura en el monasterio, a título de ofrenda
debíaser un elementode un culto relacionadocon la tumba de
debieron llegar a manos de -los monjes otros objetos. Por los do-
Sanchodel mismo monasterio,puesla nota del siglo xv que re-
cumentos de la España de la época se ve que, cuando a una per-
gistra su existenciaobservaademásquela sangreque empapaba
sona importante se le daba sepultura en un monasterio, era habi-
l=aprenda permanecíamilagrosamentefresca.l8La conversión
tual que se ofrecieran como donaciones armas, armadura, mue-
graáual de una figura laica en una figura hagiográfica,como re-
"LA
88 TEMAS DE CELESTINA" SAN PEDRO DE CARDEÑA 89

sultadodel culto en torno a una tumba,seve daro que eraun fe- Pounade Mio Cid fte¡te a la voluntad de Alfonso VI. En cual-
nómenogeneral.Toda la historia de los relatosde Cardeñaso- quier caso,las expulsionesy amenazas_ de expulsiónque habían
bre el Cid parecerealmenterevelar un procesode alejamiento inquietado durante varias décadas a la comunidadno pueden
continuo de una basehistórica originaria. haüer sido proyectadas que fomentaran el desarrollode
Para
En el caso de las leyendasdel Cid, no obstante,no pode- leyendas roÉ.. ál pasadoi. Caid.ña, y puede sT q1r.dieranlu-
mos postularcon seguridadun procesode desarrolloininterrum- gá, ala desaparicón de la mayor parte de las-reliquias transPor-
pido desde1102 hastala fecha delaEstoria,tal como óstase iables del Cid anteriormente conservadas allí.
pr.t.ttt" en la Primera CrtínicaGeneralunos ciento cincuenta Hacia las ríltimasdécadasdel siglo xII' esosconflictosllega-
añosposterior. En las décedasde mediadosdel siglo xr la co- ron a su fin. Cardeña disfrutaba del favor de Alfonso VIII
munidad de Cardeñaestuvoinvolucradaen r¡naencarnizadalu- (l It8-12l4), aunque,"l igo"l que oras-antiguasñrndaciones
cha por su existencia,en la cual los antagonistasfueron Alfon- üenedictinas,'y" .to tenía ielación estrecltacon la vida de la
soVII, el obispode Burgosy los monjesfranceses de la orden corte. Sin duda fue ahora quelos monjesempezabana elaborar,
cluniacenseque, desdeprincipios de siglo, controlabanla vida con poca atencióna la verosimilitudhistórica,leyendasdestina-
eclesiásticaespañola.No sesabecon certezacuándoempczóAl- das á ma.rtenervivo el recuerdodel papelque el monasterioha-
fonso a intentartraspasarSanPedro de Cardeñaa los duniacen- bía representedoen otro tiemPo,,enlos primerosdías de la na-
ses.En cualquiercaso,en II42 ofrecií formalmenteel monaste- ción castellana.Una inscripciónlatina grabada en el daustro
rio y todas susposesiones al abad de Cluny. Los monjesrecha- por estaépocapretendíaregistrar el saqueodel monasteriopor
zaronla expulsióny en I144 se tomaronmedidaextremas:el r.ror.y móro ilimado"ZePhe" el 6 de-agostode 834, con el
Papa ordenó al obispode Burgos que antesde pasadoscuarenra mafti;io de 200 monjes.Cada año, en el aniversario-del sequeo'
díasse pusieraSanPedro de Cardeñaen manosde monjesclu- el claustroquedababinado en sangre y desprendía el olor carac-
niacenses. Una tradición de Cardeña,recogidapor Berganza, terísticamente'dulceasociado con santos y mánires. Esta
decíaque al cabode tres añossehabíaconseguidoque sefueran levendaseintroduceenlePrimera Crtínica General (cap. 7 32) en
los intrusos,quienesse habíanllevado con ellos los tesorosdel lur" forrrra que indica que Por entonces quedaba incluida en el
monasterio.Pero documentospublicadospor Bruel muestran poema épicó de La Condela Traidora y se relacionaba con las
que en 1163 la lucha entrela comunidady los partidariosde .ir..rrrrtatt.ias en las que el conde de Castilla Garcí Fernández
Cluny todavía continuaba.No apareceel resultadofinal, pero había sido llevado a eardeña para recibir sepultura.El própo-
sin duda concluyócon la victoria del monasterio.te sito de estalevendaera el de hacerretrocederunos I J0 añosla
Detrás de esoshechos.relacionadoscomo estabancon el fedra conocidi de fundacióndel monasterio,aunquela introduc-
mayor de los monasteriosde la zona inmediatamentelindante ción del condecastellanode finalesdel siglo x en la cuestiónde
con la entoncescapital castellana,debía haber una importante algrín modo minaba el objaivo de los inventores'
"
pero indocumentadacrisis de la vida política y religiosade la Más tarde los moniesáe Cardeñaintentaronremontarla fe-
Castilla del siglo xrr. La tenazresistenciade los monjesde Car- cha de su fundaciónhista el siglo vr. Lo hicieron presentando,
deña al intento de Alfonso VII de entregarlosa Cluny puede para impresionara los visitantesa sumonasterio,una tumbaque
que no carez.ca del todo de relacióncon la desatenciónmásbien "Sanc"ha",suPuestaconsortede Teodorico el
áecían ira la de
so¡prendentecon que se les muestraen las escenasinicialesdel
Godo, quien,ahorasostenían,habíasido la fundedorainicial' El
90 TEMAS DE LA CELESTINA
SAN PEDRO DE CARDENA 9l
cuentoiba acompañadopor una historia completade las circuns_
tanciasque según_ellos habíanllevado a Sanchaa haceraquello, La confusióncon el nombre propio Sanchopodía ocurrir por
y para redondearlotodo se enseñabaademásuna tumba qu. ,. tanto fácilmente.Berganza,a principios del siglo xvttt, indicó
"Sancho"
decíaque era la de su hijo supuesramente que el del Poemapodía haber surgido de una lectura
fallecidoen J37 en el
lugar donde se fundó el monasterio.eueda claro, pues,que la equivocada del latín Santiuspor srtnctus,(o Sanaii Porsancti);le
Estoriadel cid. y lasleyendasoralesquela habíanpricedidá for- explicación no puede descanarse totalmente, ar¡nquePresenta
paia los paleógrifos obvias dificultades. De todos modos,desde
p1b"l parte de una larga seriede epiiodiospseudohistóricos fa-
bricadosen Cardeñaque daba *uÁo *"yoi realcea la glorifi_ .l punto t. viJta de los filólogos y de los paleógrafos, la conver-
cación del pasadodel monasterioque " i" .orr.rrración-de su sión. mediante la mala lectura de textos latinos, del abad Don
ve¡daderahistoria y que no prestabaatenciónalgunaa los pro_ Sisebuto(venerado como santo en Cardeña) en el ficticio abad
saicosdatos sobre éstarecogidospor los documéntosde su ar_ Don SanchodelPoemadeMio Cid.no estan imposiblede expli-
chivo. car como se ha venido sugeriendo.
