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UNIDAD 7

LA PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES Y ADOLESCENTES HOY. INCIDENCIAS EN EL


PROCESO IDENTIFICATORIO

En la unidad 7, tomamos como eje la participación y cómo se vincula con


el proceso identificatorio.

Objetivo: Promover el desarrollo de instrumentos teórico-metodológicos de


investigación y análisis para conocer e interactuar con adolescentes y jóvenes
en diversos campos de la realidad social y de la práctica profesional.

Preguntas que nos permiten pensar esta unidad:


❖ ¿Cuáles son algunos ámbitos y modos de participación adolescente y
juvenil?
❖ ¿Cuáles son algunas incidencias en el proceso identificatorio?
❖ ¿De qué manera la participación incide en los procesos identificatorios?

Vemos un video de una adolescente activista que lucha por mujeres más
independientes (que estudien, se reciban, trabajen) y menos acosadas en la
calle. Esta adolescente conforma una organización con más adolescentes.
Pertenece a un grupo territorial específico. >>> Aquí vemos presente una
experiencia de socialización y también de participación. Hay transmisión de
valores que aglutinan, que constituyen un grupo que está plasmado en un
sentimiento de territorialización, comunalidad y solidaridad ante una
problemática. La expresión “territorialización”, hace referencia a un grupo que
se constituye en territorio. Comunalidad refiere a un lugar común, a una
problemática, en este caso el acoso. Y solidaridad refiere a varias personas
interactuando, generando una red, es lo que nos permite hablar de la
constitución de un colectivo que tiene un objetivo. En este caso, este objetivo
no está ausente en el mundo, porque lo que se denomina como feminismo
emancipatorio ya existe (en todas las formas de feminismos que hay). Se busca
a través de lo popular o de la construcción colectiva del territorio, proponer
soluciones que el estado no ha dado lugar. El estado no tiene una política
contra el acoso callejero. Sin embargo, los actores pueden participar de la vida
pública y social, y establecer redes de comunalidad, pluridiversas. Lo que
interesa en esta organización (la del video) es que cualquier actor luche por ese
interés.
La secuencialidad con la que se dan algunas leyes en distintos países del
mundo, Argentina como pionera en América Latina, tiene que ver con un
diálogo con otros lugares, no sólo hay lucha dentro de Argentina.
Cuando hablamos de participación, de estar con otros, se pueden ver
estas cuestiones identificatorias. Estamos hablando de cuestiones sociales, el
sentir que pertenezco a un grupo, que formo parte de él, que participo y me
comprometo, puede tener que ver con el proceso de constitución psíquica de
alguien. Un ejemplo muy claro: En las escuelas donde funcionan bien los
centros de estudiantes, está comprobado que hay menor degradamiento, o sea,
que el sentido de pertenencia que se desarrolla en esos estudiantes en la
escuela, es mayor que quienes participan de otras instancias colectivas, porque
formar parte de esos colectivos, hace que también el desarrollo de integración a
la institución escolar sea mayor. Ahí se mueven entonces múltiples
identificaciones, por un lado, las ligadas a la escuela, por otro al estar juntos, a la
sociabilidad, el simple placer de pertenecer al centro de estudiantes, pero
también hay muchos centros de estudiantes, entonces el diálogo es mayor, se
aprende a participar en la vida democrática ciudadana también en esos
colectivos. Esto se debe a que se ejercitan formas de ciudadanía y de
participación, que están en otras esferas de la vida democrática. La
participación incide también en la construcción identificatoria de esos sujetos
como ciudadanos, no solamente como estudiantes de una escuela. Es muy
importante la participación en adolescentes y jóvenes.

