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Del Carmen, Julia

De qué hablamos cuando


hablamos de autogestión? :
Experiencias de Autogestión :
Una descripción y un
acercamiento a la práctica
autogestiva
Tesis presentada para la obtención del grado de
Licenciada en Sociología
Director: Battistini, Osvaldo Rubén

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Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y
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Cita sugerida
Del Carmen, J. (2009) De qué hablamos cuando hablamos de
autogestión? : Experiencias de Autogestión: una descripción y un
acercamiento a la práctica autogestiva [en línea]. Trabajo final de
grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación. Disponible en:
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

TRABAJO FINAL

¿De que hablamos cuando hablamos de autogestión?


Experiencias de Autogestión: una descripción
y un acercamiento a la práctica autogestiva.

Alumna: Del Carmen, Julia


Legajo: 74232/4
Correo electrónico: julscnlp@yahoo.com.ar
Director: Dr. Osvaldo Rubén Battistini
Co-Directora: Dra. Mariana Busso
Fecha: 30-6-2009

1
Índice

Resumen 3

Términos claves 5

Introducción 6

Primera etapa

Marco Teórico 12

Consideraciones metodológicas 19

Caracterizando el mundo de la autogestión 27

Segunda etapa

La autogestión en nuestros días… 38

¿De qué hablamos cuando hablamos de autogestión? 42

Las empresas recuperadas autogestionadas por sus trabajadores 46

El Tolosano 49

Entre embutidos y reses 53

Conclusiones 68

Bibliografía 73

2
Resumen

En la presente tesis exponemos resultados de una investigación realizada en el año

2008, sobre la emergencia de experiencias de procesos de autogestión en un contexto de

desempleo y pobreza en Argentina. Entendemos por procesos de autogestión a las

“nuevas”1 experiencias de organización del trabajo donde trabajan todos sus miembros en

relación de igualdad entre sí, y las decisiones son tomadas mediante espacios colectivos

democráticos, un socio un voto, constituyendo una organización, que claramente sugiere

una ruptura con las tradicionales relaciones asalariadas en el mundo del trabajo,

experiencias surgidas de manera masiva a partir de la crisis del 2001.

Así, en una primera etapa, se intentó dimensionar mediante un relevamiento

cuantitativo, las principales características de dicho universo.

Así, nuestro estudio se divide en dos apartados. El primero es estrictamente

descriptivo mediante la presentación de un relevamiento estadístico, delimitado por tres

grandes zonas geográficas (Gran La Plata, Conurbano Bonaerense y la Ciudad de Buenos

Aires), y el recorte histórico refiere a los años 2007-2008, donde se observará la

multidimiensionalidad, tanto de formas como de actores.

En un segundo apartado, mediante el uso de técnicas cualitativas se tratará de

avanzar hacia una posible caracterización y, de allí, a una problematización de la práctica

autogestiva, en base a la idea de ruptura con las relaciones asalariadas capitalistas,

utilizando distintas categorías como: relaciones sociales de producción,

alienación/enajenación, relaciones asimétricas, plusvalía, fuerza de trabajo y explotación.

Entendiendo que es un campo poco explorado, por lo que merece una especial

atención y un acercamiento crítico, nuestro objetivo principal, en este apartado, será el de

indagar acerca de la práctica autogestiva, mediante el acercamiento a un caso de una

1
Utilizamos la idea de novedad en referencia a que es un fenómeno que tuvo su gran esplendor en el
período 2001-2002, y que por tanto es reciente, tanto en términos históricos como conceptuales

3
empresa recuperada autogestionada por sus trabajadores2, intentando identificar actores,

elementos y problemáticas principales.

2
El concepto de “Empresa Recuperada” es ampliado por los autores, entendiendo que de esta manera
no de deja por fuera ninguna de las características principales de las unidades productivas
recuperadas.

4
Términos Claves

Autogestión

Economía Solidaria/Social

Organización del trabajo

Recuperación

Estado

Ruptura

5
Introducción

Esta investigación surge con la intención de describir y explorar la organización del

trabajo, conocida como “Trabajo Autogestionado”. Este tipo de organización es

actualmente conformada por distintos actores, algunos de los cuales comenzaron a trabajar

autogestivamente a partir del contexto de crisis del año 2001, donde se ubica la aparición de

nuevas formas de protesta y acción colectiva3.

El 2001 representó una de las más graves y profundas crisis en la historia de nuestro

país, desencadenada con las jornadas de los días 19 y 20 de diciembre.

Este período tuvo como protagonista, una sociedad altamente movilizada. Dicha

efervescencia, se mostró en la movilización de amplios sectores de la sociedad argentina:

trabajadores, desocupados, jubilados, estudiantes, partidos políticos, movimientos sociales,

etc. En ese contexto nacen, o se recrean, distintas y variadas formas de protesta y acción

colectiva: las asambleas barriales, los trueques, las empresas recuperadas, entre otras. El

caso de las empresas recuperadas, en particular, tuvo una gran repercusión, no sólo como

forma de protesta sino como una respuesta ante la perdida de la fuente de trabajo, dada por

el quiebre de las empresas, atravesada por la inmediatez de la gravedad de la pérdida de

fuente de trabajo y ante el abandono o quiebre de las distintas unidades productivas por sus

patrones, en un contexto desolador de desocupación y desfragmentación social, o lo que

llama Castel (1991) “desafiliación”.

Esta situación político-económico y social, fue fruto del gobierno menemista en

particular, y de un nuevo modelo de acumulación instaurado con la funesta dictadura militar

conocida como el “Proceso de Reorganización Nacional”, en el año 1976.

3
Esta investigación fue iniciada en el marco de una pasantía desarrollada bajo la dirección del Dr.
Osvaldo Battistini, en el CEIL-PIETTE-CONICET, en el año 2008 y que llevamos adelante junto con
la Lic. Eleonora Bretal.

6
Así, por primera vez en la historia de nuestro país, la sociedad movilizada en las

calles, “derroca” a un presidente constitucional. Fernando de la Rúa4,quien renuncia a su

cargo y en el lapso de tan sólo 10 días, se produce un desfile de cinco mandatos

presidenciales, hecho que denota, por sí mismo, la crisis de representatividad y de

legitimidad, sumada a la crisis social-política y económica.

Entonces, desde una mirada retrospectiva, observamos que: si bien el 2001 no

representó un cambio de modelo económico, o un cambio estructural, nos mostró nuevos

escenarios, renovadas formas de resistencia (como las tomas de fábricas) en el marco de la

acción colectiva5. Aunque, en consonancia con O´Donell, en Ortiz y Schorr “(…) En la

Argentina (…) una consecuencia terrible de la múltiples represiones que ejercieron los

Videla, Martínez de hoz y otros, fue que cargaron el dado fuertemente contra buena parte de

una sociedad paralizada por el terrorismo de Estado y por una brutal venganza de clase. A

partir de entonces, no hizo falta (…) jugadores particularmente buenos para que ganaran

una y otra vez contra los intereses de los sectores populares y medios y, cada vez más, en un

acto típico-en estas situaciones-también contra las fracciones capitalistas más débiles. Y

tanto ganaron algunos que, en varias coyunturas de crisis, ellos pudieron volver a cargar los

dados cada vez más a su favor” (2006:291)

Es así que esta crisis pareció presentar el marco de oportunidades (generado por

defecto), necesario pero no determinante, para este tipo de experiencias. Las

organizaciones, con características participativas, asociativas, horizontales, diferentes a las

“convencionales”, como el caso de los proyectos productivos autogestivos o las empresas

4
Período 1999-2001, gobierno de la Alianza para la Producción, el Trabajo y la Educación que reunía
a la Unión Cívica Radical y al Frente para un País Solidario (FREPASO).
5
La acción colectiva es considerada como “resultado de intenciones, recursos y límites, con una
orientación construida por medio de relaciones sociales dentro de un sistema de oportunidades y
restricciones (...) los actores colectivos “producen” la acción colectiva, porque son capaces de
definirse a sí mismos y al campo de su acción (...) Los individuos crean un “nosotros” colectivo,
compartiendo al menos tres clases de orientaciones: aquellas relacionadas con los fines de la acción;
aquellas relacionadas con los medios, y, finalmente, aquellas referidas con el ambiente(...) pero estos
factores no podrían operar sin la capacidad del actor de percibirlos e integrarlos en un sistema de
interacción e integración de las orientaciones...” (Melucci, 1991)

7
recuperadas autogestionadas por sus trabajadores (de ahora en adelante E.R.A.T), sugieren

un momento de ruptura con las tradicionales relaciones asalariadas del mundo del trabajo.6.

Consideramos pertinente aclarar, que, a nuestro entender, la “novedad” no radica en las

formas “más” democráticas de éstos ( en la historia de nuestro país los trabajadores de

distintos sectores, arrastran tradiciones asamblearias, tomas de fábricas como forma de

protesta y resistencia, como por ejemplo los ferroviarios en la década de los setenta, o un

ejemplo histórico más cercano es el propio caso de las E.R.A.T7, en los años 90,etc.), sino

que la diferencia radica en, como dicen Rebón y Saavedra “(…)aunque redefiniendo la

forma de su realización: preservar la fuente de trabajo y luchar contra los despidos, significa

ahora asumir la dirección de la producción” (2006:23)

El objetivo principal de nuestra investigación radicará en describir este universo del

trabajo autogestivo en general, mediante el relevamiento y análisis de los datos, para luego

preguntarnos ¿Qué características tiene la autogestión en nuestros días? Análisis que

profundizaremos mediante la elección de un caso de E.R.A.T en el desarrollo de su práctica.

Así, los proyectos autogestivos en general, surgen como respuestas sociales al

modelo neoliberal (Palomino,2003:115) se basan, al menos inicialmente, en mantener (en el

caso de las E.R.A.T) y en generar (en el caso de los emprendimientos productivos) fuentes

de trabajo, ya que como, con razón dicen Fernández, Imaz y Calloway, en referencia a las

empresas recuperadas, y que nosotros consideramos pertinente para todo nuestro universo,

“…han accionado como estrategias colectivas de supervivencia en un momento del país con

más de un 20% de trabajadores desocupados y un 50% de su población por debajo de la

6
Si bien la idea de ruptura será explayada en el apartado teórico, adelantaremos al lector, señalando
que nos referimos a ruptura respecto a varios ejes: por un lado respecto a las tradicionales relaciones
asalariadas del mundo del trabajo, por otro respecto a la idea de una participación en el espacio de la
producción, y principalmente en el espacio de las decisiones, donde se trabaja con la idea de la
horizontalidad y participación, rompiendo en los hechos su posición de representado pasivo, por
representante activo.
7
La Primer E.R.A.T en nuestro país fue el caso de Industria Plástica y Metalúrgica Argentina
(IMPA), en el año 1998.

8
línea de la pobreza, donde era muy difícil suponer que perdido el puesto de trabajo, se

pudiera salir de la desocupación” (2006:208)

El fenómeno de las E.R.A.T, tiene en nuestro días, aún, una gran presencia escénica,

como ejemplo, cabe destacar que según fuentes oficiales, en el año 2008, las empresas

recuperadas autogestionadas por sus trabajadores, sumaban un total de 2198 a nivel

nacional, y en lo que refiere a los emprendimientos autogestivos en general, se observa un

crecimiento pronunciado, sobre todo a partir del desarrollo de la economía social/solidaria

como política pública (años 2003-2004)

Por otro lado, en cuanto a los elementos analíticos necesarios para preguntarse

acerca de los procesos de autogestión, nos encontramos con algunos ejes- preguntas que se

basan en puntos conflictivos o poco claros, y que sirvieron como disparadores para la

exploración.

¿Cómo significan la organización del trabajo los actores autogestivos? ¿Qué

alcances y límites presenta la autogestión en la práctica cotidiana? ¿Es la autosuficiencia

económica una condición necesaria de la autogestión?

Para rastrear una respuesta posible, que seguramente no será de carácter unívoca,

intentaremos abordar la problemática mediante la puesta en juego de la autogestión a partir

de lo que significan los trabajadores del frigorífico “El Tolosano”9, mediante la realización

de entrevistas en profundidad y observación participante. La idea de reparar en sus

vivencias, nos permitió acercarnos a la práctica concreta de la autogestión, con sus alcances

y limitaciones, e intentando reflexionar en base a la ruptura con el trabajo asalariado típico.

8
Fuente: Programa Trabajo Autogestionado. Proyecto ARG/02/003: Programa Nacional de
Promoción y Asistencia al Trabajo Autogestionado y la Microempresa. Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social. Año 2008.
9
Esta E.R.A.T se encuentra ubicada en Tolosa, ciudad de La Plata. Es un frigorífico que fue
recuperado en el año 2006, con la característica de haberse conformado como “Cooperativa de
Trabajo” previo al momento de quiebre de la empresa. Actualmente (2009) cuenta con 12 socios-
trabajadores.

9
También, pudimos relevar significados de los actores, mediante la técnica de

observación participante, en el I Encuentro de Economía Solidaria realizado en Mayo de

2008, en Chapadmalal, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de

Buenos Aires. En este caso, los actores eran tanto trabajadores de diversos emprendimientos

autogestivos como empleados de distintos organismos estatales (éstos últimos son

empleados caracterizados como actores promotores de ésta economía)

La problemática del autosostenimiento, surge de la interpelación de nuestro trabajo

de campo, y también debido a que, en principio, la autogestión se relaciona, como bien

apuntan Founier y Vazquez (2007), con la capacidad de decidir de manera autónoma e

igualitaria sobre la organización del trabajo, la producción y la distribución de los ingresos

generados por la venta de los bienes o servicios producidos. Todas estas características nos

hablan de la gestión hacia dentro de las unidades productivas, pero qué pasa cuando el

financiamiento es externo. ¿Se diluye la autogestión cuando se recibe financiamiento

externo? ¿Cómo funcionan las políticas de financiamiento externo hacia adentro de las

unidades productivas?

Cuando comenzamos con estas preguntas, observamos que el rol del estado tendría

un papel principal en la cuestión del financiamiento, pero el tratamiento de ésto merecería

una investigación aparte. Aunque si intentaremos echar luz sobre posibles ejes-preguntas.

En resumen, esta investigación intenta abordar el problema de la autogestión desde

la descripción hacia el análisis, éste último, a través del plano práctico -real.

En cuanto al plano práctico-real, resulta de gran importancia entenderlo como el

momento de la puesta en juego de los procesos autogestionarios, y por tanto el lugar donde

las características propias de ésta práctica pueden ser aprehendidas.

