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El Sagrado Cordón de San José

* EL CÍNGULO DE SAN JOSÉ *

El Cíngulo de San José se originó en Antewerp, Bélgica, en 1657,


con la cura milagrosa de una devota monja Agustina, llamada Hna.
Elizabeth. Después de una severa y dolorosa enfermedad de tres
años, los médicos habían perdido toda esperanza para curarla, y
esperaban que muriera pronto. Pero la Hna. Elizabeth, habiendo sido
siempre devota de San José, fabricó un Cíngulo, lo hizo bendecir en
honor del Santo y se lo ciñó a la cintura. Unos días después,
mientras rezaba ante la estatua del Santo, dejó de sentir los
dolores. Su curación se consideró milagrosa. Así pues, la devoción
del Cíngulo se extendió, y numerosas gracias fueron concedidas a
través de su uso devoto. El Cíngulo no fue utilizado sólo como
remedio de males físicos, sino también como una ayuda espiritual
para conservar la virtud de la pureza. La devoción fue aprobada por
la Sagrada Congregación de Ritos, el 19 de septiembre de 1859, y
también fue bendecida y aprobada por el Papa Pío IX.

Se cuenta que Sor Isabel Sillevorts fue, en cierta ocasión, atacada


del "mal de piedra", sin que todos los recursos de la medicina,
empleados para curarla, surtiesen cualquier efecto. Devota de San
José, Sor Isabel, animada de la más firme confianza en el
Patrocinio de este Glorioso Santo, logró que un Sacerdote le
bendiga un cordón, ceñido a la cintura, en homenaje al gran
Patriarca, abandonando de esa forma los recursos de la terapéutica
y iniciando, con todo el fervor, una Novena de Súplica al Esposo
purísimo de la Virgen María, Madre de Dios.

Algunos días después, más precisamente el 10 de junio de 1649,


cuando, entre fuertes dolores, hacía al Santo las más ardientes
súplicas, Sóror Isabel se ve libre de un cálculo de dimensiones muy
grandes, quedando así curada. La repercusión del milagro fue muy
grande y rápida, haciendo que aumentase, en los habitantes de
Anvers, la devoción a San José, que ya no era pequeña.

En 1842 en Verona, fue este hecho publicado, causando gran


repercusión y muchas personas enfermas se ceñían con el cordón y
experimentaron la valiosa ayuda del Glorioso Patriarca, el Santísimo
José.

H oy en día, es buscado para el alivio de dolencias físicas, y con


igual éxito, a los peligros del alma.
Debemos, también, subrayar que, el Cordón de San José es
utilizado como un arma poderosa, contra el demonio de la
impureza. Debido a su comprobada eficacia contra los males
corporales, espirituales y morales, la Santa Sede autorizó la
Devoción del Cordón de San José, permitiendo hasta que fuera
usado pública y solemnemente.

En una de las extremidades, el Cordón tiene Siete nudos que


representan los siete dolores y las siete alegrías del Glorioso San
José. Por último, el Cordón de San José debe ser bendecido con
bendición propia, por sacerdotes que tengan facultades para ello.

El sacerdote, en ese momento, bendice e inciensa los cíngulos y


concluye con una oración, invocando de Dios el don de la
perseverancia y la vida eterna. -
Se bendice solamente el primero; los otros sucesivos (en caso que
se extraviara) no es necesario que sean bendecidos; no necesitan la
imposición de parte del sacerdote, bastando la bendición ritual
ya impartida por él.-

El Cordón de San José, siempre que esté vendito, puede ser usado
de las siguientes maneras de Usarlo:

(El cordón mayor ceñido a la cintura bajo la ropa),

(El cordón más pequeño en la muñeca.) O tenerlo bien guardado


para ser usado por la ocasión de dolores y sufrimientos físicos,
aplicándolo con fe en la parte enferma del cuerpo, puede, también,
ser usado en el carro, en los libros escolares, en la cartera de
documentos, en la licencia de conducir, en la almohada, etc. También
puede colocarse en la cabecera del paciente y en la muñeca. Las
personas que usen habitualmente el Cordón de San José tendrán la
gracia de la buena muerte.
El Cordón de San José puede y debe ser usado por las gestantes
que lo llevarán ceñido a la cintura, protegiéndolas del peligro de
aborto, en los partos difíciles, etc, como comprueban cientos de
hechos. Se debe rezar, diariamente, Siete Glorias al Padre en honor
de los siete dolores y de las siete alegrías de San José, o cualquier
otra oración a San José.

El Cíngulo debe ser de lana o algodón, con siete nudos en uno de los
extremos, y se ata alrededor de la cintura. Debe ser bendecido por
un Sacerdote.