Maristela Svampa toma algunos ejes que son importantes para


comprender cómo es la participación hoy. Dice que las matrices político-
ideológicas que atraviesan el espacio militante se han modificado. Hoy la
militancia que tenemos, no es la misma que la de la década del 60 o del 70. Los
modelos para participar, incluso en adultos, adolescentes y jóvenes, los modelos
y las formas de participación han cambiado. En el nuevo imaginario social están
presentes, muy fuertemente en el feminismo, la idea de descolonización, de
emancipación y de estado plurinacional, en general las luchas tienden a
defender sus territorios. Los pueblos originarios tienen ciertos intereses que no
son los mismos de otros grupos sociales. Con descolonización se refiere más
que nada a la mirada eurocéntrica, es decir, describir al imaginario social y a
todas las representaciones desde la mirada que nos ofrece Europa respecto de
eso.
Esta idea de estado plurinacional, tiene que ver con un estado que no se
remite a un territorio específico, sino que económicamente las naciones están
atravesadas por un circuito financiero que va mucho más allá del territorio
limitado geográficamente. Globalmente hay una intersección de organismos
multilaterales como el FMI, que han atravesado esta idea de ciudadanía o de lo
que entendemos por nación. Eso tiene que ver, con que cuando se realizan las
demandas en territorio sobre las problemáticas que construimos, están
atravesadas también por miradas que provienen de países que tienen un peso
hegemónico en la parte económica, por ejemplo de América Latina, que está
atravesada por el FMI por ejemplo y otros organismos, que establecen políticas
culturales o de educación, con una exigencia de cómo tienen que ser esos
países y los modelos de desarrollo. Esas son otras formas de colonizar. La
emancipación cuando se plantea en términos de participación, también se
plantea en términos de esa lógicas económicas que compiten con lógicas de la
vida en cada territorio, son lógicas de capital que también imprimen valores
culturales y demás.
Otra cosa que dice Maristela Svampa, es que los espacios de organización
comunitaria son diferentes en América Latina. La autoorganización comunitaria
del video que vimos es bien local, con una problemática más específica.
Efectivamente, ahora los movimientos no son en grandes masas, sino que
aparecen de manera más fragmentaria por intereses locales en América Latina.
Es importante considerar las modificaciones en las formas de
participación. Por ejemplo, Maristela Svampa habla de la organización
comunitaria indígena, la nacional popular, otras formas de resistencia que
aparecen en movimientos que tienen una tradición de izquierda, y también
habla de memorias cortas o de formas de agrupación en esa militancia que
denomina ella la nueva narrativa autonomista, que son estas militancias locales,
territoriales, de asambleas (como es el caso de la protagonista del video). Serían
otro tipo de narrativas, más cortas.

Participación:
● Modo de apropiación del espacio público.
● Uso expresivo simbólico del espacio y además un acto de posesión. Puede
ser una militancia o no.
● Recuperación y renovación de sentidos sociales y culturales construidos.
Siempre que se participa de algo, la idea es buscar una transformación,
puede ser en términos de emancipación (o no), de renovar sentidos que
están presentes en el campo social y cultural.

Identidades juveniles
Para hablar de participación, no hablamos de participación adolescente.
Siempre que hablamos de participación, nos estamos refiriendo a jóvenes
porque los campos sociales que más estudian a jóvenes, provienen del campo
de los estudios culturales. En la investigación se dividieron las aguas: el campo
psi se dedicó a estudiar a los adolescentes, y para hablar de jóvenes, el campo
social, psicosocial o de los estudios culturales. Generalmente entonces no se
habla de identidades adolescentes, sino de identidades juveniles en plural,
porque no existe una identidad unificada.
¿Qué pasa cuando uno forma parte de un grupo? Cuando uno forma
parte de un grupo, uno participa, hay que pensar que de alguna manera se
desarrolla un proceso de identificaciones, pero ese proceso no es permanente.
Yo puedo estar en un grupo, pertenecer a él, eso se va renovando, esas
identificaciones se van modificando, o puedo participar en varios grupos
simultáneamente, o participar en distintas instancias, una más cultural otra más
política, etc.
Las identificaciones son siempre abiertas, son temporarias. Cuando
decimos que se detectan a partir de marcas específicas, nos referimos a que
hay algún atributo o cualidad con la cual uno se identifica. Por ejemplo, en el
caso del video, para participar en ese grupo, hay una franja etaria determinada,
se tiene que compartir algo común como es la preocupación por el acoso
callejero, se puede compartir además un lugar de residencia, un territorio
similar geográficamente donde también ocurren otro tipo de problemáticas,
pero también es cierto que este tipo de localizaciones pueden superar el lugar o
que esté en diálogo con otros territorios. Gracias a las redes sociales, por
ejemplo, hay un proceso de trans territorialización, y estas jóvenes pueden
identificarse con procesos de lucha que se están realizando en otros territorios,
y llevarlos a cabo en la propia localidad.
Cuando hablamos de juventudes no nos estamos refiriendo a un grupo
etario, estamos hablando de un proceso de transformación subjetivo donde
está fuertemente presente esta idea de participación, de ciudadanía, de
expresión o producción cultural, y como un modo de subjetividad, una manera
de pensar y de sentir, pero que en ciencia cierta no remite a un grupo con una
cronología de una edad determinada.