El anclaje empírico de nuestra investigación estará dado, entonces, por una

metodología de triangulación. Así, por un lado se realizó el relevamiento estadístico de los

10
casos existentes de autogestión, que constituirá la descripción de nuestro trabajo, utilizando

como filtro la denominación de sus actores o promotores. Este relevamiento estuvo

delimitado por tres zonas geográficas: el Gran La Plata, el Conurbano bonaerense y la

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acotado a los años 2007-2008.

Y por otro lado, realizaremos el análisis de caso de una E.R.A.T (El Tolosano)

mediante entrevistas en profundidad y observación participante.

11
Primera Parte

Marco teórico

Al hablar del concepto de autogestión, en su intento de definirlo, aparecen

definiciones consensuadas. Así, por más redundante que resulte, la autogestión alude a la

autonomía de gestión, es decir, “procesos autogestionarios en tanto que los trabajadores –a

través de asambleas y otros organismos democráticos de participación y representación-

toman las decisiones sobre la organización del trabajo, la producción y la distribución de los

ingresos generados por la venta de los bienes o servicios producidos” (Founier y Vásquez

,2007: 37-38).

En este contexto, definimos la autogestión como la organización del trabajo donde

trabajan todos sus miembros en relación de igualdad entre sí y las decisiones son tomadas

mediante espacios colectivos democráticos, un socio un voto. Por lo que constituye una

organización, que claramente contrasta con las tradicionales relaciones asalariadas en el

mundo del trabajo y que constituye, a nuestro entender, una ruptura con éstas, presentando

una forma diferente de trabajo, a veces antagónica a dichas relaciones tradicionales.

La ruptura tiene que ver con ciertas categorías que, a nuestro entender, describen al

trabajo capitalista, así utilizamos los conceptos marxistas de relaciones sociales de

producción, fuerza de trabajo, alienación, enajenación, plusvalía y explotación.

Así las relaciones sociales de producción remiten a las relaciones que se establecen

entre sus trabajos privados, que se les representan como lo que son: es decir, no como

relaciones directamente sociales de las personas en sus trabajos, sino como relaciones

materiales entre personas y relaciones sociales entre cosas. Entonces la fuerza de trabajo es

una mercancía, que como tal, es la única capaz de generar más valor, el plus valor. Este plus

12
valor, o plusvalía, es el valor que el trabajo no pagado del obrero asalariado crea por encima

del valor de su fuerza de trabajo y del que se apropia gratuitamente el capitalista, debido y a

consecuencia de las relaciones sociales de explotación. Así la explotación se constituye en

la forma que adquieren las relaciones sociales de producción en el sistema capitalista, donde

la explotación está directamente relacionada con la propiedad privada donde supone una

desigualdad entre los que producen y los dueños de los medios de producción. En tanto que

la alienación y la enajenación remiten a la idea de que el trabajo del obrero es impuesto,

es un trabajo forzado. No remite a la satisfacción de una necesidad, sino sólo un medio para

satisfacer otras necesidades El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un

trabajo que implica sacrificio y mortificación. Así, por último, el hecho de que no es su

propio trabajo sino trabajo para otro, que es el trabajo de otra persona, remite a su carácter

externo. (Marx, K)10

En cuanto a los conceptos a utilizar, hemos visto que la autogestión, en su

definición, no genera demasiadas controversias. En cambio, dichas controversias, pueden

encontrarse respecto a la definición de Economía Social, también llamada en algunos

momentos Tercer Sector, entre otras denominaciones. Entendemos, que es necesario

introducirnos en este campo, aunque muy sucintamente, ya que es el paraguas teórico donde

actualmente se aloja la autogestión, tanto en lo que concierne a las corrientes teóricas, a los

promotores de la autogestión (sobre todo las políticas públicas), como aquellos que

participan en estos procesos autogestivos (con la excepción de la mayoría de las Empresas

Recuperadas). A su vez, este concepto atraviesa las discusiones acerca de dónde deben

encuadrarse las experiencias de las Empresas recuperadas. En este sentido compartimos la

idea de que a diferencia de otros procesos autogestivos, en el caso de las fábricas/empresas

recuperadas “…la conformación de cooperativas se produce como respuesta frente a los

10
Hemos utilizado varias obras de Marx, pero en particular estos conceptos pueden encontrarse en el
Tomo I de El Capital (1864), en el Manifiesto Comunista (1848), y en los Manuscritos económicos y
filosóficos (1844)

13
condicionamientos que el Estado plantea para que los trabajadores obtengan la ley de

expropiación. En muchos casos, entonces, se trata más de una acción reactiva frente a las

nuevas circunstancias, que proactiva en función de una valoración previa del

cooperativismo en sí. Esto no implica restarle relevancia a éstas prácticas, o desconocer el

potencial alternativo que entrañan” (Arias, Delfino, y Rocha, 2006: 13-14)

Así algunos autores, como José L. Monzón (2006), ahondan acerca de las fronteras

borrosas y las pocas claras definiciones en torno a los conceptos de Economía Social y

Tercer Sector, de manera histórica.

El concepto de Economía social, es debatido desde su denominación, así se discute

acerca de ésta como: Economía social, solidaria, del trabajo.

A nuestro entender cada modalidad, responde o fomenta, una idea política diferente

acerca de lo que constituye o debe constituir este sector, y sobre todo acerca del marco

explicativo donde enmarcar estos hechos sociales. Por ello Coraggio distingue a la

Economía Social para contraponerla a las vertientes de lo que él llama la Economía “a

secas” (refiriéndose con ella, al mercado capitalista) y la Economía Política que responde a

la idea de un “…estado central planificador y regulador de la economía”. Así la economía

social actúa como superadora de estas dos opciones, según el autor, “evitando la separación

entre economía y sociedad que caracteriza al paradigma neoliberal…” (2002:1)

Lo que el autor intenta presentar es que la economía social debe responder a la

construcción de un todos, es decir de un proyecto que esté constituido por actores

heterogéneos (en contraste con la idea de políticas focalizadas, por ejemplo). En esta misma

línea Founier y Vásquez lo definen de un modo simple y acabado cuando dicen “Una

propuesta de Economía social superadora del sistema capitalista, centrado en la explotación

del trabajo asalariado, tiene como sujeto fundamental a los trabajadores y la potenciación de

sus capacidades de organización y acción colectiva con posibilidades de incidir y

14
protagonizar el destino social, económico, político, cultural y medioambiental de todos”

(2007: 11)

Los procesos de autogestión en nuestro país no pueden entenderse sin ubicarlos en el

contexto histórico en el que tienen su mayor auge, así Saguier recalca como se ven influidos

los procesos de economía social por el contexto de crisis en la Argentina que tuvo su

máxima expresión en el estallido social del 19 y 20 de diciembre de 2001, focalizando en un

elemento al cual califica como “novedosamente doloroso”: la aparición de organizaciones

de trabajadores desocupados. A su vez, caracteriza este momento histórico como “proceso

de búsqueda de nuevas soluciones (…) frente a la crisis capitalista originada en la

aplicación irrestricta de las políticas neo-liberales” (2005: 83-84). Aquí realiza una

analogía con el contexto de nacimiento de la Economía Social en la Europa de revolución

industrial, del cual también nos habla Chaves (2003), puntualmente cuando hace referencia

al nacimiento de la denominada “cuestión social” en un mundo donde se empezaban a

vislumbrar los efectos de un modelo económico altamente excluyente, en el que se

agudizaban las contradicciones entre los que más tienen y los que solo tienen su fuerza de

trabajo para ofrecer en un mercado competitivo y con una racionalidad estrictamente

mercantilizada. La certeza del planteo de Chaves (2003), se pone así en evidencia, cuando

sostiene que hay que observar los momentos de auge y retroceso de la economía social en

relación con los procesos generales de la sociedad.

Saguier sostiene que con la crisis salen a la luz aspectos positivos de la condición

humana: “…el coraje, la decisión de sobrevivir, el compromiso con la creación colectiva de

una realidad diferente, mas solidaria y humana” y continua, esto “permite hoy augurar el

inicio de la construcción de un modelo social y económico alternativo” (2005: 83-84). Ésta

hipótesis, se confronta con el análisis que realiza Salvia (2005) sobre el surgimiento en la

Argentina pos-crisis de nuevas formas de hacer economía, en la cual el autor sostiene que

15
estamos ante un proceso de “Reproducción Ampliada” de los lineamientos de la economía

de mercado, y no ante una nueva matriz económica y social.

A partir de estos autores podemos ver que la discusión sobre lo que se entiende por

economía social no es menor y que en este contexto la autogestión puede ser entendida,

siguiendo la línea planteada por Salvia (2005) como estrategia de más de una parte de la

población, frente al contexto de pobreza y desempleo, por lo que no constituiría una matriz

alternativa, sino sólo una forma más de reproducción de la sociedad , o también puede ser

entendida, como un fenómeno novedoso que podría constituir mediante sus formas

instituyentes una alternativa mediada por otros cambios estructurales de la sociedad toda. Es

en esta última línea en la que nosotros nos ubicaremos, elección que será fundamentada a lo

largo de todo el análisis, pero para empezar agregaremos que, entonces consideraremos a la

Economía Social como un proyecto de una economía alternativa donde la autogestión

constituye un punto fundamental para su construcción y donde su posibilidad radica en

tratarla como un todo. No se puede hablar de una economía social si se la entiende por fuera

de la economía capitalista dominante, eso estaría negando su propio contexto de

surgimiento, es decir que esta economía acontece en esta estructura y evidentemente puede,

al menos en el corto plazo, coexistir con ella, pero de querer convertirla en una alternativa o

en la economía hegemónica, es necesario comenzar por pensarla como un cambio

globalizado y no con una idea focalizada hacia los sectores más desprotegidos.

Así, a nuestro entender, hoy la economía social además de encontrarse en sus

primeros pasos, no puede pensarse como una economía alternativa si no se la comprende de

ésta manera, esto no quiere decir que junto con una estructura de responsabilidades, de

cambios culturales, objetivos y subjetivos, que apunten a la constitución de una sociedad

diferente, pueda acontecer, pero para ello es necesario empezar a pensar no desde otra

16
escisión como la de economía y sociedad, pobres y no pobres, sino desde un proyecto donde

prácticas instituyentes busquen el todo11 como eje.

En este marco la autogestión hoy en día tiene sus limitaciones, por un lado porque

acontece bajo una economía dominante que no solo no contempla este tipo de organización

del trabajo, sino que además lo combate (desde un posición dominante y por tanto de poder)

ya que constituye una matriz antagónica. De modo que por ejemplo, hay limitaciones de

tipo gubernamentales12, otras de tipo culturales13, ejemplos concretos pueden ser el vacío

legal, las leyes de expropiación, entre muchas otras, al menos para lograr su sustentabilidad

en el mediano y corto plazo.

Adentrándonos en la caracterización de la autogestión Palomino (2003) plantea que

la autogestión al comienzo fue visto como una reacción espontánea a la crisis política-

económica y social acaecida en nuestro país en el año 2001, pero que en lo que radica la

diferencia actual en la economía social promovida en los años noventa, es que esos

emprendimientos autogestivos hoy sostienen esta utopía de un desarrollo económico en el

mercado capitalista. “…se trata de proyectos sociales autónomos que buscan respuestas

originales a lo que el funcionamiento de la economía de mercado no puede brindar”14 así la

autogestión no constituiría de por sí una búsqueda de un ideal político-económico

alternativo, sino que podría estar respondiendo a una estrategia de sobrevivencia de una

economía que los excluye.

11
El todos al que nos referimos es al conjunto de la sociedad, en contraposición al pensamiento y las
políticas dirigidas hacia: una economía de la pobreza, una economía popular, escindiendo economía
de sociedad.
12
Caracterizamos al gobierno nacional, presidido por Cristina Fernández de Kirchner, como un
gobierno que responde a las clases dominantes, empresariales y que sostiene y procura las
condiciones del sistema capitalista
13
Las concepciones en torno al trabajo incluyen cuestiones como las de seguridad social, bajo
espacios de propiedad privada, entre otros, cuestiones que, entre otras, no caracterizan al trabajo
autogestionado.
14
Pág. 118.

17
Así creemos necesario y pertinente realizar una distinción entre lo que durante

nuestro trabajo de campo hizo que distinguiéramos en lo estrictamente conceptual y lo que

en la práctica cuenta la multidimensionalidad de este tipo de organización del trabajo.

Esta discusión entre la sobrevivencia y el ideal-político de la autogestión, constituyó

una diferencia, al menos inicial, de los emprendimientos y proyectos autogestivos en

general. La autogestión como ideal-político, surge en algunos casos de lo que llamaremos

en nuestra investigación, el sector de Producción y Bienes de Servicios simbólicos (sobre

todo porque no constituyen un trabajo que surge como fruto de una urgencia o necesidad, o,

al menos, porque no generan los ingresos necesarios para ese fin, al menos en el momento

inicial) En el caso de la sobrevivencia encontramos a aquellos que han puesto en práctica la

autogestión, “de un día para otro” por las vicisitudes del contexto: como el caso de las

Empresas Recuperadas autogestionadas por sus trabajadores

18
Consideraciones Metodológicas

Nuestra Estrategia

Nuestra investigación parte de la idea de un diseño de carácter flexible, lo que nos

permitió ir moldeando nuestros objetivos y preguntas principales a lo largo de nuestro

trabajo de campo. Nuestra primera elección metodológica debió ser la de definir lo que se

entendería por autogestión para poder realizar el relevamiento, y de esta forma, incluimos

como proyectos autogestivos a todos aquellos denominados como tales por sus miembros y

por las distintas secretarías, institutos y organismos gubernamentales. De este modo, hemos

realizado un relevamiento a partir de la definición de los propios actores involucrados en el

proceso, basándonos en una idea-concepto excluyente: se trataría de una conformación de

un grupo de trabajadores organizados en forma horizontal y de igualdad entre sí, como

condición sine que non para ser considerados como procesos autogestivos (esta decisión

metodológica es fruto del problema conceptual y de las fronteras borrosas que presenta este

tipo de organización del trabajo). De esta manera, encontramos tanto aquellos que

pertenecen al desarrollo de algún proyecto autogestivo, como de las distintos organismos

gubernamentales, ONG´s, federaciones, movimientos sociales etc. A partir de estas

nociones indagamos y problematizamos el concepto de autogestión y su práctica en la

Argentina actual, a lo largo de nuestra investigación.

En cuanto al tipo de recolección fue realizada mediante la búsqueda a través de los

distintos organismos públicos, y por el otro, de contactos con movimientos y organizaciones

sociales, y de una variada índole de organizaciones, federaciones, universidades, etc., en

forma de bola de nieve.

19
Nuestro universo estuvo delimitado en razón de tres grandes zonas, que no hemos

pretendido sean representativas, sino que se ubican como zonas de gran concentración

demográfica, relativamente cercanas entre sí, y accesibles para los investigadores. Por lo

tanto, el muestreo estuvo delimitado por: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Gran La

Plata, y el Conurbano Bonaerense. Asimismo, la información recolectada la acotamos

temporalmente a los años 2007 y 2008, de forma tal de obtener datos actualizados.

