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Este libro

pertenece a

…una mujer conforme


al corazón de Dios.
Otros libros de Elizabeth George:

Acaba con tus preocupaciones… ¡para siempre!


Ama a Dios con toda tu mente
Colosenses/Filemón: Descubre la gracia de Dios
Cómo criar a una hija conforme al corazón de Dios
Encuentra la senda de Dios en medio de tus problemas
Ester: Descubre cómo ser una mujer bella y fuerte
Guía de una mujer para las buenas decisiones
Jardín de la gracia de Dios
Jueces/Rut: Cultiva una vida de integridad
Lecturas devocionales para una madre conforme al
corazón de Dios
Lucas: Vive con pasión y propósito
María: Cultiva un corazón humilde
1 Pedro: Cultiva un espíritu afable y apacible
Promesas poderosas para toda pareja
Proverbios 31: Descubre los tesoros de una mujer virtuosa
Sabiduría de Dios para la vida de la mujer
Santiago: Crece en sabiduría y fe
Sara: Camina en las promesas de Dios
Sigue a Dios con todo tu corazón
Una esposa conforme al corazón de Dios
Una madre conforme al corazón de Dios
Una mujer conforme al corazón de Jesús
Una pareja conforme al corazón de Dios
SANTIAGO
Crece en
Sabiduría
y fe

E lizabeth
G eorge
La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad
—con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y confiable, que
animen a las personas a conocer y servir a Jesucristo.

Título del original: Growing in Wisdom & Faith © 2001 por Elizabeth George
y publicado por Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402. Traducido
con permiso.

Edición en castellano: Santiago: Crece en sabiduría y fe © 2013 por Editorial


Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501. Todos
los derechos reservados.

Traducción: Nohra Bernal

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EDITORIAL PORTAVOZ
P.O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 USA
Visítenos en: www.portavoz.com

ISBN 978-0-8254-1369-8 (rústica)


ISBN 978-0-8254-0358-3 (Kindle)
ISBN 978-0-8254-8513-8 (epub)

1 2 3 4 5 / 17 16 15 14 13

Impreso en los Estados Unidos de América


Printed in the United States of America
Contenido

Prólogo = 7
Preámbulo = 8
1. Oír el corazón de un siervo = 9
SANTIAGO 1:1
2. Vivir en fe = 15
SANTIAGO 1:2-4
3. Descubrir el secreto de la sabiduría = 22
SANTIAGO 1:5-8
4. Cómo sacar provecho de las pruebas = 29
SANTIAGO 1:9-12
5. Entender la tentación = 36
SANTIAGO 1:13-16
6. Conocer la verdad acerca de Dios = 43
SANTIAGO 1:17-18
7. Vivir en obediencia = 49
SANTIAGO 1:19-27
8. Confrontar el favoritismo,
primera parte = 57
SANTIAGO 2:1-4
9. Confrontar el favoritismo,
segunda parte = 64
SANTIAGO 2:5-13
10. Demostrar la fe = 70
SANTIAGO 2:14-17
11. Poner por obra tu fe = 75
SANTIAGO 2:18-26
12. Hablar con sabiduría = 81
SANTIAGO 3:1-4
13. Domar la lengua = 86
SANTIAGO 3:5-8
14. ¿Bendecir… o maldecir? = 92
SANTIAGO 3:9-12
15. Definir la verdadera sabiduría = 97
SANTIAGO 3:13-18
16. Examinar tu corazón = 103
SANTIAGO 4:1-3
17. Crecer en gracia = 109
SANTIAGO 4:4-6
18. Acercarse a Dios = 114
SANTIAGO 4:7-10
19. Negarse a juzgar a otros = 119
SANTIAGO 4:11-12
20. Planificar con sabiduría = 124
SANTIAGO 4:13-17
21. Ponderar la verdad acerca de la riqueza = 130
SANTIAGO 5:1-6
22. Vestir el corazón de paciencia = 135
SANTIAGO 5:7-11
23. Orar siempre = 141
SANTIAGO 5:12-18
24. Mostrar un corazón amoroso = 147
SANTIAGO 5:19-20
25. Crecer en sabiduría y fe = 152
RESUMEN DE SANTIAGO
Notas = 156
Prólogo