La juventud como construcción sociocultural discursiva de una época


La juventud, dicho por Rosana Reguillo, aparece como una construcción
social, cultural y discursiva de una época. Esto quiere decir que en las distintas
épocas de la vida, en los distintos momentos históricos, lo que se entendió por
juventud no es lo mismo. Lo que se entendía por ser jóvenes en la época de la
posguerra o con el fenómeno de la década del 60 o 70, como una juventud más
contestataria, no es lo mismo que lo que se entiende hoy, en una época de
postestructuralismo, postmodernismo, donde existen las mismas
problemáticas, pero también el panorama cultural se presenta más globalizado,
transterritorial.

Reguillo habla, que en los años 90, se produce un desencanto y


descrédito en lo social de todas las utopías y que eso impactó fuertemente esa
década en la participación juvenil.
En los 90 acaeció una crisis económica muy fuerte en la Argentina, con un
predominio de la ideología del mercado, un capitalismo muy fuerte con mucho
desempleo, una economía de ajuste, en donde se individualizó mucho la
participación política, se segmentó la sociedad y eso impactó en los modos de
participación juveniles. No sólo en Argentina, sino en América Latina en general.
Reguillo, que es una antropóloga mexicana, en un texto que se denomina
“La emergencia de las culturas juveniles”, refiere a lo que ocurre en esa década
por el avance de las políticas neoliberales, la desaparición de las grandes
oposiciones en las estructuras de poder. Hay un proceso de reorganización de
los estados, una declinación de la sociedad patriarcal, transformación en las
familias, avance de la pobreza, vaciamiento en lenguaje político, transformación
del sistema educativo, se configuraron nuevos espacios de participación. Todo
eso incidió en la manera en la cual se empezó a concebir la idea de
participación política en los jóvenes. Aparecieron los discursos y las “políticas del
miedo”, lo que hoy todavía esto está muy presente, se les tiene miedo a los
jóvenes y a su participación en distintas esferas. Se los asocia con el fenómeno
de la drogadicción, lo que se denomina demonizar un sector, y eso tiene que ver
con cómo se vio la participación. Hoy en día se tiene miedo a la creación en
algunas escuelas de centros de estudiantes, o se tiene miedo a cualquier
colectivo que puedan instaurar en un espacio social como la escuela.