Para ello, comenzamos realizando el relevamiento cuantitativo y, mediante el

mismo, el armado de un corpus de datos con técnicas de recolección cuantitativas.

Así se sistematizó la información relevada en esta muestra, en una base de datos

propia, constituida por un total de 1157 casos, y se la analizó a partir de cuatro ejes

principales: distribución geográfica, rubro o sector de la actividad en la que se desempeñan

y cantidad de miembros que las componen y tipo de organización.

La información recabada sobre los proyectos autogestivos, fue organizada a partir de

cuatro ejes rectores: 1) el tipo de organización (cooperativa de trabajo, asociación civil,

etc.); 2) la cantidad de trabajadores/as; 3) el rubro o sector de la actividad o actividades que

desarrollan (servicios, productivo, y de qué tipo); y 4) la ubicación geográfica (partido,

ciudad y/o región). Así encontramos desde Cooperativas de trabajo, Cooperativas de

vivienda y trabajo (sólo aquellas en el que se implementara el trabajo de todos los socios

para la realización de las viviendas) empresas recuperadas, asociaciones civiles,

organizaciones sociales, fundaciones, escuelas de gestión social, hasta escuelas de oficios

hasta el caso de dos mutuales. En todos los casos se trata de organizaciones que trabajan de

manera autogestiva, es decir: colectiva, asociativamente y sin fines de acumulación de

capital.

20
Los dos primeros ejes estuvieron atravesados permanentemente por discusiones

acerca del concepto de autogestión, no fácilmente abordable y central en nuestra

investigación.

La información fue utilizada, sólo a los fines analíticos, de tres maneras, analizando

el total de proyectos autogestivos relevados se desglosó esta información en dos grandes

tipos: las Cooperativas de Trabajo y las Empresas Recuperadas.

Las primeras constituyen la forma jurídica más importante, por su relevancia

numérica. En cuanto a las Empresas Recuperadas, si bien en su mayoría, adoptan luego del

proceso de recuperación dicha figura, consideramos que deben tener un tratamiento

distintivo, pues consideramos que su existencia característica es particular, pues parte y es

consecuencia de un conflicto, y adquiere la figura de cooperativa de trabajo debido a

cuestiones legales que les permiten trabajar el espacio de trabajo recuperado.

En un segundo momento, mediante la elección de un caso, realizamos cuatro

entrevistas en profundidad y observación participante, en una empresa recuperada. “El

tolosano”, ubicada en Tolosa, ciudad de La Plata, recuperada por sus trabajadores en el año

2006.

Mediante la técnica de observación participante, abordamos el primer seminario

taller de Economía Solidaria, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la

provincia de buenos aires y realizado en Mayo de 2008, donde se encontraban actores de

procesos autogestivos a nivel nacional y trabadores de dicho ministerio. Distinguimos en

este encuentro por un lado a aquellos que llevaron la voz de su experiencia respecto del

trabajo autogestionario, y por otro a los empleados del ministerio de desarrollo social que

organizaban y moderaban las mesas de debate y el encuentro en general, a los que ubicamos

como actores-promotores de dichos procesos. Sólo utilizamos, a los fines de nuestro trabajo,

21
las voces de los trabajadores de dicho encuentro, como marco general para el abordaje de

las problemáticas.

Así con las federaciones, con las organizaciones sociales, y con diferentes actores

autogestivos, sumado al debate teórico-conceptual, intentamos acercarnos a un marco

general de la problemática planteada, para luego, priorizando la voz de los trabajadores de

la empresa recuperada elegida, observar dichas problemáticas en la práctica.

Fuentes Consultadas

a- Organismos Estatales

Respecto a la información que obtuvimos de los organismos estatales, contamos con

los listados de los programas Pil (Programa de Inserción Laboral)-autoempleo15 y

Herramientas por Trabajo16, de los cuales obtuvimos sólo información del Gran La Plata.

Estos datos fueron brindados por la Gerencia de Empleo (Ministerio de Trabajo de la

Nación ) También contamos con las cooperativas de trabajo registradas en la Secretaría de

Desarrollo de la Nación, particularmente en el Registro Nacional de efectores de Desarrollo

Local y economía social17, las empresas recuperadas inscriptas en el Ministerio de Trabajo

de Nación; los proyectos financiados con los créditos PES –Programa de Economía

15
“Este programa está destinado a facilitar la inserción laboral de los trabajadores desocupados del
Seguro de Capacitación y Empleo a partir del desempeño de un oficio o el desarrollo de un
emprendimiento de carácter individual o asociativo” ( www.trabajo.gob.ar) Este programa es de
carácter nacional.
16
“Este programa financia la compra de insumos, herramientas y materiales para que grupos de
trabajadores organizados puedan realizar su proyecto productivo. Además, se otorga financiamiento
para asistencia técnica a los proyectos productivos destinados a: mejorar la capacidad productiva, de
la gestión y la comercialización. Promueve la inserción laboral de las personas desocupadas mediante
el desarrollo de un proyecto productivo de carácter asociativo” (www.trabajo.gob.ar) Este programa
es de carácter nacional.
17
El registro de efectores resguarda la idea de inclusión en la economía mediante el monotributo
social “El Efector Social, en condiciones de inscribirse en el Registro, es aquella persona que está
realizando una única actividad productiva y ve dificultada su inserción en la economía por estar en
una situación de vulnerabilidad social.”.En este registro pueden inscribirse tanto personas físicas
como integrantes de un proyecto productivo de no más de tres personas.
www.ministeriodedesarrollo.gov.ar

22
Solidaria- de Fuerza Solidaria, la base de datos que se encuentra en la página del INAES18

(Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social; dicha base la utilizamos sólo

como fuente secundaria debido a que carece de información)

También obtuvimos información de la Dirección General de Economía Social del

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los datos corresponden sólo a dicha ciudad y se

encuentran en un libro realizado en Septiembre de 2007 en el que constan todas las

Cooperativas, de las cuales sólo fueron utilizadas aquellas que aparecían como cooperativas

de trabajo. Y en cuanto a las empresas recuperadas registradas por el gobierno nacional,

obtuvimos información a través de la Guía 2007. Empresas Recuperadas por los

trabajadores, editada por el Ministerio de Desarrollo de la Nación.

b) Otras Fuentes

Por otro lado, en cuanto a la información no gubernamental, contamos con

información del Asociación Nacional del Trabajo Autogestionado, CTA. (ANTA);

en cuanto a las cooperativas de trabajo, también del programa de cooperación

internacional Red de empresas redes de personas (REDESA)19, de Emprendedores

Solidarios -Asociación civil- (EMPRESOL); de federaciones como Federación

Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA) y Federación

de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA); de la Red de

Teatro Comunitario; Federación Argentina de Radios Comunitarias (FARCO) ; del

Frente Popular Darío Santillán (FPDS); de la Red de centros culturales de La Plata; y

18
www.inaes.gob.ar
19
“La iniciativa se enmarca en los lazos de cooperación entre Argentina e Italia, y está apoyado y
financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia (MAE) y co-ejecutado por la ONG
italiana COSPE (Cooperazione per lo Sviluppo dei Paesi Emergenti) y organizaciones locales, entre
las que se cuentan empresas sociales e instituciones académicas, entre otras.”

23
del Primer Seminario Taller de Economía Social realizado en Chapadmalal en el año

2008, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos

Aires.

El proceso de recolección de información fue también fruto del intercambio con

otros grupos de investigación como el equipo de la Universidad Nacional de General

Sarmiento (UNGS) o la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quienes nos brindaron

información acerca de nuestro problema.

En resumen, se intentará dar un paneo de las distintas formas de autogestión

existentes y de su dimensión en las zonas estudiadas. El corpus de datos se encuentra

condensado en lo que hemos denominado lista de proyectos autogestivos relevados.

Este corpus lo dividimos de diversas maneras para interpretar la información. La

diagramación de la información a los fines del análisis es la que se indica a continuación:

1) Proyectos autogestivos relevados de la Ciudad de Buenos Aires, el Gran

Buenos Aires, y el Gran La Plata [Lista 6]

Esta lista fue realizada en base a la totalidad de los casos, obtenidas de todas las

fuentes mencionadas anteriormente. Por ello esta lista constituye la lista total de los

proyectos autogestivos relevados, tanto cooperativas como empresas recuperadas, centros

culturales, etc. en base a la diversidad tanto de fuentes como de casos que fue explicada en

el apartado metodológico. Esta lista excluye los datos encontrados en la base del INAES por

las limitaciones de la misma y por el hecho de que no son contrapuestas, a explicar en el

próximo apartado. Este corpus lo dividimos de diversas maneras para interpretar la

información.

24
a - Cooperativas de trabajo y empresas recuperadas relevadas

Las fuentes utilizadas son los registros de: las cooperativas del Ministerio de

Desarrollo de Nación; las empresas recuperadas del Ministerio de Trabajo de la Nación; las

empresas recuperadas por un lado, y las cooperativas de trabajo por el otro del Gobierno de

la Ciudad de Buenos Aires; las cooperativas de trabajo que participan de FACTA; las

cooperativas asociadas a FECOOTRA; la información del libro Sin Patrón del colectivo La

Vaca (2007); y por último, las cooperativas y empresas recuperadas encontradas en la

búsqueda de bola de nieve.

b - Empresas recuperadas relevadas

Aquí se encuentran todas las Empresas Recuperadas. Es necesario dejar en claro

que en su mayoría éstas empresas se conforman bajo la normativa jurídico-legal de las

cooperativas de trabajo, es decir que hay casos, aunque pocos, en los que no se constituyen

como tales, hemos discriminado a unas y a otras, pero haremos una salvedad ya que en este

marco es posible que alguna empresa recuperada pueda haber aparecido en algún registro

como cooperativa de trabajo y así haber quedado en la lista correspondiente y no en la de

empresas recuperadas. Este caso sería la excepción y no la regla.

Base de datos del Instituto de Asociativismo y Economía Social (INAES)

"El INAES es el organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, que

ejerce las funciones que le competen al Estado en materia de promoción, desarrollo y

control de la acción cooperativa y mutual" 20

20
www.inaes.gob.ar

25
Los datos que se encuentran en dicho instituto fueron obtenidas de su página Web

donde se encuentran todas las cooperativas, asociaciones, mutuales, etc. registradas en

dicho organismo, a saber: 3.614 cooperativas de trabajo en nuestro recorte geográfico.

En el caso de nuestro trabajo y nuestro objetivo tomamos de dicha base aquellas que

son cooperativas de trabajo, porque es la única con sentido de homologar a nuestra lista de

cooperativas de trabajo (que constituye la mayoritaria) y que se encuentran en las zonas de

nuestra muestra: conurbano bonaerense, ciudad de buenos aires y el Gran La Plata.

El problema con el cual nos encontramos, al tomar los datos de esta base, es que, a

los fines descriptivos, observamos la ausencia de datos cruciales para poder realizar un

análisis exacto o rico de determinadas características. Por ejemplo, esta base carece de

información en cuanto a la cantidad de trabajadores por cooperativa y por lo tanto no

permite dimensionar la cantidad de asociados totales del universo, al igual que lo que

respecta al rubro o al sector de las cooperativas. Estos límites, nos llevan a presentar esta

base con dos fines: uno, en relación a utilizar los datos de carácter público relevantes para

nuestra investigación, y otro, con el fin de obtener conclusiones parciales, limitadas por la

falta de información pública que presenta este organismo, en nuestro caso, como se

mencionó anteriormente, sólo para el caso de las cooperativas de trabajo.

26
Caracterizando el mundo de la autogestión

1) Proyectos autogestivos relevados

Consideramos que este corpus es el más relevantes, pues nuclea todos los

proyectos autogestivos que hemos relevado; incluye desde aquellos emprendimientos

que se encontraban inscriptos en algunas de las bases brindadas por organismos

estatales, federaciones21, movimientos sociales, hasta aquellos otros relevados por

los investigadores en este trabajo, utilizando una estrategia metodológica del tipo

“bola de nieve”.La información sobre estos proyectos autogestivos se centró en los

cuatro ejes rectores explicitados anteriormente (el tipo de organización, la cantidad

de trabajadores/as, el/los rubro/s de actividad/es que desarrollan, y la ubicación

geográfica).

Esta lista está compuesta por 1.157 casos, todos ellos proyectos donde su

organización del trabajo es de tipo autogestiva, o son definidos “autogestivos” por sus

integrantes y/o sus promotores, es decir desde el punto de vista de los sentidos que le

otorgan los actores.

De todos estos casos, al menos el 71,3% (825 casos) de los emprendimientos

productivos son cooperativas de trabajo; sin tener en cuenta algunas cooperativas de trabajo

que son empresas recuperadas (si se contaran éstas, podrían sumarse algunos casos más)22.

Por lo tanto, la figura jurídica más frecuente de nuestra muestra y del universo en general,

es la de cooperativa de trabajo.

21
Las federaciones son espacios de asociación de cooperativas o emprendimientos autogestivos donde
se busca generar y fomentar este tipo de organizaciones.
22
Las E.R.A.T en general, salvo algunas excepciones, se conforman bajo la figura de las
“cooperativas de trabajo” pero debido a nuestro enfoque les otorgaremos un tratamiento aparte.

27
Si comparamos con la información del INAES, podemos ver que las cooperativas de

trabajo de nuestra muestra -sin contar aquellas empresas recuperadas que también se

organizan a través de esta figura civil- representan un 22,8 % de la totalidad de cooperativas

de trabajo inscriptas en dicho instituto (3.614). Como hemos señalado, las cooperativas de

nuestra base no fueron seleccionadas como una muestra representativa del total de

cooperativas registradas por el INAES.

En el espacio geográfico elegido, es interesante observar que se concentra un tercio

de la población nacional, donde en el año 2001 sumaban 12.034.944 habitantes (INDEC)23;

en el Gran Buenos Aires vivían 8.684.437 personas, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

contaba con 2.776.138 habitantes, y el Gran La Plata con 574.369.

- Cantidad de trabajadores/as (ver Gráfico 1):

En cuanto a la cantidad de trabajadores/as de los proyectos, vamos a incluir tanto a

aquellos que son integrantes de los mismos como a aquellos que son contratados por éstos24.

En el 94,2 %25 de los proyectos autogestivos relevados trabajan 21.269 personas. De todas

ellas, 17.763 trabajan en cooperativas de trabajo, o sea que un 83,5% de los trabajadores/as

se encuentra en cooperativas de trabajo.

