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La infidelidad es como estar de socio con alguien y robar dinero de la caja. Fernando Sabino
Hay maridos tan injustos que exigen de sus mujeres una fidelidad que ellos violan. Se parecen
a los generales que huyen cobardemente del enemigo, pero sin embargo quieren que sus
soldados sostengan el puesto con valor. Plutarco
La diferencia de la infidelidad en los dos sexos es tan real que una mujer
apasionada puede perdonar una infidelidad, cosa imposible para un hombre. Henri
Beyle Stendhal
La mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no
las perdona. Severo Catalina
INFIDELIDAD EN LA PAREJA
Básicamente hay infidelidad cuando uno de los miembros de la pareja (o ambos) rompe el
compromiso de lealtad sentimental contraído de común acuerdo. La promesa de amar sólo y
exclusivamente a determinada persona, es incumplida o traicionada.
Los detectives privados que podemos contratar para descubrir una infidelidad nada tienen que
ver con la idea hollywoodense del detective gris y taciturno. Son personas comunes que llevan a
cabo un trabajo muy poco romántico, pero con fines eminentemente prácticos.
Hombres vs. Mujeres
Hablar de "infidelidad" evoca conceptos muy diferentes en cada persona. Producto de la
educación recibida, el contexto social de la pareja, los condicionamientos internos y externos, las
consecuencias y formas de afrontar una infidelidad serán muy personales.
Cuál es el comienzo de una infidelidad
¿Es un encuentro íntimo? ¿Un beso? ¿O simplemente una mirada lasciva puede ser considerada
como infidelidad? ¿Qué es lo que marca el inicio de un acto o una conducta infiel?
Causas de la Infidelidad
Aunque existe un preconcepto socialmente aceptado que establece que detrás de una infidelidad
se esconde un nuevo amor, una situación cuya importancia se torna insostenible, o motivos de
gran envergadura, sorprendería saber que por lo general, las infidelidades se producen por
causas mucho más triviales.
Es bueno aclarar que al asumir la responsabilidad de haber cometido una infidelidad, no se hace
más que asumir públicamente la falta de control de uno mismo ante situaciones comprometidas.
Inútil será responsabilizar al otro por actos que se cometen con el propio consentimiento.
Los desencadenantes de una infidelidad son tan variados como quienes los cometen. Sin
embargo las estadísticas señalan que entre los motivos más comunes pueden citarse:
convivencia
la insatisfacción emocional
la inseguridad personal que lleva a confundir una infidelidad con un logro personal
Conviene aclarar que mundialmente existe lo que podría llamarse una “doble moral” respecto de
la infidelidad, especialmente en cuestión de género: nunca será igual visto un “hombre infiel”
que una “mujer infiel”, pues en el primer caso se entiende como propio de la naturaleza
masculina y consolida un falso prestigio vinculado al éxito y la seducción. En el caso de las
mujeres, la infidelidad es socialmente más castigada pues se relaciona con la falta de principios,
la promiscuidad y la traición.
Tal vez por esta razón es que las mujeres tienden a sentirse más culpables y suelen confesar su
accionar frente a su pareja con mayor facilidad que los hombres.
En todos los casos una infidelidad representa la ruptura de un vínculo que fue establecido con
libertad (generalmente), madurez y compromiso. Lo que suceda después de comprobada la
infidelidad será producto de la educación, contexto y tolerancia de cada uno de los integrantes
de la pareja para consigo mismos y para con el compañero.
Cuando una pareja enfrenta una situación de infidelidad, enfrenta nada más y nada menos que
una crisis que puede tener los más inesperados resultados. Si bien superar este trance suele
ser bastante difícil, no por eso es imposible y su resolución, en cualquier sentido, dependerá
de múltiples factores.
Indispensable para sobreponerse a las sensaciones más viscerales que puede generar una
infidelidad es la comunicación. La búsqueda permanente de no caer atrapado por la rutina y las
costumbres que son los principales desencadenantes de una ruptura, es, en estos casos, el más
adecuado camino para prevenir un desenlace de esta naturaleza.