D esde hace tiempo he buscado estudios bíblicos


de uso diario que me permitan conocer mejor la Palabra de
Dios. En esto me hallé entre dos extremos: estudios bíblicos que
requerían poco tiempo pero superficiales, o estudios profundos
que exigían más tiempo del que disponía. Descubrí que no era
la única y que, como muchas mujeres, vivía muy ocupada pero
deseosa de pasar tiempo provechoso en el estudio de la Palabra
de Dios.
Por eso me emocionó tanto saber que Elizabeth George qui-
siera escribir una serie de estudios bíblicos para mujeres con
lecciones profundas que solo requerían 15 o 20 minutos diarios.
Después que ella completara su primer estudio sobre Filipenses
estaba ansiosa por conocerlo. Aunque ya había estudiado Fili-
penses, por primera vez entendí bien la organización del libro y
su verdadera aplicación para mi vida. Cada lección era sencilla
pero profunda, ¡y escrita especialmente para mí como mujer!
En la serie de estudios bíblicos de Una mujer conforme al
corazón de Dios® Elizabeth nos guía en un recorrido por las
Escrituras, y comunica la sabiduría que ha adquirido en más de
20 años como maestra bíblica para mujeres. Las lecciones abun-
dan en contenidos muy valiosos, porque se fundamentan en la
Palabra de Dios y son el fruto de la experiencia de Elizabeth.
Su estilo de comunicación personal y afable hacen sentir como
si estuviera a tu lado estudiando contigo, como si en persona te
orientara en la mayor aspiración que pudieras tener en la vida:
ser una mujer conforme al corazón de Dios.
Si buscas estudios bíblicos que pueden ayudarte a cimentar tu
conocimiento de la Palabra de Dios en medio de tantas ocupa-
ciones, estoy segura de que esta serie será una grata compañía
en tu andar diario con Dios.
—LaRae Weikert
Directora Editorial,
Publicaciones Harvest House

7
Preámbulo

E n mi libro Una mujer conforme al corazón de Dios® hablo


de esta clase de mujer como alguien que tiene el cuidado de
poner a Dios en el trono de su corazón y como su máxima prio-
ridad en la vida. También mencioné que una forma de lograrlo sin
falta es alimentar un corazón anclado en la Palabra de Dios. Esto
supone que desarrollemos unas raíces profundas en las Escrituras.
Antes de emprender nuestro estudio bíblico, dedica un
momento a pensar en los siguientes aspectos concernientes a
las raíces y al estudio diario y constante de la Palabra de Dios:
• Las raíces no están a la vista. Será necesario que apartes
tiempo a solas, “en lo secreto”, si deseas sumergirte en la
Palabra de Dios y crecer en Él.
• La función de las raíces es absorber nutrientes. A solas, y
con tu Biblia en mano, podrás alimentarte de las verdades
de la Palabra de Dios y asegurar tu crecimiento espiritual.
• Las raíces sirven para almacenar. A medida que adquieres
el hábito de escudriñar la Palabra de Dios, descubrirás que
acumulas una inmensa y profunda reserva de esperanza
divina y fortaleza para los tiempos difíciles.
• Las raíces sirven de sostén. ¿Quieres permanecer firme en el
Señor y en medio de las presiones de la vida? El cuidado dia-
rio de tus raíces espirituales mediante el estudio de la Palabra
de Dios te convertirá en una mujer extraordinaria y firme.1
Me alegra que hayas escogido este volumen de mi serie de
estudios bíblicos de Una mujer conforme al corazón de Dios®.
Mi oración es que las verdades que encuentres en la Palabra de
Dios a través de este estudio te acerquen más a la semejanza de
su amado Hijo y te faculten para ser la mujer que anhelas: una
mujer conforme al corazón de Dios.

En su amor,

8
Lección 1
Oír el corazón de un siervo
Santiago 1:1

L as primeras palabras nos dicen mucho, pues iden-


tifican rápidamente quién es una persona y revelan su corazón.
Pues bien, querida, hoy vamos a conocer a Santiago, el pode-
roso líder de la iglesia primitiva (ver Hch. 15). Leemos las pri-
meras palabras que escribió a creyentes a los que tal vez nunca
había visto ni vería jamás. El versículo tiene nada más 18 pala-
bras, pero están llenas de significado e información. Esta breve
declaración inspirada por Dios nos permite aprender acerca de
Santiago y de los destinatarios de su carta.
Algunos de estos hechos nos ayudarán en nuestro estudio de
esta epístola del Nuevo Testamento. Por ejemplo, esta carta…

• fue escrita por Santiago, a los judíos cristianos del siglo


primero,
• se escribió desde Jerusalén, cerca del año 48 d.C., y
• trata el tema de la fe puesta en práctica en medio de las
pruebas y las dificultades

9
10 Crece en sabiduría y fe

Ahora aprendamos sobre Santiago, el hombre, y su mensaje.