Así vemos que la distribución en cuanto a la cantidad de trabajadores, es la que se

muestra en el Gráfico 1.

23
Censo Nacional de Población 2001, INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).
24
Sólo en una oportunidad hallamos un caso extremo: una cooperativa donde trabajan efectivamente
un cuarto de sus socios.
25
Este porcentaje alude a la cantidad de la cual tenemos información, es decir que en el 5,8% (66
casos) no tenemos la información.

28
(Gráfico 1)
Proyectos autogestivos según cantidad de trabajadores

2% 2% 1 a 30 Trabajadores
6%
31 a 60Trabajadores
61 a 90 Trabajadores
91 ó más
Trabajadores

90%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

Un 90% de los trabajos autogestionados tienen entre 1 y 30 trabajadores, por lo que

claramente hablamos de pequeñas empresas o pequeños emprendimientos productivos.

- Rubros y sectores de actividad (ver Gráficos 2 y 3):

Proyectos autogestivos según sectores de actividad


(Gráfico 2)

Servicios
1%

1% Producción industrial y
artesanal
1% 70%
Producción y Servicios de
5% Bienes Simbólicos
Producción Agrícola

22% Sin Información

Mixtos

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

Si realizamos la distinción en base a los rubros, observamos que dentro de los principales

rubros, es decir aquellos rubros con mayor cantidad de proyectos, hay una clara

29
preponderancia de aquellos que se dedican a prestar servicios destinados al área de la

construcción (44%).

A los fines del entendimiento, creemos pertinente aclarar a qué hemos denominado

Servicios en General, y Producción y Servicios de Bienes Simbólicos. Así, nos referimos a

Servicios en General cuando hablamos de proyectos que prestan un servicio no relacionado

con la construcción ni con los bienes simbólicos, agrupan a aquellas que emprenden

trabajos de tipo profesional; entre ellos los relativos a la salud, comercio, educativo, de

recolección de materiales reciclables, de saneamiento público, etc.

Producción y Servicios de Bienes simbólicos, son aquellos emprendimientos que

producen y brindan servicios no materiales (si bien los sectores de servicios

son no materiales, en general se relacionan con algo material cuando sus servicios

entran en la lógica del mercado y el capital, en este caso los bienes y servicios

producidos no se relacionan con ese circuito) , es decir su trabajo se encuentra en el

orden de lo simbólico, así nos encontramos con: Centros Culturales, Teatros

comunitarios y Radios comunitarias

Y por último, incluimos dentro de la categoría “Varios” (ver gráfico 3) a los

restantes rubros, que suman el 11% , y son los siguientes: Industria Metalúrgica, Producción

Agrícola, Industria Gráfica, Fabricación Artesanal, Industria de la carne, Industria

metalmecánica, Industria del calzado, Industria para la construcción, Industria del vidrio,

Industria química, Industria del plástico, Industria electromecánica, Industria del caucho,

Industria del papel, Industria del cuero, Industria naval, Industria de la madera, Producción-

otros, Mixtos (denominamos así a aquellos emprendimientos que realizaban más de una

actividad principal).

30
Principales rubros de los proyectos autogestivos
(Gráfico 3)

Servicios-construcción
5% 1%
5%
Servicios- general (no
9% construcción)
Varios
44%
Industria Textil
11%
Producción y Servicios de
Bienes Simbólicos
Producción Alimenticia

Sin información
25%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

Dentro de los proyectos autogestivos relevados, nos encontramos con lo que hemos

denominado “Producción y Servicios de bienes Simbólicos”, esta categorización propia nos

permitió hablar de un mundo de la autogestión no abordado como tal.

Los datos de este sector, debido a su ausencia dentro de lo conocido como

autogestión en registros oficiales, por ejemplo, han sido recabados fundamentalmente a

través de la estrategia metodológica de la “bola de nieve”. El total de proyectos relevados

de esta índole, es de 93 casos, y suman 3.264 trabajadores/as.

Lo que se observa sobre el sector de “Producción y Servicios de bienes Simbólicos”

es que si bien la gran mayoría de ellos se dedica a una actividad terciaria -el 74%-, son muy

variados entre sí, y algunos de ellos desarrollan más de una actividad, ya sea productiva o

de servicios. Por ejemplo, nos encontramos con centros culturales que además tienen en su

interior un grupo de teatro comunitario, o una radio comunitaria, o talleres de formación, o

todas o varias de dichas actividades. Asimismo, se observan fundaciones u organizaciones

31
sociales que realizan simultáneamente, por ejemplo, elaboración de galletitas y confección

textil. En algunos casos, hemos conseguido información discriminada de cada proyecto

productivo que existe al interior de una organización, y consideramos a cada uno de ellos

como una unidad de proyecto autogestivo –que estaría integrado, junto a otros proyectos, en

un núcleo autogestivo mayor-, y en otros casos tomamos como unidad al núcleo autogestivo

mayor – organización social, fundación, mutual o asociación civil-, en el cual agrupamos

las diferentes actividades que se desarrollan en su interior.

Respecto a la cantidad de trabajadores del sector de Producción y Servicios de

Bienes Simbólicos, registramos que dentro en el 81% trabajan entre 1 y 40 personas26.

a) Cooperativas de trabajo y empresas recuperadas de la Ciudad de Buenos Aires,

el Gran Buenos Aires, y el Gran La Plata.

Las cooperativas de trabajo y empresas recuperadas autogestionadas por sus

trabajadores, constituyen 891 casos, dentro de nuestro universo total.

-Cantidad de trabajadores/as (ver Gráfico 4):

Es decir, que De los 891 casos, el 92,1%27 de ellos suman 17.763 trabajadores y

trabajadoras.

Respecto a la cantidad de trabajadores/as de cada cooperativa de trabajo y empresa

recuperada, tenemos información de un 95,2% de las registradas en el listado construido.

26
Hablamos del 74,2% de los casos, debido a que no obtuvimos datos de la cantidad de trabajadores
del total.
27
Siempre hablamos en base al porcentaje con información.

32
Cooperativas de Trabajo y E.R.A.T: cantidad de
trabajadores (Gráfico 4)

6% 4% 1 a 30 Trabajadores

31 a 60 Trabajadores

más de 60
90% Trabajadores

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

- Rubros (ver Gráficos 5) y sectores de actividad (ver Gráfico 6):

En cuanto a los rubros de las cooperativas de trabajo y E.R.A.T Contamos con la

información de rubros de un 99,2% de ambas.

Principales Rubros de cooperativas de trabajo y E.R.A.T


(Gráfico 5)

1%
7% Servicios-construcción
2%
3% Servicios-general (no
construcción)
7% Industria textil

Industria metalúrgica
55%
Industria alim enticia
25%
Industria gráfica

Varios y sin información

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

Lo que podemos ver es que el 80% de este universo pertenece al sector de servicios,

mientras que el 20% restante se ubica en el sector industrial.

33
Cooperativas de Trabajo y E.R.A.T: sectores de
actividad (Gráfico 6)
1%
1%
Servicios
18%
Producción industrial y
artesanal
Producción agrícola

Sin información

80%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

Al focalizar en la composición de las actividades productivas, industrial y artesanal

(Gráfico 6), se observa que prevalecen las cooperativas de trabajo y E.R.A.T textiles (38%),

y dicha proporción duplica a la rama metalúrgica (15%) que le sigue en cuanto a

preponderancia numérica. La industria alimenticia alcanza un 11%, la gráfica un 6%, y la

industria de la carne un 4%. Dentro de la categoría “varios” agrupamos a todos los rubros

restantes, de menor porcentaje: industria del plástico, del vidrio, para la construcción,

metalmecánica, del cuero, química, del caucho, del calzado, de la madera, naval, del papel,

producción-otros, producción agrícola, y fabricación artesanal.

b) Totalidad de empresas recuperadas registradas.

La cantidad total de empresas recuperadas de la muestra suman, en nuestro universo,

un total de 84 casos.

Si comparamos esta cantidad de ER con el número de ER contabilizadas a nivel

nacional en el año 2008, 219 –de las cuales al menos 21 de ellas no estaban en

34
funcionamiento sino en proceso de reactivación- (Resolución MTEySS 203/04 y

Resoluciones S.E. 194/04, 783/05 y 281/06), vemos que nuestra muestra representa el

39,4% del total a nivel nacional.

- Cantidad de trabajadores/as (ver Gráfico 7):

Todos los trabajadores y trabajadoras de empresas recuperadas que registramos

suman 2.538 personas/trabajadores. Este número representa el 26,1% de los trabajadores de

E.R.A.T a nivel nacional, que suman aproximadamente 9.700 personas (Resolución

MTEySS 203/04 y Resoluciones S.E. 194/04, 783/05 y 281/06).

E.R.A.T: cantidad de trabajadores


(Gráfico 7)

11%

9% 1 a 20 Trabajadores
40% 21 a 40 Trabajadores

12% 41 a 60 Trabajadores
61 a 80 Trabajadores
Más de 80 Trabajadores

28%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

- Rubros (ver Gráfico) y sectores de actividad (ver Gráfico):

Más del 80% de estas empresas se dedican a la producción industrial, y el 16%

realiza actividades terciarias (ver Gráfico 18). Las principales actividades se dispersan del

siguiente modo:

35
Cuadro Nº 1

Porcentaje

Rubros de las ER Valores


s

Industria metalúrgica 14 16%

Servicios-general

(no construcción) 12 13%

Industria alimenticia 8 10%

Industria gráfica 6 7%

Industria metalmecánica 6 7%

Industria para la construcción 5 6%

Industria de la carne 5 6%

Industria del vidrio 4 5%

Industria del plástico 4 5%

Varios 4 5%

Industria electromecánica 3 4%

Industria química 3 4%

Industria textil 3 4%

Sin información 3 4%

Industria naval 2 2%

Industria del caucho 2 2%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

36
E.R.A.T según sectores de actividad
(Gráfico 8)

16%

Servicios

Producción
industrial
84%

Fuente: Relevamiento propio. Marzo-Noviembre 2008

37
Segunda Etapa

La Autogestión en nuestros días…

Hemos observado que el trabajo autogestivo aloja, bajo su paradigma, una

diversidad de actividades y formas: unidades productivas que constituyen Empresas

Recuperadas Autogestionadas por sus Trabajadores28, asociaciones, centros culturales, que

a su vez adoptan formas jurídicas diversas, donde la forma legal principal es la de

Cooperativas de Trabajo. Todas estas variantes son sostenidas por grupos horizontales de

trabajadores que se asocian en forma libre para producir y, en algunos casos, brindar, bienes

y/o servicios que apuntan a la reproducción de la fuerza de trabajo mediante una

organización que contrasta con las tradicionales relaciones asalariadas29.

Por otra parte la autogestión puede encontrarse como una decisión inicial por parte

de un grupo de personas o trabajadores, y también podemos encontrar casos en que desde

los distintos planes y programas estatales ubican la asociatividad como condición sine qua

non para su acceso, más allá que este tipo de organización sea un proceso y vaya mutando

con los años, tanto la organización en sí como la relación de ésta con diferentes actores de

la sociedad, ya sean organismos estatales, movimientos sociales, partidos políticos, como

con los intelectuales, etc.

Además, hemos podido ver que se tratan de una cantidad diversificada tanto de

actividades como de actores. En el caso de los actores que conforman, tanto los

28
Denominamos con el rótulo “Empresas Recuperadas Autogestionadas por sus trabajadores” debido
a dos cuestiones: por un lado consideramos empresas ya que no todas las unidades son fábricas, sino
que se pueden encontrar servicios y producción de bienes no materiales (por ejemplo aquellas
relacionadas con la salud). Recuperadas indica un conflicto que no puede ni debe ser borrado, y por
último son autogestionadas porque es la forma que adoptan para organizar el trabajo y por tanto lo
que las caracteriza de manera diferente a una empresa con control patronal, esta denominación sólo
será utilizada a los fines analíticos, pues hemos visto que tanto los trabajadores de dichas empresas o
fábricas como la mayoría de los intelectuales, los medios de comunicación, etc. utilizan el término
empresas recuperadas.
29
Esta idea será desarrollada mediante el concepto de ruptura.

38
emprendimientos autogestivos como las organizaciones que intervienen en el desarrollo de

este tipo de organización, existen: organizaciones de trabajadores desocupados (piqueteros),

fundaciones, mutuales, cooperativas, federaciones, sindicatos, y organizaciones de distintas

índoles. Como indica Palomino “Los modelos de organización de estas actividades

económicas adquieren formas autogestionarias y cooperativas de la economía social y

solidaria (…)” (2003:119)

A su vez, entendemos que, a pesar de sus diferencias y particularidades, todos los

proyectos autogestionados analizados en este trabajo surgen de una ruptura. La idea de

ruptura apunta a concebir esta organización del trabajo como contra hegemónica, no

capitalista y no necesariamente anticapitalista. Utilizamos el concepto en un sentido: la

autogestión no constituye el modelo de organización del trabajo hegemónico, es decir,

dominante. Por otro lado si bien actualmente, el trabajo asalariado, bajo relación de

dependencia, sigue siendo el patrón dominante, la autogestión constituye hacia el interior de

la unidad productiva o grupo de trabajadores, una alternativa potencial y sobre todo posible.

Pero también vemos que puede coexistir, aunque si o sí de manera conflictiva con el

modelo hegemónico (la comercialización, la compra de insumos, la venta, etc. y la

circulación de los bienes o servicios producidos ocurre bajo el sistema económico

predominante).

Cuando comenzamos a adentrarnos en el tema de la autogestión, las fuentes

principales encontradas, como hemos visto, fueron las que provenían de bases de datos en

el marco de políticas públicas en relación a este tipo de organización. La difícil relación

entre los conceptos Estado-trabajadores-autogestión, es una tríada que ha estado presente a

lo largo de nuestro trabajo.

Esto se debe a que en nuestro país, se han conformado desde distintas áreas de los

organismos gubernamentales (tanto en el nivel municipal, provincial o nacional)

39
“Programas” o “Planes” diseccionados hacia sectores que se encuentran en una situación de

vulnerabilidad social y que por ello son subsidiados, ya sea de manera personal o asociativa,

a los fines de que puedan desarrollar así un proceso de autogestión laboral. Es decir no son

ya “beneficiarios”30 sino que son “ayudados-promocionados” por el Estado31.

Debido a esto, pudimos ver que, desde el Estado, la llamada “Economía Social” o

“Economía Solidaria” nucleaba los grandes ejes de la autogestión. Así no sólo se hallaba

alentado como un proceso de los trabajadores, como es el caso de trabajadores que han

experimentado procesos de lucha que son de conocimiento popular luego de la crisis del

2001 con las Fábricas o Empresas Recuperadas, sino que también a partir del gobierno del

presidente electo en Marzo de 2003, Néstor Kirchner, se puede encontrar una política de

emprendimientos productivos autogestivos, de desarrollo local y economía social, como

estratégica en sus ministerios con el fin de afrontar las situaciones de desempleo estructural.