Al iniciar una pareja, muchos son los valores que se ponen en juego, muchas las expectativas,
confianza y compromiso. Sin embargo, el tiempo suele ir desgastando esos conceptos y la apatía
o el desencanto pueden invadir la vida de quienes han prometido sostenerse mutuamente. Pero
la consideración hacia el otro como ser independiente y autónomo, conocerlo en sus gustos,
preferencias, deseos y sentimientos, puede convertirse en la mejor arma para no tener que
atravesar por una infidelidad.
La infidelidad no es un motivo en sí mismo para romper una relación, sino que desenmascara y
pone al descubierto cientos de fallas y grietas por donde escaparon aquellos sentimientos que
dieron origen a un proyecto en común. Evitar estas “perdidas” conlleva esfuerzo, dedicación,
empeño, respeto y tiempo de atención a lo bueno que hay que potenciar y a lo malo que debe
ser resuelto para que el proyecto funcione.
Sin embargo, una vez ocurrida la infidelidad por parte de cualquiera de los miembros de la
pareja, surge la pregunta: ¿Qué hacer ahora?. Muchas opciones no existen: o siguen juntos
tratando de sobreponerse al mal rato, renovando esfuerzos y compromisos, o bien, separan sus
caminos, al menos, durante un tiempo. Si la decisión es continuar, este es el trabajo más arduo
que ha de enfrentarse y lo adecuado será seguir sin reproches ni venganzas, asumiendo que si
la pareja desea regresar es porque ha recapacitado y vuelto a priorizar valores que tal vez creía
perdidos.
Si en cambio, uno de los dos (o ambos) deciden separarse, tal decisión implica aceptar los duros
momentos que vendrán hasta lograr una total adaptación de sus vidas sin el otro, porque si bien
es cierto, que esa persona ha sido responsable del desagradable momento vivido, de la mentira
o el engaño, también lo ha sido de buenos momentos compartidos, de sueños en común y
esfuerzos compartidos, especialmente cuando hay hijos frutos de esa unión.
Hablar lo sucedido, desde la madurez de una relación adulta, será lo más sano para ambos.
Nadie puede saber qué sienten, sueñan o temen, sino los propios miembros de la pareja. En
estos casos, “los de afuera” poco tienen para decir o recomendar en ningún caso, y sólo quienes
han transitado un camino en común sabrán si desean continuar caminando juntos o ha llegado el
momento de terminar una relación que, si bien fue pensada para siempre, nadie podrá jamás
garantizarlo.
Los expertos aseguran que hay tantos motivos para ser infieles como hombres y mujeres
hay en el planeta. Eso es cierto desde el punto de vista de la diversidad, los temores y las
inseguridades que conlleva cada ser humano que enfrenta el compromiso de sostener “para
siempre” una relación afectiva. Pero aunque a veces parece fatalista, la infidelidad no es nunca
la razón por la cual una pareja rompe dicho compromiso, sino el indicador de muchos otros
factores y situaciones que eran imposibles de afrontar en la pareja desde bastante tiempo antes
de que la infidelidad sacara tal crisis a la luz.
El “amor eterno”, la pareja “para toda la vida” o la convivencia “hasta que la muerte los separe”,
suelen ser demasiado para muchas personas que buscan excusas y maneras de escapar de tales
presiones culturales. Pero también dicen los expertos que es posible prevenir una
infidelidad. Y el primer punto en ese sentido es asumir que el “amor” es “eterno” mientras
perdure y que la pareja puede ser feliz “toda la vida”, todo el tiempo que decidan estar juntos.
Quitar connotaciones de peso y carga a tales términos podría ayudar a entender que nada es tan
“inmortal” como nos empeñamos en que sea.
Aquí dejamos algunos tips, que los especialistas sugieren como infalibles para evitar el amargo
momento de descubrir una infidelidad:
Procure mantenerse físicamente atractivo para su pareja. Una buena apariencia ayudará
posible. Propóngase al menos una vez por semana tener un detalle para con él/ella: una cena
romántica, una flor, un dulce, pueden obrar milagros en el arduo camino de la cotidianeidad.
Hágale saber a su compañero/a que la intimidad y el sexo son igual de importantes para
Ud. como para él/ella. Ábrase a la experiencia de nuevas sensaciones con su pareja renovando
constantemente el placer del sexo compartido. Si desea ser un/una excelente amante, no dude
en buscar ayuda profesional y dedique tiempo a conocer los intereses y gustos de su pareja
aprendiendo juntos.