Santiago 1:1
1
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesu-
cristo, a las doce tribus que están en la dis-
persión: Salud.

El mensaje de Dios…
1. Santiago. La mejor forma de aprender acerca de Santiago es
mirar las pocas ocasiones en las que aparece en la Biblia.
Dedica un minuto a anotar la información que puedes reco-
pilar de los siguientes pasajes:

Mateo 13:53-55

Hechos 1:10-14 y 15:12-13

1 Corintios 15:3-7

Gálatas 1:18-19 y 2:7-9

Ahora, en una o dos frases, describe a Santiago.

2. Siervo. Santiago se autodenomina un siervo. Como siervo o


esclavo (o doulos, en griego), Santiago declara categórica-
mente que se considera a sí mismo un esclavo, uno que está
completamente bajo el control de su amo. En palabras de
otro…
Lección 1—Santiago 1:1 11

L a palabra griega doulos (esclavo, siervo) se refie-


re a una posición de completa obediencia, absoluta
humildad y lealtad inquebrantable. Obediencia es la
obra; humildad, la posición; y lealtad, la relación que
un amo esperaba de un esclavo… No puede existir
un mayor tributo para un creyente que ser reconoci-
do como el siervo de Dios obediente, humilde y leal.2

Ahora observa cómo se refieren a sí mismos otros autores de


las epístolas del Nuevo Testamento:

Romanos 1:12 Pedro 1:1

Filipenses 1:1 Judas 1

Tito 1:1 Apocalipsis 1:1

3. Siervo de Dios y del Señor Jesucristo. En vez de mencionar


nombres importantes o de jactarse de su parentesco con
Jesús, Santiago decide referirse a sí mismo como siervo de
Dios y del Señor Jesucristo. Según el razonamiento de San-
tiago, estos dos nombres son iguales porque Jesús es Dios.
En vez de referirse a Dios como su pariente, Santiago usa
respetuosamente el título completo de Jesús:

Señor: enfatiza su derecho a gobernar.

Jesús: enfatiza su humanidad.

Cristo: enfatiza su calidad de Mesías.


12 Crece en sabiduría y fe

He aquí otros títulos y relaciones de los que gozamos en el


Señor Jesucristo:

Mateo 12:46-50 Efesios 1:22

Juan 10:11 1 Timoteo 2:5

Juan 15:14-15

4. A las doce tribus que están en la dispersión. ¿Quiénes eran


exactamente las doce tribus? Esta frase se usaba en la época
de Santiago para señalar la nación judía entera. En este caso,
Santiago usa “las doce tribus” para referirse e incluir a todos
los cristianos judíos fuera de Palestina.
¿Y cómo fueron dispersadas estas personas? Algunos habían
sido deportados con anterioridad. Muchos judíos también se
habían mudado a otras tierras en busca de riqueza y oportu-
nidades. De modo que, por fuerza o por voluntad, los judíos
vivían a lo largo y ancho del imperio romano.
Estos creyentes judíos anónimos son los destinatarios del
saludo de Santiago. Salud es una palabra que transmite un
sentido de gozo y de felicidad, y que significa “regocíjense” o
“alégrense”. Santiago casi declara: “¡Les deseo felicidad!”.

…y la respuesta de tu corazón
• Santiago empieza esta poderosa carta con sencillez, con solo
su nombre y una etiqueta que lo identifica como “siervo de
Dios y del Señor Jesucristo”. No usa un lenguaje florido, ni
palabras explicativas, ni menciona grandes logros. ¿Cómo
acostumbras presentarte? O, dicho de otra manera, ¿hablas
para impresionar o para expresar? O, dicho aún de otra
manera, ¿dónde están tu corazón y tu mente cuando hablas
acerca de ti misma? Dedica un minuto para responder con
franqueza.
Lección 1—Santiago 1:1 13

• ¿Cómo te desafía el hecho de que Santiago se refiera a sí


mismo como siervo de Dios y de Cristo? Y teniendo en cuenta
que un esclavo era alguien cuya voluntad no le pertenecía,
sino que estaba rendida a otro, ¿podrías hacer una declaración
semejante?