A raíz de ello y de su dimensión encontramos lugares como el INAES creado en el

año 2004 y que a partir del año 2006 por el Decreto 721 asume esta denominación (Instituto

Nacional de Asociativismo y Economía Social), el Ministerio de Asuntos agrarios y

Producción, los Ministerios y Secretarías de desarrollo social tanto de la Nación como de la

Provincia de Buenos Aires.

30
En el año 2002, durante el mandato presidencial de Eduardo Duhalde se pone en funcionamiento el
plan Jefes y Jefas de Hogar donde se apuntaba al sector de desocupados como beneficiarios. Claro
está que este rótulo apunta a una concepción de regalías (pues son beneficiarios, es decir que otra
parte de la población no lo es) y no de derechos sociales. En este sentido, si bien el dinero puede ser
comprendido como un derecho social, tanto el monto recibido ($150) como las contraprestaciones,
como la relación con la canasta básica, la inflación, entre otras variables, no son tenidas en cuenta, es
decir que ese monto es invariable. En cambio, la fuente de trabajo si constituye un derecho social que
es avasallado y que debería ser garantizado por el estado. Entendemos que este plan puede haber
servido como una política focalizada ante una situación de crisis pero que sin duda no constituye ni
constituyó un salto cualitativo en lo que se refiere a políticas sociales.
Por el contrario actualmente, a partir del gobierno de Néstor Kirchner (2003) esas políticas comienzan
a ser reformuladas. Así se trataría de brindar financiamiento a los sectores desprotegidos no ya desde
una concepción pasiva de recibir sino de producir. Si bien programáticamente podría considerarse una
“avance” de las políticas públicas al respecto, hemos observado que carecen de seguimiento,
capacitación, fondos necesarios, etc. Y que por tanto la sustentabilidad es muy débil.
31
Aunque como hemos visto en nuestro trabajo de campo, las políticas referentes a la autogestión sigan
siendo estructuralmente políticas focalizadas, se modifica la concepción de pasividad del ciudadano-
receptor. Así, por ejemplo, los financiamientos monetarios o de insumos no se otorgan de manera
permanente.

40
Nos encontramos con una ausencia de datos sistematizados y de una idea

consensuada a cerca del trabajo autogestionado. A pesar de ello, intentamos acercarnos a

indagar cuál es la dimensión de este proceso estudiado, sabiendo que lo que uno de nuestros

objetivos perseguía era justamente el poder avanzar hacia un intento de descripción y

caracterización de lo que se ha dado por llamar “autogestión”, en nuestros días.

Una de las problemáticas que atravesó esta investigación fue, justamente, la del

concepto en sí, ya que vimos la multidimensionalidad y la pluralidad de distintos casos que

existen bajo esta misma designación.

Así, la autogestión, en nuestros días, no se encuentra tan visibilizada, y a nuestro

entender todavía es poco clara, por lo que entendemos que se debe indagar más sobre la

práctica de la autogestión. Por otro lado, también se ha constituido en una política

gubernamental, con lo cual se habla de autogestión tanto en el caso de las empresas

recuperadas autogestionadas, como para el caso de los proyectos autogestivos asociativos,

como aquellos surgidos de planes jefes y jefas de hogar, entre otros, de cooperativas de

trabajo, de cooperativas de viviendas, etc.

Hasta aquí hemos realizado una descripción de los proyectos autogestivos relevados,

dando al lector una caracterización del universo.

A continuación, nos abocaremos a indagar sobre la práctica autogestiva mediante el

caso del frigorífico recuperado “El Tolosano”, realizando una breve caracterización de las

E.R.A.T para luego profundizar a partir del caso.

41
¿De que hablamos cuando hablamos de autogestión?

“todos hacemos, antes cada uno


tenía su trabajo específico, ahora
de acuerdo a las necesidades, se
ve, digamos el que está mas
capacitado para hacerlo lo hace”
Entrevista a Marta, trabajadora
del frigorífico “El Tolosano”

El diálogo con los actores nos permite acercarnos a sus significados, sus

representaciones, y experiencias. La intención de nuestro acercamiento al frigorífico, es

privilegiar las propias experiencias y definiciones de las personas y convertirlas en una guía

para el análisis, así entendemos que el objeto de investigación es una “construcción” en

términos de Bourdieu, y que por lo tanto “Los contenidos de las entrevistas no resuelven el

análisis teórico ni sustituyen las conclusiones de la investigación, conclusiones que resultan

de una constante retroalimentación entre análisis teórico y análisis empírico” (Guber: 2004)

La idea de poder observar la autogestión en lo que hemos llamado el plano práctico-

real, apunta a dar cuenta de los lineamientos básicos que tiene este tipo de organización del

trabajo en la cotidianeidad.

Mientras indagábamos acerca de la naturaleza de los proyectos autogestivos, como

ya mencionamos anteriormente, surgieron interrogantes en torno al financiamiento. ¿Los

proyectos son autofinanciados? ¿Son autosuficientes? Hemos visto en nuestro trabajo de

campo que cuando se habla de auto-financiamiento se hace referencia a dos acepciones del

término, una es aquella que implica un financiamiento sin subsidio externo, y la otra, refiere

a una autogestión y procuración del financiamiento más allá de los subsidios, uno de los

entrevistados de un Centro Cultural32 haciendo alusión a esta problemática (quizás propia

32
Esta entrevista fue realizada por la Licenciada Eleonora Bretal, y será utilizada de manera
secundaria.

42
de los investigadores y no de los actores) nos decía que si no hay condicionamiento, el

apoyo financiero, que muchas veces garantiza la sustentabilidad del proyecto, no pone en

jaque la autogestión.

Partiendo del concepto de autogestión expuesto por nosotros y de los entrevistados,

y en la búsqueda de respuestas que expliquen a qué nos referimos cuando hablamos de

autogestión, uno podría indagar acerca de la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto se puede

considerar autogestivo un proyecto que recibe esporádicamente o no, o que ha recibido,

subsidios?; si un proyecto recibe subsidios y estos recursos son administrados de manera

autogestiva, ¿el proyecto es considerado autofinanciado?¿es autogestivo? Por lo tanto otra

forma de preguntarse sería: ¿Es la autosuficiencia económica una condición necesaria de la

autogestión?

A partir de este eje surgido en el trabajo de campo realizamos una distinción

analítica entre aquellos proyectos autogestivos que:

a) Surgieron de la gestión y el capital estatal.

b) Subsidiados por programas estatales, pero que no tienen su origen en un capital estatal.

c) Los que son financiados por subsidios no estatales.

d) Aquellos otros que se financian sin subsidios.

Esta distinción es meramente analítica, ya que esta temática merecería una

investigación aparte. Pero consideramos necesario plantear la problemática, ya que deja

sentadas las preocupaciones, y las preguntas propias de éstos procesos y de los actores, es

decir que surgen como consecuencia de la interpelación del trabajo de campo

Hemos dicho que podemos hablar de autogestión y recuperación, entendiendo a la

recuperación como un concepto ampliado. Se trata de no dejar de esclarecer, que hemos

43
visto que se trata de dos maneras muy diferentes de “recuperar” una fuente de trabajo. La

idea de recuperación tiene como inicio algo perdido, en este marco es la fuente de trabajo.

También vimos que en la mayoría de los casos de economías autogestionadas las

personas que constituyen estos proyectos vienen de trayectorias laborales anteriores, que

responden a relaciones de trabajo típicas asalariadas.

A su vez, también en la mayoría de los casos los actores ubican como marco

contextual la desocupación, la dificultad (a veces dada por la edad o por la falta de

capacitación en otros oficios o trabajos) de volver al convencional mal llamado “mercado

de trabajo”33, la idea de la expulsión del mundo del trabajo y la dificultad de volver a

insertarse en el contexto actual. Es así que los actores “deciden” como estrategia colectiva,

recuperar su dignidad mediante la utilización de su único medio: la fuerza de trabajo.

A pesar de estas coincidencias mayoritarias, no podemos dejar de aclarar lo

observado en el primer encuentro de Economía Solidaria, donde también había trabajadores

autogestivos que decían que mediante esta organización se comenzaba a erigir una nueva

forma de trabajo, haciendo hincapié en una decisión de tinte más ideológico y por supuesto

con un carácter alternativo y posible. Esta idea se refuerza en el caso de los proyectos de

bienes y servicios simbólicos, como ya hemos apuntado anteriormente.

Aquí se produce una gran diferencia, al menos, en dos grandes formas: por un lado

aquellos grupos de personas que se asocian con el fin de obtener algún plan o programa

estatal34, aquellos que sólo lo realizan como una forma diferente, alternativa de trabajar (en

este caso principalmente vemos el caso de las mutuales, fundaciones o centros culturales) y,

por último, las más conocidas empresas recuperadas autogestionadas.

33
Consideramos más pertinente el uso del concepto “mundo del trabajo”. Ya que consideramos que la
fuerza de trabajo no debe ser entendida, como una mercancía determinada por la oferta y la demanda,
aunque el trabajo asuma predominantemente esa forma en la actualidad. Sin embargo pueden existir,
como vemos otras formas donde el trabajo no asuma la forma de mercancía.
34
Algunos ejemplos son: el programa Herramientas por trabajo, el Trabajo Dignifica, Pro-Huerta, etc.

44
Si bien este análisis diferencial sería de una gran relevancia, en este trabajo

tomaremos, lo que nosotros consideramos un caso paradigmático y de un fácil acceso a los

fines investigativos. Así abordaremos el caso del frigorífico “El Tolosano” para indagar

acerca de la autogestión, sus alcances, significados y limitaciones atribuidos por los actores

acerca de esta práctica35.

35
Según Sautú (2003) el estudio de caso contempla tres características: 1. se focaliza sobre una
situación, hecho o programa particular aún cuando se constituya en un caso entre otros, con los
cuales comparte ciertos rasgos; 2. posee un alto contenido descriptivo que posibilita evidenciar
las complejidades del caso; 3. el estudio de caso posibilita encarar explicaciones en relación a
cómo suceden los hechos y por qué, y cuáles las razones y el contexto en el que ocurren.

45
Las Empresas recuperadas autogestionadas por sus trabajadores

Las Empresas Recuperadas autogestionadas por sus trabajadores (E.R.A.T)

representan un hecho social inédito por su magnitud y por su arraigo social. Desde las

primeras recuperaciones el tema ha tomado interés por vastos sectores de la sociedad:

medios de comunicación, partidos políticos, asambleas, movimientos sociales, etc. La crisis

del 2001 ocurrió en el marco de una gran desestructuración y fragmentación del mercado

laboral, acompañado del desmantelamiento de muchas unidades productivas, situación que

tuvo como trágico resultado la falta de trabajo de miles de trabajadores.

Este contexto de cierre de fábricas y empresas, que venía dándose sobre todo a partir

del comienzo de la década del ´90, y por lo tanto de una gran población trabajadora en la

calle, tiene como resultado histórico el proceso de recuperación de muchas de esas

empresas y fábricas en quiebra de manera casi contagiosa, es así que el año de mayor

cantidad de recuperaciones fue el 200236.

En estos casos la autogestión no es el primer paso, ni constituye a nuestro entender

la característica inicial de estas recuperaciones. La autogestión es vista por sus trabajadores,

en el momento inicial, como única salida, es lo que siguiendo la idea de acción reactiva que

exponen (Arias, Delfino, y Rocha, 2006: 13-14) respecto al cooperativismo, anteriormente

explicado, sucede con la organización autogestiva. Aunque con el correr de los años, la

recuperación de fábricas se haya convertido en un proceso diferente, pues hay experiencias

previas y actores que se relacionan directamente con este proceso y que han intervenido

para su constitución como tal.

36
En este punto es interesante observar la relación entre recuperaciones, población pobre, tasa de
desempleo y PBI que realizan Rebón y Saavedra, donde se muestra que “es durante 2002, el año de
mayor depresión económica en la historia del país, cuando las recuperaciones de empresas se
expanden fuertemente” (2006:16-17)

46
Pero, a diferencia con los casos de lo que llamamos producción y servicios de bienes

simbólicos, las empresas recuperadas constituyen procesos que resultan de un conflicto,

por lo que debe ser aprehendido desde la práctica autogestiva y no desde una cuestión

ideológica en la búsqueda de una organización distinta, alternativa de la presentada por la

tradicional relación asalariada, aunque pueda convertirse en una idea fuerza político

ideológico, ya que sin dudas es actualmente un forma posible y contagiosa de una

experiencia.

En este sentido muchas investigaciones realizadas en los primeros años de este

proceso, se preguntaban acerca de la perdurabilidad y sustentabilidad de las empresas

recuperadas autogestionadas. Hoy podemos ver que, en la mayoría de los casos, las fábricas

se encuentran en funcionamiento y han tenido un efecto multiplicador. Sin embargo la

pregunta acerca de su perdurabilidad y sustentabilidad siguen siendo grandes interrogantes,

y de lo que no hay duda es que, como todo proceso, se encuentra con limitaciones y

dificultades.

Así, en este punto, intentaremos analizar esas limitaciones, problemáticas y

conclusiones de este proceso aún vigente y en permanente desarrollo. Es decir que

indagaremos no ya lo “novedoso”, de la recuperación de la unidad productiva, sino más

bien lo resultante del conflicto. Así nos adentraremos en la unidad productiva

autogestionada, intentando rastrear las problemáticas a partir de dos preguntas objetivos:

¿qué es la autogestión? ¿Cómo se desarrolla, son autogestivos?