Entre esasleyendas,elaboradasen Cardeñasobretodo en el Es improbableque la idea de pretenderque Sisebutofuera
siglo xu, tendríamosque conrarprobablemente r¡n santo sé les ocurrieraa los monjesde Cardeñamucho antes
la quepretendía
presentarcomo un sanroa Sisebuto,abad del monasteiiodesde de bien avanzadoel siglo xn, cuandopudieronsentirseen infc-
alrededorde 1016 hasta 1087 aproximadamente. rioridad frente a los monasteriosrivalesde Silos y Oña, quein-
La cuesrión
tieneciena imponanciapara el presenteestudio.Menéndezpi_ dudablementehabíantenido por abadesa santosde gran renom-
dal, siguiendola tradición hagiográficaespañola,suponequeSi_ bre (SantoDomingo y San Íñigo). El Cbroniconde Cardeña'co-
sebuto,abad del monasterioá ñ épo." del primer iestieáo del pia iscrita en 1321 d. ,ttta crónicamonásticaanterior,observa
Cid, y jamás canonizado,fue veneiado .o-b ,a.rto desdeel si_ ?-i."*..tt. sobre la muerte de Sisebuto,ocurrida en 1086:
"finó
glo nrrr.ElPoema de Mio Cid, en cambio,no lo menciona.sino el Abat Sisebuto,que era Abat de esteMonesterio". La
que presentacomo abad -ranro cuando el Cid va al destierro primeravez que aparecedocumentadala pretensiónde queS_ise-
como despuésde la toma de Valencia- a un tal don Sancho,so_ Luto fuera tat to .t en r¡naversiónrevisadadelBreuiariode Car-
b¡e el cual.nohay dato histórico alguno.El crítico españolcon_ deña,escritatambiénen 1327' No sele dio un lugar en el san-
cluyede e\9$ylar I, p. 40 y III, p. llTl) que eiautor del toral hastael siglo xv. No inspiró, que sePamos, ningunalitera-
Poemade Mio Cid no podía tener ninguna,.i"áór, con el mo_ tura hagiográfií, nr en latín ni en lengua vernácula, y su culto
nasterio. n,trr." p"tó de seralgo puramente local. Las pocas leyendas ora-
les sobie Sisebutorecogidaspor hagiógrafos del siglo xvu son
se.supongaque el abad Sisebutofueraobjeto de ve-
4ytu. muy convencionales.2o Ásí prres, el Jrror del poeta delPoena de
neración-popularen la regiónburgalesadesdeel moríento de su
muerte, la introducción de Sancho en el poemade Mio Cid Mi; Ci¿, si es que hubo erior, no ñ-re el de sustituirun santo fa-
puedeexpücarseen términoshipotéticosque no conducennece_ mosopor un abádno histórico. Realmenteno podemosestars-e-
sariamentea las condusionesde Menéndezpidal. Hay indicios, gutos absohrtamente de que Sancho¡o fuera un-personajehis-
ejemplo,de que especialmente ióri.o, puesen los documentosno sedicemuchode los sucesores
lff ,sanctu(m), cuandoib" .r, g.-
nrtrvo anre una,palabra que empezaracon una vocal, podía jar inmediatosde Sisebuto.Vale la penaseñalar,en cualquiercaso'
ongen en castellanoantiguo a la forma ,sancl)0,.r,vef de que los monjesde Cardeñano intentaron en_ningún.momento
santo.
ripudiar al ábad Sancho del Poenade Mio Cid ni relacionara
"LA
92 TEMAS DE CELESTTNA" sAN PEDRor¡ c¡no¡ñ¡ 93

Sisebutocon susrelatossobreel Cid. No podemos,pues,descar_ unos 220 km al sudestede Burgos- pierdencasitodo su valor.
tar la posibilidad-dcque fueranellosquienespropo..ior,"."r, .r" El mero hechode que el poemamuestreuna famüaridad consi-
figura al poeta del Poemade Mio Cid, v nt al co.rtrario. derablecon la topografíade la región de Medinaceliy SanEste-
ban de Gormaz no justifica,de por sí, desdeluego,la suposición
de que su autor fueraun nativo de la zonaque escribieraparaun
V auditorio local, sobretodo no siendosiemprede fiar su conoci-
miento de la topografiay la historia de dicha zona.2'La idea de
¿Proporcionabasesel texto d,elpoemade Mio Cid para su_ queno teníaespecialconocimientode la zonade Burgos,ni inte-
po¡er queese-poema épico.hubiera podido verseafectadtpor el rés por ella, parececlaramenteerrónea.Trescientosnoventade
culto de cardeña?A¡tes de poder-abordarun inrentode solu- "Cantar
los 1086 versosdel llamado del destierro"sededicana
ción de e¡teproblemaesnecesarioaveriguarcuándoy dóndefue escenas en la ciudad de Burgos y en los dos lugaresquehabíaa
escrito el Poemade Mio Cid. las afueras, Vivar y Cardeña.Estasescenas, además,estánsitua-
investigacionesrecienrestl9t8] sobrepresupues- das al principio del poema,y con ello establecenfirmementea
,{ry:"t
tos históricos'sociales,
administrativos y topográficos^refl
ejados Burgos en la atencióndel auditorio comopunto de apoyopsico-
en el Poemahan indicado que la fechaáe composicióntraáicio_ lógico de toda la obra. Es evidenteque el poeta tiene informa-
nalmenteaceptadaQirca lt+O¡ d.b. abandonarse. Esasinvesti_ ción abundantey exactasobrela topografíamedievalde la ciu-
gacionesseñalanque es difícil que la obra, en su forma acual. dad (por ejemplo, en los w. tr, J6-6I,97, ltO-lIl). Sabe
tuera escritaantesde las décadasfinaresdel sigroxr. La obser- que San Pedro de Cardeña,que variasvecesse designasimple-
vación de E. R. curtius de que el auror derpáena de Mio cid "San
mentepor Pero", queda,a caballo,cercade Burgos.Su
usa recursosestilísticosno introducidos en la épica francesa descripciónde la escenade la llegadadel héroeal monasteriono
hastalos añosde I I J0 a t I 70 2I también"poy" .r", conclusio_ está de ningrín modo en desacuerdocon recuerdosvisualesdel
nes.El único argumentode pesoen favor de la fechaanterior lugar. El marco de toda la escenaque tiene lugar frente a la su-
es
et de que-eIpoemamuestraciertosrasgoslingüísticosarcaicos; puestaposadadel Cid en Burgos nos recuerdaque desdemuy
se.pretende que éstoshacennecesario sñuarhTechade composi_ temprano los monjes de Cardeñaposeíanallí, en la cuestadel
ción en el momento más tempranoposible.Es dudoso quÉ.r. casdllo,una casaque sedecíahabíasido la residenciadel Cid en
argumentolingüístico puedaáhora iort.rr.rre conrra toáas Burgos. En la zona de Burgos y en la inmediatamenteündante,
hs
otras pruebasen favor de una fechaposterior.De todos modos, el poetadeja übressu imaginacióny su inventiva con obvio pla-
el uso deliberadode arcaísmoslingriísticoses una cara*erísrica cer. Aun cuandolo relatadoocurrelejos de la capital castellana,
del Kunstspracbe "el
tedictonalmente-utilizadopor lo, po.t", épi_ el uso del epíteto de Bivar"y susvariantessirve para que el
cos;22 los supuestosarcaísmosdelpoema¿i u¡, Cii auditorio recuerdeel hecho de que lo logrado por el héroe es
pues,no tener nada que ver con la fecha de la obra.ñ;dJ;, obra de un hombre oriundo de la región burgalesa.
Si el lenguajed,elPoemano esrranscripciónexactade la len_ En mi opinión, el texto del Poena de Mio Cid indica tam-
gua vernáculausadapor el poeta en el habla de cadadía. los ar_ bién que el poetaescribiópensandoen un auditorio de Burgos.2a
gumentosutilizados para defenderque el poema fuera escrito Hay que señalar,en relación con las referenciastopográficas,
por un mozárabede Medinaceli -ciudad fronteriza situada a que mientrastrata de la zona de Burgos no usa epítetosni co-
"LA sAN pEDRo ¡¡ cnno¡ñe
94 TEMASDE cELEsrrNA" 95

mentarios decriptivos. En cambio, tan pronto como el itinerario agradoy le ofrecelo que el monasterioposee.Mienuas prepara
del Cid le aparta de ella, sus referencias a lugares y a gente em- su destierro,Cardeñase conviertea la ve¿.en centro de aloja-
piezan a ir acompañadas por comenrarios y explicaciones (por miento y en cuanel generalmilitar del Cid. Para llamar a los
ejemplo,w. 397, 398, 399, 435, 84], 863-864,IjiO, que quieranunirsea él setañenlas campanasdel monasterio.El
2820, 2847,etc.).Es algocaracterístico
del estiloépicoquera- propio abadasumela responsabilidad de dirigir a los quelleguen
ramentepermite la descripción,en especialla descripciónnatu- con retrasopor la ruta que tome el Cid. No podía imaginarse
ral, simplementea títrrlo propio. Lo zuelehacerrespándiendoa desafíomás abieno de la conocidavoluntad de Alfonso VI.