Conserve la honestidad y el respeto. Hay ciertas fronteras que una vez traspasadas
resulta imposible dar marcha atrás. Sea cariñoso/a, cortéz y respetuoso y obtendrá lo mismo.
Dedique tiempo a escuchar a su pareja, a comunicarse desde la sinceridad y el afecto. A
recordar juntos los buenos momentos compartidos y el motivo por el cuál eligieron estar juntos
y emprender unidos el camino del amor. Renueven sus votos de amor y cuidados.
Manténganse unidos. Hagan de su vida un bastión invulnerable a la influencia de
extraños. Esto no quiere decir convertirse en seres aislados del mundo, sino seguros y
fortalecidos en su decisión de estar juntos. Reflexionen juntos sobre los motivos por los cuáles
Sin embargo, hay una regla de oro: “nadie es tan listo como para no dejar huellas…”. En este
sentido podemos agregar que “nadie es tan ciego como para no verlas”. Sutiles cambios de
hábitos, discretos llamados telefónicos, ausencias más extensas de lo habitual, suelen pasar
desapercibidas para quien conscientemente no quiere darse cuenta que algo diferente está
invadiendo la vida de pareja.
Si bien la infidelidad femenina es muy distinta a la masculina, hay ciertos patrones en común
que obligan a reflexionar sobre la continuidad de una pareja en esos términos. A continuación
enumeraremos los indicios más habituales de que una infidelidad está llevándose a cabo o a
punto de comenzar:
La presencia de todos estos síntomas, o algunos de ellos, no representan garantía alguna de que
se está cometiendo una infidelidad. Sin embargo obligan a abrir los ojos, prestar atención y
prevenir futuros trastornos en la pareja.
Ahora bien, si consideras que no tienes pruebas suficientes para aseverar que tu pareja es infiel
pero tus sospechas son cada vez mas fuertes, existen otros métodos más confiables (y tambien
más costosos) para lograr una certeza del 100%: los detectives privados.
Pero como una pareja está compuesta por un hombre y una mujer, y ambos sexos no se
comportan ni reaccionan de la misma manera frente a idénticas circunstancias, es oportuno
señalar las diferencias.
En el caso de las mujeres, hay estudios que demuestran que el principal factor de infidelidad es
la rutina, el aburrimiento y el deseo intenso de recuperar el encanto de una relación sentimental.
Si bien hay ciertos componentes físicos, predominan las sensaciones de vitalidad y
rejuvenecimiento que le produce sentirse nuevamente deseada, admirada y contenida. Contraria
a la creencia colectiva, la mujer es tan infiel como el hombre. Para poder detectar
una infidelidad femenina bastará con tener en cuenta algunas actitudes como cierto sarcasmo
en su manera de hablar, retrasos laborales más frecuentes, poco interés en el sexo y en
recuperar la relación.
En cuanto a los hombres, las infidelidades están más ligadas al sexo y por lo general poco tiene
que ver con el aspecto sentimental de la relación. El apetito sexual masculino busca saciedad en
una relación clandestina, y al ser preguntados, muchos hombres no lo consideran como una
"traición". Una particularidad es que una vez satisfecha su necesidad de sexo, la relación suele
finalizar. Una infidelidad masculina es detectable por las frecuentes llamadas "misteriosas",
demoras "laborales", aspecto más arreglado, gastos que no pueden justificarse, etc.
Para algunos, la infidelidad es un acto carnal. Para otros, sin embargo, bastará con una simple
intención de deseo para demarcar el inicio de una infidelidad. Lo cierto es que no hay un límite
específico, sino una percepción específica para cada persona que indica cuándo una conducta
pasa a ser inmoral, inapropiada, o simplemente: infiel.
Se entiende por infidelidad, en el sentido estricto de la palabra, a “la falta de fidelidad”, es
decir, al incumplimiento de pactos explícitos o tácitos entre dos o más personas. En el sentido de
parejas, la infidelidad se entiende como la falta de fidelidad y apego (sentimental, respetuoso)
entre ambas partes de la pareja, sea cual sea su vínculo de unión.