Como aluden Rebón y Saavedra (2006) la crisis política constituye el marco político

favorable para la expansión de las recuperaciones. Por otro lado también aluden al contexto

del 2001donde si bien existe una continuidad de las luchas de los trabajadores de la década

47
de los noventa, se presenta una redefinición “preservar la fuente de trabajo y luchar contra

los despidos, significa ahora asumir la dirección de la producción”37

Es decir que se configura una nueva relación de trabajo, tanto hacia dentro de la

unidad productiva como hacia fuera, es decir, con el resto de la comunidad. Pues en el

intento y con el fin de preservar la fuente de trabajo nace una nueva forma de trabajar

“(…) te relacionas mas con gente de afuera, que viene directamente a charlar con vos, antes
los patrones con nosotros y ellos, conoces la gente” (Pedro, trabajador del frigorífico “El
Tolosano”)

37
La cursiva es nuestra.

48
El Tolosano:

“Antes uno venía, trabajaba, no


tenía ningún tipo de problema,
ataba chorizos, se dedicaba nada
más que a eso, después
agarrabas, venía el horario y te
ibas a tu casa (…)”Entrevista a
Mariana, trabajadora del
frigorífico “El Tolosano”

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen libremente, influidos por

condiciones que ellos han elegido, sino bajo las circunstancias con que se tropiezan

inexorablemente, que están ahí (…)” (K. Marx)

Así tanto la conformación de la cooperativa de trabajo Obrera Tolosa Limitada,

como la organización del trabajo en base a la autogestión, son características asumidas por

los trabajadores bajo circunstancias que los condicionan, y que por tanto es allí donde radica

la importancia de ver cómo se dan estos procesos en un contexto de pobreza, desempleo,

precarización, relativo vacío legal38, desfragmentación social, desindustrialización, etc., en

el marco y a consecuencia del sistema capitalista. Aunque claro está que nos encontramos

lejos de creer que los trabajadores del frigorífico son actores pasivos, pues como han

demostrado han tomado la decisión de recuperar su fuente de trabajo mediante diferentes

elecciones en el camino; alianzas, relación con otros actores, etc. dejando en claro que ante

estas condiciones han tomado una posición activa y han presentado una posibilidad

diferente. Es así que una fábrica quebrada puede ser, potencialmente, una fábrica

recuperada.

Para acercarnos a este frigorífico y sus trabajadores, es necesario contar brevemente

un poco de su historia y de su presente.

38
Con relativo “vacío legal” nos referimos a la situación de las cooperativas de trabajo y a las
empresas recuperadas autogestionadas por sus trabajadores

49
El frigorífico, es actualmente (2009), administrado39 por la cooperativa de trabajo

Obrera Tolosa Limitada. Esta E.R.A.T tiene, al menos, dos características particulares: una,

es que la cooperativa fue conformada por sus trabajadores previo al quiebre de la empresa,

en enero de 2006, así nos cuenta Marta en una de las entrevistas por qué se dio esta

situación particular

“(…) bueno, acá la cooperativa, como les expliqué el otro día ya a ustedes (se
refiere al primer encuentro), primero la formaron mis compañeros40, es decir,
cuando acá hay movimientos raros después de tantos años de trabajo te empezás a
dar cuenta que algo está pasando, no necesitas que nadie te lo venga a decir y bueno
ahí por las dudas armaron la cooperativa y pidieron asesoramiento, a la papelera (se
refiere a la papelera San Jorge recuperada de la ciudad de La Plata) y les explicaron
todo, ellos les dijeron como tenían que hacer porque ellos unos años atrás habían
pasado por lo mismo (…)”.

Esto, a lo cual nos referíamos anteriormente, da cuenta de la experiencia histórica

que los actores de las fábricas recuperadas han planteado como antecedente, y que muestra,

por tanto, la posibilidad concreta de repetir la historia. Los trabajadores del frigorífico

entienden que el “apoyo” de la papelera San Jorge les presentó tanto la idea como la ayuda

necesaria para la posibilidad real de recuperar la empresa, su fuente de trabajo.

Y la segunda característica consiste en que es el único caso en el país donde se

declaró la ley de quiebra mediante edicto y luego de eso volvió a concurso preventivo41 (así

esto significa que hoy la empresa llamada Frigorífico “El Tolosano” S.A, se encuentra

nuevamente en concurso y no en quiebra)

39
Una vez declarada la quiebra (año 2006) los trabajadores solicitaron al juez, la continuación de la
explotación del frigorífico en sus manos, así luego de “idas y vueltas” el juez les otorgó la
administración del frigorífico, conjuntamente con un co-administrador. Esta situación inicial se
mantiene de igual manera a la fecha.
40
Marta realizaba y aún realiza tareas administrativas. Se refiere a que ella no es parte inicial de la
recuperación su participación es solicitada por sus compañeros y ella accede posteriormente.
41
Para información sobre legislación ver: Francesco Vigliarolo, Informe de investigación. Coop­
Form-2008. Proyecto: “Emprendedores Cooperativos. Recorridos posibles para los italianos de la
provincia de Buenos Aires-Ministerio de Trabajo-avviso 1/2004-misura B-fasc 204. “Empresas
Recuperadas: análisis y evolución desde 2001 hasta hoy”

50
La cooperativa Obrera Tolosa Limitada se encuentra conformada por 12

trabajadores, todos ellos trabajaban allí antes del proceso de recuperación, proceso que los

llevó a la toma de la fábrica durante un año.

“Hacíamos guardia, las mujeres estaban de día, nosotros las acompañábamos (…)
han venido a querer sacarnos, con barretas, prendíamos la luz y se iban. No la
pasamos tan….digamos… mal, algunos traían ropa fideos, lo repartíamos y por ahí
hacíamos changas: pintura, albañilería…” (Pedro)

Durante los primeros días sufrieron el hurto42, por parte de los ex dueños de la

empresa de maquinaria, balanzas y diferentes insumos. Debido a ésta situación, fue que los

trabajadores decidieron, junto con la ayuda recibida de sindicatos y vecinos, entre otros

actores “cuidar” la empresa, con el fin de no sufrir un saqueo total.

Es así que debido a este saqueo, parcial pero importante y sobre todo relevante en la

actualidad, es que el frigorífico desde su recuperación, no ha podido trabajar el área

mayorista del establecimiento. De allí que “de a poquito”, como ellos dicen, han empezado

a comprar insumos mediante diferentes subsidios (recibieron un subsidio del Ministerio de

Producción y están aguardando otro del INAES, que lo destinarán a la compra de un

vehículo), que les han permitido trabajar cada vez más y en mejores condiciones. Aunque si

bien, han avanzado, aún carecen de muchas de las herramientas necesarias para poder

funcionar a un “cien por ciento”.

Llegamos al tolosano, el frigorífico es un establecimiento de grandes dimensiones,

parece ser muy grande para tan poca gente. Nos presentamos y la primera sensación fue de

saturación de los trabajadores; muchos estudiantes, y personas en general se habían

acercado desde el momento del conflicto a entrevistarlos, por ello la saturación a la que nos

referimos tiene que ver con el desgaste de contar su historia una y otra vez, así nos decían:

42
Para la ley se considera “hurto” porque la empresa se encontraba en quiebra.

51
“a nosotros no vinieron a ver y a entrevistar mucha gente (…) de la universidad y de
otros lados, sobre todo cuando empezó el conflicto” (Omar)

Allí, debimos hacer hincapié en que nosotros estábamos interesados en conocer las

limitaciones actuales que se les presentan (alejándonos del conflicto en el proceso de

recuperación en sí), al fin y al cabo eso era lo que queríamos saber. Debimos desmantelar

nuestro sentido común y nuestro pensamiento sociológico, así, como se dice en la jerga

popular, debimos “parar la pelota”, y ver ¿de que hablamos cuando hablamos de

autogestión? y sobre todo ¿Qué es lo que pasa en la práctica autogestiva?

Básicamente se trató de indagar estas respuestas en base a tres ejes: ¿cómo se

organizan?, ¿cómo caracterizan a este tipo de organización? y por último ¿cuáles son los

alcances –aspectos positivos- y limitaciones que tiene trabajar de esta forma? Estos ejes

serán analizados en relación a categorías propias del trabajo asalariado capitalista, desde

conceptos desarrollados, principalmente por Kart Marx. Así se pondrán en juego, las

siguientes categorías: relaciones sociales de producción, relaciones asimétricas

(verticalidad/ausencia de relaciones jerárquicas), alienación/enajenación, fuerza de trabajo y

explotación. Dichas categorías serán utilizadas a los fines analíticos, a partir de y en

contraste con, la práctica autogestiva en el práctico real.

52
Entre embutidos y reses

Como ya hemos explicado anteriormente la idea de la cooperativa para los actores,

en principio, no constituyó una idea preconcebida, y no constituye, a nuestro entender, una

acción proactiva sino reactiva. Pero, a pesar de esto, no deja de ser peculiar que, en este

caso, la cooperativa haya sido creada de manera previa a declararse la quiebra de la

empresa.

Cuando comenzamos a pensar de qué forma podíamos presentar las entrevistas, y los

resultados de nuestro trabajo de campo observamos que la idea de ruptura del trabajo

autogestionado, en relación con el trabajo asalariado capitalista tradicional, era lo que

prevalecía, tanto desde la perspectiva de los trabajadores, mediante la exposición de

ejemplos de su organización cotidiana en base a las diferencias con el trabajo bajo patrón,

como de los objetivos planteados por los investigadores, sobre todo luego del trabajo de

campo.

Así consideramos que el planteo en base a la idea de ruptura es producto de las

concepciones, significados y representaciones que tenemos como sociedad capitalista en

torno al trabajo. Por lo que el trabajo ha adquirido ciertas consideraciones básicas, pero las

ideas y las realidades del trabajo ¿son únicas o naturales, o son históricamente

determinadas? Y de allí ¿qué es el trabajo autogestivo en el marco de una sociedad

capitalista? Nuestro interés no radica en caracterizar al trabajo asalariado típico, sino que

mediante el recurso de algunas contraposiciones, esbozaremos mediante la voz de los

trabajadores, las diferencias y rupturas principales encontradas.

Fue, a partir de éstos interrogantes, que intentamos reflexionar. Por supuesto que

responderlos a todos no sería tarea posible. Por lo que comenzamos a presentar y analizar

53
las entrevistas en base a cuatro dimensiones, surgidas de la retroalimentación entre teoría y

práctica.

Como ya mencionamos anteriormente, nuestro primer eje giró en torno a la forma de

organizarse en el espacio de trabajo, ante este interrogante, una de las entrevistadas nos

decía:

“rotamos y todos sabemos hacer todo. Cosa que ninguno sea indispensable,
cosa que si uno falta un día, lo sabe hacer el otro, es una manera de trabajar
bastante armoniosa, que lo hicimos nosotros, lo pensamos, que era lo que
habíamos pensado cuando estaban ellos, cuando estábamos con patrón. […]”
(Mariana)

La entrevistada hace referencia a que el conjunto de trabajadores se encarga de la

realización de todas las tareas necesarias para el funcionamiento del frigorífico. Así, cada

uno realiza su trabajo específico (aquél que realizaban bajo patrón) y se distribuyen de

manera equitativa el resto de las tareas: compra, venta, negocios, relaciones con clientes,

etc. Todos rotan, en la medida de las posibilidades, ya que existe la idea de que es la única

manera de sostener la empresa. Por un lado, debido a que son tan sólo 12 trabajadores, y por

otro, debido a que las responsabilidades que antes tenían los patrones o dueños de la

empresa, ahora recaen también sobre ellos.

En este sentido, vemos que no existe una distinción, al menos tajante, entre los que

Marx caracterizó como “trabajo manual” y “trabajo intelectual”. Si bien esto se debe, según

lo que dicen los trabajadores, principalmente a una cuestión de urgencia y necesidad, no

debe dejar de llamarnos a la reflexión. Así vemos que si bien, en razón de las características

individuales de cada trabajador, hay diferencias en cuanto a las llamadas capacidades

(Marta, trabajadora de El tolosano, es la única que tiene conocimientos administrativos,

mientras que Mariana tuvo grandes dificultades a la hora de ocuparse de la caja de la

carnicería) se observa que no por ello, estas características o situaciones constituyen un

54
impedimento para la rotación de todos los trabajadores por igual a la hora de realizar las

tareas necesarias para llevar adelante el frigorífico. Claro está que en relación al aprendizaje

no fue un camino fácil, y que aún así hay cuestiones que siguen siendo resueltas a razón de

las capacidades- aunque éstas pueden aludir a inseguridades, cuestiones familiares, etc. y no

a capacidades “intelectuales”-. Pero más allá de lo que nosotros podamos interpretar, resulta

de interés ver cómo significan ese cambio los propios trabajadores, para poder así tratar de

acercarnos a un planteo real.

Por su parte Marta nos decía

“estamos perfectamente organizados, ya desde el vamos cada uno sabia lo


que tenía que hacer y todos hacemos otro trabajo, de hecho ahora hay que ir a
pedir un presupuesto y yo no voy a ir, va a ir uno de mis compañeros, es
decir todos hacemos, antes cada uno tenía su trabajo específico, ahora de
acuerdo a las necesidades, se ve, digamos el que está mas capacitado para
hacerlo lo hace”

El trabajo se define aquí de acuerdo a las necesidades. Entonces podríamos

preguntarnos ¿en el trabajo típico asalariado las necesidades son desiguales? ¿Allí, el

trabajo se determina por la necesidad, o por la capacidad y las ganancias y aquí?

En un trabajo de características típicamente asalariadas (capitalistas), las relaciones

sociales de producción, están determinadas y dadas por relaciones jerárquicas, relaciones

que claramente no existen en el tipo de organización que existe dentro de esta unidad

productiva, ya que ahora no hay “patrones y trabajadores”, “empleadores y empleados”. No

existe ese “otro” que parecía natural. En este sentido, creemos que se produce, para el

trabajador, un afianzamiento de la potencialidad de hacer mediante su fuerza de trabajo, así

el trabajo ampliado a otras tareas se trasluce en una sensación de satisfacción, no sin miedos

ni mayores responsabilidades, pero significa la posibilidad de sostener la fuente de trabajo y

de subsistir dignamente como producto del esfuerzo y del trabajo permanente.

55
Entonces, podemos decir que esta organización se enmarca en la ausencia de

relaciones asimétricas, de relaciones de sumisión al trabajo, o al proceso productivo en

general. De allí que nos surgían otros interrogantes: ¿y ahora, para quién producen,

entonces? si no hay patrón ¿implica trabajar más? ¿Si las necesidades siempre existieron,

por que el salario o remuneración, es ahora producto de la necesidad? ¿Cómo se determina?

En “El Tolosano” no hay patrón, ni dueño/s, o propietarios de los medios de

producción, hay sólo trabajadores. Pero, ¿cómo? Entonces una empresa puede generar

“ganancias” sólo con el trabajo de los trabajadores, valga la redundancia. Esto es de lo que

Marx nos hablaba en El Capital, cuando se refería a conceptos como el de alienación,

enajenación, explotación y plusvalía, o del fetichismo de la mercancía.