una necesidad,comola de introducir lugaresno famüaresde un Se pone mucho énfasisen significarla actitud del Cid hacia
modo que sirva para fijarlos en la atencióndel auditorio o arraer Ios monjesque le prestanesaayuda.De los escasos recursosde
su interéshacia ellos.Así, la observacióndelpoemade Mio Cid que disponepone cuidadoen pegaralgo al abadpor lo quecues-
de que San Es-tebande Gormaz es una ciudad agradabley de tan al monasteriotanto la ayuda que recibeél como el manteni-
"siempre miento allí de Jimena,sushijas y las doncellasqueles sirvendu-
l?r que allí viven
q11r1.^ mesurado,,orro (vv. 3d7 y
?820) es mudro más probable que seapor un intenio de atraer rante su ausencia.Prometeque la comunidadrecibiráel cuádru-
hacia éstosla simpatíade un auditorio para el cual San Esteban ple de todo el dinero que gastepor é1.El poeta tampocodeja
debíaserun lugarlejanoy desconocido quemeramente paraha- luego de señalarque el Cid cumplió con su palabra.Esta volun-
lagar el orgullo local de un auditorio de San Esteban.Áí pu.r, tad de mostrar que el Cid no abusabade la caridadde los mon-
n9 parecetemerariooponera la opinión tradicionalsobrela fe_ jes y que la comunidadse beneficiabamaterialmentede su rela-
.llugar de compo-sición "popular"
delPoemadeMio Cid unahipóte- ción con él es difícil de explicar como motivo del
*" I
sis distinta,.11 d-eque fuera escrito hacia el final del siglt xrr PoemadeMio Cid. Sepuedeinterpretarmejor comomotivo mo-
lquizá, segrinindica Ubieto Arreta, en fechatan tardía cJmo h nástico, pues los ardrivos españolesmedievalescontienenfre'
de 1207], por un poetafamiliarizadocon Burgosa la vez que cuentesquejaspor la maneracomo los señoreslocales,a diferen-
con las comarcasfronterizasorientales,y quefuáa dirigido a'un cia del Cid del poema,oprimíancon exacciones financierasa las
auditorio de Burgos. Esta hipótesishice necesariocónsiderar comunidadesreligiosasvecinas,imponiéndosepor la fuerza.
cuidadosamentelas escenasdel "Cantar del destierro" v del Tras la conquistade Valencia, Alvar Fáñez es enviado a
"Cantar
de las bodas" que tienen lugar en Cardeña. Cardeñapara que, de vuelta, acompañea la familia del Cid a la
Al principiodel poema,s. -u.rt.i" los ciudadanos de Bur- ciudadconqüstada,y para que done Í00 marcos(o sea250Ii-
gos en una actitud de simpatíapara con el Cid. Iloran su mala bras de plata, cantidadimponente)al tesorodel monasterio.Se
fonuna. Pero también lei ateriorizan las amenazasde Alfon- introducen en el texto paralelismosde tema y de estilo para re-
soVI. Esas amenazaspuedenmás que su natural simpatía y corclaral auditoriola anteriorestanciaallí del propio Cid. La vi-
:llos le nieganal héroeilojamiento y provisiones.Sólo ur, .ab"'- sita termina con el encargooral que el abadSanchopide a Alvar
llero de Burgos, Manín Antolínez'-fig*" sobre la que hasta Fáñez que trasmita al Cid:
ahora no se han encontradodatos históiicos- viola la prohibi_
ción.Tras serrechazadoen Burgos,el Cid cabalgaconfiado.los
pocoskilómerrosquehay hastaSan pedro de Cideña. Su con-
fianza no está injustificada.El abad le recibecon manifiesto
aa ,,
96 TEMAS DE LA CELESTINA
sAN PEDRo or ceno¡ñn 97
por mí al Campeador las manos le bcsad
prerrogativa
aquestcmonesterio no lo quicra olbidar; -1egia.La afirmaciónde queJimena,sushijas y al_
todos los días dcl sicglo en levarlo adelant gunas doncellaspudieran haber residido-en Cardeña durante
cl Qid lCampcadorl siemprevald¡á más. añostambién,por razonesevidentes, puedeponerseen duda.El
poema además, que la mujer y las hijasdel Cid queda-
(vv. r443-14a6) lugiere,
ron en Cardeñahastala toma de Valenciacomo rehene,á -n_
El significadoesrádaro: si, como hastaentonces,el Cid conti- nos del rey (w. 127 5-1277).¿EsprobablequeAlfonsoVI, en
núa mostrandointeréspor el bien de San Pedro de Cardeña, tales condiciones,estuvieradispuestoa dejadaspermaneceren
como aun cuandoestáestablecidoen la lejanaValencia,su pro- un monasrerioque le había desafiadodel-modo-quecuentael
pia fama, preüce el abad, quedarápo. .io realzade.pa.a i{e- poeta?
néndezPidal el recadodel abadno esmásque "una cortéspeti- No sería acerradoafirmar que el Cid no hubiera sido du_
ción de recompensa",sin significadoespecial.A la luz de lo que rante su vida en SanPedro de Cardeñauna figura conocida.En
ahorasabemossobreel culto de Cardeñl en rorno al Cid. el lic- más de un documentoh3y pruebasde que lo-visitó, y sabemos
tor debe llzga: si puedendejarsede lado de esemodo la peti- que.enia épocadel abad Sisebutoactuóalguna,,r..., en dispu-
ción y la predicción del abad. tas legalesen nombredel monasterio.Hasti puedeserq.r. fu..a,
Se ha afirmado también que los diversosacontecimienros sjgfo la costumbremedievalespañola,t**iltt -protecto.- de
qu€ tirnen lugar en Cardeñafueron introducidospor la obliga- cardeña. Relacionesde esteripo debíande ser cisi inevitables,
ción del poeta de recogerlos hechoshistóricos.púes bien, dJbe puesel monasterioerala másproxima fimdaciónreligiosade ta_
señalarsedaramenteque no hay prueba independientealguna maño en los alrededoresde Burgos y de Vivar. perJel autor de
que demuestrequeninguno de los épisodiosde Cardeñasea-his- la Historia Roderici,bienenteradodé la biografíadel Cid, no in_
tórico. En un casoen que esposibléla comprobaciónse ve que dica que en ninguna_ de las diversasocasioiesen que éstehabía
en el poemano dominaun punto de vista de historiador,pues^se ido al destierroCardeñale ayudarani diera asilo a su mujer.En
afirma que Jimena pe.manécióseparadade su marido d*"rrt. la Historia Rodericial monasieriosólo sele mencionaen relación
con.lasepulturadel Cid. El-Becerro góticode Cardeña,queregis-
{iez a1o1,entre su primer destieno y la conquistade Valencia. tra las donacioneshechasal monasteriohasta 1086, nó indíve
En realidad se reunió con él en l0i]9, cincó años antesde la
toma de la ciudad. Así pues,históricamente,el episodiorefe- ninguna donación procedentedel Cid.
rente a la segundavisita de Alvar Fáñezal monasteriono esve- Todo estome hacepensarqueno podemosafirmar, comosi
rídico. fuera un hechoprobado, que el-texto delPoemade Mio Cid no
También.esprecisomanteneruna posruraescépticafrente a deja ver nada que indiqué que su euror conocierael culro de
. Cardeñaen torno al Cid o seinreresarapor é1.por lo menos.es
todo lo queelPoemade Mio Cid cueniasobrelas ielacionesen-
el impo_sible r-regarquela composicióny difusión del poemaépico
1e qollsterio y el Cid, puesesmuy improbablequelos mon- españoldebieronser propagandaútil para el culto iardeniáse.