La infidelidad puede ocurrir en múltiples planos. Desde el físico hasta el emocional, e incluso en
conductual. Dependiendo del diálogo y de las condiciones internas de la pareja, puede explicarse
el comienzo de una infidelidad en el momento del acto íntimo extramatrimonial o externo a la
pareja, o también como la mera intención de infidelidad. Cada pareja tendrá, entonces, un límite
propio que demarque el comienzo de la infidelidad.
Por lo mismo, no se puede explicitar el comienzo de una infidelidad como un momento específico
que sea aplicable a todas las parejas y relaciones. Para una parte de la pareja, la infidelidad
puede comenzar en la consecución del acto físico: su pareja besando, tocando o teniendo
intimidad física o sexual con otra persona. Al mismo tiempo, para la otra parte de la pareja, la
infidelidad pudiera comenzar en un simple sueño, en un deseo oculto o expreso, o en una
mirada a través del salón con otra persona.
De igual modo, la infidelidad puede tener sus límites flexibles dentro de las parejas. Es bien
sabido que las parejas swinger (que practican actos de intimidad con otros, previo consenso con
sus parejas), o las parejas que permiten el adulterio previo consentimiento, poseen un código
propio de infidelidad, que dictamina cuándo está “bien” y cuándo está “mal” cometer el acto de
infidelidad, sea físico o –mayormente- emocional.
Los celos, la incertidumbre y la baja autoestima son algunos de los motores que impulsan tanto
el descubrimiento de una infidelidad, como también su aparición. La confianza y el diálogo son,
entonces, las mejores armas de batalla, tanto para la prevención de la infidelidad, como para su
descubrimiento, manejo, y potencial aceptación y perdón.
Se debe recordar que no todo acto de intimidad fuera de la pareja conduce o significa un acto de
infidelidad. Muchas personas encuentran incompatibilidades en gustos y apreciaciones con sus
parejas, que hallan presentes en otros. Así, se suele encontrar compañeros de trabajos, de
hobies, de actividades de todo tipo, con quienes se comparte una intimidad especial, sin que ello
suponga un acto infiel. Nuevamente, la comunicación abierta y respetuosa y la honestidad en las
comunicaciones son esenciales para evitar malos entendidos, y para permitir espacio vital a la
otra parte en toda relación de pareja.
Infidelidad
Para otros usos de este término, véase Infidelidad (desambiguación).
Motivos
Tanto en humanos como otros animales se suelen combinar las dos tácticas reproductivas
opuestas: la monogamia y el adulterio, aunque históricamente muchas sociedades se oponen a
esta última. Las causas de la infidelidad humana son múltiples, relacionadas con
el temperamento y la historia erótica individual; puede ser insatisfacción, aburrimiento, búsqueda
de novedad,narcisismo, venganza, desenamoramiento, soledad, la habilidad de conquista del
tercero involucrado, necesidad de amor; etcétera. 3 4
Vale resaltar que la tipificación de la conducta infiel, así como sus sanciones, varían de acuerdo a
los consensos individuales y sociales. Esto da píe a clasificar como infidelidad tanto a las
relaciones basadas únicamente en atracción y relaciones sexuales, por un lado; o relaciones
afectivas de índole erótica sin contacto sexual, por el otro. 4
[editar]Perspectivas científicas
Frecuentemente se refiere a la infidelidad como una de las problemáticas principales que
conflictúan las relaciones amorosas monógamas. Su descubrimiento generalmente trae emociones
desagradables como tristeza, baja autoestima e ira para el miembro “engañado”, quien en muchos
casos suele retirar toda la confianza depositada en la pareja; aunque no necesariamente signifique
el final de la relación.5
¿Por qué a mí?, te habrás preguntado alguna vez. La respuesta es obvia: el problema no sos vos
sino ellos. Los hombres engañan, por diversas razones, pero siempre engañan… Con humor, la
autora de la nota nos cuenta qué los lleva a “meternos los cuernos”.
Sabemos que, de todas las preguntas que te hacés al saber que te están engañando, la
más importante de todas es la de “¿por qué?”. De todas las demás – cuándo, dónde,
cómo, con quién – no vas a aprender nada pero el “¿por qué?” es la única pregunta que
nos diferencia de un animal.
Entonces, analicemos las causas de la infidelidad en los hombres. Hay una verdad: lo
hacen porque si. Sabemos que un 40% de los hombres tiene un gen que puede inducirlo al
pecado si no es muy civilizado, que lo hacen en momentos de crisis, por someterte, o por
sentirse más vivos que vos. Pero hay más razones…
Por una crisis de la mediana edad. Hay un momento en la vida de un macho en que de
golpe se da cuenta de que se está quedando sin pelo, sin fama y con algunos kilos demás.