La fuerza de trabajo deja de ser, al interior de la unidad productiva43 una “mercancía

más”. Es la fuerza de trabajo la única fuerza capaz de generar valor, esa forma, de la que

hablaba Marx se expone como una idea clara en una de las entrevistas, al pensar en torno al

dinero que genera ahora la empresa con la cooperativa, pues ¿es que antes no los generaba?,

así se preguntaba una de las entrevistadas al respecto

“todas las maquinarias, se han mejorado muchísimo las maquinarias,


el rebobinado de motores…muchas cosas que no se le han hecho
mantenimiento durante muchos años, obviamente que si no se hace se va
deteriorando cada vez mas, y vos para el trabajo lo necesitas así que eso es,
tal vez no se vea, pero forma parte del mantenimiento de este edificio. Un
edificio tiene un valor cuando esta cerrado y tiene un valor muchísimo
mayor cuando esta abierto, en pie y en funcionamiento y eso se lo estamos
dando nosotros, nosotros tenemos cuanta corriente, nos dan cuenta corriente
los proveedores eso es por el comportamiento que nosotros hemos tenido,
nosotros pagamos absolutamente todo y después de lo que queda hacemos el

43
Consideramos pertinente aclarar que el resto del circuito de producción (la compra de los insumos,
la venta de los productos, etc.) continúa presentando las características típicas del mercado capitalista
y que por tanto es allí donde el producto del trabajador vuelve a ser una mercancía. Incluso nos
animaríamos a pensar en que es en esos circuitos donde la plusvalía retoma su lugar.

56
reparto, me entendés, no es que vivimos de lo que le sacamos a los demás”
(Marta)

El valor, así se indica, está dado claramente porque el frigorífico está funcionando.

La fuerza de trabajo es lo que genera el valor, es la única necesaria, por eso es que los

trabajadores se preguntaban acerca de cómo podía ser que ellos “sin nada” (sin más nada

que su fuerza de trabajo) habían logrado que el frigorífico funcione y “ellos” (los patrones)

no. Se escuchaban voces que decían

“Si uno quiere que funcione…, ahora ¿para que lo compraron? Si era un
lavado bue….” (Pedro)

Claro estaba que tanto sus significados como los nuestros, acerca del trabajo,

estaban impregnados de connotaciones referidas al trabajo asalariado capitalista. Así cuando

hablábamos con los trabajadores aparecían algunas frases que, consideramos, no deberían

sonar extrañas a la hora de pensar en un espacio de trabajo, ¿o si?

“acá adentro si es un día de poco trabajo y terminaron su trabajo de pueden ir,


trabajan con música, por ejemplo, después no tienen una hora fija para descansar,
antes era de 9 a 9:30, normalmente tratan de respetarlo, pero si hay trabajo lo toman
más tarde o no lo toman, si hay que quedarse más horas se quedan, pero si se tienen
que ir antes también se van, es decir no tenés que cumplir un horario estricto”
(Marta)

En éste extracto de entrevista, aparece la idea del control del tiempo por ellos

mismos, a diferencia del tiempo en las relaciones capitalistas donde éste es controlado por

los propietarios de los medios de producción, generando lo que Marx denominaba plusvalía

absoluta.

57
Claramente el espacio de trabajo era caracterizado por contraposición al trabajo bajo

relación de dependencia ¿y cómo caracterizaban al trabajo anterior, bajo patrón?

“La única ventaja que tenía el trabajo anterior era que uno estaba con la cabeza fresca,
venía, yo ataba chorizos y me iba. Después, si se caía el mundo, si se caí el Tolosano
ya no era problema mío, y ellos era patrones y eran los que mandaban. Por ahí dabas
una opinión como que algo no te parecía y te sacaban volando, entonces optabas por
decir ´ma´sí si encima que te digo las cosas no me das bolilla, anda a la miércole´ Uno
se manejaba en su trabajo y punto, ahora no, uno maneja casi todos los trabajos, uno
está en lugares que por ahí antes no estaba y que ahora por ahí tiene que estar porque
tenés la obligación, por ejemplo ir a la abogada, meterte en la causa, prestar atención a
un montón de cosas que antes no lo hacías porque no tenías necesidad y porque nunca
te presentaste frente a una situación como ésta, pero ahora vivís con la adrenalina todo
el tiempo, encima, que antes no, es lo único que cambia lo que era antes a lo que es
ahora. Ahora la tenés que pelear, antes venías, hacías lo tuyo, para cobrar nada más”
(Mariana)

El trabajo anterior aparece caracterizado como un trabajo monótono, como un signo

de automatización o de cumplimiento y realización individual, dirigido a la obtención de un

salario.

“vos venías hacías lo tuyo y te ibas a tu casa” (Mariana)


“antes cada uno hacia su trabajo, de relacionarte nada (…)” (Omar)

Y si respondía a un trabajo autómata, individual ¿Cómo era la relación dentro de la

unidad productiva con el resto de los trabajadores?

“Yo estaba en las oficinas y hacía todo lo que era facturación, bancos, cuentas
corrientes, y allí despachaban dos chicas: Rosa y Marcela (…) si, si de hecho ahí es,
en ese tiempo que ellas despacharon donde tuvimos oportunidad de empezar a
tratarnos (…) porque con los demás compañeros ya les expliqué, uno los conocía de
todos los días, del buen día y hasta luego” (Marta)

Por su parte nos decía Pedro:

58
“Creo que al compañero lo conoces más, juntas más, te sentís más seguro en sí
mismo eh…, hablamos y decís vamos a hacer esto…y ves que lo podes hacer, te
relacionas más con gente de afuera, que viene directamente a charlar con vos, antes
los patrones con nosotros y ellos , conoces la gente (…)”

Aquí se muestra que evidentemente los lazos entre los compañeros se han

fortalecido, producto de la lucha comenzada en la recuperación. Permanentemente se alude

al lugar de trabajo como un lugar atravesado por compañerismo, por relaciones sociales

claramente diferentes a las que encontramos en una empresa capitalista, donde las

relaciones son entre la máquina y el trabajador dentro de la propiedad privada del patrón. La

igualdad se constituye en un elemento inexistente porque se parte de una desigualdad: la

posesión o no de los medios de producción. Estas características del trabajo capitalista,

plantean una relación claramente asimétrica: de poder y subordinación, entre el patrón y el

“empleado”. Ahora, por el contrario, la igualdad aparece ante la falta de asimetrías en el

grupo de “trabajadores”, donde no existen ya trabajadores “empleados”. Así se encuentran

trabajador y producto, la enajenación44 pareciera no tener lugar, al menos por ahora, como

parte del proceso de producción.

Ahora bien, las responsabilidades se han acrecentado, pero esta situación no es

caracterizada por los trabajadores, con una connotación negativa. Pues ya no se trata de

trabajar para mantener o acrecentar el beneficio y las ganancias de otros, sino que se trata

del bienestar de los trabajadores, en el orden de lo colectivo y también de lo individual.

Este eje recorrió todas las entrevistas, insistiendo en que el cansancio y la energía

depositada en el ámbito de trabajo son enormes. En esta línea pudimos ver uno de los

44
“Su trabajo no es voluntario sino impuesto, es un trabajo forzado. No es la satisfacción de una
necesidad, sino sólo un medio para satisfacer otras necesidades. Su carácter ajeno se demuestra
claramente en el hecho de que, tan pronto como no hay una obligación física o de otra especie es
evitado como la plaga. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo que
implica sacrificio y mortificación. por último, el carácter externo del trabajo para el trabajador se
demuestra en el hecho de que no es su propio trabajo sino trabajo para otro, que en el trabajo no se
pertenece a sí mismo sino a otra persona” (Marx, 1864)

59
significados más relevantes, ya que implica una puesta en juego clara respecto a lo que

implica trabajar en el marco de una relación capitalista. Así Marta nos decía a través de una

frase, lo que implica trabajar sin relaciones asimétricas:

“ahora si te va mejor, nos va mejor a todos”

En este punto se pone de relieve una gran diferencia con las relaciones capitalistas,

pues nuestra entrevistada apunta a que si bien cuando la empresa perdía ganancias, los

trabajadores (salvo en el caso de la quiebra) no veían necesariamente afectados sus salarios,

en el caso contrario de un aumento en las ganancias, los trabajadores nunca se verían

beneficiados con dicha situación. En la cooperativa no existe la plusvalía en términos

estrictos, pero no porque no estén las condiciones para su existencia, en términos de

productividad, etc. sino porque el trabajo está dado en el marco de relaciones sociales

igualitarias, o al menos no de explotación, por lo que los salarios están determinados por

otros factores (como los precios de los insumos, mercaderías, etc.) la plusvalía (valor que el

trabajo no pagado del obrero asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo ­

que es la única mercancía capaz de generar plus valor- y del que se apropia gratuitamente el

capitalista, esto es posible, debido a las relaciones sociales de explotación) seguramente

vuelve a encontrarse en el circuito de compra y venta de los bienes producidos, pero no

hacia dentro de la unidad productiva, aunque estas desventajas y este contexto capitalista

generen nuevamente la explotación e incluso la auto-explotación de los trabajadores.

Ante el interrogante acerca de dónde y cómo se calculan los salarios de los

trabajadores, obtuvimos una respuesta bastante inesperada, al menos extraña para los

investigadores. Así Marta nos decía:

“(…) aparte el hecho del sueldo…cuanto más trabajas mas ganas”

60
¿Cómo? repreguntamos consternadas. Así Marta nos volvía a responder con gestos

que indicaban que no había razones para no entender

“(…) es decir, los que más trabajan más ganan”

En este punto se ve claramente que lo que se prioriza a la hora de determinar la

remuneración, es la productividad en términos de las reglas del mercado, pues a

mayor cantidad de producción (lo que implica mayor venta de productos y por lo tanto

mayores ganancias en términos monetarios) mayor será el salario del trabajador, tanto

en particular como del conjunto. Entendemos que esta característica, que adopta la

autogestión, consiste en una forma diferente y alternativa, pero que coexiste

asimétricamente con las relaciones de mercado capitalista y que por tanto hay

cuestiones hacia adentro de la unidad productiva que se siguen definiendo a razón de

esta relación de mercado.

Pero ¿Por qué y cómo se decidió adoptar ésta forma y no otra?

“si, es decir, a mí particularmente me pareció,…y habiendo gente con muchas


necesidades…y sabiendo que al principio las cosas todo te iba a costar muchísimo, me
pareció malo, digamos, hacer diferencias. Lo que no quita que por ahí mas adelante, si
es que las cosas van bien, se haga, pero en principio cuando vos tenés que empezar es
duro, y entonces a mi me pareció la mejor manera, pasa que después te das cuenta que
en el grupo hay gente que esta muy comprometida que hace de todo, trabaja un
montón, y hay otros que miran, terminan un trabajo y son incapaces de ayudar al
compañero para terminar antes, o van veinte veces al baño, no se vos te das cuenta que
pelotudean, entonces,…ellos mismos se dan cuenta, porque de hecho yo cuando paso
puedo ver una, dos veces ellos después en las reuniones lo dicen…entonces hablamos
con el contador y este…se podía hacer por hora de trabajo, por hora a mi no me
convencía porque también hacen tiempo…no todos estoy hablando de los mas
conflictivos, entonces a mi no me convencía porque después lo alargan lo

61
alargan…entonces a mi me pareció lo mejor, dentro de todas las formas que propuso
el contador, el de productividad (…)”

Así, aunque los trabajadores en un futuro, puedan decidir los salarios en razón de

responsabilidades, u otras formas, hoy por hoy, no sólo no hay explotación, ni plus valor,

sino que el salario se calcula en base a la necesidad de los trabajadores, de manera

igualitaria y no equitativa. Quizás estas decisiones, como nos decía Marta, se enmarquen en

el contexto de urgencia y necesidad de los trabajadores en el primer tiempo de la

cooperativa, y entonces no constituyan una forma diferente a la capitalista, sino que sean

determinaciones momentáneas y de contexto, o quizás si. Por otra parte se sigue pensando

en categorías como la de productividad, es decir que se sigue pensando según las reglas del

mercado capitalista. Como ya dijimos anteriormente, a mayor cantidad de producto

elaborado por el trabajador mayor será el salario. Aquí entonces la diferencia se encuentra

en que: si bien los salarios se determinan a razón de la productividad (al igual que en las

relaciones asalariadas típicas) los salarios se deducen de manera igualitaria, es decir que la

productividad influye en un mismo salario para el conjunto de los trabajadores. Este último

aspecto es el que se diferencia y establece una ruptura con el trabajo típicamente capitalista.

Las diferencias con el trabajo bajo patrón, en mayor o menor medida, no dejaban de

presentarse, aunque observamos que todos los entrevistados hacían un especial hincapié en

resaltar el rol del dueño fundador del frigorífico, con cierta añoranza

“(…) Era un hombre bueno, cordial, que había pasado por una guerra y tenía mucha
consideración con el personal, y era una persona muy buena con nosotros, trataba de
fijarse a quién le faltaba algo, si te quedabas [más tiempo] te pagaba, te pagaba a
término, una excelente persona” (Marta)

62
En este punto vemos la idea, antes mencionada, de que la autogestión no constituye

de por sí una concepción anticapitalista, en nuestro caso el problema del trabajo bajo patrón,

está marcado fuertemente por “una mala administración del último dueño del frigorífico”.

En cuanto a las condiciones en las que se encuentra el frigorífico, como ya

mencionamos, cuando comenzaba el proceso de recuperación, la fábrica fue parcialmente

saqueada, mediante el hurto de insumos, y capital constante.

Así las condiciones óptimas, o al menos, las condiciones mínimas anteriores de

funcionamiento del frigorífico, fueron obstaculizadas por estos sucesos, sumado a la falta de

capital inicial con la que comenzaron a trabajar.

Es debido a esto que la cooperativa ha recibido varios financiamientos de distintos

ministerios45 y se encuentran a la espera de nuevos subsidios. Así se pone en evidencia, la

necesidad de la relación de la cooperativa con otros actores desde el comienzo de la

recuperación. Los actores externos relevantes, ya sea en relación al momento de la

recuperación, o luego, según el testimonio de los trabajadores son: el Sindicato de la

Televisión y el Sindicato de la Carne con presencia en el momento que se iniciaron y

colaboraron con el dinero en efectivo para iniciarse, la Confederación General del Trabajo

(CGT), el Ministerio de Producción les otorgó un subsidio de treinta mil pesos, la

Confederación de trabajadores Argentinos (CTA), en especial el ANTA46 cuando tuvieron

que hacer corte de calle, entre otras organizaciones sociales y vecinales. Se entiende que

estos actores condicionaron y condicionan el tipo de funcionamiento y las posibilidades de

desarrollo y perspectiva futura del frigorífico.

Lo que los trabajadores del frigorífico reconocen como el “gran limite” que tiene la

cooperativa actualmente, es lo que respecta al marco legal y judicial. La cuestión de la ley

45
El Ministerio de Producción les otorgó un subsidio, que les permitió comprar balanzas electrónicas,
cortadora de fiambres y mercadería.
46
Asociación Nacional del Trabajo Autogestionado. El ANTA constituye hoy en día el único sector
que tiene como objetivo ser el sindicato de estos trabajadores, que por el tipo de trabajo no se
encuentran alojados ni protegidos por ningún sindicato histórico de los trabajadores.