Con Octavio Falconi analizamos un texto sobre la toma de las escuelas


secundarias. Las tomas ocurrieron en el momento en que se buscaba que se
aprobara la ley de educación superior, una educación gratuita y los estudiantes
tomaron las escuelas para pedir presupuesto, mejoras en las instalaciones, etc.
El ministro de educación decidió, por temor, que se los sancione por no ir a la
escuela. Temor por el desentendimiento de no saber lo que es un joven. Y
porque opera este imaginario del miedo, de que hay que operar con
autoritarismo y control porque se les tiene miedo, una manera de obligarlos a ir
a la escuela era decir que los chicos no estaban yendo a la escuela pero en el
sentido de decir que estaban ocupando la escuela. A veces los adultos
actuamos desde este imaginario, adoptamos medidas de control, de represión
y autoritarias, para poner límite al protagonismo juvenil y a su participación por
desconocimiento de lo que son los procesos de participación y la importancia
que tienen en las identificaciones y en la constitución psíquica.
Desde el 2000 hasta hoy, hay una cuestión muy importante en
contradicción con eso que se viene hablando, que es la consideración de los
jóvenes como sujetos de derechos. Luego se los vio como merecedores de
políticas públicas, y hoy los jóvenes toman parte del proceso de transformación
política y social en clave de género, pero también en los fenómenos de justicia, y
se han empoderado en los procesos de transformación, es decir, han acaecido
cambios. Sin embargo, existe esta resistencia del mundo adulto fuertemente,
que desvaloriza, descalifica por temor, las producciones y los procesos de
participación.
Hay una autora, Gabriela Rotondi, que habla de la agremiación y la acción
juvenil en espacios educativos. Es una investigación del 2010-2011. Esta
investigadora cordobesa, habla de la importancia de los centros de estudiantes,
de las representaciones sociales y políticas que se construyen en torno a la idea
de ciudadanía. Hace un análisis de una normativa que hay en el Ministerio de
Educación, por lo cual se exhortaba y se obligaba en el 2010, la resolución 124, a
que los estudiantes conformaran de manera obligatoria en las instituciones los
centros de estudiantes. ¿Pero qué pasa con eso? La crítica que hace Rotondi, es
que esos procesos fueron manipulados por los adultos, porque uno no puede
mandar una normativa, y exhortar a que algo se genere, cuando eso deviene de
la participación espontánea o autoconvocada por los jóvenes. No puede ser algo
impuesto. Entonces, lo que ocurrió con los centros de estudiantes en ese
período, a pesar de la buena voluntad, es que existió falta de autonomía por
parte de los estudiantes en cuestiones organizativas, para realmente
empoderarse de sus derechos. Por el carácter disciplinario que tiene esta
resolución en sí misma, que decía incluso cómo debían hacer los centros de
estudiantes, era una operación de una gran simplificación, también que no
consideró ni entendió de qué se trata la participación juvenil, y menos aún las
incidencias que tiene en el proceso identificatorio, porque no es una manera de
generar participación.
Como conclusión, Gabriela Rotondi hace una crítica al simplismo de la
medida de la normativa 124 y analiza desde la complejidad, la necesidad de
abrir un debate respecto a las representaciones sociales que están vinculadas a
la acción de agremiar, para poder fortalecer estrategias institucionales al
respecto. Si no se reflexiona sobre lo que implica juntarse con otros en términos
de militancia, agremiarse para la acción juvenil, si no entendemos como adultos
de qué se trata la participación y la agremiación, no podemos generar
condiciones institucionales que lo habiliten. De ninguna manera una política
institucional para favorecer una acción de agremiación, puede ser solamente
una resolución, sino que hay que fortalecer estrategias institucionales para
evitar que los jóvenes caigan en la manipulación.

Es muy importante tener en cuenta todo esto, como futuros psicólogos,


que no son actos de transgresión o a los que hay que tenerles miedo, sino que
hay que comprender de qué se trata. Si podemos colaborar en la comprensión
de algo que es un proceso constitutivo de la subjetividad, y no el terror, vamos a
colaborar a que los adultos actúen en pos de un proceso constitutivo de
subjetividades, y a lo mejor, canalizando una demanda política, como
verdaderos protagonistas de la historia y no reprimiendo la demanda política,
hay que canalizarla. Si queremos gente que transforme el mundo, no podemos
tener sujetos pasivos. Tenemos que estar a la altura, no reprimir como adultos.
Esta es la idea de participación, el valor que tiene en la identificación, en
la constitución subjetiva.
La joven protagonista del video, está constituyéndose como ciudadana
desde un lugar de liderazgo en algún lado, que no va a ser solamente ahí, sino
que va a aprender a gestionar un montón de cosas: su vida personal, su relación
con otros, sus vínculos, una institución, trabajar. Entonces no es una experiencia
pequeña.

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