Esto los asusta y quieren retroceder el tiempo para ver dónde dejaron la billetera. No les
gusta ver que el tiempo pasa y que con él, las oportunidades de conocer, por ejemplo, a
Pamela Anderson, se reducen estrepitosamente. Para el cuarentón traumatizado es muy
importante sentir que puede atraer a una jovencita, aunque sea a través de la banda
magnética de su tarjeta de crédito. Que una jovencita les de cinco minutos de pelota a
ellos los hace sentir que les crece el pelo donde más le falta, y se les depilan las canas
mágicamente. Por eso, esta situación se conoce como “tirar una cana al aire”.
Para romper la rutina. Hay hombres que creen que la vida debe ser una aventura sin fin
de acontecimientos excitantes que los llenen de adrenalina. De estas personas, algunas se
dedican a las carreras de autos; las que tiene menos dinero se deslizan montaña abajo
trepados a un carrito de supermercado; y, los que tiene menos dinero aún, meten los
cuernos. Finalmente logran su cometido: nada brinda más adrenalina y rompe tanto la
rutina como una esposa furiosa.
Para aumentar su autoestima. A veces los hombres están tan preocupados por medir su
performance sexual fuera del lecho conyugal, que hacen lo imposible por tratar de
levantarse a una mujer a la que puedan mostrar como trofeo sexual, que les haga sentir
su valía como conquistadores y les restituya la seguridad en la total integridad de su
verdadera hombría, haciéndoles sentir que su virilidad está sana y en pie, que él sigue
siendo un atractivo ejemplar macho, un importante semental de admirable potencia y un
apetecible latin lover para cualquier mujer ya que conserva todo su sex appeal en plena
forma. A esto, ellos lo explican como “Bah, no significó nada”.
Por falta de sexo en la pareja. Debatiendo dos hombres si las mujeres tiene sexo por
amor o por interés, uno le dijo al otro:
- La mía lo hace por amor...
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque lo que es interés, no pone ninguno.
El sexo es jugar con el cuerpo del otro con cierto grado mínimo de entusiasmo. Es decir,
quien no siente ganas de hacer una ensalada por diversión, no se molestará en intentar
el sexo, que es algo más condimentado. La cama es un lugar donde se suele saldar
cuentas con alarmante frecuencia. A veces de manera inconsciente, uno termina
vengándose del otro a través de una forzada abstinencia sexual, que puede llevar a que
quien lo hacía poco, que acabe olvidando hasta cómo se hacía.
En fin, hay mil motivos locos más para meter los cuernos, como buscarse una amante
espantosa para poder idealizar y valorar más a la esposa, tratar de probarse a sí mismo
que es más macho que su padre, buscar amantes que sean iguales a mamá o,
simplemente, hacerlo porque su esposa lo permite, porque ya sabe que si su marido se
siente culpable, acabará reparando la persiana rota.
Triste pero real: en definitiva, la infidelidad es muy útil para reparar persianas.
Ana von Rebeur , autora de “¿Por qué cuernos me engañaste?” Ed. Norma –
http://porquecuernosmeenganiaste.blogspot.com
http://www.esmas.com/mujer/interactiva/481338.html
Las 9 razones más comunes por las que 'ponemos los
cuernos' son por satisfacer las necesidades no halladas con
la pareja
Una de las peores traiciones hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad. Generalmente
pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad es el resultado de la
crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales,
emocionales o intelectuales que su pareja no le da.
La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan. La lista de razones
es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden en que en todas se
intenta satisfacer las carencias en la pareja:
3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso,
quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no
encuentra en su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, en la cama no encontramos
nada excitante, nos vengamos teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque estamos
enojados con nuestra pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo nuestras fantasías
sexuales.
7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la pareja está de acuerdo en que tengamos relaciones
extramaritales, porque es consciente de que necesitamos satisfacer las deficiencias que existen en
nuestra propia relación.
9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que
se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.
La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atravesamos como pareja. Si buscamos
en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que
buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades. Sin embargo, superar
la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja.