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g) perros sueltos

Jorge Luis Borges citado por Michel Foucault

La primera vez que lo llevo a tomar la leche a su casa se dio cuenta: era un niño-perro. Algunos
gestos, algunas reacciones, algunas actitudes dispersas en su compañero de clase, fueron las que le
hicieron recordar ese cuento definitorio que le había narrado su papá cuando era más chico. El
cuento del niño-perro. Ese personaje se le había quedado grabado en la cabeza en un plano
intermedio entre realidad y ficción. Es decir, sabía que ese personaje no existía, y a la vez, sabía que
existía esa clase de personaje. Su compañero de clase era el primer especimen con el que se
cruzaba.

Básicamente, se trataba de un niño que se le había perdido a los padres, y terminaba siendo criado
por los perros. Mejor dicho, la cosa recién comenzaba ahí. Lo que venía después era lo que le
contaba, una o dos noches por semana, su papá, estableciendo una saga que se prolongó unos tres
años aproximadamente. Por lo general la manera de

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