jes se hubieran airevido n,h.a " desáfiar^demodo'tan abieno
como el poemasugierela conocidavoluntad de un soberanotan No encuentrobasealguna para afirmar que esautilidad fuera
severoy autoritario como Alfonso VI por una cuestiónpura_ !g"T:lt. fortuita, aparredel hecho.subráyadopor Menéndez
mente secularen la que estabainvolucrida una importantisima Pidal (Cantar, I, p. 40), de que el poemaiermine refiriendo la
mueftedel Cid pero no mencionesu sepulturaen Cardeña.Cier-
tt
sAN pEDRorr¡ ceno¡ñe
aa
98 TEMAS DE LA CELESTINA 99

tamente,la omisión escuriosa,pues,a jvgar por las otrasprosi- murió en Valencia,añadióun enterohemistiquioparasuplir esta
ficacionesde épicacastellanade la PrimeraCrónicaGeneral(por omisión.Pero el manuscritono autorizaa tal enmienda.ño obs-
ejemplo, II, pp. 42r-426,4t3, 47I, 512-Jl3), lospoemas de tante, pareceposible que estospobresversosfinalesno fueran
esetipo, cuandose referíana la muenede un héroe,no dejaban compuestospor nucstro poeta, sino que son de la mano de un
de mencionarel monasterioen que estabaenterrado.¿Por qué copistasin dotespoéticasque sehaya creídoen la obligaciónde
había de dejar de observares¿costumbreel autor del Poenade aludir a la muenedel Cid. Da por sentadoqueel auditórioo los
Mio Cid, especialmente despuésde habersepreocupadotanto lectorescomprenderánque éstemurió enValencia,limitándosea
por establecer las relacionesque el Cid habíatenido en vida con indicar el día: domingo de Pentecostés.En estocoincidecon la
San Pedro de Cardeñay siendoconocidopor toda la España legendariaEtlrr.o ¿el Ci¿ pero no con la fecha(jüo) dada por
cristianael hecho de que la rumba del héroe estabaallí? Creo la Historia Roderici. Sin duda, tanto la levenáa de Cardeña
que un examencuidadosode los versosfinales del poema,al como el responsabledel v. 3726 delPoemi de Mio Cid susti-
igual que de lo que dice la Crtínica de Veinte Rq2assobre el tuyen el domingo de Pentecostéspor su especialsignificación
mismo asunto,indica una probablesoluciónde esteproblema. como fiesta religiosa.¿Son los versosque üscutimós adición
Artísticamentey temáticam€nte,con la referenciaa las se- gr¿tuita del copistaal poematal como lo dejó su autor, o hay
gundasbodas de las hijas del Cid el Poemade Mio Cid lTegaa motivos para creerque coreponden a unosversosde éstesobre
una conclusión eficaz.Al principio del poema se mosraba al l".-y.-*. y sepulturadel Cid que el copistafu,garlaprudentesu-
héroecomoun pobredestemado. Ahora puedeen verdad decirse Pflmlf l
"a Desde-elpunto d9 vista del tema que examinamosen el pre-
de él que todos alcangaondra por el que se buenanagio"
(v.3725). Hubiera sido comprensible que el poetahubiesede- senteestudio es, desdeluego, notable aquí la ausenciade cual-
jado la gestade su héroeen esemomentode triunfo y de justifi- quierreferenciaa Cardeña.A pesardel imponantepapel,de du-
cación.En lugar de ello, el texto paleográficoconcluyecon estos dosa historicidad, que el poeta asignaa las relacionésentre el
versos: Cid y el monasterioen otras seccionesde su obra, en su poema
tal como ahora lo tenemosno hay alusiónasí a un hechoindu-
Passadoes dcstesieglo el dia dc cinquacsma dablementehistórico relacionado'conCardeña y conocido de
De Christusaya perdon todos; el entierro del Cid en ücho monasrerio.Si no fuera por
Assi ffagamosnos todos iustose peccadores el caráctcrsospechoso de los ríldmos versos del Poemade Mio
Estasson las mreuas de myo gid cl campeador Cid seganel rínicomanuscritosupervivientetendríamosque su-
En estclogar se acabaestaRazon poner^que el poeta calló cualquiermenciónde donde estabase-
(vv. 3726-3730) pultado_suhéroe porque no quiso llamar la atenciónde su pú-
blico sobreel caráctertransitorio del señoríodel Cid en Valen-
La brusquedady la pobrezatanto técnicacomo poéticade estos cia. ¿Pero, entonces,por qué introducir el tema de su muerte?
versosfinalesdelPoemdde Mio Cidhan sido muchasvecesco- Segrinme recuerdaef profesorDuncan McMillan, en la épica
mentadas por los editores del poema. Menéndez Pidal, francesahay ocasionesen que personajes(por regla general,de
creyendopoco probableque el poetahubieraterminadosu obra importancia secundaria)son aparentementedespachadoscon
sin volver a mencionarel nombre de su héroe ni recordar que una brusquedadinesperadacomo ocrureen los verios delPoema
100 TEMAS DE LA CELESTINA
sAN pEDRoor c¡nosña l0l
de Mio Cid que estamos discutiendo. En los poemas frances.:s a que se hacereferenciaesla Historia Roderici,pero me parece
dicha brusquedad suele ser consecuenciade cortes introducidos que eso es poco probable.La Historia Roderici,como el propio
por un refundidor o un escriba, o a enmiendas requeridas por la historiador portuguésseñala,sitúa la muerredel Cid en julio.
introducción de material interpolado.2' ¡Será el caso que el es- No dice nada del papeljugado por Alvar Fáñezen lo de darle
tado insatisfactorio de los ríltimos lr.rror' delPoena dt-tvI¡o C¡d nueva sepultl¡reen Cardeña.Lindley Cintra explicaestasdife-
tal como los conocemos hoy es debido a que se han recortado renciasapuntandoa una posibleinfluenciade la PrirneraCrónica
r¡nos versos que, en el texto original, hubieran ofrecido un relato General.Pero ello esquela referenciadela Historia Rodericiela
más detallado de la muerte del Cid y del uaslado de su cadáver muertedel Cid esdemasiadobreve para explicarla súbitadeci-
a Cardeña? Esta hipótesisparece estar apoyada por r¡na vacila- sión del autor de la Crtínicade Veinn Rryesde abandonarlapor
ción que encontramos enla Crónica de Veixte Reys al tratar esta motivos de extensiónexcesiva.Tal decisiónsería mucho más
obra histórica igualmente de la muerte del Cid. comprensiblesi se hubieraquerido dar a entenderal ledor por
La Crónicade Veinn Rgyes,que también se supone [19t8] "la
su estoria" le Estoriadel Cid; TheodoreBabbir ya insinuó
escrita en el siglo xrv, basa su biografía del Cid en un texro muy esta indicación en su estuüo de la Crónicade Veinn REes.26
cercano alPoema de Mio Cid.v ello hasta la descrioción de las Con todo, el autor de la Crdnicade Veinn Rryesevidente-
segundas bodas de las hijas áel Cid, inclusive. Sig,t. .t la mentehabíatenido la intención,al prepararsuborrador, de con-
Crónica de Veinn Re¡es un último capítulo de la biografía ci- tar sobrela muefte del Cid y la pérdida de Valencia más de lo
"de
diana. El encabezamientoreza: la muerte de Ruy dias cid e que cuenta.Es improbableque simplementedecidieraque la ta-
de commo se perdio valengia" (Lindley Cintra, op, cit. I, p. rea de hacerun resumende la Estoriafuerademasiadodificulto-
27 4). El contenido del capítulo, sin embargo, no cumple lo que sa o superflua.¿Qué ocurrió para hacerleabandonarla promesa
el encabezamiento promet€; rras fijar el año de la muerte del contenida en el encabezamientodel referido capítulo de ld
Cid, todo lo que se dice de la cuestión es: crónica?