Quien viste el Cíngulo debe recitar el Gloria al Padre siete veces


todos los días en honor de los siete dolores y los siete gozos de San
José, así como la oración por la pureza. "A ti San José del
Encuentro con la Vida, en gratitud por tantos beneficios"

El significado del cordón: Jesús nos exhorta a prepararnos a la vida


eterna con la pureza de la vida y las obras santas, afirmando en San
Lucas "…Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas…"
(12,35).

El cordón significa la pureza; es signo de fe. Dice S. Pablo:


"Cíñanse con el cinturón de la verdad… "(Ef.6,14). Es también signo
de justicia y de fortaleza, es signo de penitencia.

El cordón debe de ser bendecido por un sacerdote.

La bendición litúrgica ha sido aprobada por el Papa Pío IX el 19 de


septiembre de 1859, y se encuentra en el ritual romano. Se
compone de cinco plegarías:
En la primera, "'se invoca la bendición sobre el cordón, que se llama
"carnet de castidad";

En la segunda se invoca el don de la pureza de mente y de cuerpo;


en la tercera nuevamente, se invoca la intercesión de San José,
custodio de Jesús y María para la castidad;

En la cuarta se ruega para una vigilante espera de la buena muerte.


El sacerdote, en ese momento, bendice e inciensa los cíngulos y
concluye con una:

Quinta oración, invocando de Dios el don de la perseverancia y la


vida eterna.-

El uso del cordón es particularmente recomendado para las


personas enfermas.

.LADEVOCION DE LOS SIETE DOLORES Y


GOZOS DE SAN JOSE
Para propiciar la veneración e imitación y para solicitar la ayuda de
San José, ponemos a continuación el siempre actual Ejercicio de los
siete Dolores y Gozos…

PRIMER DOLOR Y GOZO

Glorioso San José, por el dolor y el gozo


que viviste en el misterio de la
encarnación del Hijo de Dios en el seno
de nuestra Santa Madre la Virgen
María. Obtiene para nosotros la gracia
de la confianza en Dios (hacer una breve
pausa para meditar)

Rezar un Padre nuestro, Ave María


y Gloria

SEGUNDO DOLOR Y GOZO


Glorioso San José, por el dolor que
experimentaste al ver nacer al Niño Jesús
en tanta pobreza y por el gozo que sentiste
al ver como lo adoraban los ángeles.

Obtén para nosotros la gracia de acercarnos


a la santa comunión con fe, humildad y
amor.(Hacer una breve meditación).

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria

TERCER DOLOR Y GOZO

Glorioso San José, por el dolor


que experimentaste al circuncidar
al Divino Niño y por el gozo que
sentiste al ponerle el nombre de
Jesús, ordenado por el ángel.

Obtén para nosotros la gracia de


quitar del corazón todo aquello
que no es bueno frente a los ojos
de Dios. (Breve pausa para meditar)

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria

CUARTO DOLOR Y GOZO


Glorioso San José, por el dolor y el
gozo que experimentaste al escuchar
la profecía del viejo Simeón, que
anunciaba la perdición y por otro lado
la salvación de tantas almas mientras
tomaba al Niño Jesús en sus brazos.

Obtén para nosotros gracia de


meditar los dolores de Jesús y los
dolores de María (Hacer una pausa
para meditar)

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y


Gloria

QUINTO DOLOR Y GOZO

Glorioso San José, por el dolor


que experimentaste al huir a
Egipto y por el gozo que sentiste
al tener siempre contigo a Dios
junto a su Madre.

Obtén para nosotros la gracia de


poder cumplir con fidelidad y amor
todos nuestros deberes. (Hacer una breve pausa para meditar)

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria


SEXTO DOLOR Y GOZO

Glorioso San José, por el dolor


que experimentaste en la
persecución del Niño Jesús y
por el gozo de volver a tu casa
de Nazaret.

Obtén para nosotros la gracia


de hacer siempre la voluntad de
Dios. (Hacer una meditación)

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria

SEPTIMO DOLOR Y GOZO

Glorioso San José, por el dolor


que sufriste cuando se perdió
Jesús y por el gozo que sentiste
cuando lo encontraste.

Obtén para nosotros la gracia de


llevar una buena vida y morir
santamente. (Hacer una breve
meditación)

Rezar un Padre Nuestro, Ave


María y Gloria

Consagración a san José


Oh Glorioso Patriarca San José, heme aquí, postrado de
rodillas ante vuestra presencia, para pediros vuestra
protección.

Desde ya os elijo como a mi padre, protector y guía.


Bajo vuestro amparo pongo mi cuerpo y mi alma,
propiedad, vida y salud.

Aceptadme como hijo vuestro. Preservadme de todos


los peligros, asechanzas y lazos del enemigo. Asistidme
en todo momento y ante todo en la hora de mi muerte.
Amén.

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