• Lee de nuevo estas palabras que describen a un doulos: “una


posición de completa obediencia, absoluta humildad, y lealtad
inquebrantable. Obediencia es la obra; humildad, la posición;
y lealtad, la relación que un amo esperaba de un esclavo”.
¿Te consideras a ti misma una esclava de Dios obediente,
humilde y leal? Si no, ¿qué te impide alcanzar dicho compro-
miso y qué planeas hacer al respecto?

• Un esclavo estaba obligado a llevar a cabo toda la voluntad


de su amo sin cuestionamientos ni demora. ¿Hay áreas de
desobediencia en tu vida que te incapacitan para obrar como
un esclavo? Si es así, escribe un plan de acción aquí y ahora,
un plan que te lleve a lograr una relación de amo y esclavo
con Jesucristo.

• Recuerda pasar tiempo en oración pidiendo obediencia com-


pleta a Dios, a su Palabra y a su voluntad.

Desde el corazón de una mujer


¡Ya hemos terminado nuestra primera lección! Aquí sentada
mientras medito y oro acerca de Santiago, me impresiona su
mensaje poderoso y directo al corazón. Un siervo. Un esclavo.
Un doulos. ¡Cuán ajeno suena esto en un mundo egocéntrico
como el nuestro! Pero Santiago nos muestra el camino a la ver-
dadera grandeza. Al igual que Santiago y su medio hermano
Jesús, nosotras debemos tomar forma de siervo, humillarnos a
nosotras mismas, y hacernos obedientes a Dios (Fil. 2:7-8). ¿Qué
significa esto para ti y para mí como mujeres que anhelan ser
conformes al corazón de Dios?
14 Crece en sabiduría y fe

Significa obediencia. Como esclavas no debemos tener otra


autoridad aparte del mandato de nuestro amo, ni derechos
propios. Debemos ser posesión exclusiva de nuestro amo y
rendirle a Él nuestra obediencia incondicional.

Significa humildad. “Esclava” es una palabra que define a


una mujer que no piensa en privilegios, sino en deberes, no
en derechos, sino en obligaciones. Es el término que define
a quienes han perdido su yo en aras del servicio a Dios.

Significa lealtad. “Esclava” describe a la mujer que demuestra


su fe haciendo todo para Dios. El beneficio personal y sus
preferencias son totalmente irrelevantes; su lealtad es solo
para Dios.

Significa engrosar las filas de “los grandes”. “Esclavo” es el


título que caracterizó a “los grandes” del Antiguo Testamento:
Moisés, Josué, Caleb, los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob,
Job, Isaías, y los profetas. Al escoger el título de doulos, nos
unimos a la gran sucesión de aquellos que encontraron su
libertad, su paz y su gloria en la perfecta sumisión a la volun-
tad de Dios. La única grandeza a la que podemos aspirar los
cristianos es la de ser esclavos de Dios.3

Ahora bien, querida mujer conforme al corazón de Dios,


¿puedes llenar este espacio con tu nombre: “___________________________,
sierva de Dios y del Señor Jesucristo”? Espero que podamos
aprender a estimar este título por encima de todos los que ofrece
el mundo. Que podamos adoptar libremente este título y con-
ducirnos como “esclavas”, y engrosar las filas de aquellos que
como Santiago fueron honrados no solo por lo que fueron, sino
por Aquel a quien sirvieron: ¡al Dios vivo!
Lección 2
Vivir en fe
Santiago 1:2-4

¡ Y a hemos empezado! Hemos despegado en nues-


tro estudio de la epístola de Santiago, un libro del Nuevo Testa-
mento que trata acerca de vivir conforme a una fe auténtica. Sé
que he tratado muchos puntos importantes acerca de Santiago
en nuestra primera lección, tanto del hombre como de su epís-
tola. Sin embargo, nos faltó tratar un hecho fundamental para
nuestra comprensión: el porqué Santiago escribió su carta. Hay
dos razones principales para esta pequeña carta.
Problemas externos. En primer lugar, los destinatarios de San-
tiago estaban experimentando una serie de problemas exter-
nos y dificultades. Sus lectores (como veremos más adelante en
nuestro estudio) eran perseguidos por sus propios compatriotas
judíos incrédulos, y sufrían la opresión de los ricos y pode-
rosos. También padecían diversas aflicciones físicas. Además,
eran extranjeros que habían dejado su propio país, verdaderos
extranjeros en tierras foráneas.
Problemas internos. Además de problemas externos, también
tenían problemas internos. Cuando mires la lista, seguramente

15
16 Crece en sabiduría y fe

encontrarás tus propios problemas. (Y también descubrirás por


qué el libro de Santiago es tan pertinente para nuestra vida hoy).