La historicidadde la Estoria¿el Cid cardeniense estabaga-
el Qid estandoen Valengia enfermoe murio en el mesde mavo nntizada ya por la tradición y tal vez por su inclusiónen los bo-
e dio el alma a Dios. Doña Ximena su mugere don Aluar Fañes rradoresde la crónicaalfonsí,pero escaracterísticodelaCrónica
Myenaya lleuaron el su cuerpo a sant Pedro de Cardeña e por
de Veinn Reys que sobre la historia legendariael cronistase
que en la su estoriase contienede commomurio c lo que acaes-
rnuestremás escépticoque los compiladoresalfonsíes;su utiliza-
9io a la su muerrepor esonon lo pwimos aqui por non alongar
estaestoria. ción de una versiónprimitiva del Poenade Mio Cid parasu re-
lato sobreel Cid refleja esaactitud. ¿Cuál había de serla reac-
"la ciótr de eseindividuo si enconrraraquela pane final del anriguo
¿Cuál era su estoria" que hacía que el autor de la poemaque manejaba(muertedel Cid, trasladoa Cardeña,entie-
Crónica de Veinn Re¡es,por motivos de extensión segrín él -in- rro allí) no concordabacon las leyendasreferidasenla Estoria,
v.erosímilmente- pretende, cambiara de opinión y remitiera a entoncesfamosas?En tal caso,resumirel relato de éstaúltima le
ella al lector, en vez de cumplir con su promesa de ffatar con hubieraobligado a ser falso a los principiosde autenticidadhis-
cierta amplitud de la muerte del Cid y de la pérdida de Valen- tórica en los que basabasu propia obra. Ofrecer en su lugar, ya
cia? Lindley Cintra (.0p.cit.,I. pp. 27 4-27)) ifirma que la obra entradoel siglo xrv, la versiónque daba el viejo Poemaseríade-
"te SAN PEDRO DE CARDENA 103
102 TEMAsDE c¡L¡srINr"

safiar la veracidad de la Estoria (y, tal vez, de la crónica alfonsí) referíael final perdido. Hasta estepunto el autor de la Crónica
de un modo que se preveía que había de provocar la ira de los de Veinn Re¡es,comoya dije, habíaseguidofielmenteel poema.
monjes de Cardeña, que debían ser enemigos temibles tratán- Al decidir no seguirloya más en detalle,sino, por las razones
dose de una serie de leyendas cidianas de mucha importancia que acabode sugerir,dejar del todo la cuestión,era natural que,
para el prestigio y la economía de su monasterio. La actitud eva- siguiendola tadición delPoema,mencionara la muertedel Cid,
siva de la Crtínica de Veinn REes con respecto a la cuestión de la por breve que fuerala referencia.La referenciaa Alvar Fáñezen
muefte del Cid puede así explicarse como un modo hábil de es- la Crónicade Veinn Reys es en estosignificativa,pueshastael
capar a un difícil dilema. Remite a la Estoria cardeniensepero final del texto del poema,sepresentasiempre,aparentemente sin
sin garantizar su veracidad. Incluso en la referencia ala gran ex- justificaciónhistórica, a esemagnatecomo brazo derechodel
tensión de la narrativa cardeniense podemos, tal vez, descubrir héroe.Además,una conclusióncomola apuntadapor la Crónica
una sugerenciade que los hechos verdaderos relacionados con la de Veinn Rryerproporcionaríaa nuestropoemaépicouna parte
muerte del Cid y de lo que despuésocurrió debieron haber sido final exactamente similar a la que segrínsededucede las prosifi-
menos románticos de lo que pretendía la Estoria. cacionesde la Prinera CrónicaGeneral,teníanlos demáspoemas
En cuanto al copista dei siglo xv del Poema de Mio Cid que trataban de personajeshistóricos españoles.Todo esto,
puede muy bien ser que él se enfrentara ante el mismo problema. desdeluego,no pasade serhipótesis.Creo, sin embargo,quelos
A luzgar por el sitio (Vivar) en que estaba su manuscrito al ser argumentosen pro de ellason suficientemente fuertesparaponer
encontrado, dos siglos más tarde, es probable que lo copiara en en duda la presunciónde que la ausenciade cualquiermención
la zona de Burgos, donde los auditorios ya estabanpor entonces de Cardeñaen los w. 3726-1730 del manuscritosuperviviente
familiarizados con las leyendas de Cardeña y no debían de acep- necesariamente demuestraque el mismo poeta, al terminar su
tar un relato que no concordara con ellas o que las rechazara. En poema,no hicieraalusiónal enterramientodel Cid en dicho mo-
tales circunstancias hubiera sido totalmente explicable ejercer el nasterio.
privilegio del copista de enmendar su texto, én este caso omi-
tiendo los auténticos versos finales del manuscrito que tenía a
mano. Los toscos versos que refieren la muerte del Cid en el ma- VI
nuscrito copiado por él puede así ser que fueran compuestos de
su mano. El simple hecho de que fueran introducidos puede in- Si fuera posiblemostrar, más allá de toda duda, que en el
terpretarsecomo prueba indirecta de que se tratara de eso: refle- texto del poema conservadohubiera elementosprocedentesde
materialquesesepapertenecíaala tradiciónlegendariade Car-
1anqurzá el sentimiento del copista de que le competía a él susti-
tuir de algún modo el material que había omitido. deña,estáclaro que la tesisde que estaobra sehubieravisto in-
Esto no implica necesariamenteque estén perdidos todos los fluenciado directamente por dicha tradición recibiría algo
datos sobre el contenido del final original del Poemade Mio Cid próximo a una prueba.Es, sin embargo,poco probableque los
que estahipótesispostula. La breve observacióndebCrónica de datos para ello aparezcan.Por muy bien documentadaque esté
Veinte Reyesde que, tras la enfermedad y la muerte del Cid, éste para mediadoso finesdel siglo xrrr esatradición,sobresu estado
había sido llevado por Jimena y Alvar Fái'ez a Cardeña para re- alrededorde cincuentao cien añosantes.cuandofue escritoel
cibir sepultura puede muy bien ser un resumen de los hechos que poema en la forma en que lo tenemos,no podemoshacermás
aa tt
104 TEMAS DE LA CELESTINA SAN PEDRO DE CARDEÑA IO'

que conjeturas. Con todo, hay algunos detaües del texto poético
AntolínEz! Como MenéndezPidal ha señalado,el episodiode
que nos hacen pensar en las leyendas monásticas. Hacia el final
"escaño" Raquelv Vidas es con ceftezaun relato literario. La abundante
delPoema de Mio Cid un tallado (v. 3I2l) que perte-
at.nción que el poetale presta,junto con la exactadescripción
necía al héroe aparece en el relato de modo súbito y más bien in-
que da de las arcas,por lo menosindica la posibüdad de quese
consecuente,dejándonos la impresión de que para el poeta y su una his-
tiat. de unasreliquiasdel Cid para las quesenecesitaba
auditorio era más importante que lo que el texto efectivamente la de las ar¿ascomo reliquiasno apa-
roria, aunque existencia
explica. También Babieca, el caballo del Cid, a la mitad del las leyendas cidianasde hastauna
rezcatesdficadaen Cardeña
poema, hace una tardía aparición que sólo se explica en parre
fecha tardía.