63
de expropiación y de que el frigorífico se encuentre nuevamente en concurso y no en

quiebra, genera varios problemas. Un ejemplo es que los trabajadores deban pagar ingresos

brutos del frigorífico (las cooperativas no deben abonar ingresos brutos), además la

cooperativa se encuentra trabajando bajo una doble administración, lo que produce una

especie de híbrido (pues no funciona enteramente como una cooperativa ni como una

empresa capitalista) que en palabras de indignación ante la falta de resoluciones legales

pertinentes una de las entrevistadas caracterizaba

“éste engendro que tenemos que no es ni chicha ni limonada” (Marta)

La entrevistada, con esta frase, hace referencia a la compleja situación legal, ya que,

por ejemplo, al no encontrarse la empresa en quiebra, la cooperativa funciona, así, dentro

de las instalaciones del frigorífico que se encuentra en concurso. Por ello, encuentran

grandes límites a la hora de pensar en la manutención del edificio, la elaboración de

reformas, etc., ya que se parte de la incertidumbre de mantener o no el lugar de trabajo.

Otro de los actores externos que aparecen como relevantes en las entrevistas es el

Estado. En este sentido, se hace alusión no a la “ausencia” de éste sino a las deficiencias de

sus acciones.

“para mi el Estado tendría que hacerse cargo de las leyes de expropiación y además
debería tener equipos de gente que no muestre la parte teórica, porque la aparte
teórica es muy linda, pero en realidad la gente lo aprende con la practica, mucho
mas en una cooperativa y en una recuperada donde no se saben muchas cosas no se
sabe como gestionar, entonces deberían tener equipos que venga a trabajar con la
gente y les enseñe…entonces en este caso, bueno cada uno, en esta cooperativa,
como en la papelera, mas o menos cada uno conocía su trabajo y aparte con el
contador, digamos que tenemos y después gente que también nos ha ayudado de
afuera, nosotros pudimos salir adelante, pero yo he visto cooperativas donde la gente
no tiene por ahí una capacidad como para desarrollarse, entonces para mi el Estado

64
debería estar presente en eso y a lo mejor dos o tres meses estar con la gente y
enseñarles a caminar…., pero con los cursos no ganamos nada, porque ustedes
tienen que pensar que en una cooperativa a lo mejor no todos tienen estudios
secundarios, a lo mejor si tienen, oficios, entonces los cursos no sirven, lo que sirve
es la practica y el compenetrarse con la gente y entender como resolver…a mi
criterio” (Marta)

Observamos que el Estado aparece como un actor que tiene que oficiar de “ayuda”,

de “apoyo”, al menos, de una manera más eficiente.

Consideramos por ello importante decir que el Estado aparece no sólo como esfera

importante, si no que además se encuentra presente, aunque con deficiencias, en el marco de

lo que nosotros mediante la investigación hemos visto como la promoción de otra

economía: la Economía Social. Es un actor al que los trabajadores interpelan , mediante su

discurso, de manera permanente.

En el caso del frigorífico hemos apuntado que han recibido subsidios de distintos

organismos gubernamentales (como el Ministerio de Producción) Al indagar sobre el rol

que los trabajadores del frigorífico consideran debiera tener el Estado, se le atribuye la

función de “árbitro” como necesaria. Se entiende que el rol debe ser, por una lado, el de

oficiar de garante de los trabajadores entre la justicia y los acreedores (en su caso), y por el

otro, de garantizar la promulgación de leyes que actúen en beneficio de la situación de las

E.R.A.T.

Entonces lo que presenta el gran marco de limitaciones para el “normal”

funcionamiento del frigorífico, según los trabajadores, son cuestiones derivadas de las

acciones u omisiones de distintos actores externos, junto con el marco económico y social

en el que se encuentran. Con actores externos nos referimos principalmente al Estado, la

justicia y las leyes.

65
Como dijimos anteriormente y pudimos ver a lo largo de nuestro trabajo de campo

realizado en el frigorífico, la práctica autogestiva es, claramente, una organización factible y

posible.

Sin embargo, una de las conclusiones a las que podemos arribar, es que entonces, el

análisis de este tipo de práctica debe ser, como mostramos a lo largo de nuestra

investigación, entendida en un contexto histórico determinado, donde este tipo de trabajo

coexiste en una continua conflictividad tanto (que se establece asimétricamente) con el

trabajo típicamente asalariado como con la estructura social-política y económica que

responde a un sistema capitalista.

En nuestro país las altas tasas de desempleo y la pobreza, funcionan como

condiciones estructurales que posibilitan anteponer la urgencia y la necesidad de “sostener”

la fuente de trabajo, sin importar las condiciones en las que el trabajador se encuentre. Por

ello hemos visto que, por un lado, el trabajo autogestivo está caracterizado por nuevas

formas de organizar el trabajo, adoptando así : la horizontalidad, la democracia, la rotación

de tareas, la falta de relaciones asimétricas, como características distintivas, pero también

que reproduce viejas , aunque a veces reformadas formas de relaciones asalariadas

típicamente capitalistas: la idea de productividad, el fantasma de la auto-explotación para

generar competencias de la empresa en el mercado, cuestiones que si bien no son

enteramente capitalistas se asocian y pueden reforzarse ,o no, con el correr del tiempo.

El caso de “El Tolosano”, como ya mencionamos en párrafos anteriores, nos permite

ver la posibilidad real de sostener este tipo de organización , aunque claramente presente

sus limitaciones, dadas muchas veces por el proceso mismo o por el contexto de asimetría

en el que se encuentra existiendo.

En resumen, vimos que los trabajadores no encuentran grandes limitaciones en lo

que respecta a la organización hacia dentro de la unidad productiva, aunque sí, y de manera

66
muy importante, las ubican hacia fuera. Es decir que ubican los límites, sobre todo, en

relación a la acción o desenvolvimiento de actores externos, situación que sin dudas

termina, a nuestro entender, generando conflictos hacia el interior mismo del frigorífico, y

que por tanto, demuestran que este tipo de organización se reformula permanentemente bajo

las condiciones impuestas por la situación de desventaja a la que hemos hecho alusión en el

desarrollo de nuestro trabajo.

Ahora se encuentran con nuevos problemas como los que se refieren a la seguridad

social, los aportes jubilatorios, la posibilidad de perder el establecimiento por el desarrollo

de las cuestiones de índole judicial y legal, el estancamiento de la producción por falta de

capital, entre otros. Hemos visto que los actores presentan estas preocupaciones a la hora de

evaluar un futuro próximo, y que por tanto la idea de perdurabilidad depende más del

desarrollo del contexto que de la forma organizativa, claro está que, ya que como hemos

visto, las condiciones estructurales y el contexto condicionan el desarrollo mismo de este

proceso.

67
Conclusiones

Consideramos entonces que la autogestión, en la Argentina actual, tiene un

desarrollo al menos significativo. Así se encuentran bajo variadas formas y actividades,

grupos de trabajadores que organizan su trabajo en torno a la asociatividad, la

horizontalidad y la democracia, en relaciones sociales de producción igualitarias.

La Autogestión se presenta, al menos en sus inicios, con las empresas recuperadas,

autogestionadas por sus trabajadores, como forma alternativa y posible frente a la perdida

real de la fuente de trabajo.

En cuanto a las características del mundo de la autogestión, observamos que en

algunos casos puede existir una cuestión de tinte ideológica en la conformación de un

espacio de trabajo autogestivo (como el caso del sector de Producción y servicio de bienes

simbólicos), y en otros generarse, o no, en el desarrollo del mismo.

Por otro lado, pudimos ver que la práctica autogestiva nos muestra un gran abanico

de formas de trabajo, donde la forma legal adquirida, principalmente, es el de las

Cooperativas de Trabajo. Lo que nos indica el relevamiento es una heterogeneidad de

formas autogestivas, ya sea en lo que respecta al tipo de organización: cooperativas de

trabajo, fundaciones, asociaciones civiles, mutuales; como en cuanto al tipo de actividad

que desempeñan: proyectos productivos-industrial, artesanal, etc.- o de servicios –

culturales, radiales, comerciales, etc.

En cuanto a lo que refiere a la cantidad de trabajadores que se organizan bajo esta

forma, en el 90% de los casos, son grupos de entre 1 y 30 trabajadores por proyecto o

68
emprendimiento, es decir que hablamos de pequeñas empresas y pequeños

emprendimientos productivos y/o de servicios

Consideramos que una de las cuestiones más relevantes de la descripción

cuantitativa realizada, fue la de observar la multiplicidad de formas y actividades que este

sector está representando.

Este tipo de organización del trabajo no significa, necesariamente, un trabajo que

conlleva un ideal-político anticapitalista, aunque en su desarrollo difiera, en términos

estrictos, de éstos parámetros. En esta línea hemos visto, mediante nuestro análisis de caso

que, la ruptura con las relaciones asalariadas capitalista se encuentra en distintos nudos de la

producción.

En resumen, pudimos observar que: en cuanto al espacio de producción, éste se

caracteriza por la ausencia de relaciones asimétricas; que el “salario” se define y deduce en

base a la necesidad de los trabajadores y no por las reglas impuestas por el mercado o el

patrón, pero, en este punto señalamos que se sigue estableciendo el canon por

productividad, es decir, si bien no de manera estricta, al fin y al cabo, nuevamente según

las reglas de mercado. Otro de los nudos fue lo referente a las ganancias, analizado

mediante el concepto de la plusvalía. En este sentido, vimos que la plusvalía no existe,

como consecuencia de la ausencia de la relación trabajadores/dueños de los medios de

producción. Que el trabajo no produce condiciones de alienación o enajenación, ya que no

hay sacrificio y mortificación por otros, pero si, muchas veces, que debido a la competencia

con el mercado (que sigue vigente en el circuito de producción y venta de bienes), puede

incurrirse en la auto-explotación, así advertimos, a través de las entrevistas que se trabaja

mayor cantidad horaria y se realizan multiplicidad de tareas.

Por otra parte si bien, el análisis puede ser mucho más exhaustivo y amplio,

consideramos que hemos cumplido con la idea de esbozar algunas características

69
principales del trabajo autogestivo, y también en lo que refiere a sus alcances y

limitaciones.

Claro está que la autogestión, como forma de organización del trabajo, coexiste de

manera conflictiva y antagónica con las relaciones de trabajo capitalistas. Indicando que, en

esta coexistencia, el trabajo autogestivo, se encuentra claramente en una relación de

desventaja y subordinación, por cuestiones claves como la falta de inversión, capital

constante, competencia de precios, políticas favorables, contexto internacional, etc.

Es antagónica porque pone en jaque todas las “verdades” sobre la producción y la

organización del trabajo, donde el trabajador vuelve a ser el generador del valor para sí, él

se pertenece a sí mismo, aunque también pueda derivar en un penoso pasaje de la

explotación a la auto-explotación, o bien generando nuevas relaciones asimétricas. Cabe

aclarar que es antagónica pero no lo suficiente como para anular su posibilidad de

coexistencia.

Uno de los problemas básicos que se nos presentó a la hora de delimitar la llamada

autogestión, fue lo que refiere a lo estrictamente etimológico de la palabra, eso nos hacia

pensar en una contradicción el pensar un proyecto de autogestión “acompañado” o

“realizado” junto con organismos dependientes del Estado.

Lo que hemos podido observar fue que en cuanto a las fuentes utilizadas para la

conformación de nuestro corpus de datos, muchas de ellas consultadas provienen de

distintos organismos estatales, y que en muchos de los casos estos organismos han sido

creados luego de la aparición de las conocidas Empresas Recuperadas y del crecimiento de

experiencias autogestivas en nuestro país como es el caso del “Consorcio de Gestión

compartida para el desarrollo local de la provincia de buenos Aires”.47 La idea de que

47
“El consorcio se constituyó para contribuir a la construcción de un modelo de Estado presente,
participativo, e inclusivo, que promueva la complementariedad y la cooperación entre los actores
gubernamentales y de la sociedad civil, sobre la base del supuesto de que se reconozcan, se respeten y

70
existan espacios de coparticipación como estos nos hizo reflexionar. Así, si bien excede

nuestro objetivo, podemos ver que hay un Estado presente en relación a estas

organizaciones del trabajo.

Al mismo tiempo se plantean, a partir del conocimiento de este actor (el Estado),

nuevas preguntas y fronteras más borrosas en lo que remite estrictamente a una posible

conceptualización de una economía alternativa que contribuya al desarrollo social.

¿Por qué? Porque el Estado ya no aparece sólo en lo que se refiere a un actor

fundamental y responsable de las situaciones de pobreza, desempleo de la Argentina, si no

que en este momento el Estado pasa a ser “un actor más” de ésta “nueva economía”, de esta

“nueva organización del trabajo” actuando como agente promotor en base a la idea de una

participación compartida.

En lo que refiere a la temática en torno al financiamiento, analizamos que todos los

proyectos son autogestionados, a pesar de que reciban financiamiento o subsidio externo, la

diferencia radica, en todo caso, en si existe inyección presupuestaria de inicio o durante el

proceso. Al respecto un trabajador de un centro cultural nos decía: “si vos crees que uno se

va a vender por recibir subsidios el problema lo tenés vos”. Nosotros consideramos, en base

al contexto que enmarca estas organizaciones, a los casos estudiados y a aquello que los

investigadores consideran autogestión, que en principio, si un proyecto recibe subsidios no

deja de ser autogestivo. Pero sin embargo esta consideración no cierra un debate sobre el

financiamiento y el auto-sostenimiento ni intenta que así sea, sólo presenta una afirmación a

partir de los casos concretos (aunque no se cancele la cuestión en términos de los ideales de

este tipo de organización)

posean la suficiente decisión política para encarar ésta tarea en común” Programa del primer
seminario sobre economía solidaria realizado en el complejo turístico de Chapadmalal los días 2 y 3
de Mayo de 2008, organizado por el Ministerio de desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires y
dicho consorcio.

71
La organización de trabajo autogestiva, consideramos y hemos visto a lo largo de

nuestro trabajo de campo y análisis constituye una ruptura con las tradicionales relaciones

asalariadas capitalistas.

Sin dudas la autogestión es posible y constituye una forma de trabajo viable. Pero para que

pueda ser sustentable y sostenerse como posibilidad debe estar enmarcada en un proyecto

social de país diferente, que presente ciertas condiciones necesarias: como lo referente al

marco legal, la seguridad social, la capacitación, un desarrollo económico donde la sociedad

y la economía no sean conceptos y realidades escindidas, donde la pobreza no sea la norma,

y donde, sobre todo, la autogestión no constituya la “rareza” ni una “novedad”, para avanzar

hacia una caracterización positiva y claramente posible. Que revierta la subordinación al

sistema capitalista hegemónico.

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