• Aflicción espiritual
• Formas de vida equivocadas debido a doctrinas equivo-
cadas
• Actitudes erróneas hacia la bondad de Dios y sus dones
• Un estado espiritual deprimido

Esto condujo a:

• Permisividad en una forma de hablar desenfrenada


• Aumento de las contiendas y divisiones entre los miembros
• Adopción de un espíritu mundano

Querida, Santiago escribió para contrarrestar estos pensa-


mientos y acciones equivocados. Se dispuso a explicar la natu-
raleza de la fe genuina. Y exhortó a sus hermanos creyentes (¡e
incluso a nosotras!) a demostrar nuestra fe de manera práctica
y cotidiana. Trató el tema de sus deberes cristianos y les retó a
vivir la vida cristiana, no limitarse a profesarla. En otras palabras,
a “vivir lo que predican”.
En el libro de Santiago encontrarás ánimo e inspiración para
vivir de una manera piadosa, para vivir a la altura de tu fe. Sin
embargo, también encontrarás advertencias acerca de no recaer
en formas viejas de vida contrarias a tu fe. El llamado de San-
tiago para nosotras es a vivir una fe productiva, a demostrar
nuestra fe mediante obras de fe. Amiga mía, prepárate con un
corazón dispuesto.
Siento que debo advertirte que estés preparada para el estu-
dio de la epístola de Santiago, por razones de su estilo. ¡Santiago
es tajante! Nunca habla con rodeos, sin importar cuán delicado
sea el tema tratado. Y también va directo al grano… como pode-
mos ver ahora mismo en el versículo 2.
Lección 2—Santiago 1:2-4 17

Santiago 1:2-4
2
Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas,
3
sabiendo que la prueba de vuestra fe pro-
duce paciencia.
4
Mas tenga la paciencia su obra completa,
para que seáis perfectos y cabales, sin que
os falte cosa alguna.

El mensaje de Dios…
1. ¿Cuál es la exhortación inicial de Santiago (v. 2)?

¿Qué palabra usa para describir las pruebas que encontrarán


(v. 2)?

2. Santiago presenta aquí una especie de serie de “malas” y


“buenas” noticias. El versículo 2 presentaba las malas noticias,
el hecho de que sus destinatarios pueden tener por cierto
que experimentarán pruebas. De hecho, ¡muchas y diversas
pruebas! Pero ahora Santiago deja a un lado las malas noticias
para presentar las buenas. Según el versículo 3, ¿cuáles son
las buenas noticias?

3. Cuando la paciencia haya terminado su obra, ¿qué cambios


habrán ocurrido en las vidas de los lectores (v. 4)?

a. b. c.

(Una breve nota: No se trata de perfección en ausencia de


pecado, sino de una relación correcta con Dios que se mani-
fiesta en la obediencia).
18 Crece en sabiduría y fe

4. Según Santiago, ¿por qué podemos considerar todas nuestras


pruebas como un motivo de gozo (vv. 3-4)?

…y la respuesta de tu corazón
• ¡Vaya! Hace poco buscaba una tarjeta para una amiga que
sufre y necesita una palabra de aliento. Tenía para escoger
entre varios mensajes que aconsejaban a mi amiga…

Apartarse (del problema, o de la persona problemática)


Vencer (sin importar cuál fuera el problema)
Darse por vencida (y llorar un buen rato)
Transigir en sus principios (en nombre de la paz)

No obstante ¿qué nos aconseja nuestro tajante pero querido


Santiago (v. 2)?

• ¿Puedes enumerar algunas concepciones erróneas de los cris-


tianos (y también tuyas) acerca de las pruebas?

• ¿Cómo consideras normalmente las pruebas que te sobre-


vienen? O, si quienes mejor te conocen respondieran esta
pregunta, ¿qué dirían de ti?