(v. 117 3). IJna vez introducido, su importancia se desanollarápi- Éstos, sin embargo,no son más que ejemplospr¡ramente
damente, como respondiendo a cierta necesidadentendida más conjeturalesde la posibleinfluenciade las leyendasde Cardeña
daramente por poeta y auditorio que por el lector moderno. sobrela temáticadelPoemade Mio Ci¿. El casodel obispode
Esto culmina cuando, no muy verosímilmente, se hace que Al- Valencia, Jerónimo, es bastantemás concluyente.Jerónimo,a
fonso VI iguale la fama del caballo a la del propio Cid, decla- quien el autor del poemapresentacomo miembro de una orden
"ca
rando: por vos e por el cavallo ondrados somo' nos" religiosaque no necesitaser definida ante su auditorio, la de
(v. 3Í21). Como se ha mostrado, en el culto de Cardeña en ror-
Cluny, hacesu apariciónen el v. 1289 e introduceen el poema
no al Cid, Babieca era importante, aunqueal autor dele Estoria una nota enteramentenueva.El poetalo alabaabundantemente
del Cid le resultara difícil relacionar el subculto en torno a la su- por su inteligencia,sabiduríay firmaa como guerrero.Se de-
puesta tumba del caballo con las leyendas cidianas principales. claraquela l:lzón de su viaje desdeFranciaparaunirseal Cid es
Hay basespara sospecharque lo que se contaba en Cardeña so-
bre Babieca en el siglo xrn podía derivar de la donación al mo- sospirando qucsviesse con morosen el campo:
nasterio en ll02 de un caballo de guerra del Cid. ¿Se sintió que sis fanáslidiando c firiendocon s¡¡smanos,
obligado el autor delPoema a introducir en su poema el caballo, a los díasdel sicglo non le llorasscncristianos.
más bien tarde, porque la tradición de Cardeña había enseñado (vv. 1293-1295)
a su auditorio a esperar oír algo sobre él?
La extraordinaria extensión del episodio de las arcas, al Este ardorosoentusiasmode cruzadoesla característica princi-
principio del poema, es también significativa. El episodio se de- pal del personajedel obispo,en la imagenque de él da el Poema.
sarrolla mucho más de lo que el relato requiere. Es notable la Conrasta muy notablementecon la actitud del Cid y de sumes-
falta de verosimilitud; no sólo, innecesariamente,se presentaal nada ante los moros. Aunque convencionalmentereligiosos,
Cid como un tramposo, sino que a los dos judíos se les muestra nunca expresanéstossentimientosde cruzados.Ni la toma de
improbablemente cédulos. Figura que el Cid no puede llevarse Valencia,ni la derrotade Yúcef ni la de Búcar muevenen el Cid
con él las dos arcas de oro porque, de algin modo inexplicado, sentimientoscomo los del obispo. Estas victorias no le hacen
el rey lo descubriría. No obstante, las cambia por no menos de más que enorgullecerse por la riquezay el poder que han susti-
300 libras de monedasde oro y plata. ¡Raquel y Vidas, aunque tuido a su anteriorpobreza,por su seriede éxitosmilitare_sy por
con dificultad, pueden llevar cada uno un arca; en cambio, para el hechode que "rnorose cristianos[las cursivasson mías] de mí
llevar la moneda hacen falta cinco de los hombres de Martín han grant pavor". El efeao que produce la introducción del
aa tt sAN PEDRoo¡ cenl¡ñe 107
106 TEMAS DE LA CELESTINA

obispo cruzadoes,pues,el de llamar la atenciónsobrelo poco algunosdocumentosfalsificadosde Cardeñareferentesal ciclo


dJ Cid, estáescritoen latín, y sigue las fórmulasdocumentales
ideaüstade los motivos queinspirabanla gestadel Cid y susva- "ubi
propias del siglo x¡¡. La expresión est humatum" usadaal
sallos y seguidores.La intención del poeta no podía ser ésa.
..f.iirc. a la tumbadel Cid en I103, muestraquefue escritoan-
Quizá setrata, pues,de las consecuencias imprevistasde interpo-
lar el personajedel cruzadoJerónimoen un conjuntode materia- tes del desarrollo de la leyenda de Cardeña segúnla cual el
les anterioressobre el Cid y sus seguidoreslaicos. cuerpo del Cid había permanecidoinsepulto en el monasterio
Alora bien, las actividadeshistóricasde Jerónimo de Peri- hastahacia 1109. El péríodoen que-si el documentoesfalsifi-
gord en Españaestánbastantebien documentadas. Fue uno de cado- es más probableque se falsificaraes el de mediadosdel
los muchosmonjesduniacenses quellegarona finalesdel siglo xr siglo xu. Está daro que en su lucha de resistenciaa la absorción
para reformar la vida religiosa española.En 1098 fue nom- pJ. Clutty (véasearriLapp. 88-89), debíaserde lo másútil para
brado obispo de Valencia por el Cid. Luego, despuésde la los monjesde Cardeñael poder convencera susamigosy a sus
muertedel Cid, pasóa serobispode Salamanca, y murió aüí al- enemigosde que uno de los principalesmisioneroscluniacenses
rededorde 1220. El lenguajeapocalípticodel documentopor el llegadosa Españaen la épocade Alfonso VI habíaexpresadoel
que el Cid fundó la nuevacatedralde Valencia,escritocon segu- deieo de recibir sepulturaen su monasterio,con lo que ello im-
ridad por Jerónimoo susescribasfranceses,indica que el entu- plicaba de que hubiera introducido allí la reforma cluniacense'
siasmodel obispopor la guerrareligiosano fue exageradopor el Ár'rttqu.,en realidad,Jerónimotenía sü sepulturaen la catedral
autor del Poemade Mio Cid. de Sálamanca,los monjesde Cardeñapusieronbien cuidadoen
Desde fecha tempranaCardeñapretendióhaber tenido es- llamar la atenciónde los peregrinosal sepulcrodel Cid sobre
trecharelacióncon el Terónimohistórico.Un documentode do- una tumba de su monasterioque afirmabanser la del ex-obispo
naciónlatino quesepietendíaquehabíasido otorgadopor é1,en de Valencia, enterradoallí para cumplir los deseos,o fingidos
deseos,del antiguo compañerodel Cid expresados en el dudoso
1103, tras su trasladoa Salamanca, disponíaque sele dierase-
"ubi documentode I103. Se suelesuponerquela discordante figura
pultura en dicho monasterio, est humatumcorpusVenera-
bilis Roderici Didaci [...]".27 Si, como qee MenéndezPidal, del obispo cn¡zado del Poena de Mio Cid desciende,en última
instancia,del arzobispoTurpín de la tradición epica francesa.
estedocumentoesauténtico,establecesin lugar a dudasqueJe-
rónimo habíatenido en vida, igual que en la leyenda,una íntima Aquello es muy probable.Pero también,en vista de los hechos
relacióncon Cardeña.Ello significaríaque, desdemucho antes qué acabode discutir,esmuy posiblequela fuenteinmediatadel
Don Jerónimo del poemaciüano era la tradición de Cardeña.
de que fuera escritoelPoemadeMio Cid, elobispoya erauna fi-
gura clave de la historia del monasterio.En esecasola indica-
ción de que la figura del obispo cruzadodel poema,más bien
discordante,pudieraprocederde fuentescardenienses VII
tendría
una imponante justificación.
En estetrabajo mi fin principalha sido el de llamar la aten-
Sobrela donaciónde I103 hay cienamente algunasdificul-
tadesque,a falta del documentomismo,hacennecesariomante- ción de los estudi'osos
delPoema^ de Mio Cid sobreel interesan-
ner cierto escepticismo tísimo culto quesedesarrollabadurantela Edad Media en torno
sobresusorígenes.No obstante,si esuna
falsificación,probablementees muy remprana.A diferenciade a la tumba del Cid en Cardeña,recordándoles,también,que en
¡r tt
108 TEMAS DE LA CELESTINA SAN PEDRO DE CARDEÑA 109

los monasterios e iglesias de Castilla enconrramos indudables xandre (a no mencionar la Primera Crónica General) hay pruebas
vestigios de semejantes cultos relacionados con las tumbas de indudables de Ia familiaridad de los clérigos con la poesía épica
otros personajes cuyos hechos fueron celebrados en otros poe- de tipo oral. No veo, pues, en principio, ninguna razón para ex-
mas épicos castellanos.Si, como parece probable, los perdidos cluir totalmente ia posibilidad de que el poeta delPoemade Mio
poemas épicos de tema histórico solían terminar llamando la Cid fuera clérigo que se había dedicado a practicar el ane de los
atención del auditorio sobre el monasterio donde estaba ente- juglares épicos o, tal vez, juglar épico que se había pasado al
rrado la figura central del poema, podemos postular, desde el mundo clerical. Pero no necesitamosir tan lejos. Puede ser que
principio, que hubo cierto elemento de cooperación entre juglar fuera, como el misterioso Mal Anda, vn sabidor lego que supiera
épico y monjes. Aquello dicho, hay que subrayar, como indiqué -para presentara un Cid heroicamentededicado a respetarlos
en la primera seccióndel presentetrabajo, que nada veo en di- principios del derecho aun en las circunstancias más desfavora-
cho poema que justifique la idea de que esta obra se originara en 61espara ello- apropiarse, e induso sobrepasar,el arte de los ju-
Cardeña, por lo menos en el senrido de que sea de evidente ins- glares de gesta.Nadie puede negar que en España, como en los
piración o autoría monacal como lo es, obviamente, elPoemade otros países de la Europa medieval, había dos culturas clara-
Fernán Gon4llel Lo que sí me parece hipótesis admisible, por -.rrt. distinguibles: la .,tltu.a de los clérigos y la cultura de los
las razones arriba aducidas, es que el texto delPoema de Mio Cid legos, sea ésta caballeresca,popular o peneneciente a lo que Al-
que hoy tenemos contiene elemenros temáticos muy posible- "ciencia
fonso el Sabio denominó de las leyes". Pero me parece
mente debidos a las leyendas cidianas de Cardeña tal como éstas que, al discutir la historia de la poesíaépica medieval española,
circulaban oralmente hacia fines del siglo xr: ocurrencia, ade- la crítica muchas veces cae en el error de olvidar-que, en la vida
más, nada sorprendentesi se supone, como supongo yo, que el cotidiana, había contactos constantes entre aquellas dos culturas.
poeta,preparó su poema en primer término para un público
burgalés.
Sobre la personalidaddel poeta delPoemade Mio Cid sabe-
mos dos cosas. IJna, que era artista que sabía manejar genial- NOTAS
mente las antiguas tradiciones técnicas y estilísticas dé la poesía
épica oral. La orra, como intenté demostrar en el primer anículo I. R. Menéndez Pidal, C¿ntardc Mio Cid, Múrid, I 94ó' III p l I 7 l'
"Une
2. Véanse: G. Cirot, chroniqueléonaiseinédite", BHi'Xl (1909)' p'
que aparece en el presente libro, que era persona culta aparente- 26):'tN.l. Entwistle,
"On
the C¿rntendi Morte Sanaii Regis",BII'' XXX (1928)'
mente familiarizado con el mundo de los scriptoria y conlas acti- pp. 204-iLgl Carola Reig; El cant¿rde S¿ncboIIl cercode Zanord, Madrid, 1947'
tudes de los sabidores,o sea de los legistas. Para la mayoría de po. l9-41.
3. Pueden darse dos ejemplos El Poem¿de Femán Gon4í14 al''Fallaron describir la
lns estudiososde la épica medieval españolasemejantecombina- asignacióndel botín obterido tres la derrota de Almanzor en Lara, dice: de
ción representa una imposibilidad, como dejan bien claro las pa- nt"ifil ".qu.tas muy pregiadas,/ con tantas de noblezasque non serien contadas: /
labras de Menéndez Pidal que cité a principios de estetrabajo. fteron poia ,"n P.áto lde A¡lanzal las mas-d'aquellasdadas,/ estanoy {ia.en s¡-af
tar asentadas"(Menéndez Pida,l,Reliqttiasde la pwsía ílica upañola,.Madrid' l9 t l.
No obstante,el mismo Menéndez Pidal cita ejemplosque, segrin p. 74. estr. ZS0); lo rinico que dice la-prosificaclónd.,.ttt trozo en la PCG es que el
"era
é1, comprueban que siempre fácil el paso del-juglai al condc regaló al ionasterio muchaspiezasvaliosasdel br:tín(Primera Crónh¿ General,
clérrgo y viceversa" (Poes(ajuglaresca,Madrid, 19i7,6 p lO) ed. Men[ndez Pidal, Medrid, I9ti, II, p 39I). Se omite la importantísimainforma-
ción dc que se las exhibía allí en el altar mayor. De modo similar, al prosificar el largo
En Berceo, en elPoemade Fernán Gon4ílezuen elLibro de AIi- pasajcd,íIPoemade Mio Cid sobre la visit¡ del héroc a San Pcdro de Cardeña camino
ll0 TEMAS DE LA CELESTINA SAN PEDRO DE CARDENA llI

al exilio, la PCG deja dc lado gran parte de los detalles,y así no pasaa la crónica im- I 3. Albrecht, o!. cit., pp. 43'44 y 47. [No creo quc el descubrimientode la se-
presión alguna del placer e interésdel poeta en las escenasde CarJeña, como rampoco ñora Hewso¡ (véascL oot"^i) tt.".."tiamente invalidc mi hipótcsis. Supongo queun
ninguna idea de la imponancia que les da. monie de Cardiña hizo uso de l¿s historias letinas de Carlomagno Pera adornar y dar
4. Estos hechosse presentanen la,Histori¿ Roderici, relato fidedigno de la vida más irascendcncia a u¡a ya existcntc lcyenda sobre cl estado del cuerpo dcl Cid ¿l llc-
del Cid, escrito, según Menéndez Pidal, alrededor de una década áespuésde su gar éstcal monasterio.]
muerte. El-mejor texto es el que da Menénde¿ Pidel, La Eslaña del CiA,Medfi¿, 14. Ibid.,p. I2.
1947, ll. [Posteriormente a L aparición en inglés del presinte anículo, tanto A. I t. Lt Esiori¿ presenta e dos conversos relacionados con cl Cid como figur^a.s
Ubieto Aneta como Jules Horrent han aducido póderosasrazonespara fechar la Iús- principales del culto ic C¿rdcña en la primera mitad del siglo xru; son cl moro.Gil
-Oíez
toria Rodericientre ll4J y I160.1 y el judío Dicgo Gil. Me prcgr¡nto si esta pane de la lcyenda no pudo quiá te-
I. H. Flórez, Memorias de las rEnas c¿tólicas,Madrid, 1761, I, p. 494. Pera en el l¡dn
ner su origen cn r¡niconfusión surgide por el doblc significado de co¡aer¡u "hermano
unadiscusión del Liber Reg*m véase,en especial,Luís Filipe Lindley Cintra, Crónica medicval, quiá a panir dc algunastumbas dc Cardcña. En el scntido de
geralde Espanhade 1)44, Lisboa, l9J l, I, p. xcrx. lego", en la Edad'M.di" haf abundantestestimonios dcl uso de cotuelsrrs,tento en
"La
6. W. J. Entwistle, Estoria del noble varón el Cid Ruy Día2", ¡¡R, XV Eipaña como cn los demás siiios (por ejcmplo, Férotin,Rut¿eil da eb¿rtesde l'abbay
(19a7),
pp.206-2tt. de Silos,París,1897,pp. I0l y l4l, sobrelos años I l7J y 12lE respcctivamente).
7. [Lo que pareccque sirvió de modelo a los monjes de Cardeña para inventar "convenido
En su otro scntido, el Áe al cristianismo", se usabaya por lo m€nos cn
unos det¿llesd,ela Estori¿ fuc la historiografía relacionadacon Carlomagno -leVit¿ | 227 (Mcdieral L¿tin W ord-Litt, Londres, I 9 34).