• Medita en la siguiente progresión de los versículos 3-4:

LAS PRUEBAS obran para


PROBAR MI FE, la cual
PRODUCE PACIENCIA, la cual me hace
PERFECTA Y COMPLETA, SIN QUE ME FALTE NADA.
Lección 2—Santiago 1:2-4 19

Anota la prueba más apremiante que enfrentas (o en la que


“te hallas”) ahora mismo. Luego, comenta qué nueva revela-
ción traen estas verdades sobre tu prueba.

• ¿Qué harás para ajustar tu actitud hacia las pruebas conforme


a lo que enseña aquí Santiago?

• Por último, ¿cómo te animan o amonestan estas verdades?

Desde el corazón de una mujer


¿Cómo puede algo ser tan aleccionador y emocionante al mismo
tiempo? ¡Eso me pregunto cuando medito en estos tres podero-
sos versículos! En mi corazón medito seriamente… en el hecho
de que las pruebas son un hecho seguro en mi camino. Son un
hecho en la vida cristiana. Santiago dijo cuando nos hallemos en
diversas pruebas, no dijo si nos hallamos en diversas pruebas. Y
también mi corazón se inspira… en la idea de llegar a ser una
mujer de mayor fe.
Antes de dejar atrás esta lección pienso acerca de dos pregun-
tas de “sí, ¿pero cómo?”. La primera es: ¿Cómo podemos tener
por sumo gozo cuando nos hallamos en pruebas? Y la segunda:
¿Cómo podemos garantizar que nuestra fe crezca en medio de
y a pesar de nuestras pruebas? Medita seriamente en estas dos
respuestas.
Primero, mediante el uso de tu mente. Recuerda que tener por
sumo gozo las pruebas tiene que ver con la mente, no con las
emociones. Sin importar lo que tus emociones “sientan” (des-
ánimo, desesperación, etc.), o lo que tu cuerpo “sienta” (dolor,
agotamiento, etc.), tenemos que hacer lo que la propaganda
de zapatos y ropa Nike anuncia: “¡Hazlo nada más!”. ¡Tan solo
tenlo por sumo gozo! Por favor, no te pongas a hacer conjeturas.
No te preocupes. No cuestiones. No imagines. No te inquietes.
No te rebeles. Y especialmente ¡no te pongas reacia! Tan solo
20 Crece en sabiduría y fe

considera un gozo tus pruebas, sabiendo que al final empezarás


a cosechar las bendiciones de gozo, paz, perfección y logro. El
gozoso resultado de tus pruebas será una mayor madurez y fe
cristianas.
Lo cual nos trae de nuevo al segundo “cómo”, que es mediante
el ejercicio de tu fe. Debemos mirar cada prueba con el ojo de la
fe. ¿Por qué? Porque el ojo de la fe verá la mano de Dios en cada
aspecto de la vida. Y solo la fe puede hacer que consideremos
todo como lo hace Dios, poniendo cada prueba en la columna
del gozo. Como puedes ver, querida, cuando sufres debes creer
en la bondad de Dios y en su proceso mediante el cual te per-
fecciona a ti y a tu fe. Debes creer que Él y solo Él sabe lo que
hace. Debes creer que durante los tiempos de dolor Dios te ama
y tiene el control de todas las cosas. Debes creer en los propó-
sitos mayores de Dios, aunque estén velados. Y debes creer en
los resultados de tus pruebas.
¡Así que anímate y prepárate para tus pruebas! Como la Biblia
nos recuerda: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino
las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales,
pero las que no se ven son eternas” (2 Co. 4:18). ¡Así es como
el ojo de la fe ve las pruebas!
Espero que la siguiente “lista de ‘sin’” te anime a procurar con
diligencia tu crecimiento en sabiduría y fe.
Lección 2—Santiago 1:2-4 21

Una lista de “sin”


Sin pruebas no hay madurez.

Sin males no hay bienes.

Sin nubes no se pueden apreciar los rayos del sol.

Sin lluvia no hay arco iris.

Sin lluvia no hay vegetación.

Sin la presión de la tormenta no se descubre el valor


del ancla.

Sin oscuridad no hay descanso.

Sin oscuridad no pueden verse las estrellas.

Sin noche no hay amanecer.

Sin trilla no sirve el trigo.

Sin heridas ni molestias la ostra no producirá una


perla.

Sin un martillo y un cincel la piedra no puede con-


vertirse en estatua, obra de arte ni obra maestra.

Sin machacar las flores no existe el perfume.

Sin pruebas no podemos ser como Jesús.

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