K¿roli de Einhard, el De gatis Karoli Inperatoris atribüdo a Notker Baibulus y otras 16. Tbe CatbolieEnEclolaedia, Nucva York, 19 1 3, III' p. 7 7.
fuentes-. Los monjes adaptaron casi textualmentelo quc dicen las historiaslatinas de 17. [Véase,sin embargo,la nota 7 de estecapítulo.J
Carlomagno sobre los rcgalos que el emperador de Persia cnvió a Carlomagno en se- 18. Tras referirse a li scpultura de Sancho en Oñe, un manuscrito dc la
ñal de amistad, etc. Este descubrimientose debe a la perspicaci¿intelectualáe una io- "C¡¿art¿" "E
Cróxica Genr¿l añadJeste comcntario: ally esta oy dia el brial que el
ven investigadora del Depanamento de Español de la Univcrsidad de Southamptán, rey don Sancho tcnia vestido quando fuc ferido, c paiesce la_sangretan frcsca como
la señora Hewson, qüen, en 1970, me llamó la atención sobre el paralelis.o lntr. sv non ovicscun año que fuesemucno" (BNM, Ms. 95 t9, ff. l29r- 129v). Le agra-
episodiosde laEstori¿ ylaVita Kzroli y elDe gestis Karoli Inperatoiis.T dezco al Dr. Alan Foriy la transcripción de estepasaje,reproducido con bastanteine-
8. En algunos manuscriros dela,PCG, al final de le referenciaa la muene del xactitud en laColeceió¡de do.tmentosiníditos\*ra Ia bistoria de Eslañ¿,CY, p. 39f ' y
Cid, se conservame frase del texto original de laEstori¿. El texto hace estaobserva- reimpresocon esabasc en Lindley Cintra,op, cit., I, p. ccclx, n. 427.
"Et
cón: aq911 de¡it sendos paternostrescon su aucmaria, que Dios depare qui lo iS. Los documentoscorrespondicntespuedcn encontrarseen A. BrueL Recrcil
diga por uos" (PCG, cap. 914, p. 636a). Este explicit, daraminte dirigido a un audi- du cb¿rtu de I'abbay de Chry, París, 1894, V (1091-1210), nitm. 4072,419J,
torio popular, da un útil indicio del uso que se hacíaen Cardeña dela Erotia del Cid. 4196, 4211; Mignc, Patrologial¿tina, Cl-XX^lX, pp. 928-929; Francisco de Ber-
"Segunt
9. cuenta la estoria que conpusoAbenalfarax, sobrino de Gil Diaz, en gnze, Antigúedatr* de Espaai, Madrid, 1721, II, pp. 77-E0. [P"ta un estudio mo-
V¿lencia,diz [...]" (PCQ, "et
9ap.962, p. 63 3a): dizeAbenalfarax,el que estaesto- áeroo de es--tos acontccimientosvéasc Salustiano Moreta Velayos, El monasnriode
ria tuslaudo en arauigot...1" (ibid., cap. 9f I, p.636b); "Segut cuentaAbenalfarax S¿n Pedro de C¿rda\¿,bistoria de an dominio monásticocastellano(902-1i18)'Sela-
que fizo estaestoriaen arauigo,diz [...1" 1ibid.,.ap. gJ7, p. úU). ¡ n a n c a1, 9 7 1 , p p . 1 9 4 1 9 8 . 1
10. Uno de los capítulosde Ia PCG, qu..u.nt" ei asedio-deValencia por el 20. Vé¿nic H. Flórcz, XXIII, p.372,y Alfons M' Zimmcrmann,K¿lend¿-
Cid (cap. 9l I, p. Í78á) empiezacon esta observación:"Et diz Abenalfarax-ensu ritm Bmedic¡int¿m ,Yie¡a, I 9 I 3. Sobre la hagiografía de Siscbuto véaseBetga;t:ua'o!'
arauigo,onde estaestoriafue sacada,que [...1". c r i . ,M a d r i d , 1 7 I 9 , I , p p . 3 6 6 - 3 8 0 .
"Sobre
I l. Menéndez Pidal, Áuacaxj y la elegíaárabe de Yalencia", Home- 21. Véanse E. R.-Cunius, Ettrolean Liter¿tttre ¿¡d the Latin Middle Agu Lon'
najea D. Francisco Codera,Zarugoza,1904, pp. 192-409. "Somc
drcs, 19J3, pp. 3Ef-38ó; P. E. Russcü, Problcmsof Diplomatic inrhe C¿¡t'
12. Puede encontrarseinformación sobre las costumbresmedievalesgenerales tar de Mio CA", tvltn, xLvII (19t2), pp. 540-144 len estevolumen' pp..0-00'
de embalsamamientoe inhumación en M. H. Bloxam, Fragmentaseptkhrália, Ox- "Obscrvacioncs
está su traducción c¿stellanal; A. Ubieto A¡teta, al C¿ntar de Mio
ford, 1840-18J0; en C. A. Bradford, Heart Buial, Londrei, 19 j3;-y en el artículo Cid" , Arhor, n.o I 38 ( l9 f 7).
"Embaumement"
de H. Trdercq sobre en elDictionnaire d'arcbíologiichrítien¡e e! de 22. Mauricc Bowte,Heroic Poetry,Lotdtes, l9f 2, pp. t89-190. Ofrecenun
litnrgie, 7Y , pp. 27 18-27 23. Hay también sobre el tema una tesismuy importantc de ejemplo terdío dcl dclibcrado arcaísmo lingüístico las historias dc caballerías publica-
Gustav Albrechq Vorbueinng aaf den Tod, Tonngebráttcheond TonnLutaittng in der des ó cscritas cn España en el siglo xvr -práctica ridiculizada por.Cervantes.
altfranaósiscben Dicbtury, Halle, 1892, qre se o.upa principalmente del trata'miento 2t. Un ejcmplb dc csa falta de seguridad se discuteen mi artículo"'Where wai
de esos-asuntos en la poesíafrancesaanterior al siglo xrrr. Esioy agradecidoa los cole- Ncoccr (Cat¿i de Mio Cid,Il. t t 3-861)?", Homenajea J' A. V¿tt Ptaag' Amstev
gas oxfordianosMr. D. M. Sutherl¿nd(t) y M*. G. D. G. Hall por su valiosa dam, 19i6, pp. l0l-107 [cn estctomo cstá su traduccióncastellana,pp. 37-441.
ayuda bibliográfica sobre esteoscuo rema. 24. A cste rcspectopucdc ser significativo que el único manuscrito conscrv-ado
tt2 TEMAS DE LA CELESTINA

del Poem¿se encontrer¿,en el siglo xvt, en los archivos del pueblo dc Vivar.
2t. Le estoy agradecido al profesor D. M. McMillan por señalarmeestos
cjemplos, así como por otros útiles comentarios sobre este problema. Debo indicar
que el texto que prcsento aquí, por lo quc sc refiere a los últimos vcrsosdcl PMC y las
páginas que siguen hasta el final, es el que prescnté en l9J7 a la Oxford Medieval
Society, pareciéndomedicho texto más daro que la versión abreviada que se publicó
e n i n g l é se n 1 9 J 8 .
26. La Crónic¿de Vei¡n Ryer, Ncw Havcn, I 936, pp. I l0-l I l. [Pare evitar
erro¡es recuérdcsequc, al discutir en l9J8 las rclacionescronológicas entre PCG y
CVR, aceptéla entonccsvigcnte opinión de Menéndez Pidal de quc los compiladores
alfonsíeshabían incorporado toda la historia del Cid en la vcrsión de la PCG comple-
teda en vida de Alfonso X. Al ser correctaslas teoríasposteriormenteelaboradas,de
modo bastanteconvinccnte, por Diego Catalin,le CVR habría precedido, cronológi-
camente,la incorporación de le Estoria del Cid enlaPCG.l
27 . Francisco Ruiz de Vcrgara, Histori¿ d¿l cohgio uiejo de Sa¡ Bortolomé, i$.dt-
drid, 1766,2 I, p. Í I, n. 4. Parcccque ahora cl documentoya no se encuentra.
[Note adicional de I 97 E ; Al corregir las pruebasde estaobra, llegó a mis manos,
"El
debido a la cortcsía de la autora, el vaüoso estudio dc María Eugenia Lacarra,
Po¿made Mio Cry' y el monastcrio de San Pedro de Cardeña", pubücado en Homenaje
a Don Josí M¿r{¿ L¿c¿na le Migel en sajtbilación kl profesorado,Extdios mediew-
bs,ll, Zangoza, 1977. pp. 79-94. Didro estudio, quc trae a noticia útiles datos nue-
vos sobre el asunto,ha de añadirsea la bibliografía rderida en las notas precedcntes.l

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